Ya la guerra contra el bloqueo, en cierto modo, se la hemos ganado a Estados Unidos. Pues en el orden político internacional, Cuba ha logrado un nivel de comprensión y solidaridad en su lucha contra el bloqueo, que cuenta con un apoyo casi total entre los miembros de Naciones Unidas. Ello se expresa claramente en la actitud asumida hasta por la Unión Europea, que se vuelve hacia tratar de ayudarnos económicamente.
Esa derrota política del bloqueo, comenzó a ser una realidad desde que Barack Obama ordeno abstenerse de votar la resolución cubana contra el bloqueo en La Asamblea General de Naciones Unidas.
Pero hace mucho tiempo ya que el foco de la política norteamericana hacia Cuba cambio, entrando en el periodo en que Estados Unidos dejo de mirar hacia la presencia internacional de Cuba, para prestar especial y mayor atención a la dinámica de la realidad interna cubana. Mirando, en particular hacia el comportamiento de su economía.
Dejando de perseguirla preferentemente en el plano internacional, para concentrarse en su desestabilización interna.
Ello significa que el escenario que se le presenta a Cuba ahora, frente a la política norteamericana, es uno en el que debiera concentrarse en su realidad interna, particularmente económica, para evitar verse obligada a vivir continuamente en las continuadas coyunturas difíciles.
Es hora, ya, de realizar los cambios económicos internos, que nos permitan darle estabilidad a las salidas de las coyunturas económicas difíciles que se nos presentan.
Ello significa, que deberemos tomar las medidas de política económica necesarias, qué nos permitan superar las dificultades de las que Estados Unidos se está aprovechando para intentar desestabilizarnos internamente.
Nuestro Presidente ha hablado de 30 medidas a tomar en la economía interna cubana. Es aquí donde hay que concentrarse.
No creo que el bloqueo, desde el punto de vista político internacional, requiera muchos más esfuerzos de nuestra parte. Es en la realidad interna, particularmente económica, donde debemos concentrarnos ahora , que será lo único que le dará estabilidad definitiva a los triunfos obtenidos en las batallas que hemos tenido que librar, por casi 60 años, contra la política norteamericana.
Se ha hecho evidente durante estos años, particularmente con la administración de Donald Trump, que las medidas agresivas de Estados Unidos contra Cuba, se concentran denodadamente en aquellas acciones que tienen como objetivo impedir a toda costa que Cuba pueda lograr el crecimiento económico y estabilizarlo. Ocupando así el lugar que le correspondería en la economía internacional.
“La estrategia de Estados Unidos, con la administración de Trump, está enfocada a consolidar la confrontación y la hostilidad, tanto en el plano declarativo como en la ejecución de medidas de agresión económica contra nuestro país” (ver Informe de Cuba contra el bloqueo, julio 2019, p.5).
“… el informe de Cuba evidencia en el 2019, como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, continúa representando un freno para el desarrollo de todas las potencialidades de la economía cubana, para la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social del país, así como para la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible” (Ob, Informe…p. 5).
Si tales son las intenciones de Estados Unidos, ello significa, que Cuba debe concentrarse en aquellos objetivos de cambio de la política económica, que impidan a toda costa que la política norteamericana actual pueda lograr sus aspiraciones.
Hoy existe un cierto consenso dentro de la mayoría de nuestros economistas, acerca de cuáles son las medidas de política económica que debemos adoptar. Entre ellas, algunas como las siguientes:
1-Hay que acabar de darles el peso que deben tener dentro del modelo económico a las diferentes formas de propiedad que deben actuar dentro de una economía que pretende ser socialista: la gran propiedad estatal, la pequeña y mediana empresa privada y la propiedad cooperativa, agropecuaria y no agropecuaria.
2- No es posible que creamos que La ley de Cooperativas que hemos lanzado recientemente nos vaya a solucionar el papel que debe jugar dentro de le economía cubana este tipo de propiedad. Su nivel de sujeción a la propiedad estatal es aún demasiado alto. Y su impase en la definitiva ejecución nos está haciendo daño y retrasando el impulso que debiéramos darle a la cooperativa dentro del modelo económico.
3-El proceso inversionista debe tomar un carácter más amplio. Viéndolo no solo en términos de las inversiones extranjeras. Sino desde la perspectiva del papel que debe desempeñar el ahorro interno, incluido las remesas, convirtiéndose en inversiones nacionales privadas. Mientras más demoremos una medida como esta, mayores serán las pérdidas de capacidad para hacerlo y el dinero acumulado internamente continuara escapando hacia otros mercados. Mercados que bien pudiéramos tratar nosotros de construirlo en Cuba.
4- Se hace necesario flexibilizar el monopolio del comercio exterior, permitiendo mayores posibilidades a la exportación e importación privada y estatal. Dando prerrogativas a la pequeña y mediana empresa para actuar de modo más independiente en la actividad del comercio exterior.
5-Hay que desplegar una estrategia dirigida evitar que la mano de obra calificada escape por la vía de la emigración. Como crecientemente lo está haciendo.
Permitiéndole a esta última emplearse en la actividad privada. Abriendo empresas medianas, pequeñas y vinculándolas al capital extranjero. Al mismo tiempo, que flexibilizamos las leyes migratorias, para que en cualquier momento esa fuerza calificada pueda regresar, o trabajar dentro y fuera del país cada vez que le resulte necesario.
6- Hay que terminar de seleccionar alguna de las variantes estudiadas para resolver la dualidad monetaria y las tasas de cambio. Siendo cierto que se necesita mucho dinero para hacerlo, pero también, que mientras más nos demoremos, los daños sobre la economía serán mayores.
Es que desde el año 2016, nuestro crecimiento económico se ha ralentizado de manera notable. El PIB, entre el 2010 y el 2015 creció al 2,7%; mientras que del 2016 al 2018 lo hizo al 1,5%, esperándose que en el 2019 lo haga solo al 1%. Ha dicho CEPAL que solo será de un 0,5%.
“Algunos factores, parecen cargar con la responsabilidad de ese débil crecimiento. Entre ellos:
- La afectación producida en la economía cubana por el colapso económico venezolano.
-El aumento de las sanciones económicas por parte de Estados Unidos. Quien ha puesto en funcionamiento el título III de la Ley Helms Burton.
-La ruptura económica con Brasil.
-La caída de los precios de algunos productos básicos de exportación.
-El año 2019 entro con una mayor escasez de bienes.
-Escasez crónica de divisas.
-Escasez de combustibles (diésel en particular) lo que afecta seriamente al comercio de mercancías y el transporte público.
-Dificultades para la financiación a los mercados internacionales del país.” (Ver Ricardo Torres, A dónde vamos “).
- “La proporción de personas en edad laboral con un empleo formal se ha reducido sistemáticamente desde el 2011, pasando de un 76% al 64%( Ver: Ricardo Torres, septiembre 11 ,2019; “A dónde vamos”).
-“Hay múltiples factores explicativos, pero uno muy importante es la inversión. Aunque los volúmenes de inversión han crecido, sé mantienen muy deprimidos” (Ob. Ricardo Torres, “A dónde vamos”).
Aunque se ataca ahora la escasez de combustible, adoptándola como un fenómeno coyuntural, esta última se desenvuelve en el contexto del resto de las dificultades mencionadas, que, al mismo tiempo, atacan nuestra economía, así como de las presiones que Estados Unidos continúa ejerciendo para que el combustible no llegue. Por lo que lo de coyuntural, resulta un tanto relativo. Y aún no está claro, en que nos apoyaremos para terminar con esta eventualidad.
Obligándonos a complementar de manera urgente, con el otro conjunto de medidas anunciadas, que nos permitan tratar de alcanzar la estabilidad económica hacia el crecimiento del PIB.
Todo ello representa, que, aunque hemos adoptado la escasez de combustible como algo coyuntural y las condiciones actuales de la economía no son las que se presentaban en el llamado Periodo Especial, siendo notablemente diferentes. Al tener una economía más sólida, organizada y más diversificada desde el punto de vista comercial, no obstante, el peligro existe. Necesitándose, de modo urgente, las medidas ya más arriba planteadas. No debiendo confiarnos en que la coyuntura actual no podría devenir en una profundización de nuestras dificultades. Es decir, profundizar la crisis económica.
La ayuda que ahora nos está llegando de Rusia, China, Unión Europea, etc. Debiera caer en un contexto más favorable para utilizarla y que no se nos diluya en los marcos de una planificación excesivamente centralizada, además, dentro de un contexto en que el escenario económico interno no se dinamiza con medidas que permitan salir de los atolladeros que una política económica carente de cambios nos está impidiendo dinamizar nuestras fuerzas productivas.
Creo que, si no adoptamos las medidas necesarias, lo que hemos asumido como un problema coyuntural, se nos puede convertir en una profundización de la crisis económica que estamos atravesando y ello le ofrecería el contexto más favorable a la actual política de Estados Unidos, para cumplir sus aspiraciones de desestabilizarnos.
Septiembre 24 del 2019.
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