La venta de productos alimenticios y de aseo, de gama “media y alta” en moneda libremente convertible (MLC), comenzó el pasado 20 de julio en determinados establecimientos y centros comerciales pertenecientes a Tiendas Caribe y la Corporación Cimex, una decisión sobre la cual la población ha planteado inquietudes.
Para tratar este asunto en la Mesa Redonda el Vice Primer Ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, se refirió al contexto. “Esto no se trata de que tengo los mercados abastecidos en CUC y digo, vamos a empezar a vender en dólares lo que antes vendía en CUC”.
El ministro recordó que a partir del segundo trimestre de 2019 se implementaron políticas de recrudecimiento del bloqueo, entre ellas, la aplicación del título III de la Ley Helms Burton, la persecución financiera a los bancos, medidas para impedir la entrada de combustibles a la Isla, la suspensión de los cruceros y los vuelos de Estados Unidos al país y el ataque a las misiones médicas cubanas.
“Hubo el propósito expreso de cortar las divisas al país y asfixiar la economía”, dijo y reiteró que en 2019 los costos del bloqueo impuesto por EE.UU. superaron por primera vez los cinco mil millones de dólares.
Para proteger al pueblo, “dijimos que no íbamos a responder a ese escenario con medidas neoliberales ni de choque y que debíamos buscar la manera de reordenar la economía y enfrentar ese escenario protegiendo a la población”, subrayó.
Gil Fernández comentó que los recursos se concentraron en adquirir básicamente medicamentos, alimentos y productos de aseo, así como en respaldar la energía. De ahí que empezaron a desaparecer de las tiendas minoristas el resto de los insumos.
“A nosotros nos auguraron grandes apagones y estamos terminando el 2020”, abundó.
En video, la Mesa Redonda
Decimos ofertar en MLC para con esas divisas reaprovisionar los mercados
Gil Fernández hizo alusión a que en ese contexto comenzó a proliferar un mercado paralelo de personas naturales que viajaban al exterior y traían productos que el país no estaba en capacidad de ofertar en las tiendas en CUC.
“En aquel debate no faltaban las propuestas y criterios de la población que decían: 'hay que hacer algo porque se están escapando las divisas. No se está beneficiando la industria nacional ni se están captando esos dólares para el desarrollo económico y social del país'”.
Este tema, argumentó, fue muy discutido con los académicos. Se hicieron cálculos que estimaban que salían del país tres mil millones de dólares y había que encontrar la manera de captarlos y tener un nivel de oferta en el mercado nacional.
En octubre de 2019 —agregó— cuando anunciamos la medida en la Mesa Redonda, dijimos que íbamos a combatir ese fenómeno del mercado paralelo con la vía de la oferta en el mercado nacional en MLC, de motos y equipos con una alta demanda en el pueblo.
“Ese fue el propósito. Ante un déficit de divisas provocado por el recrudecimiento del bloqueo y tener que disponer en este escenario de recursos para alimentos, medicinas y energía eléctrica, ese otro mercado se nos fue quedando desabastecido, copado por personas naturales y ante ninguna otra alternativa, decimos ofertar en MLC para con esas divisas reaprovisionar los mercados”.
Ministro de economía: Esta es una medida para salvar lo que tenemos
Desde ese momento, dijo, también se planteó la necesidad de encadenar la industria nacional con esas ofertas. “Tenemos capacidades ociosas en el país, ya sea en la industria electrónica, manufacturera. Una manera entonces es abrir un mercado en MLC, recuperar esa divisa y, en la medida de lo posible, drenar hacia lo interno de la economía, para el desarrollo del país”.
De acuerdo con Gil Fernández, cuando fue presentado el plan de la economía en la Asamblea Nacional, se proyectó un crecimiento del PIB entre 1 y 2%, pese a que se sabía que el bloqueo sería más duro en 2020 y sin saber de la llegada de la epidemia provocada por la COVID-19.
“Con la aparición del nuevo coronavirus, nos vimos en un escenario totalmente excepcional: cierre de fronteras, paralización de una parte importante de la actividad productiva, trabajadores interruptos, incremento considerable de los gastos de salud en divisa y en moneda nacional, paralización de una buena parte del sector no estatal y del turismo. Un vuelco total de las proyecciones y los planes que habíamos hecho”.
El ministro explicó que hay varias maneras de responder a ese escenario: “más desasbatecimiento, a partir de la disminución de recursos y la paralización de la actividad productiva. Otra respuesta podría ser subir los precios, ya que hay menos oferta y más demanda. Es la manera en que se mueve el mercado”.
“El precio al que vendemos el pollo hoy es el mismo al que lo vendíamos en 2016. No hemos reaccionado subiendo los precios, que lo que hace es reducir esa demanda al que tenga poder adquisitivo. Siempre hemos dicho que ese no es el camino de la Revolución y la estrategia no se dirige a ser excluyente sino a beneficiar a la mayoría”.
También podíamos, continuó, al no tener combustible, haber programado apagones. “Habría que preguntarse: ¿en qué situación estuviéramos si no existieran las tiendas en MLC? ¿Cómo hubiéramos mantenido un nivel, aunque sea mínimo, de oferta en las tiendas en moneda nacional, y financiar la electricidad, los medicamentos y gastarnos más de 100 millones de dólares en el combate a la COVID-19? ¿Cuántos PCR hacemos? ¿Cuánto cuestan? ¿Y a qué cubano se le cobra?”
Hay varias maneras de reaccionar a un escenario de este tipo y la responsabilidad del Gobierno, reiteró, es buscar soluciones. “Sabemos que no son las ideales, pero son las que más se ajustan al contexto actual. Es por ese camino por el que hay que transitar ahora y explicarlo con mucha transparencia al pueblo”.
Gil Fernández señaló que el enemigo intenta confundir utilizando estos temas, sobre los cuales pueden existir opiniones diversas. “Esta es una medida para salvar lo que tenemos”, aseguró.
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