Por Rafael Alhama Belamaric
Extracto
de cuatro artículos escritos entre 2009 y 2010, nos (retro)traen a los
problemas presentes desde hace mucho tiempo, de una concepción, política y
prácticas vinculados al Empleo que han sido privilegiados a lo largo de seis
décadas de Revolución. Si extraigo algunos párrafos, no es para recordar, sino
para significar que un tema tan complejo debe tratarse complejamente más allá
de las estadísticas y balances; en una palabra, salirse de la fórmula de dos
más dos son cuatro.
“Su dirección,
desde el programa del Moncada, siempre ha estado clara, de modo tal que ha sido
siempre una categoría y los elementos asociados a esta, siempre privilegiados,
por encima de cualquier otra consideración. Esto ha significado, desde la
década del 60, que fue implementado siempre como “empleo paternalista”, un
término que utilizan los ideólogos liberales o neoliberales al referirse al
empleo en Cuba. Lo cierto es que ha sido un empleo protegido, más allá de las
prácticas de un Estado de Bienestar o Estado Social, que funcionaron luego de la
II Guerra Mundial hasta las década del 80
en un grupo de países capitalistas desarrollados, al amparo del keynesianismo.”
Acerca del Empleo y los problemas confrontados en la última
década, con todos los cambios que se han producido, se diría que se ha cobrado
mucha mayor conciencia que es también una dimensión económica, que abarca todo
el sistema económico productivo, y todas las formas de gestión y propiedad, y
que tiene vínculos estrechos con la persona y con el factor trabajo. Pero
también variables que influyen como son: las
políticas macroeconómicas, los cambios estructurales, la técnica y tecnología,
las condiciones del mercado laboral y las relaciones laborales, entre
otros. Todo esto, no cabe ni en una cifra de empleo ni de desempleo, pero deben
estar detrás de ella, para comprender mejor la realidad y permitir la
elaboración de mejores escenarios.
Por eso, decía
hace diez años atrás: “….todo parece indicar que en los últimos meses,
obligados por las condiciones económicas y financieras actuales, así como por
algunos de los problemas internos que se vienen acumulando y arrastrando desde
tiempo atrás, se ha cobrado mayor conciencia, que el Empleo, con mayúscula, en
toda su extensión y complejidad, es un concepto y dimensión económica
también.”
“No es casual
la referencia a Keynes, ya que desde hace dos-tres años se vuelve a hablar de
un neo-keynesianismo para salir de la crisis actual; y estas ideas también han
llegado a nosotros, e influyen con fuerza, como en el pasado, en algunos;
máxime que empleo no cuenta con una teoría propia desde la economía ni la
economía política socialista.”
“Sin entrar en
disquisiciones teóricas, sí es necesario recordar, que el keynesianismo vino a
cubrir las brechas de la economía neoclásica, de manera que se siguió como
política activa en los momentos, o durante tres-cuatro décadas, en que la
acumulación de capital se desarrollaba al ritmo expansivo de la dinámica
alcista del sistema, y así el pleno empleo se convierte en el sumum del
Estado. Luego, a partir de la crisis de los años 70 en adelante, tras
una crisis de sobreacumulación y la consiguiente apertura de la fase depresiva,
la demanda de trabajo comenzó a hundirse, y sin renunciar en teoría y en las
políticas, o mejor dicho, por los políticos, al discurso del pleno empleo, se
ha tomado una dirección contraria; temporalidad
y desregulación, contratos individuales fuera de negociaciones colectivas.”
Actualmente, en tiempos de crisis de la pandemia, vuelve a estar en discusión
si el camino es keynesianismo o no.
“Recordemos lo que dijo
Keynes en el último capítulo de su libro
"Filosofía social a que podría
conducir la Teoría
General": "Cuando de 10 millones de hombres
deseosos de trabajar y hábiles para el caso están empleados 9 millones, no
existe nada que permita afirmar que el trabajo de estos 9 millones esté mal
empleado. La queja en contra del sistema presente no consiste en que estos 9
millones deberían estar empleados en tareas diversas, sino en que las plazas
debieran ser suficientes para el millón restante de hombres. En lo que ha
fallado el sistema actual ha sido en determinar el volumen del empleo efectivo
y no su dirección”.
“En los momentos actuales, determinado
entre otros por las variables que influyen en el empleo, no sólo no hay fuerzas
suficientes, por grandes que sean las medidas de oferta o de demanda que los
gobiernos de los países pretendan adoptar, para regresar a los niveles de
empleo anteriores, o a pleno empleo, sino que el propio concepto de empleo y de
trabajo cambian. Sería como convencer a los capitalistas de que les interesa
perder más dinero y contratar a más trabajadores, cuando las tecnologías llevan
cada día a menos, lo que permite más sobreexplotación, más encubierto que ni
siquiera se habla de ello.”
“Es un tema del cual se escribe poco en
el mundo, porque es altamente sensible, política y socialmente. Es como echar
sal a la herida, pero el empleo-trabajo ha estado y está cambiando, en los
países capitalistas desarrollados; por ende, también desde la oferta y demanda,
y cualitativamente.
Cada año, se requerirán menos trabajos no calificados, muchos desaparecen, y
más los altamente calificados y competitivos. Se requerirá menos trabajo
estable y más trabajo flexible y parcial. Hace cinco años atrás, uno de los
mayores estudiosos de la región, Antunes dijo: “La sociedad del capital y su
ley del valor necesitan cada vez menos del trabajo estable y cada vez más de
las diversificadas formas de trabajo parcial”.
“Es una situación en que la innovación,
la técnica y tecnología, los conocimientos, y la productividad se
imponen. Terminó diciendo entonces Antunes: “…..porque el capital no puede
eliminar el trabajo vivo del proceso de creación de valores, debe aumentar
la utilización y la productividad del trabajo de modo que intensifique las
formas de extracción del sobretrabajo en un tiempo cada vez más reducido”
(el subrayado es nuestro)”
“En
los países capitalistas desarrollados, y los llamados emergentes, y más hoy
día, se sigue considerando más la
Curva de Phillips (empleo con aumento de la inflación,
descendiendo así los salarios reales sin que desciendan los nominales).
Pero la Ley de
Say tampoco está ajena, aun cuando no hay condiciones de competencia perfecta (si
existiese mayor desocupación, los salarios tenderían a bajar, porque habría
trabajadores dispuestos a incorporarse al mercado por salarios menores, y en
tal circunstancia, las empresas tenderían a usar más intensivamente el factor
trabajo, aumentando así la demanda del mismo y generando una situación de pleno
empleo). Como no es competencia perfecta, se usa intensivamente la fuerza de
trabajo y se pagan salarios menores; y no se crean nuevos empleos.”
Por un problema muy práctico, y de evidencias, se ha
a entender el Empleo como un concepto también económico, y que de no hacerlo
puede traer y ha traído graves consecuencias, en lo económico, en lo social, en
lo productivo, en lo individual.
“Lo cierto es que las relaciones
económicas privilegiadas, que llevaron prácticamente durante cuatro décadas a
las inversiones en ascenso, con crecimientos, modestos, pero crecimiento, de
década en década hasta los años 90, en que las cuatro principales variables que
determinan el empleo se vieron favorecidas, llegaron a tal punto que
inevitablemente debían llevar a transformaciones, de concepciones, de
políticas, de prácticas. A saber: la oferta (con las previsiones y
crecimiento demográfico y las tasas de participación que incluso en los
momentos actuales es mayor que en todos los países de América Latina); con las políticas
macroeconómicas que favorecían el empleo (con la incorporación de
fuerza de trabajo independientemente de los resultados económicos-productivos,
incluyendo políticas activas con programas especiales que incorporan medio
millón de nuevos empleos a comienzos del milenio); con cambios estructurales y la
introducción de técnica y tecnología (aun cuando estas no fueran de
punta en su generalidad); las relaciones laborales y las condiciones
de mercado laboral (aún limitado el segundo, pero las primeras de total
proteccionismo).”
“Sin embargo, el dato estadístico se
siguió privilegiando, y la situación social también, por encima de cualquier
resultado económico-productivo-financiero. De manera
muy general, el Pleno Empleo es un concepto
económico que hace referencia a la situación en la cual todos los ciudadanos en edad laboral
productiva, y que desean hacerlo, (por tanto puede existir desempleo voluntario),
tienen trabajo. El hecho de que se acepte el desempleo voluntario, esta
definición no es asumida por todos. De manera que hay dos posiciones: una que
asume pleno empleo con desempleo cero, y otra posición que lo asume con una
tasa de desempleo, con la consideración anterior de desempleo voluntario. Así,
se pueden encontrar aquellos que se encuentran en proceso de cambio de un
trabajo a otro ("desempleo friccional"), o personas desempleadas que
no desean encontrar un empleo que satisfaga sus necesidades en ese momento. Todas
esas personas pueden o no, figurar como registrados para cobrar el subsidio de
desempleo y pueden o no, ser consideradas a la hora de establecer si una
economía en particular está en una situación de pleno empleo.”
“La definición se puede ir
complicando y complejizando, al considerar que como concepto económico, no sólo tiene que ver con la situación de
la persona, sino que se refiere al factor trabajo, máxime si se
consideran las seis facetas del Trabajo Decente que establece la OIT.”
“Otra manera de decirlo es que significa una condición en la cual el número de personas
disponibles para trabajar, iguala a la demanda.
En el mundo industrializado la definición
de pleno empleo es un nivel de empleo donde todos los que buscan trabajo
pueden obtenerlo. El pleno empleo es un objetivo al que tienden los
países en su política económica, y no han dejado de plantearlo, para maximizar
la riqueza del país y de los ciudadanos, especialmente con la implementación de
políticas macroeconómicas. De todas maneras, es
importante tener en cuenta, que cualquiera que sea la definición de pleno empleo,
es difícil de descubrir exactamente la tasa de desempleo que le corresponde.”
“Es por ello que en la misma medida que
ha ido evolucionando este concepto y su definición, ha ido cobrando mayor
relevancia el Subempleo (entendido como
inadecuada ocupación respecto a normativas establecidas). Por eso es
imprescindible que se entienda que la variable a atender, no es subempleo, sino el empleo, la calidad del empleo,
porque cada día cobra mayor importancia
la utilización económicamente eficiente del empleo, del factor trabajo (esto
entre otros, pone en primer plano la capacidad de organización, la utilización
de las capacidades y el aprovechamiento de los recursos humanos).”
“Para resumir de la forma más rápida la
historia desde la década del 60 hasta hoy, aunque se pierden detalles, es
diciendo que los objetivos del empleo enunciados desde el programa del Moncada,
se cumplieron, pero se aplazaron y dificultaron los objetivos organizativos que
llevarían al empleo a que fuera algo más que una estadística, por ciento o
tasa; que fuera empleo con efectividad
del factor trabajo, acorde a las condiciones existentes, financieras,
económicas, de inversiones, de tecnología, de organización.”
“En cada década, desde los años 60, en
que se asimilaron más de medio millón de desocupados en menos de dos años,
luego la asimilación de más de un millón
de personas de la explosión demográfica de los años 60 en los años 80, y
por último la asimilación e incorporación en los años 2000, ha sido por la
situación favorable de las variables de empleo, en primer lugar de las
inversiones, con excepciones. Sin embargo, en cada momento hasta la actualidad
primó más la dimensión social del empleo, sin importar la efectividad del factor
trabajo, la calidad del empleo, por lo que la realización de la muy
alta tasa del llamado capital humano, o recursos humanos, ha sido baja.”
En
momentos de profunda crisis económica y financiera, de inversiones, de
tecnología, propios, además de la situación global, es imprescindible
instrumentar medidas que propenden a una mayor efectividad de trabajo, lo que
abarca todas las formas de gestión y de propiedad.
“De regreso al subempleo que no es
causa, sino consecuencia. Esto es muy importante entenderlo, y ha sido aclarado
en reiteradas ocasiones desde la década del 80 del siglo pasado, y puesto en
documentos de trabajo en los últimos meses, incluido el documento del Grupo de
Trabajo del Polo de Ciencias Sociales.”
“¿Por qué es importante este
concepto de subempleo? Porque actualmente, luego de treinta años de
verificaciones y alertas, donde mayores problemas existen es en el subempleo
invisible, determinado por la productividad, cuyas primeras cifras fueron calculadas
y ajustadas en base a este sólo factor. Pero, además de los bajos
niveles de productividad, que no se ajustan a los niveles de ocupación,
existen otros factores de subempleo invisible, tan o más problemáticos, como
son los ingresos, y uno muy complejo y en el cual
intervienen múltiples factores, la subutilización de capacidades,
que pone en evidencia, más que ningún otro, el extensivismo del empleo durante
años de crecimiento de las inversiones, y por ende la falta de efectividad de
trabajo, y por supuesto el bajo rendimiento de las inversiones, por ende
problemas profundos de organización, planificación y control empresarial, productivos,
organizativos, y financieros. Todo esto ha sido investigado y reiterado en
diversas ocasiones en los últimos treinta años por el Instituto Nacional de
Investigaciones Económicas (INIE), el Centro de Estudios de la Economía Cubana
(CEEC) el Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo (IEIT).”
“Si a ello se suman otros
factores de subempleo visible, como son las horas reales en base a
población ocupada o las horas trabajadas, se tiene un
panorama completo de la gravedad de la situación.”
Algunas posibles preguntas y respuestas de entonces fueron:
“¿Que requiere la situación y
condiciones actuales?
Ante todo un mayor nivel de coordinación
de las políticas y de las acciones a implementar; el perfeccionamiento de los
procesos de dirección y la planificación del empleo, más allá del balance;
mucha mayor socialización de los procesos que la alcanzada hasta hoy, y una
concepción renovadora e innovadora de la calidad de empleo que abarque todas
las formas de gestión y propiedad”
“¿Es posible mantener el
principio, el concepto y la dirección de Pleno Empleo?
SI. Con desempleo
friccional, que requiere de apertura, integración y flexibilidad de las formas
y mecanismos, incluido los relativos a relaciones laborales.”
“¿Es factible revisar y
reajustar en estos momentos lo que hace desde al menos tres décadas se ha
estado postergando para hacer que el empleo sea de trabajo efectivo?
SI. De manera priorizada en
las actividades, ramas y empresas importantes y estratégicas identificadas por
el país.
La propiedad estatal tiene el grave problema de socialización, en primer lugar
de socialización de la dirección, en consecuencia de los momentos económicos
como la apropiación, distribución y el consumo.”
“¿Cómo perfeccionar la propiedad
estatal?
Mediante la apertura de funciones hacia
los colectivos laborales, que implica nuevas formas y mecanismos de
apropiación, distribución, consumo intercambio, pero en primer lugar de
dirección y gestión, con participación decisoria, que es la única participación
real y efectiva. De esta manera, se cumple con el principio de “dueños
colectivos”, o sujeto Estado-sujeto Colectivo Laboral.” Colectivo laboral de la
empresa estatal socialista, mejor social que pública.
“¿Hace esto a la propiedad estatal más
débil?
No. La hace más fuerte, porque asume
funciones inherentes a las instituciones centralizadoras del Estado sin
concentrar las que deben pertenecer a los colectivos laborales, incluidas las
decisiones de estrategia.”
“¿Se soluciona, elimina o disminuye el
subempleo con la racionalidad de las llamadas plantillas?
No. Primero, la racionalidad no se puede
buscar de ninguna manera fijando de antemano un por ciento de la plantilla, sea
cubierta o aprobada, a grosso modo, porque en todas partes “sobran” y en todas
partes “faltan”, porque en la generalidad de los casos el empleo, o el trabajo
que se realiza no es competitivo. Las plantillas, que es un término nuestro, que
desde el punto de vista organizativo implica cargos, implica contenidos,
implica organización, no se soluciona sin estudios de organización y una
concepción renovada de la empresa. En primer lugar, de la empresa estatal, de
propiedad estatal, que debe irremediablemente dinamizarse sobre bases y
principios nuevos, cuestión que está
planteada desde la Resolución Económica de 1997 y ha sido
incumplida. A manera de ejemplo, ninguna empresa ni economía soporta que se
tengan 11 áreas funcionales y de apoyo para una-dos líneas de producción, lo
que da una proporción de una tercera parte de operarios para dos terceras
partes de indirectos.”
“¿Es imprescindible abrir alternativas
de empleo de formas no estatales, antes de proceder al estudio de plantillas?
SI. Absolutamente. Se han formulado
estas alternativas a mediados de la década del 90, se hicieron escenarios y comenzaron
a implementar, pero se limitaron o frenaron en la propia década, sin haber agotado
ni mucho menos su potencial.” Esto demoró su apertura, la implementación, y
sobre todo la integración necesaria. Y
hoy, la aprobación, creación del estatus jurídico y de apoyo especializado y la
estructuración del sector privado, entiéndase empresa de propiedad privada.
“La política de empleo es parte de la
política social y económica del Estado, pero reducirlo a lo social solamente,
sin analizarlo en su dimensión económica, puede llevar a una situación de
gravedad, puesto que se deja de analizar en sus variables determinantes, que
van desde las políticas macroeconómicas, como pueden ser las inversiones,
pasando por las relaciones laborales y el despliegue o no del mercado laboral,
hasta los elementos de orden técnico y tecnológico, que influye en la
estructura y composición del empleo. Un alto nivel de ocupación, con resultados
económicos-productivos que no se corresponden en magnitud, pone de manifiesto
la inefectividad del trabajo. Y los trabajos, que deben ser socialmente útiles,
se convierten en gasto social insoportable por una ocupación inadecuada.”
Todo esto, lo que subraya es la
importancia de entender que buscar un
pleno empleo con efectividad del factor trabajo, (que en la práctica
siempre es un empleo con desempleo friccional, puesto que en cualquier momento
se pueden encontrar aquellos que se encuentran en proceso de cambio de un
trabajo a otro, o aquellos que no desean encontrar y aceptar un empleo que
satisfaga sus necesidades en un momento determinado), pasa por la reestructuración económica y productiva, y por el
redimensionamiento y reorganización del empleo existente.
La
realización social sigue pasando por la realización individual; la realización
de la propiedad y del trabajo es un hecho social; la realización del trabajo
pasa por la realización individual. Esto significa que cada individuo se
apropia de las condiciones para su existencia, de lo necesario para mantener y
desarrollar su individualidad, sus especificidades, de una forma o de otra, con
unos mecanismos o con otros, como premisa y resultado del proceso de producción
y apropiación de las condiciones sociales generales. Veamos el empleo a través
de este prisma en la nueva estrategia económica.
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