Bernie Sanders ganó las elecciones presidenciales demócratas de Nevada el sábado.
(Getty Images)
By EVAN HALPERSTAFF WRITER
FEBRERO 22, 2020
5:53 PM
Bueno, al menos los votos parecen haber sido contados correctamente esta vez.
Los demócratas pudieron dar un gran suspiro de alivio después de que Nevada se reuniera competentemente en una asamblea electoral. Hasta el día de las elecciones, abundaban las preocupaciones de que se repitiera el caos en el estado de Hawkeye, especialmente después de que todos los residentes de Nevada se alinearon para usar la misma aplicación que se utilizó en Iowa, para dar a conocer los resultados de la votación. La aplicación fue desechada, los funcionarios de la votación fueron entrenados de nuevo, y todos cruzaron los dedos.
Aunque la votación funcionó, los votos no sirvieron para resolver un grave problema: A los electores que no están a la cabeza de la contienda se les acaba el tiempo para unirse a un candidato que pueda competir contra Sanders en la carrera por los delegados. Aquí hay algunas cosas para destacar del día de la elección:
Sanders obtiene importantes victorias
Bernie Sanders ganó impulso en su marcha hacia la nominación con su fuerte final en Nevada.
Lo hizo después de derrotar los vientos en contra que tenía en Nevada. El influyente Sindicato de Trabajadores Culinarios hizo un esfuerzo considerable para intentar socavar su candidatura. Al sindicato le preocupa que el plan “Medicare para todos”, promovido por el senador de Vermont, les cueste a los miembros los generosos beneficios de salud por los que han luchado tanto.
Sin embargo, el sindicato se vio enfrentado a la misma realidad que todas las demás fuerzas que luchan por domar el impulso de Sanders en todo el país: No hay una alternativa de consenso en la boleta electoral. Los trabajadores culinarios que votaron por los rivales de Sanders dividen el voto de la oposición entre los muchos otros candidatos. Sanders consolidó la izquierda, como lo ha hecho en otros estados, y una vez más navegó hacia la victoria.
La victoria en Nevada despeja aún más el camino para Sanders hacia la nominación. Eso no quiere decir que la mayoría de los votantes demócratas estén de acuerdo con sus planes de expandir masivamente el gobierno. Pero cuanto más tiempo pasen los que se sienten incómodos con la agenda de Sanders sin unirse a un rival que pueda ser un contrapeso en la votación, menor será el lapso que tendrán los centristas para acumular los delegados que necesitan para conseguir la nominación.
El reloj está corriendo. Falta menos de dos semanas para el Súper Martes, y Sanders se dirige a él con más fuerza que nadie.
Biden tiene muchos problemas
Joe Biden llegó cojeando a Nevada después de unas pobres actuaciones en Iowa y New Hampshire. Insistió en que su candidatura volvería a la vida una vez que los estados de Nevada y Carolina del Sur, que son más diversos racialmente, tuvieran voz y voto.
Sin embargo, los votantes ya han dado su opinión en uno de esos estados, y el ex vicepresidente todavía no ha ganado. El candidato que entró en la carrera como un gorila de 800 libras últimamente se muestra más como un cachorro sin rumbo. Aún es demasiado pronto para descartarlo. Pero después de perder el enorme apoyo de los afroamericanos, lo que parece estar impulsándolo ahora, es el desasosiego.
La sombría semana del ex alcalde de Nueva York Michael R. Bloomberg puede haber creado una especie de salvavidas para la candidatura de Biden. Pero el ex vicepresidente tiene que barrer en Carolina del Sur el 29 de febrero y conseguir grandes victorias en el Súper Martes para mantenerse viable, y eso es algo muy difícil para esta campaña.
Warren no logra romper su mala racha
Para los 19.7 millones de estadounidenses que vieron el debate presidencial el miércoles, la actuación en Nevada de la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren puede parecer sorprendente. Warren estaba encendida la noche del miércoles. Ella quemó cualquier aura de inevitabilidad alrededor de la candidatura de su rival Bloomberg, exponiendo al multimillonario como un candidato defectuoso una vez que la armadura de su implacable publicidad en televisión y medios digitales se perfora.
Sin embargo, los resultados en Nevada revelan, una vez más, que los caminos a la nominación se le están cerrando rápidamente. Warren ha pasado gran parte de la carrera girando. Al principio esquivaba con fuerza para ganarse al ala más progresista del partido. Pero no pudo superar a los progresistas de Sanders. Así que se movió para ser la candidata que podría unir la política progresista con un enfoque pragmático. Pero ese es un espacio muy concurrido, y su abrazo a Medicare para todos, aunque no fue lo suficientemente avanzado para la izquierda, resultó ser demasiado difícil de apoyar para muchos moderados. Así que Warren se dirigió a Nevada llena de energía, pero sin un electorado claro.
Las matemáticas electorales se ven cada vez más difíciles para la senadora.
El dinero sólo puede comprar un poco de amor
El multimillonario californiano Tom Steyer gastó 10 veces más en publicidad en Nevada y pasó más tiempo allí que cualquier otro candidato. La idea era salir de ese estado con una gran fuerza que lo impulsara seriamente en la contienda.
Pero eso no ocurrió. El multimillonario ha luchado por distinguirse en esta carrera. Sus encuestas nacionales no fueron lo suficientemente fuertes para calificarlo para la etapa de debate en Nevada, uno de los dos estados donde Steyer había hecho grandes apuestas. Su enorme cuenta bancaria probablemente significa que puede permanecer en la carrera tanto tiempo como quiera, pero no que ganará ningún número relevante de delegados.
Buttigieg enfrenta una gran prueba por delante
Pete Buttigieg, el ex alcalde de South Bend, Indiana, demostró el sábado que su apoyo va más allá de los estados que son abrumadoramente blancos.
Pero una prueba más grande para el candidato de 38 años está enfrente de él, cuando Carolina del Sur vote la próxima semana. Ha luchado por hacer avances con los votantes afroamericanos. Su apoyo es crucial para ganar la nominación, y en Carolina del Sur son casi dos tercios de los electores de las primarias demócratas.
Una muy mala semana para Bloomberg
Los centristas, alarmados por el hecho de que nadie en el campo está emergiendo para interponerse en el camino de Sanders, comenzaron a poner acciones en la oferta de entrada tardía de Bloomberg. Ahora ha gastado más de 500 millones de dólares desde finales de noviembre, impulsando un rápido ascenso en las encuestas.
Nevada dio a muchos demócratas una pausa para pensar en Bloomberg. El multimillonario optó por no competir allí o en los otros tres estados que votan antes del Súper Martes. Sin embargo, su aumento en las encuestas lo calificó para el debate. Bloomberg no lo hizo bien en el escenario del debate. De hecho, lo hizo bastante mal.
Fue atacado por negarse a liberar a las mujeres que han demandado a su empresa por acoso y discriminación de los acuerdos que la compañía les hizo firmar. Su defensa de estos acuerdos creó un retrato de un candidato que no estaba en sintonía con el movimiento #MeToo. Por otro lado, se esforzó en explicar su defensa de una política policial que él mismo admitió, tan recientemente como en 2015, que se basaba en “empujar” a los jóvenes de las minorías contra las paredes y registrarlos.
Al final de la semana, Bloomberg anunció que liberaría a algunas de las mujeres que demandaron a su compañía de sus acuerdos de no divulgación. Los rivales se abalanzaron de nuevo: ¿Por qué no todas?
Bloomberg intentará redimirse en el debate de Charleston el martes. Pero mientras espera que lo que pasa en Las Vegas, se quede en Las Vegas, el debate principal en el que Bloomberg tuvo una muy mala actuación, contó con una gran audiencia en la televisión, tanta, que de hecho más gente vio el debate presidencial que la entrega de los premios Grammy.
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