Por Joaquín Benavides Rodríguez *
Revolucionar la Revolución es otra forma de decir lo que Fidel sentencio que significaba SENTIDO DEL MOMENTO HISTORICO Y CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO. Es el cambio de rumbo a la economía de la República Popular China, que le imprimió el revolucionario y comunista Deng Tsiao Ping, después de las protestas de Tien Am Meng. Es lo que la Dirección revolucionaria y comunista Vietnamita, denomino DOI MOI y que salvo la economía de ese heroico país, del desastre en que quedo después de derrotar a las tropas de Estados Unidos y expulsarlas de su tierra.
El inicio del mercado cambiario, anunciado por el Ministro de Economía y Planificación y la Presidenta del Banco Central, el pasado 3 de agosto, lamentablemente se queda corto. No ha ido al fondo del problema, que no es otro, como advirtieron los jóvenes economistas del Banco, que poner a producir a la economía del País. No es un mercado cambiario, porque solo compra divisas, pero no las vende. Para que haya mercado tiene que haber compra y venta. No abarca a las empresas estatales, privadas y cooperativas, sino solo a las personas naturales. Establece una tasa de compra del dólar de 120 pesos, que parece correcta para captarlos, pero a su vez al vender pesos solo para gastarlos en el comercio y no para producir, incrementa la inflación en la economía. Está concebida la medida para captar divisas, comprándolas a una tasa de 120 pesos, para entregárselas a las empresas estatales a una tasa de 24. Con todo respeto, es un disparate. Subsidiar a las empresas estatales en dólares, es un error garrafal. El Ministerio de Economía y Planificación, si es que la tiene, tendría que explicar cuál es el fundamento económico de esa decisión.
No se salva a
las empresas estatales vendiéndoles dólares baratos. La única solución correcta
es facilitarles que extraigan de las mismas todo lo que les sobra para ser
eficientes y competitivas. Por supuesto que a los trabajadores no se les puede
sacar para la calle. Habría que mantenerles durante un tiempo prudencial sus
salarios hasta que se incorporen productivamente a un trabajo que cree valores
para la sociedad. Ese gasto si tendría que ser asumido por el Presupuesto del
Estado. Otros subsidios a personas vulnerables económicamente, es posible que
durante un tiempo el Presupuesto del Estado tenga que asumirlo.
El lunes 15 de Agosto comparecieron a la Mesa Redonda la Viceministra primera del Ministerio de Comercio exterior y la Inversión extranjera y la Ministra de Comercio Interior para informar nuevas medidas en el marco de las anunciadas en la Asamblea Nacional en julio por el Vice primer ministro y Ministro de economía Alejandro Gil. La exposición pudo ser muy interesante, e incluso importante, pero fue confusa y dejo muchos aspectos sin definir. El principal, en mi opinión, que no se aclaró como recuperarían el capital invertido las empresas extranjeras que decidieran invertir en el mercado mayorista. Al no existir aun venta de divisas en el mercado cambiario, y al vender el mercado mayorista en moneda nacional, CUP, no tendrían una solución legal para transferir al exterior los resultados de su inversión en ese objetivo. Sin ese problema resuelto, dudo que el anuncio de ambas altas funcionarias del Gobierno, pueda llevar a eventuales inversionistas extranjeros a invertir en esa importante área de negocios. Sobre otros aspectos, habrá que esperar la legislación concreta. Las preguntas del moderador, como generalmente ocurre, no ayudaron mucho a esclarecer lo que exponían aceleradamente las expositoras. Se ha puesto de moda que funcionarios de alto nivel del gobierno se sientan obligados a llevar por escrito y leer sus exposiciones.
En mi anterior
texto del 15 de julio, Revolucionar la Revolución (1) ,
no incluí entre los temas importantes a resolver, uno que debí haber incluido.
El compañero José Luis Rodríguez me lo señalo, con mucha razón, en una nota
personal que me envió. También ha insistido en esto el compañero Juan Triana.
Me refiero al importantísimo tema de la deuda externa del País, que se
encuentra en una situación de impago desde el 2019, lo que ha provocado que se
hayan cerrado líneas de crédito, incluyendo crédito a proveedores y que se haya
ralentizado la inversión extranjera directa.
Esta situación
pone en evidencia de que es necesario renegociar la deuda vencida y no pagada
si se quiere destrabar el flujo de recursos externos que el país necesita, tanto
por la vía de los créditos, como de la inversión extranjera directa.
Para lograr este
objetivo no basta con posponer pagos, lo que se ha logrado hasta el 2027 con
diversos acreedores, sino que es preciso iniciar gradualmente erogaciones que
permitan restablecer la confianza de los acreedores y poder acceder a líneas de
crédito actualmente inexistentes.
Por supuesto que
en nuestras condiciones tal renegociación no podría partir de destinar un
elevado nivel de fondos, de los que no se dispone, pero se podrían intentar
algunas opciones que se utilizaron en los años más duros del Periodo especial,
consistente en iniciar pagos con un mínimo de dinero líquido así como diversas
variantes que son práctica común en otros países, tales como swap de deuda por
inversiones; la emisión de bonos de
deuda externa que ofrezcan una garantía de pago a los acreedores con un
documento que constituye un activo financiero negociable en el mercado de
recompra de deudas; pago de deudas reconvertidas a moneda nacional; pago de
deudas en especie, tanto en mercancías como en servicios y pago de deudas
mediante compensaciones mutuas.
Sera necesario
enfrentar decididamente desde ahora, este estratégico asunto, dándole
participación a personas de larga experiencia que están en el País, en sus
casas, y que pudieran contribuir a encontrar
las soluciones posibles sin ceder soberanía. En cualquier otro país,
ante dificultades que pudieran parecer insuperables, pero que no lo son, los
que dirigen, buscan consejo en quienes han ocupado grandes responsabilidades en
circunstancias también difíciles, y que permitieron seguir adelante. Las naciones
de mucha experiencia y de cientos y hasta de miles años de vida, acuden a este
método para encontrar las mejores y menos traumáticas soluciones a problemas
muy difíciles.
Hasta aquí este Revolucionar la Revolución de hoy. En próximas semanas volveremos a insistir en estos temas. Es nuestra modesta contribución, sin que por ello pensemos que tenemos toda la verdad y la razón, a llamar la atención de que hay que actuar ya, sin más demora y venciendo la falta de voluntad y visión estratégica de la Burocracia.
(1) Revolucionar la Revolución (I) https://cubayeconomia.blogspot.com/2022/07/revolucionar-la-revolucion.html
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.