Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 16 de agosto de 2022

REVOLUCIONAR LA REVOLUCION (II)

Por Joaquín Benavides Rodríguez * 

Revolucionar la Revolución es otra forma de decir lo que Fidel sentencio que significaba SENTIDO DEL MOMENTO HISTORICO Y CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO. Es el cambio de rumbo a la economía de la República Popular China, que le imprimió el revolucionario y comunista Deng Tsiao Ping, después de las protestas de Tien Am Meng. Es lo que la Dirección revolucionaria y comunista Vietnamita, denomino DOI MOI y que salvo la economía de ese heroico país, del desastre en que quedo después de derrotar a las tropas de Estados Unidos y expulsarlas de su tierra.

 En nuestro caso significaría, según mi opinión, dar una respuesta con sentido Revolucionario y sin perder más tiempo, con valentía y decisión, a la caótica y desordenada situación en que se encuentra la economía y que el Pueblo cubano todo, sin duda alguna sería capaz de superar, trabajando sin descanso para vencer las medidas impuestas por el agresivo e inmoral bloqueo norteamericano, aunque  persistan durante 60 o 100 años más.

 El inicio del mercado cambiario, anunciado por el Ministro de Economía y Planificación y la Presidenta del Banco Central, el pasado 3 de agosto, lamentablemente se queda corto. No ha ido al fondo del problema, que no es otro, como advirtieron los jóvenes economistas del Banco, que poner a producir a la economía del País. No es un mercado cambiario, porque solo compra divisas, pero no las vende. Para que haya mercado tiene que haber compra y venta. No abarca a las empresas estatales, privadas y cooperativas, sino solo a las personas naturales. Establece una tasa de compra del dólar de 120 pesos, que parece correcta para captarlos, pero a su vez al vender pesos solo para gastarlos en el comercio y no para producir, incrementa la inflación en la economía. Está concebida la medida para captar divisas, comprándolas a una tasa de 120 pesos, para entregárselas a las empresas estatales a una tasa de 24. Con todo respeto, es un disparate. Subsidiar a las empresas estatales en dólares, es un error garrafal. El Ministerio de Economía y Planificación, si es que la tiene, tendría que explicar cuál es el fundamento económico de esa decisión.

 Como se conoce, la tasa de cambio es el precio relativo más importante que tiene una economía como la cubana. Y el Ministerio de economía da la impresión que continúa sin entender esa relación fundamental. ¿Cómo es que el Banco está comprando dólares a 120 pesos y los entrega a las empresas estatales a 24? ¿Esa diferencia la está financiando el Banco? No se explicó en la comparecencia en la Mesa Redonda, pero pudiera pensarse que es el Presupuesto del Estado quien está asumiendo la diferencia. Eso pienso yo. ¿Tiene lógica económica eso? ¿Tiene sentido  continuar incrementando el déficit presupuestario con el objetivo de venderles divisas baratas a las empresas estatales? ¿No sería una solución más correcta, quizás, que el Banco le conceda crédito en pesos a las empresas estatales para que compren las divisas a la tasa de 120 y que tengan que devolverles el crédito al banco aunque sea con un interés bajo? Hay que lograr impedir que la Burocracia continúe haciendo con la economía, en medio de esta crisis, lo que ha estado acostumbrada a hacer desde hace muchos años. Tenemos que ser consecuentes. Si un dólar cuesta efectivamente, en las actuales circunstancias 120 pesos, toda la economía, sea estatal, privada, cooperativa y la población debe comprarlos a 120 pesos. Un solo precio para todos los actores.  

No se salva a las empresas estatales vendiéndoles dólares baratos. La única solución correcta es facilitarles que extraigan de las mismas todo lo que les sobra para ser eficientes y competitivas. Por supuesto que a los trabajadores no se les puede sacar para la calle. Habría que mantenerles durante un tiempo prudencial sus salarios hasta que se incorporen productivamente a un trabajo que cree valores para la sociedad. Ese gasto si tendría que ser asumido por el Presupuesto del Estado. Otros subsidios a personas vulnerables económicamente, es posible que durante un tiempo el Presupuesto del Estado tenga que asumirlo.

 Si en vez de las casi 5000 Mipymes y Cooperativas no agropecuarias aprobadas, fueran diez mil, o quince mil las ya autorizadas, sería menos traumático para toda la sociedad enfrentar la solución del problema. Seria además nuestra solución realmente socialista. No puede concebirse el Socialismo con desempleo ni con empleo superfluo. Para sacar a nuestro País de la crisis económica, hay que generar empleo para sus hombres y mujeres. Empleo productivo que creen valores en bienes y servicios. No empleo superfluo en las empresas estatales, subsidiado por el Presupuesto del Estado.  

 El llamado sector no estatal, o sea las Mipymes, las Cooperativas y los Trabajadores por cuenta propia, se financian ellos mismos. No requieren del presupuesto del estado. El Presupuesto les cobra impuestos para sostener a toda la sociedad. ¿Por qué no se ve claro? Pienso que la confusión ideológica que padecemos, o que padecen algunos, lo impide. El Socialismo no se define por el número de empresas propiedad del Estado. Las grandes y estratégicas empresas en manos del Estado Socialista aseguran en primerísimo lugar la política social socialista. Pero todas las grandes empresas propiedad del estado tienen que ser eficientes y competitivas. No existen para vivir del Presupuesto del Estado. Tienen que ser las mayores aportadoras al Presupuesto del Estado. Para eso es que el Estado socialista invierte en ellas. No las subsidia, es inversionista. Y si no son eficientes y competitivas, el estado tiene que tener todo el derecho de reestructurarlas y si es necesario disolverlas y emplear los recursos humanos y materiales en otros objetivos donde sean más productivos.

 El lunes 15 de Agosto comparecieron a la Mesa Redonda la Viceministra primera del Ministerio de Comercio exterior y la Inversión extranjera y la Ministra de Comercio Interior para informar nuevas medidas en el marco de las anunciadas en la Asamblea Nacional en julio por el Vice primer ministro y Ministro de economía Alejandro Gil. La exposición pudo ser muy interesante, e incluso importante, pero fue confusa y dejo muchos aspectos sin definir. El principal, en mi opinión, que no se aclaró como recuperarían el capital invertido las empresas extranjeras que decidieran invertir en el mercado mayorista. Al no existir aun venta de divisas en el mercado cambiario, y al vender el mercado mayorista en moneda nacional, CUP, no tendrían una solución legal para transferir al exterior los resultados de su inversión en ese objetivo. Sin ese problema resuelto, dudo que el anuncio de ambas altas funcionarias del Gobierno, pueda llevar a eventuales inversionistas extranjeros a invertir en esa importante área de negocios. Sobre otros aspectos, habrá que esperar la legislación concreta. Las preguntas del moderador, como generalmente ocurre, no ayudaron mucho a esclarecer lo que exponían aceleradamente las expositoras. Se ha puesto de moda que funcionarios de alto nivel del gobierno se sientan obligados a llevar por escrito y leer sus exposiciones.

 Los temas fueron realmente importantes, acerca de cuestiones que también llevamos años discutiendo y proponiendo por muchos especialistas, académicos y economistas y que la Ministra lo resolvió diciendo, que la explicación estaba en que se venían siguiendo políticas restrictivas. ¿Por quién, por el organismo que ella gestiona, o por otro cuyo dirigente  no asistió a la Mesa Redonda? Los Jefes, cuando reciben una orden u orientación con la que no están de acuerdo, si no renuncian,  están obligados a asumir plenamente las responsabilidades por los errores o por las políticas equivocadas.   En un próximo texto de Revolucionar la Revolución, opinare con más elementos sobre esta, repito, importante decisión acerca de la participación de la inversión extranjera en el comercio mayorista e incluso como participante en una empresa mixta en el comercio minorista.

En mi anterior texto del 15 de julio, Revolucionar la Revolución (1)  , no incluí entre los temas importantes a resolver, uno que debí haber incluido. El compañero José Luis Rodríguez me lo señalo, con mucha razón, en una nota personal que me envió. También ha insistido en esto el compañero Juan Triana. Me refiero al importantísimo tema de la deuda externa del País, que se encuentra en una situación de impago desde el 2019, lo que ha provocado que se hayan cerrado líneas de crédito, incluyendo crédito a proveedores y que se haya ralentizado la inversión extranjera directa.

Esta situación pone en evidencia de que es necesario renegociar la deuda vencida y no pagada si se quiere destrabar el flujo de recursos externos que el país necesita, tanto por la vía de los créditos, como de la inversión extranjera directa.

Para lograr este objetivo no basta con posponer pagos, lo que se ha logrado hasta el 2027 con diversos acreedores, sino que es preciso iniciar gradualmente erogaciones que permitan restablecer la confianza de los acreedores y poder acceder a líneas de crédito actualmente inexistentes.

Por supuesto que en nuestras condiciones tal renegociación no podría partir de destinar un elevado nivel de fondos, de los que no se dispone, pero se podrían intentar algunas opciones que se utilizaron en los años más duros del Periodo especial, consistente en iniciar pagos con un mínimo de dinero líquido así como diversas variantes que son práctica común en otros países, tales como swap de deuda por inversiones;  la emisión de bonos de deuda externa que ofrezcan una garantía de pago a los acreedores con un documento que constituye un activo financiero negociable en el mercado de recompra de deudas; pago de deudas reconvertidas a moneda nacional; pago de deudas en especie, tanto en mercancías como en servicios y pago de deudas mediante compensaciones mutuas.

Sera necesario enfrentar decididamente desde ahora, este estratégico asunto, dándole participación a personas de larga experiencia que están en el País, en sus casas, y que pudieran contribuir a encontrar  las soluciones posibles sin ceder soberanía. En cualquier otro país, ante dificultades que pudieran parecer insuperables, pero que no lo son, los que dirigen, buscan consejo en quienes han ocupado grandes responsabilidades en circunstancias también difíciles, y que permitieron seguir adelante. Las naciones de mucha experiencia y de cientos y hasta de miles años de vida, acuden a este método para encontrar las mejores y menos traumáticas soluciones a problemas muy difíciles.

Hasta aquí este Revolucionar la Revolución de hoy. En próximas semanas volveremos a insistir en estos temas. Es nuestra modesta contribución, sin que por ello pensemos que tenemos toda la verdad y la razón, a llamar la atención de que hay que actuar ya, sin más demora y venciendo la falta de voluntad y visión estratégica  de la Burocracia.

 16/08/2022

(1) Revolucionar la Revolución (I) https://cubayeconomia.blogspot.com/2022/07/revolucionar-la-revolucion.html

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte. 

El mercado interior, el comercio exterior y la polémica en curso. Una reacción rápida y breve.

Por Dr Julio Carranza
Vista de manera general, la reciente decisión de abrir el comercio interior a la inversión extranjera es, a mi criterio, una medida positiva, en la dirección en la que debe moverse la economía, de hecho coincide con la propuesta que varios economistas hemos argumentado en diversas y numerosas ocasiones desde hace bastante tiempo. Sin embargo, el problema vuelve a ser la gradualidad, la secuencialidad, la lentitud. La reforma que necesita la economía es integral y fundamental, además de urgente, ya no son suficientes unas medidas por aquí, un grupo por allá, etc y el tiempo corre. Por cierto, en este sentido la profunda reforma de la empresa estatal, sector principal aunque no único de la economía, es esencial y ahí continúa pendiente, si no se avanza en esto todo lo demás se traba. Sobre este punto específico volveremos en otros textos. Abrir el comercio interior a la participación de inversión extranjera es fundamental en la situación actual del país, donde es perentorio superar el desabastecimiento y la inflación, además de incentivar la producción, lo cual es un punto crítico y esencial. Esta apertura es la vía, probablemente la única inmediata en esta compleja coyuntura, para mantener los mercados razonablemente surtidos de los más diversos productos, garantizando, por supuesto, los beneficios que persigue esa inversión (de lo contrario está no se realizaría), de ahí que el primer escalón para esto está en los espacios de oferta en divisas. Sin embargo; con una visión sistémica, de integración de mercados, con un manejo adecuado y completo de la política monetaria, cambiaría y fiscal, la operación podría abarcar también y rápidamente los mercados en moneda nacional, hasta que todos estén integrados (de ahí la importancia de un mercado de divisas operativo y adecuadamente regulado). Mantener la oferta en divisas es totalmente posible mientras en la economía exista demanda en esas monedas, es un mercado que, si se articula bien su ciclo, se financia a sí mismo, a la vez que dejaría importantes ingresos al país (vía renta de espacios -que serían restaurados-, impuestos comerciales, etc) para invertirlo en otras prioridades, entre ellas contribuir al abastecimiento del mercado en moneda nacional, determinante para la satisfacción de las necesidades de la inmensa mayoría de la población. Precisamente por la importancia de esas prioridades (salud, educacion, seguridad social, mercado interno, etc) es tan necesario mantener el mercado en MLC abastecido, se puede y conviene. Por otra parte, la posibilidad de conectar a los productores con un mercado mayorista que les provea de materias primas y medios de producción en general, es esencial para incentivar la producción (sobretodo, aunque no únicamente, en la agricultura) esta decisión sin dudas contribuye a eso, es correcta. Pero se puede y se debe ir más allá: por qué la autorización a que esto se extienda al mercado minorista tiene que ser “por excepción” y a “discreción”?, es un paso que habrá que dar más tarde o más temprano, cual es la razón para dilatarlo en un momento de tantas carencias?. Avanzar en esa dirección no pone en riesgo el control del estado sobre la economía, ni favorece la restitución de la hegemonía del capital, o sea no son medidas que “por definición” favorezcan una “restauración capitalista” de la economía cubana, si las cosas se hacen de manera integral y bajo los conceptos y regulaciones correctas y razonables, ese riesgo no tiene por qué existir. De igual manera, la insistencia en el control total del estado sobre el comercio exterior no facilita la dinámica que la economía requiere aquí y ahora. No es demostrable que esa es necesariamente y “por definición”, la vía “más eficiente” para esta actividad comercial, que es fundamental para cualquier economía, esto depende de que operación se trata, de la escala, del sector, etc. Por supuesto que el Ministerio del Comercio Exterior y sus empresas son estructuras imprescindibles y deben ocuparse de las operaciones estratégicas de la economía, pero de ahí a hacerse cargo y ser intermediarios obligatorios de cuanta cosa la economía necesite importar o pueda exportar hay una notable diferencia. Se debe diferenciar la regulación de la gestión, regularlo todo, gestionar directamente solo lo que se justifique. Una vez más creo que el problema está en la necesidad de superar visiones absolutas. Hay importantes partes de la economía, tanto estatal como cooperativa y privada, que se favorecerían mucho con el acceso directo a los mercados internacionales, sin que eso deje de estar regulado o se pierda el control sobre las operaciones estratégicas que deben permanecer en manos directas del estado. El bloqueo está ahí como la agresión criminal que es, continúa siendo tarea urgente contrarrestarlo dándole oxígeno y dinamismo a la economía, no manteniendo limitaciones innecesarias que lejos de contrarrestarlo lo hacen más dañino. A propósito de esto se ha dado lugar a una polémica de si el “monopolio del comercio exterior” es un “principio del socialismo” y de que si una definición así está en el pensamiento de los marxistas clásicos, aquellos que con brillantez pensaron hace más de 100 años el socialismo como alternativa al sistema capitalista de producción, en ese sentido considero que se debe tener no solo en cuenta, aunque también, lo que está en los textos clásicos, además es fundamental tener en cuenta la experiencia histórica, el avance de las tecnologías y las condiciones concretas de cada país en cada momento, sin esa adecuada combinación de factores y razones cualquier conclusión no rebasaría dogmas. Claro qué la teoría clásica es muy importante y por cierto, en ningún lugar dice que el comercio exterior debe ser un monopolio del estado central, pero lo primero qué hay que superar son los dogmas y las parálisis paradigmáticas, el socialismo es un proceso de creación y construcción, más allá de si alguien dijo o dejó de decir están las evidencias de que es mejor para la economía, para la sociedad, para el progreso, para la justicia social y la inclusión en un lugar concreto y en un tiempo concreto, que en este caso es la Cuba de 2022 y a partir de ahí tomar con audacia, conocimiento, responsabilidad y compromiso las decisiones que sean necesarias. Si hubieran tenido esas ataduras, si se mantuvieran fijados a esos atavismos donde estarían hoy China y Viet Nam. A los grandes pensadores hay que leerlos siempre y hacerlo con profundidad, pero también con capacidad crítica, sin ataduras, como ellos mismo aconsejaron tantas veces. Si nos fuéramos a ceñir a la letra de todo lo escrito, como los fanáticos, entonces, por ejemplo, tendríamos que ver que los clásicos concebían el socialismo en países desarrollados y como parte de un proceso internacional, no en países subdesarrollados y menos aislado, a partir de ahí es obvio que las condiciones para Cuba no pueden ser más diferentes a las previstas en esos textos, acaso por eso vamos a renunciar a la necesidad del socialismo, claro que no, pero hay que repensar que es el socialismo en estas condiciones, que es lo posible, sin dogmas, cómo avanzar, y eso, créanme, que no se va a encontrar en ningún libro histórico, por importante e imprescindible que este sea. 16 de Agosto 2022

La última lucha de Lenin revisitada. ( Sobre el Monopolio del Comercio exterior ). Comentario HHC

Por La Tizza,29/09/2021

«Lenin en Smolny», V. Daukshis (1905–1984)

Una de las tareas pendientes que nos queda en La Tizza, se encuentra en el acercamiento crítico a las dinámicas entre narrativa(s) y realidad(es) de una idea que se ha escrito como absoluto en piedra en los últimos años: la polarización del discurso. Esta sentencia, tiende a invisibilizar un grupo de problemas que le son consustanciales: ¿por qué la autorreferencialidad, sea de «izquierdas», «derechas», o de adscripciones a determinados «ismos» va ocupando un lugar central? ¿Será que dicha autorreferencialidad identitaria reproduce el grito liberal abstracto que pone también el «yo soy», el individuo, por encima del colectivo? ¿Cómo se las arreglan quiénes representan, en apariencia, «los polos» para hablar de la misma forma, con las mismas palabras, con similares asideros de exclusión? ¿Cuánta ruptura hay, entre los adscriptos a los «ismos» más diversos, entre «originarios» y «herederos»?

En un intento, todavía débil, de saldar esta tarea, La Tizza recupera fragmentos del libro «La última lucha de Lenin. Discursos y escritos (1922–1923)» publicado en Cuba por la Editorial de Ciencias Sociales en 2011; en particular aquellos relativos a las discusiones sobre el monopolio estatal del comercio exterior.

En una carta del 12 de diciembre de 1922, Lenin, el principal líder de la Revolución de Octubre y del gobierno revolucionario que se estableció tras su triunfo, escribe a León Trotsky: «Escríbame lo más pronto posible si está de acuerdo; batallaré en el pleno por el monopolio. ¿Y usted?». Ello ocurre, como confirmación a esa relación y tensiones a veces olvidada entre los «documentos oficiales» y las prácticas, casi dos años después de aprobarse en el X Congreso del PC(b) (marzo de 1921) la Resolución sobre la unidad del Partido.

Si bien muchos de los textos escritos o dictados por Lenin en sus últimos dos años de vida han sido divulgados con amplitud, la recurrencia –a la altura del 2021– de criterios «ilustrados» y/o comentaristas en diferentes plataformas digitales que simplifican el escenario, complejidad, alianzas, manipulaciones y construcciones con respecto a los primeros años que siguieron a 1917 nos animaron a (re)publicar los fragmentos que ponemos a su disposición.

En los fragmentos que presentamos a partir de hoy, León Trotsky tiene un lugar central, en su condición de ser uno de los dos principales líderes de la Revolución. Para introducir estos textos, nos limitamos a señalar otras cuestiones problemáticas que consideramos de interés en el actual escenario.

  • El ataque en bloque a Trotsky, con el objetivo de legitimar a Stalin por contraposición, tiene los siguientes peligros: despachar de manera simple un proceso complejo que se caracterizó, al menos en sus cinco primeros años, por una democracia profunda al interior del Partido que lideró y hegemonizó el poder revolucionario; atacar los propios cimientos de la actuación de uno de los dirigentes principales de Octubre; y, como serpiente que se muerde la cola, desconocer al propio Lenin de los años posteriores a 1917.
  • Uno de los problemas de la herencia de los «ismos» y, en particular, de esa «herencia» puesta en función de batallas grupales entre «guardianes de la fe» lleva, en casos como este, a guillotinar a Trotsky, como si su lucha contra el estalinismo y la traición al proyecto bolchevique originario estuviera separada de la centralidad del enfrentamiento –internacional– al capitalismo y el imperialismo.
  • Asimismo, presentar al autor de La Revolución traicionada y de los materiales que conformaron En defensa del marxismo sólo en su práctica de resistencia contra el devenir de la URSS con Stalin puede situar como secundario el «pequeño detalle» de que León Trostky fue protagonista en «pensar», pero sobre todo en «hacer» la Revolución de 1917; y esa Revolución fue profundamente anticapitalista y antimperialista.

La defensa del monopolio estatal del comercio exterior (Selección)

Cartas cruzadas (I)

Los fragmentos fueron tomados de «La última lucha de Lenin. Discursos y escritos (1922–1923)». Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2011.

Carta a León Trotsky

Por V. I. Lenin

12 de diciembre de 1922

Camarada Trotsky,

Le envío una carta de Krestinsky.[1] Escríbame lo más pronto posible si está de acuerdo; batallaré en el pleno por el monopolio.

¿Y usted?

Suyo,

Lenin

Posdata: Lo mejor será que responda pronto.

Carta a Lenin

Por León Trotsky

12 de diciembre de 1922

Secreto

Al camarada Lenin

¡V. I.!

El mantenimiento y fortalecimiento del monopolio del comercio exterior es un asunto de absoluta necesidad.[2] Pero en este preciso instante, de hecho, los opositores del comercio exterior no están lanzando un ataque frontal contra él, sino que recurren a complejas maniobras de flanqueo. Por otro lado, sin lugar a dudas es necesario modificar y mejorar los métodos del comercio exterior.

Surge el peligro de que bajo la apariencia de perfeccionar los métodos de implementación del monopolio, pueden ser introducidas medidas que en esencia minen el monopolio.

El camarada Avaniésov me visitó hoy y me informó de las conclusiones básicas de su comisión. Hasta donde le entendí, quiere que el monopolio del comercio se ejecute no directamente por el Comisariado del Pueblo de Comercio Exterior, sino por unidades administrativas grandes (sindicatos, consorcios) bajo el control del comisariado. Krestinsky propone, evidentemente de acuerdo con Stomoniakov, que los grupos económicos más importantes (es decir, una vez más, obviamente los sindicatos y los consorcios y en parte los departamentos) tengan representación permanente en los puntos correspondientes y que estos representantes constituyan secciones dentro de las delegaciones comerciales. Este plan tiene algo en común con el de Avaniésov, con el que, sin embargo, tiene una diferencia fundamental; Krestinsky parte de la base que las delegaciones comerciales sean el órgano comercializador (que compre y venda) directo de la república. Las unidades económicas independientes realizan sus operaciones a través de las secciones de las representaciones comerciales, mientras que dichas secciones se organizan según los grupos económicos correspondientes. Sin embargo, Avaniésov propone desde un principio estas representaciones sindicadas como órganos comerciales fundamentales, reservándole a las representaciones comerciales las funciones de control.

Tal vez la evolución de ambos planes conduzca a lo mismo, pero por el momento posiblemente sea más seguro aceptar representaciones comerciales como base. Por otra parte, puede ser que yo no haya entendido a cabalidad el plan de la comisión de Avaniésov. Él prometió enviar mañana unas propuestas por escrito.

La cuestión más importante, no obstante, ha sido y sigue siendo la regulación de nuestro comercio de exportación de Rusia en relación con toda la labor económica en general. Es necesario que alguien sepa y decida qué se puede importar y qué no, qué es necesario exportar y reservar para nosotros mismos. Aquí no se necesitan regulaciones legislativas llanas, con nomenclaturas rígidas; sino regulaciones prácticas, flexibles y siempre ajustables a las necesidades de la economía tomadas en su conjunto. Evidentemente esto debería ser trabajo de la Comisión Estatal de Planificación, que permanece, a su vez, bajo el rubro de desarrollo de la industria estatal. Pero este es un tema específico sobre el que he escrito en más de una ocasión. La comisión de Avaniésov solo ha confirmado que aún no se ha realizado tal contabilidad de nuestras exportaciones e importaciones.

Trotsky

Carta a M. I. Frumkin y B. S. Stomoniakov

Por V. I. Lenin

12 de diciembre de 1922

Estrictamente secreto

A los camaradas Frumkin y Stomoniakov, copia para Trotsky.

En vista del agravamiento de mi enfermedad, me veo imposibilitado de asistir al pleno.[3] Me doy cuenta perfectamente de hasta qué punto he estado obrando torpemente, y en ocasiones peor que eso, con ustedes; pero en todo caso me es imposible intervenir con siquiera un mínimo de acierto.

Hoy recibí la carta del camarada Trotsky, que adjunto, con la que estoy de acuerdo en lo esencial, a excepción quizás de las últimas líneas sobre la Comisión Estatal de Planificación. Le escribiré a Trotsky sobre mi coincidencia con él y para pedirle que, teniendo en cuenta mi enfermedad, se encargue en el pleno de la defensa de mi posición.

Pienso que la defensa se debe dividir en tres partes:

Primera, una defensa del principio fundamental del monopolio del comercio exterior: el establecimiento total y definitivo (del monopolio).

Segunda, encargar a una comisión especial el examen detallado de aquellos planes prácticos para la realización de dicho monopolio que propone Avaniésov. Cuando menos la mitad de esta comisión deberán constituirla representantes del Comisariado de Comercio Exterior.

Tercera, la cuestión del trabajo de la Comisión Estatal de Planificación debe ser discutida independientemente. Al mismo tiempo, creo que con Trotsky no habrá diferencias si éste se limita a exigir que la labor de la Comisión Estatal de Planificación que permanece bajo el rubro de desarrollo de la industria estatal, responda en todas las áreas a la actividad del Comisariado del Pueblo de Comercio Exterior.

Espero poder escribirles nuevamente hoy o mañana y enviarles mi declaración que respecto de esta cuestión deseo dirigir al pleno del Comité Central. De todos modos, creo que el significado principal de este problema es tan fundamental que en caso que no logre obtener el acuerdo del pleno, estoy obligado a llevarlo ante el congreso. Pero antes de esto, se debe informar sobre el desacuerdo actual a la fracción del PCR al próximo Congreso de Soviets.

Lenin

Dictada a L. F. [Lidia Fotieva]

Carta a León Trotsky

Por V. I. Lenin

13 de diciembre de 1922

Copia a Frumkin y Stomoniakov

Camarada Trotsky,

He recibido sus comentarios sobre la carta de Krestinsky y los planes de Avaniésov.[4] Opino que usted y yo estamos de acuerdo en grado máximo, y creo que la cuestión de la Comisión Estatal de Planificación, tal como se plantea en este caso, excluye (o posterga) cualquier disputa acerca de si dicha Comisión Estatal de Planificación necesita tener derechos administrativos.

En todo caso le rogaría que en el próximo pleno se encargue de defender nuestro punto de vista común sobre la necesidad absoluta de mantener y consolidar el monopolio del comercio exterior. Ya que al respecto, el pleno anterior adoptó una resolución enteramente contraria al monopolio del comercio exterior, y puesto que no se puede ceder en este caso, creo, y lo digo en la carta a Frumkin y Stomoniakov, que si sufrimos una derrota en esta cuestión, deberemos someterla al congreso del Partido. HHC ( negritas nuestras ) Para ello será necesario exponer en breve nuestras diferencias ante el grupo partidista del próximo Congreso de Soviets. Escribiré esa exposición si no me falta tiempo, y me llenaría de gusto si usted hiciera lo mismo. La vacilación sobre este particular nos causa un daño inaudito, y los argumentos en contra se reducen enteramente a las acusaciones de imperfección del aparato.

Pero nuestro aparato se distingue por su imperfección en todas las partes, y renunciar al monopolio por ser imperfecto el aparato significaría tirar de la bañera al niño con el agua sucia.

Lenin

Notas

[1] Lenin, OC, t. 54, p. 365.

N. N. Krestinsky, representante plenipotenciario de la RSFSR ante Alemania, había escrito sobre las perspectivas para mejorar el comercio con Alemania y sobre la necesidad de mantener el monopolio estatal sobre el comercio exterior. Las cartas dirigidas a Trotsky incluidas en este capítulo fueron dadas a la publicidad por primera vez por Trotsky en su «Carta al Buró de la Historia del Partido» de 1927 (…) En la Unión Soviética aparecieron por primera vez en la quinta edición rusa de las obras de Lenin (Disponible también en https://docplayer.es/51012021-Lecciones-de-octubre-1-leon-trotsky.html).

[2] Cotejada contra el original ruso aparecido en Meijer, The Trotsky Papers [Los documentos de Trotsky], t. 2, pp. 778, 780.

[3] Traducida de Meijer, The Trotsky Papers [Los documentos de Trotsky] t. 2, pp. 774, 776. Incluida por Trotsky en su «Carta al Buró de la Historia del Partido» y publicada originalmente en 1928 en Trotsky, The Real Situation in Russia [La verdadera situación en Rusia]. La carta no se encuentra en las Obras Completas de Lenin. Una versión se encuentra disponible también en https://docplayer.es/51012021-Lecciones-de-octubre-1-leon-trotsky.html.

[4] Lenin, OC, t. 54, p. 366.

2da parte

V I Lenin

13 de diciembre de 1922.


Al camarada Stalin, para el pleno del Comité Central.

C

onsidero que lo más importante es analizar la carta del camarada Bujarin.[1] En el primer punto, él afirma que «ni Lenin ni Krasin dicen nada de las incalculables pérdi­das que sufre la economía del país por la ineficiencia del Comisariado del Pueblo de Comercio Exterior para el tra­bajo, ineficiencia que se deriva de los ‘principios’ sobre los que se organiza; no dicen ni una palabra de las pérdidas ocasionadas por el hecho que nosotros mismos no estamos en condiciones (y no lo estaremos durante mucho tiempo, por causas harto comprensibles) de movilizar el fondo mercantil de los campesinos y de emplearlo en el mercado mundial».

Esta afirmación es completamente errónea, ya que Krasin habla claramente en su segundo párrafo de la formación de sociedades mixtas que constituyen, primero, el modo de movi­lizar el fondo mercantil de los campesinos y, segundo, el de obtener, cuando menos, la mitad de las ganancias procedentes de esta movilización para nuestro erario. Por consiguiente, quien pasa por alto la esencia del problema es precisamente Bujarin, que no quiere ver que «la movilización del fondo mercantil de los campesinos» les va a llenar los bolsillos entera y exclusivamente a los nepmen. El problema estriba en si nuestro Comisariado del Pueblo de Comercio Exterior va a trabajar en provecho de los nepmen o de nuestro Estado proletario. Este es un problema tan cardinal que por él se puede y se debe luchar sin duda alguna en el congreso del partido.

El problema de la ineficiencia del CPCE, comparado con este problema primordial, básico y de princi­pio, viene a ser secundario, y dicha ineficiencia no es ni más ni menos que la de todos nuestros comisariados del pueblo, ineficiencia que depende de su estructura social general y cuya solución exigirá de nosotros largos años de ardua labor encaminada a elevar la instrucción y el nivel general.

El segundo punto de las tesis de Bujarin declara que «tales puntos como, por ejemplo, la quinta tesis de Krasin, son totalmente aplicables también a las concesiones en general». Esto es también una falta de lo más escandalosa a la verdad, porque la quinta tesis de Krasin afirma que «en el campo se introducirá artificiosamente el explotador más contumaz, el acaparador, el especulador, el agente del capital extranjero que trafica con el dólar, la libra esterlina y la corona sue­ca». Nada de eso deriva de las concesiones, en las cuales no solo se estipula el territorio, sino también se prevé un permiso especial para comerciar con artículos específicos y, además –esto es lo fundamental–, mantenemos en nuestras manos el comercio de tales o cuales artículos otorgados en concesión. Sin objetar una palabra contra los argumentos de Krasin de que no podremos mantener el libre comercio en el marco que fija la resolución del pleno del 6 de octubre, de que nos arrebata­rán el comercio por la fuerza de la presión, y no solo de los contrabandistas, sino también la de todo el campesinado, sin objetar nada a este argumento económico y de clase fundamental, Bujarin hace a Krasin acusaciones que asombran por lo infundadas.

En el tercer punto de su carta, Bujarin escribe: «el párrafo tres de Krasin». (Enumera por error fortuito el punto tres en lugar del cuatro). «Nuestra frontera se mantiene», y pregunta: «¿Qué significa esto? Esto significa en realidad que no hacemos nada. Exactamente igual que una tienda con un magnífico anuncio publicitario, pero con nada en los estantes (‘sistema Glavzapor’, o sea, ‘El mejor guardián)». Krasin dice con absoluta claridad que nuestra frontera se mantiene no tanto por la protección aduanera o de los guardafronteras como por la existencia del monopolio del comercio exterior. Bujarin no objeta ni puede objetar nada en contra de este hecho claro, real e indiscutible. La expresión «sistema Glavzapor» tiene el carácter de esas expresiones a las que Marx respondía en su tiempo con el término de librecambista vulgaris, porque eso no es más que una frase absolutamente vulgar de librecambista.

Luego en el punto cuarto, Bujarin acusa a Krasin de que aparentemente no ve que debemos ir hacia el perfecciona­miento de nuestra política aduanera, y a la vez me acusa a mí de que, según él, me equivoco al hablar de vigi­lantes para todo el país, cuando en realidad se trata solo de los puntos de importación y exportación. En este caso, las objeciones de Bujarin vuelven a asombrar por la ligereza y marran el tiro, pues Krasin no solo ve la necesidad de perfecciona­r nuestra política aduanera, no solo la reconoce a plenitud, sino que la señala con una exactitud que no admite ni sombra de duda. Esta mejora consiste, primero, en la adopción del sistema de mono­polio del comercio exterior y, segundo, en la formación del sistema de sociedades mixtas.

Bujarin no ve –este es su error más asombroso y, ade­más, uno puramente teórico– que ninguna política aduanera puede ser eficaz en la época del imperialismo donde son monstruosas las diferencias entre los países pobres y los increíblemente ricos. Bujarin alude varias veces a las barreras arancelarias, sin percatarse de que, en las condiciones mencionadas, cual­quiera de los países industriales ricos puede derribar total­mente esas barreras. Con ese objetivo, le basta con instituir una prima de exportación para alentar la exportación a Rusia de mercancías a las que les hemos impuesto una elevada cuota de importación. A todos los países industriales les sobra dinero para ello y, como consecuencia de medidas tales, cualquiera de ellos seguro que puede quebrantar nuestra industria nacional.

Por eso, todos los razonamientos de Bujarin sobre política aduanera significarían en la práctica la renuncia absoluta a proteger la industria rusa y el paso –encubierto con un velo sutilísimo– al sistema de librecambio. Tenemos que combatir eso con todas nuestras fuerzas e incluso en el congreso del partido, puesto que hoy, en la época del imperialismo, no se puede hablar de ninguna política aduanera seria, como no sea la del sistema de monopolio del comercio exterior.

La acusación de Bujarin contra Krasin en el quinto punto de que éste, al parecer no comprende la importancia del aumento de la circulación, la refuta contundentemente lo dicho por Krasin sobre las sociedades mixtas, ya que éstas no persiguen otro objetivo sino el de aumentar la circula­ción, conservando la protección real, y no ficticia, como ocurre con la protección arancelaria, de nuestra industria rusa.

Más adelante, en el punto seis, objetándome a mí, Bujarin da a entender que a él no le importa que el campesino concierte negocios sumamente ventajosos, y que la lucha no se librará entre el campesino y el poder soviético, sino entre éste y el exportador. Eso es, de nuevo, un error craso, porque el exportador, por ejemplo, con las diferencias de precios que yo he señalado (el lino cuesta en Rusia 4 rublos y medio, y en Inglaterra 14) movilizará en torno suyo de la manera más rápida, segura e indudable a todos los campesinos.

De hecho, Bujarin asume la defensa del especulador, del pequeño burgués y de la cúspide del campesinado contra el proletariado industrial que no está absolutamente en con­diciones de reconstruir su industria, de hacer de Rusia un país industrial, a menos que cuente con la protección, no de la política aduanera, sino sola y exclusivamente del monopolio de comercio exterior. En las condiciones de la Rusia actual, cualquier otro proteccio­nismo es totalmente ficticio, no es más que proteccionismo de papel, que en nada beneficia al proletariado. Por eso, desde el punto de vista del proleta­riado y de su industria, esta lucha tiene la mayor importan­cia, es una lucha de principio. El sistema de sociedades mixtas es el único que en realidad puede mejorar la deficiente administración del Comisariado del Pueblo de Comercio Ex­terior, ya que en este sistema trabajan juntos el comerciante extranjero y el mercader ruso. Si ni siquiera en estas condi­ciones sabemos iniciarnos un poco, instruirnos y aprender a fondo, podrá decirse que nuestro pueblo es un pueblo de tontos de remate.

Si seguimos hablando de la «protección aduanera», eso significará que cerraremos los ojos para no ver los peligros señalados por Krasin con plena claridad y que Bujarin no ha logrado refutar en ninguna de sus partes.

Añadiré que la apertura parcial de las fronteras acarrea gravísimos peligros monetarios porque, de hecho, iremos a parar a la situación de Alemania; acarrea gravísimos peli­gros relacionados con la penetración en Rusia, sin la menor posibilidad de control por nuestra parte, de la pequeña burguesía y de toda clase de agentes de los rusos en el extranjero.

El aprovechamiento de las sociedades mixtas para aprender de forma seria
y duradera constituye el único camino hacia el restablecimiento de nuestra industria.

Lenin

Notas

[1] Lenin, OC, t. 45, pp. 350–354. Bujarin había expresado su oposición al monopolio del comercio exterior en una carta al Comité Central, el 15 de octubre de 1922. Krasin, comisario del pueblo de comercio exterior, era uno de los principales aliados de Lenin en la defensa del monopolio.

Comentario HHC:  Como se observa, estas cartas fueron escritas hace 100 años.  En medio de una lucha interna del partido, y la coveniencia en esos momentos de garantizar el monopolio del comercio exterior para el joven estado soviético. Tomando a  Lenin como referente, estaba a favor del monopolio del comercio exterior ya que veia ,entre otros, el peligro,  cuando dice " por ejemplo, con las diferencias de precios que yo he señalado (el lino cuesta en Rusia 4 rublos y medio, y en Inglaterra 14) movilizará en torno suyo de la manera más rápida, segura e indudable a todos los campesinos" . Es decir veia un problema en la separación de los campesinos entorno a la revolución, y como consecuencia una desigualdad potencial acentuada. Notese además, que se interesaba más por la exportación y no tanto la importación, que tambien veia peligros.

Lenin, veia como una solución a las deficiencias ¿ del centralismo?: "El sistema de sociedades mixtas es el único que en realidad puede mejorar la deficiente administración del Comisariado del Pueblo de Comercio Ex­terior". 

La Cuba bloqueada por EEUU necesita de diversificación. EEUU puede perseguir a cientos de empresa estatales, pero no a cientos de miles que pueden  actuar si se liberara la importación con fines comerciales. El Estado no perdería el control, porque regularía lo que se puede y lo que no importar como primera medida. Como segunda, pudiera poner tasas aduanales impositivas a productos según los intereses del país.  Y tercera, via ONAT puede exigirse las declaraciones mensuales y el pago de impuestos correspondientes con fechas limites, a los exportadores y/o importadores privados, y veran si les conviene o no a cada quien, economicamente hablando. 

No se observa, que como condición sine qua non, el Socialismo signifique o necesite el monopolio absoluto del comercio exterior en el periodo de transito, incluso la propiedad social sobre los medios de producción fundamentales, sin una efectiva rendición de cuenta de los , administradores de facto, al pueblo ( los coopropietarios) no es tampoco socialismo, porque se necesita socializar la misma, y la viceministra primera pareciera que estaba, en el mejor de los casos regañando, en vez de aportar mas argumentos , de por qué no. 

La reforma de la empresa estatal socialista, también debe darse en el comercio exterior , debe garantizar el funcionamiento eficiente de lo que demanda el pais en lo fundamental, no la pequeña o mediana empresa, pero hay tantos nichos de mercado de necesidades  que el estado no abarca o no alcanza a cubrirlas al 100 % , que ahi es donde debe darse la oportunidad. 

Pero entiendo que es un tema a debatir, aunque hay dicho mucho en este sentido. Lo que más me preocupa, es que tenemos la tendencia a negar todo en un primer momento, y cuando la vida nos impone condiciones , muchas veces dificiles, entonces se da el paso, que negamos durante mucho tiempo, lo que no refleja aquello que decia Marti, que "gobernar esprever". 


Cuba: Meliá contrata a empresa para vigilar las políticas de USA

 R. R. | Cancún | 15 de agosto de 2022


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La cadena Meliá agregó un nuevo gasto a su balance y es la contratación de la consultora The Raben Group, para vigilar las políticas de hostigamiento comercial del Gobierno Trump a Cuba, en lo que tiene que ver con las hoteleras españolas que operan en la Isla.

Para esta labor la hotelera invierte US$35.000 al mes para obtener informes de posibles perjuicios, pese a la llegada del nuevo gobierno de Biden, que ha cedido, pero habrían nuevos movimientos en la política estadounidense que podría afectar la actividad en Cuba, por lo que la compañía de vigilancia estaría monitoreando los posibles cambios legislativos y en las políticas de USA, así lo recoge Última Hora.

El contrato de Melía con The Raben Group tiene como vigencia hasta el 15 de agosto, plazo que puede ser prorrogado. La consultora trabaja en dos artículos de la ley Helms-Burton que el Departamento de Estado de USA sacó de nuevo a la luz en 2019, los cuales tratan sobre le facultad para iniciar acciones contra “extranjeros que hayan confiscado bienes de nacionales estadounidenses o traficado con dichos bienes”, con lo cual pretendían amparar los reclamos de descendientes de cubanos exiliados y que fueron expropiados por el régimen castrista.

Con lo anterior, los exiliados tendrían demandas contra los grupos hoteleros españoles por los terrenos donde tienen sus hoteles. Es decir, no solo es Meliá que tiene 40 hoteles en la isla, sino también Iberostar, Barceló y Blau Hotels.

Como lo informó REPORTUR.mx, tras la Junta de Accionistas de Meliá llevada a cabo en junio, en la que sus máximos directivos expusieron los planes de recuperación de la hotelera, la cotización del grupo subió más de un 1,7% frente a un Ibex que caía más de un 1%. (Escarrer recibe apoyo masivo en sus planes para la nueva Meliá).

Esta fue la evidencia de que el mercado confía en la estrategia trazada por la compañía para encumbrar la recuperación después de que el grupo registrara pérdidas por 596 y 193 millones en 2020 y 2021, respectivamente.

Tras el bache, el vicepresidente y Ceo del grupo, Gabriel Escarrer, anunció en su momento que la compañía se ha comprometido “a dar un salto cualitativo en su balance y su rentabilidad tanto a corto como a medio y largo plazo, con una reducción de la deuda del grupo en al menos 250 millones, así como a obtener un Ebitda de al menos 400 millones en 2022, excluyendo plusvalías, y a mejorar, en el año 2024, el margen de Ebitda del Grupo en no menos de 300 puntos básicos”.