Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 8 de agosto de 2024

Cuba: Breve análisis de la economía en el primer semestre del 2024

 La economía cubana pasa por sus peores momentos y especialistas consideran urgente implementar una reforma integral que frene el estancamiento y favorezca el cambio.




Persisten un grupo de distorsiones que afectan el desempeño económico, cuya solución es anhelada por la población cubana.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

En los últimos años hablar de economía cubana se torna cada vez más monótono. De pronto surgen noticias o anuncios interesantes, sin embargo, nada cambia en sentido positivo, al contrario, se fortalecen las tendencias hacia la deformación estructural de la economía.

Por ejemplo, la economía cubana en 2023 decreció 1.9% con respecto a 2022 a precios constantes y en años anteriores o también decrecía o los crecimientos eran insignificantes.

Sucede que en la actualidad continúan presentes un grupo de distorsiones que afectan el desempeño económico, cuya solución es anhelada por la población cubana. Al cierre de diciembre de 2023 persistían, entre otros problemas:

  1. El déficit fiscal según estimaciones en ese año, era uno de los más altos de los últimos tiempos y uno de los más altos del mundo.
  2. Presencia de una alta inflación, que, aunque disminuyen los ritmos de crecimiento, se encuentran en valores muy altos.
  3. La producción material casi no crece y en rubros relacionados con la alimentación de la población decrecen, como las carnes, arroz, frijoles, huevos, entre otros.
  4. Se mantiene el déficit comercial de bienes y servicios, aunque en este último caso, las exportaciones se recuperan con respecto a años anteriores.
  5. El turismo crece, pero incumple los planes acordados.
  6. El déficit de combustibles ha propiciado largos apagones en los hogares.
  7. La canasta básica se ha cumplido intermitente fuera de los plazos acordados.
  8. El transporte está en una situación de crisis en todo el país, especialmente en las zonas rurales.

Esos elementos permiten conocer que la situación en el primer semestre del 2024 nada ha cambiado en datos concretos. Nos lleva a que se siguen repitiendo esos factores o distorsiones.

  1. Alto déficit fiscal
  2. Exceso de emisión monetaria que no se logra recuperar vía ingresos al presupuesto estatal, por la baja oferta estatal de bienes.
  3. Poca producción
  4. Limitaciones de combustibles.
  5. Poco crédito, balanza insuficiente de divisas.
  6. Zafra azucarera más baja de los últimos 100 años.
  7. Continúa el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y pensiones.
  8. Canasta básica con grandes dificultades para su completamiento a las familias cubanas.
  9. Incumplimiento de los ingresos de los rubros exportables como níquel, azúcar, miel, ron y camarones de mar.
  10. Las importaciones se cumplieron al 58%, solamente priorizando los alimentos, combustibles, medicamentos e insumos médicos.

Estos indicadores permiten afirmar que la economía cubana está en bancarrota, es decir, en su peor momento económico, y las autoridades toman medidas que no favorecen el cambio de esas tendencias. En vez de intentar frenar el avance de una parte de esa economía (sector no estatal) que le quieren decir complementaria, a pesar de que vendieron 44% de los bienes y servicios que consumió el país en 2023, lo que deberían es competir importando mercancías y vendiendo a mejores precios.

Analizaremos algunos indicadores generales de la economía cubana en este primer semestre. 

Inflación

Aunque se mantiene una tendencia a la desaceleración desde 2023, se manifiesta una resistencia a la reducción de la inflación que se encuentra en el entorno del 30%. Esto no significa que bajen los precios, que siguen creciendo, pero a un ritmo menor.

Así, en junio de 2024 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en un 417, 79 respecto al año base de 2010, con una variación interanual del 30,79% según gráfico.


El gráfico solo es demostrativo de que los precios se mantienen creciendo, a pesar de las más de 400 medidas económicas que dicen las autoridades cubanas que se han implementado para hacer crecer la economía. En ese crecimiento de los precios se destacan los alimentos, pero dentro de ellos especialmente se encuentra la carne de cerdo y los frijoles.

Es decir, la inflación se mantiene creciendo con fuerte impacto sobre el poder adquisitivo de las familias cubanas.

Aunque el gobierno cubano ha mencionado que se actualizará el costo de la canasta familiar normada (cuota básica de alimentos que distribuye el Estado a cada persona mediante la libreta de abastecimiento), elemento que no conlleva tanto análisis, está más que demostrado que los cálculos iniciales se hicieron con una tasa de cambio de 1 por 25, pero hoy la población compra con precios que incluyen la tasa de cambio informal siempre superior a 300 pesos por dólar.

Hay que destacar que los salarios han tenido incrementos, pero insuficientes para los niveles de precios existentes. Así el salario medio del país ascendió en el primer semestre de 2024 a 5750 CUP mensual y en el sistema empresarial el promedio mensual fue de 5 955 CUP.

En el ámbito del redimensionamiento del mercado cambiario, el primer ministro Manuel Marrero en las sesiones parlamentarias concluidas el pasado 20 de julio mencionó el mercado ilegal de divisas. Recordó que, en la pasada sesión del Parlamento, a fines de 2023, “nos referimos a que tenemos que ponerle fin, a que desde un país en el extranjero y desde una computadora, se proyecte cuál es la tasa de cambio que debe regir en el país (Cuba)”.

El redimensionamiento lleva una implementación gradual, explicó, “ir reduciendo la brecha cambiaria en la economía, administrando los desequilibrios”. “Ir directo a una nueva tasa de cambio traería una devaluación del peso y un efecto no deseado en la inflación, los precios y los bajos salarios. Los análisis realizados indican que, con el propósito de crear condiciones, se deben implementar varias medidas”, agregó.

Esas medidas son recoger el exceso de circulante del peso, avanzar en la dolarización parcial de la economía y en el proceso de bancarización, e incrementar la recaudación tributaria y fiscal.

Lo que piensan las autoridades tiene cierta lógica, pero lo primero que hay que aclararles a ellas es el término ilegal para referirse a la venta o compra de divisas, porque eso induce que hay un mercado legal. La pregunta es: ¿cuál es ese mercado al que podría acceder una mipyme (micro, pequeña y mediana empresa) a comprar las divisas necesarias para sus importaciones?

Es decir, el estado compra divisas en CADECA a una tasa de 1 dólar por 120 pesos cubanos, pero no le vende a las mipymes a esa tasa. 

Precios

La inflación de la economía cubana tiene su manifestación evidente en los altos precios de alimentos, bienes y servicios y su relación con los ingresos de la población.

Evidentemente hay una disminución de las ventas que el estado ofrece con respecto a períodos anteriores, y ese espacio lo han venido ocupando las formas no estatales, especialmente las mipymes.

Son frecuentes los comentarios que se esgrimen para atribuirle a las mipymes una responsabilidad significativa en la situación de crisis actual, en particular, de la inflación, baja recaudación fiscal y creciente desigualdad. Pero en realidad, las causas de esa situación se deben al inadecuado uso de los instrumentos existentes.

Además, se ha venido orquestando una campaña de los altos precios de los productos de esas formas de propiedad, y es cierto que hay altos precios. Pero hay mucho conocimiento de que en las tiendas estatales, ahora en manos del Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), mantienen altos márgenes de ganancias por diferentes motivos, lo cual conlleva que sus precios en la mayoría de las ocasiones superan a las mipymes.

El primer ministro cubano reconoció que en las tiendas MLC los productos pueden ser más caros que en las mipymes, porque no se importan desde los mismos países, y afirmó que las TRD (Tiendas de Recaudación de Divisas) tomarán medidas sobre el asunto.

Se han aprobado 408 mipymes con la comercialización mayorista y minorista como actividad principal y otras 4 636 con esta actividad como objeto secundario. Y a mi entender deben aprobarse todas las que los empresarios cubanos soliciten. El mercado y los precios se ajustan, en este caso los riesgos van por parte del empresario, sin embargo, ellos ofrecen más bienes y servicios.

La tarea del estado es cobrar los impuestos correspondientes, no permitir la evasión fiscal. Pero no desde el poder desestimular estas formas de propiedad, que es el mensaje que se está ofreciendo. Me pregunto ¿en qué lugar de la tierra, un estado tiene que estar administrando los negocios de alimentación y gastronomía? Y si lo hace, lo debe hacer en base a la competencia y no a la imposición de medidas que van en contra de los bienes que necesita la población.

La tabla siguiente muestra el elevado dinamismo que estaban teniendo las ventas de las mipymes en un año, (11 046 mipymes aprobadas desde 2021) a pesar de que las autoridades han expresado que muchas evaden información. No obstante, aceptándola como válida, las ventas de las mipymes crecieron casi 900% en 2023 con respecto a 2024, lo que estaría evidenciando que este año 2024 el crecimiento sería descomunal.


A pesar de lo complejo que les resulta obtener divisas a las formas no estatales, estas importaron bienes por valor de 900 millones en el primer semestre de 2004. De ellos correspondieron a las mipymes 622 millones, valores muy superiores a períodos anteriores. Es decir, tienen un enorme potencial.

 Turismo

Un sector que llegó a tener el papel de la locomotora cubana, hoy sus resultados están distantes de las necesidades de divisas que necesita el país.

Aunque el turismo creció 1.8% en 2023, esos 1.8 millones de visitantes fueron solo 85% del plan y 51.6% de lo alcanzado en 2019. Los principales mercados emisores fueron Canadá, Rusia, los cubanos residentes en el exterior y Alemania. Lo llamativo es que los mercados más cercanos y competidores de Cuba, como la Rivera Maya y Cancún en México y República Dominicana, ya han superado los indicadores de precrisis.

No se puede desconocer que a esos países viajan los turistas estadounidenses, pero lo que es real también es que en el 2018 tampoco esos turistas venían a Cuba y se lograron más de 4.7 millones de visitantes.

El turismo no puede ser ajeno a la situación de la economía del país. Eso deriva en que la industria del ocio está sometida a muchas carencias como la falta de mantenimiento en los principales polos turísticos del país, las dificultades con la alimentación, la falta de fluido eléctrico, el estado de las carreteras, la falta de aviones propios, entre otros elementos adversos.

Es por eso que, al cierre del mes de junio del 2024, el turismo apenas crece en comparación con 2023, según la siguiente tabla:


Agricultura

Un sector tan necesario para enrumbar la economía cubana es la agricultura, por lo estratégico en la alimentación de la población. Sin embargo, al cierre de junio del 2024, se informaba que se incumplieron la mayoría de las producciones agropecuarias, por el déficit de fertilizantes, plaguicidas, fungicidas, combustibles y alimento animal como una de las principales causas de los déficits productivos.

Se destacan los incumplimientos en productos básicos como el huevo, la carne y la leche.

Alexis Rodríguez Pérez, director general de Economía y Desarrollo Agropecuario del Ministerio de Agricultura decía en la pasada Asamblea lo siguiente:

“En las producciones pecuarias, los índices de producción de carne bovina y equina han estado afectados por el deficiente trabajo organizativo entre las empresas y el cárnico para la contratación de los productores, la insuficiencia en la transportación de los animales al matadero por falta de combustible, el bajo peso de los animales sacrificados por déficit en la alimentación y la sequía en algunos territorios. De un plan acumulado de 20 400 toneladas de esta carne, se produjeron solo 15 200 toneladas.”

“En la carne de cerdo se evidencia un decrecimiento en 1 800 toneladas en igual periodo del año 2023. De un plan acumulado de 11 300 toneladas, se produjeron solo 3 800 toneladas en el periodo analizado. En el caso del huevo, la situación es similar. Se produjeron 231 900 000 unidades, 94 070 000 unidades menos del plan previsto. Otros productos también marcan la tendencia a la baja con respecto al plan: el frijol, el tabaco agrícola, la leche, el café, el cacao y la miel.”

Lo evidente es que, si la agricultura no acaba de resolver el aumento de la producción agrícola al menos en los productos esenciales en la dieta familiar cubana, es muy difícil que se logren resultados positivos en la llamada estabilización macroeconómica, término muy en boga en la actualidad, pero cuyo plan se desconoce en concreto.

La pregunta es la siguiente, ¿para qué le sirven a la población esas informaciones de la Asamblea Nacional, si la ciudadanía no lo siente en su vida cotidiana? Lo que necesita el país es saber qué medidas concretas se han tomado para revertir ese escenario, qué nudos se les han quitado a los productores, si ya Acopio les pagará las cuentas pendientes a los productores, entre otras disposiciones.

Y cuándo empezará a pagársele a los productores en una parte con divisas los productos alimenticios que se importan y que fue una de las medidas que se anunció que se tomarían, especialmente en el arroz.

Lo evidente es que, si la agricultura no acaba de resolver el aumento de la producción agrícola al menos en los productos esenciales en la dieta familiar cubana, es muy difícil que se logren resultados positivos en la llamada estabilización macroeconómica, término muy en boga en la actualidad, pero cuyo plan se desconoce en concreto. 

Zafra Azucarera

Algo relacionado con la agricultura es la zafra azucarera, ya que uno de los problemas fundamentales es la falta de caña para la industria y cada vez decrece más, debido a disimiles factores, los recursos que no llegan a tiempo y la desmotivación de los agricultores, por el aún bajo precio que se paga por la tonelada de caña, aunque es justo plantear que el precio de la caña se ha subido en varias ocasiones, pero aún resulta insuficiente.

A los factores ya conocidos de los retrasos en las inversiones, la falta de piezas y repuesto, entre otras carencias, según directivos del grupo empresarial Azcuba se le suma “la poca disponibilidad de lubricantes, combustibles y otros insumos. La mayoría de las empresas agroindustriales incumplieron su plan de producción, mezclándose problemas subjetivos con limitaciones reales de carencias, lo cual revela indisciplinas y falta de exigencia de presidentes de cooperativas y jefes de áreas en la industria”.

Julio García Pérez, presidente de Azcuba, se refirió también a la fluctuación de la fuerza de trabajo como uno de los elementos distintivos de los últimos años en el sector. El directivo señaló entre los principales motivos de la migración la búsqueda de oportunidades laborales de mayor remuneración y la demanda de fuerza de trabajo calificada por parte de los nuevos actores económicos.

En concreto, las zafras apenas sobrepasan las 300 000 toneladas, valores de más de 100 años atrás, cuando no existía la mecanización actual.

El siguiente gráfico ilustra por sí mismo la situación existente con la producción de azúcar del país:


Industria Manufacturera

Cuando se analiza la producción industrial del país, se concluye que es un sector en franco deterioro, con grandes obsolescencias tecnológicas y muy distante de su potencial técnico. Así vemos que el índice del volumen físico de la industria continúa retrocediendo cada año. Nada muestra que en el primer semestre del 2024 esos indicadores hayan mejorado, sino todo lo contrario.


Determinadas producciones industriales relacionadas con dos temas sensibles por los efectos en la población han tenido un deterioro ostensible en estos años, como la elaboración de productos para la alimentación y de materiales de la construcción para la reparación y mantenimiento de las viviendas.


Estos indicadores de la producción de materiales de la construcción en decrecimiento ilustran que solucionar el tema de la vivienda es una de las promesas incumplidas desde el inicio del proceso revolucionario cubano, y no se vislumbra que el país logre obtener las 100 000 viviendas anuales que un programa especial de 2006 esperó construir. Es falta de materiales los ilustra.


La directora general de la Vivienda del Ministerio de la Construcción, Delilah Díaz expuso durante las sesiones parlamentarias que el déficit habitacional en Cuba suma más de 850 000 hogares, y que el deterioro de la vivienda incluye la persistencia de 8 915 cuarterías y ciudadelas y 87 368 casas con pisos de tierra..

Conocer que en el primer semestre de 2024 se construyeron solamente 4 159 viviendas, que representaron 49% del plan para la fecha, podemos concluir que el tema de la vivienda estará irresuelto por un periodo muy largo.

En resumen, la industria cubana no se recupera, pero, sobre todo, un grupo de esas empresas industriales figuran entre las 340 con pérdidas al cierre del primer semestre del 2024, donde 67 de ellas están en el sector agropecuario, 45 azucareras y 11 de la industria alimentaria.

Evidentemente el gobierno no aborda con el énfasis necesario el tema de la descapitalización industrial, y eso se demuestra en que no aparecen medidas concretas para evitar ese deterioro.



Hay muchos temas que servirían para hacer el balance actual de la economía cubana, pero hoy la mayoría de los sectores presentan una situación compleja.

Por ejemplo, en el Transporte continua la tendencia de decrecimiento en la transportación de pasajeros en el país y que tiene su base, entre otros factores, en el deterioro del coeficiente de disponibilidad técnica y las limitaciones de combustible. Para 2024, el plan contempla 1 306 millones de pasajeros y, hasta abril, se alcanzaban 908 millones.

El ministro de Transporte Eduardo Rodríguez Dávila señaló que, al cierre de abril, el 52% de las rutas de las Empresas Provinciales de Transporte estaban paralizadas y de las activas, el 86% contaba con solo un viaje en la mañana y otro en la tarde. Las provincias de Camagüey, Granma, Villa Clara, Ciego de Ávila, Holguín, Matanzas y Artemisa son las que presentan una situación más crítica.

En general, hay dificultades en todos los sectores económicos. Se le suman los de la Higiene Comunal, especialmente en la capital del país. El déficit de medicamentos en las farmacias, algunos de venta controlada, es también alarmante. Muchos centros de salud sufren un deterioro importante. Las instalaciones deportivas y culturales tienen el mismo escenario de desgaste. 

Deuda externa

Unas de las trabas principales que sufre la economía cubana, es su abultada deuda externa, especialmente las que han sido renegociadas varias veces con el Club de Paris, después que una parte importante de su total le fuera condonado. Un acuerdo del Club de París de 2015 perdonó 8500 millones de dólares de los 11 100 millones en deuda soberana que La Habana incumplió desde 1986.

No olvidar que la deuda de Cuba con ese Club sigue siendo alta por las condiciones de pocos ingresos en divisas que tiene la economía cubana en estos momentos. La deuda de Cuba con el Club de París ascendía a 4620 millones de dólares al cierre de 2023, la segunda mayor de toda América Latina y el Caribe.

En su informe, con cifras al cierre del pasado año, el Club de París precisa que, de la deuda cubana, 259 millones obedecen a sumas otorgadas a La Habana por instituciones (incluyendo créditos a la exportación o de agencias para el desarrollo) como asistencia oficial al desarrollo, y los 4360 millones restantes son de ayuda no oficial al desarrollo.

En la cuenta X el economista cubano Pedro Monreal (@pmmonreal) expresaba el pasado 25 de julio, que:

“Aunque la deuda de Cuba con el Club de París era el 15,7% de la deuda total del país en diciembre de 2023 (29.400 millones de dólares), el impago de la deuda soberana es un factor importante en la valoración del ‘riesgo país’ e influye en el acceso al crédito internacional”.

La falta de divisas a la economía cubana, hace de nuevo recurvar hacia la redolarización directa de la economía, que además le dicen dolarización parcial. El propio primer ministro Manuel Marrero anunció ante la Asamblea Nacional que sectores de la economía serían redolarizados, entre ellos el turismo y un segmento de la comercialización interna, así como los impuestos de importación al sector privado, mediante el uso directo de la moneda estadounidense.

La medida, in extremis, es una vuelta atrás en las promesas oficiales de erradicar progresivamente la circulación del dólar, al tiempo que es una reversión, al menos parcial, del proceso de bancarización, uno de los programas estratégicos del gobierno.

En septiembre de 2023, durante la visita anual que realizaron a Cuba los representantes del Club de París a La Habana, el entonces ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas, reiteró “la voluntad del gobierno cubano de honrar los compromisos asumidos con nuestros acreedores” siempre que sean en condiciones viables para la isla. Pero en la concreta es que no se ha producido ningún pago para hacer rebajar el monto pendiente. 

Conclusiones

Solo se han analizado algunas áreas de la economía cubana que demuestran que la economía cubana no remonta periodos anteriores de mejor situación económica. Sin embargo, las autoridades cubanas no exponen con claridad las insuficiencias que presenta el esquema de planificación centralizado que utilizan, y sigue solo en anuncios el llamado programa de estabilización macroeconómica. Además, sus prometidos resultados positivos hacia el crecimiento económico no aparecen hasta el día de hoy.

Cuando han existido trabajos académicos rigurosos que plantean ciertas soluciones, la defensa que esgrimen las autoridades es que las redes sociales solo se concentran en los males y no en el sacrificio de las autoridades para resolver las dificultades. Como sucedió cuando se comentaba que los conglomerados estatales tienen mayores precios en sus productos que los de las mipymes.

Mientras el  estado no reconozca que debe dar rienda suelta al aumento de las mipymes, cosa que no está haciendo en la actualidad, no tiene sentido que no se le otorgue también mayor autonomía a la empresa estatal, y no se acabe de aprobar la llamada Ley de Empresas, una de las primeras medidas que deberían haberse aprobado y que se conoce que ha sido torpedeada por algunas instituciones, que no quieren perder prerrogativas.

La evidencia de la situación de la economía cubana impone que el estado acabe de tomar medidas redistributivas en la sociedad, dejar de subsidiar empresas irrentables recurrentes e incrementar las jubilaciones otorgadas antes del ordenamiento monetario en un primer momento, terminar con los subsidios generalizados por el subsidio a los grupos sociales más bajos. Medidas de corto plazo.

La solución ya repetida por todos, es implementar la pospuesta reforma integral de la economía y darle al mercado el papel que debe ocupar en una sociedad con tanta ineficiencia económica y que para los malentendidos no es pasar al capitalismo neoliberal, sino un modelo social con mercado, como ha aplicado China y Viet Nam. (2024)

miércoles, 7 de agosto de 2024

Sin ternero no hay vaca

Se insiste en que no es una guerra contra las pymes; sin embargo, indican lo contrario las medidas que quienes lo aseguran han anunciado y admitido.




Un pequeño agricultor del cono sur latinoamericano de apellido Mujica nos recordaba que, para tener vacas, hay que tener terneros, y para ello hay que tener pasto, y que para tener pasto hay que tener tierra. Con ello ponía de manifiesto algo que parece una obviedad, y es la necesidad de entender estos procesos en toda su magnitud y amplitud, en lugar de verlos segmentados y separados unos de otros.

No es este un artículo para abordar los problemas del sector agropecuario cubano, algo que ha sido tratado en muchos otros y por muchos otros colegas más entendidos que yo en la materia. Mi propósito es invitar a razonar sobre nuestra economía y la manera en que en los últimos tiempos se intenta conducirla, y claro que la agricultura está implícitamente incluida.

Nuestra economía, como cualquier otra, es como la vaca de marras: necesita de sus terneros, que en este caso serían sus empresas; del pasto, que vendría a ser las fuentes de inversión; y de la tierra adecuada, que no sería otra cosa que la instituciones y organizaciones que garantizarían que el pasto crezca fuerte y abundante.

La economía cubana ha ido secándose poco a poco y, como una vaca mal alimentada, no da la leche suficiente, las empresas —todas, salvo aquellas 268 que concentran el 80 % de las ventas y las 20 que ingresan el 80 % de los dineros externos— apenas alcanzan a sobrevivir, los recursos para invertir son escasos y no se aprovechan bien cuando se tienen, e incluso ocurre que cuando aparecen —sean internos o externos— no les damos el tratamiento conveniente; y los arreglos institucionales muchas veces no son los adecuados para alcanzar la dinámica necesaria. Se ha dicho muchas veces, es cierto, pero no queda más remedio que repetirlo, porque de igual manera se repiten, también muchas veces, las decisiones que nos han traído hasta aquí.

Si se resumiera en unos cuantos indicadores la situación macroeconómica de acuerdo con lo publicado en julio, la fotografía sería: PIB con una dinámica negativa; oferta insuficiente; déficit fiscal de más de dos dígitos; tasa de inversión nacional secularmente baja; inflación de más de dos dígitos; insuficiente poder de compra del salario; balanza comercial y de cuenta corriente negativas; deuda externa y servicio de la deuda muy elevada; flujo de inversión extranjera insuficiente. Aun si el bloqueo no existiera, salir de esta situación requeriría medidas acordes a la gravedad de las condiciones y con mucha consistencia.


Foto: Kaloian.

Lo que resulta sorprendente es: 
  • primero, que seis meses después de diciembre de 2023, el Gobierno sigue sin hacer público un programa integral de reformas (metas, plazos, fechas, organizaciones responsables) que dé respuesta a la situación;
  • que reconociendo que una de las grandes debilidades de la economía cubana está en los bajos niveles de producción y productividad del sector agropecuario, no se revise profundamente el programa de 63 medidas y se realice una reforma profunda del sector agropecuario cubano, incluidos ministerio, delegaciones, osdes y empresas.
  • que tanto en diciembre como en julio, una buena parte de las medidas/ideas que se anuncian estén más concentradas en enmendar errores que en aprovechar oportunidades y generar confianza en el futuro;
  • que varias de las medidas anunciadas desde diciembre sean inconsistentes entre sí; por ejemplo, fortalecer el valor del peso cubano mientras se expande la dolarización parcial de la economía; impulsar el crecimiento aumentado la carga fiscal mientras se eliminan los beneficios fiscales a los actores económicos; o fijar márgenes de utilidad a las empresas utilizando una tasa de cambio que para nada refleja las condiciones reales del mercado;
  • que teniendo un déficit de oferta sustantivo y no estando el Estado ni sus empresas en capacidad de cubrirlo, se establezca el cobro de aranceles y servicios portuarios en divisas, lo cual reducirá las importaciones y se traducirá en un incremento de precios a la población;
  • que reconociendo lo insuficiente del salario y las jubilaciones y pensiones, se aprueben todas estas medidas y algunas más que reducirán todavía más la capacidad adquisitiva del salario;
  • que reconociendo la necesidad de que el sector empresarial se dinamice y sabiendo que la falta de autonomía de dichas empresas es una de las principales causas de su bajo dinamismo, se permita que intereses sectoriales y ministeriales sigan posponiendo la aprobación de la tan anunciada ley de empresas;
  • que, habiendo sido el sector privado empresarial el que ha podido contribuir a dinamizar la oferta, incrementar el empleo, mejorar el sistema productivo cubano y recuperar infraestructuras y sistemas productivos prácticamente abandonados muchos de ellos, se tomen medidas que ralentizan la creación de nuevas pymes, dificultan las importaciones al reducir la cantidad de empresas estatales importadoras; y se obligue a pagar a los proveedores desde bancos cubanos que han demostrado no poder garantizar esos pagos, sea por el bloqueo o por otras razones asociadas a su propia debilidad en términos financieros.
  • que habiendo las pymes contribuido con el 15 % del ingreso tributario, se tomen medidas dirigidas a frenar su creación, a burocratizar aún más el proceso y a obligarlas a constreñir su actividad al municipio en que está su residencia fiscal, como si los negocios entendieran de fronteras administrativas, condenando además a los municipios más pobres a no recibir “flujos externos nacionales” de capital que dinamicen sus economías.
  • que mientras se reclama de forma sistemática a las pymes que se inserten en los procesos productivos y produzcan (algo que ya algunas hacen), se intente limitar su capacidad de acumulación y su posibilidad de conseguir financiamiento para cumplir ese reclamo.
  • que en los medios oficiales y en los discursos se insista en que las pymes y los TCP son los culpables de la inflación y la descapitalización del país, cuando los propios datos oficiales muestran que el inicio del proceso inflacionario antecede en al menos un año a las pymes y tiene en la mala ejecución del llamado “Ordenamiento” una de sus causas; mientras que la descapitalización está asociada al baja tasa de inversión y a una asignación de recursos de inversión a todas luces incorrecta.
  • que estando demostrada la necesidad de obtener flujos de inversión extranjera y nuevos créditos, se siga pidiendo comprensión a los acreedores, en lugar de presentar un plan concreto de negociación de la deuda externa, incluido el pago de los dividendos retenidos a los inversionistas extranjeros.

Es como si existiera un interés especial en ralentizar / detener / impedir / trabar / estorbar todo aquello que genere dinamismo económico, nuevas oportunidades, esperanza y confianza en el futuro. Y resulta algo muy raro, teniendo en cuenta que Cuba está siendo desengranada por una emigración sin freno, algo que compromete estratégicamente nuestro presente y nuestro futuro. Resulta todavía más raro que haya tanta coincidencia, con los que, desde otras latitudes y longitudes, también apuestan y hacen por el fracaso del llamado sector complementario. Es como si se hubieran puesto de acuerdo.

Es cierto que se insiste en que no es una guerra contra las pymes; sin embargo, las mismas medidas que quienes lo aseguran han anunciado y admitido —entre las que no incluyo aquellas dirigidas a elevar la disciplina fiscal, que me parecen necesarias— están indicando lo contrario.

Más abajo listo un grupo de acciones que podrían ayudar a crear la confianza necesaria. Las enumero en el orden en que entiendo sería más adecuado. Casi todas han sido propuestas antes por diferentes economistas cubanos. Se puede, incluso sin muchos recursos, se puede. 

  1. Comenzar de inmediato la migración paulatina del subsidio a productos hacia el subsidio a personas.
  2. Negociar la deuda externa. Hoy existen algunas experiencias puntuales de cambio de deuda por activos o concesiones productivas.
  3. Terminar de aprobar la ley de empresas estatales y que esta garantice la autonomía prometida desde hace más de cuarenta años, cuando se implantó el Sistema de Dirección y Planificación de la Economía.
  4. Reducir el aporte por la inversión estatal que las empresas estatales pagan, en especial a las empresas exportadoras y de alta tecnología.
  5. Ampliar el rango de las actividades que pueden ser desempeñadas por el sector privado.
  6. Aprovechar la municipalización de la aprobación de los actores económicos y aprobar un mecanismo expedito para la creación de nuevas mipymes, totalmente transparente y que siga los estándares internacionales.
  7. Volver a conceder el beneficio fiscal de un año sin impuestos para todas las nuevas formas de gestión, estatales y no estatales.
  8. Establecer beneficios fiscales y arancelarios específicos que favorezcan a las pymes de alta tecnología, sean estatales o privadas.
  9. Permitir la creación de empresas no estatales Import-Export.
  10. Eliminar la obligatoriedad de la contratación de fuerza de trabajo a través de empresas empleadoras estatales.
  11. Culminar la aprobación del reglamento que habilita la inversión extranjera con las formas de gestión no estatales.
  12. Extender la condición de pymes a los productores agropecuarios privados y a las cooperativas agropecuarias y otorgarles beneficios fiscales y arancelarios para operaciones productivas condicionadas a resultados comprobables.
  13. Restituir la posibilidad de definir objetos sociales amplios para todos los actores (estatales y privados) y eliminar el límite de cinco actividades complementarias establecido con posterioridad.
  14. Fomentar la creación de Zonas Especiales de Desarrollo Local, que disfruten de beneficios fiscales y arancelarios y sean aprobadas por las autoridades locales.
  15. Permitir el usufructo de tierras para la producción agropecuaria a las nuevas formas de gestión no estatales.
  16. Reducir significativamente el aparato del Estado en un proceso paulatino, con plazos establecidos y con protección temporal para los empleados en dichos ministerios.
  17. Abrir el sector bancario cubano a operaciones de la banca internacional utilizando mecanismo de supervisión y regulación que cumplan con los estándares internacionales.
  18. Establecer la obligatoriedad de la licitación pública de todos aquellos bienes del pueblo que vayan a ser cedidos temporalmente a las formas no estatales de gestión, incluidas tierras en usufructo.

Foto: Kaloian.

Simultáneamente habría que actuar sobre el mercado monetario:

  1. Destinar un fondo en dólares a la creación del mercado cambiario. El fondo podría tener participación estatal y no estatal, nacional y extranjera sobre la base de acciones de participación con rendimientos variables.
  2. Comenzar la creación del mercado cambiario estableciendo en una primera etapa un circuito reducido de empresas estatales y no estatales, con prioridad para las empresas exportadoras, las de alta tecnología, productores agropecuarios estatales y privados, e importadores de materias primas para la producción de alimentos.
  3. Establecer una franja de flotación para la tasa de cambio en ese mercado.
  4. Formalizar a aquellos operadores informales que actúan en el mercado cambiario y quieran acogerse a la oportunidad.
  5. Fomentar la creación de fondos de inversión mixtos (estatales-privados nacionales y extranjeros) para fomentar la producción agropecuaria y acometer obras de infraestructura cumpliendo los estándares internacionales para este tipo de negocios.
Si no se atiende a los terneros, si se les daña, si no se les crean las condiciones apropiadas para que crezcan, si se les espanta, si convertimos la tierra de pasto en pantano… no, no tendremos vaca.

martes, 6 de agosto de 2024

Mijaín contra Mijaín





No había odio. No había fiereza. El duelo con los otros nunca fue superior al que entabló contra sí mismo. Con el tiempo. Con la historia y sus devenires de reyes caídos y otros puestos. Mijaín contra Mijaín, y ya había logrado tanto...

En los días previos a la cita de oro, salió a tomar el sol escaso de la capital francesa, complació a los fans, paseó su sonrisa por el Champ-de-Mars Arena como si no estuviera a punto de desafiarlo todo.

De este lado del Atlántico, los corazones empezaron a sufrir, a contar las horas. Tantos cayeron antes. Tantos lo harán después. Será posible lo que nunca ha sido?

En los combates se le vió grande, fuerte. Diferente a los cuatro momentos de infarto anteriores en Beijing, Londres, Río, Tokio. Ahora más pesado, pero igual de dominante, en el centro del colchón. Como dádiva, regaló sendos puntos al iraní y al azerí. Y en televisión nacional aseguró que volvería a bailar.

Llegó el día. Duelo de cubanos. El hijo adoptivo de Chile hizo fuerza, trató, tenía la juventud de su parte, pero el gigante de 41 años había empeñado su palabra, sabía de los sueños y los descalabros.

No había odio en sus ojos. No había fiereza. Los ojos negros fijos en algo que solo él podia ver, y el cuerpo haciendo su trabajo, la fuerza y la técnica grabada en los músculos a fuego en más de dos décadas.

La pasividad del chileno, la proyección y el de Herradura se pone arriba. Luego otro punto más, y otro. Son seis, pero no descansa. Se planta encima del colchón, a salvo de sorpresas. Se acaba el tiempo.

Mijaín levanta los brazos y lo que viene después parece transcurrir en cámara lenta. Proyecta al entrenador como siempre, carga al segundo con una frescura inconcebible. Abraza. Está empapado de sudor, pero está vez no hay manera de camuflar las lágrimas.

Entonces se queda solo en el colchón donde se convirtió en el único atleta en ganar cinco oros olímpicos en la misma disciplina individual. Está plantado otra vez, porque sabe que será la última.

Se arrodilla, besa la lona y los fotógrafos se vuelven locos. Luego, se quita las zapatillas, lentamente, y las deja en el centro que ha sido su dominio durante tantos años.



Mijaín es pentacampeón olímpico, es historia, es suceso entre los muchos sucesos de este Paris 2024. Pero Mijaín no baila. Cuba tampoco. Es un sentimiento confuso. La gloria y el adiós. Todo al mismo tiempo. Yo escribo después de tiempo sin hacerlo y no puedo evitar llorar.

Antonio Romero: “En Cuba los dogmas se imponen a la racionalidad económica”

 El profesor titular de la Universidad de La Habana coincide con sus colegas en que la salida a la crisis cubana requiere de una transformación estructural.

por  Osvaldo Pupo
agosto 6, 2024
en Economía


El profesor titular de la Universidad de La Habana, Antonio Romero, conversa sobre el programa de estabilización macroeconómica en Cuba. Foto: Osvaldo Pupo/OnCuba


En los últimos meses la palabra macroeconomía ha salido de boca de los cubanos como nunca antes, siguiendo el anuncio, a finales de 2023, de un programa gubernamental para enderezar la golpeada economía de la isla. Los planes se mantienen casi en secreto y solo trascienden notas de reuniones oficiales y los discursos en el parlamento.

Sin embargo, algunos economistas cubanos miran con recelo el nuevo intento de rescatar las finanzas cubanas, las cuales cayeron en número rojos el año pasado, con un decrecimiento del 1,9 % del PIB, parte de una estela de poco o nulo crecimiento económico.

El mencionado es, al menos, el cuarto programa de Gobierno desde que 2019 busca salir de la crisis o impulsar el desarrollo productivo. Los anteriores, incluida la fallida Tarea Ordenamiento en 2021, no han obtenido los resultados esperados. Según algunos expertos, se debe a la aplicación parcial de las medidas de reforma o la ejecución de una serie de acciones sin el orden establecido desde la academia, entre otras causas objetivas.

El profesor titular de la Universidad de La Habana y Doctor en Ciencias Económicas Antonio Romero, se une al reclamo de varios colegas de que Cuba necesita una transformación estructural de la economía que, según opina, tuvo una expresión real con los Lineamientos de la Política Económica y Social, aprobados en 2011 por el Partido Comunista de Cuba.

Sin embargo, el académico del Centro de Investigación de Economía Internacional y exdecano de la Facultad de Economía considera que no ha existido voluntad ni consenso político para la implementación de ese documento programático.

Los problemas del modelo cubano permanecen más de una década después y son los denominados desequilibrios macroeconómicos que impiden el desarrollo del país. En entrevista con OnCuba, Romero valora el impacto de estas condiciones y evalúa la efectividad de las proyecciones del Gobierno para enfrentarlas.

¿Qué es la macroeconomía y por qué es importante para entender la crisis cubana?

Existen tres niveles para realizar un análisis económico: el macroeconómico, el mesoeconómico y el microeconómico. El primero es el más general; hace referencia a los principales equilibrios que tienen que darse en una economía nacional y que son fundamentales para que las transacciones, el crecimiento, el impulso de los agentes económicos y lo relacionado con la producción, distribución, cambio y consumo, transcurra de manera adecuada.

La mesoeconomía estudia las ramas y sectores de la economía. Y la microeconomía se refiere a mercados específicos, agentes económicos específicos; empresas, productos.

Desde hace mucho, varios economistas hemos dicho que Cuba ha acumulado importantes desequilibrios macroeconómicos y, por eso, se necesita diseñar e implementar un coherente, sistémico, integral programa de estabilización macroeconómica, que elimine paulatinamente esos grandes problemas. Si no sucede así, es muy difícil lograr crecimiento y desarrollo económico.

En diciembre el primer ministro anunció la ejecución de un sistema de medidas, que han sido entendidas como un programa de estabilización macroeconómica. ¿Cuál es su valoración sobre esto?

Tengo mis opiniones críticas respecto al programa de estabilización macroeconómica.

Se ha avanzado muy poco en la reducción del déficit fiscal de 18,5 % del PIB, que es un componente esencial.

Cuando se habla de la necesidad del equilibrio fiscal se hace énfasis en el incremento de los ingresos impositivos. En una situación de estanflación, que es la que está viviendo Cuba, con un estancamiento económico de larga data, lograr reducir el déficit descansando sobremanera en los ingresos es prácticamente imposible.

Aquí la actividad económica está muy deprimida, ¿de qué forma se pueden generar lo suficiente como para que el nivel de impuestos cobrados por el Estado aumente a tono con el nivel de déficit fiscal?

Un componente esencial del programa de estabilización tiene que ser la reducción del gasto del sector público. Sé que es muy difícil, sobre todo en un país como el nuestro, por la naturaleza de nuestro modelo. Por supuesto que en Cuba no se puede pretender avanzar en términos de ajuste macroeconómico sobre la base de reducir los gastos en educación, salud, asistencia y seguridad social.

Hay que ir a las otras cuentas del presupuesto. Hay dos que tienen que ver con la administración central del Estado, el aparato burocrático. En todos los países tiene que haber instituciones de regulación, pero Cuba tiene la necesidad de reducir gastos por esa vía; además, hay un exceso de instituciones de regulación.

Por otro lado, una parte importante de los gastos del presupuesto van como transferencias a empresas estatales que arrojan pérdidas.

Además, la estabilización macroeconómica tiene que llevar aparejadas modificaciones en términos de política monetaria y cambiaria. Es muy poco probable estabilizar la economía con la disparidad de tipos de cambio que existen hoy.

Igualmente, debe realizarse un paulatino proceso de desdolarización de la economía. El primer ministro insiste en que hay que acentuar la dolarización para después desdolarizar el país, lo cual, para mí es un contrasentido.

En la misma medida que sigue el estancamiento económico, el peso cubano pierde poder de compra y, por tanto, la respuesta natural de los agentes, incluidos los consumidores, es refugiarse en otra moneda que sea más segura. La dolarización de la economía, en cualquier país, implica una pérdida de soberanía económica.

Otro tema asociado es que en los últimos años el déficit fiscal es financiado con monetización, lo que significa que el Banco Central está en un proceso continuo de emisión inorgánica de dinero para cerrar la brecha que tiene el Estado, con mucho gasto y no suficientes ingresos.

Por último, se requiere la transformación radical de la planificación central como mecanismo por excelencia de regulación de nuestra economía. Eso lo digo ahora, pero ya lo dijo el PCC en 2011.

¿Estos y otros desequilibrios qué efectos tienen en la vida de la gente, más allá de la macroeconomía?

Uno de los elementos fundamentales que explica la altísima inflación, el altísimo nivel de precios y el deterioro de los ingresos reales de la población es el enorme déficit fiscal que se está financiando con emisión de dinero. Este entra en circulación en condiciones en las que la oferta está por abajo y la demanda muy arriba.

Cuba tiene, además, un desequilibrio muy grande en comercio exterior. Tenemos muy poca capacidad de exportación de bienes y una necesidad imperiosa de importar para garantizar las condiciones mínimas de reproducción económica y social en el país. Ante la escasez permanente de divisas, lo que se hace es asignar de manera administrativa y el Estado determina qué es lo prioritario. Por eso casi nunca hay divisas para nada y se ve el deterioro en infraestructura, incluso, en determinados servicios sociales.

Por otra parte, no ha habido transformación en la estructura exportadora de mercancía. Se sigue exportando productos de muy bajo valor añadido, a pesar de la inversión en el desarrollo de una fuerza de trabajo calificada. En cambio, importamos de todo, pero de manera muy especial, con un alto nivel de concentración, en alimentos y combustible.

Esto tiene que ver con un gran problema en la estructura productiva del país. Hay una descapitalización del aparato productivo, incluida la agricultura, pero también la manufactura. Eso trae aparejado que haya muy poca capacidad de sustituir importaciones.

La participación de nuevos actores económicos supone un cambio en la relación de las fuerzas productivas, con impacto en la economía. ¿Qué opinión le merece la apertura al sector privado?

Lo más importante que se ha hecho en los últimos años, en términos de política económica en el país, fue el decreto ley que le dio personalidad jurídica a las micro, pequeñas y medianas empresas privadas.

Fue un paso muy importante, revolucionario, un paso en la dirección adecuada; no ajeno a prejuicios, pues rompía muchísimos esquemas. Todavía en el ADN ideológico de la mayor parte del establishment cubano, lo no estatal es antisistema. Los problemas de la economía cubana no se resuelven hasta que no acabemos de extirpar esa idea.

¿Qué es lo que estamos viendo ahora, lamentablemente? Sobre todo, a partir de la intervención del primer ministro en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es que se intenta, por todos los medios, frenar el avance que ha tenido el sector no estatal, que fue inusitado. En dos años y medio nada más empezó a cambiar el panorama empresarial cubano, con todas las críticas que se le pueda hacer.

Sin duda, lo cambió, con muchos problemas, que no estaban asociados per se al propio sector que empezó a emerger, sino con política económica y con inconsistencias del Gobierno; por ejemplo, la ausencia de un mercado cambiario al cual concurrir para obtener las divisas o de un mercado de insumos nacionales.

Sin embargo, se dan lecturas de los hechos a medio camino. Cuando se hablaba de las nuevas restricciones, la eliminación de ciertos beneficios que tenía el sector, se informó que se eliminaba el beneficio fiscal del primer año porque los precios no habían bajado. Es que no se entiende cómo funcionan los precios de una economía y tampoco se comprende que los precios no funcionan de manera aislada.

Puedes tener ese beneficio fiscal, que es común en muchos países, pero si existe un nivel de depreciación de la moneda nacional y, por tanto, para adquirir dólares para importar los insumos se multiplica dos o tres veces el costo de importación, es imposible que se reduzcan los precios.

Ahora con esta vuelta de tuerca, supuestamente tratando de disciplinar al sector no estatal, lo que se va a tener son más efectos negativos que los positivos que se buscan.

No hay ninguna experiencia internacional, ni en Cuba nunca la ha habido, de que, con mecanismos administrativos, con topes, con controles de margen de ganancias, se reduzcan los precios. En cambio, se va a generar mayor desabastecimiento, escasez y finalmente se estimula el mercado negro.

¿Estas medidas son favorables a la estabilización macroeconómica?

Lo que veo es que hay una incomprensión total de cuáles deben ser la dimensión, la profundidad y el sentido de la estabilización macroeconómica y, por supuesto, de transformación estructural hay muy poco. Estamos en un momento descolocado. No puede entenderse que la prioridad sea reducir y tratar de controlar los niveles de inflación y, en vez de ir a las causas, se termine haciendo supuestamente lo más fácil, que es topar los precios, topar los márgenes de utilidades. Eso no va a resolver nada.

Con las mipymes, con el sector privado nacional va a pasar lo mismo que pasó con la inversión extranjera. Al principio era un mal necesario. No gustaba, pero tuvo que aceptarse porque se acabó el socialismo real y la inversión extranjera garantizaba tecnología, capital y mercado. Después cambió la concepción y se dijo que era complementaria a la inversión nacional. Y ahora se dice que es esencial.

Las mipymes empezaron como un mal necesario. Cogieron auge y ahora se quiere parar. Van a terminar siendo complementarias y finalmente van a ser esenciales para avanzar en Cuba.

También es esencial tener un sector estatal competitivo, eficiente, pero no puede ser el de ahora. Un sector estatal que sea estatal en propiedad, pero que esté abierto a las concesiones para ser gestionado por el privado. Eso es legítimo.

No creo que los hacedores de política económica de Cuba sean obtusos ni nada de eso. Evidentemente hay un nivel muy importante de prejuicio o, lo que es lo mismo, que los dogmas de carácter político ideológico están impidiendo el avance en términos de la transformación económica que requiere el país.

¿Qué pasa si los dogmas prevalecen por encima de la racionalidad económica?

Los dogmas se están imponiendo, pero no son eternos. Yo creo que, lamentablemente, nos hacen perder tiempo. Eso puede ser un peligro. El agravamiento de la situación económica, más allá de los niveles en que estamos, puede generar conflictos sociales que no habíamos visto.

Puede generar —que eso sí es muy preocupante, aunque es un goteo diario— una aceleración de la fuga masiva de capital joven del país.

La fuerza de trabajo es el recurso económico por excelencia, es el más importante. Entonces, puede haber una aceleración acentuada del flujo migratorio, que ya está teniendo impactos, impactos que no solamente son económicos, son impactos sociales en la vida de la familia cubana, muy trascendentes.

Todo esto hay que analizarlo en un contexto internacional incierto, con un posible regreso de Trump a la presidencia estadounidense. Ojalá que no, pero nadie lo puede descartar. Sería un entorno de relaciones con Estados Unidos muy negativo.

Pero creo que nosotros sobreviviremos, somos muy resilientes

Una reflexión sobre Venezuela

Venezuela es el único país de América Latina donde dos recursos fundamentales no están controlados por EEUU

Boaventura de Sousa Santos* – Diario16+

No soy, ni he sido nunca, un chavista acérrimo. Hugo Chávez fue un benévolo meteorito político que sacudió el subcontinente latinoamericano y el mundo en la primera década del siglo XXI.

En 2013, poco después de la muerte de Hugo Chávez, escribí un artículo titulado «Hugo Chávez: el legado y los desafíos». En él identificaba algunos signos de autoritarismo y burocratización y terminaba el texto así: «Sin injerencias externas, estoy seguro de que Venezuela sabría encontrar una solución no violenta y democrática. Lamentablemente, lo que está ocurriendo es que se están utilizando todos los medios para poner a los pobres en contra del chavismo, la base social de la revolución bolivariana y los que más se han beneficiado de ella. Y, al mismo tiempo, para provocar una ruptura en las Fuerzas Armadas y el consiguiente golpe militar para derrocar a Maduro. La política exterior europea (si es que puede llamarse así) podría ser una fuerza moderadora si entretanto no hubiera perdido su alma.»(1) He de reconocer que mi temor no se ha hecho realidad hasta la fecha, aunque no han faltado intentos para que así fuera. Creo que el momento actual es otro de esos intentos. De ahí la importancia de reflexionar sobre el clamor en los medios de comunicación occidentales sobre la posibilidad de fraude en las recientes elecciones en Venezuela y el consenso en la derecha e izquierda sobre la necesidad de auditar los resultados. Esto me deja muy perplejo y me obliga a reflexionar.

El sistema electoral venezolano ha sido considerado unánimemente como uno de los más seguros y protegidos contra el fraude. Requiere cuatro fases de identificación: inscripción en el censo electoral, voto electrónico, extracción de la papeleta y huella dactilar del votante. Los números deben coincidir. Por supuesto, ningún sistema electoral es completamente inmune al fraude, pero si lo comparamos con los sistemas electorales de otros países (como Estados Unidos o Portugal), el sistema venezolano es más seguro. ¿Por qué es tan obvio para tanta gente que puede haber habido fraude?

La oposición venía anunciando que sólo reconocería los resultados si ganaba las elecciones. En este sentido, seguía una práctica que se está generalizando entre las fuerzas de extrema derecha que se presentan a las elecciones (Trump en 2020, Bolsonaro en 2022, Milei en 2023). Esto debería llamar a cierta cautela a las fuerzas democráticas, no sea que su insistencia en la auditoría sirva de muleta a fuerzas políticas que, supuestamente en nombre de la democracia, quieren destruirla.

Fuera de Venezuela, las fuerzas más vociferantes en defensa de la democracia venezolana son fuerzas políticas de extrema derecha que en sus propios países han propugnado o practicado golpes de Estado y fraudes electorales. En Brasil, con la colaboración activa de EEUU, Jair Bolsonaro y las fuerzas políticas y militares que le apoyaron protagonizaron el fraude electoral más clamoroso de la última década. Consiguieron inhabilitar y meter en la cárcel durante más de 500 días al candidato que con toda seguridad habría ganado las elecciones, Lula da Silva; manipularon fácilmente los medios de comunicación y los tribunales; y las elecciones de 2018 fueron declaradas válidas internacionalmente sin ningún tipo de reservas. Esto demuestra que el clamor mediático-político sobre la posibilidad de fraude y la necesidad de verificar los resultados no se basa, al contrario de lo que parece, en un arraigado amor a la democracia, sino en otras razones, que explicaré a continuación.

El doble rasero va mucho más allá de las fuerzas de extrema derecha y del primitivismo de sus consideraciones. Los países europeos, que se precian de ser democracias impecables, fueron casi unánimes en reconocer como presidente legítimo de Venezuela a un señor que se había autoproclamado presidente en una plaza de Caracas. Me refiero a Juan Guaidó, el 23 de enero de 2019. ¿Cómo se explica que, en este caso, no se haya tenido ningún cuidado en verificar los procesos democráticos? Resulta aún más chocante si comparamos esta aparente negligencia con el celo de ahora, respecto a unas elecciones que contaron con más de 900 observadores de casi 100 países. Por cierto, en un aparte que aumenta la perplejidad, uno se pregunta por qué sólo en unos pocos países es tan crucial recurrir a observadores externos para dar credibilidad a los procesos electorales. Si siempre existe la posibilidad de fraude, la necesidad de observadores debería ser universal y supervisada por la ONU.

No discuto las razones de la inhabilitación de María Corina Machado (es bien sabido que participó en varios intentos de golpe de Estado contra el gobierno bolivariano e incluso pidió una intervención militar extranjera), pero la forma en que se eligió a su sustituto, el ex diplomático Edmundo González Urrutia, es desconcertante. Hay algo inquietantemente caricaturesco en la oposición venezolana. Primero fue Juan Guaidó; ahora es un señor que parecía que acababa de salir de una residencia de ancianos para una actividad de ocio que resultó ser una candidatura presidencial. Si menciono esto es sólo porque las manos de Edmundo González pueden acabar manchadas de sangre. Entre 1981 y 1983 Edmundo González fue el primer secretario de la Embajada de Venezuela en El Salvador, cuyo embajador era Leopoldo Castillo, conocido como Matacuras. En esa época se ejecutaba en ese país el Plan Cóndor de contrainsurgencia, impulsado por Ronald Reagan, con el objetivo de impedir el avance de las fuerzas revolucionarias del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Este plan incluía la ejecución de la Operación Centauro, en la que participaban el ejército y escuadrones de la muerte y cuyo objetivo era asesinar a revolucionarios y, en particular, a miembros de comunidades religiosas basadas en la teología de la liberación. Un total de 13.194 personas fueron asesinadas, entre ellas Don Oscar Romero, hoy santo de la Iglesia Católica, cuatro monjas Maryknoll y cinco sacerdotes. Según datos de la CIA desclasificados en 2009, Leopoldo Castillo aparece como corresponsable de la coordinación y ejecución de la Operación Centauro. Edmundo González era el primer secretario de la Embajadade Venezuela. Los crímenes cometidos son de lesa humanidad y como tales son imprescriptibles[2].

¿Por qué tanto clamor sobre un posible fraude electoral?

La respuesta corta a esta pregunta es la siguiente: Venezuela es el único país de América Latina donde dos recursos fundamentales no están controlados por EEUU: las fuerzas armadas y los recursos naturales (las mayores reservas de petróleo, tierras raras, oro, hierro, etc.). A lo largo del siglo XX, EEUU intervino repetidamente en las elecciones de Venezuela con el objetivo de garantizar su acceso a los recursos naturales. Siempre lo han hecho con la ayuda de un número muy reducido de familias oligárquicas, algunas de las cuales controlan la riqueza del país desde el siglo XVI y la época de las encomiendas. María Corina Machado pertenece a una de estas familias. Su programa electoral es muy similar al de Javier Milei y ya ha prometido en una entrevista que, si fuera presidenta, trasladaría la embajada venezolana de Tel Aviv a Jerusalén. Es un programa de extrema derecha que ha sido apoyado por EEUU y, últimamente, por el oligarca de oligarcas, Elon Musk.

Como no controla los dos recursos que he mencionado, EEUU ha utilizado las dos estrategias que tiene a su disposición (además de la injerencia electoral y el apoyo a la oposición): la participación en golpes de Estado, que pueden incluir o no intentos de asesinato de los líderes a derribar; y las sanciones económicas. En estos momentos, Venezuela está siendo castigada con 930 sanciones impuestas desde hace casi dos décadas. Las sanciones han causado el empobrecimiento abrupto de Venezuela y han sido responsables de miles de muertes debido a la falta de medicamentos esenciales para la vida (por ejemplo, durante un periodo, insulina). Este empobrecimiento abrupto llevó a la suspensión de muchas de las políticas redistributivas del gobierno y, en última instancia, a la emigración. Más de siete millones de personas.

No cabe duda de que un país con tantos millones de ciudadanos obligados a emigrar no puede ir bien. Y es comprensible que muchos de estos emigrantes vean en la derrota de Nicolás Maduro el fin de las sanciones y la esperanza de volver. En este contexto, es necesario hacer dos reflexiones. La primera es que Maduro ha liberalizado la economía en los últimos años, adoptando algunas medidas que difícilmente pueden considerarse socialistas o incluso de izquierdas. Se están firmando muchos acuerdos con grandes empresas estadounidenses y europeas, tanto en el sector petrolero como en otros. Hoy en día, la economía venezolana es una de las de mayor crecimiento de América Latina, pero obviamente esto viene después de un empobrecimiento brutal. Hasta qué punto este nuevo modelo económico (¿inspirado en China?) puede tener éxito es una cuestión abierta.

La segunda reflexión es que, si observamos el panorama internacional de las migraciones y los refugiados, Venezuela es el único caso en el que la atención mediática se centra en el país del que salen los desplazados. En todos los demás casos, la atención se centra en los países «receptores» (lo que a menudo incluye la deportación). Una vez más, la razón parece ser ésta: la política de desestabilización y demonización del gobierno bolivariano y la creación de un consenso para activar la tercera arma estadounidense: el infame cambio de régimen. De hecho, creo que la agitación social que se está produciendo actualmente tiene como objetivo crear una Revolución Maidan diez años después. Me refiero al malestar social en Ucrania en 2014 que llevó a la huida del presidente democráticamente elegido, Víctor Yanukóvich, y, poco después, a la elección de Volodymyr Zelensky. La razón por la que es improbable que se produzca una «revolución de colores» en Venezuela es que Estados Unidos no cuenta con militares venezolanos formados en la Escuela de las Américas, donde se han fraguado tantos golpes de Estado. Las Fuerzas Armadas venezolanas ya han reconocido los resultados electorales.

Pero seguro que habrá más intentos en el futuro, sobre todo porque Venezuela cuenta con tres grandes aliados: China, Rusia e Irán, tres enemigos de EEUU. Los dos primeros son miembros originales de los BRICS y el tercero pronto se unirá a ellos. Esto significa que, aunque la fachada discursiva sea sobre el fraude electoral y la democracia, lo que está en juego es la agitación geopolítica que está provocando la victoria de Maduro. Esto debería hacer reflexionar a los dirigentes de los países latinoamericanos, especialmente a Brasil. Tarde o temprano, Brasil tendrá que decidir de qué lado está en el nuevo horizonte geopolítico y geoestratégico mundial que está en marcha. Comprendo la cautela porque, después de todo, Estados Unidos interfirió recientemente de forma brutal en la política interna de Brasil. Pero, por otro lado, sólo defendiendo la soberanía de otros países podrá Brasil, o cualquier otro país, defender eficazmente su propia soberanía cuando llegue la tormenta imperial. En cualquier caso, es mejor actuar colectivamente que individualmente. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) debe ser más activa ahora que ha desaparecido la Unión de Naciones Latinoamericanas (UNASUR).

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Notas:

[1]Pneumatóforo. Escritos políticos, 1981-2018. Coimbra: Almedina, 2018, p. 165-175
[2] Puede consultar la información en: https://nlginternational.org/2024/07/national-lawyers-guild-report-election-monitoring-delegation-to-the-bolivarian-republic-of-venezuela/; https://www.elperiodista.cl/2024/07/vinculan-a-candidato-opositor-en-venezuela-con-asesinatos-de-religiosos-en-el-salvador/