SINE DIE 2021
SEGUNDA
SERIE # 38
Julio
24 de 2021
Juan M Ferran
Oliva
El sabio habla de las ideas, el
inteligente de los hechos, y el hombre vulgar de lo que ha comido.
Proverbio chino.
Tanto los protestantes como los protestados
subliman conceptos grandilocuentes como democracia y libertad, cada cual a su
manera. Tantos ismos tienden a
confundir. Revolución y contrarrevolución, comunismo y anticomunismo son
denominaciones convencionales de la retórica. Sintetizando pudieran resumirse
en las clásicas derecha e izquierda políticas[1].
La primera representa el segmento minoritario que acepta las diferencias
sociales como naturales frente a la izquierda
que persigue el bienestar de la mayoría. El Partido-gobierno de Cuba es
exponente de esta última.
En ruda prosa y sin lirismos ni adornos pomposos,
pueden inferirse algunas conclusiones acerca de lo sucedido.
La derecha dispone de recursos mediáticos empleados
a fondo. Logra, inclusive, atraer a parte de quienes de forma natural
constituyen la izquierda. El rosario de fake news, el abuso de la emotividad,
las carencias y crisis reales y las deficiencias locales sirven para crear un
estado de opinión. Es impresionante la cantidad de You Tube y mensajes similares cargados
de embustes y de manipulación, que tergiversan los hechos, desprestigian y
ofrecen una imagen de ingobernabilidad. El Partido-gobierno cubano, por su
parte, no miente, pero omite; es una forma leve de manipulación.
Cientos de los mencionados YouTube destacan la revuelta en
cuestión. Pura prensa amarilla generosa en falsedades e incitaciones. Aunque el
mal de muchos no es consuelo, puede afirmarse su parcialidad. Apenas refieren las
revueltas, protestas, marchas y motines desarrolladas a diario en otras latitudes,
algunas con numerosos muertos como las de Colombia con su imparable sarta de
asesinatos. El propio magnicidio de Haití no alcanza un despliegue similar. Es
evidente la extrema parcialidad de esta publicación digital que, además, ofrece
noticias favorables a los movimientos reaccionarios en todas partes y circunstancias. La poderosa
prensa mundial derechista o supuestamente neutral se hace eco de la campaña.
La revuelta de Cuba tuvo un muerto (opositor)
y duró unas horas. Se ha demostrado que
no hay desaparecidos. Los sistemas policiaco y judicial se encargan de las
indispensables investigaciones y procesamientos.
Lo que comenzó como un cacerolazo degeneró en
alboroto político. Quizás influyó un primer grito de guerra del
Partido-gobierno, después atenuado. La violencia no conduce a la conciliación,
todo lo contrario. Cuando Songo le da a
Borondongo es difícil que Bernabé y Muchilanga permanezcan
impávidos. Protestantes buenos, regulares y malos participaron en saqueos y violentos
actos de fuerza. Han proporcionado un show magnificado por los medios derechistas.
Los partícipes en la algarada se han convertido en cipayos, algunos
inconscientemente. El cercano vecino del Norte ha creado una falsa imagen de democracia
que no alcanzan negros, aborígenes, hispanos y asiáticos.
Cubanos radicados principalmente en Miami, a título
de demócratas y anticomunistas, perciben jugosas rentas que paga el
contribuyente norteamericano. Desempeñan su tarea con envilecimiento ejemplar. Buena
parte de las deficiencias protestadas se deben al bloqueo impuesto por la Casa
Blanca. También inciden las limitaciones
financieras, los errores del Partido-gobierno y la pandemia. Valga aclarar que
a pesar de sus alarmantes cifras, esta última afecta a Cuba muchísimo menos que
al resto de los países. Resulta notorio que el país haya desarrollado vacunas
propias. No es por casualidad.
El propósito de los agentes
contrarrevolucionarios y sus seguidores es derrocar al gobierno. Washington no admite oposiciones en lo que
considera su traspatio. Las combate sin escrúpulos. Las revueltas en cuestión son una muestra de
ello. Tuvieron lugar en varias zonas de La Habana y otras localizadas en puntos
del interior. La simultaneidad sugiere que
obedecen a un plan.
El retorno al modelo anterior a 1959 seria restaurar
el neocolonialismo liquidado por la Revolución. No se pierda de vista que sirvió
de ejemplo para que otros intentaran lo mismo como por suerte ha sucedido.
Seria terrorífico que tomaran las riendas de
la nación personajes como los alborotadores mostrados en las grabaciones del día de autos .En general carecen de preparación. Sería el gobierno
de la Corte de los Milagros[2].
También da escalofríos pensar en el ascenso al
poder de los politicastros del exilio. Además de implantar la dependencia, la plutocracia
y quizás la anexión, incorporarían los peores vicios politiqueros. Ello
consistiría una apoteosis de la corrupción.
El rescate del modelo soviético es impensable.
No tiene arreglo. El Partido-gobierno
argumenta la continuidad con el
propósito de aprovechar el capital político de épocas pasadas. Sin embargo, el
giro de 180º en la estrategia económica indica lo contrario.
Una revolución política implica el cambio
brusco de la estructura de poder. Cuba culminó tal propósito con la exagerada Ofensiva Revolucionaria que en 1968
liquidó la actividad económica privada residual. La transformación económica
quedó como asignatura pendiente y muchas de sus consecuencias negativas aún
perduran. El modelo al que se aspira actualmente es de supervivencia con
soberanía.
Pasaron los tiempos del encanto místico revolucionario
despertado en 1959. La población se dividía entonces en integrados y gusanos. El
tiempo ha moldeado una nueva masa ciudadana. Nada extraño a 60 años de
distancia. Cesó la dicotomía maniquea. Los cubanos de aquí y de allá sustentan
todos los matices del diapasón político. En la extrema derecha se hallan los
anexionistas y a unos milímetros los autoproclamados anticomunistas soñadores
de una democracia falaz. En el centro derecha quienes desean un retorno
capitalista moderado. En la banda izquierda y acariciando el centro están los que
desean mantener la soberanía y lograr un modelo económico adecuado. Algo más distantes aquellos que, además,
descartan un modelo capitalista. Otros
zurdos sueñan con mantener también ciertos atributos románticos de la utopía.
En el extremo, los incondicionales que identifican al Partido-gobierno con la
Revolución y la conciben como un auto de fe.
La realidad observada en otros países muestra
una insultante simetría entre la derecha y la izquierda. Aunque la primera es
minoritaria en beneficiarios cuenta con recursos mediáticos que la potencian. Resulta
chocante que la Fujimori, Macri, Lenin Moreno, Bolsonario, Biden[3]
y muchos más, alcancen y a veces superen en voto a las fuerzas progresistas. En
ello interviene el soborno, la ingenuidad, el caudillismo y los mecanismos electorales
diseñados por las minorías reaccionarias.
En Cuba se mantiene la rigurosidad de un
Partido único. Pero la estructura política poblacional se ha fragmentado y son múltiples
las formas de pensar. Pasó la época en que todo el pueblo se agrupaba alrededor del Partido. Hoy en día, incluso
hay seguidores del gobierno que piensan que sobra el órgano político rector
puntualizado en el artículo 5 de la Constitución. Las protestas han sacudido al
Partido-gobierno, pero no lo han derribado. Posiblemente la mayoría del pueblo continúa
apoyándolo. De cualquier modo la segmentación política es real y debe tenerse
en cuenta. Pudiera argumentarse que el propio Partido ha impedido el surgimiento
de opositores serios cuya ausencia impide otra opción.
Ninguna de las alternativas que ofrecería el
derribo del Partido-gobierno es conveniente. El actual equipo de Diaz Canel
constituye la nueva generación; casi todos nacieron después de 1959. Tienen a
su favor un nivel educacional elevado, experiencia de dirección política,
intenciones puras y patriotismo. También acarrean sus errores, pero intentan remediarlos.
¿Tiene alguien una
opción mejor?
Fin
[1] Ambos términos se originaron durante la Revolución Francesa. Durante la Asamblea Constituyente los diputados favorables al tradicional poder monárquico estaba situados a la derecha, mientras que a la izquierda se hallaban quienes defendían posiciones revolucionarias. Fue el día 14 de julio de 1789.
[2] La Cour des miracles era una zona del París medieval habitada por
mendigos, ladrones y prostitutas. Por el día pedían limosna fingiéndose
discapacitados y de noche recuperaban la salud. Aparece en la novela Nuestra Señora de París de Victor Hugo. Valle-Inclán aplica alegóricamente su
sentido para ridiculizar la corte de la reina Isabel
II, bien conocida por sus vicios y excentricidades.
[3] El triunfo de Biden no puede achacarse enteramente a sus seguidores.
Muchos votos fueron de castigo a los extremismos de Trump