Como política del país se prevé para 2030 alcanzar un 24 por ciento de generación a partir de fuentes renovables. Juventud Rebelde muestra cómo Cuba diversifica su matriz energética y protege más el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes
Publicado: Sábado 29 mayo 2021 | 10:48:17 pm.
Autores:
Roberto Díaz Martorell
corresponsales@juventudrebelde.cu
Lisandra Gómez Guerra
digital@juventudrebelde.cu
Laura Brunet Portela
digital@juventudrebelde.cu
Nelson Rodríguez Roque
digital@juventudrebelde.cu
A pequeña escala, las fuentes renovables de energía (FRE) van provocando una transición energética en la finca María, del Valle de Mayabe, municipio de Holguín. Esa práctica de irse despidiendo paulatinamente del consumo de combustibles fósiles la adoptó el joven usufructuario Esteban Sánchez.
Su tesis de grado en la universidad versó sobre las FRE, de modo que al convertirse en campesino en 2013 amarró aquellos conocimientos al azadón y el machete: «Tenemos tres plantas de biogás de cúpula fija que tributan a viviendas cercanas y a la cocina del comedor para trabajadores, donde almuerzan de 10 a 15 personas».
Casi terminan una minindustria, cuyo funcionamiento dependerá en parte de esa alternativa energética, además de anexarle un calentador solar, y cuentan con un molino de viento en el área ganadera que propicia la circulación de agua en dos viviendas y en los bebederos para animales.
No lejos de la finca María, al Doctor Freddy Sarmientos, profesor universitario, su cultura tecnológica y de consumo de energía lo llevó a dar muchos votos de confianza a los equipos que compró su familia. Él y su hijo fueron los primeros clientes en adquirir calentadores solares de fabricación nacional (de la firma Ecosol, comercializados por Copextel a 2 995 pesos cada uno), en diciembre de 2019.
«Antes consumíamos entre 600 y mil kW/hora mensualmente. Luego de instalar los equipos apreciamos que la cifra iba reduciéndose. En enero de 2020 registró 176 kW/hora, con una disminución de más del 50 por ciento del pago. Este sistema no presenta riesgos eléctricos, ahorra y mantiene la temperatura del agua todo el tiempo entre 50 y 80 grados Celsius», resalta.
Como prioridad de prioridades o tema transversal, de acuerdo con lo planteado en diversas instancias del país, cataloga Héctor Lugo, director de la Empresa Eléctrica en Holguín, el desarrollo de las FRE: «Para el sistema empresarial hay un grupo de directivas que disponen, por ejemplo, incluir en las bases de diseño la aplicación obligatoria de tecnologías que aprovechen esas fuentes y acciones de eficiencia energética.
Las empresas de proyectos también deben incluir la solución energética de la rehabilitación, ampliación y modernización de instalaciones existentes y nuevas inversiones, la arquitectura bioclimática, adquirir equipos que utilicen de manera eficiente la energía y tecnologías que aprovechen las fuentes disponibles, detalló el directivo.
«Cuba legisló lo que hay que hacer en materia de fomento de energías renovables. Usted puede traer del exterior equipos vinculados a estas, por ejemplo.
Y si el sector privado o el residencial compran paneles solares, pueden venderle a la Empresa Eléctrica la energía excedente. La tecnología para sincronizar ese tipo de energía al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) se está importando, y ya son accesibles los créditos bancarios para fomentar las FRE», aseveró.
Nuevos proyectos, nuevas inyecciones
La transición energética, como ocurre en la finca María de Holguín, marcha en otros lugares del país. Foto: Nelson Rodríguez
Sobre las casas del asentamiento rural Encarnación, en la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) 26 de Julio, en Cienfuegos, resplandecen rectángulos de espejo que son sinónimo de progreso de cara a la Agenda 2030.
Así lo entienden los pobladores del lugar, beneficiados por un proyecto de Comunidad baja en emisiones de dióxido de carbono, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual fomenta el uso de FRE mediante paneles solares. Según Arturo Moreira, presidente de esa CPA, el fin último radica en no depender del SEN.
La comunidad de la Loma del Chivo, en el municipio de Abreu, en esa misma provincia, aspira a un desarrollo socioeconómico amigable con el entorno. A ello tributa el parque solar fotovoltaico de 110 paneles, diseñado para 30 viviendas, que a diario genera unos 40 kilowatts: alimento energético para la minindustria La Guajira y aporte de la pequeña demarcación al SEN.
Lo que ocurre en Encarnación coincide con las propuestas del país para el cambio de matriz energética, reflejadas en la Resolución 1238 (R/1238) del Ministerio de Economía y Planificación, la cual establece vías de financiamiento, además de las previstas en el plan de inversiones de la Unión Eléctrica, para las FRE. Reconoce la posibilidad de sufragar al sistema empresarial, la cooperación internacional, y la contribución territorial para el desarrollo local, la inversión extranjera y el Fondo nacional para el desarrollo de la ciencia, la innovación y la tecnología.
La R/1238 abre las puertas a necesarias inyecciones que expandirán el uso de las FRE y permitirán que cada nuevo proyecto conciba un consumo energético autosustentado, como la obra del Frontón de Cienfuegos, donde pretenden asegurar buena parte del fluido eléctrico de la más moderna sala de pelota vasca de Cuba mediante paneles solares.
Pero además del precepto de sostenibilidad que debe permear todo lo que se sueñe en Cuba, interesa no dar pasos atrás con lo que alguna vez fue una meta vencida.
Somalia Vázquez, subdirectora de Energía y Combustible en la Dirección Provincial de Economía y Planificación en Cienfuegos, refiere que se está trabajando «en un levantamiento de todo lo que tenemos relacionado con las FRE, para incluirlo en el programa del próximo año y así gestionarles un respaldo financiero a partir de la apertura que permite la nueva resolución».
Esta sureña provincia mantiene la perspectiva de incrementar la entrega de energía al SEN y mejorar el consumo limpio de la provincia, que hoy asciende al 5,9 por ciento.
Anhelada y necesaria combinación
De forma objetiva y concreta ha afianzado la tan anhelada y necesaria alianza Universidad-Gobierno el proyecto Fuentes renovables de energía como apoyo al desarrollo local (FRE local), coordinado por el Centro de Estudios de Energía y Procesos Industriales (Ceepi), de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí, extendido a ocho provincias del país, financiado por la Unión Europea e implementado por el PNUD.
«Es un proyecto de innovación que inició en octubre de 2019 y se distingue por contar con una metodología de intervención social para la implementación de las FRE en comunidades aisladas, según sus características socio-económicas. No vamos a imponer nada. Sensibilizamos, capacitamos y entre todos —academia y campesinos— arribamos a conclusiones», expone a modo de carta de presentación el Doctor Ernesto Barrera, director del proyecto y del Ceepi.
Por ese instrumento el grupo multidisciplinario conoce palmo a palmo a 19 comunidades, hasta este momento, de las 22 previstas en los territorios de Matanzas, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, donde ya se han identificado las soluciones que desde las FRE pueden implementarse a fin de incrementar capacidades productivas y mejorar la calidad de vida de esas poblaciones.
Ideas como el uso del biogás y su distribución a diferentes tipos de consumidores forman parte del diseño tecnológico: «Nos encontramos en espera de importaciones necesarias. Contamos con un financiamiento de 7,5 millones de euros. Pero por la pandemia y otros asuntos, desde julio de 2020 está en puerto asiático un cargamento necesario. La COVID-19 nos ha retrasado todos los procesos, entre estos llegar a la totalidad de comunidades planificadas y aprender in situ en naciones del Primer Mundo determinada tecnología que solo existe allí», añade.
Identificadas las potencialidades técnicas y humanas, así como las características demográficas de los asentamientos, se prevé que el proyecto influya en la disminución del éxodo de esas poblaciones a ciudades o lugares más accesibles, ya que se beneficiarán con energía eléctrica las 24 horas del día de forma segura, menos costosa y sin contaminación al medio ambiente, y no como hasta este momento, por grupos electrógenos.
Además se diseñó como parte de este proyecto —que debe concluir en 2023— laborar en dos polígonos para la aplicación de buenas prácticas de las FRE en la Empresa Pecuaria Managuaco, del municipio de Sancti Spíritus, y otro en Placetas, Villa Clara.
«Este proyecto, como otros cuatro subordinados a nuestro Centro (que desde este año fue avalado como unidad de desarrollo de innovación), refuerza la política del país que fomenta y exige la implementación de las FRE», explica Ernesto Barrera.
Nutridos con experiencias teóricas y prácticas, resultado de estudios conducidos por doctores, másteres y licenciados, han logrado acercarse a entidades y empresas en busca de mejorar sus índices económicos.
«En Cuba se ha ganado significativamente en cultura del uso de las FRE», afirma el experto. «En Sancti Spíritus, por ejemplo, tenemos vínculos estrechos con la producción de biogás, fundamentalmente en las empresas Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, Cárnica, Pecuaria, Militar Industrial Francisco Aguiar y Genética porcina de Cabaiguán», asevera.
Intención de país
En Sancti Spíritus funcionan siete parques fotovoltaicos. Foto: Oscar Alfonso
Al Frontón de Cienfuegos se le pretende asegurar buena parte del fluido eléctrico a través de paneles solares. Foto: Tomada de Cinco de Septiembre
En la comunidad de Cocodrilo, en la zona Sur de Isla de la Juventud, se concentran cinco servicios estatales y unas 110 viviendas con 352 habitantes, según estudio realizado por la empresa eléctrica local.
Esa comunidad rural, a más de 80 kilómetros de la ciudad cabecera y a 52 del punto de conexión a red más cercano por tierra, genera electricidad mediante una batería de tres grupos electrógenos de cien kilowatt (kW) que trabajan con diésel, en rotación de 12 horas cada uno, además de un gasificador que alimenta otro grupo electrógeno de 60 kW.
Para cambiar esa realidad, que contamina uno de los parajes más bellos de esa isla, fue concebido un proyecto que propone satisfacer la demanda energética con un sistema de paneles y almacenamiento en 144 baterías estacionarias, las cuales asegurarán el funcionamiento fotovoltaico durante el día, mientras en la noche esa función la asumirá el gasificador; y para cambiar de sistema solo se necesita interrumpir el servicio eléctrico 12 minutos diarios.
Antonio Figueredo, especialista principal del Grupo de Desarrollo, subordinado a la Dirección técnica de la Empresa Eléctrica en esa localidad, asegura que el sistema en explotación no se remplazará hasta que complete su vida útil: «Ya se identificó el área para la construcción del parque solar fotovoltaico, a 550 metros de la posición actual de esos grupos electrógenos».
El detallado estudio identificó al mes de abril como el de mayor demanda, y reafirma que en la carga habitual sobresalen equipos de alumbrado, refrigeración, transmisión de señales, cocción de alimentos y bombeo de agua.
Figueredo aclara que durante los 25 años que debe durar el proyecto será necesario reponer ese sistema de almacenamiento tres veces. Los momentos de reposición serían en los años siete, 13 y 20. Asimismo, y bajo ese régimen de explotación, el gasificador debería ser sustituido durante el año 17.
«La participación del gasificador en el balance energético de esa comunidad es muy importante, ya que se ocupa de buena parte de las horas de la noche y madrugada. Sin embargo, ante una avería temporal el resto de las fuentes de generación pueden asumir la demanda eléctrica durante un período de tiempo suficiente para solucionarla», añade.
La estrategia energética en la Isla de la Juventud, al igual que en toda Cuba, apunta a una mayor participación de las FRE en la generación. Así se cumpliría con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles: garantizar acceso de todos a una energía no contaminante, política que nuestra nación suscribe, además, como señal de soberanía, pues todavía prevalece en el territorio el uso de combustible fósil, que depende en gran medida del mercado exterior.
El ritmo global de las FRE, signado hoy por parques flotantes fotovoltaicos, automóviles ecológicos, inventivas híbridas e intenciones de exportar energía producida por fuentes renovables en vez de petróleo, no se mira en la Mayor de las Antillas desde la barrera. Para el año 2030 se proyecta que casi un cuarto de la generación eléctrica dependa de esas formas sostenibles, y a más largo plazo se prevé utilizarlas como soporte total de la matriz energética.
Fuerza de futuro
Durante el año 2020 y los meses iniciales del actual, Cuba aumentó la generación con FRE en 62,5 GWh, lo que garantiza mediante estas fuentes el 4,5 por ciento de la electricidad que demanda la nación y prevé llegar al 6,3 al finalizar diciembre.
Según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), en 2021 esa producción eléctrica ahorrará 280 000 toneladas de combustibles fósiles. Las puertas están abiertas a otras fuentes, expone el sitio web del Minem, y expone que se proyecta el aprovechamiento de la energía marina en seis áreas de grandes profundidades que rodean la Isla, en la bahía de Matanzas y en otras de la costa Norte, hasta la región oriental.
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