Adquirir sistemas de riego eficientes para todas las áreas, sueño incompleto en La Cuba, “gracias” al bloqueo. Foto: Pastor Batista
Aunque Carlos Blanco Sánchez no lo dice literalmente, sabe que a la Empresa Agropecuaria La Cuba le asedian dos bloqueos. Cuando el director general de la entidad habla del combustible que apenas le alcanza para un 40 por ciento de los planes diseñados, deja entrever que la ausencia también tiene puerto en Venezuela.
El gobierno de los Estados Unidos no solo les impide a las navieras foráneas anclarse a los puertos americanos, una vez que hayan tocado radas cubanas, sino que obstaculiza y frena la extracción del crudo venezolano.
Y desde esa nación llega (o llegaba) casi el total del combustible que la Isla importa, pues aquí apenas se produce alrededor de la mitad del necesario para el consumo nacional.
También por el bloqueo que Estados Unidos ha mantenido, de espaldas al rechazo internacional, el desarrollo tecnológico es en La Cuba una aspiración que todavía no ronda ni la mitad de sus tierras. Adquirir sistemas de riego eficientes en otras naciones encarece cualquier transacción, y limita el acceso de la empresa, que no logra cubrir ni las 1 200 hectáreas de plátano que tiene sembradas.
De alguna manera las exportaciones y las entregas al Turismo corren con igual “suerte”. Una dificultad lleva a la otra y los frenos terminan por entorpecer el desarrollo de la emblemática empresa avileña que, sin los dos bloqueos que la atan, hubiese podido desatar sus fuerzas productivas mucho más. De eso no tiene dudas Carlos Blanco Sánchez.
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