Miguel
Alejandro Figueras,
Premio
Nacional de Economía 2007
A lo largo de más de medio siglo, la tan cacareada Justa y Rápida Compensación de Nacionalizaciones demandada por Washington a Cuba, no ha sido más que un esqueleto político, al cual la Administración de turno sacaba de su tumba, en caso de atisbar una posible normalización o acercamiento en las relaciones entre ambos países.
Los inversionistas supuestamente afectados, en su mayoría
no mostraban tanto interés desde
mediados de los años setenta. A pocas corporaciones americanas les interesaba que les devolviesen sus propiedades
nacionalizadas en Cuba,
¿Cuál
era el valor de las inversiones estadounidenses nacionalizadas en Cuba?
El Departamento de Comercio de EUA, en una publicación de 1955 exponía la evolución de
las inversiones directas americanas en Cuba (millones de dólares). En ese mismo
informe señala que existían proyectos inversionistas en ejecución por otros 200
millones.
INVESTMENT
IN CUBA, Washington D.C., 1955 (millones de dólares)
|
|||||
1929
|
1936
|
1946
|
1950
|
1953
|
1954
|
919
|
666
|
553
|
642
|
686
|
713
|
En 1928 las
empresas americanas poseían 74 centrales azucareros en Cuba. Su número fue disminuyendo hasta 33
en 1958[1]. Fueron
vendiendo sus centrales y tierras. Producir azúcar daba menos ganancias, por el proteccionismo imperante en los países
importadores. Ante el estancamiento y
reducción de las ganancias en el sector azucarero, los capitales americanos,
también, se dirigieron a otros sectores y otros países. Las nuevas inversiones
que continuaron realizando en Cuba
se orientaron, preferentemente, hacia los servicios
telefónicos y de generación eléctrica, refinerías de petróleo, níquel y ciertas industrias manufactureras para
aprovechar al mercado interno. Igualmente se incrementó el capital
estadounidense en sus filiales bancarias, donde obtenían altas ganancias en
financiamiento comercial.
Según fuentes cubanas, las propiedades americanas
nacionalizadas valían 1 000 millones de
dólares a inicios de los Sesenta. Según otras fuentes americanas su valor era
de 1 500 millones a mediados de los años Sesenta.
La Comisión de Reclamaciones de los Estados Unidos aprobó
el 16 de octubre de 1964 el Programa
Cuba[2]. De
las 8 816 reclamaciones presentadas contra el gobierno de Cuba, denegó 2 905, aceptando un
total de 5 911 reclamaciones de ciudadanos y empresas americanas. Al
cerrar su análisis en 1972, la Comisión, ajusto el valor de las mismas a 1 851 millones de
dólares, por la docena de años
transcurridos desde las nacionalizaciones. La diferencia entre la cifra del
Departamento de Comercio en 1954 y la cifra que reconoció la Comisión, puede
deberse a varios factores.
·
La Comisión
incremento el valor declarado en un 6% anual, desde el momento de la
nacionalización (12 años), partiendo del supuesto que habrían tenido, al menos
utilidades de esa magnitud, de no haber sido expropiadas.
·
Inversiones
realizadas entre 1954 y 1959 (refinerías de petróleo, Moa Bay Níquel Co,
hoteles, programa de ampliación de las empresas telefónicas y eléctricas, otras
inversiones en manufacturas).
·
Determinados
inversionistas pequeños incrementaron de forma arbitraria en alguna cantidad el
valor de sus activos.
En el año 2016, los
negociadores americanos cifran en 8 000 millones de dólares el valor
actualizado de aquellas propiedades, lo cual es el 0.45% del stock total de
inversiones directas en el extranjero por parte de las empresas
estadounidenses, cuyo monto en años
recientes sobrepasa 4.5 millones de
millones de dólares.
El desinterés
de las empresas americanas en recuperar viejos activos
Cuba socialista sobrevivió los difíciles años de 1990
al 1993, tras la desintegración de la
Unión Soviética y la desaparición del campo socialista europeo. Muchos círculos
de los Estados Unidos daban por descontada la extinción de la Revolución Cubana. .
El Gobierno cubano mientras tanto, implemento nuevas políticas,
buscando nuevos alientos de vida. Se abrió el comercio exterior, se facilitaron
y crecieron las inversiones extranjeras
Fue surgiendo un
creciente interés entre los empresarios americanos de acercarse a Cuba como
nuevo mercado y posible destino de nuevas inversiones. Desde Estados Unidos viajaron
a Cuba 400 empresarios en 1994 y 1000 durante 1995.
¿Por qué los empresarios europeos, canadienses,
latinoamericanos podían hacer negocios e inversiones en Cuba, mientras que el
Gobierno de Estados Unidos prohibía a sus empresarios hacer negocios con la
isla?
Los empresarios americanos visitaban Cuba y suscribían cartas de intención con sus eventuales
partners cubanos, esperanzados que el Gobierno de Estados Unidos los autorizase
en algún momento.
Como asesor del Ministro para Inversión Extranjera, durante
la primera mitad de los años Noventa del siglo pasado, tuve la oportunidad de participar
en algunas conversaciones sostenidas con varios altos ejecutivos
empresariales americanos, que visitaban a Cuba.
Fui comprobando su
poco interés en la devolución de antiguas propiedades. .
Recuerdo una conversación sostenida con el presidente de una importante empresa industrial
americana. A precios muy bajos por cada acción, su empresa había adquirido en
bolsa la mayor parte de una de aquellas poderosas corporaciones azucareras
americanas, la cual se encontraba en liquidación. Sus dos grandes centrales
azucareros y sus tierras habían sido nacionalizados en 1960. Este empresario viajo
a Cuba acompañado por un reconocido abogado
americano con amplios conocimientos sobre la legislación y políticas económicas
cubanas.
Por nuestra parte participaba el entonces Ministro para
la Inversión Extranjera y yo. Cuatro
personas discutiendo solamente en inglés. Se solicitó la entrevista sin
traductor. Transcurría la primera hora de conversación y la parte cubana
inquirió que deseaba en realidad: ¿La devolución de los centrales y sus tierras?
La respuesta del
empresario fue tajante.
Absolutamente NO
Explico sus tres
razones:
·
Producir
azúcar fue un buen negocio en los
primeros veinte años del siglo XX. Posteriormente se intensifico la práctica,
en muchos países desarrollados, de proteger y subsidiar su producción; ya no era un buen negocio.
·
Su
empresa dominaba otras tecnologías productivas, pero en ella nadie sabía nada sobre producción y
comercialización azucarera.
·
Al
cerrar la Comisión de Reclamaciones su trabajo en 1972 y entregar su informe al
Congreso, los reclamantes, ex propietarios de activos nacionalizados en Cuba,
recibieron certificados de valor y se
les permitió descontar del pago anual de impuestos a razón del 10% anual del valor de esos certificados[3]. Ampliando su argumentación explicaba que si en
el caso hipotético, aceptaba la
devolución de las ex propiedades, el Departamento del Tesoro de los EUA,
vendría tras ellos, reclamando el reintegro de
los valores descontados de sus impuestos, pero incrementándolos con un 6% de interés anual. Tendría que reintegrar, quizás, el triple, del valor descontando de impuestos desde
1973. .
La razón de su viaje radicaba en obtener la exclusividad
para desarrollar un megaproyecto turístico en dos cayos en la costa norte de
Cuba, que habían sido propiedad de la extinguida corporación azucarera.
Esa era una forma de ver la situación. Pueden tomarse en
cuenta otras razones para explicar el desinterés empresarial en cuanto a la
hipotética devolución de propiedades nacionalizadas.
Varias de las empresas afectadas por las
nacionalizaciones de sus propiedades, como parte del proceso mundial de
globalización, han dejado de ser americanas.
Ejemplos: Firestone pertenece actualmente a una corporación japonesa y Goodyear a
una gigantesca empresa alemana. A
las transnacionales no americanas que las adquirieron, poco les interesa un par de viejas fábricas
de neumáticos, construidas con maquinaria de segunda mano trasladada desde Estados Unidos entre 1930 y
1950.
¿Qué especial interés podría existiría para Exxon y
Texaco, en relación a las dos refinerías,
construidas en los años cincuenta? Sus
equipos principales fueron sustituidos por equipos de países socialistas. Las plantas elaboradoras
de jabones y pasta de dientes, ya eran viejas cuando Procter & Gamble y
Colgate Palmolive las adquirieron en los años Treinta. Las plantas de
detergentes construidas por esas transnacionales, si bien fueron de las
primeras en América Latina durante la década de los Cincuenta, se tornaron
obsoletas. Las fábricas de pinturas eran
puras mezcladoras.
La planta de Coca Cola ligaba bidones de ingredientes
enviados desde Atlanta y embotellaba el refresco. Sus ingenieros los echaban en
los tanques pero no sabían que contenían esos bidones denominados por siglas
secretas, ejemplo M34, X67, etc.
Las dos fábricas
de cemento originalmente de capital americano, fueron cerradas hace décadas por
ser obsoletas y sustituidas por otras. La mayor parte de la antigua capacidad
de generación eléctrica, se fue desmantelando y las nuevas unidades generadoras
fueron adquiridas en la URSS,
Checoslovaquia, Francia y Japón.
La real aspiración de las corporaciones americanas es volver a entrar en el mercado cubano, tanto en
el plano comercial, como de inversionistas.
La Ley
Helms Burton
Aquel ir y venir
de empresarios americanos a Cuba, aterrorizo a la ultraderecha del establishment
americano y a los grupos reaccionarios de origen cubano en Miami. ¿Podría repetirse lo ocurrido con el
bloqueo a Vietnam, cuando el gobierno americano se vio obligado a levantarlo, bajo
presión de su comunidad de negocios?
La ultra derecha política estadounidense no podía
permitir esto. Urgía hacer algo. Buen
susto habían pasado cuando el Presidente James Carter exploro la normalización de relaciones
con Cuba.
Auspiciado por esas fuerzas, surgió, entre 1994 y 1995, el engendro del proyecto de la Ley Helms Burton, el cual codificaba
en un solo cuerpo legal toda la legislación y reglamentos previos que regulaban
el Bloqueo contra Cuba y se añadieron otras.
La aprobación de este Ley, privaría al Presidente de Estados Unidos de sus facultades
para modificar aspectos principales del Bloqueo.
En febrero de 1996, la aviación militar cubana derribo dos
avionetas provocadoras, las cuales repetidamente
despegaban desde Miami, violaban el espacio aéreo cubano y, en particular, lo
hacían sobre la Habana. Ese fue el pretexto esgrimido para que el Congreso de
Estados Unidos, en represalia, aprobase,
tres semanas después, la Ley Helms Burton, que hacía meses estaba preparada.
Algunos pocos empresarios europeos se atemorizaron y
suspendieron las gestiones que tenían en proceso para constituir nuevas asociaciones en Cuba. Pero la Ley Helms
Burton no pudo detener ni paralizar el proceso de inversiones extranjeras en
Cuba. Cuarenta y dos nuevas asociaciones económicas internacionales fueron
suscritas y aprobadas en los doce meses posteriores a la aprobación de la Ley[4].
Aparte del daño que podría causarle a Cuba, la Ley era un
instrumento de discriminación a los empresarios americanos. En marzo de 1997 la
Cámara Internacional de Comercio de Estados Unidos, conjuntamente con la
Asociación Nacional de Productores de ese país,
se declararon públicamente en contra de aplicar leyes
extraterritorialmente y boicotear otros países, lo cual solo creaba obstáculos
a la libertad de comercio y afectaban la imagen de Estados Unidos en cuanto a
la conducción de los negocios internacionalmente[5].
El rechazo a la Ley Helms Burton fue universal. La Unión
Europea trató inútilmente que se
abrogase. Después de batallar seis
meses, en octubre 1996, la Unión Europea ,
con el apoyo de Japón y Canadá, solicito a la Organización Mundial
de Comercio constituir un Panel que dictaminase sobre las contravenciones de la Ley Helms Burton a los
estatutos y reglas de esa Organización. Ese Panel debía comenzar a funcionar en
abril de 1997, pero el 11 de abril de 1997, los Estados Unidos y la Unión
Europea, acordaron un “Primer Entendimiento” para negociar el diferendo durante
seis meses. Con ello se evitaba el engorroso proceso del Panel, que podría
debilitar a la joven OMC, si Estados Unidos desobedecía el dictamen, tal como había amenazado. Ese día se unieron
los caminos de la Ley Helms Burton y el proyecto de un Acuerdo Multilateral de
Inversiones (AMI).
Acuerdo
Multilateral de Inversiones
A partir de ese “Primer Entendimiento” con los europeos, los
negociadores americanos comenzaron a accionar
duro y dictar “nuevas disciplinas” que
deberían incorporarse a un Acuerdo Multilateral de Inversiones, el
cual, casi en secreto, se preparaba desde hacía año y medio en la sede de la OECD, en Paris. Las “nuevas
disciplinas” no eran más que un extracto de la Ley Helms Burton y se
concentraban en castigar a las empresas que invirtiesen en propiedades
nacionalizadas desde finales de los años 50. No era casualidad la selección de
período, su objetivo era castigar a Cuba por sus nacionalizaciones a partir de 1959, incluyendo la Reforma
Agraria.
¿Cómo surgió la idea de preparar un AMI?
Después de décadas
de proteccionismo comercial, severas crisis (1920 – 1940) y un desbastador
evento bélico, se negoció entre Estados
Unidos, Reino Unido y otras naciones, durante la II Guerra Mundial, cuales
instituciones debían constituirse para erradicar el dañino proteccionismo,
liberar el comercio mundial, eliminar las crisis y evitar las guerras. En la Conferencia celebrada en Bretton Woods en 1944, se acordó
crear el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial- BM). En 1945 se constituyó la
Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización para la Alimentación y
la Agricultura (FAO). En la Habana, en 1948, sesiono la Conferencia de Comercio y Empleo en la cual se creó el Acuerdo General de
Comercio y Aranceles (GATT). No se alcanzó consenso para crear la Organización
Internacional de Comercio, pues más de la mitad de los países miembros votaron
en contra[6].
Cuatro decenios transcurrieron. La ola neoliberal
impulsada por los gobiernos de la Primer
Ministro británica M. Thatcher y el Presidente R. Reagan de EUA, unida a la
desmoralización creada por el derrumbe del campo socialista en Europa, propiciaron en el GATT, durante la Ronda de Negociaciones Uruguay, que
los países desarrollados vencieran las
resistencias del Tercer Mundo, se acordarse el Acuerdo General de Comercio de
Servicios (GATS) y se creó la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Se completaba el triángulo para el gobierno económico mundial, FMI, BM y OMC,
anhelado por los países capitalistas desarrollados.
La OMC contaba con el GATT y el GATS, pero las empresas
multinacionales reclamaban una tercera pata para esa mesa: un Acuerdo
Multilateral de Inversiones, el cual les permitiese mover libremente entre
todas las naciones sus capitales, sin interferencia de los gobiernos. .
De 1950 a 1980, los flujos de las inversiones extranjeras
a nivel mundial se habían comportado con una discreta dinámica, en comparación
con otras variables de la economía mundial. Con la ola neoliberal y el auge de
las transnacionales, la nueva religión económica diseñada por los países
poderosos fue:
Menos Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), más
Comercio y más Inversión Extranjera.
Esa nueva religión se inyectaba a la fuerza a los países
de menor desarrollo.
Si entre 1973 y 1984 el flujo mundial de inversiones
extranjeras estuvo estancado -
promediando 22 000 millones de dólares anuales - en 1996 sobrepasaba los
345 000 millones[7].
Cuando se realizó la primera reunión Ministerial de la
OMC, (Singapur 1996) los europeos y canadienses todavía tenían la esperanza que se
acordarse iniciar los trabajos en esa organización, sobre la regulación de las
inversiones.
Los países subdesarrollados se negaron a crear un AMI en
el seno de la OMC.
Astutamente, las transnacionales americanas esperaban esa
reacción de los países subdesarrollados. Ya venían preparando un fuerte
contragolpe que los dejase indefensos Si en la
OMC los países subdesarrollados rechazaban elaborar un AMI general para
todos los países, taimadamente, un AMI muy peligroso y radical ya se preparaba
en la OECD.
Un año antes (1995), los Estados Unidos presionaron al Consejo
Ministerial de la OCDE[8] para constituir un Grupo Negociador que debía elaborar en dos
años un Acuerdo Multilateral de
Inversiones, un AMI propio de la OECD, al cual se ajustasen los miembros de esa
organización[9].
Para dirigir ese Grupo, los Estados Unidos designaron al experimentado
Stuart Eizenstat, ex jefe de asesores
para política interna durante la
Administración Carter.[10] Había
fungido como Embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea. Conocía la UE , donde cultivaba muchas
relaciones.
Desaparecida la Unión Soviética, los Estados Unidos
adaptaron como arma principal, en su política exterior, las sanciones
económicas. Entre el final de la II GM y 1992, Estados Unidos
había aplicado como promedio una sanción internacional por año. Eliminado el
temor que los países castigados pasaran a aliarse con la URSS, los Estados
Unidos se sentían como única potencia,
libres para aplicar sanciones a
diestra y siniestra. Entre 1993 y 1996 impusieron 61 sanciones internacionales.
En cuatro años el ritmo de sanciones se incrementó 15 veces. La Administración
Clinton, designo a Eizenstat Subsecretario
de Comercio, el cual implemento la política de sanciones de forma agresiva
En 1998, Eizenstat, fue nombrado adicionalmente Subsecretario del Departamento de Estado y
Enviado Especial del Presidente Clinton ante la Unión Europea. Estas nuevas responsabilidades se sumaban a las de Subsecretario de Comercio
y Jefe del Grupo Negociador que
preparaba el AMI en la OCDE. Esta acumulación de cuatro funciones en una
persona, era inusual. Pero entre sus tareas principales estaba incorporar al AMI en cuanto a las
sanciones a Cuba, implícitas en la Ley Helms Burton.
El Grupo Negociador trabajo sistemáticamente entre 1995 y
1997. Acordado el “Primer Entendimiento” entre Estados Unidos y la Unión
Europea en abril de 1997, el proceso de
negociación acerca de la Ley Helms Burton, se trasladó de la OMC al Grupo que
preparaba el AMI en la OECD.
.Estados Unidos al negociar el “Primer Entendimiento” por
separado con la UE, marginaba de la discusión de un aspecto decisivo del AMI, a
las restantes 13 naciones de la OCDE. Las negociaciones sobre la Ley Helms
Burton en el supuesto Panel solicitado por la Unión Europea tomaron poco más de
un año. El 18 de mayo de 1998, en Birmingham, llegaron a “Segundo
Entendimiento” sobre las Disciplinas para Fortalecer la Protección de
Inversiones. Según ese nuevo Entendimiento el Gobierno de los Estados Unidos se
comprometía a lograr de su Congreso una suspensión del Título IV, sobre las sanciones
a directivos de empresas de la UE, que invirtiesen en Cuba. La Unión Europea
suspendería la solicitud del Panel en la OMC y se comprometía a trabajar junto a Estados
Unidos para incorporar al Acuerdo Multilateral de Inversiones, las “nuevas disciplinas”
para Fortalecer la Protección de Inversiones.
Cuba siempre
atenta a las trampas de Estados Unidos, alertó a los países del Tercer Mundo miembros de la OMC, sobre esta nueva
estratagema, en reuniones en Nueva Delhi y Ginebra. Era paradójico que fuese Cuba
quien recomendase comenzar a discutir un
AMI en la OMC, donde todos los países podrían participar y no dejar el terreno abierto
a Estados Unidos en la exclusiva OCDE.
Si el AMI se acordaba en la OCDE, sería entonces la reglamentación
libre para las inversiones extranjeras que exigían las transnacionales. La OCDE dejo explicito que su AMI sería
abierto para otras naciones, siempre sobre la base de “tómalo o déjalo”. Si deseaban recibir
inversiones extranjeras tendrían que someterse a la disciplina del AMI de la
OECD.
El 17 de septiembre de 1997, el Grupo que elaboraba el
AMI en la OCDE convocó en Paris a una Reunión Informativa para los Países no
Miembros, supuestamente para atenuar las críticas al velo de secretismo y
hacerles conocer la marcha de los trabajos. El Departamento de Estado de EUA
solicito a la OCDE que a esa reunión no se invitase a Cuba. Previendo una
acción de este tipo, en Cuba se había preparado (en varios idiomas) el Informe
de Cuba a los Participantes a la Reunión Informativa. Temprano en la mañana del mismo día de la
Reunión, la Embajada cubana en Paris distribuyó
su Informe a las Embajadas de los países invitados. El documento explicaba cómo
había sido tejida la estratagema de
Estados Unidos y cuyos propósitos era construir un AMI basado en los criterios de las
transnacionales americanas. De aprobarse el AMI en la OCDE, el país no miembro que deseará recibir inversiones
extranjeras, tendría que doblegarse a esas reglas.
El 6 de marzo de 1998, Alan Larson, Secretario Asistente
del Departamento de Estado de EUA, declaraba ante el Subcomité de la Cámara de
Representantes sobre Política Internacional, Económica y Comercial, presidido
por la Congresista Ileana Ross:
“En el contexto de las negociaciones del AMI hemos estado
trabajando con los europeos en disciplinas para inhibir y detener inversiones
en propiedades ilegalmente expropiadas y en principios para resolver
diferencias sobre jurisdicciones conflictivas…
Estamos tratando de obtener acuerdos con los europeos
para un esquema global de disciplinas. Lógicamente, insistiremos que esas
disciplinas sean aplicadas a propiedades americanas expropiadas en Cuba”.
Fidel Castro, desenmascaro la maniobra americana, al
hablar en la celebración del Cincuenta Aniversario de la creación del GATT, en
Ginebra, un día después de acordado el Segundo Entendimiento en Birmingham:
“En sorprendente y
astuta maniobra, Estados Unidos del banquillo de los acusados en la OMC, pasa
entonces a dictar en el marco de la OCDE, nuevas pautas en el derecho
internacional, pretendiendo incluir con carácter retroactivo en el Acuerdo
Multilateral de Inversiones la ilegalidad, a su juicio, de las nacionalizaciones
realizadas a fines de la década de 1950: una fecha que coincide exactamente con
el triunfo de la Revolución en Cuba y un principio aplicable también a
cualquier nacionalización de las que tuvieron lugar en otros países con
posterioridad a 1959. Se pretende con ello internacionalizar los principios de
la infame Ley Helms – Burton, al amparo
de un tratado multilateral.
“Cualquier diferendo entre Estados Unidos y la Unión
Europea, por causa de esta Ley, no debe resolverse a costa de Cuba. Sería un
impensable deshonor para Europa…”[11]
El 6 de junio de ese año
el Senador Jesse Helms, Presidente del Comité de la Comisión de
Relaciones Exteriores del Senado y
coautor de la Ley Helms Burton, en una fuerte carta al Comisario Europeo de
Relaciones Exteriores, Chris Patten, renegó del acuerdo alcanzado en Mayo 18
entre la Unión Europea y la Administración Clinton sobre la no aplicación de
esas sanciones a las empresas europeas. El objetivo inmediato de Helms era la
empresa hotelera internacional española Sol Meliá.[12]
Al tomar posición como el cuarto hombre del Departamento
de Estado, Stuart Eizenstat en agosto de 1998, declaro:
“Me siento muy satisfecho y honrado
de servir al Presidente y al Secretario de Estado, como su representante
especial para promover la democracia en Cuba“. “Es un buen reto, pero me siento
optimista que seremos capaces de obtener progresos en el objetivo del
Presidente de construir una cooperación internacional efectiva en la promoción
de una transición pacífica a la democracia en Cuba”.[13]
Madelaine Albright, entonces Embajadora de Estados Unidos
ante la ONU, escribía, el 3 de agosto
del mismo año, al Senador Helms,
“ El Entendimiento (entre Estados Unidos y la Unión
Europea) tendrá un impacto global, pero con un significado particular en
relación a las propiedades de ciudadanos estadounidenses, confiscadas por el
Gobierno de Castro. Adicionalmente, el Entendimiento hará una significativa
contribución a nuestra más amplia política hacia Cuba, destacando que un país,
como Cuba, con un record de repetir expropiaciones en contravención de la ley
internacional, no se merece una relación económica normal por parte de otros
países”.[14]
Por suerte, se filtró información al mundo, inclusive a
los propios gobiernos de países miembros de la OCDE, muchos de los cuales no
conocían exactamente lo que se estaba preparando, en la sede de la OCDE en
Paris. La oposición internacional fue de tal magnitud, que el Grupo Negociador del
AMI debió paralizar sus trabajos. A finales de 1998 el Grupo Negociador ceso
sus trabajos y se disolvió.
El AMI nunca se aprobó.
Han transcurrido casi dos décadas
desde que la OECD disolvió su Grupo Negociador del AMI.
Pero… las
transnacionales no renuncian a los propósitos principales del AMI. El Capítulo 11 del TLCN suscrito en 1994
por Estados Unidos, México y Canadá es en si un primer AMI.
Otro intento de introducir los principios del AMI, en una
gran región, fue el ALCA que termino en un gran fracaso[15].
Pero…. el establishment empresarial transnacional de Estados
Unidos no se rinde, Cambio la política. Prefiere por ahora concertar Acuerdos Bilaterales de Libre Comercio, como
los suscritos con Chile, Perú, y otros países. Esos Tratados Bilaterales, incluyen los aspectos principales sobre la
libertad de las inversiones extranjeras para moverse libremente, apertura de los mercados y hasta
poder llevar a las Tribunales a un gobierno por interferencia con esas
reglas.
Si se examinan los nuevos Acuerdos TransPacifico y
TransAtlantico es muy probable se encuentren los elementos estructurales del
AMI.
En
definitiva, ¿a quienes le interesa el
tema de las compensaciones por las propiedades americanas cionalizadas?
El Gobierno Revolucionario suscribió convenios de
indemnización por nacionalizaciones con Francia (16 de marzo 1967); Suiza (2 de
marzo 1967); Reino Unido (18 de octubre 1978); Canadá (7 de noviembre 1980); y
España (26 de enero 1988) y propuso al Gobierno de Estados Unidos comenzar a negociar un convenio de indemnización de
las propiedades americanas, utilizando como pago parte de los ingresos futuros
de exportaciones de azúcar a ese país.
La Ley No. 851 de 1960 de expropiación forzosa de
propiedades americanas, establecía el procedimiento para el pago de tales
propiedades , mediante bonos de la República de Cuba, para cuya amortización se
formaría un fondo que se nutriría con el 25% de las divisas extrajeras
correspondientes al exceso de la compra de azúcar en cada año calendario que
los Estados Unidos comprasen a Cuba sobre tres millones de toneladas largas
españolas a un precio no menor de 5.75
centavos de dólar la libra inglesa F.A.S.[16]
El Gobierno de Estados Unidos se negó a negociar, oficializo
el Bloqueo Económico y Comercial en 1962, prohibió a sus ciudadanos y
empresas tratar independientemente con
el Gobierno Revolucionario y encargo a uno de sus organismos especializados
recopilar todas las reclamaciones sobre esas
nacionalizaciones.
El 3 de enero del año, 2000 la Sala de lo Civil y de lo
Administrativo del Tribunal Provincial Popular de la Ciudad de la Habana acepto
la documentación contra el Gobierno de los Estados Unidos presentada por las
organizaciones sociales y de masas de la República de Cuba como Demanda en
Proceso Ordinario sobre la responsabilidad civil por Daños y Perjuicios derivados de los actos
ilícitos que han afectado al pueblo de Cuba, durante todo el proceso histórico
de la Revolución Cubana.
Cada año, Cuba presenta en la Asamblea General de
Naciones Unidos su Informe titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
El informe que se discutirá y votara en Nueva York a finales de octubre del
2016 valora los daños a Cuba acumulados desde que se implanto el Bloqueo, los cuales
ascienden a 125 876 millones de dólares, a precios corrientes. Solamente en los
12 meses de mayo 2015 – abril 2016, los daños se valoran en 4680 millones de
dólares.
Como parte de las negociaciones entre Estados Unidos y
Cuba, para normalizar sus relaciones, se han organizado dos Rondas (diciembre
2015 y junio 2016). para discutir las reclamaciones de indemnizaciones por ambas
partes No serán fáciles estas discusiones. [17]
Las declaraciones recientes de quien preside la
delegación de Cuba a estas Rondas han sido claras.
-
Cuba dijo el lunes que no desea
acelerar las conversaciones con EEUU sobre las demandas mutuas multimillonarios
y que consideraría solo un acuerdo que considerara las quejas de ambos países,
informó la agencia Reuters.
-
Los diálogos sobre las
compensaciones mutuas entre Cuba y EEUU están en las “etapas iniciales”,
aseguró el vicecanciller cubano Abelardo Moreno, en un encuentro con periodistas
en La Habana, de acuerdo al medio informativo oficialista cubano Cubadebate.
……….
-
Un funcionario del Departamento
de Estado dijo a los reporteros que EEUU quiere resolver la cuestión lo más
rápido posible y que ambas partes coincidieron en llevar a cabo más encuentros
regulares.
-
Pero el viceministro cubano
dijo por su parte a los reporteros en Cuba, que la declaración del Departamento
de Estado era simplemente una “aspiración” estadounidense, ya que en la actualidad no existía un acuerdo sobre
futuras reuniones, señala Reuters.
-
Moreno confirmó que no se puede
adelantar aún cómo terminará el proceso de intercambio entre ambos países,
porque “todavía no se ha decidido” cómo proseguirán los encuentros futuros. Sin
embargo, admitió que las reuniones continuarán en los próximos meses, de
acuerdo a lo publicado en Cubadebate.
Conclusiones: el tema de las Reclamaciones (Claims) para Compensar
las Pérdidas por las Nacionalizaciones, ha sido
prácticamente solo del interés de las Administraciones de los Estados
Unidos, para utilizarlo como instrumento de presión. El sector empresarial
americano realmente no ha mostrado mucho interés en esas reclamaciones.
Notas:
[1] Guillermo Jiménez Soler: Los
propietarios de los centrales azucareros al Triunfo de la Revolución,
Revista Bimestre Cubana, Sociedad Económica Amigos del País, La Habana, junio
1995
[2] Mediante la Ley 88 – 666 que agregaba el Título V de la Ley sobre
liquidación de Reclamaciones Internacionales de 1949, el cual certifico – al
cerrar el Programa, el 6 de julio de 1972, un total de 5 911 reclamaciones
admitidas. Olga Miranda
Bravo: CUBA/USA Nacionalizaciones y Bloqueo, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana ,
1996
[3] No he encontrado algún análisis de algún abogado cubano sobre
esta afirmación del empresario americano.
[4] Consultores Asociados S.A. (CONAS): CUBA INVESTMENT &
BUSINESS 1996 -1997 , La
Habana ,1997
[5] CONAS ob.cit.
[6] William Ashworth Breve Historia de la Economía Internacional
1850 . 1950, Fondo de Cultura Económica, México, 1958.
[7] Miguel Alejandro Figueras: El Acuerdo Multilateral de
Inversiones; ¿Multilateral para quien?
Cuba Socialista, # 11 1998, La
Habana
[8] Organización de
Desarrollo y Cooperación Económica, con sede en Paris, creado durante la
ejecución del Plan Marshall en Europa y que también se conoce como el Club de
los Ricos.
[9] Miguel Alejandro Figueras ob.cit
[10] Daniel Yergin: The Prize. The Epic Quest for Oil. Money and
Power; Simon &
Shuster, Nueva York, 1991
[11] Segmento del
discurso pronunciado por Fidel Castro, Presidente de Cuba, en el Palacio de las
Naciones, Ginebra , el 19 de mayo de 1998, en la sesión conmemorativa del 50
Aniversario del Sistema Multilateral de Comercio.
[12] El País, Madrid, junio 22 1998.
[13] FWN Washington agosto 16 1998.
[14] Inside U.S. Trade – Agosto 7 1998.
[15] El Área de Libre Comercio, ALCA, propuesto por el Presidente Clinton en la
Cumbre de las Américas en Miami a finales de 1994, constituía el pilar
económico de la reestructuración del llamado Sistema Interamericano, a través
del cual gobierno de Estados Unidos pretendió convertir a Latinoamérica y el
Caribe en su coto exclusivo, estable y seguro para su expansión monopolista.
Negociado durante diez años en el seno
de la OEA y previsto a aprobarse en la Cumbre de las Américas de Buenos Aires,
en el 2004, contenía los aspectos
principales del AMI. Fue derrotado y rechazado, por los nuevos gobiernos populares que se negaron a
las políticas neoliberales. Se
opusieron, rechazaron el ALCA y llevaron
a una posición ridícula a George W. Bush,
[17] La influyente agencia noticiosa Bloomberg de Nueva York, a propósito de
estas Rondas ha expresado ideas que no deben estar lejanas de los criterios del
establishment empresarial americano:
El
editorial sugiere un paquete de compensaciones financieras modestas con
oportunidades de inversión, ayuda al desarrollo y reformas rápidas y profundas
en la isla, en vez de ceñirse a las cifras.
………..
La
publicación aconseja a ambas partes que en lugar de resolver demanda por
demanda apunten a una "negociación amplia" como la sugerida por
el grupo de estudios Brookings
Institution.
Esto
es, alcanzar un arreglo financiero modesto y realista y englobarlo en un
conjunto de acuerdos mayores para levantar sanciones, promover el comercio y la
inversión, ofrecer a la isla asistencia para el desarrollo y comprometer a
La Habana a emprender reformas más rápidas y profundas.
El
editorial predice que "la inversión estadounidense aplicada a la base
industrial relativamente desarrollada de Cuba y a su población altamente
educada podría estimular el crecimiento y ofrecer un impulso a toda la
región".
Esto
beneficiaría a todos y no debe permitirse que disputas sobre contabilidad
lo impidan, concluye diciendo Bloomberg.
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