Por Joaquín
Benavides*
( II )
Albert Einstein sobre la crisis:
. ¨La creatividad nace de la angustia, como el
día nace de la noche¨
. ¨Es en la crisis donde nace la inventiva,
los descubrimientos y las grandes estrategias¨
. ¨Quién supera la crisis se supera a sí
mismo, sin quedar superado¨
. ¨La verdadera crisis es la crisis de la
incompetencia¨
Papel
de la Banca Cubana en la superación de la Crisis.
Sin un cambio
profundo en el papel del Banco Central de Cuba y de la banca comercial
subordinada al Banco Central, será prácticamente imposible dinamizar
productivamente la economía nacional.
El instrumento
principal del Estado Cubano para financiar la actividad empresarial, debe ser
la banca comercial. No el presupuesto del estado. El
Presupuesto cuando subsidia empresas lo hace con dinero del Estado y tiene que
aprobarlo la Asamblea Nacional pues afecta los gastos que tiene que garantizar
el Estado. Cuando un banco comercial financia a una empresa, le otorga un
préstamo, que esta tiene que pagar con intereses. Y como tiene que pagar con
intereses, la empresa está obligada a obtener utilidad y el banco está obligado
a revisar si se van a obtener utilidades, antes de concederlo.
Por Ley, el rector
de la política monetaria del país, es el Banco Central. De acuerdo con eso la Institución
estatal responsabilizada con proponerle
al Gobierno una tasa de cambio oficial para las empresas que requieran para su
actividad comprar divisas es el Banco Central de Cuba. Para ello tiene que
consultar con otros organismos como los Ministerios de Economía y Planificación,
y de Finanzas, pero la responsabilidad de proponerla es del Banco.
Una economía
abierta como la cubana, nunca podrá lograr eficiencia en términos de economía
internacional, sin una tasa de cambio oficial, que tenga en cuenta su relación aproximada con las del
resto del mundo. La tasa de cambio es el instrumento que permite comparar la
eficiencia en costos de las empresas cubanas con las del resto del mundo.
La banca
comercial dependiente del Banco Central debe ser la encargada de gestionar
crédito comercial en divisas para financiar las importaciones de las empresas
que son sus clientes. Para ello las empresas, sean
estatales, cooperativas o privadas tendrían que tener abiertas cuentas en cada
banco comercial con el que opere, en CUP y también en divisas. Ese banco seria
con el que opere la empresa cubana para sus operaciones dentro o fuera del País.
Una vez aprobada
una Ley para las PYMES, que debiera ser prioritaria como casi la única
posibilidad de inyectar liquidez en divisas en la economía en estos momentos,
estas para poder operar tendrían que constituirse legalmente, en una entidad
jurídica y a continuación abrir una cuenta bancaria. El
banco comercial en que decida abrirla, establecería las reglas para que pueda
operarla, entre ellas el fondo obligatorio a depositar para poder operar, según
su plan de negocios. A partir de ese momento todas las operaciones de ingresos
por las ventas de la empresa privada tendrán que acreditarse en su cuenta y todos los pagos por sus gastos
tendrán que debitarse de su cuenta. Es una diferencia fundamental con la forma
de operar de los Trabajadores por Cuenta propia, cuyas cuentas a las que les
obliga la ONAT, tienen solo una función fiscal. Para hacer negocios es
necesario ser una persona jurídica, que tiene que responder ante la Ley. Las
personas naturales no están concebidas para hacer negocios.
Para poder
importar directamente o a través de una empresa facultada para comercializar
importaciones, las PYMES tendrían que abrir una cuenta en divisas en su banco. Con esa cuenta solo operarían sus operaciones externas. Se le debitarían los
pagos por importaciones, y se le acreditarían los ingresos por exportaciones y
las aportaciones de capital en divisas para inversiones. El sistema del Banco
Central tendría que tomar las previsiones necesarias para controlar el lavado
ilegal de divisas.
A partir de este
esquema se podría constituir una organización bancaria nacional, especializada
en el financiamiento agrícola, que capte recursos
financieros de la banca internacional, para inversiones en la pequeña y mediana
agroindustria estatal, cooperativa y privada con fines de producción para el
consumo nacional y para la exportación de frutas, vegetales, tomates, granos y otros productos de origen agrícola y pecuario,
procesados industrialmente y envasados con tecnología moderna y competitiva internacionalmente.
Para lograr que la
Banca Cubana pueda convertirse, dentro de nuestras condiciones y concepciones
políticas, en un factor decisivo e insustituible de la financiación de la
abierta economía cubana, será necesario dotarla, prioritariamente, de los
medios técnicos, computacionales y de informatización que son normales para
cualquier banco comercial en el mundo. Nuestra Banca en general, y en especial
la Comercial no puede estar menos dotada que la que lo está cualquier Banco
comercial importante en países como Argentina, Brasil, México o Colombia. Supondrá un determinado
esfuerzo inversionista que debe gestionarlo el propio Banco Central, pero me atrevo a
afirmar, tendría un periodo de recuperación muy rápido, sin comparación a las
inversiones que habitualmente hacemos en la industria, la agricultura o el
turismo.
Una acción
imprescindible que habría que llevar a cabo, una vez que se hayan levantado las
medidas de control con respecto al Coronavirus, sería que el Banco Central
asumiera la negociación con todos los proveedores, de la deuda comercial que el
País tiene con ellos y a los que se les ha estado pidiendo paciencia y
confianza. Hay que entender que todos esos proveedores, grandes, medianos y pequeños,
tienen un banco en alguna parte del mundo, que les ha financiado sus
operaciones con Cuba. Esos bancos además de la presión norteamericana para que
no realicen operaciones con empresas que negocian con Cuba, tienen que sufrir
los impagos de sus clientes que comercian con nuestro país. Los bancos al final
cobran con mora a sus clientes, pero el prestigio de Cuba como deudor se afecta
mucho. Si queremos ganar credibilidad con la banca internacional para que
nuestra banca pueda acceder con ella a que participe crecientemente en financiar objetivos en la economía cubana
es muy importante lograr renegociar la deuda comercial a corto plazo y pagar.
Para lograr financiamientos de la banca internacional, es esencial tener fama
de buen pagador. Al comienzo piden garantías y hay que dárselas. Pero cuando se
convenzan que pagamos, prestaran las sumas que nuestro banco les solicite. El
crédito bancario es mucho más económico que el crédito comercial.
Renegociadas por el
Banco las deudas a corto plazo con los proveedores, y controlados por el Banco
los flujos de caja de las empresas deudoras, cualquier operación de compra
comercial con un proveedor extranjero a crédito, debiera ser aprobada por el
banco comercial y controlado su pago en
fecha con los instrumentos conocidas de garantías bancarias. Habría que
aprovechar esta época de crisis económica del Coronavirus para poner orden en
las finanzas empresariales que comprometen el prestigio del País como deudor
internacional.
Sin el papel protagónico del Banco no se
resolverá jamás el problema de los Cobros y Pagos entre empresas estatales,
el cual no hay reunión importante en el País,
donde no salga a relucir este grave problema que pone de manifiesto una gran
indisciplina y falta de orden en el sistema financiero del País. Como es un
fenómeno entre empresas estatales una Ley puede establecer que cuando a una empresa deudora, otra acreedora
le presente al cobro en su banco una deuda con las facturas correspondientes y
no tenga fondos para pagar, el banco este facultado para dejar sin operación la cuenta de la empresa
deudora hasta que tenga dinero y pague su deuda. Mientras tanto que no pueda
operar su cuenta. No es un problema de arbitraje, sino bancario. Si pasado un
tiempo la empresa no tiene dinero para pagar, se le cierra la cuenta y la
empresa tiene que quebrar. Si no quiere quebrar, que el Director de la empresa
salga a cobrar y buscar dinero para pagar. Si al final no le alcanza, pues que
quiebre. Para ello sería necesario que la Asamblea Nacional estableciera una Ley de Quiebra. Esa es una decisión que
habría que tomar para poner orden en las finanzas empresariales, y sin la
participación efectiva de los bancos no se puede lograr.
No lo trato aquí,
solo lo apunto, que para resolver definitivamente el histórico y perjudicial
problema de los Cobros y los Pagos, habría que revisar los métodos de
financiamiento por el Presupuesto del Estado de empresas irrentables y de
gastos asociados al consumo social a través de empresas estatales.
Para financiar
las importaciones en divisas de las empresas exportadoras el Banco Central
debería crear Entidades financieras no bancarias.
Estas son empresas financieras, cuyo propietario seria el Banco Central, no
tendrían caja, lo que las diferencia de un banco; pero que se especializarían
en intermediar y gestionar los ingresos y pagos en divisas de las empresas
exportadoras. Esas empresas financieras no bancarias jugaron un papel
importante en el financiamiento de la Economía durante el periodo especial.
Lamentablemente la política a partir de los últimos años de la década de los 90
y principios del 2000 fue irlas suprimiendo y solo quedaron RAFIN, adscrita al
GAE de las FAR y FINTUR, adscrita al MINTUR.
No serian un banco
de las empresas exportadoras, pero si su financiera, no solo para asegurar la
contratación y el pago a tiempo de la compra de las importaciones que
garantizan su actividad, sino también para que las pequeñas empresas de la
economía puedan adquirir tecnología y materias primas para sustituir
importaciones de las exportadoras. Actuarían como empresas financieras,
tendrían una utilidad normada por el Banco Central por sus servicios y tendrían
operaciones de compra y venta de divisas con la banca comercial a la tasa de
cambio oficial.
Personalmente tuve
participación en la creación de la primera que se creó en el Periodo Especial,
que fue TRANSFIN al Ministerio de Transporte. En esa época toda la organización
del Transporte, en especial la transportación marítima internacional era
autofinanciada en divisas y tenía la obligación de entregarle al Sistema de la
Salud para la compra y adquisición de medicamentos y materias primas el 50 % de sus ingresos netos en divisas. Se
le llegaron a entregar al MINSAP en uno de los años más de 40 millones de
dólares. La Financiera era regularmente supervisada y auditada por el Banco
Central. TRANSFIN le daba servicio a la organización empresarial de transporte
de Ciudad de la Habana, que no estaba subordinada al Ministerio pero que le
prestaba los servicios financieros en divisas.
Yo sugeriría que
se creara una Empresa financiera no bancaria para que le de servicios a las
empresas de BIOCUBAFARMA. No tengo dudas de que va a
resolver los problemas de falta de financiamiento para adquirir a tiempo las
materias primas de los medicamentos y aseguramientos tecnológicos para las
exportaciones de la industria biotecnológica. Este sería el momento estratégico
para potenciar desde todos los ángulos, incluido el aseguramiento financiero, a
lo que puede convertirse en el motor principal de nuestro desarrollo económico.
También
sugeriría crear una Empresa financiera no Bancaria para la Industria del Níquel
y cobalto y la minería de exportación. Además de que
podría garantizar el financiamiento para que esta decisiva industria no le
falte nunca a tiempo sus insumos
importados, puede ocuparse de financiar en divisas el equipamiento, la
tecnología, las materias primas y materiales para que la pequeña industria
mecánica estatal cubana le sustituya las importaciones de piezas de repuesto
para sus fábricas.
Asimismo
sugeriría crear una Empresa Financiera no Bancaria para que se ocupe de
garantizar financiamiento para la adquisición a tiempo por AZCUBA de los aseguramientos de todo tipo para las Zafra Azucareras. También
de financiar a la pequeña industria estatal para que sustituya las importaciones
de piezas de repuesto de los centrales azucareros.
A las Entidades
financieras no Bancarias, que como señale son empresas financieras cuyo
propietario es el Banco Central, habría que dotarlas de un pequeño capital de
trabajo en divisas para las primeras importaciones. Una vez que comenzaran a
cobrar exportaciones, devolverían el capital prestado y el Banco Central les
calcularía el capital de trabajo a mantener normalmente para sus operaciones.
El resto de las divisas serian captadas por el Banco comercial con el que se
relaciona mediante compraventa a la tasa de cambio oficial y transferirlas posteriormente por el banco
comercial a la Cuenta Estatal que le indique el Banco Central.
De esta forma se iría
asegurando por vía bancaria y no administrativa el financiamiento de las
principales empresas estatales que garantizan las exportaciones y de aquellas
otras pequeñas empresas estatales que poco a poco irían sustituyendo las
importaciones con producciones competitivas, económicas y tecnológicamente para
la Industria nacional. Una vez cobradas las exportaciones, la Dirección de la Economía
y el Gobierno contarían con las divisas reales para enfrentar el resto de sus
obligaciones en que se requieren divisas, e incluso crear reservas a decisión
solo del Presidente.
El Banco Central,
teniendo en sus manos toda la potencialidad de exportación de las empresas
estatales, cooperativas y privadas, controladas por su esquema bancario
comercial, podrá, como en su época logro hacer Raúl León como Presidente del
Banco, obtener financiamientos importantes de la banca internacional para el
desarrollo industrial, que cree las bases materiales del Socialismo a que
aspiramos.
Con respecto al
importante y en cierto sentido decisivo papel a mediano plazo, de la inversión
extranjera, mi sugerencia es que el Banco trabaje insistentemente por lograr
establecer en la Zona del Mariel una empresa mixta con un banco extranjero que
pueda operar sin dificultad fuera de la zona del dólar y que concentre en ese
banco todas las operaciones bancarias de las Empresas Mixtas que se constituyan
entre empresas de capital cubano con empresas de capital extranjero. Las
posibilidades de un esquema como este, que pueden ser muy grandes, no lo
expondré ahora. Lo dejare para otra oportunidad.
14 de abril de 2020
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte
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