Centro de
Estudios de la Economía Cubana
Introducción:
La resolución del 6to Congreso del PCC
sobre los Lineamientos de la Política Económica y Social, plantea que la actualización tiene como objetivo “garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo, el desarrollo económico del país y la
elevación del nivel de vida de la población conjugados con la necesaria
formación de valores éticos y políticos de nuestros ciudadanos.” (Granma
digital)
Además el Presidente de Cuba se refirió
a que se debía construir una sociedad socialista, próspera y sustentable. La
prosperidad se ha relacionado con la satisfacción de la población, muy
vinculado a la elevación de su nivel de vida y para ello es necesario que sea
sustentable, lo cual implica desarrollo, como la vía indispensable para lograr altas
cotas de riqueza económica y social y
todo ello en los marcos de una sociedad
socialista, donde exista el predomino de la propiedad social sobre los medios
fundamentales de producción.
El presenta trabajo tiene como propósito
analizar las medidas adoptadas para las empresas estatales, valorar su relación
con la autonomía de las empresas en función al crecimiento de la economía.
El trabajo se estructura en 4 grandes
aspectos, el primero esboza de forma sintética algunos aspectos conceptuales
que sustentan el análisis a realizar sobre las empresas, el segundo apartado realiza
un breve recorrido de la empresa estatal hasta los cambios recientes, el tercer
epígrafe se enfoca en el análisis de los cambios instrumentados a la empresas
estatales y su relación con el crecimiento y la innovación y el cuarto
son las conclusiones.
Algunos
aspectos conceptuales
A los efectos del presente trabajo se
parte del criterio que el desarrollo es endógeno, acorde a las condiciones
específicas de espacio y tiempo, y debiera ser un proyecto (como estrategia)
socialmente compartido. Se considera la necesaria combinación del mercado y el
Estado, debe ser coherente y dirigirse a la solución de un sin número de
problemas de la economía y la sociedad. (Alonso y Triana, 2013)
El desarrollo conlleva la necesidad de
crecer, en la que participan diversos agentes económicos (con diferentes formas
de propiedad) y para alcanzarla pareciera necesario el establecimiento de
normas y regulaciones claras y transparentes.
El desarrollo y el crecimiento si bien
se mide por indicadores macro, tiene en el desempeño empresarial un factor
dinámico importante, lo que no se ha tomado suficientemente en cuenta por la
inmensa mayoría de los autores y otros solo lo abordan desde posiciones
parciales, la visión micro de los neo clásicos, o solo en su aspecto innovador
(neo-schumpeterianos) (Guzmán, 2006)
Si bien es aceptado
que el crecimiento es endógeno y que el progreso científico y tecnológico es
muy importante en el mismo, se hace necesario tener en cuenta lo que plantea
Guzmán (2006:365): “no se explicita el papel del empresario en la
implementación de las nuevas tecnologías en el mecanismo productivo...Se hace
por tanto abstracción de un factor empresarial que puede existir o no, pues no
en todas las economías o en todos los países existe una estructura empresarial
disponible (ni incluso potencial) con capacidad suficiente para emprender y
poner en práctica los procesos productivos que se puedan derivar de los nuevos
avances tecnológicos”.
La importancia de tomar en cuenta la
empresa es necesario esclarecerla partiendo de entender qué es la empresa, sin
pretender una definición, ni tan siquiera una concepción acabada de la misma.
Las tipologías del concepto empresa se
mueven entre las de carácter holístico (puros y perfeccionados) y los modelos
de organización (monistas y pluralistas), así como el de Tavistock, el de Burns
y el Katz-Kahn. (García, 1994)
Tales tipologías pudieran agruparse en
tradicionales (holísticas puras y organizativas monistas) y actuales, las
primeras se caracterizan por no tomar en cuenta la realidad por considerarla
conocida, es muy funcionalista y el trabajador se motiva solo por razones
económicas, etc., en tanto las segundas, le otorgan mucha importancia al
entorno, a lo social (interno y externo), a la flexibilidad y a los aspectos
tecnológicos. Nos identificamos con las tipologías que se asientan en estos
últimos enfoques.
No obstante unas u otras tipologías lo
cierto es que en todas esta claro que es ahí donde se crea la riqueza de la
sociedad, se logra o no el uso racional y eficiente de los recursos puestos a disposición
de la producción[1],
se deben desarrollar los procesos de innovación, de “destrucción creadora” con
empresarios emprendedores y alcanzar la
productividad como base del crecimiento empresarial y de la sociedad.
El crecimiento de las empresas, no necesariamente
en tamaño (ni en cantidad de empresas), sino su expansión y diversificación que
aporte a la sociedad y que según (García, 1994:56) “depende de los costos de
transacción y los costos de organización, los cuales serán consecuencia de la filosofía
empresarial que determina los objetivos primarios de la división del trabajo
que ha asumido cada empresa”. En sentido general las empresas se coordinan
mediante los mercados, pero el mercado es imperfecto y el Estado puede ayudar
mediante la planificación y otros mecanismos de mercado a lograr mejores costos
de transacción y por tanto propiciar el crecimiento empresarial.
El empresario, líder o directivo, que
son tres conceptos diferentes que pudieran recaer o no en una misma persona, es
quien toma las decisiones dentro del marco de las políticas macro y meso y busca optimizar los recursos
mediante procesos de socialización de la decisiones, de los conocimientos,
aplicando formas (por vía innovación, transferencia de tecnología, etc.) que
permitan elevar sostenidamente la eficiencia y eficacia de los bienes y
servicios producidos.
Para realizar lo anterior deberán
utilizar las diversas herramientas del management, deberán dirigir, léase,
definir objetivos estratégicos y a corto plazo, motivar y coordinar a los
trabajadores, informar y comunicar, controlar y organizar todos los sistemas.
Las empresas pueden ser de diverso tipo,
tamaño, forma de propiedad, etc., dependerá de la etapa en la que se encuentre
su nivel de desarrollo y crecimiento. Sin embargo, mucho daño ha hecho el
concepto de “alcance de las responsabilidades gerenciales” que ha planteado límites administrativos a la
supervisión de personas y según (Drucker,1957 :187): “esto a su vez
conduce a la deformación de la gerencia: niveles sobre niveles, que impiden la
cooperación y la comunicación, sofocan el desarrollo de los gerentes de mañana
y corroen el significado de la labor gerencial”
La empresa debe
tener la capacidad de definir sus propios objetivos que aporten a las
necesidades económico-sociales que exige el país, de organizar todos los
sistemas, procesos y actividades que permitan el logro de lo propuesto, margen
de maniobra de los ingresos recibidos, así como poseer los líderes capaces de
dirigir con las personas a toda la empresa. Excepto en el caso de monopolios es
la calidad de la gerencia el factor clave de diferenciación y esto solo se
puede medir mediante la productividad. (Drucker, 1957)
La empresa deberá establecer principios
claros de gobernanza corporativa[2] o empresarial que haga
transparente la gestión (OECD, 2004: 17) “El marco para el
gobierno corporativo debe desarrollarse teniendo en cuenta su repercusión sobre
los resultados globales de la economía, la integridad del mercado y los
incentivos que genera para los agentes del mercado y para el fomento de la
transparencia y eficacia en los mercados”. Las bases del mismo están en la
relación dialógica con los dueños y los trabajadores.
La gerencia implica la utilización de
todas las formas de gestión para alcanzar los objetivos con eficiencia y
eficacia. Un aspecto de vital importancia es el papel y lugar de los
trabajadores en la organización. Así en (Drucker, 1957:422) expresa “hay que saber liderar los trabajadores. No encasillarlos
en puestos rígidos sino
potenciar su capacidad productiva y capitalizar sus puntos fuertes e
impulsionar el conocimiento”, tal planteamiento es central a los efectos de
incentivar la innovación: con trabajadores motivados, con formas socializadas
de trabajo y una cultura dirigida hacía el aprendizaje.
En el criterio de diversos autores (como
R. Nelson, Dosi, etc.) se asume que la innovación radica en convertir
conocimiento en beneficio para el cliente o la sociedad, y que sea aceptado por
estos, pero dicho proceso que no es lineal y que implica riesgos, como norma se
mueve en dos patrones, vinculados a los planteamientos de Schumpeter son los de
acumulación y de destrucción creadora: el primero relacionado con los regímenes
rutinizados, en las grandes empresas, con los aparatos de I+D+i y el segundo vinculado al régimen
emprendedor, que como regla, genera nuevos negocios o empresas y cuyos procesos
pueden gestarse desde una gran empresa. La utilización de uno u otro régimen
depende del tamaño y de la tecnología dominante.
La innovación
está estrechamente relacionada con la forma en que se gestiona por parte de los
líderes y ello según (Pérez, 2000:4)
plantea: “cada revolución tecnológica
lleva un cambio de sentido común” y ello es muy evidente en lo tecnológico y
gerencial.
El sentido
común en lo gerencial se relaciona con el cambio de modo de dirigir que es
indispensable para lograr niveles sostenidos de crecimiento basados, entre
otros aspectos, en la innovación. Ello significa alcanzar una cultura que
involucre a los trabajadores en la generación de conocimientos y la toma de
decisiones, trabajar por la mejora continua (mediante innovaciones incrementales,
entre otras) en función de las necesidades de los clientes y con estructuras organizativas flexibles y
aplanadas. Todo ello en base a una perspectiva estratégica (de expansión o
diversificación) que tome en cuenta sus
competencias esenciales.
Los factores
microeconómicos de la innovación por tanto se asientan en la estrategia de la empresa
y sus competencias, la estructura capaz de proveer asociatividad en el
desempeño y la cultura que debe permear los sistemas y mecanismos de la
empresa, creando las condiciones para la necesaria acumulación del
conocimiento.
La
empresa estatal: su evolución
La empresa cumple un destino económico, al buscar eficiencia y eficacia en
la función de producción, mediante una gestión apropiada a sus características
y competencias y todo ello persiguiendo que el trabajo sea cada vez más social
con la participación de los trabajadores en las decisiones y sin perder su
impronta social, es decir, trabajar para satisfacer, en última instancia, las
necesidades sociales.
El recorrido histórico de la empresa
estatal desde el triunfo de la revolución pasa inicialmente por las empresas
consolidadas, las mismas agrupaban por
características homólogas de producción a todas aquellas entidades que
producían lo mismo a nivel nacional, todos sus ingresos pasaban al presupuesto
del estado y éste asignaba las cantidades requeridas para que las empresas
funcionaran. La eficiencia se medía por los costos y por tanto era muy
importante el registro contable de la actividad económica.
Las empresas consolidadas jugaron un
papel importante ya que agruparon un conjunto disperso y de muy baja
productividad de pequeñas entidades productivas, sin embargo dirigir una
empresa con actividad productiva a lo largo de la Isla era bien difícil mucho
más en un momento donde los directivos
se elegían más por su lealtad a la Revolución que por sus conocimientos. Además
existieron insuficiencias en el sistema presupuestario y la planificación,
magistralmente expuestos por el Che en el Seminario de Argel en 1963. Todo lo
expuesto no fueron condiciones favorables para el mejor desempeño de las empresas,
además de la necesaria atención que exigía los cambios profundos de la
revolución en todos los órdenes y las agresiones a que se veía sometida desde
fuera y dentro.
Las empresas consolidadas de hecho
existieron hasta inicios de los 70’s, sin embargo desde 1965, el sistema de
dirección se modifica, eliminándose la contabilidad, toda relación mercantil
(excepto el salario y la compra-venta de la población) y por tanto la medición
de la eficiencia se realizaba por el cumplimiento del plan de forma material.
Esta etapa representó un retraso en el desenvolvimiento económico y la gestión
de las empresas, que se manifestó en el deterioro de la economía nacional.
En 1975 con el
establecimiento del Sistema de dirección y planificación de la economía, se
pasa a una nueva etapa donde las empresas se concebían como una unidad con
cohesión técnico-económica interna y objetiva del proceso de producción, unidad
territorial que permitiera mayor racionalidad en su planificación, control y
administración como un todo orgánico e independencia relativa que las
diferenciara de los restantes núcleos de la economía y donde se concretara una
determinada autonomía económico-operativa en su gestión (I Congreso PCC, 1976).
El eje de la
gestión de las empresas era el plan que se elaboraba a partir de los
indicadores directivos. Disponía cuenta bancaría única de ingresos y egresos y
podía recibir créditos de corto y largo plazo. Poseía contabilidad propia y
balances financieros independientes. Debían ser autofinanciadas y de la ganancia
obtenida realizar aportes, formar fondos de la empresa y otra parte quedaba a
su disposición.
El proceso de
ordenamiento y creación de empresas generó una uniformidad excesiva, que
imponía estructuras tipo y un aparato de
dirección con funciones vinculadas al aspecto técnico, productivo y económico,
al mismo tiempo que se reproducían los aparatos funcionales de los ministerios,
como una forma cómoda de dirigir y obtener información. En general las empresas
poseían un tamaño grande como herencia del gigantismo soviético y del
verticalismo que condujo la falta de confianza en el cumplimento de los
contratos.
El sistema, que nunca funcionó completamente como
tal, condujo a una serie de desarticulaciones entre los organismos globales, la focalización en la cantidad y no en la
calidad, la existencia de recursos inmovilizados debido a problemas de
planificación y organización de los abastecimientos; la deficiente aplicación
del principio de pago por los resultados del trabajo con sistemas de premios y
primas; la recopilación exagerada de datos de uso discutible y serias
insuficiencias, desde los propios registros primarios, del sistema de
contabilidad, así como, la aplicación de precios excesivos que sólo servían
para justificar una rentabilidad, pero que no eran expresión de la eficiencia
empresarial y el pobre uso de mecanismos económicos de regulación, fueron
algunas de las insuficiencias del sistema (Marichal, O.J., 2003).
El año 1986 fue el inicio de la
rectificación de errores e intentar mejorar el sistema. En esta etapa surgieron
tipos de organizaciones como los contingentes, también se venían desarrollando
la experiencia del Polo Científico con la vinculación
ciencia-producción-comercialización y en 1989 se establece la primera empresa
mixta en el turismo. Sin embargo los noventas representaron una crisis profunda
con la caída del campo socialista y por tanto con la pérdida de los principales
clientes y suministradores y condujo a lo que según Triana (1997) fue la estrategia de supervivencia, por tanto
poco se hizo en términos de establecer un sistema de dirección empresarial
coherente sino definir y aplicar líneas de acción para la salida de la crisis.
Lo anterior conduce a que se estructure
un sector llamado emergente cuyo centro era el turismo, además del níquel,
tabaco, ron, algunas comercializadoras, etc., y que operaban en divisa, ya
fuera como empresa mixta con capital extranjero o como sociedad anónima 100%
cubana. Al mismo tiempo no existía una regulación coherente para el otro sector
de la economía que operaba en pesos, todo ello en medio de una economía en
crisis.
En 1996
se alcanza el primer crecimiento sustantivo de la economía desde que
había entrado en crisis y en 1998 se
comienza a introducir el Perfeccionamiento empresarial, que establecía
algunas condiciones de partida a las empresas para que pudieran comenzar el
proceso.
Las empresas estatales en Cuba han sido regidas por diferentes
sistemas de dirección, que no siempre han tenido un enfoque sistémico: al
inicio de la revolución coexistieron el sistema presupuestado de financiamiento
y el cálculo económico, posteriormente se transitó por el sistema de registro
económico, para dar paso en 1975 al sistema de dirección y planificación de la
economía (SDPE). En 1986 se lleva a cabo el proceso de rectificación de errores
y tendencias negativas que desarticuló el sistema existente (SDPE), lo que ha
provocado desajustes en las relaciones inter empresariales y elevados costos de
transacción. Además dichos sistemas, con algunas salvedades, no ha permitido
que la empresa cumpla con su razón económico-social, ni represente el eslabón primario de la
economía.
Por otra parte el gigantismo heredado, ha provocado que las empresas
sean demasiado grandes y junto al homologismo, las ha hecho especialmente
jerárquicas, burocráticas y rígidas, al tiempo que ha obligado a las empresas a
operar con estructuras “cuasi” pre establecidas y no adaptables al tipo
específico de organización.
Las sucesivas reestructuraciones de los aparatos centrales, han tenido
su expresión en las empresas que han padecido de modificaciones y cambios y al
mismo tiempo las ramas de la economía se han visto afectada por inestabilidad
de la estructura institucional de las organizaciones empresariales. El número de empresas han ido
decreciendo, al cierre de abril del 2014 existen 2163[3] de las cuales alrededor de
mil se encuentran en perfeccionamiento y las restantes pueden operar solo en
peso convertible (cuc) o en peso (cup), etc.
En el 2013 se mantenían con pérdidas por
2 años consecutivos 50 empresas, cifra inferior al 2011 pero ni con mucho
aceptable. Si se analiza el subsidio por pérdidas, en el 2010 era de 678
millones de pesos y pasó a 1828 millones de pesos en el 2012 (ONE, 2013), lo que
representa el 4% del total de gastos corrientes del presupuesto. De no existir
esas pérdidas, el déficit presupuestario se reduciría más del doble.
Los cambios para la empresa
estatal hasta abril 2014 son los siguientes:
- Resolución No 134 del Ministerio de Economía y Planificación, autoriza la flexibilización de los objetos sociales, lo que faculta a las empresas en decidir qué actividades secundarias y de apoyo, derivadas de su objeto social están en condiciones de realizar para aprovechar al máximo sus potencialidades.
- El decreto 323 del Consejo de Ministros y las resoluciones 125 del Ministerio de Economía y Planificación, las 181 y 203 del Ministerio de Finanzas y Precios y la 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, proponen un conjunto de cambios, entre los más significativos se encuentran:
- · La reestructuración del aparato estatal, creando las OSDE que agrupan empresas. Al mismo tiempo existen empresas que se convierten en Unidades Empresariales de Base (UEB).
- · El encargo estatal como la producción de bienes y servicios priorizada por el Estado mediante el aseguramiento en el plan
- · Venta de los excedentes del encargo estatal y los inventarios ociosos, a precios formados por la oferta y la demanda
- · Las empresas con utilidades deben pagar el impuesto sobre utilidades y además deducir un monto para incrementar las reservas para pérdidas y contingencias, después de lo cual realizaran el aporte por el rendimiento de la inversión estatal del 50% como mínimo.
- · Las empresas podrán crear y utilizar reservas voluntarias a partir de las utilidades (después de las deducciones antes mencionadas), si están debidamente autorizadas. Los posibles destinos son: amortización de créditos, incremento de capital de trabajo, inversiones aprobadas, investigación y desarrollo, capacitación, financiamiento por pérdidas contables de años anteriores, fondo de compensación, pago por la eficiencia económica a los trabajadores y otras reservas para aportar a las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE)
- · La amortización no se aporta, queda en la empresa
- · Eliminación del límite del 30% del pago por resultados a los trabajadores.
Análisis de los cambios en las
empresas estatales
Las medidas implementadas con las
empresas estatales, antes mencionados, aún no han producido cambios en las empresas
estatales, pero indican en general una
senda correcta hacía la autonomía empresarial. No obstante es oportuno realizar
algunas reflexiones.
El análisis de los cambios que a
continuación se presenta, se realizará en función de los factores micro de la
innovación, léase: la estructura, la estrategia y la cultura[4]
Nos
detendremos en el proceso de reestructuración, que según la autora, es lo menos
adecuado de los cambios propiciados, la creación de las Organizaciones
Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) y de las Unidades Empresariales de
Base (UEB)
En
la Gaceta Oficial Extraordinaria No 21 del 28 de Abril del 2014 el Decreto 323
se proponen modificaciones al Decreto 281 sobre “El reglamento para la
implantación y consolidación del sistema de dirección y gestión empresarial
estatal” en el artículo 57 plantea “La organización superior de
dirección surge por una necesidad de la
dirección que se sustenta en: la separación de las funciones estatales de las
empresariales, organizar las empresas en correspondencias a intereses
estatales, semejanzas tecnológicas y productivas, flexibilizar los procesos de
dirección, lograr urgencia en la solución de los problemas y la necesidad del
control.”
Analicemos paso a paso dicho artículo:
primero plantea que “La organización superior de dirección surge por una necesidad de la dirección que
se sustenta en: la separación de las funciones estatales de las empresariales”, pero dicha necesidad no es
de la empresa, sino de los Organismos, ellos son los que deben separar las
funciones estatales de las productivas, las empresas tienen una función muy
clara y precisa producir o brindar bienes y servicios. Por tanto las OSDE se
crean para el control de los niveles superiores.
Las estructuras no existen per
sé, sino por imperativo de la división social del trabajo, la
especialización o como diría (Mintzberg, 2003:387) “…estados sucesivos de
configuración y periodos de transformación pueden ordenarse en secuencias
regulares…describiendo ciclos vitales de las organizaciones”. Sin embargo lo
segundo que plantea el artículo es. “organizar las empresas en
correspondencias a intereses estatales, semejanzas tecnológicas y productivas”, como se observa lo
esencial son los intereses estatales y esto queda constatado en los ejemplo de
OSDE que se han organizado.
Las OSDE, en su mayoría, son una sumatoria de actividades productivas, que no
son necesariamente tecnológicamente semejantes. No es lo mismo la producción de
confecciones y de perfumes o productos de higiene del hogar. No es igual una
siderurgia, que una empresa de producción de electrodomésticos o de mecánica,
tampoco es igual el tratamiento de los cultivos varios con lo especializado de
las frutas. La dirección de estos negocios disimiles (llamados en la literatura
corporaciones de diversificación conglomeral),
producen fuertes costos de coordinación. En los años 60’s las grandes
corporaciones con diversificación conglomeral
se reestructuraron y las que existen hoy, se han creado mediante un
proceso paulatino de crecimiento o por
exigencias del mercado.
La última parte del artículo 57 que se viene
analizando plantea:”
flexibilizar los procesos de dirección, lograr urgencia en la solución
de los problemas y la necesidad del control”. Las OSDE verticalizan aún más la
estructura empresarial agregando un nivel adicional. No siempre se tiene
claridad de la importancia de los aspectos estructurales y los problemas que en
materia de costos provocan (costos de coordinación, de ajustes organizativo, de
los procesos, laborales, etc.), que requieren de tiempo para su solución, si es
que la tienen, pues como diría (Drucker1957: 256-257) “una estructura
equivocada dañará seriamente a un negocio y puede llegar a destruirlo…”
La OSDE reduce los ya exiguos niveles de
autonomía de las empresas, mucha de las cuales pasan a ser Unidades
Empresariales de Base (UEB) subordinadas a las empresas y sin personalidad
jurídica, por ejemplo antes los centrales azucareros eran empresas hoy son UEB
y pertenecen a una empresa provincial, pero el kiosco que vende café de la
empresa gastronómica de Boyeros es una UEB, no son comparables tales entidades,
entonces ¿por qué tanta uniformidad?, ¿esta fundamentada esa desconcentración?
La reducción de empresas es clara (ver
gráfico No 4), así el Grupo
Empresarial de la Industria Sidero-Mecánica de 175 empresas en 41 y el de la
Industria Ligera de 103 queda en 22. En la Asamblea Nacional de julio 2013 al
analizar los experimentos de Mayabeque y Artemisa se señala que de 24 empresas,
22 pasan a ser unidades empresariales de base (UEB) (Cuba Debate 24/10/2013) y
(PCC, 2013)
Grafico No 1 Evolución de la cantidad de
empresas (por sectores)
Fuente:
ONEI (2014)
En resumen:
·
Las
OSDE se crean por la separación de las funciones estatales y productivas, con
la necesidad de control de los niveles superiores
·
La
conformación de las OSDE en su mayoría es sumatoria de empresas decididas de
antemano, para nada se toma en cuenta el sector, el grado de desarrollo, ni las
características técnico-productivas de las mismas
·
Las
OSDE verticalizan aún más a las empresas, le agregan un nivel o le mantienen el
mismo y reduce los niveles de autonomía.
·
Se
reduce la cantidad de empresas, convirtiéndose muchas de ellas en Unidades
Empresariales de Base (UEB), que no posee personalidad jurídica y su autoridad
es en la toma de decisiones operativas.
Nada de ello ayuda al crecimiento ni de
la empresa y por tanto de la economía y esto se refuerza con el hecho de que
tales estructuras, verticales y sin tener
en cuenta la división del trabajo, rompe con las posibilidades de redes y de
flexibilidad muy necesarias a la innovación.
Por otra parte al hablar de la
estrategia ésta cede espacio al plan. Si se analiza el artículo 8 del Decreto
323 sobre las funciones de la OSDE se plantea: “elaborar y actualizar la
estrategia integral de la organización superior de dirección, evaluar su
cumplimiento periódicamente en el consejo de dirección, tomando las medidas
necesarias para rectificar desviaciones, así como orientar y controlar el
cumplimiento de este aspecto en las empresas”
Como se observa el diseño de la
estrategia en la OSDE esta desvinculado de la empresa, no se toman en cuenta
mutuamente, solo a los efectos de control de la organización superior sobre las
empresas. Esa desarticulación, que de igual forma queda plasmada en el artículo
8 de las funciones empresariales, es un sin sentido en la concepción
estratégica y lo único que muestra es el desconocimiento que sobre estrategia
manifiestan dichas funciones y la poca necesidad de pensamiento estratégico
para la dirección del ámbito empresarial.
Sin embargo las funciones de la OSDE
referidas a la planificación abarcan 6 artículos, en todos los casos relacionándose
con la empresa no solo para el control, sino en la elaboración, participación
de los trabajadores, etc. Es decir, el plan asume la preponderancia del devenir
empresarial, con una mirada de asignación de recursos, productivista y de corto
plazo.
El encargo estatal planteado en las
nuevas medidas es parte de los cambios de concepción en la planificación
empresarial. Esta será la prioridad que el Estado garantizará ¿le dejará margen
a la empresa para obtener excedentes y utilidades? El encargo pudiera poner a
determinadas empresas en desventaja respecto a otras tanto por el volumen a vender como por los
precios que se les impongan.
También es importante ver si los
clientes “amparados” por el encargo estatal, que son predeterminados, actúan
como verdaderos clientes en términos de exigencias por la calidad y
responsabilidad contractual.
Por otra parte las empresas después de
cumplir el encargo pueden vender a terceros, sobre la base de precios definidos
por la oferta y demanda, sobre este aspecto relativo a los precios existen al
menos dos problemas: si las empresas poseen sistemas de costos confiables para
ser eficiente y las condiciones de
monopolio para muchos bienes y servicios.
Los
precios que fijen por la oferta y demanda se formaran por el método de
correlación según precios similares en el mercado nacional o extranjero, o el
método de costo más margen, éste último fijado por el Ministerio de Finanzas y
Precios que no debe superar un 8% de utilidades.(Gaceta Oficial No 40, 2013)
Además la contratación de los
suministros para producir los excedentes, así como para la venta de ellos,
puede ser compleja, al no estar priorizada en el plan, lo que pudiera ocasionar que se eleven los costos de
transacción.
En cuanto a la distribución de las utilidades,
es importante destacar que el pago del aporte por el rendimiento de la
inversión estatal de un 50% mínimo es menos que lo que anteriormente se
aportaba, no obstante lo que no se comprende es ¿por qué tiene que ser el 50%?,
¿por qué de nuevo una cota mínima igual para todos?, ¿por qué siempre habrá que
aportar el 50% y no se puede valorar la posibilidad de que se reinvierta una
parte?, estos son aspectos que deberían ser debatidos.
El aporte por el rendimiento de la
inversión estatal vendría siendo como los dividendos en una empresa privada, es
decir, lo que se le paga a los accionistas, en este caso el Estado, por
arriesgar su dinero en las inversiones,
entonces ¿por qué decidir a priori la magnitud y frecuencia del mismo?, si por
demás las inversiones fundamentales las decide el propio Estado. Los
supuestamente representantes de los accionistas, en este caso el Estado, son
las Juntas de Gobierno ¿para qué están
si ese tipo de decisión ya viene dada de arriba?
Después de pagado el aporte con las
utilidades restantes la empresa debe formar las reservas voluntarias: pago de
crédito, I+D, capacitación, pago por la eficiencia económica a los
trabajadores, incrementos de capital de trabajo, etc., sin embargo queda por
ver qué monto le quedará a las empresas para estas reservas., cuánto realmente
podrán destinar a I+D, sobre todo aquellas que más necesitan recapitalizarse,
pero que también hoy poseen menores niveles de eficiencia y por tanto de
utilidades.
Lo analizado sobre la estrategia y lo relativo
al plan (encargo estatal, venta de excedente y distribución de utilidades) no
deja mucho margen a la innovación. Si no existe una mirada integradora hacia el
futuro entre estrategia y plan, si el plan continúa siendo algo impuesto y el
rígido rasero por el cual se mide el desempeño de los directivos, será muy
difícil que se desarrollen procesos de innovación de régimen emprendedor (con
la necesaria carga de creatividad y riesgo) y complicado los rutinizados (por
la falta de visión e igual de creatividad y riesgo), pues tener dispositivos de
I+D no significa tener innovación.
El marco que regula a las empresas, las
características del plan, etc. son elementos del entorno que influyen de forma
decisiva en el actuar de los directivos y en la cultura de la empresa,
alejándola de los procesos de acumulación del conocimiento como base para la
innovación. La resolución 512/2013 (de la Contraloría General de la República
de Cuba) no deja margen a la tolerancia al fracaso que es parte ineludible de
todo proceso de generación de conocimiento e innovación.
¿Cómo estas medidas puede ayudar a que
la empresa aporte al crecimiento de la economía?
Una valoración sobre el aporte al
crecimiento requiere esperar a la
implementación real de las medidas y ver cómo apoyan el desempeño de las
organizaciones. En opinión de la autora, las mismas se enfocan a la mejora de
la autonomía y ello debe permitir una mejor gestión, sin embargo esa autonomía
esta todavía “cautiva”, por las
condiciones que establece el marco regulatorio al imponer, entre otros aspectos,
las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial y traspasar empresas
como Unidades Empresariales de Base.
No se aprecia en esta reestructuración reducciones
de costo, pues la OSDE incrementa los costos de coordinación de las carteras de
negocio conglomerales y entre los niveles de mando, lo cual financiarán las
empresas; incrementa o mantienen igual los costos de transacción de las
empresas y las UEB, muchas de ellas antiguas empresas, deben incrementar sus
costos de transacción ya que ahora las autorizaciones y decisiones no se toman
a su nivel.
Las empresas, todo parece indicar[5], que tendrán que aplicar el Sistema de Dirección y Gestión Empresarial
(conocido como perfeccionamiento) el cual establece 18 sistemas a implementar,
que ni son sistémicos y las obligan a operar de una forma predeterminada[6].
A las medidas planteadas, como parte
también del marco regulatorio, se une
todo el proceso de planificación centralizada que es la base de la dirección de
la economía por el Estado. La planificación le decide a las empresas, como
norma, suministradores, clientes y representa un proceso sistemático de
negociación, que reduce su autonomía. Esto no se modifica en lo sustantivo, más
allá de lo novedoso del encargo estatal y la reducción de los indicadores
directivos.
Si la empresa no posee autonomía no
podrá tomar decisiones respecto a cómo expandir o diversificar sus negocios,
teniendo en cuenta todas las restricciones materiales y financieras existentes
¿cuál es entonces el papel de la dirección empresarial como factor para lograr
que el crecimiento económico que se persigue para el país?, realmente muy
pobre.
En realidad no se toma en cuenta a la
gestión como un factor que impregna
dinamismo a la economía y mucho menos se considera el papel de los directivos.
Se puede afirmar que las facultades que se le otorgan a las empresas y
directivos, son del orden ejecutivo, práctico y operativo y sobre todo de
control, más que estratégico.
La pobre autonomía y falta de prioridad
a la gestión de las empresas conspira, entre otros aspectos, con el desarrollo
de innovaciones[7]
(como se ha venido explicando) como base del crecimiento pues:
1) Si bien es positivo que de las
utilidades en la formación de reservas voluntarias un destino es I+D, lo cierto
es que la cuantía que realmente se pueda utilizar aún queda por ver.
2) La innovación no es solo un
problema de financiamiento, sino de que la empresa se sienta incentivada por el
mercado a desarrollarla.
3) Las OSDEs van en
contra de la lógica de redes (de gran importancia para la innovación), por su
verticalización
4) El propio plan con la rigidez
con que opera y las sanciones que se
prevén por su incumplimiento, conducen al inmovilismo y a no tomar riesgos.
5) No existen estrategias
empresariales fundamentadas
Para cerrar este análisis parece
oportuno presentar el estudio de los Lineamientos y cómo tributan los mismos a
la descentralización que se muestra en la Tabla No 1.
Tabla
No 1[8]
Descentralización
empresarial estatal prevista en los Lineamientos del VI Congreso del PCC
|
||||
No
|
Función/Lineamientos
|
Grado de
Autonomía
|
||
C
|
D
|
C/D
|
||
1
|
Producción/13
|
|
|
X
|
2
|
Compra insumos/9, 10 y 16
|
|
|
X
|
3
|
Ventas/ 10 y 13
|
|
|
X
|
4
|
Precios/ 68
|
|
|
X
|
5
|
Inversiones/ 16, 19 y 121
|
|
|
X
|
6
|
Remuneración/ 16 y 20
|
|
|
X
|
7
|
Estructura y plantilla/23
|
|
|
X
|
8
|
Elección del director/-
|
|
|
|
9
|
Utilidades/19
|
|
|
X
|
Nota: C: centralizado D: descentralizado y
C/D Compartido
|
Fuente:
Marcelo, L (2011): Separación de funciones estatales y empresariales: problema
estratégico principal de la economía cubana. Cuba: Investigación económica. No
1 y 2 Enero-Diciembre. INIE
Como se puede observar, a criterio del
autor, en ningún caso el aporte es hacía la descentralización, sino a una
descentralización compartida, lo cual puede ser mejor que lo actual, pero no
debería ser a lo que se aspire. Es importante puntualizar que el estudio es
sobre los Lineamientos, es decir, sobre el documento guía de las acciones o
medidas que se establecen, si tales lineamientos no se enfocan con el alcance y
profundidad necesaria hacia la autonomía empresarial, quizás no se pueda esperar
un cambio significativo.
Conclusiones:
- · La empresa estatal cubana se caracteriza por haber sido dirigida por diversos sistemas de dirección desde 1959, como norma poco sistémicos y desde la desaparición del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, las regulaciones que las rigen son fragmentadas, salvo las 1000 que funcionan bajo el perfeccionamiento empresarial
- · El encargo estatal puede conducir a diferencias entre las empresas, aunque la venta de excedente puede ser un incentivo a la medición de costos y búsquedas de eficiencia
- · Los costos de transacción parecieran que no se reducirán, tanto por las negociaciones de contratación de los excedentes, así como aquellas a efectuarse con las OSDE para la aprobación de plan, las formas de pago, etc.
- · Las reestructuración que se efectúa tiene un gran componente de control, verticaliza aún más las estructuras empresariales, en su mayoría es una suma de empresas diversas que incrementa los costos de coordinación, que deberán financiar las empresas.
- · Las empresas se reducen por las reestructuraciones del aparato del Estado, pero también porque se convierten en UEB, donde pierden personalidad jurídica y capacidad de decisión.
- · Las medidas adoptadas, solo de una forma muy tímida, intentan darle margan de decisión a los directivos, pero siendo el plan tan rígido, teniendo tantas negociaciones a realizar, en realidad la autonomía se encuentra aún cautiva.
- · Los directivos con sus pobres posibilidades de decisión no cuentan con las condiciones necesarias para asumir riesgos y enfrentar procesos de innovación.
- · A la empresa aún el marco regulatorio, incluidas las nuevas medidas, siguen sin darle el papel clave en el desarrollo de las fuerzas productivas, que apoye los procesos de crecimiento de la economía.
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181/2014
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en el Foro de apertura del ciclo “La ciencia y la tecnología en la construcción
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Pérez,
C: Bases para la actualización de la metodología para la elaboración del plan
en condiciones de unificación monetaria. Diplomado de Administración Pública.
VII Edición. Tesina Noviembre 2013
Resolución # 134 del 2013, del Ministro de Economía y
Planificación, publicada este lunes en la Gaceta Oficial Extraordinaria # 14.
[1] Aquí se habla de los recursos usados por las empresas, no por otras
instituciones como la administración
pública.
[2] Se entiende por Gobernanza corporativa “se refiere a
los estándares de comportamiento que conducen a la eficiencia, el crecimiento y
al tratamiento dado a los accionistas y otras partes interesadas (como
trabajadores), teniendo como base los principios definidos por ética aplicada a
la gestión de negocios.” (Andrade,y Rossetti, 2006: 137-140). La gobernanza
está relacionado con la concepción de firma de “derechos de propiedad”, que
analiza los temas de relaciones “principal-agencia”
[3] Esta cifra
incluye las Uniones, grupos empresariales, empresas de organismos de políticos
y de masa, los bancos y las sociedades
mercantiles 100% cubanas
[4] No se toma en cuenta las competencias por no poseer información para
ello.
[5] Es lo que
parece ya que el Decreto-Ley 320 y el Decreto 323 (aparecidos en la Gaceta
extraordinaria No 21 de abril 2014) realizan modificaciones a los Decreto-Ley
252 y Decreto 281 (respectivamente) sobre el Sistema de Dirección y Gestión
Empresarial
[8] El autor en su presentación realiza una comparación con China que a los efectos
de este trabajo se elimina
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