21 de mayo
de 2018
Cuando la discusión sobre la propiedad se aleja de la
realidad, casi siempre el dogma se pone al timón. Eso puede ser algo muy
complicado porque lo que se necesita en Cuba son soluciones realistas para que
los ciudadanos mejoren sus vidas, cuanto antes mejor.
Cada quien es libre de aferrarse a los dogmas que desee
profesar, pero los dogmas no deberían atravesarse en el plato de los demás.
Por supuesto que la propiedad es un tema crucial. No es algo
desconocido para los académicos. Los vecinos de cualquier barrio también lo
saben y no hace falta recordárselo a quienes dirigen el país. Lo tuvieron en
cuenta, lo plasmaron en propuestas, lo sometieron a consulta popular, y ha
quedado reflejado en los documentos guías de la reforma del modelo.
Queda claro que la propiedad es un asunto muy importante, pero
insistir, a estas alturas, que la propiedad es “el tema de los temas” pudiera
contribuir a “trabar” la transformación del modelo.
La apuesta de los “puristas” parece ser clara: primero se
absolutiza la centralidad de la propiedad, relegando otros problemas concretos
y urgentes, como la reforma de la empresa estatal, el desarrollo y la reducción
de la pobreza; en un segundo paso se ofrece una “parametración” interesada de
la propiedad, con un alto nivel de abstracción; y finalmente, se postula que la
transformación solamente debe moverse dentro de los límites estrechos de tales
parámetros. Para todo aquello que se salga de esos límites, los “puristas”
tienen reservada una colección de epítetos, donde “neoliberal” es el más suave.
Lo interesante del caso es que los “puristas” de la propiedad
definen esos parámetros de manera negativa, es decir, la preocupación central
es desbarrar contra la actividad del sector privado. En lo que se insiste es en
mantener la inercia, no en propiciar una transformación del modelo.
El profesor Gerardo Gómez Moreno ha comentado recientemente
que es una actitud anti-socialista hacerse la pregunta –que me he hecho yo-
sobre si “¿Necesita el Estado cubano controlar el 80% de los medios de
producción fundamentales para alcanzar un desarrollo nacional que fuese
compatible con el socialismo? ¿Acaso bastaría con el 60%? o, ¿Sería suficiente
el 40%?”.
Dice que con eso he dado “un paso más hacia el abismo”. (1)
No sé si los siguientes datos van a ser suficientes para que
el profesor Moreno se asome a su propio abismo: (2)
- En Cuba, el 78,7% de la superficie agrícola es propiedad de todo
el pueblo, representada por el Estado, pero el sector estatal solamente
produce el 15,1% de las viandas y hortalizas, mientras que el sector
privado produce el 75,5%.
- La producción nacional de algo tan importante como la comida la
controla, desde hace rato, la actividad privada, y una buena parte de ello
ocurre en 1 millón 200 mil hectáreas de tierras “estatales” entregadas en
usufructo al sector privado.
- Como se sabe, la tierra es un medio de producción fundamental,
pero actualmente el 25% de las tierras “estatales” han sido entregadas a
151 mil productores privados que controlan la producción de esa tierra, en
condiciones de usufructo.
- La superficie cultivada en las empresas estatales es apenas el 19%
de la superficie cultivada del país.
Lo repito para que no haya dudas. Si en Cuba existe hoy
producción agrícola es porque el sector privado se ocupa de ello. Si los
“puristas” desearan refutar ese punto, entonces deberían aportar alguna
evidencia.
Tres preguntas para los “puristas” de la propiedad:
- ¿Qué
es más importante, el hecho de que esa tierra sea “estatal” o que quien
controla su producción es el sector privado?
- ¿Consideran
los “puristas” que el gobierno cubano está dando “pasos hacia el abismo”
cuando entrega más de un millón de hectáreas de tierras “estatales” en
usufructo a los privados?
- Cuando
se toma nota de que las empresas estatales solamente controlan el 19% de
la superficie cultivada del país, ¿tiene sentido, o no lo tiene,
preguntarse sobre el porciento de los medios de producción que necesita
controlar el Estado cubano en otros sectores?
Les recuerdo a los “puristas” que el documento de la
“conceptualización” incluye constituir “empresas privadas de mediana,
pequeña y micro escalas según el volumen de la actividad, cantidad de
trabajadores y objeto social, que son reconocidas como personas jurídicas”.
También admite “la apropiación por los titulares de
las formas de propiedad y gestión no
estatales de parte del excedente de los resultados del trabajo de las personas
contratadas”.
Incorpora, igualmente, “la autorización para
que determinados medios de producción ‒incluso
los fundamentales que se
decidan‒, pertenezcan o sean
gestionados por personas naturales o
jurídicas no estatales, nacionales o extranjeras”.
Asumo que los “puristas” pudieran pensar que esto “es más de
lo mismo”, lo cual me parecería muy bien porque quizás la repetición ayude a
entender que lo que está oficialmente planteado para enmarcar la política
económica y social del país difiere notablemente de los tiesos parámetros de
los “puristas” de la propiedad.
Lo que los”puristas” denominan “el socialismo ahora posible”
no puede ser presentado como una monserga abstracta sobre las relaciones de
producción. O se mejora la vida del ciudadano, mediante soluciones prácticas y
con una mentalidad flexible, o no va a ser posible el socialismo ahora.
Antes de seguir sermoneando en abstracto sobre el sector
privado, los “puristas” de la propiedad deberían tener más consideración con
quien pone las calorías y las proteínas en la mesa.
Notas
1 Gerardo Gómez Moreno. “El tema de los temas, el llamado
programa y la duda razonable”. 14 de mayo 2014, https://cubaeconomista.blogspot.fr/2018/05/el-tema-de-los-temas-el-llamado.html
2 ONEI. Panorama. Uso de la tierra 2016. Edición Junio 2017, http://www.one.cu/publicaciones/05agropecuario/balanceusoytenencia/Panorama%20Uso%20de%20la%20Tierra%202016.pdf
y ONEI. Sector Agropecuario. Indicadores seleccionados. Enero- Septiembre 2017.
Edición Diciembre de 2017 http://www.one.cu/publicaciones/05agropecuario/ppalesindsectoragrop/ppales_indsep17.pdf
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