Por sus amplias potencialidades el sector azucarero puede contribuir a reducir el déficit energético, preservar el ambiente y aumentar la producción de alimentos.
Entre sus grandes virtudes, la caña de azúcar (Saccharum officinarum, L.) concentra excelentes condiciones para captar y almacenar la energía solar y a partir de ella generar importantes cantidades de electricidad. Representa la mayor cantidad de biomasa en relación a otros cultivos. A la vez, permite producir azúcar para el consumo humano y otros alimentos destinados a la producción animal.
De esta planta se puede también obtener alcohol (etanol) para sustituir parcialmente la gasolina y el diésel empleado en el transporte productivo y maquinaría agrícola y otros usos en la producción industrial y los servicios, gas metano (residuos permiten obtener fertilizantes), CO2, levaduras como la Sacharomyces para la alimentación animal (residual de la fermentación alcohólica) y biofertilizantes, entre otros.
Adicionalmente, la caña permite obtener decenas de derivados de alto valor agregado, en total más de 90, a partir de tecnologías simples, convencionales, de mediana complejidad, productos especiales asociados a líneas bilógicas, químicas y productos especiales asociados a tecnología de avanzada.
Con tales potencialidades y dado el escenario actual y futuro, puede contribuir a la solución de tres grandes problemas que enfrenta no solo Cuba, sino la humanidad en su conjunto:
– La producción de alimentos
– El Déficit Energético
– Preservación del medio ambiente
La agroindustria es capaz de producir alimento: azúcar destino consumo humano, alimentos con destino animal: bagazo hidrolizado, bloque de melaza (ambos para bovinos), mieles finales, levadura torula, miel proteica (alimento para cerdos), entre otros. Todo ello posibilita sustituir importaciones.
En el periodo 2015-2018, la economía cubana ha incurrido en gastos por importación granos para alimento animal por cerca 1.900 millones de dólares. Una parte importante de estos gastos, pueden ser sustituido por la producción de alimentos resultante de la agroindustria cañera
La cogeneración de energía eléctrica, a partir de la quema del bagazo (residuos de la molida), en nuestras condiciones de suelo y clima es una de las ventajas más importantes que posee la agroindustria de la caña de azúcar, ante la crisis energética y la necesidad de cambiar la matriz cubana, alta dependiente de combustible fósil fundamentalmente importado.
Aportes del sector azucarero
Beneficios económicos, al sustituir parte del combustible fósil que utiliza, por fuente de energía renovable propia, a la vez propicia reducción de los costos de producción del azúcar, etanol, hace autosostenible el proceso industrial y permite crear excedentes de energía eléctrica que pueden ser vendidos a la red nacional eléctrica. Reduce la dependencia a los combustibles fósiles. Descentraliza y localiza la fuente de generación de forma territorial, ahorrando costos o gastos de transportación en el suministro de combustible fósil. Además reduce pérdidas en la transmisión y distribución, por el carácter territorial de la fuente de suministro.
- Beneficios sociales, genera fuentes de empleo, garantiza el suministro de electricidad a las comunidades cercanas, sustenta y promueve otras actividades industriales y de servicios territoriales.
- En los últimos años se ha desarrollado un programa de construcción y montaje de bioeléctricas (empleando la biomasa cañera –bagazo-, en tiempo de zafra y en el tiempo no zafra con el empleo del marabú), con la participación de capital extranjero, para la generación de electricidad. La primera entró en proceso de puesta en marcha a principios del presente año, en el central Ciro Redondo, Ciego de Avila (capacidad de 60 megawatts). En estos momentos existen otras dos bioeléctricas en construcción: en los centrales Jesús Rabí, en Matanzas, y Héctor Rodríguez, en Villa Clara. También se prevé construir una planta similar en el central 30 de Noviembre, provincia de Artemisa.
En el plano nacional, este sector reviste importancia estratégica para la seguridad del país, por su contribución energética.
Dentro de los objetivos de la agroindustria de la caña de azúcar figura su contribución al cambio de la matriz energética nacional (alta dependiente de combustible fósil). En la actualidad la biomasa representa tan solo el 3.7 por ciento y dentro de sus aspiraciones para el 2030 se encuentra alcanzar una participación del 14 por ciento.
En el balance entre salida y entrada de energía (output/input) que genera el proceso agroindustrial en todo su encadenamiento se logra un efecto favorable de 8 a 1.
Las plantaciones agrícolas de caña en el proceso de fotosíntesis absorben el dióxido de carbono (CO2), del aire y lo expulsa en forma de oxígeno, dando lugar al llamado efecto bosque. Contribuyendo positivamente al balance, mejorando y conservando el medio ambiente.
Producción azucarera
En los últimos años la producción de azúcar, ha registrado descensos significativos:
De lo anterior se deduce que el resto de las producciones resultantes y derivados también se han visto afectadas. El área sembrada de caña en la actualidad es de unas 670 000 hectáreas, en tanto la superficie cosechada escila entre 430 000 y 450 000 hectáreas.
No obstante la situación deprimida que presenta, la evolución histórica-económica-social de la agroindustria azucarera ha dado lugar a una cultura sustentada en una importante y sólida base de conocimiento técnico-económico. Esto constituye una valiosa base, que contribuye al desarrollo de una economía apoyada en el conocimiento tecnológico trasladado de generación en generación y fortalecido por los resultados científicos-técnicos e innovación.
La infraestructura de la agroindustria cañera y su impacto económico-social-territorial es un factor de gran importancia que hay que tener siempre presente.
Los problemas para el desarrollo de este sector son diversos
-El productor agrícola debe ser estimulado, teniendo presente que la caña de azúcar constituye el componente fundamental del costo de producción de la agroindustria (aproximadamente 70 por ciento), si no hay caña no se puede producir los productos primarios, intermedios y finales, por lo tanto una proporción correspondiente a los ingresos obtenidos deben formar parte del precio que reciba el productor cañero por el pago de la materia prima entregada a la industria.
Aunque esto ha mejorado, respecto al precio pagado a los productores agrícolas, trabajadores industriales e inclusive al personal de los centros de investigación, requiere ser valorado ante los efectos que pudiera propiciar la reunificación monetaria y cambiaria y la tasa de cambio a lograr con las divisas externas.
-Importante grado de obsolescencia tecnológica, a lo largo de todo su encadenamiento productivo en particular en la industria procesadora.
-La fase agrícola. En este punto de partida se manifiestan grados de obsolescencia tecnológica en cuanto al equipamiento, maquinaria, infraestructura y logística.
-La industria procesadora posee capacidad industrial para producir anualmente cuatro millones de toneladas de azúcar equivalente. Por lo general requiere modernización, para lo cual necesita de financiamiento externo. Este proceso comenzó hace algunos años, pero en las circunstancias actuales el ritmo ha disminuido, por el recrudecimiento del bloqueo económico estadounidense y problemas financieros internos.
Sin duda la agroindustria de la caña de azúcar forma parte indisoluble del desarrollo económico de la nación y encierra importantes potencialidades que pueden contribuir al fortalecimiento del sector agroalimentario, constituido por la agricultura e industria alimentaria, nacionalmente reconocido como estratégico. (2020)
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