Autora: MSc. Yordanka Cribeiro Díaz
Tutor: Dra. Vilma Hidalgo de los Santos
Un modelo de medición de impacto
Como forma de medición del impacto que tanto
la
dotación
de
recursos
como los incentivos tienen sobre el rendimiento de la fuerza de trabajo, se propone la estimación
de una función de productividad del trabajo para el panel de 3119 empresas de todo el país, presentado en el segundo capítulo, en el período
2006 – 2009.
Siguiendo a Fleisher y Wang (2001),
se obtiene una función de productividad a partir
de la linealización de una función de producción Cobb – Douglas ampliada para incorporar
el esfuerzo de los trabajadores en función de los incentivos
recogidos en la política salarial y
de estimulación vigente. En función de lo anterior,
el modelo a estimar es:
æ Y ö
æ K ö
æ GM ö
lnç
÷ = at +bk lnç
÷ +b gm lnç
÷ + bse
ln(SE)it + g ed Dedi + g pr Dpri + g pe Dpei + e it
(3.1)
è L øit
è L øit
è L øit
donde Y/Lit; K/Lit
y
GM/Lit, son
la productividad, la dotación de capital
y de insumos por trabajador, respectivamente. SEit, Dedi, Dpei, Dpri, representan al salario escala medio y dummies asociadas
a la vinculación de las empresas a sistemas de estimulación
en divisas, perfeccionamiento empresarial
o pagos por resultados del trabajo,
respectivamente.
Los
datos utilizados se obtuvieron de los modelos 0005, 5901 y 5903 de la Oficina
Nacional de Estadísticas. La productividad
del
trabajo
se
determinó como
el
cociente
entre
la
producción mercantil y el promedio de trabajadores.
Como proxies de la dotación
de recursos y de insumos fueron utilizados el stock de activos fijos tangibles y el gasto material, ambos por trabajador. En el Anexo 2.7 se ofrece una explicación detallada de los
indicadores utilizados desde el punto de vista de la contabilidad empresarial.
El
proceso de estimación se realizó en dos etapas. Inicialmente, se
obtuvieron las elasticidades
para la economía en su conjunto,
las cuales fueron posteriormente desagregadas de acuerdo a la clasificación de actividades económicas del capítulo 2. En la tabla
3.3 se presentan los resultados por efectos fijos para todas las ramas a excepción de otros servicios, en la cual el test de Hausman validó la pertinencia de estimar por efectos aleatorios.
Como puede apreciarse, en el caso de la economía en su conjunto,
todas las variables
son significativas y tienen el signo esperado, a excepción del stock de capital por trabajador.
En cuanto al análisis sectorial,
se percibe que la inconsistencia anterior es responsabilidad
del sector primario y la industria, cuyos resultados en materia de dotación son contra-
intuitivos. En la práctica, ello puede estar explicado
por al menos dos razones. En primer lugar,
ambos sectores fueron los más afectados por la descapitalización de los años 90, tanto en términos de disponibilidad de capital como por obsolescencia tecnológica, reduciendo su eficiencia fundamentalmente
en la industria, lo cual explica el elevado
coeficiente asociado al gasto material. En segundo lugar, en términos relativos el proceso
de inversión no ha logrado
revertir la tendencia anterior,
absorbiendo como promedio un
8% del total de inversiones en cada caso, lo que ha imposibilitado
alcanzar un umbral de
capital que garantice el funcionamiento adecuado de las empresas.
Tabla 3.5. Función
de productividad agregada
y sectorial95
Var.
|
Economía
|
Primario
|
Industria
|
Const
|
T y Com
|
R y Hot
|
Comercio
|
Otros
Serv
|
SE
|
0,011**
|
0,0299*
|
-0,003
|
0,0174*
|
0,0047
|
0,0050
|
0,0203**
|
-0,0177
|
K/L
|
0,
017
|
0,0012
|
-0,0092
|
0,0398***
|
0,0724*
|
0,1532*
|
0,1017*
|
0,0596***
|
GM/L
|
0, 354*
|
0,3302*
|
0,6297*
|
0,2563*
|
0,3468*
|
0,1694*
|
0,1988*
|
0,3033*
|
Ded
|
0,107*
|
0,0094
|
0,1010*
|
-0,0578
|
0,0538
|
0,0284
|
0,2587*
|
0,3471*
|
Dpe
|
0, 050**
|
0,0404
|
0,0381*
|
0,0808**
|
-0,0009
|
0,1025
|
0,1453**
|
0,0271
|
Dpr
|
0, 065*
|
0,0982**
|
0,0425*
|
0,0052
|
0,0528***
|
0,0813**
|
0,0745***
|
0,0780
|
c
|
2,224*
|
1,9718*
|
1,6026*
|
2,6905*
|
1,9722*
|
2,0050*
|
2,2146*
|
2,461*
|
n
|
8788
|
1493
|
2596
|
636
|
933
|
442
|
1491
|
969
|
Fuente:
Elaboración propia. *significativa
al 1%; **
Significativa al 5%; ***
Significativa al 10%
En el resto de los sectores
se aprecia un impacto positivo y significativo de la dotación, más importante en los sectores de Hoteles y restaurantes, Comercio y Transporte
y comunicaciones, que a su vez han sido los más beneficiados del esfuerzo inversionista
de los últimos años y donde
los requerimientos de capital físico
son menores. Adicionalmente, el papel más importante en la explicación de la productividad lo tiene el gasto material por trabajador. En todos los casos, se obtuvo una elasticidad positiva,
significativa y sustancialmente elevada, lo cual refuerza la importancia de la restricción de insumos en el desempeño productivo y la utilización de la fuerza de trabajo.
En cuanto a los incentivos, se demuestra su importancia
en todos los sectores
y en la economía en su
conjunto. De manera
general,
se obtienen mayores niveles de productividad en las empresas asociadas
a mecanismos de estimulación, ya sea en divisas o
en moneda nacional.
En
el caso del salario de escala medio, de manera general, los resultados
son no significativos o muy pequeños, en dependencia del sector considerado. En el contexto
de
95 En
los
Anexos 3.16 y 3.17
se presentan las estimaciones y el
test de Hausman para cada sector.
una función de productividad para la economía cubana, esta variable tiene una doble interpretación pues además de representar el nivel de salarios, se encuentra indexada
al nivel de calificación. Por ello, el resultado obtenido podría
estar reforzando el bajo impacto de la calificación o del
nivel de salarios en la productividad del trabajo.
En
cuanto a su papel como incentivos, posibles explicaciones
se encuentran en la significativa contracción del salario real, la pérdida del papel del salario
en la
estructura de ingresos de la población y con ello en el consumo,
así como la existencia de niveles
de consumo garantizado
por los fondos sociales. Sin embargo, el hecho de que los resultados favorables, en términos relativos, se logren en aquellos sectores
con un nivel de salarios por encima de la media empresarial (Figura
2.6), sugiere la existencia de un umbral de
salarios, necesario para incentivar
la productividad. Finalmente, una vez alcanzado
el umbral, una mayor diferenciación
en cuanto a nivel de escolaridad, podría potenciar
entonces el rendimiento de la fuerza de trabajo calificada.
3.4. Hacia la coordinación de
políticas públicas
La
combinación de las distorsiones en la composición, asignación y rendimiento de la
fuerza de trabajo calificada discutidas, explican su menor aprovechamiento efectivo
en términos de crecimiento y sustentabilidad.
Como resultado, se han generado importantes
costos en materia de eficiencia
que pueden sintetizarse en pérdidas potenciales de productividad (ineficiencia productiva) e ineficacia de gastos (ineficiencia asignativa).
En la Tabla
3.6 se realiza una propuesta de medición
de estas ineficiencias con el propósito de evaluar su importancia
en la economía en futuros
estudios.
A
modo de ejemplos, adicionalmente al
ya calculado subsidio
por migración de fuerza de trabajo calificada de 15 MM de pesos, se podría agregar la pérdida de producción
por existencia de trabajadores calificados inactivos, equivalente a 463,3 MM de pesos bajo el supuesto que los mismos tuvieran
un nivel de productividad
similar a la media de los
actualmente ocupados.96 Bajo este mismo supuesto, la pérdida
de producto para el año
96 Para la estimación se consideró como productividad media de la fuerza de trabajo calificada a la media para el quinquenio 2004 – 2009. Como trabajadores calificados inactivos se
utilizó la cantidad de inactivos
con capacidad de trabajar
con nivel de escolaridad medio –
superior y superior, disponible en la ENO (2009).
2005 asociada a la subutilización de trabajadores calificados ascendió a 413,3 MM,97 que
acumulada en el período
2000 – 2005 supera los 5000 MM de pesos.
Tabla 3.6. Costos
de eficiencia económica para la fuerza de trabajo calificada.
Tipo de ineficiencia
|
Propuesta de indicadores
|
Ineficiencia Productiva:
|
|
Pérdida de productividad por
subutilización
|
(Diferencial de productividad potencial y efectiva) * Cantidad de trabajadores subutilizados
|
Pérdida relacionada
con no incorporación (migración e inactivos
calificados aptos)
|
(Productividad potencial + costo del reemplazo en
formación y experiencia laboral)*Cantidad de inactivos calificados aptos y emigrados - Remesas
(Costos de recalificación)*
Cantidad de inactivos incorporados
|
Pérdida asociada a complementariedad
|
Deterioro de la PTF
|
Pérdida potencial de capacidad innovadora
|
Proporción de calificados en áreas complejas de
conocimiento con experiencia, no activos o que migran,
en relación al total
|
Ineficiencia asignativa
|
|
Exceso de gasto
en educación terciaria
|
(Gastos en educación
terciaria
–
Gasto en educación media-superior)*Trabajadores sobre-calificados
∑(Costo promedio de carreras)i*(Cantidad de
trabajadores no relacionados de la especialidad)i
|
Exceso de gasto
en educación continua
|
(Gastos en educación posgraduada-Gasto en
educación universitaria)* Cantidad de trabajadores sobre-calificados beneficiados
|
Exceso de gasto
en recalificación
|
(Costos de recalificación)* Cantidad de trabajadores no relacionados con la especialidad
|
Fuente: Elaboración propia
Las
asimetrías discutidas y sus consecuentes ineficiencias, motivan a reflexionar sobre el perfeccionamiento de las políticas
públicas para elevar
la contribución de la fuerza
de trabajo calificada y la eficacia
del gasto en educación. Muchos
de los aspectos tratados en este estudio constituyeron puntos
prioritarios
de
atención
en
el
debate
sobre
la
actualización del Modelo Económico Cubano, en consecuencia se han iniciado acciones
y se estudian otras para implementar en un futuro
inmediato.
97 Se
consideraron trabajadores subutilizados al exceso de trabajadores estimado por Galtés (2009), bajo el
criterio de la máxima
productividad.
Al respecto, este trabajo parte de dos ideas básicas. La primera, que para potenciar el
impacto del capital humano en el crecimiento
en los próximos años se requiere
de soluciones integrales que alcancen los tres procesos
- formación, asignación y utilización- y en consecuencia que articulen políticas
educativas, de ciencia
y técnica, productivas y laborales, a favor de este objetivo. La segunda, que la corrección
de dichas asimetrías requiere como condición
necesaria el rediseño del sistema de incentivos
en el modelo económico cubano (Esquema 1).
Políticas Educacional, de
Ciencia y Técnica y Productivas
Como se mencionó
anteriormente, aun cuando efectivamente puedan existir ciertas fallas
en la política educacional, desde una perspectiva integral son posiblemente los problemas de desconexión entre esta, la política de ciencia y técnica
y las políticas productivas, los que
expliquen con más fuerza
las asimetrías y sus
costos.
La
requerida relación
dinámica y bidireccional entre composición de la formación por
especialidades y la estructura productiva, tiene que basarse en la correspondencia
entre la oferta de calificación desde las universidades y otros centros de formación, y la demanda de
ésta por parte de las
instituciones, industrias y empresas. Este no es un problema ni fácil
ni resuelto en muchas economías, pero es significativo
en las economías llamadas en
desarrollo donde es mayor el costo de oportunidad de la formación. Son múltiples las referencias en los estudios sobre el tema, acerca de las señales incorrectas derivadas
de las imperfecciones de los sistemas de incentivos, y las fallas
del Estado y el mercado para
lograr dicho objetivo (Moreno-Brid y Ruiz-Nápoles, 2009).
En el caso de Cuba, el proceso de planificación tampoco ha sido totalmente exitoso,
lo que según el punto de vista de esta investigación responde a varios factores,
entre los que se
pueden mencionar: la falta de comunicación entre los oferentes
(universidades) y demandantes (empresas e instituciones), y la débil participación de estos últimos en el
proceso de decisiones; los
vacíos y debilidades de marcos regulatorios y mecanismo económico para incentivar la cooperación entre instituciones educacionales, científicas, administración pública y empresas; las insuficiencias en el sistema de ciencia,
tecnología e innovación; la excesiva
generalización de patrones académicos en formación terciaria; y los desbalances entre visión global y local en la proyección de necesidades de formación; entre otros.
Considerando los factores mencionados, podrían
sugerirse algunas pautas
para perfeccionar el diseño de políticas educacionales, científicas y productivas en el futuro.
Por una parte, el aislamiento entre oferentes
y demandantes, no sólo provoca
desajustes en los niveles educativos y perfiles de especialización con respecto a los requerimientos del aparato productivo, sino también deteriora la capacidad de las universidades de adaptarse
a las nuevas exigencias
del entorno tecnológico y patrones de desarrollo. Por estas razones, es necesario
diseñar marcos legales y regulatorios que reduzcan las asimetrías de
información y premien la cooperación interinstitucional.
Un elemento importante
es el desarrollo de servicios científico – técnicos en las universidades y centros de investigación, lo que genera un vínculo económico que conecta
la demanda y oferta de calificación e innovaciones. Otro ejemplo podría ser la creación de unidades docentes y otras formas de
cooperación interinstitucional, mediante
el establecimiento de contratos
de obligatorio cumplimiento,
que establezcan las responsabilidades y al propio tiempo incentiven
la participación de las partes en la toma de decisiones.
Adicionalmente, uno de los mecanismos más eficaces es conciliar
una visión global que
pueda responder a objetivos nacionales estratégicos,
con una local que identifique las necesidades
concretas
de
los
territorios98, desde el proceso de formación
hasta
la
asignación. No obstante, reconociendo
la falta de experiencia en esta área por parte de las administraciones públicas, será necesario incorporar al resto de los actores
del territorio en la toma de decisiones. Ello tendría ventajas
como: evitar sobre-inversión en formación de algunas especialidades, apoyar los procesos de desarrollo
local, insertar la masa crítica de profesionales en especialidades de ciencias sociales
y humanísticas en dinámicas productivas y sociales del territorio, evitar la migración
territorial y sus consecuentes tensiones, y reajustar el patrón de educación técnica
y terciaria a las necesidades de desarrollo. Respecto a esto
último, ha primado el diseño
curricular académico, obviando
la posibilidad de carreras de corte profesional
– con una orientación más multidisciplinaria en función de las peculiaridades de los territorios – y se ha desestimado la importancia
del adecuado balance
entre educación superior y técnica dentro de una especialidad-rama y territorio.
Considerando el peso
de
la
calificación
en
la
estructura
laboral,
es
vital
promover esquemas de incentivosa la producción y exportación de bienes y servicios de mayor valor
agregado y contenido tecnológico. El patrón actual de exportación de servicios
basado en la contratación, debe transitar hacia la exportación de paquetes tecnológicos completos99 y extenderse a todas las especialidades con potencialidades
en el
área científico-técnica.
Adicionalmente, el fortalecimiento de otras modalidades de suministro de servicios en
98 como se reconoce en el lineamiento
150.
99 Lineamiento 80.
frontera: turismo de salud, de la tercera edad o discapacitados, cultural e histórico; podría incrementar el impacto
económico de los graduados en general y una potencial generación de encadenamientos productivos hacia el resto de la economía.
Asimismo, habrá que superar el retraso
de la infraestructura productiva y tecnológica transformando y modernizando el aparato industrial hacia actividades intensivas en conocimiento, que incrementen la demanda de fuerza de trabajo calificada. Hacia adelante, tomando en cuenta los elevados
costos de formación
en carreras técnicas, naturales y exactas, su dimensión debe corresponderse con las posibilidades de crecimiento en sectores afines. Por consiguiente, es clave lograr sinergias dinámicas entre gastos en educación terciaria y técnica, inversión física,
infraestructura tecnológica y financiamiento de I+D, dentro de un adecuado
y eficiente sistema de innovación. La secuencia, ritmo y alcance de estos
proyectos debe corresponderse con los resultados, las nuevas demandas de la
economía y los propios
procesos de innovación; de forma escalonada
para evitar sobre –
inversión o problemas de sostenibilidad.
Relacionado con ello, promover la conformación de clusters de conocimientos
que abarquen el ciclo completo de formación (superior
y técnica) – investigación (básica y aplicada) – producción – comercialización, permitiría un espacio de convergencia entre núcleos de creación de innovaciones,
oferta de formación y demandas concretas de la
industria nacional (empresas).100 El
primer vínculo minimizaría las brechas en materia de
conocimientos y garantizaría el equilibrio entre la formación superior y técnica - profesional, corrigiendo excesos y
reduciendo incentivos a la migración
de fuerza de trabajo calificada. Por otra parte, la orientación a
la solución de problemas concebidos dentro de los clusters
propiciaría además la participación
activa de las empresas en la financiación de los procesos
de I+D, incrementando su responsabilidad en el éxito del
proceso completo y reduciendo las presiones sobre el presupuesto del estado. Lo anterior
no necesariamente implica la internalización
institucional dentro de un mismo aparato administrativo, sino la sustitución de las actuales barreras por alianzas
estratégicas donde todos los actores formen parte
de una misma cadena.
100 Referencias a la necesidad de proyectar
la formación de la fuerza de trabajo calificada en correspondencia
con las demandas y corregir desbalances
entre niveles educativos se encuentran en los lineamientos 150 y 172.
Adicionalmente, debe internalizarse que el conocimiento y la tecnología no son privativos de industrias específicas, tal y como demuestra la evidencia internacional. Sin embargo, su generalización a todos los sectores depende, entre otros aspectos, del perfeccionamiento de los
mecanismos de gestión de conocimiento globales y empresariales.
Finalmente, lo anterior puede complementarse con otras políticas en materia
de capacitación laboral. Desde el punto de vista económico, la superación
de los trabajadores constituye una decisión intertemporal para la empresa.
A corto plazo, su realización en horario laboral constituye un costo
de
oportunidad en términos
de
productividad. A mediano y largo
plazo, si dicha superación se relaciona con la actividad que se realiza, ello puede significar incrementos en la eficiencia y eficacia futuras,
potenciar el proceso de aprendizaje y evitar la depreciación de los conocimientos.
En ese sentido, pudieran
establecerse marcos legales que obliguen a las unidades productivas a internalizar parte
de los costos que generan
las distorsiones mencionadas. Para ello, se podrían
instrumentar sistemas de becas crédito
para trabajadores bajo dos modalidades: i) financiada por la empresa cuando la superación se requiere por las
necesidades del puesto de trabajo o ii) financiada por el trabajador cuando obedece a
motivaciones individuales, mediante el aplazamiento en
la recepción de los beneficios
salariales derivados de la mayor calificación. De esta
forma, ambos mecanismos reducirían los incentivos a la sobrecalificación y resolverían
problemas de exceso de costos por reemplazo de fuerza de trabajo. Por supuesto, su implementación dependería de las condiciones de la infraestructura
pública y la capacidad de ajuste de los centros
de formación en materia de horarios y diseños de cursos, mejorando el balance entre la formación a través de cursos regulares,
cursos para trabajadores y otras formas de superación profesional.
Políticas salariales, laborales y sociales
Si
bien la combinación de las políticas
anteriores tributa a la minimización de los costos de ineficiencia identificados, en la mayoría de los casos la probabilidad de éxito en el proceso
de implementación práctica
depende del sistema de incentivos de la sociedad hacia las
instituciones y los individuos. Aún en una economía donde el mercado no es el mecanismo
fundamental de asignación de recursos y las articulaciones entre instituciones
no se logran de manera espontánea sino que forman
parte del proceso de planificación, la calidad de los
vínculos y sus potenciales resultados se subordinan a dicho sistema.
En la actualidad
la economía cubana se encuentra atrapada en un círculo vicioso
entre salarios – productividad – inflación; hacia el cual se han orientado
un conjunto de medidas estructurales recientemente (Hidalgo, 2008). Uno de los
principales retos en esta
dirección, es reducir la dimensión
del sector público.
La persistencia de este fenómeno
unido a la baja productividad que caracteriza en términos agregados a la economía nacional,
condujo al agudo deterioro
del salario real, cuya recuperación depende
de la corrección de ambos fenómenos. Este problema, unido a la recuperación del salario como fuente fundamental de
ingreso de la familia cubana, es sin dudas el más
urgente a resolver en materia de
incentivos para toda la fuerza de trabajo.
Examinando las peculiaridades de la fuerza de trabajo en Cuba101 es
claro que el redimensionamiento laboral
y la mayor participación de otras formas productivas en el empleo, explícito en los lineamientos
de política económica, no es un proceso expedito
ni exento de contradicciones. El ritmo de este proceso
depende de la capacidad y condiciones
para la generación de empleos suficientes en el sector no estatal, involucrando el riesgo de inestabilidad social y política,
a la vez que conspira
contra metas de empleo dentro de la
política social.
Por ello, a fin de evitar
situaciones no deseadas
de desempleo y costos sociales,
deberá acompañarse de marcos regulatorios y acciones de política que incentiven la contratación
de fuerza de trabajo en el sector no estatal, en correspondencia con sus características especialmente en niveles
de escolaridad y especialización.
Aún
cuando el sector estatal continúe siendo uno de los principales
receptores, no debería descartarse la promoción
de servicios profesionales en diferentes formas de gestión
orientados al sector productivo. La conformación
de cooperativas u asociaciones de servicios destinadas al sector
empresarial, presupuestado o no estatal, podría sustentarse en procesos de contratación transparente y eficiente (sistema de pagos y penalizaciones) sobre la
base de licitaciones. Con seguridad esta medida tendría efectos favorables
sobre la eficiencia empresarial y global, evitando la depreciación de la calificación y los costos
101Eminentemente, urbana, calificada y relativamente
envejecida.
asociados a la inactividad; así como generando incentivos hacia la calidad del servicio,
reduciendo incumplimientos, costos de
transacción, entre otros.
Parte del reordenamiento laboral, es también la flexibilización de los mecanismos de contratación de la fuerza de trabajo y
de la duración de la jornada
laboral. La combinación de contratos a corto y largo plazo por jornadas laborales, y el propio acortamiento de esta, podría ser una vía para corregir
las actuales situaciones de sub-empleo y desaprovechamiento de la fuerza de trabajo calificada. Con ello se podría asimilar, a través
de subcontratación temporal de servicios profesionales, a trabajadores calificados actualmente inactivos. Por otra parte, permitiría un mejor ajuste de la demanda de fuerza de
trabajo con los requerimientos del proceso productivo, particularmente importante
por ejemplo en el caso de industrias como el turismo y otras empresas con alto grado de
estacionalidad tanto en la producción como en la demanda.
El óptimo aprovechamiento de la calificación exige de
políticas intencionadas, actuando
en tres direcciones básicas:
incrementar la remuneración
en un
segmento de excelencia vinculado a objetivos estratégico, ampliar la diferenciación salarial con mayor
énfasis en la complejidad y resultados del trabajo,
priorizando a la fuerza de trabajo
más calificada
y de difícil reemplazo;
flexibilizar mecanismos laborales en el sector estatal y otras formas de propiedad.102 Asimismo, introducirse regulaciones laborales
que desestimulen la sobrecalificación en ramas de baja complejidad tecnológica.
En
el sector productivo, urge reexaminar el sistema salarial y los actuales
mecanismos de estimulación
colectiva, en base a generalizar el principio de premios y penalizaciones según resultados
y calidad del producto o servicio, evitando
el igualitarismo; esquemas que deberían extenderse al sector de servicios públicos. A su vez, las dinámicas a favor de la productividad del trabajo ofrecen oportunidades para beneficiar a través de sistemas
salariales a sectores de servicios
sociales claves como la educación, la salud y las ramas de la ciencia, haciendo
sostenible la actual trayectoria
de la inversión en potencial
humano.
Adicionalmente, los incentivos positivos deben acompañarse de marcos legales
y regulatorios que condicionen la garantía del empleo y la propia existencia
de la empresa a
102 Otro beneficio derivado de la diferenciación salarial podría ser la reducción de los incentivos a la migración
externa. Igualmente, una mayor diferenciación entre sectores podría
minimizar la
migración
indeseada
entre ellos.
sus resultados
en un plazo predeterminado;
evitando subsidios explícitos
o implícitos indefinidos.
Por otra parte, la política laboral y salarial no pueden diseñarse al margen de la política
social. Un sistema
de
incentivos
que
premie el esfuerzo personal a favor
de
la
productividad del trabajo en búsqueda de recuperar
el salario real, tendrá que corregir las
actuales desproporciones entre los fondos sociales y privados
de consumo, inconsistentes con el objetivo de recuperar la productividad
del trabajo y el salario real; y fuente de desequilibrios macroeconómicos.
Finalmente, sería conveniente ponderar mejor los enfoques
de género y demográficos. La mayor apertura a formas no estatales ha condicionado la reformulación del actual sistema
de seguridad social, lo que no
excluye que se revisen también los actuales
esquemas para el
propio sector estatal a fin de contribuir
a la sostenibilidad de dicho sistema en un entorno
de envejecimiento poblacional y, al propio tiempo, favorecer esquemas de financiamiento
de más largo plazo en la economía.
A
pesar del indiscutible avance en materia de igualdad
e incorporación de la mujer en la sociedad cubana, ella
concentra
la
mayor responsabilidaden el cuidado de niños y
ancianos, siendo un factor de inactividad y daño a la productividad. Ambos efectos tienen
un costo de oportunidad, pues la mujer representa
más de la tercera parte de la fuerza de
trabajo y aproximadamente el
50 % de la calificada. Hoy el estado cubano asume la
responsabilidad social y económica
para mitigar estos efectos; en el futuro, debería fomentar más - a través
de políticas públicas locales y alianzas estratégicas con otras formas de propiedad y gestión
- los servicios para la tercera edad y la primera
infancia.
Concluyendo,
reconstruir
los
pilares
de
un
modelo de desarrollo socio-económico
sostenible – incorporando también lo medio ambiental
y cultural – basado en el
conocimiento y la innovación, que optimice las actuales potencialidades de calificación profesional, es sin lugar
dudas, uno de los principales retos de la política económica y social
en Cuba.
Continuará
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