Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 27 de noviembre de 2021

PRODUCCION DE CARNE PORCINA. Que ha ocurrido con ella y que se pudiera hacer en el futuro para que no vuelva a ocurrir nunca más.

 Por Joaquín Benavides Rodríguez *

 La carne porcina, carne de puerco para los cubanos, está atravesando una crisis de producción y, por tanto, de consumo. No pretendo en este artículo referirme a las decisiones erróneas, que son varias, sino a las causas objetivas relacionadas con la dependencia de la cría y ceba del ganado porcino de la producción nacional de maíz o en su defecto de la importación de piensos basados principalmente en maíz. También intentaré sugerir algunas vías para resolver el grave problema que se nos ha creado con el déficit y consecuente incremento del precio de esta, nuestra posiblemente principal proteína animal.

En Cuba se puede producir carne de cerdo sin pienso importado. Así se producía antes de 1959, basado en razas criollas de capa negra y con una productividad muy baja (0,4 toneladas de carne por reproductora/año).

Para satisfacer la demanda nacional actual, se requiere trabajar con cerdos de raza (blanca, roja), york shire, landrase, duroc, etc.,  para lograr productividades de 2 toneladas de carne por reproductora/año; 5 veces superior en cantidad a la producción criolla y muy superior en la calidad de la carne.

Para producir 1 tonelada de carne con cerdos raciales se requieren 5 toneladas de alimento, al menos 3,5 toneladas de pienso industrial  que pueden completarse con subproductos agrícolas e industriales.

El pienso industrial pudiera lograrse con maíz nacional, importando solo la soya y los micros nutrientes de vitaminas y minerales.

Pero la agricultura no produce suficiente maíz para fabricar el suficiente pienso en las fábricas del País. Hay que importar maíz y también pienso.

La producción porcina en nuestro país se basa en las Cerdas Reproductoras, las cuales en un 90% están en granjas estatales.

La producción campesina depende en su mayoría de la compra de precebas (lechones entre 40 días de vida y 7 kilogramos de peso) a las empresas estatales porcinas. El sector privado campesino solo puede producir a pequeña escala e ir creciendo en reproductoras, pero demorara en cubrir las demandas.

La etapa más delicada de la producción porcina es la reproducción y crecimiento hasta los 90 días. Esta requiere reproductoras raciales, instalaciones especializadas, medicamentos, desinfectantes y personal técnico especializado.

Una tonelada de carne porcina de animales raciales necesita de 4,5 a 5 toneladas de pienso industrial. Los campesinos pueden lograr la tonelada de carne con 3,5 TM de pienso industrial y el resto (1,5) sustituirlo por forrajes verdes, residuos de cosechas y salcocho etc.

Para producir 1 tonelada métrica de carne de puerco en pie en 300 días se requieren:

13 lechones, de ellos 11 viables,

11 lechones cebados a 90 Kg cada uno,

3,5 TM de pienso industrial

1,5 TM de otros alimentos criollos.

El precio de 1 tonelada de pienso de ceba en el mercado internacional promedia entre 800 y 1000 dólares. Luego para producir 1 tonelada de carne de puerco en pie con pienso  importado el costo no debe ser menor  de 2800 dólares.

La carne de puerco en banda es aproximadamente el 63% de la carne en pie por lo que de 1 tonelada se obtienen 630 kilogramos. De ahí que el kilogramo tendría un costo en dólares, solo en pienso de 4,5 USD. Calculando que un kilogramo tiene 2,21 libras, el costo de una libra de cerdo en banda criado con pienso de importación ascendería a 2,1 dólares. Si se utiliza una tasa de cambio solo de 24 CUP por dólar, el costo no podría ser menor  que de 50 pesos la libra. Pero si el comprador utilizara  la tasa del mercado informal de 70 CUP por dólar, el costo podría ascender a 147 pesos la libra. Si a ello el productor le agregara el resto de los costos de producción, más un 10% de utilidad, el precio podría llegar a ser no menos de 260  pesos la libra de cerdo en banda. 

Depender exclusivamente del pienso importado para la producción porcina haría inalcanzable para una buena parte de nuestra población adquirir carne de puerco en el mercado.

La solución solo puede estar en ir al incremento de la producción en el país de la base agrícola de los piensos (maíz, sorgo, millo, etc.) y priorizar para la producción porcina los subproductos (polvo de arroz, afrecho de trigo, torta de soya, miel de caña, morralla de pescado, salcocho de desechos alimenticios, de hoteles, restaurantes y otros), facilitando que los productores puedan adquirirlos por sus propios medios y solo importar torta de soya y micro elementos.

La agricultura cubana debería ser capaz de producir no menos de 450 mil toneladas de maíz para ser industrializado en las empresas de piensos estatales. Con ello se podría reducir sensiblemente las necesidades de importación para que entre las empresas  pecuarias estatales y los productores privados garanticen la oferta para la demanda de carne porcina de la economía y la población.

En el 2018 la agricultura cubana produjo, según la ONEI,  alrededor de 346 mil toneladas de maíz. Más del 91 % lo produjo el sector no estatal con un rendimiento promedio de 2,39 toneladas por hectárea. Duplicar al menos, nacionalmente,   los rendimientos agrícolas del maíz, puede ser un objetivo perfectamente alcanzable para la ciencia e innovación agrícola, incluyendo la participación de variedades logradas desde hace tiempo  por la biotecnología del país, aun no suficientemente utilizadas, y que deberían ser promocionadas comercialmente tanto entre los productores estatales, de cooperativas,  como del sector privado y campesino. Estimular con precios adecuados, comparables internacionalmente, a los productores y además apoyándolos con créditos en CUP que les permitan financiar la inversión en el mejoramiento de sus suelos Con ello se podría obtener  maíz en cantidad y calidad suficiente para producir en la industria nacional de piensos la base alimenticia fundamental para la producción porcina.

Pero mientras tanto los planificadores podrían adoptar decisiones más racionales con relación al gasto en divisas para proteínas cárnicas. La economía está importando carne de pollo en divisas, en volúmenes importantes para el consumo de la población. Sin embargo la producción porcina del país, con una importante base de reproductoras, desarrollada durante años, no puede generar suficiente crecimiento de la masa porcina, por carecer de las divisas necesarias para adquirir el pienso industrial para detener el decrecimiento y comenzar a producir la carne más económica que puede producir el país.

Una posible variante de solución podría ser, que la economía centralmente importe, año a año, el completamiento del pienso para que las grandes empresas estatales que poseen el 90% de las reproductoras, que son las verdaderas fábricas de carne porcina, capaces de producir lechones alimentados por ellas, una vez destetados, fueran vendidos a precios fijados centralmente a las empresas pecuarias estatales y a los productores privados. La economía centralmente podría adquirir, a través de sus empresas importadoras y con financiamiento bancario, el pienso para venderlo a todos los productores estatales y privados, en el mercado mayorista en CUP. Ese precio mayorista en CUP tendría que formarse a partir del costo real en divisas que tuvo para la empresa importadora estatal, utilizando la tasa oficial establecida en ese momento por el Banco Central, y no del llamado CL, que es una ficción,  más una ganancia normada centralmente. Los productores nacionales, tanto estatales, como cooperativos y privados, cuando adquieran sus insumos en mercados mayoristas, los precios deberían estar fijados para todos en la moneda oficial del país, el CUP. Los precios de las empresas mayoristas en CUP  deberían formarse a partir del costo real en divisas para obtenerlos aplicándoles la tasa real establecida por el Banco Central, más un margen de utilidad establecido centralmente. Sin una tasa de cambio oficial que refleje lo más aproximadamente posible el valor real de nuestra moneda, la tendencia a dolarizar más la economía va a continuar, con ella la tendencia al crecimiento del mercado informal de divisas. Y esa tendencia incrementa la desigualdad y el delito.  

El silencio por respuesta no va a contribuir a resolver los graves problemas de la economía, que inciden en las condiciones de vida de la población. Los problemas existen y son objetivos. Su solución no tiene nada que ver con la ideología. Tiene que ver con que las empresas del País, sean estatales, cooperativas o privadas produzcan, lo hagan bien para que la propia economía crezca y el pueblo pueda vivir mejor. La verdadera enseñanza del marxismo está ahí. Los problemas ideológicos y políticos en el Socialismo se crean cuando la economía no responde. La propaganda mediática no será nunca capaz de ocultar los problemas reales que enfrenta la población, menos de resolverlos. Tienen solución, pero nunca escondiéndolos, ni compartimentando su análisis. Eso también nos los enseño Fidel. 

Dentro de algunas semanas estará terminándose felizmente este duro y mortal año. Pocas familias no tendrán un familiar o un amigo cercano o compañero fallecido a causa de la Covid. Pero el cubano tiene entre sus tradiciones más queridas celebrar los días navideños, el fin de año y también el triunfo de la Revolución. Va a haber demanda de puerco, y va a haber poco puerco y muy caro. No nos sorprendamos que en esos días este rondando, sobre todo en la capital, los 300 pesos la libra, y aún más. Quisiera equivocarme, pero debemos prepararnos para esa realidad y sobre todo para poder dar una explicación a la población, en especial a la más vulnerable económicamente de porque ha pasado; pero principalmente las medidas que se tomaran por el Gobierno para que no vuelva a ocurrir. Como dijo uno de los grandes pensadores cubanos, y que siempre practico Fidel, ¨Solo la verdad nos pondrá la toga viril¨.

 La Habana, 27 de noviembre del 2021. 

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte

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