El
Presidente de la República no se cansa de hablar de Innovación, justamente con
mucha razón; sin embargo si algo requiere innovación en la economía cubana para
despegar, en primerísimo lugar en la agricultura, son los obsoletos mecanismos
financieros y bancarios. La necesidad de modernizarlos es impostergable.
¿Cuándo
se entenderá y cuanto demorara en entenderse que la economía agrícola estatal
cubana carece de capital para financiarse a ella misma, y muchísimo menos para
pretender financiar al sector no estatal agrícola, requerido posiblemente de
miles de millones de pesos para inversiones productivas y de capital de
trabajo?
No
es posible que se pretenda realistamente crear un fondo de fomento para las
empresas agrícolas estatales con recursos financieros aportados por el
Presupuesto del Estado. ¿De donde saldrían esos recursos, de los gastos
sociales presupuestados del Estado? ¿A quién se le pudiera haber ocurrido esa fórmula
no justificada económicamente? La OSDE Caudal tendría que declarar de donde ha
obtenido tantos fondos o donde los piensa conseguir.
Se continúa
insistiendo en el Plan de Producción y de entrega de los productores privados y
además de fichas de costo. Ese esquema es inaplicable. La dirigente del BANDEC,
sin duda inteligente y con experiencia, no se animó a decirlo pero al pedir
cooperación de todas las autoridades territoriales, casi lo dijo. Es un esquema
iluso.
Para
que cualquier entidad bancaria entregue dinero a crédito, por los procedimientos
bancarios universalmente utilizados, tiene que tener frente a ella a una
persona jurídica. A las personas naturales se les conceden créditos personales,
y con eso no se produce. Para que ello funcione como funciona en todas partes,
a los pequeños propietarios agrícolas, habría que permitirles que actuaran como
pequeños y medianos empresarios privados. No necesitarían ser propietarios de
la tierra, con ser usufructuarios legales podrían tener personalidad jurídica,
poseer y operar cuentas bancarias, firmar contratos de crédito con el banco y
dar garantías. Eso no impediría que se organizaran en Cooperativas, según sus
interesas, además de firmar contratos con empresas estatales o no, comercializadoras de sus productos. Así si
funcionaria el crédito bancario a los propietarios privados de tierras y
usufructuarios. También el Seguro, sobre cosechas con alguien que puede mostrar
que tiene un capital en cuentas bancarias y lo da como garantía. Lo demás que
se pretende hacer es continuar inventando. Esto que propongo se haga es innovar
en la economía cubana. Se hace en todas partes menos aquí. Sin innovar en la
economía, no será posible que avance y se desarrolle la innovación tecnológica.
Sin financiamiento la innovación tecnológica no avanza. Se duerme y al final se
paraliza. Hasta en Biocubafarma pudiera pasar. Espero que tengan gente que
saben lo que se traen entre manos y lo eviten. Potencial para buscar y
encontrar millones de dólares en financiamiento tienen.
Estudiando,
aunque no se sea economista el Capital de Carlos Marx, se puede entender sin
mucha dificultad que es y lo que significa la Renta diferencial del Suelo.
Hablar de inversiones en la agricultura, de crédito bancario, de fichas de costo
y precios iguales incluso dentro de un territorio municipal, para todos los
productores no tiene sentido. Sin embargo se insiste en continuar con el mismo
error.
Querer
separar la comercialización de los productos agrícolas de su producción, como
he oído en estos días defender a ciertos dirigentes de la agricultura, es un
grave error incluso teórico, en que algunos insisten con reiteración. El
productor agrícola sobre todo, produce para vender su producción. Y no concibe
separar una cosa de la otra. Ese concepto tienen tendencia a separarlo los
burócratas, porque no son los que invierten su capital y trabajan la tierra ni
corren el riesgo de perderlo todo solo si no le llueve lo suficiente. El
productor agrícola no es un especulador, sino alguien que si no recupera lo
invertido y obtiene una utilidad que le permita mantener a su familia,
fabricarle su vivienda decente y además invertir para incrementar su
producción, mejorar sus tierras, adquirir equipamientos e incluso tecnologías, pierde
interés, y tiende a producir cada vez menos. Eso es lo que ha estado pasando en
la agricultura cubana, y no solo en la privada, cooperativa y usufructuaria.
También en las grandes empresas estatales, donde el obrero nunca ha podido
concebir que forma parte real de su empresa y beneficiarse, tanto el cómo su
familia de los resultados que se alcancen.
El
Comercio estatal que compra para las necesidades del Estado, me niego a
llamarle Acopio, tiene una gran ventaja,
que es un gran comprador mayorista y le da una ventaja no despreciable
en la negociación. Pero no debe poder imponer precios, porque no es el que
corre el riesgo de producir. Tiene que ser un negociador. El productor también,
pues vende al por mayor y puede cubrir el grueso de sus costos y riesgos
vendiendo cantidades. Y eso debe estimularlo a incrementar sus inversiones para
vender más en la próxima etapa. Y por supuesto el Ministerio de Finanzas y
Precios no debería tener nada que ver en esa negociación.
Quizás
fue un error en su momento, hace muchos años, cuando se decidió poner la
función de precios en las mismas manos de quien elabora los presupuestos en un
país donde los gastos sociales son tan grandes. La tentación de cubrir déficits
presupuestarios de pagos de subsidios sociales, a costa de utilidades e incluso
de costos de los productos que se entregan a acopio pudiera ser una tendencia, no de la Dirección de ese
organismo, que no caería en eso, sino de
funcionarios burócratas que tienen como función y tarea cuadrar las cuentas. Cuando
menos fue una solución facilista. Estoy convencido que lo mejor es que ese
Ministerio debería ser el del Presupuesto y no tener nada que ver con los
precios, al menos de los productos agrícolas. Su función principal debería ser organizar
bien el cobro de los impuestos y confeccionar y someter a aprobación por quien
corresponda los Presupuestos de la Nación.
No
es pagando menos al productor de leche, por ejemplo, cómo se logra no importar
leche en polvo para que la industria produzca la leche de los niños. Es
reformando todos los principios hasta ahora utilizados en la gestión de nuestra
agricultura. Convirtiendo a nuestros productores agrícolas no estatales en
pequeños y medianos productores privados, incluidos los usufructuarios de
tierras, incorporando a otros también pequeños y medianos empresarios privados
a que inviertan en mecanización e industrialización de nuestras tierras, aun
sin utilización. En resumen, es produciendo más leche y de todo. Si se produce
suficiente leche, pagándole al productor lo que hay que pagarle, y no por
cumplimiento de planes, como se pretende inventar ahora, sino por entregas de
leche de buena calidad, según las condiciones productivas de cada zona, habría suficiente leche para no tener que
comprar en divisas leche en polvo para ser procesada por la industria. Hay que cambiarlo todo. Eso también es
innovar.
Que
el Banco Central, y su sistema bancario,
como se hizo también en los años 90, para el desarrollo del turismo, del
transporte y de ramas importantes de la industria, gestione e introduzcan en el País fuentes de
financiamiento y crédito para la agricultura cuyos créditos se paguen con las
exportaciones, que a su vez se ofrezcan como garantías a los financistas. Eso
en nuestro caso, sería también innovación. Autorizar la creación de entidades
financieras no bancarias, de las cuales tambien hubo buenas experiencias de
gestión de créditos y financiamientos, debería ser estudiado y analizado por
las autoridades bancarias. La Ley bancaria lo permite. También eso hay quien sabe hacerlo. No es
cerrándonos, sino abriendo. Y si los americanos con Biden a la cabeza quieren
seguir bloqueando y agrediendo a nuestro Pueblo, allá ellos con su bloqueo, a
los que seguiremos denunciando en todos los foros mundiales. Nosotros, todos los cubanos dignos, los de
adentro y los de afuera, unidos y haciendo todo lo que hay que hacer podremos
salir solos. No hay que inventar nada: lo que hemos acordado y hay que comenzar
a hacer ya.
Mi Conclusión:
Con la introducción urgente de las Pymes en la producción agropecuaria cubana,
también de las nuevas reglas para el Trabajo por Cuenta Propia, detenidas sin
justificación desde hace más de tres meses, con las cooperativas no
agropecuarias, anunciadas también desde hace meses y ratificadas en el VIII
Congreso y con la creación de condiciones
de crédito, innovadoras, como ocurre en cualquier país del mundo, será posible resolver en un plazo
razonablemente corto el problema de la alimentación de nuestra población y que
además comience a vivir con menos carencias. Y eso además de Innovador es
Estratégico. Se puede hacer, pero hay que decidirse ya, sin más excusas ni explicaciones que nadie
entiende.
02/05/2021
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