En
momentos en que tanto la economía como la política se encuentran en casi todas
partes en inflexión, más que revisión de aproximaciones y entradas analíticas que
abren nuevas perspectivas para las ciencias sociales y la comprensión de la
economía, los problemas de desarrollo y la capacidad de los Estados, es
importante hacer algunas consideraciones al respecto.
Lo que
se puede encontrar en cualquier sitio es que la Economía Política tiene por objeto el estudio de las leyes que rigen la
producción y el intercambio de los bienes materiales en la sociedad humana; que
surgió con el mercantilismo en el siglo XVI, luego le siguieron los fisiócratas que afirmaban que
la naturaleza, en particular la agricultura era la fuente de riqueza; en el
siglo XVIII apareció Adam Smith quien se centro en el trabajo como fuente de
riqueza, y recomendó que el Estado dejara al individuo perseguir su propio
beneficio económico, camino que conduciría también al mejoramiento colectivo,
economía política llamada clásica, que se sigue mencionando como idea y
objetivo de no pocos a nivel individual. En el siglo XIX irrumpen Marx y
Engels, con su explicación de cómo se distribuyen los excedentes económicos, la
apropiación de la plusvalía por los capitalistas, y diferenciando las calses
sociales y la explotación del proletariado, por lo que los medios de
producción, bienes de capital, no deberían pertenecer a agentes privados, sino
al Estado. Más tarde, a finales del propio siglo XIX y comienzos del XX se
desarrolla la teoría de la economía política neoclásica que rompe, y sigue
discutiendo hoy día, la teoría del valor –trabajo de la mercancia, determinado
por otros factores como la escasez, o valoración de utilidad.
Nadie mejor que Engels para entender no sólo el título de este escrito,
sino realmente la necesidad de entender e interpretar de otra manera la
economía política, el resurgir de una nueva economía política, incluso que va
más allá de una economía
política de la política económica, y va más allá de una unificación de la economía y de la política, más allá de
considerarse una rama de la ciencia económica, o subrama de la ciencia
política, sino como una ciencia interdisciplinar, que incluye, además de las variables
económicas, las sociológicas y de la política. Es decir, brinda a los Estados
herramientas para administrar teniendo en consideración variables sociales y
políticas.
Por qué
Engels dirán algunos. Porque las condiciones de producción, intercambio, distribución
y consumo nunca han sido inmutables, como se pretendió en tiempos pasados;
porque a cada época histórica le es propio unos u otros modos; porque entendía
que era importante descubrir la condicionalidad objetiva de las transiciones, y
diría yo y de los momentos de las transiciones, y para ello se requiere de
método propio de la dialéctica materialista, que no admite improvisaciones, ni esquemas mentales
predeterminados, sino obliga al estudio y seguimiento de las relaciones
económicas reales, siguiendo los hechos en sus múltiples vínculos.
De manera
que, se comienza resquebrajar y romper con la
idea de la economía (economics) como
un todo coherente dominante desde principios del siglo XX, dándole el poder de autonomización, y a su vez de atomización
de las ciencias sociales, que partiendo de Parsons, con la especialización de
las ciencias sociales arrastró un ejército de pensadores, y comenzó a
diferenciarse o llamarse economía (economics) al análisis de la economía
propiamente dicha (economy) y economía
política (political economy) para
identificar peyorativamente los análisis no económicos, es decir, de política,
o como dirían algunos “politizadas”. al estilo marxista, como dirían, y siguen
diciendo muchos. (Stilwell, F.2016)
Valga la aclaración, las ciencias sociales, la economía, la economía
política, la producción de las disciplinas, las ideas nuevas e innovadoras, que
constituyen o debían haber constituido marcos para entender el mundo o lo que
pasaba en las sociedades del llamado “socialismo real” , como orientación cognitiva, no existían, o cuando más
existieron engavetadas. Y las instituciones, responsables, o cuya función en
economía política es entenderlas, traducirlas en reglas y estructurar tanto la
actividad económica, como las propias instituciones, facilitando las
interconexiones, no ocurrieron. Era más fácil recitar dogmas diseñados para
supuestamente responder políticamente a los problemas. Se olvidaba, o no
prestaba atención al hecho que la economía
depende de estructuras de las relaciones sociales y las reproduce.
Las
inquietudes sociales y políticas, que acompañan, aunque no se quiera ver, a los
fenómenos económicos, las relaciones entre el Estado y demás instituciones
sociales y relaciones, como las de mercado, negados, marginados, eran puestos
bajo el tapete. Cualquier propuesta de trabajos investigativos e ideas que
utilizaran factores explicativos como parte de la economía política comparada,
que debían explicar el cambio de las políticas económicas, eran rechazados, o
en el peor de los casos “ideologizados“, y burdamente, y rechazados,muchas
veces con el argumento de que eran ideas “capitalistas“.
Así, la
integración, la interdisciplinariedad, el enfoque múltiple se perdía, porque
trataba de explicar lo político y lo social del y con el Estado; y eso, era
tocar el poder, las relaciones de poder. Pero el choque de visiones no es nada
simple ni muchas veces claro, quizás porque la integración está aún en búsqueda
y diseño, o aprendizaje permanente. En todo caso, es posible identificar y
diferenciar a los ortodoxos de los heterodoxos, estos últimos a favor de
asociaciones interdisciplinarias, de multimétodos del estudio de la economía
con consideraciones económicas, pero también sociales, políticas, y hasta culturales,
psicológicas y antropológicas.
¿Pero cuándo y porqué surge la necesidad de una nueva economía política?
Cuando se
puso cada vez más de manifiesto las consecuencias políticas, sociales,
ambientales y morales, frente a políticas económicas cada vez más agresivas y
excluyentes, y cuando las formulaciones tradicionales perdieron su capacidad
explicativa y predictiva. (Stilwell, F. 2016), y sin embargo, había métodos y
herramientos desarrolladas en otros campos del saber, y empleados en otros
ámbitos.
La economía
política como estudio de las determinaciones recíprocas entre economía y
política resultaba corta, sin mucha claridad de lo económico y lo político (Caporaso, J A. y Levine D.P., 1992; Clift, B. 2014; Milonakis, D. y Fine, B. 2009). Ya en
1982 trataba Hirschman, A.O. de ordenar las visiones existentes en las ciencias
sociales sobre la relación entre la economía de mercado, y las relaciones
sociales existentes. Agrego, debido los estragos que comenzaba a hacer
aquel-este mercado, y las reglas propias entendidas para cada ámbito por
separado, economía-social, que no permitía aprehender la diversidad para un
capitalismo eficiente, y democrático, socialmente integrador que se había
impuesto en algunas sociedades desarrolladas.
La intervención del Estado en la economía mediante regulaciones y la
política económica, a la par de hacerse débil y en algun caso casi inexistente,
se hacía más débil como responsable de la sociedad y los ciudadanos, poniendo
la propia democracia en peligro, por dejar de lado o no alcanzar objetivos de
eficiencia y crecimiento a la par de la justicia distributiva. Amplia
bibliografía existe en las últimas tres décadas.
Son los años
en que irrumpen con fuerza las ideas y el enfoque de Becker, G. sobre
comportamiento humano y herramientas de microeconomía, también capital humano,
(presente entre nosotros como “norma cubana“), reclamando el modelo de elección racional (que pasa también
a la ciencia política), y maximización
de utilidades de la economia marginalista, por encima de cualquier otra
consideración, tipo de decisiones, motivos o ámbitos.
Así, hace ya cuatro o cinco décadas atrás, se encuentran en una
encrucijada, variadas corrientes, desde la keynesiana, la neoclásica, la
alemana, el institucionalismo norteamericano, la economía marxista (de los
llamados países occidentales), de la que re-surge la nueva economía política.
Además de la producción, circulación y distribución de bienes y servicios, tratados
como elementos no invariantes, pero formas históricamente definidas, se pone
énfasis en las instituciones y las
dinámicas concretas. Y aquí no es difícil comprender que se necesita el
esfuerzo y métodos de múltiples disciplinas y saberes.
Metodológicamente hablando, se privilegia la intersección de métodos cuanti y cualitativos, estudios comparados, estudio de caso contextualizados, monitoreo de procesos. Al influjo de la sociologia económica (Smelser, N. y Swedberg,R. 2005) se hacen estudios de construcción social y política de mercados, de las profesiones, de los factores culturales, el poder empresarial, y con la influencia de los politólogos se estudian las instituciones, las normas y los contextos, yendo más allá de considerar la política como factor facilitador o de obstáculo de implementación de la política económica; sin olvidar los conflictos y relaciones de poder, así como el papel activo de los intereses y las motivaciones.
Aqui me detengo en el recuento de hechos y autores a tener en cuenta de los
últimos veinte o treinta años, para poner un ejemplo, que sin duda constituyó
uno de los precedentes en el país, para seguir profundizando en esta
problemática de economía política de métodos y enfoques múltiples, al que me he
referido en varias ocasiones en este propio lugar. (Coyuntura
como parte de los escenarios - Cuba y la Economía https://cubayeconomia.blogspot.com ›
2019/09 › coyu...)
Cito los dos primeros párrafos, y algunos resultados:
“Distinguir las tendencias y perspectivas del desarrollo de un sistema social históricoconcreto,
con el
objetivo de
contribuir al proceso de toma de decisiones durante la actividad práctica en el
funcionamiento
a partir del cual se
genera dicho desarrollo, constituye un problema científico de tanta importancia práctica y
actualidad, como complejidad. En nuestro caso se expresa primero en buscar las
respuestas acerca de ¿Cuáles son y cómo se conforman y jerarquizan las
tendencias de desarrollo de la construcción socialista en Cuba, generadas en relación con
el desenvolvimiento de su sistema de propiedad? . Y, sobre esta base, fundamentar
propuestas para contribuir al proceso de toma de decisiones.“
“Se ha trabajado desde una perspectiva integradora filosófica, buscando develar la dialéctica entre las diferentes facetas y múltiples interacciones de la propiedad como sistema, para obtener el cuadro de la unidad, la totalidad sistémica y contradictoria que ellas conforman en su interacción, con vistas a proyectarnos para la actuación consciente sobre esa dialéctica, para que la misma pueda evolucionar a un estado futuro con determinadas características deseadas“.
Hipótesis sobre el desarrollo futuro del sistema de
propiedad socialista cubano:
h1
La planificación social como construcción colectiva, se consolida como factor emancipador socialista, eje de la articulación sistemática y sistémica de las diversas formas de propiedad.
h2
El sistema del poder popular logra el avance necesario en la dinámica real de los vínculos entre los diversos actores a los diferentes niveles y las relaciones entre ellos, desde el papel de los individuos como sujetos activos de la política.
h3
La actividad económica en sus expresiones jurídicas estatales (empresas, entidades de servicios, asociaciones, y otras) se consolida sistemáticamente como determinante dentro de la multiplicidad de formas de propiedad en el funcionamiento de la economía.
h4
Se consolida sistemáticamente el papel de los colectivos laborales en la dirección de los procesos.
h5
La subjetividad se consolida efectivamente como elemento activo a través de sus expresiones en las actividades de generación de bienes y servicios, política, social e ideológica.
h6
Se amplía sostenidamente la inversión extranjera hacia las diversas formas de propiedad, atrayendo capital, nueva tecnología, y mercados, aún bajo la influencia del bloqueo de los EEUU.
Llama la atención que las hipótesis restantes h2; h1; h4 corresponden a los actores sociales como los colectivos laborales; a vías y mecanismos del proceso reproductivo como la planificación social; y a la actividad política y de dirección de la sociedad, como el sistema de Poder Popular.“
“A partir de estas hipótesis, los resultados del análisis del núcleo tendencial de cumplimiento con vistas a 2020 con los escenarios más probables, nos llevaron a identificar 3 escenarios que alcanzaron en conjunto más del 80% de cumplimiento (suma de los valores de probabilidad de los escenarios) y se encuentran significativamente correlacionados.
S5 (H4) Un escenario donde deben de cumplirse todas las hipótesis
excepto h4 el papel supuesto para
los colectivos laborales
S17 (H2) Un escenario donde se cumplen todas las hipótesis excepto h2 el sistema de Poder Popular
S33 (H1) Un escenario donde se cumplen todas las hipótesis excepto h1 referida a la planificación social
“Para los escenarios propuestos que por su alta correlación no pueden ser abordados aisladamente, se elaboraron 10 políticas (elementos estratégicos), con el mayor peso de las políticas Estrategia Participativa, así como las referidas a los Colectivos Laborales. También destacan la Estructuración del Estado y el Proceso de Planificación como proceso social.“
Por
último, se identificaban elementos
prioritarios e indispensables a atender para lograr las sinergias
necesarias entre esos aspectos claves en los Lineamientos, la conectividad
entre ellos que garantice la integralidad del proceso, y así generar el sentido
deseado en el funcionamiento del sistema:
·
Los colectivos laborales.
·
Las comunidades territoriales.
· Las funciones estatales:
Gobierno y administración.
Pero evidentemente este esfuerzo para que tenga real significación, y no se quede en ejercício académico, necesita salida, necesita seguimiento, necesita entendimiento y diálogo permanente con los actores. Sirvan los comentarios anteriores.
Los métodos y herramientas a disposición hoy, por un lado, y la necesidad de una nueva economía política que concibe la economía como un ámbito histórico, que no puede prescindir de las interrelaciones sociales, políticas ,económicas y culturales, puede dotar al Estado de una importante capacidad para perseguir y diseñar objetivos.
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