POR SAIMI REYES CARMONA Y JENIFFER RODRÍGUEZ MARTINTO
La Habana, 28 abr (ACN) A medida que los casos de la COVID-19 suben, también las perturbaciones de la economía mundial, a tal punto que muchos expertos consideran ya que se ha llegado a la recesión debido al amplio impacto de la pandemia en la actividad.
La propagación de la enfermedad ha hecho caer en picada a los mercados financieros a pesar de algunas de las mayores medidas de estímulo de emergencia desde la crisis financiera mundial, anunciadas por docenas de bancos centrales en Europa, América, Asia y Australia.
La previsión de crecimiento del PIB mundial al 1,25% para el año -menos grave que las profundas recesiones de 1981-82 y 2008-09, pero peor que las recesiones moderadas de 1991 y 2001-.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés) advirtió esta semana que el mundo está al borde de una posible "pandemia de hambre" a causa de la enfermedad.
En Cuba, el plan nacional para enfrentar la pandemia contempla un paquete de medidas financieras que impactan en el presupuesto, en los créditos y en las relaciones financieras de las empresas con el Presupuesto del Estado, dijo en la Mesa Redonda Vladimir Regueiro Ale, viceministro Primero de Finanzas y Precios (MFP).
El presupuesto estatal, argumentó, es una garantía para poder implementar todas las medidas planificadas.
Pese al escenario de tensiones financieras con las cuales se previó el presupuesto para este año, que limitan la creación de riquezas, el 28 por ciento de los montos se concentró en la salud y la asistencia social, que nos pone en mejores condiciones para enfrentar la pandemia, manifestó.
Sin embargo, otros muchos sectores se verán afectados, y algunos de ellos son relevantes para la economía nacional.
Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) refiere que, de acuerdo con la intensidad con que se verían afectados por las medidas de contención, hay tres grupos de sectores con pesos muy diferentes en el PIB según los países; los cuales se estiman de forma directa sin considerar impactos secundarios o intersectoriales.
El texto define cómo quedarán impactados estos por la situación actual:
-Menos afectados: agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
-Medianamente afectados: explotación de minas y canteras, industrias manufactureras, suministro de electricidad, gas y agua, construcción, intermediación financiera, inmobiliarias, servicios empresariales y de alquiler, administración pública, servicios sociales y personales.
-Más afectados: comercio al por mayor y al por menor, reparación de bienes, hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, servicios en general.
Según el informe del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) titulado Principales aspectos del Plan de la Economía 2020 de Cuba, las exportaciones crecerían 3,7 por ciento, destacando los ingresos de actividades como: turismo; telecomunicaciones; níquel; productos biofarmacéuticos; tabaco; azúcar; ron; productos del mar; carbón vegetal; miel y productos de la minería.
Ya esto no será posible debido a la situación global actual, sin embargo, algunos sectores podrían emerger y resultar beneficiados en medio de la crisis, si bien muchos otros aspectos de la economía cubana serán dañados seriamente.
Se espera que la agricultura en Cuba -y en el mundo en general- juegue un papel protagónico, pues, al estar interrumpidos los intercambios entre países, se ha llamado a aumentar la producción de alimentos.
Al respecto, en la Isla se han tomado una serie de medidas que van desde sembrar, acopiar y producir más, hasta garantizar productos frescos para los centros de aislamiento y hospitales involucrados en el enfrentamiento a la COVID-19.
El Viceministro Primero de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, llamó recientemente a lograr una buena campaña de primavera, incrementar la siembra de alimento, y a aumentar los acopios utilizando la fuerza y la organización que hoy tienen las cooperativas.
Agregó que, unido a esto, será necesario garantizar la preparación de la masa ganadera en la primavera y la zafra de leche, y también será preciso ordenar bien la carne vacuna y el programa porcino y continuar buscando una solución a los piensos para incrementar esta producción.
Otro sector que podría beneficiarse es el de la industria biofarmacéutica, pues Cuba produce algunos de los medicamentos que se utilizan en el protocolo de tratamiento a la enfermedad de muchas naciones, a la vez que cuenta con una creciente industria de la investigación en este tema.
El Interferón Alfa 2B Recombinante, por ejemplo, se produce con tecnología cubana en el país y también en China, y decenas de naciones lo han solicitado por sus probados efectos contra el nuevo coronavirus.
También Cuba se ha sumado a la carrera por encontrar una vacuna, y ha puesto algunas ideas a disposición del gobierno chino que han sido consideradas por el respeto que la industria cubana merece en este campo.
Si los fármacos de origen cubano siguen resultando efectivos para el tratamiento de la actual pandemia, la industria biofarmacéutica nacional podría consolidarse y reportar en un futuro ingresos superiores a la economía, pues eso está sucediendo con sus similares en el mundo: las acciones de las farmacéuticas que proponen medicamentos o vacunas no paran de crecer en valor en el momento actual.
Mientras, posiblemente el país sea afectado en sus ingresos por exportación de níquel y de algunos productos de la minería, ya que este aspecto forma parte del segundo grupo mencionado por el informe de la CEPAL.
El comercio está entre las actividades que serán más afectadas según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y el país así lo ha previsto, pues desde los momentos iniciales del brote de la pandemia se han tomados medidas paliativas.
Actualmente existe una restricción de las importaciones debido a que los países producen menos.
También, debido al bloqueo y a otros factores asociados a la pandemia, la Isla tiene dificultades para el acceso a fuentes de financiamiento y al crédito externo, por lo que la dirección del país ha llamado a responder con una estrategia organizada para enfrentar esta pandemia con el menor costo económico posible.
Alejandro Gil Fernández, Ministro de Economía, explicó que la enfermedad trae como consecuencia que un grupo de actividades productivas se paralicen, y aumente la demanda debido a que las personas intentan comprar por encima de su consumo habitual, por lo que habría una disminución de la oferta y un aumento de la demanda por un periodo prolongado, lo que terminará afectando la economía.
Sin embargo, el titular afirmó que se garantizarían los productos de la canasta básica normada, si bien recordó que en el país hay más de once millones de consumidores, y cerca de dos millones son mayores de 65, una población que recibe productos diferenciados, al igual que los niños.
Las cadenas de tiendas, por su parte, continuaron funcionando, aunque las grandes sucursales cerraron para evitar aglomeraciones y desplazamiento de la población, a la vez que se adoptaron medidas para que los productos se vendan con control y disciplina.
Asimismo, se orientó que todo lo que se produce en un territorio debe venderse en el mismo para potenciar el autoabastecimeinto y el trasiego innecesario, mientras que se ha extendido a más de mil 434 unidades las ventas a domicilio, comida para llevar, lista para la venta y rápida.
El transporte es otro de los sectores que en el mundo y en Cuba están viendo afectadas sus ganancias y sus acciones, pues el movimiento entre personas es ampliamente desaconsejado por la Organización Mundial de la Salud, y también los países han sido exhortados a evitar las aglomeraciones, por lo que desde los primeros momentos el transporte público y también el movimiento entre países cesó.
En Cuba los traslados interprovinciales fueron cancelados y más tarde los intermunicipales en transporte público, así como la recogida de población con los vehículos estatales, todo eso en un intento de frenar el movimiento de las personas.
Durante estos meses, el bloqueo se ha recrudecido y se mantienen las presiones sobre los buques de combustible y los impedimentos de acceso a financiamiento, lo que también afecta al sector, pues han sido necesarias medidas para garantizar el combustible a esferas priorizadas como la salud y de aquellos vehículos que mueven comida, aseo y todo tipo de productos priorizados.
Por el momento, a las medidas preventivas se ha sumado, además, el reordenamiento del balance del transporte ante la disminución de niveles de actividad, para paralizar los equipos menos eficientes, a la vez que se da mantenimiento y se mejorar el parque automotor, para el periodo de recuperación.
Otro de los sectores afectados, según lo previsto, es el de las comunicaciones, y esto se corresponde con lo que la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, ha publicado: en semanas recientes el tráfico se ha incrementado en un 30 por ciento, lo que, de seguir en aumento, podría atentar contra la estabilidad de la red y de todos los servicios de la compañía.
Jorge Luis Perdomo, Ministro de Comunicaciones de Cuba, anunció el 31 de marzo nuevas medidas en materia de telecomunicaciones, a fin de aligerar la sobrecarga de la red móvil que se corresponde con el aislamiento social orientado como medida preventiva para evitar el contagio de la COVID-19.
No es solo Cuba quien ha tenido que tomar medidas al respecto: hace meses ya varios países han alertado sobre el tráfico inusual en internet, y se ha llegado a un récord de consumo: 9,1 terabytes, asociados a que muchas personas están trabajando desde casa y otros tantos están consumiendo contenido multimedia en red.
La cuarentena total no ha llegado, pero se estima que se aplicará si se hace necesario a fin de frenar el contagio del nuevo Coronavirus causante de la COVID-19, no obstante, ya Cuba ha igualado el límite de consumo de datos de países que sí se encuentran en cuarentena o en toque de queda, por lo que el llamado a cuidar la red es atinado y necesario.
En el caso del turismo, ubicado en la última categoría, su recuperación dependerá de la apertura de las fronteras a nivel mundial.
Según la Organización Mundial del Turismo, sobre la base de los últimos acontecimientos (medidas de cuarentena, prohibiciones de viajes y cierres de fronteras en la mayor parte de Europa, que representa el 50 por ciento del turismo internacional, y en muchos países de las Américas, África y Oriente Medio), de las tendencias en Asia y el Pacífico, y de los patrones de crisis previas (el SRAS en 2003 y la crisis económica mundial en 2009), se estima que la llegada de turistas internacionales podrían reducirse entre un 20 y un 30 por ciento en 2020.
El informe de la CEPAL señala que en el contexto más radical de los previstos, el PIB se reduciría 2,5, 0,8 y 0,3 puntos porcentuales en el Caribe, México y Centroamérica, y América del Sur, respectivamente.
En el caso de Cuba, según los datos de la CEPAL, la contribución del turismo al PIB y el empleo (2018) es de cerca del 10 por ciento.
Este sector, llamado a ser la locomotora de la economía del país, al cierre de febrero ya registraba un decrecimiento del 16,5 por ciento en comparación a igual etapa del año anterior, y solo en ese mes se recibieron 398 mil 906 visitantes internacionales, un 13,2 por ciento menos que en igual periodo de 2019.
En conferencia de prensa efectuada el 14 de marzo último por el Ministerio de Turismo explicaron que se comenzó a decrecer a partir de las cancelaciones de los vuelos desde Italia, aunque también disminuyó la llegada de visitantes provenientes de Canadá, principal emisor de turistas hacia Cuba.
El 21 de marzo el gobierno cubano anunció la regulación de la entrada al territorio nacional, permitiéndose solo el arribo de personas residentes, lo cual tuvo un impacto radical en el turismo.
En ese momento se explicó que las instalaciones aeroportuarias, portuarias y turísticas podían aprovechar la oportunidad para efectuar mantenimiento en sus locales, a fin prepararse para una reapertura de mejor calidad, lo cual se ha venido realizando.
Por ejemplo, Canadá, que se mantuvo como el principal emisor en 2019, representando el 26,2 por ciento del total de los arribos, según el reporte de la Organización Mundial de la Salud correspondiente al 23 de abril, presenta 38 mil 923 casos confirmados.
Cuba preveía para el 2020 llegar a los cuatro millones 500 mil visitantes.
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