SEGUNDA
SERIE # 36
Julio
7 de 2021
Juan M Ferran
Oliva
Vientos y lluvias pasaron sin consecuencias
graves y quizás el balance daños-ventajas fue positivo pues las represas y el manto freático lo
agradecerán. Lamentablemente la agricultura no responde al gigantesco crecimiento
de las instalaciones hidráulicas. Probablemente el fatídico y ya lejano ciclón
Flora fue el detonante de la llamada Voluntad
Hidráulica.
Los 8 espejos de agua existentes en 1959 se
multiplicaron 40 veces y cincuenta años más tarde llegaban a unos 240 embalses. El volumen de agua
represada aumentó 200 veces. Los núcleos urbanos mayores 1.000 habitantes que
disponían de acueducto pasaron de un 38% a un 95%. Los sistemas de evacuación
de aguas residuales crecieron también de manera semejante. La orografía cubana
no favorece el aprovechamiento de la
energía hidráulica. No obstante,
han sido construidas unos 180 pequeñas centrales que dan servicio a más de 33.000 habitantes en zonas
rurales montañosas.
El enfoque que se ha dado a la Voluntad Hidráulica es principalmente social, con atavíos
técnicos. Sus beneficios se proyectan en
la extensión del suministro de agua, el
control de inundaciones y en el almacenamiento para épocas de seguía. El valor
de los activos es seguramente muy alto pues tiene que ver con sus numerosas
represas e instalaciones periféricas y otros medios, incluido el trasvase
interregional. Se trata de una inversión de alcance nacional que merece un
estudio económico global. Tendría en cuenta el costo de oportunidad de las
áreas inutilizadas, el monto de las inversiones, los gastos y costos
operativos, y la amortización. En el capitulo de los resultados se contarían
los efectos sociales no comerciales. la prestación de servicios onerosos y,
sobre todo, el comportamiento económico derivado de la administración
hidráulica, traducido en términos de rendimientos agrícolas y posibilidades
industriales, logísticas y de infraestructura.
No creo que se analicen estos resultados. Valdría
la pena, aunque sea para convencernos aún más de la escasa capacidad de
respuesta de nuestras inversiones. Es una tarea investigativa mucho más
compleja que el simple análisis de gestión o de factibilidad de una inversión
aislada. Sería consecuente con la
magnitud del trabajo hidráulico nacional. Quizás se han hecho algunas pesquisas
de manera parcial. Pero es dudosa la existencia de una evaluación
integral, y si se ha hecho no se ha
divulgado.
Todo indica que hay consecuencias materiales
impresionantes, aunque incompletas. El suministro de agua a la población tiene
aún más puntos débiles de la cuenta. La prensa ofrece esporádica e
incoherentemente noticias sobre la existencia y reparación de salideros,
defectos de alcantarillado, fabricación de componentes, etc. No se conoce o no
se informa el trigo obtenido por tan magna empresa. Solo sabemos que es enorme
y buena para la propaganda política. Pero….
En ausencia de cifras, baste señalar que los
rendimientos agrícolas cubanos son pobres, relativamente paupérrimos: no se
corresponden con el esfuerzo llevado a cabo. La agricultura continúa siendo el Talón
de Aquiles de este país de potencialidad campesina. Por suerte hemos tenido el
turismo, aunque interrumpido temporalmente debido a la pandemia mundial.
Hablar de los rendimientos agrícolas ocuparía
un libro. Valga, a modo de síntesis, aprovechar la información de la
Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de hace 12 años. No
habrá cambiado mucho. En términos de rendimientos, Cuba ocupaba el lugar 143
entre 184 países productores de tubérculos. En los de hortalizas alcanzaba el
lugar 103. Como se dice en la calle la
lista no cuadra con el billete[1]. En
otras latitudes muchos de los resultados mejores no están respaldados por una
obra faraónica como la cubana. Los rendimientos cañeros son otro botón de
muestra. La actividad azucarera fue la locomotora de la economía cubana. Ahora
es solo un vagón, pero sigue en el tren. El rendimiento agrícola entre los años 2000 y 2010 fue 32.4 TM/ha y se
mantienen en ese entorno. La mayoría de los países cañeros logran alrededor de
100 TM/ha.
Los efectos sociales suelen expresarse en
palabras superlativas y comparativas, y argumentos intelectuales. Pero la
economía exige la cuantificación y
comparación de entradas y salidas: cuanto se gasta, cuanto se recupera y en que
tiempo.
La enorme obra merece el gran estudio que
revele efectos y sirva de guía para la acción. No basta con realizar tareas
faraónicas, es indispensable conocer sus consecuencias en términos materiales. Pero más que estudios se requieren
resultados.
Fin
[1] Las hortalizas incluyen espárragos, pimientos, brócoli, coliflores,
pepinos, berenjenas, pepinillos, judías, tomates, sandías y melones. Los
tubérculos contienen yuca, papa, boniato, malanga y otras. No se consideran los
cultivos para alimento del ganado.
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