Autora: MSc. Yordanka Cribeiro Díaz
Tutor: Dra. Vilma Hidalgo de los Santos
CAPÍTULO 2. FUERZA DE
TRABAJO CALIFICADA Y CRECIMIENTO EN CUBA
Uno de los ejes fundamentales del proyecto social
cubano ha sido garantizar de forma
sistemática el acceso generalizado a la educación y la elevación
del nivel educacional de la población, como parte de una estrategia organizada y dirigida desde el Estado51. Sus
indiscutibles resultados en materia de instrucción – en condiciones de bajo PIB per cápita inicial – reflejaron la voluntad política de la Revolución, posibilitando el incremento en los niveles de escolaridad promedio desde 3,52 en
1960 hasta 11,68 en el 2010.
El esfuerzo
acumulado en materia de formación profesional debía responder
también a las necesidades de crecimiento y, en particular, a la sostenibilidad de una considerable
magnitud de gasto social consistente
con el modelo económico
socialista, creando así un
círculo virtuoso a favor del desarrollo.
Sin embargo, los resultados
en materia de crecimiento no han sido suficientes. Como muestra
la Figura 2.1, Cuba presenta
un PIB per cápita comparable
con el de otros países con nivel de escolaridad inferior y considerablemente por debajo del que caracteriza a la formación de su
fuerza de trabajo.
Con
todo, este trabajo sostiene que, efectivamente, la contribución de la fuerza de trabajo ha
sido crucial y significativa para el crecimiento y desarrollo en Cuba; aunque
en los últimos años se ha visto limitada por marcos económicos e institucionales que no lograron complementarse integralmente y evolucionar en correspondencia con los
cambios del
entorno nacional e internacional.
51 En
1960, el PIB per cápita de Cuba
era equivalente a 411,8
pesos
a precios de 1997.
Ello explica
que en los últimos años
tanto el discurso académico como público enfaticen en que la sostenibilidad económica del proyecto
social depende de la mayor eficacia de la
inversión en conocimientos, en términos de incremento de la productividad del trabajo y de
su aporte al crecimiento; ante problemas de estructura productiva, restricciones de balanza de
pagos y envejecimiento poblacional.52
Bajo esta perspectiva, los estudios sobre educación
en Cuba han transitado desde la medición del capital humano o su conceptualización
(Fernández de Bulnes, 2005;
Odriozola, 2007; Pons, 2009) hacia la obtención
de su contribución al crecimiento, como
forma de evaluar la eficacia y racionalidad económica del gasto
en educación.
En
la primera sección de este capítulo,
se revisan los estudios
precedentes sobre el tema
en Cuba, relacionados tanto con la conceptualización del factor como su impacto en el
crecimiento. En las secciones siguientes, se obtiene la
contribución de la fuerza de trabajo
al crecimiento realizando modificaciones en la forma de medición de los factores productivos, inclusión
de variables y formas de modelación, con la intención de demostrar
la inconsistencia de las
explicaciones convencionales
para fundamentar su comportamiento
en Cuba.
2.1. Los estudios sobre capital
humano y crecimiento en Cuba, antecedentes
En
los estudios académicos cubanos el tema de la educación ha sido tratado esencialmente desde una perspectiva social. A pesar de los abundantes estudios
a nivel internacional en torno a las implicaciones para el crecimiento económico de la llamada inversión en capital humano, en el caso de Cuba los estudios empíricos
sobre estas cuestiones han sido relativamente escasos.
En
González et al. (1989) se encuentra el primer antecedente sobre el tema. Si bien el objetivo central de dicho estudio no era la fuerza de trabajo
calificada, la utilización por
vez primera de funciones
de producción para la economía cubana les permite demostrar la
importancia de las desproporciones macroeconómicas como limitante al crecimiento, así
52 El fenómeno de envejecimiento poblacional tiene dos implicaciones económicas importantes. En primer lugar, según estimados de la ONE (2008), de mantenerse las tasas actuales de actividad, se prevé una
reducción de la población
económicamente activa para
el 2025, lo que supone una escasez progresiva de
fuerza de trabajo. Por otra parte, en circunstancias en que el acceso a una seguridad social de amplia
cobertura es también uno de los objetivos del proyecto social cubano,
genera presiones importantes sobre el presupuesto del
Estado.
como el agotamiento
del
modelo de crecimiento extensivo precedente. Mediante la
estimación de una función
de producción Cobb – Douglas para
el período 1960 – 1988, los
autores señalan la necesidad
de elevar el aporte del progreso científico-técnico
y la eficiencia del Sistema de Dirección
de la Economía.
Sin embargo,
el análisis pionero
sobre la relación entre los niveles
de escolaridad de la
población o de la fuerza de trabajo y el crecimiento en
Cuba se encuentra en Brundenius (2000), quien señala la inconsistencia entre el nivel de escolaridad de la fuerza de trabajo y los niveles de PIB per cápita, en comparación con otras
regiones del mundo. Dentro de sus explicaciones, el autor plantea
la existencia de un
robo de cerebros interno, para resaltar los problemas de asignación de la fuerza de trabajo,
manifiesto en la no correspondencia entre la
actividad que realiza y su formación original.
En
la misma línea, Fernández de Bulnes (2005) analiza comparativamente la
situación de Cuba en términos de nivel de escolaridad y crecimiento con la región latinoamericana.
Para ello el autor calcula los años medios de escolaridad de la fuerza de trabajo, teniendo
en cuenta las características del sistema educativo
nacional y la estructura anual de los ocupados por nivel de escolaridad. Al igual que Brundenius, el autor insiste en los
problemas de utilización del capital humano. Para él, la combinación del bajo nivel
de graduación en Ciencia e
Ingeniería y la ubicación
de la mayor parte de la fuerza de trabajo
en ramas manufactureras de bajo contenido tecnológico, determina que los problemas
asociados a la fuerza de trabajo
calificada en
Cuba
se
refieran
a
su
composición
disciplinaria y asignación sectorial. No obstante la importancia de las conclusiones
de los dos trabajos anteriores, en ellos no se realiza una real identificación o medición
de los problemas de composición y asignación que se señalan
ni se analizan integralmente sus
potenciales implicaciones.
Si
bien los trabajos precedentes ya evidenciaban posibles problemas de contribución de la
fuerza de trabajo calificada, el primer estudio empírico encaminado a su cuantificación
se encuentra en Mendoza
(2004), continuación de Mendoza y Álvarez (2002).
Asumiendo rendimientos a escala constantes y una participación para el capital
(a) igual a 0,40, el autor
utiliza el método tradicional de contabilidad del crecimiento para el período 1960 – 2001, tomando como base la ecuación
2.1.
yt = tt + akt + (1 - a )(lt + ht )
( 2.1 )
donde las variables en minúsculas reflejan
tasas de crecimiento del capital (kt),
el
trabajo
(lt) y el capital humano (ht).
A
pesar de las limitaciones
que implican la consideración a priori de rendimientos a escala
constantes, una elasticidad
predefinida
para
el
stock de
capital
y
una
elasticidad
homogénea para el empleo y el capital humano, el autor obtiene un crecimiento
promedio total de la productividad total de los factores (PTF)
de un 4,3%, el cual se vuelve negativo
al incluir los años medios de escolaridad
de la fuerza de trabajo como proxy del capital humano (-0,79).
La Tabla 2.1 muestra como la contribución del factor, a pesar de ser siempre
positiva se reduce en el tiempo, decayendo igualmente su impacto
en
la
generación del producto (de 28,5% en el período 1971 – 85 a 9,9% con posterioridad a la
crisis53).
Tabla 2.1. Contribución de factores 1960 – 2001
Períodos
|
Crec. PIB
|
K
|
L
|
H
|
PTF
|
H/Crec. PIB
|
1961-67
|
4,99
|
0,61
|
1,11
|
0,84
|
2,43
|
16,8
|
1968-70
|
1,19
|
1,16
|
2,95
|
2,67
|
-5,59
|
224,4
|
1971-85
|
6,84
|
2,82
|
0,70
|
1,95
|
1,37
|
28,5
|
1986-89
|
0,50
|
3,43
|
2,22
|
0,54
|
-5,69
|
108,0
|
1990-93
|
-10,13
|
0,30
|
0,60
|
0,43
|
-11,46
|
-
|
1994-01
|
3,63
|
-0,91
|
0,30
|
0,36
|
3,88
|
9,9
|
Fuente: Mendoza
(2004)
Nótese además que en los períodos donde la contribución
del
capital
humano al crecimiento del producto
supera
el
100%
(1968
–
70
y
1986
–
89),
coinciden
con
deterioros significativos de la
PTF lo cual podría
reflejar su utilización ineficiente asociada a
una baja productividad. Asimismo,
el
autor asocia los valores positivos de la contribución del empleo y el capital
humano durante el período
1990 - 1993 a los objetivos
de política encaminados
a reducir al máximo los costos
de la crisis, reflejados en la
53 Estos cálculos
se realizaron con
base a la información
del autor, para los efectos de este trabajo.
congelación
del empleo y los salarios
y cuyo ajuste se expresó en el incremento
considerable del déficit
fiscal y en la brusca contracción
de la PTF en el período.54
Complementando
este análisis, el autor invierte
la relación de causalidad, intentando encontrar los determinantes
de la PTF. Para ello, la serie residual de la productividad total de los factores
es estimada con respecto
a los factores (incluido el capital humano) y otras
variables relacionadas con el sector externo.
Según sus resultados, el impacto del capital
humano en la PTF es negativo y significativo, aunque en la práctica
este resultado podría estar asociado a la propia metodología
adoptada, pues en la estimación de la PTF ya se encontraba ese efecto descontado. Finalmente,
el autor realiza un análisis de cointegración
de Johansen para la productividad del trabajo con respecto a la inversión por trabajador, el empleo, el capital humano y las variables de comercio exterior. Sus resultados
confirman que el papel del capital humano en el crecimiento y la productividad del trabajo se incrementa cuando se rezaga
la variable. Esto podría estar reflejando el importante peso de
la experiencia laboral si se tiene en cuenta que la medida de capital humano utilizada está fundamentada en un indicador de educación
formal.
Por
su parte, Doimeadiós (2006, 2007) explica los determinantes
del crecimiento del PIB
en el período 1971 – 2003, a partir
de la estimación de una función
de producción agregada en series de tiempo y un panel sectorial de datos, respectivamente.
La estimación del impacto del nivel de escolaridad como un argumento independiente en la función de producción arrojó resultados teóricamente inconsistentes con coeficientes demasiado elevados
o no significativos en las distintas variantes de estimación
(Doimeadiós, 2006). A partir de estos resultados y la alta correlación entre las variables
de empleo y capital humano se introdujo
una especificación alternativa,
sintetizando en una variable tanto la cantidad
como la calidad
del empleo (AL).
Utilizando como modelo básico una
función de producción Cobb – Douglas log- linealizada con cambio técnico neutral (ecuación
2.2),
obtiene
las
elasticidades del
54 Este resultado contrasta significativamente con lo previsto en una economía de mercado donde los ajustes
se realizan vía utilización de factores
productivos y ajustes de precios. En el caso de la economía cubana, el ajuste fundamental se realizó a partir de la eficiencia global (Mendoza,
2004), aunque también se expresó en
un incremento significativo del índice de precios al consumidor (por su componente en el mercado informal)
y del tipo de cambio
en el mercado informal.
producto con respecto a los factores
y analiza la contribución promedio de cada factor al crecimiento, a partir de un
modelo básico de contabilidad de crecimiento.
ln
Yit
= a i + b k ln Kit + bl ln
ALit + gt
+ e it
( 2.2 )
Si bien el objetivo
de estos estudios no estaba orientado
al análisis de la contribución de la
fuerza de trabajo calificada al crecimiento, se puede percibir que su aporte se ha reducido en el tiempo, a pesar de ser positivo y de haber contribuido a reducir la caída del producto
en los noventa55 (Tabla 2.2).
Tabla 2.2. Contribución de factores 1971 – 2003
Series temporales (2006)
|
Panel de Sectores (2007)
|
||||||||
Período
|
Crec. PIB
|
AL
|
PTF
|
AL/Crec
PIB
|
Período
|
Crec. PIB
|
AL
|
PTF
|
AL/Crec
PIB
|
71-85
|
7,95
|
1,29
|
1,67
|
16,2
|
75-85
|
6,45
|
2,56
|
2,19
|
39,7
|
86-89
|
0,52
|
0,92
|
-4,30
|
176,9
|
86-89
|
0,52
|
1,25
|
-2,71
|
240,4
|
90-93
|
-10,03
|
0,34
|
-4,12
|
-
|
90-93
|
-10,03
|
0,41
|
-9,87
|
-
|
94-03
|
3,33
|
0,24
|
4,81
|
7,2
|
94-03
|
3,33
|
0,27
|
4,58
|
8,1
|
Fuente: Doimeadiós (2006, 2007)
Según la autora, las razones que explican
este resultado pudieran estar relacionadas con: i)
las restricciones de capital y tecnología
que permitan un uso adecuado
de las ganancias de
especialización de este factor en el período; ii) la estructura
del empleo, pues se ha producido un crecimiento del empleo en las
ramas donde el crecimiento de la productividad ha sido menos dinámico; y iii) las propias limitaciones del indicador empleado, ya que al utilizar
los años totales de escolaridad la calificación se restringe a la
dimensión educacional, desestimando otros impactos derivados de la experiencia laboral,
la especialización postgraduada, el rendimiento social,
entre otros.
Intentando corregir algunas limitaciones
asociadas a la medición del capital humano y su
forma de incorporación en la función de producción, Odriozola y Herrera (2011) replican
el modelo de Kyriacou (1991) para la economía cubana,
utilizando cinco formas distintas de cuantificar los años
medios de escolaridad. Sin embargo, en todos los casos, la
55 En
el caso del período 1990 – 93, nótese que la fuerza de trabajo calificada evitó una contracción superior
del producto de un
4%. Sin embargo, ello
puede ser atribuido a que durante la crisis el factor trabajo no se
ajustó en cantidad, con
el objetivo de minimizar
los costos sociales de la crisis a costa de
pérdidas de productividad.
elasticidad del producto con respecto
al capital humano resultó negativa,
no significativa o con valores teóricamente
inconsistentes, los cuales resultaron
robustos a los cambios en la forma de medición del componente educativo y de su inclusión
en la función, no
detectándose claramente ni efectos
nivel o tasa de crecimiento, ni impacto significativo del stock medio de educación. En relación con este estudio, la no verificación de relaciones de cointegración entre
las variables incorporadas constituye una limitación, pues pudiera
suponer la existencia de una relación espuria afectando la interpretación
de los resultados. Asimismo, si bien las diversas
formas de medición del capital humano
solo
están referidas a formas de cuantificación
de los años medios de escolaridad, ello permite corregir
deficiencias que pudieran asociarse
a los datos empleados
así como a la forma de
modelación del impacto del capital humano en el crecimiento.
Por otra parte, Pons (2011) obtiene
la elasticidad del producto con respecto a la fuerza de
trabajo calificada, mediante
la estimación por efectos fijos de una función trascendental
– logarítmica (Translog)56 para un micro – panel compuesto por 2583 empresas
de todo el país
en el bienio 2008 – 2009.
Como promedio, la elasticidad
de la
fuerza de trabajo calificada57 es mayor a los valores
obtenidos anteriormente, con un coeficiente estimado de 0,65. A pesar de que dicho resultado es estable en el período y
con un coeficiente elevado,
no garantiza necesariamente una mayor contribución total del factor al crecimiento del
producto, derivado de un análisis
de su descomposición. Adicionalmente, este valor puede estar sesgado por la influencia de los precios en
la producción, ya que el análisis
se realiza
a precios corrientes. Asimismo, la utilización del proxy de capital
humano considerado, promedio por sectores NAE, puede sobredimensionar
o infravalorar el nivel de calificación específico de cada empresa. Por otra parte, las características propias del estudio, su dimensión temporal y técnica utilizada
impiden compararlo con los trabajos previos. Como resultado adicional, se calculan
las elasticidades de sustitución parciales de Allen – Hicks,
resultando negativa entre el capital y la fuerza
de trabajo calificada, lo que evidencia
la existencia de complementariedad entre los dos factores.
56 La
función de producción Cobb – Douglas asume homotecia y una elasticidad
de sustitución
constante y unitaria
entre los factores productivos. Por el
contrario, la translog es la
forma funcional más flexible que no impone a priori los supuestos y
restricciones asumidos por otras formas funcionales (Pons, 2011).
57 Como proxy de esta variable utiliza el producto del promedio de trabajadores por los años medios de
escolaridad promedio del sector.
En la misma línea, Doimeadiós
y Sánchez (2011) realizan
un análisis de la eficiencia para una muestra de 386
empresas de Ciudad de La Habana en el período
2007 – 2009, mediante la estimación de
fronteras de producción. Utilizando como frontera
una función Cobb – Douglas
obtienen
una
elevada
elasticidad para el trabajo (promedio de trabajadores), consistente en todas las variantes de estimación. A pesar de que este estudio no incorpora la calidad de la fuerza de trabajo, su relevancia
radica en la cercanía del
coeficiente estimado al obtenido
por Pons (2011), lo que
pudiera transmitir una señal sobre la
débil contribución de la calificación a la evolución
del producto.
Como ha podido apreciarse, los estudios precedentes apuntan a un resultado
común: la contribución de la fuerza de trabajo
calificada en Cuba ha sido positiva y significativa en todos
los períodos, pero con una tendencia decreciente, reflejada
en un menor impacto en el último período en términos relativos. Sin embargo, tal y como fue constatado en el
primer capítulo, estos resultados
pueden estar sesgados
por problemas asociados a la medición de variables o las
formas de modelación.
Con
la intención de reducir el posible sesgo
derivado de estos problemas y fortalecer el punto de partida
para la profundización en los determinantes
de la contribución de la fuerza de
trabajo calificada al crecimiento, en
los próximos epígrafes
se realizan nuevas
estimaciones de esa relación, corrigiendo distorsiones en la medición de variables, inclusión de series estadísticas y formas de modelación. Para ello, se agrupan los estudios
en i)
aquellos que corrigen
la medición de variables o distorsiones en series estadísticas y ii) los que intentan corregir problemas asociados a la modelación
de esta relación para Cuba.
2.2. Los problemas
de medición de variables y la contribución de la fuerza de trabajo calificada
Usualmente, los métodos
empleados
para
la
descomposición
del crecimiento
en
los
factores de producción son la contabilidad de crecimiento
y la
estimación de funciones de
producción agregadas.
En cada caso, el producto de la elasticidad por la tasa de crecimiento del factor, representa la contribución de cada factor al crecimiento de la producción.
Una de las diferencias fundamentales entre la contabilidad del crecimiento y la estimación de funciones de producción agregada radica en la obtención
de las elasticidades.
Según la contabilidad
del crecimiento, se asumen las proporciones de los factores de producción a partir
de supuestos de rendimientos
a escala constante y competencia perfecta, especialmente
r
maximización de beneficios ( PMgK = ;
Py
PMgL = w ). En la práctica,
se emplean los ratios
Py
de capital y empleo
(PMeK,
PMeL) de la contabilidad nacional como proxies
para la obtención
de los shares.
La
ventaja
fundamental de esta metodología es que las
series
utilizadas son generalmente datos existentes en el sistema de cuentas nacionales.
El grado de progreso técnico se
obtiene a partir de una diferencia aritmética que expresa el crecimiento de la productividad total de
los factores.
Por otra parte, las elasticidades pueden obtenerse mediante la
obtención de una relación estructural entre el nivel de output y las variables explicativas a partir de la estimación de una función de producción agregada.
La desventaja fundamental asociada a esta metodología
radica en los problemas de
multicolinealidad
encontrados en este tipo de regresiones (Harberger, 1996). Tales problemas
conducen a la obtención de mayores errores estándar de los coeficientes de las variables
independientes, lo que compromete la precisión
de la estimación de los parámetros poblacionales. Sin embargo, tiene como ventaja que no es necesario hacer
ningún supuesto, ya que los parámetros se obtienen de la propia regresión.
Fuente: Elaboración en base a Doimeadiós (2007) y Solow (1957)
Teniendo en cuenta que los supuestos de maximización de
beneficios y rendimientos constantes a escala
que exige la primera metodología, no necesariamente se cumplen en una
economía centralmente planificada, se utiliza la estimación de funciones
de producción agregadas en todos los casos.
Como primera corrección, se reestima una función de producción
agregada para el período 1971-2006 (similar a Doimeadiós (2006)) introduciendo un índice de consumo energético como tasa de utilización del stock de capital
así como las importaciones de insumos para capturar la restricción externa al crecimiento.
ln Yt
= ln At + bl ln LHt + b k ln KAt + b m ln MIt
+ e t
( 2.10 )
donde Yt se corresponde con el producto
agregado en el período t; mientras que LHt,
MIt y
KAt denotan la fuerza de trabajo calificada, las importaciones de insumos y el capital físico ajustado por su tasa de utilización “ut”
(KAt =
ut*Kt)
respectivamente.
At = e
a + ft t
+ ftt t 2
representa la Productividad Total de los Factores,
que explica la parte del producto no explicada por los factores de producción considerados explícitamente dentro de la función
y que puede ser asociada
a cambios en la organización de la producción, el papel de las instituciones, el progreso técnico, etc.
Los
datos utilizados fueron compilados
o elaborados a partir de las series estadísticas
publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Las
variables dependientes son el Producto Interno
Bruto total (PIB) y el Producto Interno Bruto sin agricultura,
expresados en millones
de pesos a precios constantes del año 1981. Las variables independientes se explican a continuación; Fuerza de trabajo calificada (LH): Se utiliza una variable que sintetiza la calidad y
cantidad de fuerza de trabajo empleada.
Esta variable fue construida
mediante la multiplicación del empleo por un indicador de calificación. Como empleo, se utilizó la suma del número de trabajadores en el sector no estatal
y el promedio de trabajadores en el
sector estatal. El promedio de
trabajadores no incluye a los trabajadores que se encuentran temporalmente alejados de su puesto de
trabajo por cualquier motivo
(embarazo, accidente laboral, prestando
servicio en otras entidades), y sí incluye los trabajadores de otras entidades prestando servicios
en la unidad en cuestión.
En cuanto a la calificación, fueron utilizados los años medios de escolaridad de la fuerza de trabajo,
extraídos de Fernández
de Bulnes (2005) ante la inexistencia
de un
indicador alternativo que reflejase estudios
de especialización postgraduada,
experiencia laboral, etc.
Stock de capital físico ajustado (KA): Serie elaborada
por Doimeadiós (2007). El intervalo
de las series entre 1975 y 1986 fue obtenido a partir del método de inventarios de activos físicos, basado en la elaboración de censos completos de activos fijos. El resto de la serie (1987 – 2006) fue estimada mediante el Método del Inventario permanente, asumiendo una tasa
de depreciación lineal del 7%. Para el stock
de capital de la agricultura, se mantuvo
el supuesto de depreciación lineal, asumiendo una tasa del 9%, que se corresponde con el
promedio del sector en el período 1960 – 1975. Igualmente, están expresados en millones de pesos a precios
constantes del año 1981. Basados
en la propuesta de Solimano y Soto (2005), se utilizó un índice de consumo de electricidad
como
tasa de utilización de la capacidad productiva instalada.
Índice de consumo
energético: construido a partir del consumo productivo de electricidad en
Gw/h, obtenido al eliminar del
consumo total el correspondiente
al sector residencial. El índice se construyó
como el cociente entre el consumo productivo anual y el correspondiente al año 1981. La Figura 2.2 muestra como el indicador
propuesto se ajusta considerablemente a las fluctuaciones del producto y por tanto puede ser utilizado como
proxy de
la utilización del stock de capital.
Importaciones de insumos: importaciones de bienes intermedios a precios de 1981, como deflactor se utilizó el índice de precios
de las importaciones totales
con respecto a ese año.
Figura 2.2. Cuba. Índice de consumo
de electricidad y PIB (MM pesos)
Para el modelo sin agricultura, tanto la variable dependiente
como
el resto de los inputs
fueron obtenidos restando
de las series originales los montos equivalentes a cada variable para
ese sector.
En
la Tabla 2.3 se ofrecen las estadísticas descriptivas de las variables empleadas.
Tabla 2.3. Estadísticas Descriptivas de las variables.
Variable
|
PIB
|
K
|
LH
|
MI
|
Media
|
15213,9
|
23219,4
|
32458,4
|
3358,0
|
σ
|
3710,4
|
10929,1
|
9230,4
|
1289,6
|
Max
|
21851,4
|
47434,5
|
45500,9
|
5295,8
|
Min
|
7177,0
|
4900,2
|
15349,7
|
1248,3
|
Fuente: Elaboración
propia
El modelo fue estimado en varias versiones. Inicialmente,
se consideró el modelo básico
tradicional donde el producto solo depende de las dotaciones
de capital físico y fuerza de
trabajo calificada. Sin embargo, teniendo en cuenta la elevada dependencia de las importaciones para la producción doméstica en Cuba (Vidal y Fundora,
2009), le fueron posteriormente incorporadas al modelo las importaciones de bienes intermedios como proxy
de la restricción en la oferta de insumos.
Las variables
utilizadas fueron integradas de primer orden y en todos los casos pudo verificarse la existencia
de una relación de cointegración entre ellas. Adicionalmente se comprobó la normalidad
de los residuos pero se encontraron problemas
de autocorrelación en el modelo sin importaciones.
Es
necesario señalar que la violación
del supuesto de no autocorrelación
entre los errores afecta la eficiencia de los estimadores pero no su insesgadez, lo cual limita el proceso de
inferencia estadística pero no el poder explicativo del modelo. No obstante, en ocasiones la incorrecta especificación de un modelo se expresa
como autocorrelación, siendo consecuencia de variables omitidas o utilización de una forma funcional incorrecta.
En
este estudio nótese que
la misma desaparece una vez que se incluyen las importaciones de insumos, a la vez que disminuye el criterio Akaike y se incrementa el R2, validando la pertinencia de esta transformación para explicar
la evolución del producto en el período
(Anexos 2.1 – 2.3).
Adicionalmente el análisis del test de CUSUM indujo a la verificación de un cambio
estructural en el año 1984,
el
cual
fue
corroborado por la prueba de Chow, siendo
modelado para verificar cambios de nivel y de sensibilidad del producto
a las variables explicativas (Anexo
2.4).
La Tabla 2.4 muestra como la incorporación
de las importaciones absorbe
parte del poder interpretativo del stock del capital ajustado. Este resultado pudiera
estar fundamentado en la limitación a la utilización
efectiva de la capacidad productiva instalada que implica la
elevada dependencia de insumos externos. Por otra parte, se incrementa la elasticidad
asociada a la fuerza de trabajo calificada (pasa de 0,44 a 0,59) y se verifica la existencia
de rendimientos a escala constantes.
Tabla 2.4. Cuba. Función
de producción agregada. Período 1971 - 2006
Modelo
|
Variables
|
Criterios
|
||||||
LLH
|
LKA
|
LMI
|
D84*LKA
|
t
|
t2
|
R2
|
Akaike
|
|
Sin Importaciones
|
0,443*
|
0,558*
|
-
|
-
|
-0,072*
|
0,0017*
|
0,92
|
-2,07
|
Con Importaciones
|
0,587**
|
0,149**
|
0,265*
|
-
|
-0,013***
|
0,0004***
|
0,97
|
-3,17
|
Con dummy
1984
|
0,222*
|
0,653*
|
0,163*
|
-0.442*
|
-0,071*
|
0,002*
|
0,98
|
-3,49
|
Sin Agricultura
|
0,62*
|
0,39*
|
-
|
-
|
-0,075*
|
0,002*
|
0,88
|
-2,30
|
Con dummy
1984
|
0,271*
|
0,762*
|
-0,479*
|
-0,117*
|
0,003*
|
0,93
|
-2,73
|
Nota: * Significativa al 1%;
**
Significativa al
5%; *** Significativa al 10%
Fuente:
Elaboración propia
Sin embargo, una vez que se introduce
el cambio estructural se reducen los coeficientes asociados a la fuerza
de trabajo calificada y las importaciones, los cuales se mantienen
estables durante todo el período.
En cuanto al stock de capital,
nótese que el modelo
captura una importancia superior en la etapa 1971 – 1984, consistente
con el proceso de acumulación
acelerado, que se debilita con el estancamiento
de las inversiones y la
descapitalización de la economía en el período siguiente.
Intentando eliminar otras distorsiones,
estos resultados se complementan con
la reestimación de la función
excluyendo al sector agrícola. En la mayoría de los estudios agregados, suele excluirse a la agricultura por su componente volátil,
no controlable por la
política económica y porque este tipo de actividad no requiere de niveles significativos de calificación (Rosenzweig,
1995, 1999). En cuanto a las elasticidades estimadas, es apreciable el incremento del coeficiente asociado al empleo calificado
y la reducción de la elasticidad
del producto con respecto al stock de capital ajustado. Estos resultados pudieran ser atribuidos a la concentración del empleo en el sector terciario, más intensivo
en fuerza de trabajo
calificada que en capital. No obstante, cuando se modela el cambio estructural
los coeficientes se modifican
drásticamente,
acercándose a los obtenidos en el modelo con
importaciones (Anexos
2.5 y 2.6)58.
58 Los
modelos estimados superaron todas las pruebas para los residuos menos el supuesto de no
autocorrelación. Considerando los
resultados previos, su incumplimiento podría atribuirse a la omisión de las importaciones en el modelo, pero la
no disponibilidad de las mismas para el sector
agrícola impiden la
incorporación de dicha
variable en el modelo.
Con los coeficientes
obtenidos en cada una de las funciones
de producción, se puede analizar la contribución promedio de cada factor al crecimiento a partir de un modelo básico de contabilidad de crecimiento.
Como puede apreciarse en la Tabla 2.5, a partir de 1994 se evidencia una contribución positiva de la fuerza de trabajo calificada,
pero inferior a la obtenida en períodos precedentes. En esta etapa, lo más relevante es el incremento de
la contribución del empleo
calificado en el último período una vez que se excluye
la agricultura. Ello podría atribuirse
a la prioridad que se le ha asignado dentro de las exportaciones
a los
servicios médicos y
educativos, aprovechando el potencial
y la experiencia con que cuenta la economía en el suministro de dichos servicios.
Sin embargo, un análisis se impone en relación a
que esta dinámica de crecimiento basada en la exportación de servicios educacionales y médicos a otras regiones
de América Latina puede no ser sostenible, si se tiene
en
cuenta que el avance en la formación de profesionales latinoamericanos
en estas áreas implica necesariamente una sustitución
paulatina de los servicios cubanos por servicios propios.
Tabla 2.5. Cuba. Contribución de factores al crecimiento
del PIB
Períodos
|
Con
Importaciones
|
||||
General
|
Con
Dummy 1984
|
||||
Crec PIB
|
LH
|
LH / Crec PIB
|
LH
|
LH / Crec PIB
|
|
1976 - 1985
|
6,45
|
4,18
|
64,81
|
1,56
|
24,17
|
1986 - 1989
|
0,52
|
2,03
|
389,37
|
0,76
|
145,19
|
1990 - 1993
|
-10,03
|
0,67
|
(-6,67)
|
0,25
|
(-2,49)
|
1994 - 2003
|
3,33
|
0,47
|
14,23
|
0,18
|
5,31
|
2004 - 2006
|
7,36
|
1,23
|
16,70
|
0,46
|
6,23
|
Sin Agricultura
|
|||||
Períodos
|
General
|
Con Dummy
1984
|
|||
Crec PIB
|
LH
|
LH / Crec PIB
|
LH
|
LH / Crec PIB
|
|
1976 - 1985
|
7,24
|
5,41
|
74,7
|
2,35
|
32,5
|
1986 - 1989
|
-1,05
|
2,01
|
191,7
|
0,88
|
-83,5
|
1990 - 1993
|
-9,33
|
-0,28
|
(3,0)
|
-0,12
|
1,3
|
1994 - 2003
|
3,31
|
0,19
|
5,8
|
0,08
|
2,5
|
2004 - 2006
|
8,33
|
2,45
|
29,5
|
1,07
|
12,8
|
Fuente: Elaboración
propia
Asimismo, en todos los casos el período
de mayor contribución se corresponde con 1976 – 1985. En estos años se fortalecen las relaciones con el campo socialista y se intensifica tanto el proceso de industrialización
de la economía como las inversiones en materia educativa. No obstante, ya a estas
alturas podía apreciarse el deterioro progresivo de la productividad, que se hizo más notable
en el período siguiente (1985 – 1989), reflejando el agotamiento del modelo de crecimiento extensivo anteriormente sustentado por relaciones comerciales preferenciales y condiciones de financiamiento
favorables y estables. Lo anterior se exacerbó entre 1990 – 1993
ante la
importante contracción de las importaciones, la obsolescencia tecnológica y la descapitalización de la economía.
En cuanto
a la contribución al crecimiento de la fuerza
de trabajo calificada, estos dos períodos reflejan
comportamientos paradójicos. Si bien en el intervalo
1986 – 1989 se verifica que su impacto supera el 100%, ello viene aparejado de la caída más significativa
de la PTF. Por otra parte, la contribución del factor evitó una contracción mucho mayor del
producto en los noventa en la economía en general, aunque el flujo de empleo calificado
hacia ese sector contribuyó al deterioro del crecimiento en
el resto de la economía en el
mismo período.
Otra posible explicación
podría asociarse al manejo del empleo como una variable
de política social en el modelo socialista
cubano; que tiende a enmascarar la brecha entre desempleo cíclico y estructural en el fenómeno
de subempleo (Doimeadiós, 2007), expresándose fundamentalmente
en la
subutilización de las capacidades pero no en la
remuneración y asumiendo el salario una función
de seguro social.59
Desde una concepción de desarrollo económico – social,
esto tiene implicaciones positivas tales como
la
garantía
de
una
fuente estable de ingresos para los trabajadores, la sistemática capacitación de la fuerza
de trabajo y el fomento de la cultura
productiva, etc.60. Para el análisis empírico, introduce sesgos metodológicos que se reflejan
en una aparente independencia entre las series estadísticas,
lo que impide capturar su contribución
59 Este aspecto cobra especial relevancia durante
el período de la crisis
de
los noventa, donde una
de las características de la reforma fue el ajuste paulatino de los niveles de empleo, acompañado de programas de recalificación de la fuerza de trabajo de acuerdo con la reconversión emprendida en la economía.
De
acuerdo con ello,
los
trabajadores interruptos
recibían
un
importante por ciento de sus salarios y entraban en programas de
recalificación o eran reubicados en otras tareas (Hidalgo y Gancedo, 1998).
60 Ver Galtés (2009) para profundizar en un balance acerca de los beneficios y costos de la política de pleno
empleo.
real al crecimiento.61 En
ese sentido, pudiera
interpretarse que en la economía cubana la
fuerza de trabajo calificada actúa como un complemento
a la
producción de bienes y
servicios, realmente limitada por
el stock de capital y
la disponibilidad de insumos.
Según Galtés (2009), el grado de exogeneidad
estadística del producto con respecto
al empleo, pudiera
explicarse en parte por la política
de pleno empleo, que ocasiona que en la mayor parte del período se observen intervalos de exceso y déficit de fuerza
de trabajo calificada de acuerdo a criterios
de eficiencia productiva,
con un impacto negativo
sobre la productividad. Con el objetivo de obtener las magnitudes
correspondientes a estos efectos, e intentar
corregir la distorsión
que ello genera en la serie de empleo observada,
la autora estima el diferencial entre el nivel de empleo efectivo y un nivel de empleo estimado, que
se considera el óptimo, de acuerdo
a determinados supuestos
sobre el comportamiento de
la productividad en el período62.
Como muestra la Figura 2.3, utilizando el método correspondiente
a la
máxima productividad (caso extremo), obtiene una tasa de exceso de fuerza de trabajo permanente
en todo el período (azul). En cambio, cuando
se aplica el método basado en el producto potencial, el exceso de fuerza de trabajo
se concentra en aquellos años de mayor caída del
producto.
E
representa el exceso de fuerza de trabajo
calificada.
Le:empleo
calificado requerido, estimado según el
método
del producto potencial. Lmax:
empleo requerido según el criterio de máxima productividad.
61 La
realización de una prueba de causalidad de Granger para el producto y la fuerza de trabajo calificada
permite confirmar la afirmación anterior. Según la
prueba, se verifica
la existencia de causalidad unidireccional del PIB al empleo calificado, validando una ley
de Okun para la economía cubana.
62 En un primer momento, estima las desviaciones entre el empleo efectivo y el empleo estimado en base a la determinación de la productividad media asociada al producto potencial para el período 1961-2006, estimado
por el filtro
de Hodrick – Prescott. En un segundo momento, asume el comportamiento máximo de la productividad en el período, correspondiente al
año
2006.
Los hallazgos
relacionados a la distorsión
en la serie de empleo implican la necesidad
de profundizar en la otra vertiente de
modificaciones, intentando verificar si el comportamiento detectado en la contribución de la fuerza de trabajo calificada
al crecimiento puede ser atribuido a la forma de modelación
o los métodos de estimación previamente empleados.
Continuará
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