Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 10 de agosto de 2021

¿POR QUE LA INERCIA? UNA HIPOTESIS


No tengo dudas sobre la participación “activa” de nuestro vecino del norte y de sus agencias, en los sucesos del 11J. Instrumentos de su arsenal lo evidencian: el desgaste de décadas de persecuciones, agresiones, prohibiciones, contra un pequeño país vecino; el recrudecimiento del hostigamiento, con las 243 medidas de Trump, sostenidas con el baboseo de Biden; la "casual" simultaneidad de los sucesos en diferentes territorios, la campaña mediática mundial que pretende presentar la “represión brutal” en Cuba como si fuera Colombia, sin mencionarla. Acude a la mentira y al cinismo sin escrúpulos. ¡Qué vergüenza para el pueblo norteamericano tener un gobierno de esa catadura moral!.

Pero, no podemos limitarnos a analizar esos sucesos, solo con ese prisma. Tenemos que sacar experiencias de errores que hemos cometido que han creado condiciones para que nuestros enemigos los utilicen en su provecho.

El Imperio es manipulador, cruel, y muchas cosas más. Pero, saben utilizar muy bien su potencial científico y tecnológico para sus propósitos de dominación “sin tirar un tiro”, aunque si es necesario tiran bombas e invaden países.

Evidentemente, sus tanques pensantes nos han estudiado muy bien, saben de nuestras debilidades y errores. En algunas cosas, me atrevo a decir que nos conocen mejor que nosotros mismos. Por ejemplo, el potencial subversivo de la marginalidad, bien “trabajada”; la irritación de la población, por la inercia en introducir cambios aprobados hace años; la inflación incontrolada de precios de productos de primera necesidad, por medidas aplicadas sin haberse aplicada antes otras que pudieran darle más sustento. No dudo que lo sepamos pero, evidentemente, no valoramos su potencial de explosividad social.

Pienso que, en esto, entre otras cosas nos ha “pasado la cuenta” la subestimación que hemos tenido del papel que pueden jugar las investigaciones de las ciencias sociales, para tener una interpretación más certera sobre contextos y tendencias.

A veces, me ha dado la impresión de que hemos querido sustituir esto con lo que llamamos “trabajo político-ideológico” que, con el perdón de compañeros que puedan sentirse aludidos, confieso que lo he sentido un poco cercano a lo que llamamos “teque”. Pero, estas cosas pienso comentarlas en otro momento.

No es casual que el tema más recurrente en los trabajos que analizan estos sucesos es, precisamente, la inercia con que hemos actuado desde hace un montón de años. Hay coincidencia entre los especialistas en que, si hubiéramos hecho lo que aprobamos y hemos estado discutiendo durante 10 años, hubiéramos estado mejor preparados. Algunos inclusive pensamos que, probablemente, no se hubieran producido, al menos con la intensidad y extensión que tuvieron.

Con frecuencia, recordamos la expresión de Fidel del año 2000 en su genial definición de lo que es Revolución: “cambiar todo lo que debe ser cambiado”. Pero, no hemos comentado más la respuesta que le dio a Goldberg, periodista norteamericano que lo entrevistó en septiembre del 2010. Cuando le preguntó si creía que el sistema implantado por la Revolución seguía siendo exportable, Fidel le respondió: “Nuestro modelo ya no funciona ni para nosotros”.

Con el propósito de precisar lo que pudiera explicar la inercia, en los trabajos consultados, se pueden identificar dos hipótesis: una, la burocracia es la causante de la inercia; dos, el culpable es la influencia de lo que llaman “grupo o corriente conservadora” en la dirección del Partido.

El enfoque de Silvio, que expresó en una entrevista reciente, integra ambas hipótesis cuando dice: “Uno supone, ya que no se ha explicado, que esos cambios han sido retrasados por corrientes de pensamiento más atentas a los viejos manuales de socialismo que a la realidad; también los frenan una burocracia acomodada e indolente”.

Silvio también expresa: “Me gustaría saber quiénes son los compañeros y compañeras responsables de que no se haya cambiado todo lo que se ha debido cambiar, después de dos congresos del PCC, los Lineamientos y una Constitución. Quiénes, con nombres, apellidos y cargos representan esa corriente de freno en las altas esferas. Me gustaría conocer sus argumentos”.

Empiezo por analizar “la burocracia” recordando una definición resumida que presenté en un comentario anterior: “Burocracia es el aparato técnico-administrativo que maneja los procesos en las organizaciones, incluye a profesionales y técnicos”.

Mi criterio. Por la naturaleza de su actividad, la burocracia no puede paralizar la aplicación de las decisiones. Su influencia está en ralentizar los procesos y, con esto, demorar innecesariamente la obtención de los resultados esperados. No nos ha ayudado mucho, para superar esto, la consigna: “sin prisa, pero sin pausa”, por varias razones:

1-En un mundo en que la humanidad duplica sus conocimientos en unos meses, los países, los políticos, las empresas, que no anden a prisa “quedarán rezagados”, según especialistas.

2-Nuestro enemigo, un país inmenso comparado con el nuestro, toma decisiones y las pone en práctica con una velocidad muy superior a la que nos caracteriza a nosotros.

3-Nuestra burocracia no se ha caracterizado por ser muy ágil. Decirle que trabaje “sin prisa” es como darle unas vacaciones pagadas, con aire acondicionado.

4-Las “pausas” excesivas ha sido una característica de nuestro proceso de ¿cambios?. Diez años en el “experimento” de las Cooperativas No Agropecuarias; sobre el Trabajo por Cuenta Propia, varias “pausas”, la última de un año, “perfeccionándolo”.

La hipótesis sobre el “grupo o corriente conservadora”, no me convence. Tendría que ser muy numeroso en sus integrantes, tener una influencia y autoridad muy elevada, para que puedan decidir paralizar la puesta en práctica de cosas que se han aprobado.

Una aclaración. Con independencia de la hipótesis que se utilice para estudiarla, hay que tener claro que, la inercia, es una forma de “resistencia al cambio”, cuya razón principal la formuló Maquiavelo (1515) en su obra clásica “El Príncipe” en lo siguiente:

"No hay nada más difícil, peligroso para conducir, o más inseguro en su éxito, que tomar la dirección de la introducción de un nuevo orden de cosas pues, el innovador, tendrá como enemigos a todos aquellos a los que les iba bien bajo las viejas condiciones y, como tibios defensores, a aquellos que podrían hacerlo mejor en el nuevo".

En las dos hipótesis mencionadas anteriormente, está presente la intención de encontrar al(los), culpable(s).

Desde que el Grupo de Negociación de la Harvard, que creó y dirigió Roger Fischer, formuló su estrategia de negociación que llamó “sobre la base de principios”, y que presentaron en su libro clásico: “Sí …. De acuerdo. Cómo negociar sin ceder” en los años ochenta, yo prefiero asumir el enfoque de “centrarse en el problema y no en las personas”, que propusieron.

Cuando, en el análisis (negociación) para la solución de un conflicto nos centramos en la “persona” para buscar al culpable, la reacción de la otra parte es defenderse y, con esto, se inicia lo que se llama “la espiral de un conflicto”. Cuando nos centramos en “el problema” podemos convertir al “oponente” en un miembro de una especie de equipo de trabajo que pueda ayudarnos a resolverlo.

Además, los decisores pueden ser otros y, si no se esclarecen las razones que generaron un problema, este puede repetirse. La “metodología” plantea no preguntarse: ¿Quién o quiénes? sino ¿Por qué? y, en algunos casos, también ¿Para qué?. Estas son las preguntas básicas de cualquier proceso de decisión: primero, las razones por las cuales tengo que decidir algo y; segundo, el resultado que aspiro obtener.

En este punto, retomo algo que he presentado en comentarios anteriores.

Tenemos que acabar de liberarnos de “dogmas y prejuicios ideológicos” que nos han tenido “congelados”. Hemos estado MUY PREOCUPADOS porque alguien pueda enriquecerse con el ejercicio privado de emprendimientos. No se trata de “privatizar” nada, sino de crear condiciones para facilitar la “liberación de las fuerzas productivas”, de lo que tanto hemos hablado.

En la práctica, se ha hecho evidente que, lo que nos hace más vulnerables y nuestro enemigo utiliza como 5ta. columna, son elementos marginales de nuestra sociedad, es decir, los más pobres.

En 1985, en China, me dijeron: “empezamos a avanzar, cuando dejamos de preocuparnos tanto de la riqueza y nos preocupamos más de la pobreza”. Lo mismo dijo un alto dirigente del Partido Comunista de Viet-Nam en una conferencia en el Aula Magna de Universidad de la Habana.

Otra forma de concebir el problema por la que también transitamos- me dijeron los chinos - es la dicotomía entre igualdad y prosperidad. Durante años pensaron que el objetivo del socialismo era garantizar la igualdad. Les fue útil y necesario en los primeros momentos, para generar confianza, apoyo y esperanza en la gente. Fue la época en la que “en las comunas, todos comíamos de la misma olla”, me contaron en una granja agrícola.

Esto generó el hábito de que unos vivieran recostados del trabajo de otros. Además, la gente quería prosperar. Pero, todos no pueden prosperar al mismo tiempo. Por tanto, no hay más remedio que admitir que existan diferencias, reconocer que unos prosperan antes que otros. Si analizamos esto con el “Programa de Gotha” en la mano, es lo que corresponde al principio de “a cada cual según su trabajo”.

En el caso de Cuba, también la igualdad ha sido un “paradigma“, que contribuyó a generalizar el igualitarismo, la cultura de que “todos tienen derecho a tener de todo”.

Intentamos enfrentar la desigualdad prohibiendo actividades que podían revelar desigualdades significativas. Los cubanos de aquí no podíamos entrar a los hoteles, ni comprar celulares, entre otras prohibiciones. La consigna de no aceptar propinas formó parte de aquella “cruzada”. ¿Por qué?, sencillamente, porque todos no podían tener ese “privilegio” y, por tanto, no era justo, ni igualitario.

He escuchado y leído criterios muy positivos de lo que hacen y los resultados obtenidos por los chinos y los vietnamitas. Pero también, otros en los que sus autores “nos alertan” de que no “podemos copiar”, porque “su idiosincrasia es distinta a la nuestra”, “no tienen una emigración tan grande en el extranjero”, “no están sometidos a un bloqueo persistente”, etc. etc.

Aspectos comunes que podemos encontrar en China y Viet-Nam: ratificación del carácter socialista de su sistema socio-económico, la permanencia de un Partido Comunista que detenta el poder, entre otros.

Con sus diferencias, en ambos se han realizado cambios significativos en sus modelos de gestión económica que les han permitido: mantener una estabilidad en su desarrollo económico, una reducción significativa de la pobreza y la elevación del nivel de vida de su población.

Dos factores comunes están presentes en estos cambios: uno, mayor utilización del mercado; dos, ampliación de las formas de propiedad y de gestión, asignando un lugar destacado a la propiedad privada, cooperativa, extranjera, y mixta.

Previamente, llegaron a la convicción de que el “estado socialista” no podía revolver todos los problemas económicos del país.

A unos 200 kms de su enemigo, la potencia más poderosa del planeta, que la hostiga constantemente, Cuba debe acelerar el ritmo de introducción de los cambios que requiere, buscar nuevas vías como están haciendo China y Viet-Nam, convencerse de que el estado no puede resolver todos los problemas de la economía.

Todo esto, si desea conservar la estabilidad social que ha tenido durante décadas, así como un desarrollo económico sistemático sostenido.

De lo contrario, si no lo hacemos y persiste el temor a las consecuencias que pudieran tener si “nos equivocamos”, con los cambios que TENEMOS QUE HACER y seguimos actuando “sin prisa y con muchas pausas”, perderíamos mucho más y entonces ….

LA HISTORIA NO NOS ABSOLVERA

7 comentarios:

  1. 100% de acuerdo con todo lo que planteas Alexis, muchas gracias por un artículo tan centrado. Has mostrado la dirección, por ahí andan los tiros. Hay que seguir escribiendo así, invitando a los responsables a que den la cara, subiendo el nivel, pues los responsables no siempre están en la base, hay que buscarlos más arriba.

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  2. De acuerdo con las dos manos levantadas. Una precisión de orden práctico. Una táctica de la burocracia es "manejar y contener" los flujos de la información. Que nunca llegan a los decisores políticos con la inmediatez requerida y sin las mutilaciones que pertinentemente le van sesgando en su camino al receptor final.

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  3. Llevar a la práctica estas teorías nos debe poner un paso adelante para lograr lo que tanto deseamos el desarrollo económico rápido y sin pausa.

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  4. Me cuesta trabajo creer que los decisores no vean en estos argumentos y de otros expuestos por profesionales de reconocido nivel, que son la única vía de sostener un sistema encaminado al oque mejoramiento de los niveles de confort y felicidad de todos los cubanos. Creo que los ultra conservadores, que no son pocos y que tienen mucho poder todavía, tienen una gran responsabilidad en el estancamiento y la inercia de nuestra sociedad

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  5. La burocracia está en su zona de confort cuando controla los flujos de información . Los decisores políticos incurren en una co-
    responsabilidad colateral. Cuando se dejan compartimentar informativamente de sus estructuras intermedias. Es por eso que el método de Fidel era el de buscar la información real en su permanente contacto con las masas. Estudien el caso de Tapia en Matanzas y Ciego de Ávila. En el enfrentamiento a los colapsos del sistema de salud.

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  6. Comparto todas esas opiniones y reflexiones muy bien argumentada, solo me pregunto si nuestro presidente conoce de estas relexiones. De no ser así, sería muy necesario hscerle llegar el artículo. No hay mucho tiempo para cambiar lo que debe ser cambiado. En esas acciones,muchos años de atraso

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  7. Que falta hace sacudir a toda esa capa sedentaria tan acomodada en el "no hacer". También hay que referirse a las PLANTILLAS INFLADAS en las Empresas Estatales, que afectan la eficiencia y los resultados. Y que se refleja en el Salario y las Utilidades.

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