Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 16 de noviembre de 2021

Un bloqueo que niega derechos . Los cubanos y cubanas hablan (I)


Este informe fue realizado por especialistas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), en coordinación con la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) y contó con el apoyo de OXFAM en Cuba. Fueron autores y redactores del texto: 

Dr. C. Jonathán Quirós Santos (Coordinador), Dra. C. Blanca Munster Infante y el Lic. Kenny Díaz Arcaño, del CIEM y colaboradores el Dr. C. Ramón Pichs Madruga y el Dr. C. José Luis Rodríguez García, también del mismo centro y el MSc. Fermín Quiñones Sánchez, de la ACNU.

Introducción

OXFAM es una confederación internacional formada por 21 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 67 países, incluyendo a Cuba, donde está representada desde 1993, en plena crisis económica de los años 1990, conocida en el lenguaje político cubano como “período especial”. Su trabajo a nivel local ha acompañado a sus habitantes en la búsqueda de alternativas para hacer realidad un grupo de proyectos en varias comunidades.

Su cercanía a los cubanos y las cubanas le permite conocer, de primera mano, el impacto negativo del bloqueo de Estados Unidos en el bienestar de la población. La organización, enfocada en promover el desarrollo con justicia y la erradicación de la pobreza, reconoce que esas medidas coercitivas unilaterales constituyen un gran obstáculo para el ejercicio de los derechos del pueblo cubano.

En varias ocasiones, OXFAM se ha pronunciado contra esa política. Así, por ejemplo, el 3 de abril de 2020, hizo “un nuevo llamado al gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo económico y comercial contra el pueblo cubano. En medio de la emergencia mundial por la pandemia de COVID-19, se debe evitar la profundización de la crisis económica y proteger a las personas más vulnerables. El bloqueo, vigente hace 60 años y endurecido bajo la administración de Donald Trump, afecta a 11 millones de cubanos y dificulta el acceso a recursos básicos, tecnologías y materias primas para fortalecer los servicios públicos y salvar más vidas en medio de la crisis sanitaria”. 1

Además, en el último informe anual que desde 1992 Cuba presenta a la Asamblea General de Naciones Unidas, con su aprobación por una abrumadora mayoría de países, se expone que desde abril de 2019 hasta marzo de 2020 (sin incluir las afectaciones de la COVID-19, pues excedieron el cierre del período analizado), el bloqueo causó pérdidas en el orden de los 5 570,3 millones de dólares, un incremento de alrededor de 1 226 millones con respecto al período anterior. El monto acumulado del impacto del bloqueo desde su imposición es de 144 413 millones de dólares en casi 60 años.2

Estas razones motivaron a OXFAM la solicitud al Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) de su colaboración para un estudio, culminado a fines de marzo de este año sobre los daños del bloqueo de los gobiernos de Estados Unidos al pueblo cubano, cuyo resultado principal fue el informe Derecho a vivir sin bloqueo. Impactos de las sanciones de Estados Unidos en la población cubana y la vida de las mujeres, presentado públicamente el pasado 24 de mayo, con gran repercusión nacional e internacional desde esa fecha.

El texto actual fue la base del informe antes mencionado, y también un compromiso cumplido de la colaboración entre OXFAM y el CIEM. Aquí también se evidencian los impactos negativos del bloqueo, fundamentalmente en las mujeres, y se diferencian los resultados del cambio producido con las administraciones de Barack Obama —modificaciones limitadas—, pero de signo positivo , y el retroceso experimentado con la administración de Donald Trump, agudizado en época de COVID-19.

Para demostrarlo, este informe se centró en las personas vinculadas directamente a proyectos e iniciativas apoyados por el Programa de OXFAM en Cuba, y que tuvieran relación con el desarrollo, la producción alimentaria, el trabajo con las mujeres y su empoderamiento, la respuesta ante situaciones de desastre y de emergencia sanitaria (incluyendo específicamente la respuesta a la COVID-19).

El objetivo fue que las personas entrevistadas expusieran cómo esas medidas coercitivas unilaterales les han impactado en todos los ámbitos de su vida, ya sea personal, familiar, laboral y social.

El estudio incluyó el análisis de variados soportes documentales y audiovisuales, y los contenidos diversos de varias disciplinas de las ciencias sociales vinculadas con el tema, así como entrevistas a expertos y otras semiestructuradas a las personas testimoniantes, mayoritariamente a miembros de organizaciones de la sociedad civil cubana, y a los del sector no estatal (cooperativo y privado).

Debido al impacto de la COVID-19, las visitas programadas a provincias en el 2020 no pudieron realizarse y solo unas pocas fueron presenciales en La Habana. No obstante, las voces captadas fueron suficientemente representativas.

El resultado que se presenta es fruto de un intenso trabajo de la investigadora e investigadores del CIEM que participaron en el estudio, y de varios colaboradores. Por ello, los datos aquí expuestos pueden resultar una valiosa fuente de consulta, para profesionales y estudiantes, pero también para toda persona interesada en conocer las raíces de cómo el pueblo cubano ha enfrentado con valiosas acciones este brutal e inhumano bloqueo.

Consta de dos partes en las que se abordan las bases del bloqueo y sus impactos durante las administraciones de Barack Obama y Donald Trump, se destaca el recrudecimiento de esta política discriminatoria durante el último mandato republicano, aún en tiempos de la COVID-19; y como novedad se exponen las voces de las personas que sufren estas medidas coercitivas unilaterales; todo ello apoyado por un sistema de notas que enriquecen el texto.

La larga historia del bloqueo y su repercusión en el pueblo cubano

El más largo bloqueo de la historia contemporánea 3 es un mecanismo central de la estrategia subversiva de los sucesivos gobiernos estadounidenses, contra el socialismo y la soberanía cubana. Constituye además un obstáculo de primer orden para el desarrollo económico y social del país, y el disfrute de los derechos humanos de sus habitantes.

Las conflictivas relaciones entre Estados Unidos y Cuba no son nuevas y lo anteceden. Tienen un carácter asimétrico,4 causado por los intereses geopolíticos del primero desde que es Estado-nación (incluso antes de su declaración de independencia, reconocidas personalidades políticas lo habían manifestado). Tras el triunfo de la Revolución en 1959, esos intereses geopolíticos de Estados Unidos se manifiestan en intentos permanentes de subvertir al sistema político cubano.

La clave de las pretensiones de Estados Unidos, con diversos matices hasta la actualidad, está en un Memorando secreto del Departamento de Estado de abril de 1960, firmado por Lester D. Mallory, Vicesecretario de Estado, Asistente para los Asuntos Interamericanos,5 donde se expresa:

“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (...) el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales (...) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (...) una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios”.

El bloqueo fue formalizado el 3 de febrero de 1962 mediante la Proclama Presidencial No. 3447, firmada por John F. Kennedy. Sus fuentes de autoridad legal son la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917 –la columna vertebral normativa– 6 y la Sección 620 (a) de la Ley de Asistencia al Exterior de 1961. Esa proclama está reforzada por la conjunción de 26 instrumentos legales, mayoritariamente leyes federales (algunas dirigidas especialmente a Cuba).



El proceso de transformaciones en Cuba

En Cuba se han producido y están en proceso notables cambios socioeconómicos y políticos autónomos, que abarcan tanto el período de las administraciones de Barack Obama y la de Donald Trump como la recién estrenada de Joseph Biden. Entre estos cambios internos se destacan el proceso de actualización del modelo económico y social cubano, la aprobación de una nueva Constitución y, más recientemente, la unificación monetaria y cambiaria.

Para actualizar el modelo socialista y resolver problemas estructurales de larga data, se iniciaron nuevas modificaciones en la economía cubana desde 2009, con mayor alcance a partir de 2011.7 Estas se proponen el redimensionamiento de la economía nacional, con un modelo de gestión incluyente de modificaciones en el empleo, la estructura de propiedad y la escala de producción, además de la ampliación de espacios de mercado, con primacía de la propiedad estatal y la planificación.

Se ampliaron las formas no estatales de producción y los emprendimientos individuales (trabajo por cuenta propia), con normas recientemente más flexibles y potencialidades para ensancharse en condiciones pos COVID-19. Actualmente existen grandes restricciones a las actividades productivas de todos los sectores, debido a la crisis y todo lo que eso implica, en términos de limitaciones en la oferta y la necesaria prioridad estatal en respuesta a la pandemia.

Los nuevos emprendimientos podrán vincularse orgánicamente y con respaldo legal a otras formas de propiedad y gestión (estatal, cooperativa, mixta, y extranjera). Para aquellos que por su escala y objetivos son micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), están en estudio las normas para el reconocimiento de su personalidad jurídica.

Otros cambios son: la nueva ley migratoria, y desde una limitada base, un crecimiento notable de la conectividad a Internet, la digitalización de la economía y la sociedad y la telefonía celular.

Tras un intenso proceso de debate público y posterior referendo y discusión en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en abril de 2019 se aprobó una nueva Constitución de la Repúbli- ca de Cuba. Cabe destacar que el nuevo cargo de presidente de la República y la mayoría de los actuales responsables estatales y gubernamentales en todos los niveles, pertenecen a las generaciones nacidas luego de 1959.

En 2020, ya en el período de la COVID-19, como una respuesta a la depresión económica y sus efectos, se aprobó el 16 de julio una estrategia nacional para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial.

Anunciado en diciembre de 2020 (pero planteado como objetivo a alcanzar desde 2013), el 1˚. de enero de 2021 se inició la Tarea Ordenamiento, que incluye la unificación monetaria y cambiara en el país, con la desaparición gradual del peso cubano convertible (CUC); medidas compensatorias para la devaluación del peso cubano (CUP), mediante la modificación y el in- cremento de los salarios y las pensiones; además de la eliminación de subsidios y gratuidades insostenibles.

Esta transformación, fundamental para el éxito de la actualización del modelo económico y social cubano, con impactos en todo el sistema de dirección de la economía y a todos sus actores, es compleja e implica riesgos. Se inició en un momento económico muy complicado, cuando se produce un rebrote de la Covid 19 en los tres primeros meses de 2021 que supera en peligro al de 2020 , con muchas limitaciones causadas por el bloqueo y la crisis mundial, la restricción de ingresos de divisas al país y la disponibilidad de ofertas.8

Las percepciones particulares sobre Cuba y sus cambios internos por parte de las sucesivas administraciones estadounidenses, están condicionadas por las transformaciones internas en Estados Unidos y sus dinámicas; sus relacionamientos geoestratégicos; la redefinición de la hegemonía económica y política mundial y su pérdida relativa más reciente; la importancia que le confieran a América Latina y el Caribe en una u otra coyuntura y a sus cambios, entre otros factores.

En los dos períodos de mandato de Barack Obama y en el de Donald Trump, no se adicionó legislación alguna a la ya existente del bloqueo, pero sí hubo diferencias notables en las proclamas presidenciales y las órdenes ejecutivas emitidas y ejecutadas por las administraciones de cada uno, y en general en el tratamiento a Cuba. La mejoría promovida y lograda por el primero, estuvo seguida por un empeoramiento impulsado por el republicano, muy perjudi- cial para el pueblo cubano.

El giro en la política de Barack Obama hacia Cuba

El punto de inflexión en las relaciones entre ambos países se produjo en un contexto muy particular en Estados Unidos. A nivel interno, la administración Obama enfrentó retos como la crisis estructural develada por la profunda recesión de 2008-2009 y sus secuelas; un nuevo escenario internacional tendiente a la multipolarización, con creciente influencia de China y otros actores emergentes en la economía y la política mundial; en América Latina y el Caribe coexistían varios gobiernos progresistas y de izquierda, en algunos casos en países con notable peso económico y político en la región, con críticas abiertas de diverso calado a las políticas hegemónicas de Estados Unidos y mecanismos de concertación regional sin la presencia del país norteño; la notable polarización política en ese país; importantes cambios de- mográficos,9 creciente oposición al bloqueo en amplios sectores de la población, en medios académicos y de prensa y en sectores políticos (por diversas causas); la particular percepción de las transformaciones económicas y políticas en Cuba, además del fracaso de las políticas coercitivas para sustituir al sistema político cubano, por uno más afín a sus intereses, y la re- sistencia de su gobierno y pueblo.10

Antes del anuncio simultáneo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba el 17 de diciembre de 2014,11 el presidente Barack Obama, mediante órdenes ejecutivas, había desmontado gran parte de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por su predecesor George W. Bush, quien fue muy agresivo contra Cuba.12

Obama amplió las visitas de estadounidenses en las 12 categorías de viajeros autorizados,13 y los vuelos comerciales de líneas aéreas estadounidenses a varios destinos cubanos (y no solo a La Habana) por primera vez en más de medio siglo. Alargó a cinco años el período de visado a cubanos no inmigrantes para promover los intereses “pueblo a pueblo”, mediante el incremento del flujo de personas entre ambos países. Además, permitió el aumento del monto de remesas trimestrales de cubano-estadounidenses y de estadounidenses a perso- nas y entidades cubanas.

Tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, se autorizó a instituciones y empre- sas estadounidenses a tener una representación en Cuba, abrir cuentas bancarias en el país y a contratar a nacionales cubanos; a compañías de telecomunicaciones estadounidenses a establecer negocios en Cuba, incluyendo inversiones mixtas con entidades del país para comercializar servicios de telecomunicaciones e Internet; a estadounidenses a importar apli- caciones de telefonía móvil de origen cubano y a contratar a nacionales cubanos para desarrollarlas. Estas medidas no llegaron a concretarse.

El anuncio de permitir la utilización del dólar en las transacciones internacionales de Cuba tuvo resultados marginales. No se concretó en la práctica por el efecto intimidatorio del bloqueo en los bancos internacionales; la inexistencia de relaciones bancarias usuales entre ese país y Cuba y porque el gobierno estadounidense no adoptó medidas particulares para que los bancos internacionales tuvieran la garantía de no ser sancionados.

Con un contenido más que todo simbólico, tras más de cinco décadas, se permitió la exportación de un producto cubano a Estados Unidos: dos contenedores con 40 toneladas de carbón vegetal.

La administración Obama emitió, para viajes autorizados, licencias generales de transportación marítima entre ambos países para embarcaciones de carga, pasajeros y esparcimiento, incluyendo cruceros.

A fines de mayo de 2015, Obama retiró a Cuba de la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo”, algo históricamente exigido por el Estado caribeño desde su inclusión por la ad- ministración de Ronald Reagan el 26 de febrero de 1982, lo cual fue una demanda cubana para la apertura de las embajadas. El argumento del ejecutivo estadounidense fue que el país cumplía con los requisitos legales establecidos por el Congreso para esa exclusión, que las circunstancias habían cambiado, que no proporcionó “ningún tipo de apoyo al terrorismo internacional durante los seis meses previos” y que dio “garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”.14

Ambos gobiernos firmaron 22 acuerdos de cooperación en áreas de interés común y para espacios de diálogo bilateral, la mayor parte como memorandos de entendimiento. Además, iniciaron conversaciones como iguales y sin imposiciones sobre temas con visiones contrapuestas como derechos humanos, las compensaciones sobre las nacionalizaciones de propiedades de estadounidenses realizadas por Cuba y las derivadas del bloqueo.

Aunque el gobierno de Estados Unidos no dejó de penalizar bancos e instituciones financie- ras internacionales, a personas jurídicas y naturales relacionadas con Cuba, y renovó anualmente la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, en términos económicos se produjo un “efecto demostración positivo”.15

A ocho días de culminar su último mandato, Obama decidió eliminar la política de “pies secos, pies mojados” y el programa destinado a provocar la deserción de personal médico cubano en misiones en otros países (promovido por George W. Bush desde 2006), con la firma de un acuerdo migratorio entre ambos países.16

El “legado de Obama” respecto a Cuba tuvo un alto contenido simbólico, y en menor medi- da, práctico. Las decisiones adoptadas y la concreción de estas fueron resultado de sus pre- rrogativas (limitadas por el entramado de leyes estadounidenses del bloqueo) y su primacía constitucional sobre la gestión de las relaciones exteriores, mediante órdenes ejecutivas que son reversibles, como se evidenció tras el fin de su mandato.

Obama manifestó públicamente su oposición al bloqueo17 como política fallida, muestra de su lectura sobre el contexto mundial, latinoamericano y caribeño, y de la inviabilidad de este para cambiar el sistema político cubano. Aunque llamó al Congreso a ponerle fin, no hubo acciones concretas a ese efecto en el legislativo, en el cual los demócratas no tenían mayoría.

Por primera vez en 2016, Estados Unidos se abstuvo en la votación de la resolución de la Asamblea General de la ONU (ningún Estado lo hizo en contra), desde que en 1992 se inició esa condena del bloqueo a Cuba, que pide su fin.

A tres meses de culminar su administración, Obama emitió una directiva presidencial para la “normalización” de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, algo inédito en la política estadounidense tras la ruptura de los vínculos diplomáticos. El único antecedente de algo similar fue otra directiva secreta de James Carter, de solo una página y al inicio de su mandato.

El documento de Obama es un texto de 15 páginas, una detallada hoja de ruta para su supuesta sucesora demócrata en el cargo, distanciado de la habitual retórica confrontacional de “cambio de régimen”. Allí se reconoce la soberanía y autodeterminación de Cuba, y explícitamente se expresa que “(...) Estados Unidos no puede imponer un modelo diferente en Cuba” ni busca “un cambio de régimen”. Pretende “( ) abordar las diferencias por medio de la interacción y el diálogo” y la colaboración entre ambos gobiernos hacer avanzar la cooperación en áreas de interés mutuo ( ) para enfrentar desafíos regionales tales como el cambio climático, enfermedades y el tráfico ilícito”, así como incrementar los viajes y el comercio.18

La directiva contiene seis objetivos para las relaciones a mediano plazo entre Estados Unidos y Cuba,19 a partir del reconocimiento de que la política del bloqueo (embargo en el texto, y desde la visión estadounidense) “( ) fracasó en hacer avanzar los intereses de Estados Unidos” y que los cambios actuales en Cuba ofrecen oportunidades para “hacerlos avanzar a largo plazo”.

La política de Obama hacia Cuba y su directiva presidencial son una muestra de lo que Jo- seph Nye llama “soft power” (poder blando), un componente de su doctrina del “poder inteligente”, en el sentido de que Estados Unidos logre sus objetivos de política exterior, más por la atracción y la cooptación, que por la amenaza. En esa línea, el texto anuncia un ambiguo “( ) apoyo a programas transparentes y consistentes con los programas desarrollados en sociedades similares en el mundo” .20 y con la sociedad civil. Estos resultan, además, muy sospechosos, pues en la tradicional política de subversión hacia el sistema político cubano de los sucesivos gobiernos estadounidenses, nunca han faltado este tipo de programas, aún como parte de leyes tan abiertamente del “hard power” (poder duro) como la Torricelli y la Helms Burton, a fin de “ganar las mentes y los corazones” de la gente en Cuba.

Los objetivos del texto, en sintonía con el “poder inteligente”, están caracterizados por el pragmatismo, la flexibilidad y la adaptación a un escenario y situación concreta, pero sin des- echar el “hard power”, de ahí que no cesen los “programas de democracia y de Radio y TV Martí”. Tampoco el ejecutivo tiene la “( ) intención de modificar el tratado de arrendamiento vigente y otras disposiciones relacionadas con la Base Naval de Guantánamo, que permite a Estados Unidos mejorar y preservar la seguridad regional”.21

De vuelta al recrudecimiento del bloqueo con la administración de Donald Trump

La administración de Donald Trump se inició en un momento de creciente polarización política en Estados Unidos y de poca credibilidad de los electores en la clase política de su país. Con el America first, su mandato fue muestra de un acendrado unilateralismo, manifestado en la guerra comercial contra China (y el mundo), la retirada del país del Tratado de París sobre Cambio Climático y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

En tiempos de la pandemia de COVID-19, en mayo de 2020, Trump le retiró temporalmente las contribuciones estadounidenses a la Organización Mundial de la Salud (OMS), equivalente al 15 % del presupuesto total de la entidad. Estados Unidos se retiró finalmente en julio de 2020 de esa agencia de Naciones Unidas, porque esta no ejecutó las reformas que el mandatario quería imponer.

En cuanto a la nueva política respecto a Cuba, influyeron además los cambios de algunos gobiernos progresistas en Latinoamérica a otros de signo contrario, afines en algunos casos a las posiciones del mandatario republicano; la crisis de los esquemas de integración y de concertación subregionales y la búsqueda de anuencia de Trump de un sector muy particular de su base electoral de origen cubano; así como la influencia de políticos cubano-estadounidenses opuestos a la “normalización” en las relaciones entre ambos países a partir de Obama.

Donald Trump revirtió gran parte de los avances de su antecesor y apretó con especial saña las tuercas de la maquinaria del bloqueo, con 243 medidas y un efecto multiplicador en tiempos de COVID-19. Su memorando presidencial de junio de 2017 22 derogó la directiva de Obama para la “normalización” de las relaciones y retornó a la más dura agresividad contra su vecino caribeño.

A partir de septiembre de 2017, con la excusa de padecimientos auditivos de diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana, provocados supuestamente por el gobierno cubano,23 según declaraciones de la administración republicana; Trump retiró de Cuba a la mayor parte de su personal diplomático, emitió alertas de viaje por inseguridad y más tarde suspendió la emisión de visas en su sede diplomática en La Habana. Desde entonces, cubanas y cubanos deben solicitar su visado en un tercer país, elevando exponencialmente los costos,el tiempo entre la solicitud y la aceptación y el malestar para quienes desean viajar. Asimismo, obligó a limitar el número del personal diplomático de Cuba acreditado en Washington, lo que dificulta a esa sede la concesión de visados a nacionales estadounidenses.

Todo esto ha incidido negativamente en el derecho a unas relaciones familiares más fluidas (con las consiguientes afectaciones emocionales); en el derecho de viajar a personas de ambos países en un sentido y otro, tanto por turismo de estadounidenses y cubano-estadouni- denses, como por compra de insumos a emprendedores de Cuba; y también el derecho a viajar a representantes de organizaciones de ambos países. De igual manera, limitó en extremo los intercambios médicos, científicos, educacionales, deportivos y artísticos, que tuvieron resultados muy prometedores durante los mandatos de Obama.

El memorando de Trump incluyó una lista24 con la prohibición de transacciones comerciales y financieras de personas y empresas sujetas a jurisdicción estadounidense (incluyendo sus viajeros al país caribeño mediante licencias), con empresas y entidades cubanas, una parte de ellas administradas por entidades extranjeras. Actualizada constantemente con metódi- ca obstinación de verdugo, se incluyó inicialmente a 179, adicionándose otras en lo adelante hasta llegar a 228, la última (el Banco Financiero Internacional, BFI) 12 días antes de culminar su mandato.

El 29 de septiembre de 2020 se incluyó en la lista antes mencionada a la empresa cubana que procesaba el envío de remesas a Cuba, y agente principal de la Western Union, la cual suspendió el 23 de noviembre de 2020 el pago de las remesas y el funcionamiento de los 407 puntos de pago, ubicados en todas las provincias y municipios de Cuba.

Ese fue el colofón de las prohibiciones respecto a las remesas, pues previamente la empresa estadounidense suspendió el envío de todos los orígenes de estas a Cuba, menos las de su propio país. Antes, Trump había eliminado las facilidades para el envío de remesas sin límite a su monto y frecuencia, y a quienes podían enviarlas y recibirlas, a solo 1 000 dólares por persona cada trimestre.

La escalada de prohibiciones a los viajes fue previa a las necesarias restricciones impuestas por la COVID-19, tanto en Cuba a partir de marzo de 2020 como en Estados Unidos. Primero se limitaron y luego se cancelaron los viajes de la categoría sin carácter académico, hasta alcan- zar a los viajes educacionales. Trump solo mantuvo los viajes de las 12 categorías autorizadas. Se sumaron a estas prohibiciones las del transporte, que incluyeron las de embarcaciones de pasajeros y recreativas en estancia temporal y el arribo de cruceros, hasta la suspen- sión de todos los vuelos de aerolíneas estadounidenses a los nueve aeropuertos cubanos autorizados (excepto el de La Habana) a fines de 2019,25 para llegar a la suspensión de todos los vuelos chárteres privados entre ambos países en agosto de 2020. Se exceptuaron los vuelos públicos autorizados desde y hacia La Habana, y otros vuelos privados autorizados para fines médicos de emergencia, búsqueda y rescate, junto a otros viajes considerados “de interés para Estados Unidos”.

Trump activó el Título III de la Ley Helms-Burton en mayo de 2019, luego de más de dos decenios de hibernación, reforzando el bloqueo y la incertidumbre en las relaciones de empresarios extranjeros con Cuba.26 Como sus antecesores, renovó anualmente la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917.

El 11 de enero de 2021, solo a nueve días del cese en su cargo, incluyó a Cuba, nuevamente de forma arbitraria, en la espuria lista de “Estados patrocinadores del terrorismo”. Esto provocó el repudio inmediato de Cuba y el rechazo de numerosas personalidades y gobiernos, incluyendo al Secretario General de Naciones Unidas.

Las medidas adoptadas en Cuba en respuesta a la COVID-19, la crisis mundial provo- cada por esta, la mayor agresividad de Trump en correspondencia con los intereses de su base electoral cubano-estadounidense y de legisladores del mismo origen, provocaron que las tuercas de la maquinaria del bloqueo fueran significativamente reforzadas.

A pesar de la grave situación económica, la prioridad del gobierno cubano continuó siendo el ser humano y, en consecuencia, la pandemia no ha tenido efectos devastadores, ni tan negativos en términos humanos como en otros países.

Mientras la comunidad internacional demandaba, al menos durante la pandemia, el cese temporal de las medidas coercitivas unilaterales contra todos los países que las padecen, Trump agudizaba el bloqueo contra Cuba.

Especialistas de Naciones Unidas han pedido el levantamiento del bloqueo a Cuba en el con- texto actual, pues dificulta la respuesta humanitaria e impide ayudar a su sistema sanitario a responder a la COVID-19. 27 Una de ellas es Alena Douhan, Relatora Especial sobre las re- percusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos. Además de pedir en varias ocasiones el cese o suspensión de todas las sanciones unilaterales a todos los países, distribuyó un informe a la Asamblea General, con referencias particulares al bloqueo estadounidense a Cuba. 28

En ese informe se menciona la imposibilidad de utilizar el servicio de la plataforma digital Zoom por personas cubanas ni siquiera para celebrar reuniones virtuales y seminarios en la web, dirigidos a la educación y capacitación de médicos o para poner en práctica servicios de telemedicina.

Apunta también que por las regulaciones del bloqueo, a último momento, la empresa estadounidense contratada por el empresario chino Jack Ma para trasladar material médico en respuesta a la COVID-19, se negó a hacerlo. 29

Se rechaza que las empresas suizas IMT Medical y Acutronic Medical Systems no pudieran enviar equipo médico a Cuba luego de ser adquiridas por la empresa estadounidense Vyaire Medical Inc. Igualmente, la aplicación extraterritorial del bloqueo impidió a entidades bancarias suizas las transferencias de dinero a Cuba, imposibilitando la colaboración de MediCuba- Suiza y la asociación Suiza-Cuba con entidades médicas cubanas. 30

Se denuncia, además, el pedido del gobierno estadounidense a otros países de no aceptación de la ayuda humanitaria de Cuba, ni de equipos de médicos cubanos dispuestos a contribuir en otros países con la respuesta ante la COVID-19. En determinados casos, Cuba recibe fondos para compensar algunos de los efectos de las sanciones de Estados Unidos. 31

Se trata, sobre todo, de una campaña de brutales amenazas y de descrédito de la administración Trump a las Brigadas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve. Esas presiones extraterritoriales contra los servicios médicos cubanos en otros países también fueron expuestas en una investigación del New York Times, 32 donde Mark L. Schneider, exjefe de planificación estratégica en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y funcionario del Departamento de Estado en la administración Clinton, planteó: “En su afán por deshacerse de los médicos cubanos, la administración Trump ha castigado a todos los países del hemisferio, y sin duda eso ha significado más casos de COVID y más muertes de COVID. Es indignante”.33

Otra importante afectación a la salud del pueblo cubano fue denunciada por la directora general de FarmaCuba, empresa importadora-exportadora cubana de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica. 34 Una naviera con dos contenedores de materias primas no descargó en puerto habanero y retornó a su puerto de origen, por temor a sanciones estadounidenses. Esto significó carencia de medicamentos para la población y mayores costos para el país, pues se perdieron 30 días por la travesía, igual plazo para el regreso y nuevas gestiones de los proveedores y de la transitaria cubana para embarcarlos con otra naviera, con tardanza de 30 días más. 35

Citas y Bibliografia

1 OXFAM (2020). “El bloqueo de EE.UU. contra Cuba agrava la crisis por COVID-19 en la isla”. Con- sultado en: https://www.oxfam.org/fr/node/12203

2 Informe de Cuba (2020). En virtud de la resolu- ción 74/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Consul- tado en: http://www.minrex.gob.cu

3 William J. Clinton levantó el bloqueo de 30 años a Viet Nam en marzo de 1994, previo al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos estados. George W. Bush suspendió en junio de 2008 la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917 contra la República Popular Democrática de Corea, pero hasta hoy, no existen relaciones diplomáticas entre ambos países.

4 Obviamente, también por las características geográficas y físicas, por los niveles de desarrollo y por la posición hegemónica mundial de Estados Unidos. Por otra parte, las relaciones entre ambos países han estado marcadas por influencias recíprocas, dada su cercanía geográfica, la cual ha impulsado vínculos de consideración en diversos campos y en distintas etapas.

5 499 Memorandum From Deputy Assistant Secretary of State for Inter-American Affairs, Washington, April 6, 1960. Foreign Relations of the United States, 1958-1960, Cuba, Vol. VI. Consultado en: https://history.state.gov/historicaldocuments/ frus1958-60v06/d499

6 Valido, Ana María (2013). “Primer acercamiento al análisis y evolución de las regulaciones normativas y jurídicas en los Estados Unidos de América rela- cionadas con el bloqueo económico, comercial y fi nanciero impuesto a la República de Cuba”. Informe final de investigación, Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), La Habana, Cuba.

7 Basadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Estado y la Revolución. Llevarlas a la práctica ha sido más complejo de lo previsto y su ritmo más lento del necesario.

8 Rodríguez, José Luis (2021). La economía cubana en 2020 y perspectivas del 2021. Una evaluación preliminar, Observatorio Económico Latinoamericano (OBE- LA), 02/18/2021. Consultado en: http://obela.org/ documento/ciei/la-economia-cubana-en-2020-y-perspectivas-del-2021; Granma (2021). “Tarea Ordenamiento: Nuevas decisiones a partir de la voluntad del pueblo” (referido a las declaraciones de Marino Murillo en el programa de radio y televisión Mesa Redonda), La Habana, 11 de febrero de 2021.

9 Se manifestaba un crecimiento de la población latina en Estados Unidos, también en Florida, y no solo de la de origen cubano; cambiaron las percepciones sobre Cuba y el levantamiento del bloqueo por parte de las nuevas generaciones de cubano- estadounidenses y de los emigrados más recientes por razones económicas, distintas al llamado “exilio histórico”, lo cual se ha fortalecido con el incre- mento de los viajes a Cuba, la nueva ley migratoria cubana, las acrecentadas comunicaciones mediante las nuevas tecnologías y los contactos de todo tipo.

10 Domínguez, Ernesto (2017). “De Obama a Trump. La nueva política de Estados Unidos hacia Cuba”. América Latina y el Caribe: Una compleja transición. Anuario de la Integración Regional de América Latina y el Caribe, No. 14, 2017. Coordinado por Andrés Serbin (CRIES, Buenos Aires), Laneydi Martínez (CEHSEU, La Habana), Haroldo Ramanzini Júnior (UFU e INCT-INEU, São Paulo), Andrei Serbin Pont (CRIES, Buenos Aires). Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES); Hernández, Jorge (2015). “El conflicto Cuba-Estados Unidos: Asimetría histórica y límites político-jurídicos del cambio”. Revista Alegatos, No. 91, septiembre/diciembre de 2015, Universidad Autónoma Metro- politana, México; Rodríguez, Raúl (2020). “Estados Unidos, la administración Trump y su guerra económica contra Cuba”. Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano, No. 74, mayo de 2020. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Buenos Aires, Argentina; Ramírez, Elier (2016). “El legado de Obama en la política hacia Cuba”. Cubadebate, 2 de noviembre 2016. Consultado en: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/11/21/el- legado-de-obama-en-la-politica-hacia-cuba/

11 La apertura de las embajadas se produjo el 20 de julio de 2015 en Washington y el 14 de agosto de ese año en La Habana. Hasta la fecha no hay un Embajador estadounidense designado en Cuba, pues el Congreso vetó la designación del entonces Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, funcionario de carrera con rango de embajador, quien ya había desempeñado dos misiones como diplomático en Cuba en periodos anteriores. Debido a la negativa congresional, se desempeñó a partir de la apertura de la embajada como Encargado de Negocios. Donald Trump ni intentó designar embajador en La Habana.

12 Bajo su mandato se publicó en 2001 el Informe de la Comisión para Asistir a una Cuba Libre, un plan para el cambio del sistema socialista cubano. De allí derivó la prohibición de viajes “turísticos”, limitándolos solo a 12 categorías autorizadas, la “redefinición” estrecha del concepto de familia para los cubano-estadounidenses que solo podían viajar una vez cada tres años ; la reducción del monto de las remesas autorizadas y la imposición de más medidas para fortalecer el bloqueo. El propio George W. Bush tras el paso del huracán Michelle en noviembre de 2001, autorizó la venta de alimentos, productos agrícolas y medicamentos a Cuba. Estas se hacen al contado, sin créditos para su compra y solo en buques estadounidenses, los cuales regresan vacíos a su país, puesto que Cuba tiene impedida cualquier exportación a Estados Unidos. Este tipo de autorización se ha mantenido en lo fundamental en el tiempo, con estas mismas condiciones.

13 Visitas familiares; Trabajo oficial para el gobierno de Estados Unidos, gobiernos extranjeros y algunas organizaciones no gubernamentales; Actividad periodística; Investigación y reuniones profesiona- les; Actividades religiosas; Actuaciones públicas, clínicas, realización de talleres, participación en eventos deportivos u otro tipo de competencias o exhibiciones; Apoyo al pueblo cubano; Proyectos humanitarios; Actividades de fundaciones privadas, de investigación o instituciones educacionales; Exportaciones, importaciones o transmisión de información o materiales de información y Algunas transacciones para exportaciones autorizadas.

14 En todos esos años, los sucesivos gobiernos estadounidenses usaron diversos pretextos para mantener a Cuba en esa lista, rechazados tajantemente por el país caribeño, que sí ha sido víctima de terrorismo, incluyendo el de Estado, básicamente proveniente del propio Estados Unidos.

15 Se incrementaron los créditos a Cuba, en buena medida a partir de los procesos favorables de rene- gociación de la deuda oficial vencida. Además, se impulsó la inversión extranjera, todo lo cual contribuyó a que el crecimiento del PIB en el 2015 llegara a 4,4 %. Rodríguez García, José Luis (2019). El bloqueo económico de EE. UU. contra Cuba: Manipulaciones históricas y evolución reciente. Cubadebate, 5 de junio de 2019. Consultado en: http://www.cubadebate. cu/opinion/2019/06/05/-el-bloqueo-economico- de-ee-uu-contra-cuba-manipulaciones-historicas- y-evolucion-reciente.

16 En noviembre de 1966, durante la administración de Lyndon B. Johnson, fue aprobada por el Congreso estadounidense el Acta para ajustar el status de los refugiados cubanos a la de residentes permanentes legales de Estados Unidos, y para otros fines, conocida como Ley de Ajuste Cubano. Aprobada por motivos migratorios prácticos para Estados Unidos, pero sobre todo con un fuerte condicionamiento político contra el país caribeño, institucionalizó el tratamiento preferencial conferido por Estados Unidos a los migrantes procedentes de Cuba hasta la fecha. Solo para personas cubanas –no para las de ningún otro país –, permite que es- tas, luego de ingresar a Estados Unidos por vía legal o ilegal sean admitidas para su entrada y luego de permanecer allí, al cabo de un año y un día puedan recibir la residencia permanente.

Tras la llamada “crisis de los balseros” de 1994 y la firma de los Acuerdos Migratorios de septiembre de 1994 y de la Resolución Conjunta de mayo de 1995, ambos gobiernos deciden que a partir de este último año, las personas cubanas que arriba- sen a suelo estadounidense por cualquier medio, incluyendo a la vía marítima ilegal, podían solicitar la residencia al cabo del tiempo establecido (“pies secos”), mientras que las que fueran detenidas en el mar (“pies mojados”), por las autoridades de ese país serían devueltas a Cuba sin que se les impusiese sanción alguna a su regreso. El programa conocido como Parole de Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional Parole, CMPP), iniciado por la administración de George W. Bush en 2006, provocó la deserción del personal médico cubano en misión profesional en otros países. Para esto, solicitaban un permiso en un tercer país para ingresar a Estados Unidos y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.

17 Anteriormente, James Carter y William Clinton fueron los únicos presidentes estadounidenses opuestos públicamente al bloqueo, pero lo declararon tras cumplir sus mandatos.

18 Obama, Barack (2016). Directiva presidencial de política: Normalización de las relaciones entre Esta- dos Unidos y Cuba. La Casa Blanca, 14 de octubre de 2016. Consultado en: https://obamawhitehouse. archives.gov/the-press-office/2016/10/14/directiva-presidencial-de-pol%C3%ADticas-normaliza- cion-entre-estados-unidos-cuba

19 Interacción entre ambos gobiernos; Intercambio y conectividad; Expansión del comercio; Reforma económica; Respeto por los derechos humanos universales, las libertades fundamentales y los valores democráticos e Integración cubana a los sistemas internacionales y regionales.

20 Obama, Barack (2016). Directiva presidencial de política: Normalización de las relaciones entre Esta- dos Unidos y Cuba. La Casa Blanca, 14 de octubre de 2016. Consultado en: https://obamawhitehouse. archives.gov/the-press-office/2016/10/14/directiva-presidencial-de-pol%C3%ADticas-normalizacion-entre-estados-unidos-cuba.

21 Ídem.

22 Trump, Donald (2017). National Security Presi- dential Memorandum on Strengthening the Policy of the United States Toward Cuba. Consultado en: https://www.whitehouse.gov/the-pressoffi- ce/2017/06/16/national-security-presidential-me- morandum-strengthening-policy-united

23 Fueron detectados a fines de 2016, durante el gobierno de Obama (cuya administración no lo comunicó a Cuba). Se le informo al gobierno cubano en febrero de 2017, ya con Trump en el gobierno y se hicieron públicos en la prensa de ese país en agosto de 2017. El gobierno estadounidense los calificó de “ataques sónicos” y las investigaciones conjuntas solicitadas por Cuba para esclarecer los hechos no se aceptaron. Primaron los calificativos de la administración Trump e investigaciones parciales, muy cuestionadas por Cuba y por otros científicos esta- dounidenses y de otros países. En febrero de 2021, un informe secreto del Departamento de Estado desclasificado sugirió que su decisión de desmante- lar la Embajada de La Habana como reacción a unos supuestos “ataques sónicos” contra su personal diplomático, fue una “respuesta” política plagada de mala gestión, falta de coordinación e incumplimiento de procedimientos. Tras cuatro meses de trabajo, el informe interno señala que “El mecanismo de la causa de las lesiones es actualmente desconocido. Desconocemos el motivo de estos incidentes, cuándo comenzaron realmente, o quién lo hizo”. Vicent, Mauricio (2021). “Un informe secreto destapa los errores y excesos de Trump en la gestión del pre- sunto ‘ataque sónico’ en La Habana”, El País, 11 de febrero de 2021. Consultado en: https://elpais. com/internacional/2021-02-11/el-departamento- de-estado-critica-a-trump-por-la-gestion-del-presunto-ataque-sonico-en-la-habana.html

24 U.S. Department of State (2021). List of Restric- ted Entities and Subentities Associated with Cuba Effective January 8, 2021. Consultado en: https:// www.state.gov/cuba-restricted-list/list-of-restric- ted-entities-and-subentities-associated-with-cuba- effective-january-8-2021

25 El número de visitantes internacionales en el año 2019 decreció 9,3 % con respecto a 2018. El descenso se produjo, sobre todo, por las restricciones impuestas por Trump y la suspensión en el arribo de cruceros estadounidenses a partir de junio de ese año. Esta fue la causa principal de la disminución de visitantes cubano-estadounidenses y estadouni- denses en 49 % con respecto a 2018.

26 De inmediato, los países con “leyes antídoto” oficializaron su rechazo. El 17 de abril de 2020 se publicó la Declaración conjunta de la Alta Represen- tante / Vicepresidenta Federica Mogherini, y de la Comisaria Europea de Comercio Cecilia Malmström sobre la decisión de los Estados Unidos de aplicar el Título III de la Ley Helms Burton (Ley Libertad). Comisión Europea. Declaración. Bruselas, 17 de abril de 2019. Consultado en: https://eeas.europa.eu/ delegations/cuba/61185/node/61185_zh-sg. Al día siguiente, un Comunicado de Chrystia Freeland, ministra canadiense de Asuntos Exteriores, explicitaba la posición de ese país. Posteriormente, esas altas funcionarias emitieron una declaración común en igual sentido a nombre de la UE y Canadá. El 8 de mayo, las secretarías de Relaciones Exteriores y de Economía de México publicaron un comunicado conjunto de rechazo a la activación de esa ley y de defensa a sus ciudadanos en caso de ser afectados. (gob.mx/sre/prensa/posicionamiento-del-gobierno-de-mexico-sobre-la-entrada-en-vigor-del-titulo-iii-de-la-ley-helms-burton?idiom=es). Aún está por evaluar el impacto real que tendrá en los tribunales estadounidenses la demanda a empresarios extran- jeros que están amparados por leyes de sus propios países. Potencialmente, tendrá un efecto disuasorio sobre las inversiones extranjeras en Cuba.

27 Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2020). Estados Unidos debe levantar el embargo a Cuba para salvar vidas, en medio de la crisis de la COVID-19. 30 de abril de 2020. Consultado en: https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews. aspx?NewsID=25848&LangID=S

28 Naciones Unidas (2020). Asamblea General. Informe de la Relatora Especial, Alena Douhan sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos. Repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos durante la pandemia de enfermedad por coronavirus. Septuagésimo quinto período de sesiones. A/75/209. 21 de junio.

29 A fines de marzo, el fundador de Alibaba anun- ciaba el envío de 2 millones de mascarillas, 400 000 kits de diagnóstico rápido y 104 ventiladores a 24 países de América Latina y el Caribe para responder a la Covid-19, de los cuales presumiblemente llega- rían a Cuba 100 000 mascarillas y 10 kits de diagnós tico. Ante la negativa del buque estadounidense de trasladar los equipos y materiales a Cuba, Alibaba dispuso el envío de estos a otros países de la región. La investigadora cubana Lisset Robaina calculó que Cuba tuvo una afectación económica de 1 698 693 dólares estadounidenses, tomando como referen- cia que las cantidades que llegaron a un país con similares características (República Dominicana), fueron 15 kits para diagnóstico, 4 ventiladores y 50 000 mascarillas, tuvieron ese precio total.

30 Centre Europe-Tiers Monde (CETIM) (2020). Economic sanctions and Covid-19 pandemic. 11/5/2020. Consultado en: https://www.cetim.ch/25648-2/

31 Kornbluh, Peter (2020). Covid-19: Cuba Deserves Relief From US Sanctions. The Nation, March 31, 2020. Consultado en: htps://www.thenation.com/ article/world/coronavirus-cuba-sanctions-aid/.

32 Kirkpatrick, David D, José María León Cabrera (2020). “How Trump and Bolsonaro Broke Latin America’s Covid-19”. The New York Times, Octo- ber 27. Consultado en: https://www.nytimes.com/2020/10/27/world/trump-bolsonaro-corona- virus-latin-america.html

33 El texto del New York Times asume que por afinida- des ideológicas entre los presidentes Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro, y por presiones del primero desde antes de la irrupción de la Covid-19, socavaron la capacidad de América Latina para responder a la pandemia. Meses antes, se habían expulsado a 10 000 doctores y enfermeras cubanos de áreas empobrecidas de Brasil, Ecuador, Bolivia y El Salvador, sin reemplazo por especialistas nacionales de esos países.

Trump, tras retirar a su país de la OMS en plena pandemia, con el argumento de que la OPS había sido intermediaria en el convenio brasileño-cubano “para explotar a los trabajadores médicos cubanos”, congeló sus cuotas anuales de 110 millones de dólares, más de la mitad del presupuesto básico de esa entidad. Bolsonaro también congeló el pago de sus 24 millones de dólares en cuotas.

Por la presión del Congreso, la administración Trump desbloqueó 65 millones de dólares el 15 de julio, y se evitó la insolvencia de la Organización. Otros fondos se descongelaron al poco tiempo, después de una suspensión de aproximadamente tres meses, al costo del chantaje de Michael Pompeo, con la imposición de una “revisión externa” al programa brasileño-cubano mucho después de ser abruptamente cerrado. A pesar de la oposición estadounidense, Cuba fue electa a fines de septiembre de este año como uno de los tres integrantes del Comité Ejecutivo de la OPS.

34 Díaz, Yimel (2020). “FarmaCuba: Esquivando el bloqueo”. Trabajadores, La Habana, 26 de abril. Con- sultado en: http://www.trabajadores. cu/20200426/farmacuba-esquivando-el-bloqueo

35 La contracción de componentes e insumos y la escasez de otros suministros provocó la falta de 80 medicamentos en abril de 2019, de un cuadro básico de 801 en el país, 505 fabricados en Cuba y 296 importados. Rodríguez, José Luis, Silvia Odriozola (2020). Impactos Económicos y Sociales de la COVID-19 en Cuba: Opciones de políticas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Mayo 30/2020.

Continuará con 2da parte y final


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