Por Juan M Ferran Oliva,
El paraíso perdido - II
Damage control
Resultados de las reformas
AZÚCAR
Remesas
Petroleo
Turismo
El paraíso perdido - II
En 1986 se inició el llamado Proceso de
Rectificación. Pretendía liquidar males que formaban parte del paisaje
político y ya habían sido criticados en épocas anteriores. Se acentuaron los
prejuicios contra lo no estatal y fue suprimido el Mercado Campesino abierto
apenas 5 años atrás.
La susodicha Rectificación abortó debido a la
caída de la URSS. Por entonces la generosidad soviética estaría rebosando su
límite. Probablemente lo habría rebasado de no haberse eclipsado el mundo
socialista europeo. El comportamiento del PIB cubano en los años anteriores a
1991 así lo sugiere. Su evolución durante el periodo 1959-1990 muestra
que tras su despegue alcanzó los subsiguientes momentos de aceleración,
crecimiento, desaceleración, estancamiento y decadencia. Mantuvo un crecimiento pobre hasta 1970 y
posteriormente tuvo dos puntos de inflexión: uno alrededor de 1971 tras el cual
se aceleró y otro en 1985, fecha en que se estancó e inició un declive hasta
1990 o un poco antes. Esta trayectoria puede ser reflejada por una
Curva en forma de S. Su adaptación a un modelo matemático sugiere
que se acercaría, sin sobrepasarlo y con
un 95% de probabilidades, a un tope situado a un nivel de 36.000 millones pesos
El colapso del campo socialista europeo precipitó los acontecimientos. El
Anexo 3, así lo sugiere.
El crecimiento acelerado de los desbalances
comerciales externos, acentuado a partir de 1984, fue el primer síntoma de la
crisis que se avecinaba. Finalmente estalló a fines de 1990. Periodo
Especial fue el nombre dado a la crisis derivada de tan grave
acontecimiento. La denominación está vinculada a los planes de supervivencia
previstos para condiciones de agresión. Se trata de un régimen que alude a la resistencia en condiciones de paz,
pero con dificultades parecidas a las
que originaría un cerco militar. Fue decretado en agosto de 1990. Entre ese año
y 1993 la economía cubana experimentó un trauma brutal. Los poco más de 8.000
millones de dólares importados en 1989 se redujeron a unos 2.200 millones en
1992. Por añadidura, este último año y hasta mediados de 1993 fueron escenario
de una severa sequía y de la llamada Tormenta del Siglo que barrió
longitudinalmente la isla y provocó daños estimados en unos 1.000 millones
dólares[1].
Las zafras de alrededor de 7 millones TM se redujeron a 4.3 millones TM
en 1993 como consecuencia del déficit de fertilizantes y otros problemas.
También bajaron los precios del níquel, debido a que los ex países socialistas
lanzaron al mercado sus reservas. No fue el único renglón exportable importante
y prácticamente todos los demás sufrieron afectaciones de precios.
Los divisas convenio o rublo dejaron de existir, con sus ventajas y
defectos. Surgió el impostergable
problema de la adquisición de divisas convertibles. Por otra parte los
precios del petróleo subieron. Ello no
fue problema mientras duró el acuerdo de precios resbalantes con la
URSS pues al elevarse el costo del
petróleo aumentaban paralelamente los precios preferenciales pagados por los
productos cubanos[2].
Pero no se trataba sólo de combustibles, se necesitaban divisas para alimentos,
medicamentos, materias primas, recambios, inversiones…todo. Era indispensable buscarlas.
Las gravísimas consecuencias del desastre fueron
expuestas por el propio Fidel Castro[3]:
Cuando se produjo la desintegración de la Unión
Soviética, que fue para nosotros como si dejara de salir el sol, la Revolución
Cubana recibe un golpe demoledor. No sólo se tradujo en un cese total de los
suministros de combustible, materiales y alimentos; perdimos los mercados y
precios alcanzados para nuestros productos en el duro bregar de la lucha por la
soberanía, la integración y los principios.
Dos años más tarde, ya en su condición de jefe de
Estado, Raúl Castro[4] reiteraba el mismo tema recalcando la caída
del 35% del PIB y del 85% de mercados perdidos con los principales renglones
del azúcar, níquel, cítricos y otros, todos con precios protegidos superiores
al mercado mundial y con menos exigencias de calidad y competitividad. Se
refería a que en dichas transacciones -
regidas por un carácter más político que económico - no primaba la calidad ni el precio sino el
acuerdo establecido. Los cítricos y el azúcar, entre otros, eran ejemplos.
También hizo alusión a la interrupción de inversiones estratégicas como la
central electro nuclear, la refinería de Cienfuegos (más tarde terminada y
puesta en explotación en asociación con Venezuela), la paralización de cientos
de fábricas, el colapso del transporte y la agricultura aquejados por la
interrupción de suministros. Se refirió también al abrupto
deterioro cuantitativo y cualitativo de
la alimentación de nuestro pueblo hasta niveles por debajo de la nutrición
recomendada.
Con tales acontecimientos Cuba perdió el cómodo pero
nocivo paternalismo que la amparó durante 40 años. Terminaron los tiempos de
los créditos prontos, la posposición de deudas, los súper precios protegidos,
los abastecimientos abundantes, el suministro tecnológico (frecuentemente
obsoleto), las producciones cooperadas, la formación de personal, etc.. A lo
largo de ese prolongado lapso Cuba intentó incrementar las relaciones
económicas con el área capitalista que aportaba
tecnología de avanzada. El resultado no fue exitoso y la proporción de
comercio con los países del rublo fue cada vez mayor y devino un círculo vicioso
generador de ineficiencia económica y escasa competitividad. Dos atributos negativos que no favorecerían al
país en las nuevas condiciones que surgirían después de la caída del campo
socialista.
Tan crítica situación despertó ansias de soluciones
extraordinarias. En el entorno del Aniversario
Cuarenta del Asalto al Cuartel Moncada, surgió la expectativa de supuestos paquetes de medidas
milagrosas. No hay tales paquetes,
señaló Fidel en su discurso en el acto conmemorativo de dicho aniversario, el
26 de Julio de 1993, También se refirió a
la tónica económica impuesta por las circunstancias[5].
Nosotros tan doctrinarios y tanto que combatimos la
inversión de capital extranjero, verla ahora como una necesidad imperiosa, al
desaparecer el campo socialista, de donde recibíamos fábricas, créditos,
montones de cosas y de donde ahora no recibimos nada….. Pues bien, mayor
apertura para las inversiones extranjeras es una de las fórmulas que hoy
tenemos dentro de la difícil situación que afrontamos.
Las previsiones del Proceso de Rectificación iniciado
en 1986 quedaron arrinconadas por los nuevos y graves problemas que se le
presentaban a la economía cubana que no estaba preparada para afrontar la nueva
situación[6].
Damage control
El Periodo Especial significó una suerte de damage
control que obligó a la adopción de modificaciones –algunas impensables –
en el modelo al uso hasta entonces. Sin abandonar el proyecto de etiqueta
socialista se intentó adaptarlo a las nuevas condiciones. Las
medidas implicaron la incorporación de mecanismos ajenos a la lógica
centralizadora, debidamente descafeinados. Para
algunos constituyó un retroceso teórico, para otros una oportunidad de superar
el dogmatismo.
Una reforma en la Carta Magna de la República en agosto de 1992 tuvo el propósito de abrir
la puerta a cambios. Uno de los más notorios fue el reconocimiento de nuevas
formas de propiedad y el fin del monopolio estatal del comercio exterior.
El
pragmatismo inicial promovió el turismo internacional, antes restringido al
área del desaparecido Campo Socialista. También la comedida apertura económica
a la inversión extranjera. Todo combinado con la asunción del Estado –vía
presupuesto - de los efectos sociales de
la crisis.
Con
el nuevo siglo concluían las principales reformas. Dio inicio entonces una
reconsideración de medidas discordantes.
Muchas fueron impuestas por la fuerza de las circunstancias y ante una
mejoría real o aparente de la economía se consideró llegado el momento de
ponerles coto.
En lo que respecta al PIB, a mediados del año 2004 se
recobraría la cota de 1985[7].
Una convención indulgente pudiera aceptar el hecho como una recuperación, pero
simplemente se rescataba un nivel muy anterior sin rellenar el profundo socavón
de los años perdidos[8].
Resultados de las reformas
Las modificaciones en el modelo soviético generaron transformaciones importantes en la
economía tradicional del país. Renglones históricos, como el azúcar, cedieron
su paso al turismo internacional. El petróleo como factor estratégico
constituyó una variable externa fundamental. Las remesas desde el exterior se
convirtieron en una importante pieza de la recaudación de divisas. La
agricultura, elemento vital, continuó su peregrinar en busca de suficiencia y
eficiencia. Una variante totalmente nueva e impensada años atrás, fueron las
inversiones de capital extranjero.
AZÚCAR
En el paso del azúcar de locomotora de la economía a
vagón de cola, influyeron los costos de producción y los precios. Una economía
abierta no vive de lo que exporta, como habitualmente se dice, sino de la
diferencia entre sus costos de producción y los precios que logra en el
mercado.
Según estudios[9],
los costos de producción del crudo en Cuba debían ser superiores a 10 centavos
por libra (224 $/TM)[10]
entre los años 1995 al 1999. En esa época los precios del mercado mundial se
movieron entre 6,6 centavos y 12,25 centavos por libra(148 $/TM y 274 $/TM).
Años más tarde y hasta 2008, fueron algo superiores, sin ir más allá de los 15 centavos/libra(336 $/TM) en ocasiones
contadas.
Entre 2005 y 2006 los 16 productores más eficientes
del mundo estaban encabezados por Brasil y entre ellos se hallaba China. Todos
a partir de caña. En el lugar 17 estaba el Reino Unido, con azúcar de
remolacha, y Cuba en el lugar 20.
En las nuevas condiciones no era posible regresar a zafras
al viejo estilo ni al de la etapa previa a 1959. La actividad requería enormes
gastos inversionistas y operativos. La baja eficiencia generaba un círculo vicioso. La ausencia o
estrechez de ganancias acarreaba insolvencia y ello dificultaba o impedía el acceso a créditos. Tal situación
impedía modernizar y hacer funcionar la enorme industria
existente que, sólo en petróleo diesel,
requería más de 450.000 TM anuales.
A partir de 1996 comenzaron a paralizarse
centrales y en el año 2000 algo más de
50 no trabajaban por falta de caña. Para colmo en los años 2001 y 2004 los
precios internacionales del azúcar bajaron a alrededor de 6 centavos por libra (132 $/TM). A su vez se
producía el acrecentamiento de precio en los combustibles fósiles y en los fletes,
y se estimulaba la producción de
antiguos importadores tradicionales.
Entre 1997 y
2002 la producción azucarera cubana bajó a un promedio de alrededor de 3
millones TM, casi la tercera parte de su capacidad máxima y la mitad de lo
logrado en la década de los años 80.
No le sería fácil al gobierno tomar las dolorosas
decisiones que siguieron. El redimensionamiento de la actividad implicó la
reducción de alrededor de la mitad de los empleados del enorme aparato integrado azucarero. Fueron reorganizados el
sistema empresarial, los institutos de investigación y desarrollo, y de
capacitación.
En abril de 2002 se inició la reestructuración de la
industria. En dos etapas que terminaron en diciembre de 2007, fueron
eliminados 94 centrales con sus
1.340.000 ha de tierras de los que dependían 109,000 trabajadores[11].
Éstos y algunos de sus familiares se incorporaron al estudio para adaptarse a
nuevas actividades. Se mantuvieron los salarios y las actividades accesorias
pasaron a los organismos correspondientes: puertos, vías férreas, caminos,
medios de transporte ferroviario y automotor, servicios de electricidad,
oficinas de proyectos, plantas mecánicas, acueductos, telefonía, recogida de
basura, etc.
La reestructuración implicó que del fondo inicial de
2.100.000 ha de tierra quedaran 760.00 ha dedicadas a caña y otras 1.340.000 a
labores agropecuarias[12].
La
producción de combustible a partir de la caña y otros vegetales es
polémica. Autores opinan que es una opción adecuada al problema energético.
Otros consideran que es perjudicial y que redundará en el encarecimiento y
escasez de alimentos. Este último
criterio es sostenido, precisamente, por Fidel Castro.
La extensión de Brasil le permite disponer de caña abundante
y desde hace muchos años emplea parte de ella en la fabricación de alcohol
combustible[13].
Estados Unidos también lo obtiene pero a
partir de maíz y a un costo superior al brasileño. Este último es competitivo
con el petróleo mientras los precios se mantengan por encima de 40$/barril;
para el norteamericano ha de ser 60$/barril. La caña ha dejado de tener al
azúcar como objetivo único o principal. Durante muchos años Luisiana dedicó sus
centrales a la producción de mieles para el ganado. En todos los casos el
bagazo y otros subproductos tienen la aplicación habitual. Son alternativas y
no las únicas. Dependen de factores no siempre presentes o abundantes en Cuba,
como es, fundamentalmente, el caso de las tierras y el capital.
Según un viejo refrán catalán anterior a la ecografía,
después que un bebé nace es fácil determinar si es hembra o varón. Quizás
los elevados precios alcanzados por el azúcar en el mercado mundial a mediados
del 2010 no eran predecibles una década antes. Pero la decisión de dedicar una
parte de las cosechas a combustible oficializada
durante el gobierno de G.W Busch en Estados Unidos, sugirió que la oferta de
alimentos se reduciría y ello afectaría los precios. Al
finalizar la primera década del siglo XXI los precios se reanimaron y oscilaban
entre los 14 centavos por libra ($308/TM) hasta los 30 centavos por libra
($(660/TM)[14].
Lamentablemente, Cuba no pudo aprovechar tal coyuntura. Había perdido su
condición de gran productor azucarero.
Remesas
Cuando en agosto de 1993 se
eliminó la prohibición de poseer divisas brotó una importante fuente de
ingresos para el país. Los cubanos del exterior comenzaron a remesar dinero
extranjero a sus parientes en la isla. Con anterioridad las transferencias
bancarias eran cambiadas a la par por pesos cubanos que en el mercado negro
llegaron a cotizarse a más de 100 por un dólar. La tenencia de divisas era
penada severamente. Finalmente el peso se estabilizó a alrededor de 25 por
dólar y la legalización de su circulación, unida al establecimiento de redes
comerciales en esa moneda, provocaron el boom de los envíos. Las vías usuales
son los mecanismos bancarios normales, las remisiones desinteresadas y las
operaciones clandestinas mediante cobro
de comisiones, generalmente altas.
La comunidad cubana en
Estados Unidos agrupa a los primeros exiliados políticos pero también a una
mayoría de emigrantes por razones económicas. Los Cuban
American se estiman en más de 1.6
millones[15]. Quizás los radicados en otras latitudes
redondeen la cifra en unos 2 millones. Se estima
que el 80% de los emigrados radica en Estados Unidos, un 8% en España y resto en otros paises[16].
Las remesas que envían estos
cubanos a sus familiares en la isla constituyen una de las fuentes de más peso
en el vital ingreso de divisas. En el año 2005 el 81% de los envíos procedía de
Estados Unidos y el 53% en el 2009. En iguales fechas los radicados en España
enviaron el 12% y el 23% de remesas respectivamente. La cantidad promedio
recibida en cada envío fue de unos $150 con
una frecuencia de 6 u 8 veces por año[17].
Las remesas enviadas de estos
emigrados oscilaron alrededor de los $ 900.000.000 anuales en 2009 y años
anteriores[18]. La cantidad puntual no se conoce pues no todos los envios
siguen la via oficial registrada estadisticamente.
Petroleo
Si el azúcar fue la piedra angular de las
exportaciones cubanas, el petróleo lo fue de las importaciones. Desde 1959 la
vida económica del país ha girado en torno a este combustible, origen de graves
crisis y al mismo tiempo de soluciones sui generis.
Una de las medidas revolucionarias que despertaron las
iras de Washington a principios de los sesenta, fue la nacionalización de las
refinerías norteamericanas en la isla tras haberse negado a procesar crudo soviético. Cuando la URSS comenzó
a suministrar petróleo a Cuba lo hizo a precios preferenciales que fueron
mejorados con el tiempo. También renovó otras condiciones comerciales como fue
la aplicación de los llamados precios resbalantes, que beneficiaban las
exportaciones cubanas y no afectaban los términos de intercambio. A partir de
1980 dio inicio la singular y generosa práctica de pagar a Cuba, en divisas
libremente convertibles, todo el petróleo que la isla pudiese ahorrar respecto
a lo pactado. La URSS enviaba el físico a terceros países y trasvasaba los
beneficios a Cuba donde eran registrados como exportaciones de petróleo.
Estas reexportaciones tuvieron un peso decisivo
en la balanza de pagos cubana y durante aquellos años llegaron a representar
alrededor de la tercera parte, y más, de los ingresos totales en moneda
convertible del país. En 1984 y 1985 casi llegaron a la mitad.
Al desaparecer la URSS cesó este apoyo peculiar. La
crisis de suministro finalmente fue
resuelta con Venezuela. En los últimos años se recibe petróleo de ese país,
también a precios preferenciales y dentro de la política de colaboración de los
movimientos integracionistas propugnados por la nación bolivariana.
Una ayuda notable al problema del suministro petrolero
la ha aportado el incremento de la extracción interna. Se ha pasado de niveles de
extracción inferiores al millón de TM en los años en que se inició la crisis –
1989 a 1991- hasta más de 3 millones en años recientes. Con ello se cubre poco
menos de la mitad de las necesidades del
país. Es uno de los logros económicos más destacados de Cuba en los últimos
años. Quizás no ha tenido la divulgación que merece.
Los
precios del petróleo juegan un papel importante en su adquisición. En 1958 la
TM costaba $21 en el mercado mundial. En años posteriores bajó y llegó a
niveles algo inferiores a $20 hasta 1970. Pero en los años sucesivos los
precios se incrementaron. En 1975 llegaban a casi $40; y entre 1984 y 1987 se
movían alrededor de los $190. Con posterioridad a 1990 y debido a distintas
causas – guerras, agotamiento de reservas y otras contingencias – los precios
adquirieron niveles astronómicos y llegaron a trastornar la economía mundial.
En los alrededores del 2009 y el 2010, se mueven alrededor de los $600 por
TM y aun más. Cuba sufrió todos esos embates
y ha logrado equilibrar su abastecimiento, a precios preferenciales – aunque
muy elevados respecto a épocas anteriores -
gracias a los acuerdos con Venezuela, y
la extracción propia. Con todo, en la actualidad, el abastecimiento de
petróleo implica que se le dedique una gran parte de las divisas adquiridas en
el exterior.
Turismo
Entre 1915 y 1930 el turismo calificó como la tercera
fuente de divisas cubana. Le antecedían el azúcar y el tabaco. La isla era la
mayor recepcionista de visitantes extranjeros de todo el Caribe. Ello se debió a su cercanía a Estados Unidos,
su relativo buen nivel de salubridad, y la Ley Vorstead, más conocida
como Ley Seca. Pero la prohibición alcohólica cesó y sobrevino la Gran
Depresión. En los años siguientes las visitas
norteamericanas bajaron sensiblemente. En las décadas de los 30 y los 40
mantuvo un nivel discreto que se destapó después de la II Guerra Mundial. El
auge tuvo que ver con el juego, la prostitución y las drogas. Fue propiciado
por mafiosos norteamericanos. En 1957 llegaron 275.000 turistas[19].
Estas lacras y
el tipo de visitante indeseable que las seguía fueron eliminadas al triunfo de
la Revolución y cesó el turismo norteamericano que representaba el 90% del
total. Por otra parte el gobierno norteamericano impuso severas restricciones
en tal sentido. Entonces se produjo un reparto de los despojos, como también ocurrió con la cuota azucarera. Puerto
Rico, Bahamas e Islas Vírgenes fueron los más beneficiados.
La época en que Cuba tendía
a convertirse en un gran casino con el rumboso auspicio de la mafia, coincidió
con la aparición del turismo masivo a escala internacional. Creció el número de
personas con buenos ingresos que disponían de más tiempo libre y estalló una
demanda creciente de vacaciones en el extranjero. El turismo dejó de ser
elitista. En 1950 se registraron mundialmente 25 millones de viajeros. En 1970
eran 166 millones y en 2009 llegaban a 922 millones[20]. Actualmente – 2014- deben estar superando los
1.000 millones. La elasticidad ingreso de
la actividad es elevada. Se ha convertido en una forma de redistribución a
nivel universal pues traslada a otros
territorios la renta ganada en los lugares de origen. De este modo ha salvado
la economía de muchos países pobres. Dentro del capítulo de las exportaciones
mundiales va por delante del petróleo, los automóviles y los equipos
electrónicos[21].
El Caribe se convirtió en un
destino. Territorios pequeños, pobres, aislados y sin mayores recursos
devinieron ricos gracias a la magia de su tropicalidad. En la propia
época Cuba constituyó una cápsula política desconectada del mundo capitalista.
El Caribe insular recibe más de 20 millones de
turistas anualmente. En la zona continental, Quintana Roo, México, recibe unos
11 millones y cerca de 8 millones van a Centroamérica. Estos destinos no incluyen toda el área pero
dan un imagen de su potencialidad. Falta considerar cuantos van a las zonas
atlánticas de EEUU, a otras del propio México, y a las de Venezuela y Colombia.
Sin embargo el potencial cubano es considerable y supera al de la mayoría de sus
vecinos: extensión territorial, población instruida, cultura, patrimonio
natural e histórico, salubridad, seguridad ciudadana y servicios médicos. En un
principio su alejamiento de tan rica fuente de negocios fue forzado, pero
posteriormente, bajo el paraguas soviético, quizás se prefirió el aislamiento
de contaminaciones políticas.
La actividad turística internacional cubana
prácticamente desapareció durante varios lustros. En la década de los 90
resurgió impulsada por la política de cambios. Ya en 1999 la participación del
turismo representó el 43% de los ingresos en la Balanza de Pagos. En 2013 se sobrepasaron ampliamente los 2
millones de visitantes. En los últimos años la actividad se convirtió en un
elemento estructural.
Comoquiera que sea Cuba llegó tarde al reparto del
turismo caribeño. Al eclosionar la crisis de
1990, el turismo capitalista fue una de las alternativas más prometedoras. Con
anterioridad la actividad no despertó entusiasmo en la dirección del país. Ello
se refleja en la siguiente cita del jefe
de gobierno cuando explicaba las medidas adoptadas ante la crisis de 1990[22].
Nos habría gustado depender menos del turismo y
durante más de 20 años la Revolución trabajó para el turismo nacional, no para
el turismo extranjero. Realmente si tuviéramos el petróleo de Kuwait o de otros
países, nosotros habríamos desarrollado el turismo casi exclusivamente para el
disfrute de los nacionales del país, pero las circunstancias actuales nos
obligan a desarrollar el turismo, fundamentalmente para disfrute de los
turistas extranjeros, y tratar de captar aquellas divisas convertibles que nos
resuelvan otros problemas más urgentes que practicar el turismo.
En su regreso al mundo del turismo, Cuba apeló a
inversiones propias, asociación con capital extranjero y contratos de
administración. Desarrolló la infraestructura necesaria y adquirió la
tecnología de servicios y de marketing al uso. La actividad abrió oportunidades
de negocio para el Estado, fuentes de
empleo abundantes y contribuyó a engrosar la circulación interna de divisas.
En los últimos años el turismo se ha convertido en la
nueva locomotora de la economía cubana y dejó de ser un elemento coyuntural para convertirse en
estructural.
Burlando prohibiciones y penalidades, unos 50.000
norteamericanos visitan anualmente Cuba. Una cifra que ronda entre 300.000 y
cerca de un millón de integrantes de la comunidad cubano americana también lo
hace[23].
Puede considerarse que el bloqueo norteamericano a quien más perjudica es al turismo. En 2008 viajaron al
Caribe 13.6 millones de norteamericanos y solo los pocos señalados
anteriormente se expusieron a ser sancionados por hacerlo. De no existir
restricciones ¿Cuántos de ellos vendrían
a Cuba? Cualquiera que sea la respuesta
no ha de perderse de vista que las holguras de
capacidad de alojamiento actual no son muchas. Algún bromista ha dicho
que si se rompe el bloqueo y comienza la avalancha turística norteamericana, el
gobierno cubano se verá obligado a rogar a la ciudadanía que alquile cuartos y
camas.
Continuará
[1] Castro Ruz, Fidel. Discurso del
26 de Julio de 1993. XL Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y CM de
Céspedes. Santiago de Cuba. Teatro Heredia. Versiones taquigráficas Consejo de Estado. Publicado en toda la
prensa nacional.
[2] Castro Ruz, Fidel. Discurso del
26 de Julio de 1993. XL Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y CM de
Céspedes
[3] Castro Ruz, Fidel. Reflexiones de Fidel tituladas Lula, Tercera
Parte, Juventud Rebelde enero 27 de
2008. A raíz de un encuentro entre Fidel y el mandatario brasileño en La
Habana, el dia anterior.
[4] Castro Ruz, Raúl. Discurso
Clausura del IX Congreso de la UJC. Abril 4 de 2010, publicado al día siguiente
en Granma.
[5] Castro Ruz, Fidel. Discurso del 26
de Julio de 1993 .XL Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y CM de
Céspedes
[6] La caída del campo socialista
tuvo también connotaciones ideológicas que van desde la frustración respecto a
un modelo que los hechos convirtieron en utópico, hasta la voluntad de
continuar buscando un camino hacia un mesiánico cielo en la tierra.
[7] De haberse tomado el per cápita
ello hubiera ocurrido al año siguiente: 2005
[8] Quien redacta el
presente trabajo elaboró en 1999 un ensayo titulado La Extinción del Periodo
Especial A partir de la concatenación
entre el PIB y las variables más significativas de la economía exterior,
pronosticaba un momento de extinción que, convencionalmente, sería aquel en el
cual se recuperara el nivel de 1985. Se tomaron tres escenario cuyos puntos de
extinción fueron, respectivamente, el año 2006 para el Escenario Base, el año
2004 para uno Optimista y el 2010 para otro Pesimista. El trabajo fue enviado al Concurso Julio 1999 de la Editora Política
donde ganó una mención en el género ensayo, único galardón concedido ese año en
dicha categoría, pero no fue publicado por los promotores del Concurso. Al año
siguiente fue incluido dentro de una colección de 9 ensayos sobre la economía
cubana publicado por el Dr Jürgen Bähr,
del Geographisches Institut de la Christian-Albrechts-Universität Zu Kiel.
titulado La Larga Marcha desde el Periodo Especial hacía la normalidad- Un
Balance de la transformación Cubana. Kiel 2000. Pág. 173-215.
[9] S. Haley, US and World Sugar and HFCS Production Costs. 1994/95 -1998/99. Sugar and
Sweetener Situation &Outlook, set. 2001 ERS/USDA. Citado
en Costes de producción del azúcar: Un
estudio marco inicial. Comité de evaluación del mercado. Consumo y estadística.
International Sugar Organization ISO.
Londres. 2 de abril de 2004. Pág. 1
[10] El promedio para los principales
exportadores era 9,73 centavos y 10,6 centavos. Pero en el grupo están los más
eficientes, por lo que Cuba,
probablemente estará por encima del promedios señalado.
[11] Labrada Fernández, Nelson, y
Sáenz Cooopat, Tirso. Agroindustria Azucarera. En Estructura Económica de Cuba
2008. Colectivo de Autores. Centro de Estudios de Economía y Planificación Juan
F. Noyola. Editorial CEEP. La Habana. 2010.
[12] Labrada Fernández, Nelson, y
Sáenz Cooopat, Tirso. Agroindustria Azucarera. Obra citada
[13] ARCE Asociación de Revistas
Culturales de España. www.revistasculturales.com
[14] Cable de PL. Washington Oct. 7 de 2010.
[15] El término cubano-estadounidense, o Cuban
American, se utiliza para referirse a las personas de origen cubano que viven
en Estados Unidos. Wikipedia ofrece las cifras señaladas de residentes.
[16] Migrants. Developemen Research
Center on Migration, Globalization and Poverty. Global Migration Database
Version. http//www.migrationdr.ocrg/.
[17] Tomado de The Cuban Condition: Migration,
Remittances, and its Diaspora. Una primera versión se
presentoo por Manuel Orozco en la
confeerencia El Caribe en su Insercion Internacional. De febrero 3 y 4 del.
2009. Patrocinada por CIPR/CIAPA, San
Jose, Costa Rica. El survey abarco 500
cubanois, 300 en EEUU y 200 en Cuba, durante diciembre de 2008 y enero de 2009.
Como referencia toma un surver similar hecho en 2005.
[18] Population.
American Community Survey. 2006. Remittances
Surveys of Senders and Recipients, 2005 Y 2009
[19] Figueras, Dr. Miguel Alejandro.
Décadas Cuba-Caribe Caribe-Cuba. Julio 13/2010 Convención Internacional de
Temas Turísticos. Palacio de Convenciones de la Habana. Del propio autor: El Turismo Internacional en la Economía
Cubana. Febrero 2001. Ministerio del Turismo.
[20] Datos de la Organización Mundial del Turismo. Informes de
OMT de 2009.
[21] Gutiérrez Castillo, Orlando;
Gancedo Gaspar, Nélida. Cuba, Turismo y Desarrollo Económico.
[22] Castro Ruz, Fidel. Discurso del
26 de Julio de 1993. XL Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y CM de
Céspedes
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