La
reforma monetaria, y sobre todo la cambiaria, que ejecutar está, en primer
lugar, en el orden de los pasos que dar, porque entiendo que es el principal
nudo gordiano que desatar por su papel negativo en la existencia de los
problemas actuales; así como por su influencia en el resto de las medidas que
tomar y los objetivos que lograr. La situación monetaria y cambiaria es causa
de la falta de confiabilidad y transparencia contable y estadística de la macro
y la microeconomía, no proporciona un punto de partida ni constituye una
brújula de fiar a la hora de tomar las principales decisiones en el terreno de
la planificación económica; entorpece la gestión, oscurece y distorsiona datos
acerca de los resultados económicos –que en muchos casos son engañosos y alejados
de la realidad–, desestimula las exportaciones y la inversión extranjera,
estimula las importaciones, es desmotivante para lograr incrementos en la
productividad y la producción en el fundamental sector estatal y en general del
país; asimismo, es un factor que contribuye a la creciente desigualdad
socioeconómica y es caldo de cultivo para la corrupción imperante.
Las presentes
reflexiones y sugerencias para la ejecución de esa pendiente Reforma Monetaria
y Cambiaria forman parte de un conjunto que constituye un programa Integral de
cambios y medidas, algunas de ellas tan fundamentales y apremiantes como
la propia reforma. Esta las encabeza cronológicamente, pero solo resultaría
viable y exitosa si se aplica en el contexto del resto de las medidas y en
estrecha interdependencia con ellas, pues todas conforman un sistema de
antecedentes y consecuentes que se influencian entre sí. Asumida de manera
aislada, lo que sugiero para el tema monetario y cambiario pudiera resultar
inadecuado y hasta contraproducente.
El primer paso de mi
propuesta, antes de modificar las tasas cambiarias, es eliminar la circulación
y existencia del CUC, dejando únicamente al CUP como moneda legal, con curso
forzoso y fuerza liberatoria ilimitada para enfrentarse a las divisas extranjeras
cuya circulación como medio de pago en efectivo se mantendría ilegal, lo que es
habitual en casi todos los países del mundo. Este primer paso se daría
tanto para las relaciones interempresariales como para las relaciones con la
población, en un plazo de 2-3 meses, aunque este pudiera discutirse.
Después de este
primer paso, que se enfocaría exclusivamente en la unificación monetaria, al
existir una sola moneda nacional (el CUP), se iniciaría un proceso de creación
de condiciones para proceder a la modificación de las tasas de cambio, proceso
que estimo debe durar aproximadamente un año, que debe concretarse a partir de
un 1 de enero, para que coincida con el inicio del Plan Anual dado.
El paso para la
eliminación del CUC se haría utilizando las tasas actuales para la conversión a
CUP de todas la tenencias de esa moneda en bancos y domicilios que posea
la población, respetando lo prometido por la Dirección del país en este
sentido. Para la conversión a CUP de todos los registros contables y estadísticos
y cuentas bancarias que se tengan en el sistema empresarial también se
emplearían las tasas actualmente vigentes en las relaciones interempresariales.
Se exceptúan las empresas extranjeras y las mixtas que podrían mantener cuentas
bancarias y registros contables en divisas.
Consideramos que la
unificación monetaria es un desbroce necesario, similar al que se hace en
cualquier terreno en el que se va a construir algún inmueble, limpiándolo
previamente de arbustos, yerbas, piedras, escombros y basuras antes de empezar
a fundir los cimientos; y la entendemos como un paso relativamente simple, pues
en la práctica la actual existencia de dos monedas nacionales es solo formal.
En las relaciones con
la población, en todos los mercados minoristas de productos y servicios,
estatales o no –con la excepción de alguna administración burocrática aislada–,
actualmente se pueden hacer los pagos indistintamente en una u otra moneda a
una tasa predominantemente de 1x24, aunque oscila entre 1x23 y 1x25 y hasta de
1x20 cuando se usa la moneda fraccionaria del CUC.
En esta esfera, el
mantenimiento de dos monedas solo genera trabajos y gastos innecesarios en los
establecimientos minoristas de bienes y servicios, sobre todo estatales, al
tener que denominar los productos y servicios en oferta con dos precios, en las
cajas a la hora de los pagos, etc., lo que crea confusiones innecesarias y
condiciones para las equivocaciones, el fraude, las “multas” en los precios y
otras formas de ilegalidad y corrupción.
En las Casas de Cambio
(CADECA), cuando alguien se presenta a cambiar cualquier divisa extranjera y le
entregan la cantidad de CUC pertinentes a la tasa vigente del día, sin
apartarse de la ventanilla e inmediatamente, el solicitante puede cambiar todos
los CUC recibidos a moneda CUP a la tasa de 1x24. Se trataría pues simplemente
de eliminar el primer paso, puramente formal, y entregar directamente los pesos
nacionales a la tasa que corresponda ese día para la relación divisa
extranjera-CUP. El CUC solo se utilizaría por el Banco como base intermedia de
cálculo para determinar las tasas a utilizar en el cambio de divisas por CUP.
En los momentos
actuales, en alguna de las instancias de su estructura del sistema empresarial
se consolidan y llevan todas sus cuentas a CUP, para integrar sus
balances y tributar sus aportes y datos a las Cuentas Nacionales del país. Lo
que se realiza en dos monedas son los registros primarios, algunas cuentas
intermedias y lo depositado en cuentas bancarias. Se trataría entonces de
uniformar todos los registros primarios de inventarios, medios básicos,
depreciación, etc., y todas las cuentas de activos y pasivos desde la base en
moneda CUP, utilizando las tasas actuales de 1x1 u otra diferente –que también
se están usando en algunas interrelaciones.
En lo relativo a las
cuentas bancarias, los actuales depósitos de las empresas en CUC no son
realmente convertibles a divisas. Para que lo sean se necesita el
correspondiente CL, lo que en los hechos ha significado el surgimiento de una
tercera moneda a la que pudiera denominarse CUC-CL. Y para practicar la
asignación centralizada de divisas y los esquemas cerrados de
autofinanciamiento en los pagos al exterior, mientras estemos obligados a ello,
no tienen que existir cuentas en CUC. Bastaría abrir cuentas bancarias
especiales en CUP con CL para desde ellas hacer la compra de las divisas
autorizadas a la tasa vigente en cada momento dado.
El CUP sería pues
convertible, pero de momento no libremente convertible. Ni para las empresas ni
para la población, sobre cuyas solicitudes de compra de divisas debe ejercerse
un determinado control de cambios y tal vez utilizar distintos tipos o tasas,
según el destino que se pretenda darle para evitar una posible fuga de las
mismas hacia el exterior.
Lo importante a destacar
es que, dado ese primer paso de unificación monetaria, en 2-3 meses u otro
plazo mínimo que se decida (aun no la unificación o modificación cambiaria), en
el mercado monetario que se crearía ya no se enfrentarían las divisas
extranjeras a masas monetarias en dos monedas cubanas, sino a una masa
monetaria de una sola moneda cubana, ni se enfrentarían entre si las dos masas
de monedas cubanas actuales porque habría una sola y, en este nuevo escenario
de mercado monetario, transcurriría un año o tal vez un poco más.
Durante ese periodo,
se produciría la adaptación al uso de una sola moneda nacional –manteniendo en
todos los casos las tasas de cambio actuales sin la mediación del CUC–, se
crearían las condiciones técnicas, contables y estadísticas, se harían las
proyecciones y cálculos aproximados para prever los efectos en la economía de
las empresas y en los diferentes segmentos de la población las nuevas tasas y
las otras medidas que deben ser aplicadas, cuyos planes de ejecución deben
elaborarse en este período e implementados simultáneamente con las nuevas
tasas. Este proceso se desarrollaría con la participación de todos los
eslabones de la estructura empresarial hasta sus niveles de base y con el apoyo
de grupos de especialistas universitarios y académicos bajo orientaciones
metodológicas centrales.
Al mismo tiempo, con
el menor secretismo posible, se haría el correspondiente trabajo de
información, explicación, razonamiento y búsqueda de consenso en la opinión del
pueblo mediante los medios de comunicación y por otras vías que sea aconsejable
utilizar.
En este ejercicio
propositivo, planteo una tasa única de 1x15, lo que ciertamente significa una
apreciación de la moneda nacional CUP en las CADECA. Debe tenerse en cuenta
que, a la vez, es una depreciación de dicha moneda en las relaciones
interempresariales.
Reitero que esta
propuesta concreta de una tasa única de 1x15, en lugar de las de 1x1 y 1x24, es
totalmente arbitraria de mi parte pues no dispongo de la información ni de los
análisis necesarios para proponer la tasa que en las condiciones actuales sería
más aconsejable sobre bases lo más científicas posibles. Se trata simplemente
de intentar ubicarla en un punto aproximadamente intermedio entre las tasa de
1x1 en las relaciones interempresariales y de 1x24 con la población, ninguna de
las cuales responde –en mi opinión– a las reales relaciones económicas
objetivas existentes y están situadas en extremos opuestos de las mismas.
Esta tasa inicial de
1x15 deberá ser variable periódicamente para las relaciones interempresariales
–pudiera ser cada dos o tres meses– teniendo en cuenta principalmente las
variaciones de los precios internacionales de importación y exportación. En las
relaciones con la población, serían variables diaria o semanalmente, como ocurre
hoy entre las divisas y el CUC. La práctica, y a partir de ella estudios más
profundos y serios, nos llevarán a las tasas objetivas más racionales
económicamente consideradas.
Pero lo fundamental,
en lo relativo al conjunto de sugerencias que presento en este trabajo, es
tener en cuenta los demás componentes, aspectos e interrelaciones con las
tasas que planteo.
Como ya expresé
anteriormente, no se trata de proceder a la modificación de las tasas en medio
del escenario actual tal como hoy existe sino hacerlo después que el CUC haya
desaparecido desde un año antes de ejecutar dicha modificación y luego de que
en ese año se hayan creado las adaptaciones y las condiciones
técnico-económicas y políticas necesarias; así como que se hayan hecho las
previsiones de los posibles efectos y las correcciones pertinentes que a
priori se entiendan aconsejables.
El componente más
importante como complemento determinante es el de simultanear este proceso de
cambio de las tasas con un proceso de incremento de los salarios y pensiones,
llevando el salario mínimo y la pensión mínima a 1 000 CUP mensuales e iniciar
la gradual aplicación de una Reforma Salarial radical sobre nuevas bases en la
que el salario de los trabajadores no se vincule como hoy a los
resultados económicos de la entidad en que se labore sino solo a su condición
de obreros y por tanto al valor de la fuerza de trabajo determinada a partir
del costo de la canasta básica de consumo del trabajador y su familia, y a una
escala salarial con un baremo de tarifas vinculadas a su calificación,
rendimiento, condiciones e importancia social del trabajo que realiza y que
tenga como resultante un salario medio entre 1 400 y 1 500 CUP mensuales para
comenzar.
El ingreso de los
trabajadores asociado a los resultados económicos de la entidad productiva en
que laboren debe llegarles en su condición no de simples obreros sino de dueños
de los medios de producción, por la vía de la distribución de una parte de la
ganancia obtenida por dicha entidad en el periodo de cálculo que se determine.
En el proceso de
elaboración de la Reforma Salarial, a ser aplicada gradualmente a partir del
momento en que se produzca el cambio de tasas, y de creación de condiciones en
los órganos de recursos humanos de organismos y empresas, debe contarse sin
falta con la participación del movimiento obrero y de todos los eslabones y
centros de trabajo del país y con el apoyo de universitarios y académicos
especialistas en la materia bajo orientaciones centralizadas.
Una consideración
fundamental dentro de estas propuestas es que la apreciación del CUP en las
relaciones con la población llevándolo de 24x1 a 15x1 es la que generaría la
fuente de financiamiento principal e inmediata para lograr los indispensables e
inaplazables aumentos de salarios y pensiones sin alterar la masa monetaria
total que actualmente se mueve en el país en manos de la población, sino solo
redistribuyéndola desde los segmentos más favorecidos hacia los menos
favorecidos cuyos ingresos actuales no les alcanzan para sobrevivir. ¿A qué
otra fuente de financiamiento suficiente pudiera acudirse sin esperar por las
calendas griegas, para realizar esos indispensables e inaplazables aumentos de
salarios y pensiones, no solo por un asunto de justicia y equidad social sino
como elemento motivante para la estabilidad laboral de la fuerza de trabajo
calificada en el sector estatal y para el aumento de la producción y la
productividad, factores principales para nuestras aspiraciones de desarrollo?
Como parte de este
ejercicio propositivo, está presente entre las primeras medidas, la realización
de una Reforma de Precios Mayoristas a preparar también en el año que
transcurriría entre la eliminación del CUC y la aplicación en la práctica de
las nuevas tasas y en cuya conformación esté presente la proyección de
los efectos de la nueva tasa a aplicar y de los incrementos salariales
mencionados y previstos y, en la medida de lo posible, los niveles de precios
internacionales de productos similares en mercados similares. Asimismo, debe
proyectarse en ese año preparatorio un plan inicial de subsidios estatales para
las empresas que resulten con pérdidas, sujetas estas al posterior análisis de
sus perspectivas o no de salir de tal situación para determinar qué hacer con
las que resulten con irrentabilidad irrecuperable.
Las fuentes para este
subsidio serían los mayores ingresos y ganancias que se producirían en las
entidades netamente exportadoras de bienes y servicios con el aumento de la
tasa interempresarial de 1x1 a 1x15, incrementos que podrían ser utilizados a
través del presupuesto del estado para compensar las pérdidas que se
producirían en las empresas netamente importadoras que producen para el mercado
interno e impedir que estas tengan que trasladar a los precios minoristas los
efectos de la depreciación de la moneda nacional en las relaciones
interempresariales y proteger así a la población consumidora de las tendencias
inflacionarias que se crearían.
En las llamadas
tiendas TRD, el costo actual de un producto de importación que sea de 1
USD= 1CUC = 1 CUP se vende aproximadamente en 2.40 CUC = 58 CUP. Después del
cambio de tasa, ese costo de 1 USD aumentaría a 15 CUP pero el precio minorista
continuaría de momento siendo el mismo de 58 CUP lo que le dejaría un margen
comercial y de ganancia más que suficiente.
También entre
nuestras propuestas está el iniciar desde los primeros momentos una
reestructuración radical del sistema empresarial estatal.
Por una parte se
procedería a una reestructuración en cuanto al tamaño y escala de sus empresas.
Naturalmente actividades como la producción de níquel y petróleo, de
electricidad, la de los medios de comunicación y otras requieren empresas
grandes incluso extraprovinciales y en algunos casos la conformación de Uniones
de Empresas, llámese a estas con una u otra denominación.
Pero en general, la
reestructuración debe llevar a que predominen las empresas estatales de tamaño
mediano e incluso pequeño y las que puedan agrupar establecimientos con la
mayor cercanía territorial posible entre sí –es decir que sean
intraprovinciales e intramunicipales aunque no necesariamente de subordinación
local–, para facilitar el trabajo en equipo del conjunto de sus trabajadores,
un mayor conocimiento mutuo e interrelación social y acción común de los
mismos que les permita sentir y ejercer más prácticamente su condición de
dueños colectivos de los medios de producción de la entidad en que laboran,
cosa que no se ha logrado en los hechos en ninguna de las experiencias
socialistas que conozco (no estoy actualizado en este sentido sobre Vietnam).
En nuestra concepción un central azucarero, por ejemplo, debe ser una empresa
con personalidad jurídica propia y contabilidad y autofinanciamiento
independiente y no una UEB.
Por otro lado, se
trata de organizar mecanismos de descentralización y democratización no
formales –como aún resultan en la práctica– sino reales, en lo relativo a la
participación de los trabajadores en la designación de sus directivos, en la
planificación, gestión y disposición de las utilidades de las empresas,
trasladando facultades y prerrogativas desde las hoy llamadas OSDE y similares,
hacia las llamadas UEB, que en su mayoría se convertirían en empresas independientes,
con el objetivo de desarrollar y fortalecer a este sistema empresarial y
hacerlo competitivo con el sector no estatal frente al cual se encuentra
actualmente en desventaja en cuanto a su organización, manejo de su gestión y
finanzas, libertad suficiente de acción y motivaciones y por ende en cuanto a
su productividad y eficiencia. Se haría necesario promulgar una Ley de Empresas
que abarque tanto a las estatales como a las no estatales con lo común y
diferente que entre ellas debe existir.
En general, estas
propuestas están encaminadas a medidas indispensables para crecer y no después
de crecer. En el caso de algunas, como la del incremento de los salarios y
pensiones, enfrentamos el dilema del huevo o la gallina.
Lo aconsejable y
natural, económicamente hablando, es que antes o simultáneamente con los
aumentos de salarios se logren aumentos en la oferta, derivado de incrementos
en la productividad, la producción, las exportaciones y las importaciones, para
evitar tendencias inflacionarias y que los aumentos en los salarios
nominales sean correspondidos con un crecimiento de los salarios reales. Pero
al mismo tiempo, nos enfrentamos al hecho de que si los trabajadores no
obtienen por su labor los ingresos suficientes que los motiven a producir cada
vez más y con mayor eficiencia no se lograrán los crecimientos indispensables
en la productividad, la producción y la oferta.
Actualmente en el
sector estatal, donde están los medios fundamentales de producción del país,
donde se produce la mayor parte del PIB y donde trabaja casi 70% de la fuerza
laboral empleada, los salarios no alcanzan para vivir, están muy por debajo del
valor actual de la fuerza de trabajo partiendo del costo que tiene la canasta
básica de los productos indispensables para la supervivencia de los
trabajadores y sus familias, lo que es una anomalía económica y además una
injusticia social a superar lo mas rápidamente posible. Algo similar ocurre con
los pensionados y jubilados procedentes de esta fuerza laboral.
Por ello mis propuestas,
en su interrelación, pretenden dar una respuesta a ese y otros dilemas
sin más demora, sin esperar a los crecimientos y demás condiciones que
supuestamente y en aparente lógica económica ortodoxa, a partir del escenario
existente, le debían preceder y servir de base.
Teniendo en cuenta su deformación teratológica
actual, lo primero es reestructurar el escenario para que la esfera de
producción, es decir las relaciones de producción y propiedad objetivamente
existentes y lo que en ellas está presente, sean las que determinen lo que
ocurra en las esferas de la distribución, el intercambio y el consumo y no como
sucede actualmente en que lo determinante ocurre en la esfera de la
circulación. La pirámide está invertida y hay que ponerla de pie.
En la historia de la economía de todos los sistemas
económico-sociales que han existido y existen lo que ha ocurrido y ocurre en
las esferas de la distribución y el consumo ha estado determinado por la esfera
de las relaciones de producción sobre la base principalmente de las relaciones
de propiedad sobre los medios fundamentales de producción. En las economías en
las que existe la producción de mercancías y sobre todo en las que esta
predomina se incorpora la esfera del intercambio entre la producción y el
consumo. A partir de esta pirámide de interrelaciones y determinaciones, y de
las condiciones materiales así creadas, es que se manifiestan las leyes
económico-sociales objetivas actuantes y la posición, papel, conducta y
ventajas o desventajas para los diferentes sujetos y actores económicos,
manteniéndose la esfera de la propiedad y la producción como base de dicha
pirámide.
En el escenario actual de nuestra economía,
los sujetos y actores económicos y el segmento de población que obtienen los
resultados más ventajosos no están conformados por los que disponen y son
propietarios de los medios fundamentales de producción, ni de los
tecnológicamente más avanzados, ni porque sus actividades económicas
productivas resulten las más determinantes para el país; ni tampoco porque
hayan logrado una mayor eficiencia y calidad como productores de bienes y
servicios; ni porque tengan necesariamente los mayores méritos como creadores
de iniciativas y aportes técnico-económicos (aunque algunos de sus integrantes
tengan méritos en este terreno); ni tampoco por ser quienes más producen y
aportan al bien común.
Las ventajas y privilegios que se tienen en las
esferas de la distribución, el intercambio y el consumo de los bienes y
servicios mercantiles disponibles en el mercado minorista no están determinados
por lo que existe y ocurre en la esfera de la producción, sino por lo que
ocurre en la esfera de la circulación y específicamente en el mercado monetario
y cambiario, que resulta el punto determinante y en el que resultan favorecidos
quienes reciben remesas y tienen negocios no estatales, que generan ingresos
directos en divisas y CUC y, dentro de estos, principalmente una minoría
especialmente privilegiada.
Este segmento poblacional recibe 24 CUP por cada
dólar o CUC que ingresan y presentan al cambio en el mercado monetario,
mientras las empresas del sector estatal que ingresan divisas o CUC reciben en
sus cuentas solo 1 CUP por cada dólar o CUC de esos ingresos de donde salen los
recursos monetarios para el pago de los salarios a sus trabajadores. Estos
trabajadores, que son los dueños colectivos de los medios fundamentales de
producción del país, sumados a los pensionados, se ven obligados, por el
contrario, a entregar 24 ó 25 CUP de sus insuficientes ingresos para obtener en
el mercado el equivalente a 1 CUC.
Para los primeros, en la esfera de la circulación,
en el mercado minorista y en su consumo, los ingresos o parte de sus ingresos
se convierten en una capacidad de pago 24 ó 25 veces superior a la de los
segundos y es fuente, además, para que los dueños de Mypymes puedan pagar
salarios varias veces superiores a los que se pagan en las entidades del sector
estatal, lo que provoca el éxodo de fuerza de trabajo desde este sector hacia
el no estatal. Esto es muy perjudicial para la economía en su conjunto cuando
se trata de fuerza de trabajo calificada que va a laborar en puestos que no
tienen nada que ver con su calificación, y se pierde así lo invertido por el
país en ello; esto resulta aún más lamentable y dañino cuando se trata del
éxodo del personal de educación, salud e investigación científica.
Para invertir esa pirámide y ponerla de pie, hay
que reestructurar los factores monetarios, financieros y económicos en general
existentes y disponibles en este momento, sin esperar cambios cuantitativos
previos en los montos totales de ninguno de los mismos, y montar un escenario
económico social diferente al escenario en el que hoy están actuando y actúan
desde hace años los sujetos y agentes económicos sin los resultados aspirados y
esperados. Esta situación no promete ninguna nueva perspectiva halagüeña si no
se reestructura el escenario y los actores no se mueven en las direcciones
orientadas y cumpliendo el papel que estan llamados a desempeñar. El nuevo
montaje debe crear condiciones para un adecuado equilibrio social y una
más favorable y normal acción de las leyes económicas objetivas, y estimular
una mayor eficiencia en la conducta de todos los sujetos económicos actuantes.
Estas propuestas, a pesar de que persiguen el
objetivo mencionado, se presentan con la conciencia de que al mismo tiempo hay
que lograrlo de la manera más inteligente y cuidadosa posible; el punto de
partida está muy complicado y deformado y puede llevar a consecuencias no
buscadas ni deseadas. Por ello se toma en consideración esa situación actual y
así, por ejemplo, para el caso de la reforma monetaria y cambiaria y de los
incrementos salariales y de las jubilaciones, se tiene en cuenta que
actualmente se ha logrado mantener un equilibrio aceptable entre el dinero en
circulación y la masa de mercancías y servicios que se ofertan a la población a
los precios y tarifas actuales. A partir de ello, no se propone modificar la
masa total de dinero en circulación, ni de momento los precios y tarifas del
mercado minorista, sino solo redistribuir la masa corriente de dinero
circulante a favor de los segmentos poblacionales más vulnerables y
desfavorecidos desde hace años, trasladando hacia ellos la misma magnitud de
masa monetaria que se reduciría en los segmentos privilegiados al disminuir la
tasa de cambio.
Según la información de que disponemos y los
cálculos que podemos hacer, actualmente se recibe un equivalente a unos 3 000
millones anuales de CUC en remesas, lo que representa unos 72 000 millones de
CUP a la tasa de 1x24. Estimando un equivalente a unos 1 200-1 500 millones de
CUC adicionales, que se reciben directamente en divisas por propinas, pagos en
paladares, a taxistas, a otros trabajadores por cuenta propia y “jineteras”,
etc. a la tasa también de 1x24 significan unos 30 000 millones más de CUP que,
sumados a los primeros, arrojan un estimado aproximado anual de masa monetaria
primaria por unos 100 000 millones que circula en manos de la población y
cuyo origen productivo en su casi totalidad no está en el país.
Por otro lado, a partir de los datos estadísticos
que aparecen en los anuarios de la ONEI, el total de remuneraciones a
trabajadores y de pagos por jubilaciones y asistencia social representan unos
35 000 millones de CUP en el año. Si a esto se le suman los pagos que hacen
instituciones y entidades estatales a campesinos y otros trabajadores por
cuenta propia, más los créditos que se ofrecen a la población para diversos
destinos, tenemos que a esta llega una masa monetaria primaria entre 80 y 90 000
millones de CUP de origen productivo nacional. Una cifra menor que la de origen
externo, lo que es una irracionalidad económica y social.
Considerando ese aproximado de 100 mil millones de
CUP que se reciben a través del mercado cambiario por los receptores directos
de divisas y CUC, resultará que al reducir la tasa a 1x15 la cantidad anual de
CUP recibida por estos receptores disminuirá en un 37,5 %, lo que representa
una posible masa a redistribuir de cerca de 38 000 millones de CUP anuales.
Puesto que la suma de las remuneraciones a los trabajadores estatales y pagos a
pensionados es actualmente de unos 35 000 millones de CUP, se pudieran
aumentar sus salarios y pensiones en solo un primer año en aproximadamente un
100% o más, o sea duplicar lo destinado a ello. Y esto ocurriría sin aumentar
la masa monetaria primaria total de dinero puesta en manos de la población, y
por tanto, sin incrementar su capacidad adquisitiva solvente total y no
tendrían por qué producirse tendencias inflacionarias ni crisis en las colas de
compradores.
Tal vez pudiera ocurrir lo contrario, pues esa masa
monetaria que se traslada, forma parte hoy de la alta demanda mayormente
concentrada en una minoría privilegiada que presiona intensamente sobre los
mercados minoristas, presión que disminuiría al reducirse su capacidad solvente
de compra. A la vez al pasar esa misma masa monetaria a manos de una mayoría de
población se ejercería con ella una demanda más extendida y dispersa, es decir
menos intensa y concentrada y quizás los precios tiendan a bajar obedeciendo a
la nueva estructura de la relación oferta-demanda.
Habría, lógicamente, que estar atentos de todas
maneras a la nueva relación general oferta-demanda solvente, pues se pudieran
presentar puntos críticos en el caso de ciertos productos alimenticios y
algunos otros renglones a los que la población hoy desfavorecida pudiera
dirigir preferentemente su demanda y presionar sobre ellos con su nuevo ingreso
incrementado.
Por otro lado, como derivaciones positivas
adicionales, debe tomarse en consideración que los efectos del incremento de
salarios y pensiones en la medida en que cubran las necesidades básicas de
supervivencia de la mayoría de la población disminuirán el número de
demandantes o compradores de divisas (ya no de CUC) en el mercado negro e
informal que pudiera generarse como respuesta a la apreciación oficial del CUP.
Téngase en cuenta, además, que mientras la tenencia de CUC es y de mantenerse
seria legal y facilitaría ese mercado negro, operar el mismo en cambios directos
entre moneda nacional y divisas, cuyo uso como medio de circulación en
efectivo sería ilegal y penado, resultara más difícil y riesgoso y debe
constituir un freno y un obstáculo al mencionado mercado informal aunque no
deje de surgir y pujar por desarrollarse en alguna medida.
En cuanto a las posibles consecuencias políticas,
además de las económicas, debe tenerse presente que los aumentos de
salarios y pensiones compensarían en gran medida –y en muchos casos
totalmente–, a una parte importante de la población que, al reducirse la tasa
de cambio, se afectaría como receptora de remesas y en general de CUC también
desde otras fuentes (los 15 CUC para sufragar los almuerzos eliminados en los
centros de trabajo, los aproximadamente 30 CUC que reciben algunos trabajadores
como estímulo, los ingresos de los más humildes y auténticos trabajadores por
cuenta propia, etc.).
Para elaborar un ejemplo hipotético de lo que
ocurriría para esta parte de la población con la apreciación de la tasa de
cambio y los simultáneos incrementos de salarios y pensiones que forman parte
de nuestra propuesta partamos de que la pensión media actualmente es de 270 CUP
mensuales, el salario mínimo es de 225 CUP y el medio es aproximadamente de 740
CUP y, según estimados hechos por algunos especialistas como veremos más
adelante, las remesas que se reciben en el país arrojan un promedio de 34 CUC
mensuales por persona. Para nuestro ejemplo tomaremos el doble de esa cifra y
supondremos que se recibe una remesa o ingreso equivalente a 70 CUC mensuales
por persona.
Un trabajador asalariado estatal que reciba el
salario promedio de 740 CUP y además un ingreso de 70 CUC equivalente a 1
680 CUP a la tasa de 1x24 dispondrá mensualmente de un total de 2 420 CUP.
Después del cambio de tasa recibirá los mismos 70
CUC ahora equivalentes a 1050 CUP a la tasa de 1x15, o sea 630 menos que antes.
Pero según los incrementos salariales propuestos el salario medio resultante
deberá ser de 1 400-1 500 CUP lo que significa entre 660 y 760 CUP más que antes.
En el caso de un jubilado que recibe la media
mensual que es de 270 CUP y adicionalmente un ingreso mensual de 70 CUC,
equivalente a 1680 CUP a la tasa de 1x24, dispone mensualmente de 1 950 CUP
para cubrir sus necesidades.
Al aplicar la tasa de 1x15 y el incremento de
pensión propuesto a un mínimo de 1000 CUP mensuales, la situación de ese
jubilado seria la siguiente. Recibirá por los mismos 70 CUC ahora 1050 CUP a la
tasa de 1x15, o sea 630 CUP menos que antes. Pero por el aumento de la pensión
de 270 a 1000 recibirá un incremento como mínimo de 730 CUP y en total
dispondría ahora de 2 050 CUP mensuales, o sea de 100 más que antes.
Por tanto, todos los trabajadores estatales y
pensionados que reciban como remesas o ingresos en CUC adicionales alrededor de
70 CUC promedio mensuales o menos, no resultaran perjudicados sino incluso
beneficiados con lo propuesto, y este segmento debe constituir una gran mayoría
dentro de los beneficiarios de remesas y otros ingresos en CUC en el país.
En relación con esto último deben tenerse en cuenta
los siguientes datos.
Aunque a casi toda la población del país en algún
momento le pasa algún CUC por las manos producto de su recirculación, según
estudios realizados se estima que aproximadamente un 65% es la que se beneficia
como receptora directa de remesas, la mayor parte de la cual no vive de dichas
remesas sino que solo complementa con ellas, a veces precariamente, lo mínimo
que necesita para alimentarse y supervivir.
Si consideramos que el 65% de la población de 11,2
millones del país está representada por 7,3 millones de personas y que el
estimado de remesas que llega es de unos 3000 millones anuales ello significa
que el per cápita promedio recibido por los beneficiarios de las mismas es de 410
CUC anuales, o sea 34 CUC mensuales lo que equivale a unos 816 CUP a la tasa de
1x24.
Por otro lado, tenemos que los clasificados como
trabajadores por cuenta propia (que incluyen desde un vendedor de maní hasta
los dueños de Mypymes y sus empleados) ascienden a unos 540 mil lo que
representa solo un 4,8 % de la población total del país, un 7,6 % de la
población en edad laboral y un 11,8 % del total de ocupados en la economía, y
estos son los que reciben directamente o por recirculación los montos mayores
de los CUC que forman parte de la masa monetaria.
Si deducimos el 25% de esa cifra (unos 140 000),
que según la información de que dispongo califica como TPCP pero son solo
empleados, tendremos que los llamados “emprendedores” que pertenecen al sector privado
resultarían solo unos 400 000 (el 3,6 % de la población total, un 5,6 % de la
laboral y un 8,6% de los ocupados). Aun dentro de estos, habría que descontar
a los auténticos TPCP y quedarían como cifra neta los que son pequeños
dueños de negocios (MYPYMES) y ello significa que estos últimos, dentro de la
población total del país, son una minúscula minoría en la cual se concentran
los montos mayores de los ingresos en divisas y CUC y que es la que sería
ciertamente afectada en comparación con sus ingresos actuales. [1]
Esta afectación para dicha minoría representa
indudablemente una cierta, aunque solo relativa, “terapia de choque”,
pero se hace necesaria y en mi criterio aconsejable con el propósito de
beneficiar y lograr un mínimo de equidad para la mayoría más vulnerable de
nuestra población trabajadora que vive desde años en una crítica y crónica
“terapia de choque” y buscar con ello las motivaciones para el incremento de la
producción y la productividad indispensables para el desarrollo económico y
para reproducir y renovar el consenso social que hagan a nuestro proyecto
socialista cada vez más próspero y sostenible como se proclama en la visión de
futuro de nuestra nación.
La propuesta considera asimismo que, como
contrapartida y compensación para las Mypymes y trabajadores por cuenta propia
afectados por la nueva tasa de cambio, se produzca un destrabe inmediato al
desenvolvimiento del sector no estatal en general y medidas de apoyo al mismo
como son:
-
darle la personalidad jurídica anunciada a las mypymes,
-
flexibilizar y ampliar el número de actividades a las que puede acceder el
sector no estatal a partir no de un listado cerrado determinado a priori desde
arriba, sino de uno que se vaya conformando con las libres iniciativas
que surjan desde debajo sometidas desde luego a su análisis y aprobación por
los niveles de decisión pertinentes;
-
desarrollo más acelerado posible del suministro mayorista a precios de costo
menores a los que actualmente deben comprar sus insumos en el mercado minorista
o por “la izquierda”;
-
autorización y canalización organizada de importación de los recursos
productivos que necesitan, lo que hoy hacen de manera irregular e insuficiente
por vías ilegales o semi-legales mediante “mulas”;
-
promoción y organización de las inversiones que puede hacer este sector a
partir del plusvalor o ganancia que obtiene en sus negocios y de otras fuentes
a las que acude o pueda acudir incluso en asociación con entidades del
sector estatal y encadenando sus producciones y servicios con sujetos
económicos del sector público, sin pretender reducir a cero el crecimiento y la
concentración de la riqueza lo que presupondría impedir la reinversión de los
excedentes de sus ingresos obligándolos a una absurda reproducción simple en
sus producciones y servicios lo que es un total contrasentido;
-
revisión y adecuación del sistema impositivo a las nuevas condiciones creadas
mediante tasas progresivas pero aplicadas en la mayor medida posible sobre las
ganancias y no sobre los ingresos.
La desmedida concentración de la riqueza
ciertamente debe ser enmarcada y controlada para que no entre en contradicción
con los objetivos socialistas, pero solo mediante racionales regulaciones y
mecanismos principalmente económicos y fiscales que no impidan a este sector
desempeñar el papel para el desarrollo económico del país que está contemplado
en el documento de la Conceptualización.
Similar tratamiento y estímulos de todo tipo debe
dársele a los que han recibido tierras en usufructo que están jugando ya un
papel significativo en la producción de alimentos para la población y que tanto
pueden ayudar a la sustitución de importaciones en estos renglones.
Además, debe organizarse este sector no estatal de
una manera distinta a como lo está actualmente, donde en una misma
organización, los sindicatos, están incluidos empleadores y empleados cuyos
intereses son lógicamente contradictorios. Los empleadores del sector no
estatal deben agruparse en organizaciones tipo ANAP a través de las cuales
desarrollar el trabajo político con sus integrantes, permitirles a su
miembros plantear y discutir sus preocupaciones y defender sus intereses ante
las autoridades constituidas y a la vez estimularlos y propiciarles el
participar activamente en beneficio de las comunidades en las que actúan y en
general de los objetivos de nuestro proyecto socialista.
Lamentablemente algunas de las últimas medidas
tomadas y anunciadas en relación con este sector no estatal parecen
desafortunadas, a pesar de las razones y explicaciones que se esgrimen acerca
de tratar de corregir errores cometidos y evitar nuevos errores y chapucerías.
Una política que en cualquier caso sería necesario
modificar es la del reabastecimiento sistemático, a tiempo y con las cantidades
debidas a las tiendas hoy denominadas TRD, para mantener una oferta estable en
los surtidos más demandados, lo que hoy no se cumple. Esto se producía
regularmente y de manera satisfactoria cuando las empresas comerciales de
tiendas manejaban de forma descentralizada los fondos en divisas necesarios. Ha
tenido un comportamiento desfavorable a partir del momento en que las divisas
para satisfacer este requerimiento comercial pasaron a ser asignadas
centralmente. No sabemos si se ha tenido en cuenta de manera suficiente, que se
trata de desembolsos de rápida rotación y retorno y alto margen y ganancia
comercial.
Como secuela, se ha producido un aumento de las
remesas en especie, con los consiguientes trastornos en aeropuertos y aduanas,
en detrimento de las remesas en dinero, y en consecuencia, la pérdida de los
ingresos en divisas y de la correspondiente ganancia comercial que se hubiese
logrado para el país si nuestros mercados se hubiesen mantenido debidamente
abastecidos.
Como un aspecto negativo que podría derivarse de la
aplicación de una tasa de 1x15 en las CADECAS, debemos reconocer que se
encarecerían las compras que hacen los turistas y demás personal extranjero al
concurrir al mercado minorista. Pero al mismo tiempo, no debe pasarse por alto
que el mercado minorista para los turistas y extranjeros está integrado
fundamentalmente por la oferta de los paladares, taxistas, casas de renta a extranjeros
y diversos trabajadores por cuenta propia productores de artesanías y otros que
les brindan determinados servicios e incluye a las “jineteras”. En este
segmento del mercado, los precios y tarifas se rigen libremente por la ley de
la oferta y la demanda, por tanto es de esperar que sus niveles se adecúan
espontáneamente a la nueva situación, y por ello no creo que se reduzca
la afluencia de turistas y extranjeros por las medidas propuestas.
En el caso de los mercados minoristas estatales los
turistas de paquete, que son la mayoría, consumen fundamentalmente artículos
localizados en las tiendas de los hoteles: bebidas caras, productos de aseo, de
playa y souvenires cuyos precios pudieran manejarse
centralmente a la baja si fuese necesario.
En las llamadas TRD o “shopping, los
principales consumidores extranjeros son los residentes temporales o
permanentes, tales como diplomáticos, hombres de negocio, técnicos, y en alguna
medida los turistas independientes y los de cruceros en zonas turísticas puntuales
de las ciudades donde desembarcan. Se trata de un grupo de consumidores menor,
solvente, en parte cautivo –sobre todo los residentes– o en breve tránsito, que
realiza compras menores y que no creemos que vayan a dejar de hacerlas ni
reducirlas de manera significativa por el hecho de que los precios resulten, de
momento, relativamente aumentados. Además, los extranjeros residentes siempre
tienen el refugio de adquirir lo que requieren en los establecimientos del
sector privado donde rigen precios de oferta y demanda.
En todo caso, sería un riesgo a enfrentar y tratar
de solventar con medidas puntuales, sin olvidar que la nueva relación de la
estructura oferta-demanda solvente en el conjunto de la población pudiera
inducir a que los precios puedan experimentar bajas graduales en determinados
productos sin provocar una explosión de demanda y de colas.
Otras medidas sobre las que no nos detenemos pero
que se considera tendrán lugar son, por ejemplo, la de concretar una
descentralización mayor y real de las facultades de decisión gubernamentales
desde los niveles centrales a favor de las municipalidades. Asimismo una más
inteligente y adecuada interrelación entre los diversos sujetos económicos
estatales y no estatales a través de autorizaciones y orientaciones centrales flexibles
y permitiendo que el mercado juegue su papel complementario para lograr en sus
interrelaciones las cadenas productivas más eficientes que se necesitan y los
crecimientos indispensables.
Igualmente, partimos de la continuación de la
apertura a la inversión extranjera, con un desarrollo aún más ágil y sin
burocratismo en las aprobaciones, en la contratación de su fuerza de trabajo y
en su puesta en marcha. Con el cambio de tasas, la inversión extranjera se verá
estimulada al contemplarse una contabilidad más clara y transparente en los
potenciales partners nacionales y un equilibrio más adecuado,
en el caso de empresas mixtas, entre lo que aporta el extranjero en divisas y
lo que aporta la parte cubana actualmente en CUC o CUP, con una supuesta
comparación e igualdad en valor sobre la base de una paridad monetaria que no
es real.
En resumen, estas sugerencias que presentamos
suponen en general vistas en su conjunto, como expresamos al principio, un
Programa integral de implementación sistémica de los principales cambios que
están previstos en las formulaciones del documento de Conceptualización
aprobado, que comienza por desatar los nudos gordianos determinantes que
presenta la situación actual.
En los organismos oficiales decisores y de
estadísticas del país se tiene un conocimiento más exacto y confiable de los
datos y cifras a tener en cuenta y en los cuales basarse para ejecutar cada
subconjunto de medidas, y si no se tienen todos los necesarios, estos
organismos poseen las facultades y posibilidades de obtenerlos por
distintas vías para llegar a conclusiones mejor fundamentadas posible y/o
refutar en todo o en parte a estas que apunto, a partir de la información de
que dispongo.
De lo que se trata como objetivo es de
encontrar una fórmula en el proceso de actualización del modelo que nos permita
resolver los graves problemas actuales de ineficiencia económica, creciente
desigualdad económico-social y notable insuficiencia de los ingresos
legales de la mayoría de la población trabajadora que labora en los sectores y
con los recursos fundamentales de producción del país, provocando en ella
desmotivación, éxodo de la fuerza de trabajo calificada y un caldo de cultivo
para la extendida corrupción existente, todo lo cual se convierte en un
impedimento al crecimiento y desarrollo de nuestra economía, y al avance
hacia los objetivos socialistas de nuestro proyecto.
Insisto en que se trata de medidas que es necesario
implementar para crecer y no después de crecer. Sería deseable disponer de
suficientes recursos financieros internos u obtenidos en calidad de préstamos
blandos o semi-blandos de fuentes externas; de altos crecimientos previos de la
producción, la exportación y la oferta, pero nos encontramos ante dilemas que
reclaman respuestas inaplazables
Si se espera por un crecimiento promedio anual
estable del 5-6 % del PIB, una inversión anual en fondos de capital equivalente
a más de un 20% de ese PIB, una ejecución concreta de inversión extranjera de 2
400-2 500 millones anuales de USD, un crecimiento de las importaciones de un
2-3% para lograr cada 1% de crecimiento del PIB, por ponernos al día con
nuestra deuda externa atrasada, etc. premisas que se han planteado como
requisitos previos a que los resultados lleguen a la mesa y las casas de nuestras
familias y antes de que puedan darse varios de los pasos fundamentales y
medidas que se requieren en correspondencia con lo formulado en el documento de
la Conceptualización, las expectativas de mejoramiento y de avance al
socialismo próspero y sostenible que es nuestra meta alcanzar, se pospondrán
para las calendas griegas, y la motivación y consenso político de las masas y
sobre todo de los jóvenes en apoyo al proceso en marcha pueden verse seriamente
afectados.
Notas
[1] Los cálculos
están hechos a partir de las cifras del anuario de la ONEI al cierre del 2016.
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