LÁZARO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ.
1 de julio
de 2018
Poner la ciencia
en lengua diaria:
he ahí un gran
bien que pocos hacen.
José
Martí
Durante
los últimos decenios, la investigación científica del trabajo y la preparación
de especialistas en organización del trabajo y los salarios ha sido nula, al
extremo que en el 2012 la Comisión de Implantación de los Acuerdos del Partido
y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social disuelven el Instituto Nacional
para la Investigación Científica del Trabajo con la indiferencia del CITMA;
decisión, en mi criterio, totalmente inaudita, errónea e insólita. Es
incomprensible que en un país socialista donde existen cientos de institutos y
centros para investigar disímiles temas, el trabajo, fundamento de toda
sociedad, no merezca una institución sólida para investigarlo. Si a ello le
agregamos que el 99% de quienes dirigen los recursos humanos a todos los
niveles carecen de los conocimientos idóneos sobre la materia, no hay dudas que
se le ha dado la espalda a la optimización del trabajo.
Esta
situación ha provocado, entre otros aspectos, lo siguiente:
A.
Relacionados
con la eficiencia del trabajo.
¾ Desestímulo
laboral que provoca disminución de la productividad del trabajo y otros
indicadores de eficiencia.
¾ Deficiencias
en la organización del trabajo en la mayoría de los centros laborales.
¾ Disminución
de la calidad de las producciones y los
servicios.
¾ Incongruencias
graves en la organización del salario.
¾ Incremento
de las indisciplinas laborales.
¾ Alta tasa
de fluctuación de la fuerza de trabajo.
¾ Plantillas
sin fundamento alguno.
¾ Normas de
trabajo fijadas para que el trabajador gane más, etc.
B.
Relacionadas
con la fuerza de trabajo.
¾ Los
individuos, fundamentalmente los jóvenes, pierden interés
en la temática.
¾ Los
poquísimos investigadores se dedican a otros menesteres.
¾ Los
poquísimos especialistas en organización del trabajo se dedican a otros
menesteres.
¾ No existe
el relevo para esta actividad.
¾ Disminuyen
sensiblemente los valores ético-morales.
C.
Relacionados
con la documentación emitida por los organismos superiores de dirección.
¾ Algunas
expresiones que aparecen en los documentos, leyes, decretos, resoluciones,
etc., son incompatibles con la teoría,
marxista-leninista.
¾ En los
documentos mencionados se nota la
superficialidad y el desconocimiento de las técnicas de organización del
trabajo y los salarios.
¾ Se ha
otorgado a las empresas facultades que no les corresponden, sino al Gobierno y
al Estado.
RECOMENDACIONES
1.
Elaborar y aplicar con carácter paulatino
la Reforma General de Salarios, la cual debe, por una parte, elevar los
salarios que actualmente no se corresponden con el costo de la vida, y dotar al
sistema de elementos que propugnen el crecimiento de la productividad y demás
indicadores de eficiencia a la vez que coadyuve a la formación del hombre en
todos sus aspectos.
2.
Reconsiderar la decisión adoptada sobre el
Instituto de Investigaciones Científicas del Trabajo.
3.
Implementar cursos en los diferentes grupos
y empresas sobre organización del trabajo y los salarios, así como lograr que se
adopten las mismas medidas a nivel de la enseñanza técnico-profesional y las universidades.
4.
Evaluar los conocimientos que poseen los
directores de Recursos Humanos a todos los niveles sobre organización del
trabajo y los salarios, en caso de resultar insuficiente dicha evaluación,
fijar los cursos que deben pasar para adquirir la preparación
necesaria.
5.
Revisar el Código de Trabajo y su
Reglamento librándolo de incongruencias
y superficialidades en el tratamiento de algunas cuestiones.
La
Habana, 28 de junio de 2018
NOTA SOBRE EL AUTOR:
Lázaro González Rodríguez. Doctor
en Ciencias Económicas y Profesor Titular Adjunto de la Universidad de La
Habana. Miembro de Honor de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores
de Cuba (ANEC). Desde 1961 hasta 1981 laboró en el Ministerio del Trabajo en la
esfera de la organización del trabajo y los salarios, ocupando, entre otros
cargos, los de Director de Salarios, Viceministro y Director fundador del
Instituto Nacional para la Investigación Científica del Trabajo. En 1981 y
hasta el año 2003 labora en el Ministerio de Industria Básica ocupando los
cargos de Director Económico en la Unión de la Goma (1981-1984), Director de la
Empresa de la Goma “Conrado Piña” (1985-2000) entidad laboratorio del MTSS y
primera en aplicar el perfeccionamiento empresarial en el país. A partir de
2001 y hasta 2003 realiza actividades de asesoramiento en la esfera de la
organización del trabajo y los salarios en el organismo central. Actualmente
labora como consultor. Es presidente fundador de la Sociedad de Estudios del
Trabajo de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC).
Desde su fundación hasta 2009 fue miembro del Tribunal de Grado Científico de
Economía Aplicada. Autor de varios de los libros más sobresalientes publicados
en Cuba sobre cuestiones relativas a la organización científica del trabajo,
los salarios, la productividad, y los estímulos materiales y morales.
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