Por Luis Gutiérrez Urdaneta y Humberto Herrera Carlés
A raíz de la publicación del artículo: “El
problema matemático que a Napoleón le urgía resolver y que tiene aplicaciones
en economía, meteorología e IA”, de Margarita Rodríguez Bole, nos vino a la
mente a ambos, nuestra experiencia personal en la aplicación del problema de
transporte y la indiferencia del aparato burocrático. De nuestro intercambio
por WhatsApp decidimos compartir con los lectores, varias anécdotas en las que
ambos fuimos protagonistas.
A fines de los ochenta fue orientado por el Comandante Pedro Miret y el Ministro del MINBAS Marcos Portal, la necesidad de incrementar con toda premura la producción de sal en Cuba ante la inminencia de lo que se llamó más tarde, Período Especial. Ambos éramos jóvenes economistas que nos involucramos en cuerpo y alma en esa tarea, que finalmente resultó en un notable aumento de la organización del proceso productivo y de la producción de sal, y en la mejoría de las condiciones de vida e ingresos de los trabajadores salineros: llegó el periodo anunciado y se mantuvo la venta de sal liberada.
. ¡Porque somos cubanos!
De aquel proceso de organización del proceso salinero formaban parte ciertos sistemas especiales de pago, así como sistemas de estímulos colectivos. Ellos tenían que ser aprobados centralmente por el antiguo Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social. Mientras que para nosotros, que debíamos tenerlo todo listo antes del inicio de la zafra salinera era una urgencia, para el burócrata que debía aprobar la aplicación, luego de ser completamente documentada y fundamentada, parece que no era una prioridad. Luego de varias reuniones infructuosas, en cada una de las cuales el burócrata pedía un nuevo “papel”, se organiza un contacto final. Luego que se explica nuevamente al funcionario la necesidad de que aquello se pusiera en marcha antes de que empezara la zafra, ya sin argumentos, el mismo nos increpa: “¿Por qué es el apuro? ¿Ustedes son los que van a cobrar? ¿Cuál es el interés? ”. Luis le respondió: “¡ Porque somos cubanos!”. El burócrata se quedó atónito: aún no entendía, y ahí mismo se acabó la reunión.
¡ . ¿Ud. es el que limpia su casa y su esposa cocina?
Las acciones organizativas y de incentivación hicieron que la producción en la salina de Bidoq (en Matanzas) se duplicara. Ya en los 90 empezaba a escasear el combustible, las gomas y las baterías para los camiones. El grupo que estaba al frente del proceso de reorganización de la producción de Sal, coordina para que la sal se transporte fundamentalmente en casillas de ferrocarril, en vez de transporte automotor. Solo había que trasladar diariamente la sal y los estibadores desde Bidoq a la terminal de casillas de Martí, a unos 50 kilómetros. Pero surge el problema de la alimentación de los trabajadores. Diariamente habría que trasladar en un camión el almuerzo de la brigada. Y surge una idea: contratar a una compañera que vive cerca de la terminal, llevarle una vez al mes los insumos y que cocinara a la brigada de 8 o 10 estibadores. Problema resuelto, pensamos. Se va a la Dirección de Trabajo Municipal a radicar la plaza. El Director de esa dependencia se niega argumentando: “si es en una casa, ¡la cocinera que va a manipular alimentos no puede limpiar!”. Ante tan absurda respuesta, Luis le pregunta: “Disculpe compañero si esta pregunta es personal, pero ¿quién cocina en su casa?” El burócrata, que no había visto por donde venía la bola, responde: “Mi esposa”. A lo que Luis le dice: “entonces Ud. es el que debe limpiar, ¿no?”.
El Pacto del Zanjón
El socialismo, con la propiedad social de los
medios de producción fundamentales y la planificación científica, crea las
premisas para la utilización de la programación lineal, y de su caso
particular, el problema del transporte óptimo, porque de lo que se trata no es
de optimizar el bienestar de unos sino el de toda la sociedad. El Ché, desde
los 60 se dio cuenta de las potencialidades en el socialismo e insignes
economistas cubanos, como el Dr. Antonio Morales-Pita, y otros, trataron
infructuosamente de incorporar la programación lineal a la optimización de la producción
de azúcar y otros rubros.
Con el aumento de la producción de sal y las
limitaciones en la transportación, se empezaron a crear cuellos de botella en
las salinas y con ello paralizaciones de plantas productoras. Era el momento de
buscar una solución científica. Cuando empezamos a analizar el tema de la
transportación nos dimos cuenta de que, por ejemplo: ¡ la sal de Bidoq, en
Matanzas se enviaba a Holguín, la de la salina El Real (Nuevitas) para Pinar
del Río o la de las salinas 9 y 10 de abril (Villa Clara) para Las Tunas, y la
de Caimanera , Guantánamo, una parte de su producción para la Habana ¡ .
Aquello era un disparate, como diseñado por el Pentágono, en tiempos de
combustible, gomas y camiones abundantes.
Como jóvenes e inconformes economistas
empezamos a intentar cambiar aquello. Contactamos con Francisco (Panchito), que
había sido profesor de Programación Lineal de la Facultad de Economía de la
Universidad de La Habana, y que estaba trabajando en el Hotel Habana Libre,
pues conocía y poseía un software que era capaz de resolver un problema de
programación lineal con algunas restricciones (la solución manual era casi
imposible en unas semanas). Panchito se unió a la idea. Nos fuimos al MINCIN y
nos reunimos con los Directivos que tenían que ver con la distribución de la
sal. Se sorprendieron por la tarea que queríamos realizar, pero finalmente se
comprometieron a cooperar brindando la información de los destinos. La sal se
transportaba por tres vías: camiones, casillas de ferrocarril y cabotaje.
Conocíamos, también, un compañero de la Universidad, Armandito, que era el
Subdirector de la Unión de Camiones, y lo ganamos a la causa. Todo más o menos
bien hasta que llegamos al MITRANS, que era el organismo que realizaba el
balance de las cargas.
En el MITRANS nos recibió un alto directivo ( gestión mediante).
Luego de escuchar nuestro propósito, y de todas las gestiones realizadas, sin
la menor consideración, nos soltó: “Llevo
tres años sin tomar vacaciones y me voy tres meses, así que no puedo ayudarlos”
(como si el problema fuera nuestro). Nuestra respuesta: “Bueno, pero alguien debe tener la
información, ¿no? y podríamos trabajar de conjunto”. La respuesta del
burócrata omnímodo: “No, solo yo tengo la
información”.
Nos fuimos, cabizbajos a la Unión de Minería y
Sal: nadie nos apoyó, se había consumado el Pacto del Zanjón. Desde
aquel momento, cada vez que ambos observamos actitudes similares, conformistas,
egoístas y facilistas de
funcionarios, los
calificamos como “zanjoneros”. Porque sí se podía y sí se puede siempre.
¿Será posible al fin, en el siglo XXI , aplicar la programación lineal en extenso en la economía cubana como parte de la planificación científica? ¿Serán compatibles finalmente en nuestro país?.
Son muy interesantes esas anécdotas.
ResponderEliminarSiempre me ha asaltado la duda del proceso que fue el Ordenamiento, duro 10 años de estudio, con un grupo de trabajo al cual se le pagaba salarios, después horas televisivas, muchos economistas dijeron que no era el momento adecuado.
No se escucharon los criterios y se aprobó, nadie se dio cuenta del error garrafal, o fue voluntarismo.
Es difícil comprender, pero eso agota, ojalá esta nueva táctica económica de resultados positivos, es lo que más deseo por el bien de nuestro pueblo, solo que es un gran reto con un déficit fiscal tan elevado, lograr estabilizar lo macroeconomic con subir los tributos e ir hacia la creación de más burocracia, ahora un Instituto, solo desear no existan más sesgos.
Estamos en un tiempo que no es de ceremonias y si de Producir resultados tangibles.
Modesta opinión de un neófito de los de a pie.
El burocratismo está emparentado con el dogmatismo. En nuestro contexto económico social es el auto infligido bloqueo e igual de dañino que el bloqueo yanqui. El relato de Humberto y Luís ilustran con ejemplos claros el daño causado.
ResponderEliminarClaro que se puede y se debe aplicar. Hace algunos años me publicaron en Cubadebate un artículo sobre la aplicación de la Matemática en la comercialización de productos, y la Ministra del Comercio Interior me pidió ayuda para en encaminar mis sugerencias. Coordine con el entonces decano de la Facultad de Matemática y Computación de la UH, pues yo sabía que de la existencia de profesores muy competentes en los procesos de optimización, de investigación de operaciones. En ese momento me fue imposible participar personalmente, pero sé que se realizaron encuentros entre expertos del Mincin y de MATCOM. En varias ocasiones hablé con la jefa de despacho de la Ministra, y comprobé que no se avanzaba por la falta de una contraparte preparada para lograr una colaboración efectiva de la UH.
ResponderEliminarMotivado por este artículo de Luis y de Humberto voy a nteresarme sobre el asunto. La aplicación de la Matemática es de suma importancia en los momentos actuales.
Estimado Nestor, muchas gracias, seria de mucho interes lo que planteas. Estoy convencido que sin la aplicación de la Matematica, Cuba no alcanzará el desarrollo de modo sostenido. Lo que quieras publicar, opinar en este sitio, es muy apreciado. saludos
EliminarEstas son las cosas que hacen que la gente se harte de escuchar la justificación del bloqueo como el responsable de todos nuestros males. Hay mucha incompetencia e ineptitud en muchos funcionarios que nos hacen la vida el doble de difícil. La gente lo sabe, y por eso no cree, o se ha cansado de creer, en el daño que nos causa la política de asfixia que nos imponen. Y lo más lindo, ocurren barbaridades semejantes o peores y no pasa nada.
ResponderEliminarUna precisión sobre el nombre por el que se conocía al profesor Francisco de la facultad de economía que después paso a trabajar al hotel Habana Libre, es Panchito, no Paquito
ResponderEliminarES correcto, y eso a pesar que fuimos compañeros de curso. Gracias y corregido
EliminarSin datos no hay matemática.
ResponderEliminarExcelente artículo de Luis y Humberto, con muchas enseñanzas y moralejas. El tiempo pasa y esos fantasmas siguen ahí!!!!, pero nosotros también seguimos aquí “porque somos cubanos”, como dijo Luisito!, muy buena la iniciativa de Néstor.
ResponderEliminarMuchas gracias estimado Carranza, este tambien es tu sitio, y tus opiniones son muy importantes. Abrazo
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