1 Pensamos que el problema planteado no admite SI ó NO como respuesta, aunque esto mismo convierte la pregunta en una excelente provocación. Tras la diversidad de pensadas respuestas resalta una inteligencia del problema que reclama atención de los actores políticos ¡Felicitaciones a la provocación y a los provocados!
2. Podría afirmarse que desde 1959 la socialización cubana –en revolución-- ha experimentado dos etapas intensas de reformas radicales. Socializadoras las primeras, a partir de la Reforma Agraria (1959), y a lo largo de los 60, todas contra las desigualdades heredadas, llegando a extremos muy discutibles, como la llamada “Ofensiva Revolucionaria” de 1968. No obstante, nos referimos aquí a la ola reformista que ha tenido lugar desde los 90, tras el derrumbe del socialismo europeo como sistema, la cual implica, evidentemente de manera inevitable, la introducción formal de desigualdades en el sistema, bajo control o descontroladas.
3. No es cuestionable que se trata de reformas imprescindibles, aun si el desafío de los cambios que generan desigualdad supone percatarse siempre de cuándo amenazan al sistema y cuando, por el contrario, contribuyen a sostenerlo, rectificando el rumbo socialista.
4. Sabemos que Che Guevara se opuso al uso de las “armas melladas del capitalismo”, pero no dijo que todas sus armas estuvieran melladas. El tema más polémico tal vez sea el del papel de la ley del mercado más allá de la sociedad capitalista, ya que donde se le cierra por la vía administrativa, se abre paso como informal. La historia lo demuestra con insistencia. Fue un problema que en la experiencia cubana no podía ser resuelto en el corto plazo de los 60. Del rigor de la mirada del Che da pruebas su extensa carta a Fidel del 25 de marzo de 1965 – publicada solo en 2018 en el Epistolario compilado por el Centro Che Guevara—, donde analiza críticamente los resultados económicos de los primeros cinco años del cambio. De su apertura de pensamiento, hay muestras suficientes, en su paso por el Ministerio de Industrias, de que buscó siempre lo más novedoso sin prejuicios sobre su procedencia. Hoy el reto supone, en el fondo, identificar y aprovechar las fuerzas productivas que el entorno histórico-social pueda poner al alcance de nuestros objetivos.
5. Vale la pena recordar que Carlos Marx ya reconocía el problema cuando criticaba el programa que el joven partido socialdemócrata alemán –entonces su partido-- pretendía llevar, en la ciudad de Gotha, a su II Congreso en 1877. En aquel texto crítico . En rigor, Marx caracterizaba al socialismo como un indefinido proceso de transición, e identificaba al comunismo como el horizonte deseado (la utopía, me atrevería yo a decir).
6. De vuelta al problema en la actualidad, lo vemos ahora como el de identificar lo rescatable del desarrollo capitalista para que no lo pierda el socialismo, sin permitir que en ese rescate prevalezca lo negativo. Apropiarnos de lo que la historia capitalista nos transmite, sin permitir que sus mecanismos nos arrastren. Dónde y cómo privatizar, así como dónde y cómo socializar, para que la identidad socialista del sistema NO se haga vulnerable a la erosión del lastre.
7. Recuerdo una anécdota de un dirigente de los 80 que respeto, a quien un colega argumentaba que, por su rango, debía moverse en un auto costoso. Su respuesta fue que, si le demostraba en cifras el beneficio que eso iba a traer al país, podría estar de acuerdo. Es un modo sencillo de cómo asumir el dilema de que la caja contadora suene antes de definir cómo articularlo a la prioridad de los objetivos sociales.
8. Por fortuna China y Vietnam parecen haber encontrado la fórmula para hacer frente exitosamente al dilema planteado, en lo que Rusia falló, arrastrada `por el peso específico anti-socialista (o desocializador) que adoptaron sus reformas a inicios de los 90. En pocos años pasó de figurar como la segunda economía mundial a la octava, según las cifras de su comportamiento. Era convertida, en pleno, Europa del Este en vagón de cola del sistema europeo dominado desde Washington. Este efecto de retroceso ruso solo ha podido verse compensado a partir de la aproximación de Moscú a China, y a la creación de los BRICS como asociación multinacional.
9. Cuba no parece descifrar aun el guarismo salvador para su situación específica, y sus acciones muestran, en el mejor de los casos, un efecto pendular. Los años veinte de este siglo nos han puesto en el escenario adverso de tres pandemias: la COVID 19, el mal de Trump, y el síndrome del “ordenamiento”. De la primera salimos con éxito; contra la segunda no tenemos como acertar, la tercera es nuestro problema. Nuestro éxito nunca va a ser total, pero hay un marco posible de salidas exitosas y es el que nos toca encontrar. ¿Hasta qué punto acertamos al buscar y donde nos equivocamos? “Cambiar todo lo que debe ser cambiado” es lo más importante, pero supone que sepamos identificar lo que tiene que ser cambiado y descubrir cómo y cuándo.
10. Precisamos desde el principio que se trataba de reflexiones profanas, porque son las que podemos dar. Las canónicas, las de la clase de los economistas, las más relevantes, merecen mejor papel en esta encrucijada. ¿Lo tendrán?
Obediencia, devoción , autoridad y jerarquía son referentes milenarios!
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