No se si en tu publicación se puede decir cosas de artículos publicados por otros autores y si es así adjunto y puedes publica mis comentarios al articulo de Agustín Lage sobre las Empresas Cubanas ya que considero existen graves errores teóricos y confusiones al hablar de 10 elementos a considerar en estas empezando porque iguala intervención estatal con dirección estatal de las empresas ,algo totalmente diferente en cuanto a contenido y formas concretas de participación estatal en las empresas, y ademas introduce elementos generales de la dinámica empresarial internacional mas allá de quien sea el propietario de estas.
Hay que ver como dentro de los sistemas socio económicos capitalistas casi siempre existe un cierto grado de intervencionismo y los motivos argüidos para el mismo son varios.
- Corregir los efectos de posibles fallos de mercado y desigualdades.
- Lograr cierto bienestar social adicional al margen de los mecanismos de mercado.
- Existencia de bienes públicos (aire, pesca en aguas internacionales, etc.) que no pueden ser adecuadamente controlados por un mecanismo de mercado.
- Proteger el medio ambiente y buscar una forma de explotación sostenible de los recursos naturales.
- Financiar un sistema de defensa nacional y de seguridad pública que permita desarrollar pacíficamente la actividad económica.
En algunos casos el intervencionismo incluye que el Estado esté a cargo directo de la producción dentro de ciertos sectores estratégicos, siendo menos frecuente el caso de que la mayor parte de la actividad económica estuviera dirigida más o menos directamente por el Estado. En los sistemas socialistas y las economías planificadas el Estado es el responsable de la mayor parte de decisiones involucradas en la actividad económica.
Por igual me da insatisfacción ver que a casi 50 años de los debates de como organizar la gestión empresarial en Cuba , entre Carlos Rafael Rodriguez y Ernesto Guevara Laserna (El Che ), y a mas de 40 del proceso en 1975 a favor del SDPE ( no acabo de entender porque se cambio este sistema) se siga buscando el debate como si todo este tiempo no hubiera sido suficiente para encontrar un modelo a la realidad local.
La mayoría confunde Estado Central ( como decidiendo hasta muchas acciones operativas) con un Estado planificador de Estrategias y controlador de su ejecución con empresas donde estas se concretan y desarrollan.
Veo en Cuba demasiada concentración en el Aparato Central del Estado( Gobierno Central) de la responsabilidad decisoria hasta de asuntos cotidianos y a la gran mayoría de las empresas , totalmente estatales, como espectadores pasivos mientras otros actores y las mixtas operan de forma diferente y obtienen igualmente resultados diferentes.
Finalmente para definir toda la realidad cubana no se puede olvidar que se haya aun en la transición al socialismo, lo que implica la no consolidación de las formas socialistas de la economía estatal como erróneamente hace Lage y esto determina un campo de acción complicado de las empresas y por eso creo, como muchos , que la propiedad importa pero esto por si solo no implica eficacia y eficiencia empresarial y veamos como en sectores iguales hay empresas de igual sistema de propiedad con muy diferentes resultados.
Saludos Zuaznabar
Notas adicionales en el texto en amarillas.
Martí escribió en 1884: Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en
el ala de un colibrí, y que son sin embargo la clave de la paz pública, la elevación
espiritual y la grandeza patria. Y así nos educamos los cubanos, en la búsqueda
siempre de esas verdades esenciales sobre las que hay que construir consenso y
no dejarnos confundir por lo superfluo o lo coyuntural.
Uno de los temas más debatidos
hoy es el de la eficiencia y las posibilidades de crecimiento de la empresa
estatal socialista.
Los conceptos están en
los documentos del VII Congreso del Partido. Entre los principios de nuestro
socialismo está: La propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios
fundamentales de producción, forma principal de la economía nacional y del
sistema socioeconómico, base del poder real de los trabajadores. Y al
desarrollar el concepto de propiedad socialista de todo el pueblo se establece:
Asume la forma de propiedad estatal, a partir de que el Estado actúa como
representante del dueño, que es el pueblo. No he escuchado a nadie que
cuestione este principio. El pueblo sabe que si falla la empresa estatal
socialista, falla el socialismo, y se pone en riesgo todo lo conquistado en
medio siglo. Los debates conciernen a las formas concretas en que podemos
lograr que esa empresa crezca y sea cada vez más el motor principal de nuestra
economía, el contexto organizacional en el que se expresan la propiedad social,
la distribución del producto social de acuerdo con el trabajo, y la
planificación en función de objetivos sociales.
Si vamos a las
resultados reales del sistema empresarial cubano , estatal puro , se puede
decir que mayoritariamente este ha fallado y sobre todo en la agricultura y si
vemos los resultados prácticos y lo comparamos con la teoría que decía que “ la empresa era la cédula económica del socialismo pues en ella se concretaban todo
el sistema de relaciones socialistas de propiedad y producción debemos decir
entonces que aún está por demostrarse
tal eficacia y eficiencia y miramos
además la historia global socialista vemos como
desapareció el socialismo, además de por fallas de liderazgo y conducción
social, porque sus empresas no superara ron a las del capital , ni pudieron
hacer un sistema eficiente a pesar del aporte de los ex soviéticos, y
apreciamos como en la ex URSS y Europa
del este, la gran mayoría de sus empresas vivían del presupuesto estatal y si
vemos lo que están haciendo ahora los chinos de Mao y los rusos de Lenin entonces
tendríamos que decir que las empresas estatales pueden ser eficaces y eficientes
pero las socialista hasta ahora , mayoritariamente, no lo han sido, por múltiples causales
objetivas pero sobre todo creemos subjetivas.
No es un tema que se
pueda dejar solo en manos de expertos y académicos, y por eso es importante que
haya debates amplios, porque lo que finalmente incluyamos en nuestras leyes
debe ser una construcción social, y será tan avanzado como lo permitan la
cultura y el consenso que construyamos.
El debate tiene dos
aristas: el de la empresa estatal socialista en cualquier sector y, el otro, el
de las empresas de alta tecnología. Temas complejos, llenos de especificidades,
cuya percepción modula la postura de cada cual, e introduce el riesgo de nublar
la visión de las esencias. Por eso vale identificar las verdades esenciales
sobre las cuales queremos construir las propuestas. He aquí diez:
1-La intervención del Estado en la economía es
imprescindible para cualquier programa de desarrollo. El desarrollo
socioeconómico es un área de “fallo de mercado”.
Las experiencias
conocidas de desarrollo económico han partido de una fuerte intervención
estatal. Así ha sido en diferentes momentos en Francia, Singapur, Japón, Corea,
China, incluso en Estados Unidos.
El Estado tiene
mecanismos de intervención en la economía, al actuar como regulador, como fisco,
como cliente de las empresas, como proveedor de educación y servicios sociales,
pero también frecuentemente como dueño. Funciones que se combinan en
proporciones diferentes según el país y la época, pero la verdad es que no hay
desarrollo económico sin intervención estatal
La diferencia entre un
sistema social y otro radica en a favor de quién interviene el Estado: de las
clases dominantes o de todo el pueblo. Pero para el crecimiento de la economía,
el Estado moderno interviene siempre.
En economía hay que ser tan
riguroso como en las ciencias puras y si al agregar una molécula más a la
formula base del agua obtenemos cualitativamente y cuantitativamente algo
diferente a confundir o igualar dos conceptos económicos los resultados también
son diferentes. Por ello no es lo mismo intervención que dirección y no es lo
mismo ni se obtienen los mismos resultados cuando interviene en la economía el estado que cuando
este ejecuta la dirección total de esta desde el trazado de las políticas
económicas hasta su aplicación, ejecución y control, como una intervención
directa y completa y ahí Lage muestra su gran desconocimiento de la historia
económica mundial .Esto es media verdad pues si Lenin definió al capitalismo
monopolista de estado como una nueva fase superior del capitalismo o rasgo imperialista
pero hasta donde conocemos no dijo que el estado dirigía los monopolios sino los
apoyaba para maximizar su ganancia y creaban condiciones Macro Económicas
estables para su acción y no dirigía a los monopolios. Otra cosa errada es
definir al estado solo como su aparato estatal y en Cuba las decisiones que
toma la empresa estatal, que es estado igual, son muy limitadas.
2-La
socialización de la producción es un proceso histórico objetivo.
La economía mundial de
la primera mitad del siglo XIX era un capitalismo de pequeñas unidades,
pertenecientes a personas físicas identificables, en el que los Estados
confiaban en la regulación del mercado, y se limitaban a colectar impuestos;
pero ya a finales de esa centuria lo que había era un capitalismo de grandes
unidades, con monopolios y oligopolios, en el que los Estados intervenían más
directamente.
La tecnología genera
unidades productivas grandes y encadenamientos entre ellas. La contradicción
fundamental que Marx identificó en el capitalismo es la contradicción entre el
carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación. Es lo
que terminará por hacer inviable el capitalismo. Una economía de pequeños
productores privados sería un retroceso histórico, no un progreso.
Si ok pero
Lenin dijo que nacionalización socialista y socialización socialista son dios
tiempos de un mismo proceso pero el tránsito de una a otra no es automático
pues la primera da la propiedad al estado socialista pero la segunda se logra
cuando se incrementan los resultados productivos y se cumple la Ley Económica Fundamental
del Socialismo “ la satisfacción de las necesidades siempre
crecientes de los habitantes y eso sin la empresa eficaz y eficiente no se puede
lograr.
3-Las figuras empresariales que separan propiedad y
gestión son una consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas, y son
anteriores al socialismo.
La socialización de la
producción comenzó desde el siglo XIX a requerir complejos medios de trabajo, y
demandó una transformación de las instituciones. A partir de determinado
tamaño, surgieron sociedades anónimas “por acciones” en las que la propiedad se
comparte entre muchos “accionistas” que ponen en ella dinero, pero no
participan de la administración cotidiana de la empresa, la cual se confía a un
“administrador profesional”, un director ejecutivo. Este director ejecutivo
recibe un salario usualmente alto, pero es esencialmente un asalariado. Este
tipo de estructura empresarial se desarrolló en Estados Unidos y otros países a
partir de la masiva construcción de ferrocarriles en la década de 1840,
inversión que por su tamaño no podía ser asumida por ningún capital privado
aisladamente. El esquema se repitió en la construcción de sistemas de
distribución de electricidad y en otras industrias caracterizadas por alta
demanda inicial de capital y altos costos fijos.
A partir del año 1900
las grandes empresas adoptaron mayoritariamente la forma de sociedades
anónimas, lo que le confirió a la propiedad capitalista cierto carácter
colectivo y consolidó la separación entre propiedad y gestión. La propiedad es
de los accionistas (representados por una “junta de accionistas”), mientras que
la administración cotidiana de la empresa, es ejercida por un director
ejecutivo contratado.
La intervención del
Estado como dueño comienza frecuentemente con la adquisición de una fracción de
las acciones. La empresa completamente estatal es la consecuencia natural de
ambos procesos: la socialización de la
producción, y la separación entre propiedad y gestión. La propiedad
socialista de todo el pueblo es una continuación de estos procesos, ya sin las
trabas derivadas de la propiedad privada. Es lo que Marx previó al intuir que
las formas básicas de un sistema socioeconómico maduran dentro del sistema que
le precede.
Error teórico
gigantesco y solo piensen en Cuba Ofensiva Revolucionaria de 1968
nacionalizando bodegas y bares.
En Cuba nuestras
empresas estatales pudieran considerarse como empresas con 11 millones de
accionistas, y esos “accionistas” que son el pueblo todo, son representados por
el Estado. Nuestro socialismo está en la propiedad, que es de todo el pueblo, y
en las formas socialistas de distribución lo cual es consecuencia de un proceso
político que nos distingue del capitalismo.
Los socialistas utópicos no eran solo franceses
En la empresa estatal
todos recibimos ingresos según nuestro trabajo, pero las rentas derivadas de la
propiedad de la empresa pertenecen a los 11 millones de cubanos, a través del
Estado. Las formas concretas de gestión administrativa son otra cosa, y es un
proceso esencialmente técnico. No podemos confundir propiedad social con
gestión centralizada, ni mucho menos intentar dinamizar la gestión mediante la
privatización de la propiedad. Ya en otros países se cometió ese error, y
sabemos las consecuencias.
4-Hay empresas estatales en muchos países
y funcionan bien.
El discurso ideológico neoliberal
“vende” la idea de una empresa privada juvenil, dinámica, eficiente, generadora
de ideas, en contraste con una empresa estatal envejecida, burocrática,
ineficiente y estancada. Ese es el spot publicitario, pero no es la verdad.
Entre las empresas
catalogadas como las mayores del mundo en 2011, son estatales el 47 por ciento
para los países Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), el 20 por
ciento para Noruega, el 13 por ciento para Bélgica y Suiza. Estas empresas
estatales son especialmente importantes en las industrias “de redes” como la
energía, las telecomunicaciones, el transporte, así como en las industrias que
necesitan planificación a largo plazo. China creó en 2003 la Comisión de
Supervisión y Administración de Activos del Estado que agrupa más de 100
grandes empresas estatales. Las de los sectores no-bancarios se estima aportan
más del 33 por ciento del PIB de China. En Vietnam hay 1 300 empresas
estatales. En Singapur el sector de la energía fue estatal hasta 1995. En los
años 50, durante la recuperación de la postguerra, los gobiernos de Francia y
Alemania eran propietarios del 30 por ciento del capital, aunque después, en la
ola de privatizaciones de los años 80 esa fracción se redujo y se retrocedió en
el “estado de bienestar”. En Francia, en 1948 estaba nacionalizada la mitad de
la industria y las empresas de la banca y los seguros. En Argentina Yacimientos
Petrolíferos Fiscales fue la primera petrolera estatal en 1922. Y la lista de
ejemplos pudiera ser mucho más larga.
El mensaje es que las
empresas de propiedad estatal han existido y existen en muchos países, y que su
necesidad es especialmente percibida en los períodos de dificultades económicas
o de despegue del desarrollo. Sin ellas, ni se sale de las crisis, ni se desarrolla
el país. Así ha sido en los países hoy industrializados, y así es mucho más
para los países subdesarrollados.
La privatización de las
empresas estatales que insistentemente se recomienda a los países del sur, es
otra de las trampas ideológicas del neoliberalismo, encaminada a perpetuar la
dependencia.
Correcto. ¿ Pero
porque existen tantas empresas con problemas en Cuba y Venezuela?
5-La propiedad privada sobre los medios de producción
construye y amplifica desigualdades sociales. La política de impuestos no basta
para financiar el desarrollo social ni para garantizar la equidad.
La propiedad privada y
las leyes del mercado son constructoras de desigualdades sociales. En los
países capitalistas industrializados los períodos de mayor intervención del
Estado en la economía (como las etapas del New Deal de los años 40 en Estados
Unidos, y de la socialdemocracia europea, los “30 años gloriosos” de 1950 a
1980) coinciden con los períodos de reducción de desigualdades sociales,
mientras que las etapas de privatizaciones y desregulación de la economía (como
el neoliberalismo a partir de los años 80) coinciden con la expansión de
desigualdades. En los Estados Unidos la parte de la riqueza nacional que recibe
el 10 por ciento “de arriba” de la población subió de 30 por ciento en los años
70, a casi 50 por ciento en 2000, y si la tendencia continúa llegará al 60 por
ciento en 2030.
Lo que generalmente hace
la empresa privada es una privatización de las ganancias y una socialización de
las pérdidas. Dado que la obtención de ganancias es el objetivo central del
negocio privado, es inevitable que estos se hagan expertos en externalizar
costos. En las empresas privadas las ganancias, después de pagar impuestos,
pertenecen totalmente a los dueños privados. En las empresas públicas el Estado
recolecta, para redistribuir en la sociedad, no solamente los impuestos, sino
también parte de las ganancias. De ahí sale la capacidad del Estado para
financiar el desarrollo social y económico.
No es un concepto
solamente económico, sino principalmente ético: refleja la parte del producto
del trabajo que una sociedad está dispuesta a destinar a objetivos comunes. Cuán
lejos avanzamos con esta idea es una función de la cultura, y la cultura cubana
tiene sólidas bases para ir muy lejos, y defender la justicia social como uno
de los objetivos esenciales de la gestión económica.
Buen discurso
político.
6-En las últimas décadas ha estado ocurriendo un proceso de
internalización de la investigación científica en las empresas (Es decir, no se
limitan a usar los resultados de la ciencia que se realiza en universidades,
por ejemplo, sino que las empresas se dedican también a la investigación
científica). Ello es asumido como parte de sus actividades de investigación
dentro de sus propias operaciones y las financian en sus costos. Son las
llamadas empresa de alta tecnología.
A los procesos objetivos
de socialización de la producción, y de separación entre propiedad y gestión,
que han sido consustanciales al desarrollo industrial desde hace 150 años, se
adiciona en el último medio siglo este fenómeno de la internalización de la
investigación científica en las propias empresas.
Comenzó en la primera
mitad del siglo XX con los laboratorios de las grandes corporaciones de la
química y la electrónica, y se expandió después con la informática y la
biotecnología. Surgen así empresas que invierten una parte importante de sus
recursos en investigar nuevos procesos y productos, que sustituyen por otros
mejores, que protegen sus conocimientos con patentes, se involucran en
frecuentes transacciones sobre activos intangibles, y emplean una fuerza de
trabajo de alta calificación.
Son las llamadas
EMPRESAS DE ALTA TECNOLOGÍA, parte de una etapa nueva del desarrollo que se
conoce como “Economía del Conocimiento”. Genera sectores industriales en los
que el conocimiento (más que el gasto material) es el principal componente del
costo, en que el ciclo de vida de los productos es más corto, en que se compite
por diferenciación de productos más que por escala y costos, y en que las
empresas internalizan investigación científica. Los sectores de la
microelectrónica, telecomunicaciones, software, biotecnología, energías
renovables, nuevos materiales, industria aeroespacial y otros son así. En Cuba
en la biotecnología, comenzaron a surgir en los años 80 y 90 empresas de este
tipo.
7-La Empresa de Alta Tecnología fructifica en un
contexto de inversión estatal en ciencia y de desarrollo científico en el
sector presupuestado.
El sector empresarial ha
ido asumiendo una fracción cada vez mayor de los gastos en
investigación-desarrollo en varios países. En los Estados Unidos el
financiamiento de la ciencia es 67 por ciento empresarial, en Europa es 54 por
ciento y en Japón 73.
La internalización en
las empresas de un componente mayor de investigación ha creado la falacia de
que son ahora las empresas las que “hacen ciencia”. Esto no es verdad. Las
empresas transforman la ciencia en productos y servicios comercializables,
proceso complejo que requiere nuevas investigaciones. Pero las grandes
innovaciones provienen casi siempre de la inversión estatal en el sector
presupuestado, en universidades y en laboratorios estatales. Los mapas
genéticos, los microchips, Internet, las bases científico-técnicas de las
energías renovables, y otros, fueron todos en sus inicios proyectos estatales.
El esfuerzo que hagamos por expandir sectores de alta tecnología tiene que ir
en paralelo con el reforzamiento de la actividad científica en el sector
presupuestado.
Sigue igualando a intervención
con dirección
8-La Empresa de Alta Tecnología requiere
regulaciones especiales.
Aunque todas las
empresas aumentasen su capacidad de absorber conocimiento y tecnologías, el
tránsito a una economía basada en el conocimiento va a demandar además el
surgimiento de un tipo de organización económica diferente: La Empresa de Alta
Tecnología.
Este nuevo tipo de
empresa que internaliza la investigación científica y compite sobre productos
novedosos, debe asumir un componente de incertidumbre y riesgos superior al de
la economía tradicional. Es por eso que requiere ser regulada de manera
diferente. Todos los países que se han adentrado en la economía de alta
tecnología han construido un contexto regulador facilitador de este proceso.
Cada cual lo ha hecho de manera diferente, pero lo que es común para todos es
la comprensión de que el contexto regulatorio tradicional de la economía tolera
poco la incertidumbre, desincentiva la exploración y el riesgo, y retiene la
actividad científica en el sector presupuestado.
El surgimiento de nuevas
empresas de alta tecnología a partir de grupos científicos es un proceso que
requiere ser dirigido específicamente. Eso fue precisamente lo que hizo Fidel
en Cuba cuando creó el Polo Científico de la Biotecnología. Es un proceso en el
cual el socialismo tiene ventajas sobre la economía de mercado. Mientras mayor
contenido de ciencia y tecnología tenga nuestra economía, más socialista será.
Nada nuevo dice
9-En los países pequeños hay un vínculo entre
desarrollo tecnológico y exportaciones.
El desarrollo
tecnológico requiere que las empresas tengan altos costos fijos, en
investigación científica y en sofisticados sistemas de calidad, y ello
solamente es rentable a partir de un volumen de operaciones, que para el caso
de los países pequeños no se logra en la demanda doméstica, sino en las
exportaciones.
En la actualidad las
tecnologías permiten escalas de producción para llegar al mundo, y a su vez
estas operaciones globales son las que permiten financiar el desarrollo
tecnológico. Para los países pequeños, hay una conexión entre desarrollo
tecnológico y exportaciones. Nuestras empresas tendrán que emprender ambas
tareas simultáneamente. Insertarnos en la economía mundial, necesidad objetiva
en un mundo globalizado, no puede ocurrir con exportación de recursos
naturales, que no tenemos, ni con productos primarios de bajo valor añadido.
Tiene que ocurrir con productos y servicios de alta tecnología, derivados de la
ciencia y la técnica.
Esto es una
realidad universal y están los casos de Japón y Corea del Sur.
10-Hay que estudiar las experiencias de otros, pero no
podemos copiar. Cuba tiene un contexto geopolítico especial, que condiciona
nuestros márgenes de experimentación.
El
estudio de las realidades económicas del siglo XXI en otros países, nos lleva a
descubrir verdades esenciales, y a aprender de aciertos y errores de otros
países, pero al mismo tiempo nos tiene que llevar a comprender nuestras
especificidades y singular balance de oportunidades y riesgos.
¿Y de los
propios no se aprende?
Estamos emprendiendo la
construcción de un modelo económico y social buscando el balance adecuado entre
gestión estatal y no estatal, pero a
partir de un predominio ya consolidado del sector estatal; sin una burguesía interna que obstaculice el
proceso y reclame poder político; con un consenso social mayoritario construido
por la generación histórica de la Revolución, y con una riqueza de capital
humano fruto de medio siglo de construcción socialista.
Esto es un barbarismo. Si la
propiedad estatal en Cuba estuviera consolidada significaría haber pasado el
periodo de transición al socialismo momento histórico aun presente y por un
largo camino aun pendiente.
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