El consultor internacional en genética de peces Raúl Ponzoni asesora el proyecto firmado entre la FAO y Cuba Establecimiento e implementación de un programa de mejoramiento genético para peces de agua dulce
Por Raquel Sierra
En los años 80 del pasado siglo, productores acuícolas de Asia se percataron de un acentuado deterioro en la productividad de una de las especies más utilizadas: la tilapia. La ciencia acudió con prontitud, técnicos de varios países asiáticos y de Noruega, con financiamiento de varios organismos internacionales, tejieron redes para investigar las interioridades del asunto hasta formular un dictamen del problema y proponer una solución.
El diagnóstico, recuerda el consultor internacional en genética de peces Raúl Ponzoni, arrojó que el material traído al Asia no se había manejado bien desde el punto de vista genético, lo que provocó la drástica reducción en la productividad de los peces.
Con la conclusión entre las manos, los técnicos noruegos -con vasta experiencia en la genética y un exitoso programa de mejoramiento con el salmón-, decidieron adaptar a la tilapia la tecnología que habían desarrollado. Tomada la decisión, se acordó conducir el programa en Filipinas, mediante un diseño sólido y bien pensado. “Para que un programa de mejoramiento funcione es esencial contar con abundante variación genética, por lo que se muestrearon cuatro poblaciones de tilapia que ya existían en Asia e igual número del lugar de origen de la especie, cuatro naciones africanas”.
Las muestras se llevaron a Filipinas, donde se condujo un programa de cruzamiento en el que todas las líneas o variedades se usan como madres y padres. “En este caso, había ocho fuentes de tilapias, lo que multiplicado por ocho, daba 64 combinaciones. Es un diseño muy poderoso desde el punto de vista técnico porque permite estimar no solo la variación aditiva, sino también el vigor híbrido por el cruzamiento entre esas variedades”, explica el experto.
Las conclusiones, agrega, fue que el vigor híbrido no era muy importante, por lo que se decidió crear una nueva variedad única, que se denominó GIFT, del inglés Genetically Improved Farm Tilapia. “La sigla quedó simpática, pues en ese idioma el vocablo gift significa obsequio, presente o regalo, y simbólicamente era como un presente para los productores”, apunta Ponzoni.
Con esa variedad sintética, producto de ese cruzamiento entre poblaciones de tantas fuentes, se empezó a hacer selección, principalmente por crecimiento. De acuerdo con el experto, ese indicador en la tilapia es muy importante para los sistemas de producción prevalentes porque, si se tiene un período de crecimiento constante, permite producir un pez más grande, y si se quiere hacer un pez del mismo tamaño, con mayor velocidad de crecimiento, se logra en menos tiempo. Esto, además, ahorra en insumos porque el productor debe cuidar y alimentarlo durante un plazo menor.
En el proceso de selección hubo muy buena respuesta. En cinco años se consiguió un progreso considerable: se alcanzó 85 % del promedio del tamaño que los animales tenían al principio del programa, lo que fue bastante espectacular. “En las especies terrestres, por ejemplo, cuando un proyecto anda bien, se tienen ganancias anuales de 1 % o 2 % mientras que con estas se estaban obteniendo de 15 %, así que la diferencia era muy grande a favor del programa”.
Segunda pregunta
Los investigadores se plantearon entonces otra interrogante: ¿se expresaría la superioridad conseguida mediante el programa en una diversidad de ambientes? Para responderla enviaron muestras de especies a países como India, Bangladesh, China y Vietnam, donde las compararon con el material genético que los productores estaban usando en ese momento, en todos los casos se observó que la variedad GIFT se desempeñaba mejor.
En Filipinas, por ejemplo, hay productores con establecimientos grandes y también pequeños. “La GIFT es una variedad que se desempeña mejor que la contraparte no mejorada, tanto en instalaciones grandes como reducidas, es un genotipo superior que se comporta como tal en diversidad de entornos”.
Aterrizar en Cuba
A todas luces, la tecnología resultó exitosa. “Quienes recibían la variedad, en el próximo ciclo decían: yo quiero la que me llevé la otra vez porque crece. El favorable desempeño creaba una fidelidad hacia la especie. Aunque los productores técnicamente no sepan mucho, se dan cuenta de cuando comen y crecen o si están siempre casi del mismo tamaño. Ha sido un proyecto con impacto y varios estudios económicos muy detallados sobre ese aspecto y el resultado muestra que ha sido muy favorable”, explica Ponzoni.
Ahora Cuba está a las puertas de implementar un proyecto de cooperación internacional que persigue el establecimiento del programa en el país y el fortalecimiento de las capacidades en genética y reproducción selectiva en actores claves para lograr la sostenibilidad.
Esta podría ser una buena oportunidad. Por ejemplo, hace algún tiempo, una nación africana donde ya existía una variedad mejorada -40 % superior a la que normalmente usan los productores-, recibió un envío de GIFT. para compararla con la de Malasia. “El resultado fue sorprendente y espectacular, la progenie de GIFT creció 100 % más rápido y mejor que la variedad mejorada”.
Ventajas
En Cuba, si se tiene éxito en traer ejemplares de un número razonables de familias-entre 30 y 40-, se maneja con cuidado y se sigue el programa indicado, se va a dar un salto inicial importante en la productividad de tilapia, considera el consultor internacional.
“Deberán realizarse cambios de metodología de trabajo, que son alcanzables. El salto grande va a ser traer ejemplares mejorados pues se “adquieren” 20 años de selección bien hecha y el planeamiento, diseño y ejecución del proyecto original, un proceso complejo y prolongado”.
Para Raúl Ponzoni, si uno trae los animales mejorados está adquiriendo el resultado de todo ese gran esfuerzo. “Entonces, una vez aquí, uno de los objetivos principales tiene que ser manejar bien el material genético, de modo que no se deteriore; en términos de prioridad, lo esencial es el manejo óptimo, emplear las combinaciones exactas para prevenir problemas de consanguinidad y no disminuya el tamaño efectivo de la población”.
Lo confirma la ciencia
Los beneficios, sin embargo, pueden ir más allá de las tilapias. De acuerdo con el experto, esta experiencia puede tener mucho impacto a nivel de país “porque estamos hablando de la metodología utilizada en la tilapia GIFT, pero de manera general es aplicable a otras especies de agua dulce”.
El consultor internacional en genética de peces Raúl Ponzoni considera que otra ventaja de la acuicultura, no siempre tenida en cuenta, es su alta tasa reproductiva, lo que hace al sistema más eficiente. “El vacuno de carne, con suerte, produce un ternero por año, y todo ese tiempo debe darle de comer y cuidarlo, mientras que una hembra de especie acuática puede producir 10-30 o un millón de progenies, el sistema no gasta en mantener a la hembra que reproduce, porque son tantos que el costo de mantenerla es despreciable comparado con las especies terrestres”.
Según sus palabras, “si vamos a pensar en seguridad alimentaria, en término de eficiencia a nivel planetario, lo son mucho más los animales acuáticos que todos los demás, entonces si un gobierno invierte en consolidar y mejorar la eficiencia en la producción acuícola, es una decisión muy inteligente”.
TILAPIA Es el nombre genérico con el que se denomina a un grupo de peces de origen africano, que consta de varias especies, algunas con interés económico, pertenecientes al género Oreochromis. Las especies con interés comercial se crían en piscifactorías profesionales en diversas partes del mundo. Habitan mayoritariamente en regiones tropicales, en las que se dan las condiciones favorables para su reproducción y crecimiento.
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