Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Reseña del libro: El pensamiento económico de Fidel Castro en las relaciones económicas internacionales 1

Autores

Dr. C. Ernesto Molina Molina
Doctor en Ciencias Económicas. Miembro de Mérito de la Academia deCiencias de Cuba. Profesor Titular de Economía Política, Historia del Pensamiento Económico y Teoría Económica, Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García. Presidente de la Sociedad Científica de Pensamiento Económico de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, e-mail: emolina@isri.minrex.gob.cu. ORCID iD: 0000-0001-7825-5001
 

RESUMEN

Varios prestigiosos investigadores del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y colaboradores de este Centro lograron realizar este libro que resume un primer resultado del análisis del pensamiento económico del Comandante en Jefe en la esfera de las relaciones económicas internacionales. Todos los temas resultan aportes significativos asociados al momento en que fueron abordados por Fidel: el tema del socialismo como condición para el desarrollo, el libro La crisis económica y social del mundo, la deuda externa del Tercer Mundo, los peligros de la destrucción del medio ambiente y la necesidad de tomar medidas urgentes para preservar la vida en el planeta, y disímiles temas de la economía internacional que se encuentran  

INTRODUCCIÓN

La Revolución Cubana tuvo que contar con mucha creatividad con el vínculo imprescindible entre la economía y la política. Eso explica por qué las concepciones económicas de Fidel Castro tienen que estudiarse principalmente a través de los discursos y documentos del Estado y del Partido, incluso a través de las leyes revolucionarias y su aplicación práctica. La política que se divorcia de la economía pierde su base objetiva y está condenada al fracaso. Al mismo tiempo no es posible cumplir cabalmente las tareas económicas sin un acertado enfoque político, es decir, sin respetar los intereses de la sociedad en su conjunto, para lograr la plena unidad del pueblo ante un enemigo muy poderoso: el imperialismo yanqui.

Para cada momento histórico, nuestro pueblo tuvo que incorporar el aprendizaje de una nueva forma de lucha por su independencia y autodeterminación. Tuvo que aprender que Patria y Socialismo tendrían que unirse para lograr la “segunda independencia” de que hablara Martí en su testamento político. Y, sin embargo, treinta años después de iniciada la Revolución Cubana de 1959, hubo que plantearse de nuevo cómo convertir el revés del socialismo en victoria. La década de los años noventa nos obligaron a interiorizar en nuestra mentalidad aquella frase de Alegría del Pío: “aquí no se rinde nadie”, en circunstancias diferentes, ahora para un pueblo entero. Solo que este pueblo ya tenía mayor conciencia de sí mismo, de su propia historia; y de sus fortalezas y debilidades para continuar un nuevo tipo de lucha.

En forma muy breve, José Luis Rodríguez explica la labor realizada por investigadores del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y colaboradores de este Centro para lograr este libro que resume un primer resultado del análisis del pensamiento económico del Comandante en Jefe en la esfera de las relaciones económicas internacionales.

DESARROLLO

El prólogo de Osvaldo Martínez, si bien pudiera considerarse extenso, no lo es realmente, si se tiene presente el amplio periodo que abarca y que expone cómo se fue enriqueciendo el contenido científico en las relaciones económicas internacionales en el pensamiento económico de Fidel, y cómo el Comandante en Jefe se supo asesorar e intercambiar con instituciones como el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y el Centro de Investigaciones de Economía Internacional, y plantearle tareas acuciantes a la luz de los acontecimientos cada vez más complejos y conflictivos a escala global. Pero, además, de cierta manera este prólogo constituye una síntesis de todos los temas abordados en el libro.

A continuación, nos valemos del prólogo de Osvaldo Martínez en extenso:

Eran los años bien difíciles de la voz solitaria de Fidel Castro en las Cumbres de Jefes de Estado criticando al capitalismo globalizado transnacional, desafiando lo que parecía ser el sentido común de la época, aceptado y repetido por todos. En esos años multiplicó su estudio de la economía mundial y esta temática estuvo presente con más frecuencia que antes en sus intervenciones en diversos escenarios.

Consultando esas intervenciones de la década puede apreciarse que convirtió los temas de economía mundial en armas de frecuente utilización polémica en los discursos, conversaciones, preguntas y respuestas. En ellos profundizó su manejo de las complicadas tramas del mercado financiero globalizado, del funcionamiento de las Bolsas de Valores, los fondos de cobertura, las técnicas y trampas de la especulación financiera, la manipulación de las tasas de cambio, los entresijos del funcionamiento del FMI, del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos, los irritantes privilegios del dólar de ese país y la actuación de su economía como un extractor de capitales procedentes del resto del mundo.

Es sabido cómo Carlos Marx logró explicar el carácter cíclico de las crisis a partir de la renovación masiva del capital fijo, cada vez que se producía una revolución científico técnica. Pero bajo las condiciones de una exacerbada especulación financiera, como la que hoy caracteriza el ciclo económico, Fidel hace su propio análisis:

El tema de las crisis capitalistas, estudiado por Marx y seguido durante mucho tiempo por casi todas las escuelas de pensamiento económico, volvió a debatirse, y sobre él se interesó Fidel Castro, aplicando al análisis su acervo de conocimientos acerca del mercado financiero, la política neoliberal y las tesis marxistas sobre ellas.

Expresó que el sistema capitalista en su versión globalizada neoliberal, con el peso determinante de la especulación financiera, con la preferencia por la inversión especulativa y la peligrosa tendencia a la formación de burbujas financieras prestas a estallar, podía desencadenar una más fuerte crisis en algún momento futuro no lejano. Esta crisis se vería agravada por el hecho de que el gasto militar, utilizado en el pasado como amortiguador de las crisis y el manejo anticíclico de tipo keynesiano de las tasas de interés, no producían ya los resultados esperados. Así ocurrió en la realidad cuando en 2008 el sistema entró en una crisis más aguda y abarcadora caracterizada, entre otras cosas, por una sumatoria de crisis en sectores específicos como el alimentario, energético, financiero, ambiental, de la que aún no parece haber salido por completo.

Cuando en 1998 se produce el evento internacional Economía 98 en La Habana, Fidel propone iniciar los eventos de Globalización y Problemas del Desarrollo a partir de 1999; porque, precisamente los problemas globales ponían en peligro la vida en el planeta y hacían necesario el debate a escala global, con la participación de todas las escuelas de pensamiento y todas las instituciones internacionales que estuvieran dispuestas a una confrontación sensata. La participación de Fidel fue muy activa en esos primeros eventos.

En el año 2006 tiene lugar la salida del compañero Fidel de sus responsabilidades como gobernante por razones de salud, pero no cesó de trabajar su intelecto hasta su fallecimiento a finales de 2016.

Durante esos años mantuvo activa su inteligencia, su sed de saber y su vocación de servicio a Cuba y a los humanos de cualquier nacionalidad. Sus Reflexiones, publicadas en los medios de información en forma de breves notas, dan cuenta de la amplitud de su registro intelectual.

Muchas de las Reflexiones fueron dedicadas a insistir sobre la catástrofe ambiental que continúa incubándose, sin que las muchas reuniones internacionales aporten acuerdos definidos para detener la suicida carrera y sin que los gobiernos de los países que más contribuyen a acelerarla asuman sus responsabilidades.

Fidel Castro había hecho referencia en numerosas intervenciones al modelo consumista norteamericano –destructivo del medio ambiente– y que se exporta al resto del mundo. La conservación de este modelo consumista, que tiene como basamento el petróleo, encontró en los biocombustibles una nueva justificación económica, de espaldas a los intereses alimentarios de los pueblos:

Los llamados biocombustibles o agrocombustibles fueron objeto de un análisis crítico por representar un ejemplo de la capacidad del sistema capitalista transnacional para convertir los avances científicos en instrumentos de valorización del capital, antes que recursos para mejorar la vida de la especie. Esos agrocombustibles extraídos de cultivos comestibles como el maíz, la caña de azúcar, el aceite vegetal y otros, y transformados en combustibles para el consumo de automotores, significan una carga adicional sobre la crisis alimentaria, disminuyendo las tierras dedicadas a producir alimentos, estimulando la ocupación de nuevas tierras mediante la deforestación, y la expulsión de comunidades campesinas. Todo para satisfacer el consumo creciente de combustible en los países ricos y contribuir con más emisiones contaminantes.

El tema de la crisis volvió a entrar en escena. La escasez de liquidez y crédito en países con crisis financieras permitió a Estados Unidos –vía absorción de capitales ajenos– contar con liquidez abundante: Gloria al billete verde, Dios de la Economía Casino. ¿Hasta cuándo este pilar de Estados Unidos –el dólar– sostendrá el sistema monetario mundial? La burbuja hipotecaria, con sus célebres “hipotecas subprime”, explota en agosto del 2007:

La crisis económica desatada en la economía de Estados Unidos en 2008 –con un preámbulo en 2007–, que arrastró al mercado inmobiliario registrando sucesos, desde la explosión de créditos chatarra hasta la quiebra de gigantes financieros como LehmanBrothers, expresó lo acertado del pronóstico sobre el estallido de otra crisis de mayor intensidad. La afanosa aplicación de programas de rescate de los especuladores entregándoles financiamiento concedido por el estado mediante procedimientos llamados de flexibilización cuantitativa, fue tratada desde diferentes ángulos en las Reflexiones.

Con los procesos de globalización neoliberal, las relaciones externas inciden de manera cada vez con más fuerza en el diseño de las políticas internas. Las disciplinas internacionales tienden a abarcar ámbitos cada vez más amplios. En lo económico inciden en las políticas fiscales y monetarias, en los impuestos y subsidios, en las condiciones de competencia, las prácticas laborales y los planes de promoción del desarrollo. En otras áreas abarcan campos tan diversos como el ámbito de competencia del Estado, la propiedad intelectual, la administración de justicia, la participación de la mujer, la preservación del ambiente, la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción:

La crítica de Fidel Castro a la teoría y la política neoliberal merece un destaque especial. Muy temprano advirtió que esa corriente de pensamiento, en su esencia profundamente reaccionaria, es la teoría y la política que se adapta como anillo al dedo al capitalismo del mercado financiero desatado y al dominio del capital transnacional sobre las economías del Sur. Denunció también que la voracidad empresarial que incita, acelera la agresión al medio ambiente y exacerba las contradicciones que amenazan con hacer estallar una devastadora guerra nuclear.

Su crítica fue sistemática y siempre contrastando las promesas neoliberales con sus resultados reales, en particular, en la llamada flexibilidad laboral, para lo cual utilizaba detallada información sobre desempleo, trabajo informal, desigualdad de ingreso, pobreza, desnutrición, acceso a la educación y la salud, discriminación de la mujer, trabajo infantil y otros indicadores.

Osvaldo Martínez, quien se inició en su vida profesional como especialista en Historia del Pensamiento Económico, si bien devino después un experto en Relaciones Económicas Internacionales, brinda al final de su prólogo una observación metodológica fundamental cuando se investiga el devenir teórico de un autor que a la vez es actor y líder de una revolución:

Para cerrar el prólogo, tal vez ya demasiado extenso, a este valioso trabajo del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial que abre un necesario camino para la investigación y exposición del pensamiento de Fidel Castro, creo necesario señalar que para el estudio del pensamiento del líder sobre las relaciones económicas internacionales, los autores se vieron obligados a extraerlo de los contextos en que fue expresado, ya fueran discursos en diversos escenarios, en Cumbres de Jefes de Estado, entrevistas con periodistas o alguna de las innumerables ocasiones en que el Comandante hizo referencia al tema. Esta descontextualización tiene un costo inevitable que deberán pagar todos los especialistas que en sus áreas de conocimiento quieran segmentar su pensamiento.

Para ordenar la exposición, los autores elaboraron ocho capítulos diferentes sobre distintos aspectos de la evolución de las relaciones económicas internacionales, sobre todo en los últimos 40 años, etapa en la que se concentran las mayores reflexiones sobre el tema por parte de Fidel entre 1975 y 2006.

Los títulos de los capítulos definen muy claramente los temas seleccionados:

•    Capítulo 1. El socialismo como condición para el desarrollo

Dr. José Luis Rodríguez

•    Capítulo 2. Agricultura y alimentación

Dra. Jourdy Victoria James Heredia

•    Capítulo 3. Aspectos monetarios y financieros

Lic. Francisco Soberón Valdés

•    Capítulo 4. Las relaciones comerciales

MSc. Jonathán Quirós Santos

•    Capítulo 5. Integración y cooperación internacional

Lic. Faustino Cobarrubias Gómez

•    Capítulo 6. Fidel y las empresas transnacionales

MSc. Gladys Cecilia Hernández Pedraza

•    Capítulo 7. Energía y medio ambiente. Contexto internacional

Dr. Ramón Pichs Madruga, Lic. Avelino Suárez Rodríguez y Lic. Julio Torres Martínez

•    Capítulo 8. El Desarrollo Social

Dra. Blanca Munster

De esta manera se pueden presentar en síntesis los ocho temas, tal y como lo hace en la introducción José Luis Rodríguez:

El cuerpo de la investigación se inicia con un primer trabajo que aborda el tema del socialismo como condición para el desarrollo desde su génesis hasta su aplicación concreta en la práctica política de la Revolución cubana y en el desarrollo de diferentes movimientos revolucionarios de los últimos años.

A continuación, se abordan aspectos que fueron tratados por primera vez de manera sistemática por el Comandante en Jefe en el libro La crisis económica y social del mundo, escrito a modo de informe del Presidente del Movimiento de Países No Alineados a la VII Cumbre del MNOAL, celebrada en Nueva Delhi en 1983. A partir de entonces otros temas cobrarían singular relevancia más allá de lo referido en esa ocasión, los que serían abordados también profundamente por el Comandante en Jefe, como es el caso de la impagabilidad de la deuda externa del Tercer Mundo y su compensación mediante la reducción de los gastos militares (1985); los peligros de la destrucción del medio ambiente y la necesidad de tomar medidas urgentes para preservar la vida en el planeta (1992) o las múltiples referencias a disímiles temas de la economía internacional que se encuentran en los discursos e intervenciones de Fidel en los encuentros sobre Globalización y Desarrollo, los cuales se desarrollaron en Cuba entre 1999 y el 2009.

La flexibilidad del pensamiento económico de Fidel Castro ante las situaciones diversas que vive la economía mundial se hizo patente muy particularmente en el libro La crisis económica y social del mundo. Este libro puede considerarse una contribución teórica y práctica importante en el seno del movimiento revolucionario mundial, por su análisis de la crisis económica y social del mundo capitalista, y sus diversas manifestaciones en los países subdesarrollados: para hallar las formas de lucha idóneas contra el neocolonialismo en los difíciles años de las décadas de los setenta y ochenta, cuando el proceso de distensión internacional frente a la agresividad imperialista corría serios peligros.

Este análisis permitió reconocer el carácter estructural y, por tanto, mucho más grave, de la crisis económica y social del mundo capitalista, frente a la cual se propusieron soluciones realistas y sensatas, que permitían unir las fuerzas antimperialistas y progresistas que en Asia, África y América Latina, así como en los países capitalistas desarrollados, trabajaban por la liberación nacional, la paz y el progreso democrático de la humanidad.

Cuba es fundadora del Movimiento de Países No Alineados. Participó en su primera conferencia, celebrada en Belgrado, en 1961, y desde entonces ha tenido una acción destacada en este Movimiento, lo cual ha sido ampliamente reconocido por el conjunto de países integrantes del mismo, en especial, ha sido relevante el papel de Cuba por mantener la unión y cohesión del Movimiento a pesar de la disparidad de tendencias que en el mismo subsisten. Sin el arma poderosa de la unidad, los países emergentes no pueden enfrentarse a la voracidad del imperialismo, ni amortiguar los embates terribles de la crisis económica y social del mundo capitalista.

Esta actitud destacada de lucha tuvo su colofón en las VI y VII Cumbres del Movimiento celebradas respectivamente en los años 1979 y 1983. Cuba presidió el Movimiento de Países No Alineados entre ambas Cumbres. Gran resonancia tuvieron los informes del Comandante Fidel Castro a estas dos Cumbres, siendo Presidente del Movimiento de Países No Alineados entre estos años.

En el Informe Central, presentado en la VII Cumbre, celebrada en Nueva Delhi, India, en 1983, Fidel Castro, como presidente saliente, dio a conocer su libro: La crisis económica y social del mundo, sus repercusiones en los países subdesarrollados, sus perspectivas sombrías y la necesidad de luchar si queremos sobrevivir, que tiene la particularidad de reflejar los datos oficiales de aquellos organismos internacionales que tradicionalmente informan acerca de las cuestiones de la economía mundial y que permite reflejar la situación trágica del llamado Tercer Mundo ante la crisis económica y social del mundo capitalista.

Mediante cifras y datos el libro ilustra la esencia, causa y formas de manifestación de la crisis económica y social que vive el mundo capitalista. Y frente a ese diagnóstico se traza un programa de lucha que objetivamente debe contribuir, no solo a beneficiar la situación económica y social del llamado Tercer Mundo, sino también a ejercer una favorable influencia en toda la economía mundial, incluyendo la de los países capitalistas desarrollados.

Si bien el título del libro La crisis económica y social del mundo abarca también a los países socialistas desarrollados y aun cuando estos últimos estaban experimentando durante estos años una notable desaceleración en sus tasas de crecimiento, el origen de la crisis y la transmisión de sus efectos al resto del mundo se identifica claramente en los países capitalistas desarrollados, sobre todo en el grupo de sus siete mayores potencias y en particular, en Estados Unidos.

Al mismo tiempo que se reconocía a la crisis como parte del curso cíclico característico de las economías capitalistas desarrolladas se destacaba su gravedad en que reunía no solo efectos cíclicos, sino la acumulación de deformaciones originadas en la división internacional capitalista del trabajo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, determinadas en gran medida por la revolución científico técnica.

Llama la atención, que hoy se reconoce que estamos ante una Cuarta Revolución Científico-Técnica; cómo si se nos llamara a una nueva tarea científica: investigar sus consecuencias para el Sur: las nuevas deformaciones que originará la polarización científico tecnológica en la división internacional capitalista del trabajo en estos inicios del siglo xxi.

A esta gama notable de manifestaciones de carácter estructural de la crisis económica y social del mundo capitalista, entrelazada con la crisis del sistema neocolonial del imperialismo, Fidel propuso una respuesta de soluciones coherentes unidas desde los países del Tercer Mundo:

•    Traspasar el impresionante grado de control ejercido por las transnacionales sobre la comercialización a manos nacionales de los países del Tercer Mundo.

•    Eliminar el carácter neocolonial del sistema monetario internacional y en particular, el de sus instrumentos como el Fondo Monetario Internacional con lo cual sería posible emprender las transformaciones necesarias para el desarrollo.

•    La Reforma Agraria representaría un notable aporte a la solución de los problemas alimentarios del Tercer Mundo, al ampliar la producción agrícola y propiciar una distribución más equitativa de los ingresos. Esto crearía condiciones para combatir la crisis alimentaria, las dramáticas condiciones de salud que afectan a las masas del Tercer Mundo, actuar contra la acción degradante sobre la naturaleza de la erosión, la desertificación, el agotamiento y contaminación de fuentes de agua y otras formas de los suelos agrícolas del planeta, y eliminar el latifundio y el minifundio, que actúan como un complejo contexto de herencia colonial y neocolonial.

•    Fortalecer la política de reubicación de industrias de conformidad con los objetivos, las prioridades y las aspiraciones nacionales generales de los países en desarrollo y que no debe estar unida a la expansión de las empresas transnacionales en los países en desarrollo.

•    Entre las soluciones más demandadas en esos años para enfrentar los efectos negativos que reportaba la actividad de las empresas transnacionales a los países subdesarrollados era el esfuerzo por establecer un código de conducta internacional que se aplicara y normara las actividades de esas entidades. Desde el punto de vista político, el código no representa ninguna protección que no pueda darse por sí mismo el país protector de las inversiones extranjeras. Un país subdesarrollado que dispusiera de un gobierno firmemente establecido, independiente y defensor de los intereses nacionales, si necesitara de ese código, lo debía promulgar él mismo sin tener que negociarlo internacionalmente.

El mundo encaraba entonces la más absurda carrera armamentista en toda su historia, que significaba por su magnitud, su poder destructivo y su grado de refinamiento tecnológico, el mayor peligro que jamás había conocido la humanidad, y ofrecía la prueba más evidente de la irracionalidad y el despilfarro que caracterizaba la crisis de las relaciones internacionales, la carrera armamentista significaba la amenaza más directa e inmediata para su propia supervivencia. Detenerla e invertirla era, sin duda alguna, el aporte más decisivo a la causa de la paz, el objetivo más esencial y determinante que el mundo tenía ante sí.

En el informe de la VII Cumbre de los Países No Alineados, Fidel Castro reiteró el programa propuesto por él, a nombre de la VI Cumbre en el XXXIV periodo de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, la de alcanzar un aporte adicional de no menos de 300 000 millones de dólares a los valores reales de 1977 en la próxima década. Estos recursos debían ser en forma de donaciones y créditos blandos, a largo plazo y mínimo interés, destinado a los países subdesarrollados.

El estudio profundo de las manifestaciones de la crisis económica y social del mundo capitalista no solo permitió elaborar una consigna general de lucha para los países del llamado Tercer Mundo, sino concretar la consigna en un programa que identificara las formas de lucha, independientemente de que las mismas tuvieran que adaptarse a las situaciones particulares de cada país.

El libro La crisis económica y social del mundo resume y profundiza las ideas expuestas por Fidel Castro durante las décadas de los años setenta y ochenta en variados eventos internacionales, incluido el Foro de las Naciones Unidas. Contó con la colaboración de varios economistas y especialistas del Centro de Investigaciones de Economía Mundial y del Centro de Investigaciones de Economía Internacional. Este libro aún no contenía el tema de la crisis ambiental con la fuerza con que posteriormente fue abordada por Fidel Castro.

Sin embargo, ya desde la década de los años sesenta del siglo xx se lanzaron al mundo los primeros llamados de alerta de los académicos acerca de los problemas del medio ambiente (desertización, salinización y erosión de los suelos, deforestación, contaminación de aguas, aire y terrenos). En la década de los años setenta, a instancias de los informes al Club de Roma, la preocupación por la identificación, el estudio y la recomendación de medidas para la solución de los problemas globales mostró una importante extensión por prácticamente todo el mundo.

Los estudios acerca de los problemas globales en las décadas de los años setenta y ochenta, permitieron apreciar la naturaleza multidimensional de estos: problemas globales ambientales, sociales, político-militares, jurídico-institucionales, educacionales y culturales, científico-técnicos, éticos y, por supuesto, económicos.

En los dos primeros informes al Club de Roma, la dimensión de lo económico en los problemas globales se circunscribía a un eventual agotamiento de los recursos naturales no renovables y a los supuestos problemas relacionados con las diferencias entre las tendencias del crecimiento demográfico y del crecimiento de la producción de alimentos.

El tercer informe al Club de Roma, “Remodelando el orden mundial” (1975), inició el enfoque integral de los problemas económicos globales como un sistema de problemas íntimamente interrelacionados, enfoque que se continuaría por otros informes o modelos globales de los años 1970 y 1980 como: “¿Qué hacer?” (1975), “El futuro de la economía mundial” (1976), “¿Catástrofe o nueva sociedad?” (1977), “Norte-Sur” (1980) y “Problemas globales de nuestro tiempo” (1984).

Posteriormente se añadieron al análisis de los problemas económicos globales, una visión multifacética de los problemas que se presentan a las naciones subdesarrolladas para alcanzar el desarrollo.

Llama la atención que estos informes hayan coincidido en el tiempo con la aplicación de las políticas neoliberales en el ámbito mundial y especialmente en América Latina, cuando en los años 1980 y 1990 estuvieron vigentes los planes de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional, con vistas a garantizar el pago de la deuda externa por los países subdesarrollados. Silvio Baró señala como causas posibles de la preponderancia de estas políticas neoliberales, las razones siguientes:

•    Debilitamiento de la capacidad negociadora de las naciones subdesarrolladas y la imposición a estas de una segunda generación de políticas económicas neoliberales por parte de las potencias imperialistas y de las instituciones financieras internacionales.

•    La extensión de la aplicación de las referidas políticas económicas a naciones industrializadas como las de la Unión Europea luego de la firma de tratado de Maastricht en 1992.

•    El tránsito de las economías exsocialistas de Europa oriental y la antigua Unión Soviética a la economía de mercado y la consiguiente adopción por estas de las políticas económicas neoliberales.

Las políticas neoliberales agravaron la situación crítica en casi todo el mundo, con sus altas tasas de interés, elevados niveles de desempleo, retroceso en el tratamiento de los países subdesarrollados, introducción de normas y principios muy negativos para la regulación de las relaciones internacionales, entre otras, lo cual determinó que los problemas mundiales alcanzasen una gran difusión internacional. El 12 de junio de 1992, Fidel Castro pronuncia un breve discurso en Río de Janeiro en que define y enriquece las ideas que ya venía defendiendo en su libro La crisis económica y social del mundo:

Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. [...] Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo. [...] Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. [...] Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezaron a padecer. [...] No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto (Castro, 1992: 13-14).

En relación con este discurso en Brasil, en agosto 25 del 2007, el propio Fidel Castro escribió el siguiente comentario:

Si hablé en Río de Janeiro del hombre como una especie en peligro de extinción por la destrucción de las condiciones naturales de vida, hace más de 15 años, hoy ese peligro está más cercano. Nuevos y no previstos problemas creados por la ciencia, la tecnología y el despilfarro congénito del neoliberalismo, multiplican los riesgos políticos, económicos y militares (Castro, 1992:13-14).

En la mayoría de los trabajos científicos que identifican esos problemas globales, no siempre se atribuyen sus causas a la dinámica del capital global. Una concepción científica del desarrollo exige un diagnóstico preciso que identifique el vínculo esencial entre la dinámica capitalista y los problemas globales.

CONCLUSIONES

Creemos muy positivo este libro, el cual puede estimular un debate científico muy creativo hacia los problemas globales, y muy en particular, para valorar el lugar que puede asumir nuestra pequeña nación en el concurso de los pueblos, que no es más que rehacer adecuadamente la utopía tan necesaria que movilice a los trabajadores hacia un mundo mejor posible, tal y como quiso Fidel y luchó por ello.

Ello supone también considerar todos los intereses legítimos de la humanidad, pues con cierta lógica racional se puede aceptar la existencia de un “tercer mundo” a lo interno del “primer mundo”. Ello hace posible y necesaria la búsqueda de una alianza global, concebida con gran creatividad, pues sin ella no es posible acceder a todas las formas de lucha efectiva contra el capital global.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Castro Ruz, F. (2007). Discurso pronunciado en Rio de Janeiro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el 12 de junio de 1992. En: El Diálogo de Civilizaciones, La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, pp. 13-14.

BIBLIOGRAFÍA

Baró, S. (2006). El desarrollo mundial como problema global. En: García Rabelo, M. Teorías del subdesarrollo y el desarrollo. La Habana: Editorial Félix Varela.

Castro Ruz, F. (1983). La crisis económica y social del mundo, sus repercusiones en los países subdesarrollados, sus perspectivas sombrías y la necesidad de luchar si queremos sobrevivir. Informe a la VII Cumbre de los Países No Alineados. La Habana: Oficina de publicaciones del Consejo de Estado.

Colectivo de autores (1984). Problemas globales de nuestro tiempo. Moscú: Editorial Progreso.

 

1    Colectivo de autores (2018). El pensamiento económico de Fidel Castro en las relaciones económicas internacionales. Centro de Investigaciones de la Economía Mundial. La Habana: Editorial Academia.

1 comentario:

  1. Con el perdón de todos los Santos, que alguien me responda porqué con tanto conocimiento científico económico Cuba a llegado a la situación actual.
    Rogelio Castro Muñiz

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