Las reformas monetarias no son mágicas y no pueden crear riquezas de la nada, estimulan o no a crear riquezas, pero las mayores soluciones están en la esfera productiva.
Por Omar Everleny
en Economía
Han transcurrido 17 meses desde que comenzó a implementarse la Tarea Ordenamiento, en mi opinión por la manera en que se implementó era evidente que no podría cumplir sus objetivos, la realidad lo ha demostrado.
Algunas preguntas quedaban sin respuestas desde el comienzo: ¿Cómo disponer libremente de las divisas obtenidas por exportaciones o por las ventas al mercado interno en estas monedas? ¿Cómo invertir para modernizar la producción, o quién debe aprobar las inversiones a realizar? ¿Qué hacer con la utilidad neta?
El ordenamiento monetario parecía que iba a mejorar el pago a los trabajadores, al permitir repartir a favor de ellos una parte de las utilidades obtenidas por las empresas. Y lo fue en cierto sentido, pero no pensaron bien en la alta inflación que se produjo posteriormente, ni el desequilibrio que se ha creado en el presupuesto estatal, y el aumento vertiginoso de la liquidez en pesos en manos de una parte de la población.
Muchos países, cuando han realizado fuertes devaluaciones de su moneda, o reformas monetarias, han tenido que acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) u otras fuentes, para contar con divisas fuertes para enfrentar el choque del momento, o la alta demanda de divisas del mercado. Cuba no tenía ni tiene acceso a préstamos del FMI, ni de otras fuentes, para enfrentar esta situación. Esto no iba a cambiar, aunque el “ordenamiento” se hiciese antes o después.
Es cierto que la unificación monetaria y cambiaria se llevaba prometiendo desde hace años, pero si se llevaba estudiando el tema por más de 10 años, y no se acababa de implantar, seguramente era porque se conocían los problemas y debilidades de acometer una reforma de ese calado, sin contarse con condiciones para ello. Una vez más, la intencionalidad política tuvo más peso que la realidad económica, pero esa intencionalidad por sí sola no es siempre garantía de éxito.
En este proceso se produjo la interrupción de la venta de divisas por parte de CADECA y bancos del sistema, o pérdida de la convertibilidad interna del Peso Cubano Convertible (CUC), ya que la misma fue producto del estado de las divisas en poder del país, y de la alta demanda de divisas existente, situaciones que permanecerían después del llamado “día cero”.
También debe recordarse que, por una necesidad de recursos financieros, surgen establecimientos de tiendas con ventas en moneda libremente convertible (MLC). El país estaba forzado a continuar y aumentar las ventas en MLC, para captar divisas del exterior y mantener el ciclo de reabastecimiento de productos en tiendas, pero ya esto era un indicio de que realmente no habría una real unificación monetaria en el país.
¿Cuántos contratos con certificados de liquidez (CL) fueron aprobados y no pudieron ser pagados? ¿Cuántos saldos de CL tienen las empresas, para los cuales el país no tiene respaldo líquido en MLC? ¿Cuántos saldos en USD tienen las cadenas de tiendas y las empresas extranjeras, más la población, para los cuales no hay respaldo ni en monedas líquidas, ni en productos en tiendas?
Esas preguntas no son solo para el momento actual, sino también debieron haberse hecho para cuando iba a comenzar el ordenamiento monetario. Si las respuestas no eran muy satisfactorias, podrían haber indicado que no era el mejor momento para echar más leña al fuego.
El “ordenamiento monetario” siguió tratando de la misma manera que se han venido concibiendo de forma histórica el funcionar de la economía, así es muy difícil que la economía vaya a cambiar.
Y, puestos a fijar los precios de las mercancías, no era de extrañar que el tipo de cambio del CUP contra las monedas extranjeras, haya sido fijado como siempre se había hecho en Cuba. A fin de cuentas, el tipo de cambio es el precio relativo de la moneda, y el “ordenamiento” no se alejó de la práctica de establecer precios fijos.
Lo fundamental no era si el tipo de cambio del día cero iba a ser 24, o iba a estar por debajo de 24, o por encima. Esa sería solo una fotografía del momento, aunque fuese más o menos “borrosa”. Lo importante sería ver cómo se seguiría fijando el tipo de cambio del CUP contra otras monedas, en el curso del tiempo; ver si era cierto que existiría un régimen cambiario relativamente flexible, como se anunció.
Era muy difícil para los directivos cambiar de un régimen cambiario de tipo de cambio fijo a otro tipo de cambio flexible. Implicaba variaciones permanentes en muchos aspectos de la vida económica, con influencia constante en precios, salarios, pensiones, etc., y una interrelación estrecha con todas las otras variables de la macroeconomía. Pero las economías exitosas no funcionan con tipos de cambio fijos, para largos períodos de tiempo.
Con mayor o menor éxito, desde 1993 la población cubana se había ido adaptando a la existencia de cadenas de tiendas en divisas (primero en USD, después conviviendo los USD y los CUC, y posteriormente solo en CUC), aceptándolas a pesar de no recibir salarios en esas monedas.
Sin embargo, las tiendas de ahora en MLC, que funcionan solo mediante tarjetas, han tenido y siguen teniendo un fuerte y amplio rechazo de la población. Cabe preguntarse por qué.
La población anteriormente podía en CADECA cambiar CUP por USD o CUC, aunque fuese en las pequeñas cantidades que los salarios permitiesen. Ahora, si alguien no recibe ingresos en MLC, tiene que acudir al mercado extraoficial para adquirir MLC, con mayores dificultades y con una constante devaluación del tipo de cambio de la moneda nacional.
También se habían filtrado las ideas de que el “ordenamiento” tenía la intención de que el salario sirviese para satisfacer las necesidades de la población; de que no se podía admitir que el que recibiese ayuda familiar del exterior, sin trabajar, tuviese ventajas económicas sobre el pueblo trabajador. Ideas muy loables y metas a alcanzar, pero muy difícil de llevar a la práctica simplemente con una reforma monetaria. Las reformas monetarias no son mágicas y no pueden crear riquezas de la nada, estimulan o no a crear riquezas, pero las mayores soluciones están en la esfera productiva.
Cambio monetario informal
Lo que no previó el ordenamiento monetario era la magnitud que iría a alcanzar el tipo de cambio informal del USD, el MLC y el Euro contra la moneda nacional.
¿Por qué se alcanzaron esos valores?, por múltiples factores, por un lado el estado incrementó los salarios en moneda nacional, pagó altas sumas de utilidades a los trabajadores en las empresas con ganancias, es decir aumentaba la masa monetaria en el país, y por otro se desabastecieron las tiendas en CUP y solo quedaba como alternativa las tiendas MLC también desabastecidas, pero menos que las anteriores, por lo tanto, las personas cambiaban pesos por MLC.
Todo esto sumado a la propia crisis económica nacional, y la erradicación de ciertas barreras a la emigración ha desembocado en que en lo que va de año hayan emigrado al menos 100 000 personas, que han demandado dólares para su empeño.
Resulta curioso la intención del Ministro de economía en el mes de mayo de adelantar informaciones que no eran de cumplimiento inmediato al decir “Hay una pieza faltante en el diseño de esa tarea, que es la venta de divisas a la población, hay una gran brecha entre el cambio oficial y el informal.”
Lo real es que el anuncio de la venta de divisas es solo un anuncio, y lo certero que esa medida no es de corto plazo, ni se puede sostener ilimitadamente.
También el gobierno de Estados Unidos anunció aumentar el límite de remesas a Cuba, aumentar los viajes de las aerolíneas a otras provincias, que podría interpretarse como una nueva llegada de divisas a Cuba por los viajeros.
Caída del dólar y el euro en el mercado informal
La realidad es que por distintos anuncios oficiales, sumado a otros factores, el usd y el euro han visto bajar su valor en los últimos días, sin que de momento, existan verdaderas razones para esa sobrevaluación del peso cubano. Se es consciente que es necesario conservar el valor de la moneda del país, pero lo curioso es cómo hacerlo si la misma no tiene la fuerza fundamental dentro del territorio nacional.
Según el sitio El Toque, que con todas las críticas que se le pueda hacer a la manera en que calculan las tasas de cambio, han sido el único referente hasta el momento, se observa la caída en la cotización de las monedas con respecto al peso cubano.
En simples observaciones en algunos centros gastronómicos privados de la ciudad en la semana del 23 al 27 de mayo del 2022, la cotización es menor que la que se expresa en el cambio de la tabla, llegándose a cotizar el dólar a 80 y el euro a 90.
En conclusión, son movimientos a la sobrevaluación, pero sin un fundamento real que los respalde, porque ni el estado ha vendido moneda extranjera o MLC, ni han empezado a llegar remesas en volúmenes superiores a lo habitual, ni el turismo se pasea por las calles en las cantidades que presionen a esos movimientos especulativos.
Por otro lado, la economía no da las señales que se necesitan para esa sobrevaluación de la moneda nacional, siguen los problemas con los apagones por roturas, mantenimiento de plantas y falta de combustible; uno de los principales productos potencialmente exportables, como el azúcar ha caído a las cifras más bajas de los últimos 100 años, o desde 1959 hasta la fecha, y se pudiera estimar en unas 500 000 toneladas solamente los volúmenes de la zafra 2022. Hay dificultades para cumplir los pagos a proveedores extranjeros, es decir, las transferencias al exterior o se han paralizado o se han relentizado. El bloqueo de Estados Unidos que tanto nos afecta se mantiene sin cambios. Es decir, no parece que la economía pueda recuperarse en el corto plazo y ofrecer más bienes y servicios, imprescindible para frenar la inflación existente, por lo tanto no es posible mantener la tendencia a la baja de la tasa de cambio informal.
Entonces, ese movimiento a la baja ha sido influenciado por ciertas expectativas, pero las causas que han propiciado ese cambio informal elevado con respecto al oficial se mantienen.
El llamado ordenamiento monetario con su movimiento cambiario, en vez de lograr la unicidad cambiaria, ha propiciado una diversidad cambiaria donde imperaran 3 tasas según el gobierno, una tasa oficial de 1 dólar es igual a 25 pesos cubanos, una secundaria, para determinadas empresas inicialmente y posterior a la población de un estimado de 1 dólar o MLC igual a 75 pesos cubanos (1) y una del mercado informal que se ha mantenido por encima de los 100 pesos cubanos con respecto al dólar, al MLC o al euro.
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(1) La tasa secundaria no ha sido divulgada oficial pero entre 25 y 125, se puede estimar que sería de 75 pesos.
Si la "política es la expresión concentrada de la economía". Según Lenin. Como es posible que la Tarea Ordenamiento no tuviera en sus postulados este principio del materialismo dialéctico e histórico.
ResponderEliminarBueno es que estamos hablando de Lenin, el mismo que paso del impuesto en especie a la NEP en poco tiempo. Ese si aplicaba el principio del MDH
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