Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 12 de abril de 2023

Aproximación al legado del Che en la cultura del debate y en los métodos de dirección de la economía

 Por Fidel Vascós  González*

(Presentación el 6 de abril de 2023  en el ciclo de conferencias organizado por el Centro de Estudios Che Guevara como parte de las actividades conmemorativas por los 95 años del Che.)

Resumen

Se aborda la cultura del debate del Che quien en sus polémicas con otros pensadores respetaba las consideraciones de los demás aunque discreparan de las suyas, lo que constituye un referente para la Cuba de hoy donde existe una heterogeneidad de formas de propiedad sobre los medios de producción y de la estructura social correspondiente, todo lo cual determina una heterogeneidad en la superestructura de ideas, opiniones, conductas y manifestaciones. El autor considera que en las condiciones actuales de Cuba y del mundo, el proceso de construcción del socialismo tiene que utilizar el mercado, sus categorías inherentes y sus leyes objetivas, lo que comporta un nuevo desafío a las fuerzas revolucionarias habida cuenta que el aporte de mayor significación del Che es haber destacado la relación que existe entre la economía y la espiritualidad humana, elevando la importancia del humanismo y la fuerza moral del Hombre en la construcción del socialismo.

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 En su corta vida de 39 años, Ernesto Che Guevara dejó para la posteridad un arsenal de ideas de gran importancia para el desenvolvimiento social en aras de la emancipación humana. Su pensamiento abarca los campos de la filosofía, la política, la moral, la ética, los aspectos sociales, la economía, la historia, la cultura, las relaciones internacionales, la dirección administrativa, entre otros. El estudio en amplitud y profundidad de la obra escrita del Che enriquecerá sin duda el camino de la construcción del socialismo en Cuba y en otros países, en especial, de Nuestra América. Desde luego, en este empeño siempre hay que tener en cuenta que los tiempos que corren actualmente en Cuba y en el mundo son muy diferentes a los de entonces por lo que se requiere un esfuerzo dialéctico para interpretar al Che.  

El Che era un revolucionario muy honesto y consecuente en la teoría y la práctica. Lo que pensaba, lo decía; y lo que decía, lo hacía.

Cultura del debate 

Una de sus enseñanzas, especialmente para la Cuba de hoy, es su concepción y ejercicio de la cultura del debate. Como era un intelectual muy creador, sus ideas generaban polémicas con otros pensadores. Defendía sus ideas con firmeza y argumentos fundamentados; pero respetaba las consideraciones de los demás aunque discreparan de las suyas. Donde quiera que asumía altos cargos públicos, enseguida creaba una publicación especializada. Fue fundador de Verde Olivo, la revista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, donde, por cierto, se recogen muchos artículos escritos por él pero publicados con pseudónimos. En el Ministerio de Industrias editó Nuestra Industria, donde dejó sus principales artículos de temas económicos. En esta revista se demuestra su condición de polemista. Allí expuso sus concepciones sobre el sistema presupuestario de financiamiento para la dirección de las empresas en el socialismo y también se publicaban artículos de los defensores de otro método de administración empresarial: el cálculo económico. Resulta enriquecedor releer las páginas donde el Che publicaba sus ideas y, en la misma edición, los conceptos discrepantes del miembro del Partido Comunista Francés Charles Bettelheim, quien ayudaba a Cuba en la esfera de la planificación, o del comandante Alberto Mora, entonces ministro de Comercio Exterior de Cuba.

En cuanto a la formación de los nuevos intelectuales y artistas el Che recomendó: “No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni “becarios” que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas”. (1)

Hoy existe en nuestro país una heterogeneidad de formas de propiedad sobre los medios de producción y por tanto existe una estructura social heterogénea. En su tiempo Carlos Marx apuntó que la base social de la revolución socialista era el proletariado. Lenin le adicionó el campesinado y declaró que la base social de la revolución socialista era la alianza obrero-campesina. 

En el mundo contemporáneo, incluida Cuba, esa base social hay que ampliarla con la clase media, parte de la cual puede definirse como pequeña burguesía. Además, en nuestro país actúa en la economía la gran burguesía transnacional que nos llega mediante las inversiones extranjeras.  Esa heterogeneidad de formas de propiedad sobre los medios de producción y la heterogeneidad de la estructura social correspondiente determina una heterogeneidad en la superestructura de ideas, opiniones, conceptos, conductas y manifestaciones. Ello tiene que tomarse muy en cuenta en el diseño y aplicación de la política económica y social de la Revolución. Pretender alcanzar unanimidad en este ambiente heterogéneo y, peor aun, tratar de lograrlo mediante presiones, oficiales o  no, puede conducir a pésimos resultados sociales y políticos. Considero que se debe crear una cultura de debate libre y público en un marco de respeto mutuo donde se confronten diferentes ideas, incluso distintas a la posición oficial. Lo que debe ser rechazado con energía es el intento de derrocar al gobierno por medios violentos para instalar el capitalismo neoliberal que pretende nuestro enemigo principal: el sistema imperialista de los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta esa heterogeneidad me atrevo a decir que las autoridades oficiales y las organizaciones sociales, con el apoyo del pueblo, deben denunciar y rechazar las intenciones contrarrevolucionarias disfrazadas de consignas democráticas y, a su vez, ampliar e intensificar los canales democráticos internos para facilitar que las opiniones de los revolucionarios, patriotas y ciudadanos honestos que puedan ser diferentes al discurso oficial, se debatan abiertamente con plena libertad de expresión, sobre la base de la fundamentación de las consideraciones sometidas a debate y procurando soluciones de consenso a los planteamientos formulados.  

El aumento de la participación directa de la ciudadanía en los asuntos públicos mediante diferentes modalidades, incluso con decisiones vinculantes como en los referendos, los plebiscitos y la postulación y elección de los delegados de las Asambleas Municipales del Poder Popular en nuestro país, crea condiciones para sostener diálogos con plena libertad de expresión, dentro de los órganos y organismos estatales y las organizaciones sociales, en temas de mayor calado e influencia en la marcha de la construcción del socialismo en Cuba.

Ese ejemplo que el Che nos dejó de polemizar en las ideas, fundamentándolas con argumentos, sin ataques personales contra quien discrepaba y sin convertir la polémica en un torneo literario, tiene gran importancia para la Cuba de hoy. La transición socialista en la que nos encontramos y la complejidad del mundo contemporáneo requieren del concurso de diferentes ideas para encontrar el camino más adecuado para el desarrollo económico y social del país. El debate de ideas está a la orden del día en nuestro proceso revolucionario y el tratamiento respetuoso en la polémica es una de las enseñanzas que en este campo debemos asumir del Che.

Métodos de dirección de la economía

Un tema que desarrolló ampliamente el Che es el de la dirección de la economía. Al analizar su pensamiento en esta materia hay que tener en cuenta que los criterios económicos del Che son parte de una concepción general del desarrollo de la construcción del socialismo y debe ser estudiada en su conjunto, tal como señala Carlos Tablada quien ha investigado a fondo la obra del Che y la ha divulgado profusamente. (2)

Con sus ideas, el Che realizó un aporte a la teoría de la construcción del socialismo. No obstante su importancia, su pensamiento no ha sido investigado y divulgado como merece. No se han cumplido plenamente las recomendaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro cuando expresó: “[...] yo lo que pido modestamente, en este xx Aniversario, es que el pensamiento económico del Che se conozca; se conozca aquí, se conozca en América Latina, se conozca en el mundo: en el mundo capitalista desarrollado, en el Tercer Mundo y en el mundo socialista, ¡que también se conozca allí! [...]”. (3)

Y es que el núcleo duro de la concepción del Che, el que destaca la importancia de la fuerza moral del hombre y de la fe que hay que tener en el pueblo, es aplicable en todas las circunstancias en que se desarrolle la lucha popular revolucionaria. Su concepto de socialismo se caracteriza por el humanismo que pone al Hombre en el centro del objetivo de la sociedad que se pretende construir y a su conciencia como factor prioritario en esa construcción.

Con esta presentación no pretendo describir con minuciosidad el Sistema Presupuestario de Financiamiento promovido por el Che para dirigir la economía en el socialismo, cosa que ya han hecho otros autores. Me he planteado el objetivo de abordar las características del momento histórico actual en Cuba y en el mundo que determinan cambios en algunos aspectos de las consideraciones económicas de Guevara, subrayando la ratificación de sus aportes principales en la teoría y la práctica de la construcción del socialismo.

Dicho esto, en el análisis actual del pensamiento económico del Che hay que destacar que en los más de 55 años transcurridos desde entonces, el mundo y Cuba han cambiado radicalmente. La economía cubana se desenvuelve hoy en los marcos internacionales de una globalización donde prima el mercado y las relaciones monetario-mercantiles en la regulación económica. Cuba no puede sustraerse a esta realidad. Estoy convencido que en la actualidad, el proceso de construcción del socialismo tiene que utilizar el mercado, sus categorías inherentes y sus leyes objetivas. La etapa en la cual el Che subrayó que la tendencia debería ser: “[...] a liquidar lo más vigorosamente posible las categorías antiguas entre las que se incluye el mercado, el dinero y, por tanto la palanca del interés material [...]”, (4) ha dado paso a una época en la cual se utilizan ampliamente dichas categorías. La red de relaciones monetario-mercantiles entre las unidades productivas del país y su vinculación con el comercio exterior se ha incrementado y complejizado muy por encima de cuando existían en la época del Che y es el mercado el ámbito que puede facilitar los vínculos entre nuestras unidades económicas.

En consecuencia con ello, una de las características más significativas que muestra la economía cubana de hoy es la diversidad de formas de propiedad sobre los medios de producción. Ello se refleja en que el 33 por ciento de  población económicamente activa labora en el sector no estatal y la tendencia es a su incremento.

Todo ello comporta un nuevo desafío a las fuerzas revolucionarias pues, en mi opinión, en las actuales condiciones hay que construir el socialismo utilizando el mercado y las relaciones monetario-mercantiles. Una pista para abordar con éxito esta tarea la aporta el propio Tablada en su crítica a la burocracia entronizada en los países socialistas europeos cuya actuación condujo en gran medida a la desintegración de la Unión Soviética. Dice Tablada: “Está por estudiar profundamente el hecho de que las clases obreras de los países en transición socialista, no detentaron realmente el poder que Marx enunció que deberían tener como clase en el poder. Y está por analizar por qué surgieron castas burocráticas que le enajenaron el poder”. (5) 

Coincido con Tablada que entre las causas mas importantes de la desintegración de la URSS hay que destacar las graves afectaciones a la moral y a la vida espiritual del pueblo soviético infligidas por la política represiva ejercida en la etapa estalinista y la falta de libertad en varios aspectos de la proclamada democracia socialista.

En este sentido mi criterio es que el socialismo está llamado a crear una nueva forma de democracia, superior a la burguesa y su “democracia representativa”, donde se reconozca definitivamente y en la práctica que el pueblo es el soberano y que no lo son sus representantes electos. No basta que la ciudadanía sea consultada por sus representantes para que luego sean éstos los que tomen las decisiones finales. La nueva democracia socialista debe caracterizarse porque sea el pueblo quien decida directamente los asuntos públicos y sus acuerdos sean vinculantes para toda la sociedad, incluyendo a sus representantes, quienes deben rendir cuenta individual y transparente de su actuación ante los ciudadanos. El diseño y la aplicación de la Democracia Directa puede ser el factor desencadenante del proceso hacia el socialismo basado en una economía de mercado.

Ahora en Cuba la disyuntiva de los modelos de dirección económica ya no se dirime entre el sistema presupuestario de financiamiento y el del cálculo económico; pero resulta útil a mi presentación exponer algunas de las características de ambos sistemas.

Para el cálculo económico, un central azucarero es una empresa, la cual tiene fondos propios depositados en el banco, del que recibe créditos por los que paga intereses y actúa con determinada autonomía financiera. Para el sistema de financiamiento presupuestario, todos los centrales azucareros del país y otras unidades relacionadas con el azúcar constituyen una sola empresa: la Empresa Consolidada del Azúcar. Este sistema se basa en un control centralizado de la actividad empresarial; su plan y su gestión económica son controlados por organismos centrales, en una forma directa; la empresa no tiene fondos propios, ni recibe créditos bancarios ni tiene autonomía financiera. El Che llegó a considerar que toda la economía nacional podía ser administraba como una sola empresa, con un fondo centralizado de asignaciones presupuestarias a las entidades.

El sistema que propugnaba el Che no consideraba la categoría mercancía en el intercambio de productos entre las empresas estatales. Los partidarios del cálculo económico sí la consideraban como tal.

No obstante, el Che no desechaba las relaciones monetarias en la economía. El registro contable que él proponía se medía mediante el dinero, así como también el presupuesto de cada empresa y su relación con los organismos centrales. En el pago del salario y su control se utilizaba dinero, así como en el comercio interior mayorista y minorista y en el comercio exterior.

Un aspecto de mayor importancia en el cual se diferenciaban los sistemas en controversia era el acento en el uso del estímulo material o del estímulo moral. El Che criticaba que los partidarios del cálculo económico exageraban el papel del estímulo material en la producción y lo situaban en un primer plano. En el sistema de financiamiento presupuestario, el estímulo material tenía una participación menor y se destacaba el estímulo moral. Esclareciendo su concepción, el Che planteó: “Precisa aclarar bien una cosa: no negamos la necesidad objetiva del estímulo material, sí somos renuentes a su uso como palanca impulsora fundamental”. (6)

En el plano teórico, el Che abordó la existencia de la ley del valor en la transición socialista. Hoy en Cuba la ley del valor tiene una mayor incidencia en la economía y en el plan de lo que concebía el Che. No obstante, tiene plena vigencia su aserto de que, en el socialismo, el rumbo económico no puede dejarse a la acción espontánea de la ley del valor por encima de la voluntad de los hombres, quienes deben subordinarla a la dirección consciente de la sociedad mediante el papel rector de la planificación.

Algo que debe subrayarse es que el Che demostró en muchas oportunidades el carácter dialéctico y práctico de su pensamiento y actuación. Como muestra de ello, en la Compilación confeccionada por Orlando Borrego de los escritos y pronunciamientos del Che se incluye un artículo titulado “Rumbos de la industrialización”, en el cual no se consigna la fecha pero es probable se haya redactado entre el último trimestre de 1959 y el primero de 1960, donde escribió: “Se estableció entonces una división que estudiara las grandes líneas de los proyectos básicos con la idea directriz de poner estos proyectos al servicio de la nación entera, con participación exclusiva o casi exclusiva del Estado. Ellos son: a) Energía y combustible, b) Industria siderúrgica y metálica en general, c) Industria de la caña y sus derivados, d) Industria química en general, e) Plan de desarrollo minero y f) Industria de productos agropecuarios. En este más alto nivel industrial, el Estado dirigirá toda la política económica.

“En industrias derivadas de estas fundamentales, pero no tan importantes, particulares y estado podrían o no estar asociados en una serie de ellas y, en un plano más bajo, solamente particulares intervendrían en la industrialización total del país.” (7)

O sea, el Che concebía que en aquel momento era posible y conveniente organizar la producción industrial en Cuba mediante una combinación de la propiedad estatal y de la propiedad privada sobre los medios de producción, algo que ahora se pone en práctica en nuestro país.

A continuación me interesa destacar las numerosas ideas y planteamientos del Che en materia de dirección de la economía que tienen plena vigencia en la actualidad cubana, aunque no está aplicado en nuestro país el sistema de financiamiento presupuestario que defendía Guevara.

 Una de sus principales consideraciones está relacionada con el estricto registro contable de los hechos económicos, la plena utilización del sistema de información estadística con datos exactos, y el control de costos. También daba especial importancia a la productividad. El Che fue un pionero en la aplicación de la computación al procesamiento de los datos estadísticos y contables en las empresas y demás niveles de dirección económica. También apuntó que el impulso más formidable a la producción había que darlo por la vía del desarrollo tecnológico. El desarrollo de la ciencia y la técnica alcanzadas en el capitalismo, decía, puede ser utilizado por el camino socialista sin temor de contagio de la ideología burguesa.

El aporte de mayor significación en el pensamiento económico del Che es haber destacado la relación que existe entre la economía y la espiritualidad humana elevando la importancia de esta última. Quizás donde mejor está expresada esta consideración del Che es en el párrafo siguiente: “Nosotros no concebimos el comunismo como la suma mecánica de bienes de consumo en una sociedad dada, sino como resultado de un acto consciente; de allí la importancia de la educación y, por ende, del trabajo sobre la conciencia de los individuos en el marco de una sociedad en pleno desarrollo material”. (8)

El Che fue también el creador del trabajo voluntario en Cuba como parte de la formación política e ideológica de los ciudadanos. Con su ejemplo personal, movilizó a millones de cubanos en esta práctica.

Hay otros muchos asuntos abordados por el Che que tienen plena vigencia en la economía cubana de hoy. Humberto Pérez González, quien fuera Presidente de la Junta Central de Planificación y tuvo a su cargo el diseño y aplicación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía aprobado por el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, enumeró sucintamente los siguientes temas del legado del Che en materia de dirección de la economía que son recomendaciones también para el momento actual:

—Fortalecer el papel rector de la planificación teniendo presente la necesidad de que la empresa debe recurrir a sus funcionarios y obreros para discutir los planes, para incorporar a la gente a la producción y a los problemas de la producción.

—Máxima descentralización posible de las decisiones económicas a nivel de empresas y de las unidades económicas de base.

—Tener actualizados los inventarios, sus normas y su valorización.

—Aplicar consecuentemente el sistema de contabilidad, el sistema de información estadística y los reglamentos de costos, índice principal a tener en cuenta para determinar la eficiencia con que trabaja una entidad económica.

—Eliminación de las cuentas por cobrar atrasadas.

—Necesidad de cumplir los contratos de entrega de los productos convenidos con otras empresas y aplicación de sanciones a los incumplidores.

—Necesidad de que los cuadros de la economía estudien y se preparen. Con este propósito el Che creo las Escuelas para Administradores de Empresas.

—Necesidad de preparar un plan perspectivo a 10 años por lo menos y a más tiempo, sobre grandes líneas.

—Necesidad de delimitar nítidamente el papel y las funciones del Partido de las funciones administrativas.

—El Che formuló numerosas críticas y planteamientos sobre la calidad de nuestra producción y servicios, sobre el burocratismo, la indisciplina laboral, las debilidades de los administradores, el acomodamiento, la “blandenguería”, el amiguismo y la coexistencia con lo mal hecho, fenómenos negativos que se siguen manifestando actualmente. (9)

Para terminar esta presentación deseo subrayar que en las circunstancias actuales de utilización del mercado en la construcción socialista se incrementa la apelación al interés material de los  trabajadores para aumentar la producción y la eficiencia económica. Al aceptar esta realidad, también debemos identificar los riesgos que ello entraña para la moral individual y social, la cual debe basarse en el comportamiento ético y solidario entre los participantes en el proceso de producción y, en general, entre los ciudadanos. Al respecto, no podemos olvidar la advertencia del Che de que la aplicación de la palanca del interés material “[...] no se convierta en algo que obligue al individuo, en cuanto a individuo, a la colectividad de individuos, a luchar desesperadamente con otros para asegurar determinadas condiciones de producción o distribución que lo coloquen en condiciones privilegiadas. Hacer que el deber social sea el punto fundamental en el cual se apoya todo el esfuerzo del trabajo [...]”. (10)

Reafirmando esta idea, en la presentación del Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975 Fidel Castro expresó: “Ahora bien, ningún sistema en el socialismo puede sustituir la política, la ideología, la conciencia de la gente; porque los factores que determinan la eficiencia en la economía capitalista son otros que no pueden existir de ninguna manera en el socialismo, y sigue siendo un factor fundamental y decisivo el aspecto político, el aspecto ideológico y el aspecto moral” (11).

Adquieren especial valor, en las actuales condiciones históricas de nuestro país, las concepciones de Fidel en cuanto a la actitud personal de los cubanos, donde quiera que desenvuelvan sus actividades, cuando señaló: “Revolución es [...] modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos [...]”. (12)

* (La Habana, 1939) Doctor en Ciencias Económicas. Profesor Titular. Miembro de Número y Miembro de Mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. 

Fuentes Bibliográficas  

(1) Ernesto Che Guevara: “El socialismo y el hombre en Cuba”, Marcha, Montevideo, 12 de marzo de 1965, tomado de Obras 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970, p. 380. 

(2) Carlos Tablada Pérez: “El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001, p. 15. 

(3) Fidel Castro Ruz: “Discurso en el XX Aniversario de la muerte de Ernesto Che Guevara”, El Gran Debate, Ocean Press, 2006, p. 362.   

(4) Ernesto Che Guevara: “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento”, Nuestra Industria, Revista Económica No. 5, La Habana, febrero de 1964, tomado de Obras 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970, p. 272.

(5) Carlos Tablada Pérez: “El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001, p. 22-23.

(6) Ernesto Che Guevara: “El socialismo y el hombre en Cuba”, Marcha, Montevideo, 12 de marzo de 1965, tomado de Obras 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970, p. 263.

(7) Orlando Borrego Díaz (compilador): “Rumbos de la industrialización”,  CHE en la Revolución Cubana”, t. I, Editorial JOSÉ MARTÍ, La Habana, 2013, pp. 95-96. 

(8) Ernesto Che Guevara: “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento”, Nuestra Industria, Revista Económica No. 5, La Habana, febrero de 1964, tomado de Obras 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970, p. 375. 

(9) Humberto Pérez González: Discurso de clausura del Congreso Constituyente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC), celebrado en el teatro "Lázaro Peña" de la CTC, el  14 de junio de 1979.

(10) Ernesto Che Guevara: “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento”, Nuestra Industria, Revista Económica No. 5, La Habana, febrero de 1964, tomado de Obras 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970, p. 284.

 (11) Fidel Castro Ruz: Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Editado por el Departamento de Orientación Revolucionaria del Copmité Central del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 1975, p. 113.

(12) Fidel Castro Ruz: Discurso por el Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo de 2000, Plaza de la Revolución, La Habana, 2000.

 

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