Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 15 de septiembre de 2023

Preguntas sobre la economía cubana

En solo año y medio [las Mipymes] se presentan como las causantes de todos los males: de la inflación, de la no solución de los problemas de la población, etc. Si no se querían Mipymes, no las hubieran aprobado desde la Conceptualización del 2016



Ileana Díaz (i) y Silvia Odriozola (d). Diseño de portada: Daniela Parera

Por Arlette Vasallo García

S obre la actual situación del país, Alma Mater dialogó, en un chat de preguntas y respuestas, con dos destacadas profesionales cubanas, la Dra.C. Silvia Odriozola, decana de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana y la Dra.C. Ileana Díaz Fernández, profesora titular de la propia institución e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC). Dale un vistazo.

— ¿Qué significa ser pobre en Cuba?

Silvia: La pobreza es la manifestación del fenómeno resultante de la configuración de las relaciones capitalistas de producción y del proceso de acumulación capitalista, por tanto, no hay forma de resolverlo en ese contexto. Todos los intentos que se puedan hacer en ese mundo son para atenuar, aliviar la pobreza, y, muchas veces, se hace con fines políticos. En el caso de Cuba es un tema muy controvertido. En nuestro país no existe un consenso respecto a un concepto de pobreza. Si bien su forma de manifestación en Cuba puede ser similar a la de otros países, sus causas son diversas. Es ahí donde hay que concentrar las políticas públicas.

Ileana: Existen diversas formas de conceptualizar la pobreza y también de medirla. Una de las formas de medirla tiene que ver con la línea de pobreza que, por lo general, hace referencia a la insuficiencia de ingresos para cubrir las necesidades básicas.

«Otros métodos hacen referencia a las personas con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Una caracterización de la pobreza es insuficiencia de ingresos, limitaciones de consumo de alimentos y otros bienes, precariedad de vivienda, servicios técnicos y equipamiento.

«Lo cierto es que la noción de ‘pobreza’ hace referencia a un fenómeno complejo y multidimensional, de necesidades básicas insatisfechas, que puede ser multicausal. En el caso de Cuba se habla de pobreza multidimensional y se analiza por la intensidad de las carencias».

Silvia: Ha habido en los últimos tiempos una proliferación de conceptos multidimensionales de pobreza que superan la visión monetaria y de ingresos. Se creó el índice de pobreza multidimensional que incorpora diez dimensiones que tocan otros aspectos, como salud, educación, acceso a determinados servicios básicos, vivienda, alimentación, la tasa de mortalidad infantil y acceso escolar.

«Cuba hizo en el 2019 la primera medición sobre la base de la encuesta nacional de ocupación del 2017, para saber la cantidad de pobres multidimensionales, cuando coinciden las personas en al menos tres carencias. Puede haber personas que están por debajo del umbral en un aspecto, pero no lo están en otro y por eso, realmente, la cifra que tiene Cuba es baja en relación con otros países, debido a que aquí hay un grupo de indicadores que están socialmente cubiertos, aunque los ingresos impactan en el tipo de relación que se establece con el acceso a ellos».

— ¿El concepto de «vulnerables» sustituye el de pobreza?

Ileana: La situación de vulnerabilidad es aquella que limita o dificulta la capacidad de una persona, hogar-familia, grupo o comunidad, para lidiar, resistir y recuperarse del efecto de una amenaza (natural, económica, social, de salud) y aprovechar las oportunidades disponibles en cada territorio y distintos ámbitos socioeconómicos (empleo o autoempleo, educación, capacitación, salud, créditos y subsidios, servicios, cultura, entre otros) para garantizar su subsistencia, calidad de vida, bienestar o impedir su deterioro. La situación de vulnerabilidad representa un riesgo a caer en la pobreza, por tanto, no sustituye el concepto de pobreza.

Silvia: Pobreza y vulnerabilidad no son exactamente lo mismo, aunque algunas veces pueda usarse como un eufemismo. En Cuba realmente no se ha hablado de pobreza tratando de hacer una distinción de lo que es la pobreza en el resto del mundo. En Cuba se ha utilizado más el tema de la vulnerabilidad. Es más apropiado hablar de personas en situación de vulnerabilidad que de personas vulnerables, pero ciertamente las características de la Cuba de hoy hacen que sea un tema que tenga matices.

El país está trabajando en un índice de vulnerabilidad multidimensional, y se han identificado perfiles de vulnerabilidad como madres con tres o más hijos, madres con hijos en situación de discapacidad, adultos mayores que viven solos, etc. También se identifican perfiles de vulnerabilidad que no necesariamente se caracterizan por sus niveles de ingresos.

— ¿Qué niveles de pobreza existen en Cuba?

Silvia: Sin estadísticas públicas es difícil hablar de estratificación de niveles de pobreza, pero es verdad que hoy tenemos estratos poblacionales que son personas que no están identificadas dentro de esos perfiles de vulnerabilidad y que perciben ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.

Por ejemplo, los trabajadores del sector público que tienen salarios fijos y diseñados en un contexto de reordenamiento que eran 2.5 o casi 3 veces lo que se estimó como canasta básica, pero que en la situación inflacionaria que tiene el país sabemos que el costo de la canasta básica ha subido, y, por lo tanto, para esas personas que tienen ingresos fijos y carecen de otras alternativas de ingresos, empiezan a sufrir también los impactos de las limitaciones de ingreso para acceder a los servicios básicos.

Ileana: La cantidad de personas pobres multidimensionales (calculados por el índice de pobreza multidimensional) en Cuba era de 50 mil en el 2017. (Informe Nacional Voluntario, 2021).

Igualmente, hay más de 1000 comunidades y alrededor de 20 mil familias en situación de vulnerabilidad (Cubadebate, 2022).

Sin embargo, existen en el país más de 1 millón 800 mil personas jubiladas (16% de la población total) y reciben como promedio alrededor de 2000 CUP, por debajo del salario mínimo y del costo de la canasta básica normada. No se puede afirmar que todos sean pobres, pues pueden recibir otros ingresos o formas de acceso a los bienes, pero una parte de esa masa de personas pudiera encontrarse en situación de pobreza o vulnerabilidad, por incapacidad de sus ingresos para cubrir sus necesidades básicas.


Foto: Jorge Luis Sánchez

— «Canasta básica» fue un término que se mencionó mucho durante el reordenamiento. ¿Qué podemos entender por ello y qué distorsiones ha sufrido su visión?

Ileana: La canasta básica es un concepto que agrupa un conjunto de bienes y servicios básicos para la vida. Es decir, alimentación, agua, electricidad, transporte, etc. Es utilizado, internacionalmente, para calcular los índices de precios y determinar la inflación.

«Sucede que se habla de ‘canasta básica normada’, que no necesariamente coincide con la canasta básica real, ni por las cantidades físicas ni por su precio, sobre todo, en los alimentos y servicios como el transporte. La población necesita comprar alimentos más allá de lo normado, para lograr los requerimientos de calorías, grasas y proteínas».

Silvia: En esa canasta hay una composición heterogénea, no solo de bienes y servicios, sino de las maneras en que las personas acceden a esos bienes y servicios, porque hay una combinación de productos subsidiados por el Estado y cuyos precios en el contexto de inflación no han subido, pero en esa canasta hay una combinación también de bienes y servicios, que son provistos por otros mercados estatales y privados en los que los precios sí han crecido considerablemente.

«Por tanto, ante la ausencia de determinados bienes, las personas han tenido que acudir a los mercados desregulados. Ahí el costo de la vida se eleva, y la capacidad que tienen las personas de enfrentar ese incremento de precios no es la misma.

«Cuando tienes un ingreso medio de 2100 pesos que fue lo que se estableció como salario mínimo o incluso pensiones que están por debajo de ese monto, o un salario estatal — que, según el último dato ofrecido por el ministro de Economía, Alejandro Gil, es como promedio algo más de 4 mil pesos — , esas cifras ante el incremento de los precios de la canasta, son insuficientes.

«Cuando las personas tienen además en sus familias, miembros bajo su responsabilidad que no ingresan, adultos mayores que son pensionados con ingresos bajos, o niños que no reciben ningún ingreso, la posibilidad de satisfacer esos niveles básicos de bienes y servicios es muy baja, lo cual genera muchas tensiones en las familias cubanas.

— Desde la presidencia del General de Ejército Raúl Castro, se habló de la necesidad de subsidiar personas y no productos. ¿Por qué esta idea no se acaba de concretar?

Ileana: En el X período de sesiones de la Asamblea Nacional de la Novena Legislatura, eso también lo afirmó el presidente Díaz-Canel, sin embargo, es una deuda. Sobre las verdaderas razones habría que preguntar a los decisores, no obstante, quizás no se tenga claro cómo accederán y a qué precio el resto de las personas, haya miedo a que sea un error y, además, hace 10 años cuando los Lineamientos planteaban esta línea de deseo, (asociado a la eliminación de la libreta de abastecimiento) la idea no fue muy bien acogida por parte de la población, acostumbrada a tener unos productos que le llegan todos los meses, a precios bajos.

«Tampoco se ha hecho ninguna labor de explicación al respecto, pero después de un Ordenamiento pensado durante casi 10 años y haberse evidenciado errores en su implementación, las personas desconfían, y eso puede ser algo que en estos momentos represente una de las barreras para llevarlo a vías de hecho».

Silvia: Creo que existe la voluntad política de dar ese paso, pero pienso que no se ha hecho porque, justamente, tenemos preocupación con el proceso de identificación de quiénes serían esas personas. Tenemos que tener la seguridad de que, efectivamente, estamos subsidiando a las personas que lo necesitan porque pueden pasar dos cosas: o subsidias a quien no lo necesita y ahí hay una pérdida de eficiencia en la utilización de esos recursos, además del grado de injusticia que eso genera, y, al propio tiempo, se pueden quedar fuera personas que lo necesiten. Hay que tener realmente un sistema de identificación muy claro, con capacidad de actualización permanente, para poder apoyar ese tipo de medidas.

«Lo segundo, es que este debe ser un proceso gradual, no debe ser de golpe y el elemento fundamental para dar ese paso es que la situación que nosotros tenemos en el país, tan compleja, pasa por un problema de restricción de oferta. Entonces se dice muy fácil: ‘quita la libreta, con ese dinero que estás gastando en subsidiar productos, subsidias a las personas’, y pones un precio que sea el que no le dé pérdida a las empresas, y parte de ese dinero lo pones también en incrementar la producción.

«Lo único que puede sostener que los precios se mantengan a un nivel que no genere más inflación es que tengas una producción atrás que te esté respaldando. Sin embargo, para lograr esto, es necesario tener garantía de que efectivamente esta inyección de recursos proveniente del ahorro en los subsidios, va a provocar un incremento en la oferta que te permita mantener los precios a niveles adecuados».

— ¿Qué diferencias hay entre la crisis actual y la del Período Especial?

Ileana: La crisis de los años 90 tuvo causas externas e internas, la primera fue la caída del Campo Socialista, principal proveedor, cliente y financista de Cuba. En cuanto a las segunda, es cometer el error de depender de una sola zona y, prácticamente, de un único país. La crisis fue extrema, en alimentación, cortes de electricidad, reducción del transporte, etc., sin embargo, había capacidad de maniobra para salir de ella, como se demostró con las medidas aplicadas. Estaba el liderazgo de Fidel y un pueblo que poseía una conciencia política por todo lo que la Revolución había hecho por ellos.

«Las causas de la crisis actual están en el recrudecimiento del bloqueo, la pandemia de la covid-19, la aplicación de medidas estériles, (propuestas sin considerar los resultados) y el inmovilismo. Cuba hoy posee menos capacidad de maniobra; si se revisan las medidas tomadas en los 90, ya existen muchas: inversión extranjera, TCP, UBPC, desarrollo del turismo y biotecnología, etc. Sin embargo, la inversión extranjera tiene potencialidades no explotadas, que están en la letra de la ley, pero sin aplicación, ya que tiene un enfoque que no se adapta a las exigencias de los inversores extranjeros.

«La planificación administrativa y de asignación de recursos es rígida — a diferencia de los 90 — , hoy volvemos a tener el monopolio al comercio exterior, que se eliminó en el año 1992 constitucionalmente, y en aquel momento se racionalizaron ministerios; ahora promovemos nuevos».

Silvia: Considero que hay cuatro referentes que debemos retomar, uno de ellos es que se les puso fundamento económico a muchas de las decisiones, hubo cosas que hicimos mejor, hubo cosas que no hicimos tan bien. Algunas diferencias quizás para peor pudieran ser que no es lo mismo la capacidad de reserva que teníamos en los 90 que la que tenemos hoy. Veníamos de una economía que, aunque ya venía dando síntomas de desaceleración, tenía un gran capital político, credibilidad, confianza. Hasta las condiciones acumuladas que las personas tenían, hizo más fácil aguantar.

«No es lo mismo afrontar la crisis en una sociedad donde la gente tenía gran parte de sus problemas resueltos que en una situación en la que enfrentamos la agudización de esta crisis actual provocada por la covid-19 y la desaceleración gradual de la economía. Aunque hay algunos indicadores diferentes como que en el Período Especial el PIB cayó en 35 por ciento y ahora cayó solo a 10,9. En aquel momento hubo sectores nuevos como la biotecnología y el turismo que impulsaron un rápido ascenso de la economía.

«Habría que ver, en este contexto, qué capacidad tiene el turismo como mecanismo de recuperación de la economía. En los 90 no había prácticamente desigualdad social, sin embargo, hoy la desigualdad encuentra en la crisis un proceso de profundización que ya venía acentuándose en los últimos años. El entorno internacional no es el mismo, ni la agresividad del bloqueo. El problema hoy es que se está enfrentando una crisis muy aguda, pero en un momento en que no se ha logrado una recuperación de una crisis de años».



Foto: Jorge Luis Sánchez

— ¿Cuáles son las consecuencias para una sociedad en la que los trabajos que más aportan socialmente no tengan retribuciones competitivas?

Ileana: El trabajo deseado no solo tiene que ver con retribuciones competitivas, es ser parte de las decisiones, tener condiciones en ese espacio, ser estimulado a la creatividad y el emprendimiento. Por tanto, cuando el trabajo no sirve como fuente de los anteriores aspectos, se genera desmotivación, movilidad laboral y puede llegarse a la migración y, todo ello, redunda en la productividad y la producción de bienes y servicios de forma negativa, por tanto, en la satisfacción de las necesidades de la población.

Silvia: Nosotros debemos revertir la famosa pirámide que siempre hemos dicho que está invertida. Es muy difícil decir en una sociedad cuál es el trabajo más importante, es muy difícil establecer jerarquizaciones de por dónde empiezas a mejorarle la vida a la gente. Ciertamente, no se le puede resolver los problemas a todo el mundo a la misma vez, por lo que hay que establecer criterios de selectividad.

Sin embargo, hay, al menos, dos sectores que deberían ser priorizados en las actuales condiciones: la salud y la educación. El personal que trabaja en ellos forma parte de los pilares de la Revolución, por lo que hay que tomar medidas que permitan un mejoramiento en sus condiciones de trabajo y de vida. Entendemos que vivimos un contexto de fuertes restricciones financieras, pero hay reservas aún para redirigir recursos hacia estos sectores.

— ¿En las condiciones actuales cuáles son las condiciones que existen para hacer válida esa idea de que ‘nadie quedará desamparado’?

Ileana: En un sentido estricto nadie está desamparado, si se compara a las personas sin techo y pidiendo comida en otros países. Lo cierto es que la crisis genera dificultades para el amparo por falta de recursos, etc., pero también la inmovilidad en la toma de decisiones, la agudiza.

Silvia: El país debe mantener políticas universales, pero hay que irlas acompañando de políticas diferenciadas hacia aquellas personas, familias o comunidades que no tienen la capacidad de aprovechar las oportunidades que aporta el país. Que nuestras políticas vayan gradualmente dejando de ser políticas asistencialistas y pasen a ser políticas de transformación de condiciones para cambiar las causas y no las consecuencias.

«Hay que rescatar el valor del trabajo. Tenemos que lograr que el trabajo constituya la vía fundamental de ingresos de la población para satisfacer sus necesidades. Esto no puede ser una consigna; deben diseñarse políticas públicas coherentes y articuladas que apunten hacia esa dirección».

— ¿Puede coexistir en Cuba un sistema socialista con una economía de mercado?

Ileana: Se tiene a China y Vietnam con partidos comunistas y economías basadas en el mercado. Son las experiencias más cercanas de relacionar socialismo y mercado. No es el caso de Rusia, que no tiene un partido comunista en el poder y su economía es de mercado. La pregunta sería: ¿Tener un partido comunista implica socialismo?, o ¿es posible operar en el mercado y ser socialista?

Silvia: Economía de mercado es un término acuñado para hablar de economías capitalistas, es un eufemismo. El mercado se asocia al capitalismo y se asocia a la entidad privada, pero el mercado como institución es pre-capitalista. Ciertamente, es en el capitalismo donde se hace dominante. Antes del capitalismo existía la producción mercantil, el intercambio y el comercio, pero la forma dominante de crear la riqueza no era mercantil.

La producción mercantil es, esencialmente, una manera de producir, en la que se produce para otro y ese otro lo obtiene mediante un acto de compraventa. El trabajo toma forma mercantil. Eso también existe en el socialismo y en la transición al socialismo. El mercado no es el enemigo, por lo tanto, las leyes económicas que rigen el mercado existen y hay que respetarlas. Es un error identificar al mercado con las formas privadas y decir que Cuba tiene más mercado porque tiene más formas privadas.

Las empresas estatales también tienen transacciones mercantiles entre ellas y tienen que competir. El mercado es una institución de hace siglos que lo que hace es encontrar a productores con consumidores. El socialismo no está divorciado de la producción mercantil y tiene que haber competencia. Mientras más concurrencia haya en un mercado, habrá más oferta y menos capacidad de algunas empresas de convertirse en monopolios y fijar precios. Existen muchos mecanismos e instrumentos económicos para regular los mercados. Estos no pueden intervenirse de manera administrativa.

— ¿Qué capacidad de control usted observa que ejerce el Estado sobre el sector privado? ¿Es esto positivo o negativo que lo haga?

Ileana: En estos momentos no es tanto el control que se ejerce como el que se prevé que se ejerza, debido a toda la campaña orquestada en torno al sector privado, en particular a las Mipymes. En solo año y medio se presentan como las causantes de todos los males: de la inflación, de la no solución de los problemas de la población, etc. Si no se querían Mipymes, no las hubieran aprobado desde la Conceptualización del 2016.

Mientras más se ataque a las Mipymes por los objetos sociales, por los llamados ‘precios abusivos’ (que solo se miran en los privados y no para los estatales en tiendas como las MLC y a las comercializadoras), se siembra desconfianza en las políticas y las decisiones del Gobierno, pues, además, los precios altos son el resultado de que el propio país es incapaz de generar un mercado cambiario para ellos y tienen que acudir al mercado no oficial.

Lo positivo sería que el Gobierno propiciara la complementariedad de la que se habla, que las fomente, que las vincule a los problemas locales y sociales, desarrollando incentivos para ello.

Silvia: Una cosa es controlar y otra es regular. La actividad de control debe asociarse a que todos los actores económicos cumplan con lo que está establecido. Cada institución tiene que ser responsable de garantizar que toda la actividad económica que se realice esté de acuerdo a los estándares que están legalmente establecidos: estándares de calidad, legalidad, entre otros. En economía, además de hacer eso, se debe regular, es decir, poner reglas que no necesariamente son normas jurídicas.

No podemos pretender que, por poner una norma jurídica, ya automáticamente el actor económico va a cumplir con eso, porque en economía lo legal no es sinónimo de lo real. No se puede pretender que, con campañas comunicacionales de sensibilización, el actor económico tenga responsabilidad social, alinee sus intereses y, espontáneamente, se logre la necesaria complementariedad. No estoy en contra de que se haga, pero, lo más importante, es emplear los mecanismos económicos para ello.

Los economistas debemos generar un sistema de incentivos e instrumentos para establecer reglas, formales y no formales, para que los actores económicos, privados y estatales, actúen en consecuencia a esas normas. Cuando el Estado regula económicamente, lo que hace es intervenir en el comportamiento de los actores económicos y conducirlos hacia los objetivos que se persiguen. Por ejemplo, aranceles más altos para determinada actividad importadora que se desee desestimular, impuestos más bajos para determinada actividad necesaria; al que se dedica a la producción de alimentos le doy la tierra en usufructo, sin impuestos, por 30 años, etc. Desafortunadamente, no hay política de regulación económica coherente en el país.


Foto: Jorge Luis Sánchez

— ¿Cuál puede ser la mejor solución?

Ileana: Para no tener que volver a depender de otro país, aliviar el hoy, sin comprometer el mañana, es necesario:

-Realizar una transformación estructural de la economía y dentro de ella de las empresas estatales.

-Implementar un programa de estabilización macroeconómica.

-Fomentar los actores no estatales y promover su articulación con los estatales.

-Dejar de producir medidas sin metas y cuya rendición de cuentas no analiza los resultados.

-Dejar de tomar decisiones voluntaristas.

-Dejar a un lado el control vertical, la burocracia, y que se acepten los errores y el inmovilismo.

-Analizar los riesgos y costos de ‘no hacer’ frente al temor a ‘hacer’.

Silvia: Creo que todavía queda gente inteligente y comprometida en Cuba dispuesta a mejorar las condiciones actuales. Esa es una fortaleza. Tenemos buenos referentes en la crisis de los 90 que debemos rescatar. Tenemos una infraestructura deteriorada, pero creada, como la Zona Especial de Desarrollo Mariel, las empresas biotecnológicas, las instalaciones turísticas, que pudieran ser sectores pivotes para aprovechar. Yo creo que ha habido una comprensión cada vez más clara de que el capital privado, tanto nacional como foráneo, tiene que jugar un papel como forma complementaria de financiamiento, porque el país no tiene capacidad de ahorros internos suficientes para emprender los procesos de inversiones.

Me aferro todos los días a la esperanza de que, poco a poco, logramos sensibilizar a los decisores de que es necesario entender la economía. Tenemos un proceso de fragmentación muy grande en los grupos de trabajo, en los análisis de problemas, las medidas que se toman. Se aprecia falta de integralidad y enfoque de totalidad, secuencia, fundamento económico en algunas decisiones. La luz al final del túnel la podremos ver, en la misma medida en que podamos tener más comprensión de los problemas económicos y atenderlos, desde sus causas, y no desde sus formas de manifestación, con los instrumentos que aportan las ciencias económicas.

2 comentarios:

  1. Otra variante, Silvia, es demover a los decisores que no asumen como necesario entender la economía. Un nuevo gobierno podría ser una buen opción. Una ANPP insumisa también podria lograr salvar la Revolución. La falta de liderazgo es evidente?

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  2. De lo mejor que es leído en los últimos años sobre la economía cubana .Con argumentos objetivos y bien fundamentados con leyes económicas.

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