En la importante entrevista del lunes 16 al Presidente Díaz Canel, respondiendo preguntas de la periodista Rodríguez Derivet, planteo: la gente dice, ¿Por qué no se aplican las medidas del Periodo Especial? Y se respondió el mismo, ya todo lo del Periodo Especial esta aplicado. Se despenalizo las divisas, se abrió la inversión extranjera, se abrió el turismo, se abrieron tiendas en divisas. ¨ya todo está hecho¨
Con todo el respeto que me merece el Presidente de la Republica que en tan difíciles y complicadas circunstancias está al frente no solo del Partido y del Gobierno sino del Pueblo de Cuba, en la histórica batalla por conservar la independencia y soberanía, además de salvar la posibilidad de construir el socialismo acorde con nuestra idiosincrasia, quisiera expresar, que con relación a lo que se hizo desde el mismo inicio de aquel periodo, aun se puede hacer más.
Lo primero que se hizo, a partir de 1991 fue en el aparato ministerial y del gobierno. Yo trabajaba en el Ministerio de Transporte, era viceministro de economía. El ministro dio instrucciones de analizar la estructura y plantilla del organismo central y presentarle una propuesta que no pasara de 100 trabajadores. El ministerio, en su aparato central tenía en aquel momento 850 trabajadores. La propuesta que se le hizo por los viceministros fue de 150 trabajadores. La acepto, pero hubo que discutirla 1 por 1 con él y convencerlo de que eran imprescindibles. Instrucción que dio: ni uno de los 700 trabajadores que sobran puede enviarse para su casa ni quedarse sin trabajo. Hay que reubicarlos en las empresas del Ministerio para fortalecerlas con personal más calificado y con experiencia. Demoro casi un año lograrlo, pero se hizo. Se fortalecieron las empresas con personal más calificado y nadie quedo sin trabajo. El edificio quedo prácticamente vacío, y un ala entera sirvió durante muchos años para albergar al Tribunal Supremo Popular. Todos los ministerios hicieron lo mismo y comenzaron a reducirse y a disminuir gastos presupuestados de todo tipo. Siendo importante el ahorro del gasto, más lo fue el ejemplo a los obreros y dirigentes de las empresas y también a la población. El Gobierno le mostraba a todos, que el primero en apretarse el cinturón era él.
No se había terminado este esfuerzo racionalizador y ya se estaba analizando como convertir las enormes empresas del transporte en empresas más pequeñas que fueran capaces de ser dirigidas por la capacidad de los cuadros de aquel momento y sobre todo que pudieran trabajar con mayor eficiencia. Fueron las propias empresas las que hicieron las propuestas de cómo organizarse, y fue el ministro personalmente quien se sentó con los directores de las mismas, las analizo y se las aprobó. La burocracia no participo. Las mismas empresas se reorganizaron para enfrentar lo que les venía para arriba: el Periodo Especial.
Similar proceso lo llevaron a cabo, según sus características el resto de los organismos. Recuerdo las reuniones de intercambio de experiencias con el Ministro de la Sideromecánica, entre otros organismos.
Para las empresas y para los organismos, la planificación comenzó a ser financiera. Las empresas elaboraban su plan financiero en moneda nacional y en divisas. Eran aprobados por la alta dirección del ministerio. Pagaban sus impuestos en moneda nacional y aportaban un % de sus divisas al País. El principio de planificación que se empleaba consistía en que para pagar los salarios a los trabajadores tenían que producir y vender. Las propias empresas decidían los estímulos salariales a sus trabajadores, pero tenían que tener en cuenta que no había subsidios, sino que tenían que pagar sus impuestos al presupuesto. Como requerían importar determinados insumos tenían que gestionar como obtener divisas. El Banco Central aprobó a los organismos, bajo fuerte supervisión, Instituciones financieras no bancarias, que centralizaban esas divisas mediante cuentas internas a las empresas. Estas Casas financieras estaban en la obligación de tener cuentas bancarias en el BFI donde se centralizaba todas las divisas que generaban los negocios de las empresas estatales. Esas cuentas y divisas depositadas eran de las empresas, pero intermediadas por las Casas financieras. Contra ellas las empresas ordenaban pagos, pero el dinero estaba en el banco. Y el banco operaba con esas divisas como todos los bancos saben hacer con las cuentas corrientes de sus clientes. Para lograr que el que tuviera capacidad de pago, pero no dinero en el momento de la operación, el Banco Central reintrodujo en la economía las Letras de Cambio y Pagares, en las dos monedas. Esas Letras de Cambio y Pagares eran negociables. El Ministerio de Finanzas, rector de los seguros, utilizando su capacidad financiera, creo empresas financieras que descontaban los Papeles financieros y con ello financiaban a las empresas en sus importaciones. También lo hacían otras instituciones financieras cubanas y extranjeras. Todo ello en el socialismo cubano, que no perdió su carácter por ello. Los empresarios estatales aprendieron a administrar, como lo hace cualquier empresa en el mundo.
En el verano de 1993 se había despenalizado la circulación y tenencia de divisas. Las remesas comenzaron a ingresar al país por las más diversas vías y el Gobierno inteligentemente procedió a despenalizar su tenencia y circulación. El dólar comenzó a circular entre las empresas, las instituciones bancarias y entre la población. No fue hasta 1996 que se crea CADECA para establecer el cambio oficial. De 150 CUC en que se cotizaba el dólar en el mercado informal, paso en relativamente poco tiempo a 20. Este proceso, de enorme y decisiva importancia para explicar el repunte de la economía en la década de los 90, pudo ser posible por el manejo centralizado de las divisas por el Banco Central y sus instituciones bancarias, y una comprensión científica de la significación de las divisas para la economía cubana. Dedicar divisas a importar alimentos y medios de vida, distribuirlos casi gratuitamente, con independencia del aporte laboral de cada cual, y no producirlos por su propia fuerza de trabajo, en vez de contribuir a desarrollar el País, lo empobrece. Para resolver eso es que debe servir la planificación, y también la política.
Paralelamente, al tener divisas en cuentas bancarias ¨propias¨ las empresas comenzaron a importar directamente, ordenando el pago de sus exportaciones por intermedio de las Casas financieras, que revisaban previamente la legalidad de lo que se estaba ejecutando. Para operaciones complicadas y que incluso requirieran de financiamiento externo por parte del proveedor, en determinados casos utilizaban empresas estatales del comercio exterior, que siempre tuvieron más experiencia y preparación en importaciones complicadas. El propio Ministerio del Comercio exterior había creado desde antes de comienzo del periodo especial, una Corporación privada de capital nacional para romper el bloqueo a las importaciones y también a las exportaciones, que con empresas bien situadas en países donde más se exportaba e importaba, fueron muy útiles para exportar y suministrar a la economía en todos esos años. Según información que me ha llegado esta Corporación ya no opera. También fue muy útil en esa etapa una Corporación de transporte marítimo del Ministerio de Transporte, que operaba en similares condiciones y que gestionaba las principales cargas de exportación e importación del País. Operaba con tarifas de fletes internacionales, pero los márgenes de utilidades quedaban en manos de la economía nacional.
Ese proceso de empresas que operaban en dólares para sus operaciones de comercio internacional a través de intermediarias financieras aprobadas y supervisadas por el Banco Central, fue creando condiciones para que la banca internacional no controlada en aquel entonces por los Estados Unidos, comenzara a establecer sucursales en Cuba. Y fueron autorizadas a operar en el País sucursales de bancos, así como instituciones financieras no bancarias extranjeras, principalmente europeas, que comenzaron a financiar operaciones comerciales importantes, con garantías que ellos mismos contribuían a gestionar. No hay economía moderna que pueda funcionar y obtener recursos financieros importantes para objetivos puntuales, si no está preparada en todos los sentidos para trabajar con esos agentes financieros. No basta con tener buenos y seguros, políticamente hablando, cuadros y dirigentes empresariales estatales, hay que prepararlos e instruirlos bien en las dificultades y riesgos que tiene actuar en ese mundo. Pero para salir adelante, gestionar y conseguir recursos financieros en el mundo empresarial para el desarrollo productivo de la economía cubana hay que tener esos hombres y mujeres bien seleccionados y bien entrenados. En el periodo especial se comenzó a preparar y entrenarlos y a partir de los años 2000 la burocracia logro ¨sacarlos del juego¨. El mundo actual es el mundo de las empresas. Nadie hace negocios con burócratas. Se hacen entre empresas. Hay que preparar a nuestros empresarios estatales para que sepan hacer negocios y defender los intereses de sus empresas, que son las de su propietario que es el Pueblo de Cuba. Deben aprender a negociar con las empresas del mundo y con las Mipymes cubanas, que a su vez van aprendiendo con rapidez como operar en el actualmente complejo mercado internacional y en el financiero cubano.
En todo ese periodo, los principales dirigentes de los ministerios, en lugar de dedicarse a administrar empresas, se dedicaron a buscar inversionistas y financiamientos para desarrollar negocios empresariales que permitieran recomenzar el desarrollo de sus ramas sin pedirle dinero al Gobierno, que tenía que dedicarlo al sostenimiento del nivel de vida de la población.
Ya entre 1997 y 2000 la economía se había recuperado de los efectos de la desaparición de la URSS y comenzaba a crecer y a avanzar por sus propios medios. Pero la burocracia también se recuperó. El MINFAR en sus empresas había aplicado exitosamente una experiencia novedosa de perfeccionamiento empresarial. La dirección del Consejo de Ministros decidió que debía aplicarse en todas las empresas de los demás organismos. Creo un aparato para dirigir ese proceso, e impusieron una metodología de administración y dirección empresarial, que había sido exitoso en el MINFAR, a las empresas de todos los organismos de la economía, sin tener en cuenta sus características. La burocracia recupero su poder sobre las empresas del estado y el desarrollo alcanzado comenzó a detenerse y retroceder. Se había detenido la recuperación autónoma de la economía, y hasta hoy ha sido. Poco tiempo después ocurrió el desastre de la industria azucarera, al que habría que dedicar otro artículo posteriormente, pues fue paralizada y destruida por la burocracia.
Es la burocracia cubana el causante principal de la paralización de las empresas estatales. No es el bloqueo, no son sus empresarios, es la burocracia, que con sus normas obligatorias y permanentemente supervisadas por los contralores, no les permiten levantar vuelo sin pedir permiso. Déjenlas actuar como lo hicieron en los primeros años 90 y veremos el salto que dan. Igual o mayor que el que han ido dando las Mipymes. Hay que conservar solo la propiedad sobre ellas. Que actúen sin violar las leyes del País, igual que lo hacen las Mipymes. Que el dueño colectivo, representado por el Consejo de Estado y la Presidencia de la Republica las deje actuar. Que nadie pueda interponerse mientras cumplan con las leyes, y el salto nos sacara de la parálisis en que estamos.
Que las que actúen principalmente en el marco de un territorio municipal, se desarrollen y actúen sin que el ¨dueño ¨municipal interfiera en su actividad empresarial. Que sus resultados financieros se queden en el municipio, pero que a la empresa se le permita actuar autónomamente. Eso no es liberalismo. Es una concepción socialista de desarrollo empresarial. El Director de la empresa debe nombrarlo y sustituirlo el Municipio, pero a partir de ahí es el que decide el resto de sus colaboradores. Si infringen las leyes deben responder por eso. Pero para poder responder tienen que tener autoridad para actuar. Las autoridades del municipio y la provincia deben ocuparse de la población. De las empresas deben ocuparse sus dirigentes, por la que deben responder según las leyes.
22/10/2023
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.
Quizás Benavides explique como surgió lo de la "CUENTA UNICA" , recuerdo que un grupo de la CUJAE en q trabaja y tenía más de 20 000 usd de utilidades en dos años desapareció por esa causa.
ResponderEliminarEl Bena, cará. Ahora eres crítico - reformista. Cómo cambian los tiempos!
ResponderEliminarAsí es.. y mucho más en la década de los 90… PERO.. la unión de empresas que tenia 27 trabajadores se convirtió en más de 100… la cuestión es entender que el fenómeno de B y B son LAS RELACIONES SOCIALES, y en eso tenemos que ver TODOS!
ResponderEliminarPor favor en el Periodo especial se hizo mucho mas, en primer lugar se mantuvo la prevalencia del Estado en la producción estrategica de alimentos se reorientaron contingentes de la construccion hacia la producción agricola y se crearon otros. Se mantuvo control de los precios en productos basicos en el mercado de oferta y demanda. Se hacian ferias semanales de productos industriales u agrícolas que le havian competenvia al productor particular. En primer lugar el pais no dejo de producir que no es lo que sucede ahora donde mandan los privados que controlan el 80% de la produccion agropecuaria y un mercado neoliberal extremo.
ResponderEliminarSe conoce que hay productores que no han podido realizar sus productos en el mercado por ej frutabomba, porque supuestamente a partir de su alto precio "el mercado esta saturado del producto" y han tenido que hecharselas a los animales.
No hay peor ciego que el que no quiera ver y pretenda justificar los fracasos.
Por ultimo, en visita reciente de Frey Betto se asombraba de que no habian movilizaviones al campo