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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 17 de octubre de 2024

Unctad propone mejorar el comercio para las energías renovables

 

Aerogeneradores son descargados en el puerto de Bahía Blanca, Argentina. El comercio de bienes para la generación de energía eólica y solar debe incrementarse, según la Unctad, para facilitar el reemplazo de la generación eléctrica basada en combustibles fósiles por la sustentable, de fuentes renovables. Imagen: Cgpbb


GINEBRA – El comercio de bienes relacionados con las energías solar y eólica debe crecer más rápido de lo que lo ha hecho en la última década para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, planteó ONU Comercio y Desarrollo (Unctad) en un reporte este jueves 17.

El organismo (antes llamado Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) recordó que aunque el uso de la energía solar ha aumentado 37 veces y el de la energía eólica seis veces desde 2010, solo representaban cinco por ciento del consumo energético mundial en 2022.

“La energía renovable tiene el potencial de desvincular nuestra prosperidad de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) que alimentan el calentamiento global. En esa lucha, cada fracción de grado cuenta”, expuso el documento.

Además, “puede llevar electricidad a más de 680 millones de personas que hoy no tienen acceso a ella, reduciendo así la pobreza que esto genera”.

Por ello considera fundamental reevaluar si los aranceles y otras medidas comerciales están apoyando o frenando la expansión de las tecnologías de energía solar y eólica a nivel global.

Los costos comerciales en estas cadenas de valor siguen siendo altos, lo que encarece estas tecnologías y limita las oportunidades de industrialización, según la Unctad.

En los países en desarrollo, los aranceles promedio sobre los bienes de energía verde van de 2,5 % en Asia y Oceanía a 7,1 % en África, a lo que se suman las medidas no arancelarias que elevan aún más los costos.

La mayoría de los países en desarrollo siguen atrapados en patrones comerciales tradicionales, exportando materias primas para las tecnologías solares y eólicas, mientras importan productos intermedios y finales, indicó el reporte.

La Unctad sostiene que la política comercial es clave para reducir barreras y ofrecer los incentivos necesarios que impulsen la expansión de las tecnologías de energía solar y eólica en todo el mundo.

“Una política comercial más adecuada podría ayudarnos a reducir esas fracciones de grado que tanto necesitamos”, indicó su documento.

Mediante el Acuerdo de París de 2015 la casi totalidad de las naciones del mundo se comprometieron a reducir las emisiones de CO2 de modo que la temperatura media del planeta hacia el año 2050 no aumente en más de 1,5 grados centígrados con respecto a los promedios de la era preindustrial (1850-1900).

La Unctad plantea que reducir los costos comerciales de los productos intermedios podría impulsar las industrias de energía verde, especialmente en África, donde los aranceles sobre estos productos pueden alcanzar hasta 8,1 %, en comparación con 4, % en Asia y Oceanía.

Las medidas fronterizas no arancelarias agregan costos adicionales de entre 0,4 y 0,7 %.

Reducir los costos fronterizos podría fomentar el comercio intrarregional en África y América Latina, donde los productores regionales enfrentan costos fronterizos no arancelarios hasta cuatro veces mayores que los competidores de fuera de la región.

Según su análisis, reevaluar las medidas de defensa comercial para buscar soluciones consensuadas antes de imponer aranceles podría estimular el crecimiento de las cadenas de valor de energía renovable, particularmente en Asia, donde se ha observado un aumento en las medidas temporales de defensa comercial.

De ese modo, la Unctad propone reevaluar las políticas comerciales “para lograr un mejor equilibrio entre las preocupaciones fiscales, las necesidades de la transición energética y el acceso universal a la energía”.

En paralelo, fomentar el valor agregado, mediante el procesamiento de materias primas y la fabricación de tecnologías solares y eólicas, promoviendo la transformación estructural e integrando a los países en desarrollo en las cadenas de valor mundiales.

Y también aprovechar el comercio Sur-Sur y la integración regional para fortalecer la participación de los países en desarrollo en las cadenas de valor de energía renovable.

Asimismo, los países desarrollados deberían reevaluar sus políticas de comercio, inversión y ayuda a los países en desarrollo para los bienes de energía verde, con políticas coherentes con la ambición global de la transición energética, el acceso universal a la energía y el desarrollo sostenible.

A-E/HM

UNE prevé afectaciones durante horario diurno y afectación de 1 678 MW en pico nocturno este jueves. Comentario HHC

En este artículo: Cuba, Economía, Electricidad, Gobierno, Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Termoeléctrica, Unión Eléctrica (UNE)


Este miércoles fue afectado el servicio por déficit de capacidad de generación las 24 horas del día y no se pudo restablecer el servicio en la madrugada de este jueves.

La máxima afectación por déficit de capacidad de generación fue de 1 589 MW a las 19:20 horas, coincidiendo con el horario pico, superior a lo planificado por la no entrada de la unidad 5 de la CTE Diez de Octubre y la unidad 3 de la CTE Antonio Maceo.

Este jueves, la disponibilidad del SEN a las 07:00 horas era de 1 600 MW y la demanda, de 2 600 MW, con 1 072 MW afectados por déficit de capacidad, informó la UNE en su parte diario y añadió que en el horario de la media se estima una afectación por déficit de 1 400 MW.

Están en avería la unidad 5 de la CTE Nuevitas, la unidad 2 de la CTE Felton, la unidad 4 de Energas Varadero y la unidad 3 de la CTE Renté; en mantenimiento, la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la unidad 4 de la CTE Cienfuegos y la unidad 5 de la CTE Renté.

Las limitaciones en la generación térmica son de 441 MW y están fuera de servicio por déficit de combustible 50 centrales de generación distribuida, la patana de Mariel, la CDE Mariel, la patana de Regla, 11 motores de la patana de Melones y la patana de Santiago de Cuba, lo cual totaliza 799 MW afectados, 325 MW de ellos en la generación distribuida, 390 MW en las patanas y 84 MW en la CDE Mariel.

Para el pico, se espera la entrada de la unidad 5 de la CTE Nuevitas, con 75 MW (en proceso de arranque), y la unidad 4 de Energas Varadero, con 17 MW.

Con este pronostico, se prevé para la hora pico una disponibilidad de 1 692 MW y una demanda máxima de 3 300 MW, para un déficit de 1 608 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 1 678 MW en este horario.

Comentario HHC: Pareciera que estamos empeñados en romper nuestros propios records de déficit de generación de electricidad.

La falta de energía eléctrica es un problema muy serio que afecta toda la economia, la producción de bienes y servicios, el necesario descanso, etc. 

Se que se está haciendo el máximo esfuerzo pero, entre la falta de divisas para reparar nuestras vetustas plantas generadoras de energía, y comprar petroleo, pues la situación ha revasado nuestras potencialidades y va en camino a la autofagia.

Las casas- habitación consumen el 65 % de la energía que se genera en el pais. La libre importación directa de paneles fotovoltaicos para casa habitación, libres de aranceles y con carácter ilimitado para y por toda la población, sería una medida extraordinaria. Empresas para instalarlos hay. 

Al tiempo que hay que dejar de subsidiar la energía eléctrica a los grandes consumidores. Dicen que la medida de incremento de precio a los grandes consumidores no dio resultado, pues es un indicador que el incremento no fue suficiente, hay que subirlo hasta que el aumento del consumo sea reversible. En lugar de mas hoteles, modernicen y amplien la fábrica de paneles solares de Pinar del Rio o hagan una nueva donde estrategicamente es mas útil. 

No hay que debatir nada, es firmar un decreto ley mañana mismo por quien tenga la autoridad de hacerlo . La lentitud en la toma de decisiones en nuestro pais es angustiante, los niveles de aprobaciones y alcanzar consensos hacen interminables las soluciones de los problemas y estos se multiplican todos los dias. ¿ No hay sentido de la urgencia? ¿ La burocracia es tan grande que  detiene todo ?.

La participación popular es clave en la corrección de distorsiones y en el reimpulso de la economía (+ Video)

 En la sesión del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández señaló la necesidad de continuar avanzando en el control a la implementación de las proyecciones y en la participación popular

En varios territorios se han constatado buenas experiencias en la producción local. Foto: ACN

Desde la última sesión de este órgano, realizada el pasado 16 de septiembre, se ha mantenido el sistema de trabajo con el seguimiento constante al cumplimiento del cronograma del proceso de implementación de las medidas del Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, informó el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, durante la sesión del Consejo de Estado celebrada este miércoles.

Encabezada por el presidente de este órgano, Esteban Lazo Hernández, y con la participación, en el Capitolio Nacional, del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la reunión, Marrero Cruz informó sobre la continuidad de las acciones para el reimpulso de la economía nacional.

En el fructífero debate, el Presidente cubano subrayó que en los recorridos realizados por los diferentes territorios se han constatado buenas experiencias en la producción local, así como de encadenamientos productivos y de soluciones a problemáticas concretas en las localidades, lo cual debe ser generalizado.  

El miembro de Buró Político, Esteban Lazo, señaló que es clave continuar avanzando en el control a la implementación de las proyecciones y en la participación popular en este proceso trascendental, para impulsar desde la base el cumplimento de las tareas planteadas.  

El Consejo de Estado examinó en esta sesión el cumplimiento de la Ley del Presupuesto y de las medidas tributarias y fiscales aprobadas; aprobó el «Modificativo del Decreto-Ley No. 7 “Del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación”», y emitió el Decreto-Ley «De la Medalla Conmemorativa 70 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias».  

También evaluó el estado de cumplimento de las medidas derivadas del ejercicio de rendición de cuenta del Ministerio de Industrias a la Asamblea Nacional del Poder Popular; y se presentó el informe del cumplimiento de los mandatos dispuestos en los decretos-leyes emitidos por el Consejo de Estado en el año 2023; y fueron chequeados los acuerdos adoptados por este órgano en sus reuniones previas.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Las importaciones y nuestra mentalidad

De la década del 80 hasta la fecha, Cuba no ha logrado un saldo positivo en el balance de bienes en ningún año.




Es verdad y lo es desde hace mucho: en economía, casi siempre hemos mirado hacia fuera antes que buscar adentro. No es nuevo, es parte y producto de nuestra historia, de nuestra condición de archipiélago, de nuestro relativamente pequeño tamaño, de nuestra posición geográfica. Es, de alguna manera, una rémora heredada del colonialismo, del neocolonialismo y luego de nuestra relación tan especial con la URSS, que nos permitió hacer grandes cosas y disponer de una fuente inagotable de recursos casi con independencia de nuestra capacidad para pagarlos.

Pero todo lo anterior es solo una parte de la explicación de la alta “propensión” a importar de la economía nacional.

Aunque pasa por la subjetividad, por aquello de que solo estamos a 90 millas del más grande mercado del mundo, de que en ese mercado cada vez viven más cubanos, que internet, WhatsApp y todas las otras tecnologías nos ponen delante de los ojos productos de “allá” que queremos tener “aquí” —muchos sin duda muy buenos—, lo cierto es que hay razones objetivas, asociadas a las características estructurales de la economía cubana, que de alguna manera convierten en casi incurable la propensión a importar. Volveremos a esto más adelante.

Sustituir importaciones fue uno de los “instrumentos, propósitos, objetivos” de la concepción estructuralista de desarrollo liderada por la CEPAL desde los años 50. No lo logró del todo América Latina, tampoco nosotros.

De la misma forma, tener una “política de sustitución de importaciones” ha sido una necesidad reconocida por muchos economistas cubanos, incluso antes de 1959; en parte inspirados en las concepciones cepalistas y en parte porque la realidad del país lo hacía evidente. El recorte de la cuota azucarera primero y su eliminación después, la reducción del comercio con Cuba y el bloqueo después, sin duda reforzaron las razones que, desde la teoría, se esgrimían sobre lo estratégico de lograr una efectiva sustitución de importaciones. Sustituir importaciones era una parte esencial en el empeño de reducir la dependencia económica de nuestro país.

Por eso, desde 1959 la sustitución de importaciones como un propósito / meta / objetivo ha estado presente en la estrategia de desarrollo de Cuba en sus diferentes etapas, y en los planes quinquenales desde 1975. Todavía hoy lo está, lo cual, lamentablemente, es una señal inobjetable de que no hemos alcanzado, ni medianamente tal propósito, y no porque no se haya intentado.

¿Qué dicen los datos?

En la década de 1950 a 1959, Cuba exportó 6 700,3 millones de pesos e importó 6 200,1 millones de pesos, obteniendo en esa década un balance comercial positivo de 500 millones de pesos cubanos. Dos años, 1957 y 1958 exhibieron balance comercial negativo.

En la década de 1960 a 1969, las exportaciones alcanzaron los 6 327,9 millones mientras las importaciones se elevaron a 8 978,8 millones, dejando un saldo negativo de 2 651 millones de pesos. En esta década, excepto el año 1960 —que tuvo un balance positivo de 28 millones de pesos—, todos los otros tuvieron un balance comercial negativo.

Entre 1970 y 1979 el comportamiento fue como sigue: exportaciones por valor de 21 592,5 millones y las exportaciones se elevaron a 24 605 millones, lo cual arrojo un saldo negativo de 3012,6 millones. En esa década todos los años tuvieron un balance negativo, excepto 1974 —fue positivo con 11 millones de pesos.

De 1980 a 1989, las exportaciones fueron 51 795,3 y las importaciones 67 684,3, para un saldo negativo de 15 889 millones. De esta década en adelante y hasta la fecha no se ha logrado un saldo positivo en el balance de bienes en ningún año.

En la década del 90, exportaciones por 20 867,4, importaciones, 37 467,8 un saldo negativo de 17 600,4.

En la primera década del siglo XXI, exportaciones por valor de 24 036,9 millones e importaciones por 74 492,2 y un saldo negativo de 50 455,3 millones.

De 2010 a 2019, las exportaciones fueron 38 640,3 y las importaciones 119 670,8, para un saldo negativo de 81 030,5 millones.

Ni siquiera en los momentos en que Cuba disfrutaba de acuerdos beneficiosos con la URSS que incluían precios justos para nuestras exportaciones a ese país, pudo hacerse efectiva una política de sustitución de importaciones que cambiara esa tendencia/padecimiento/ de la economía cubana. Tampoco se materializó el propósito de la sustitución de importaciones en esos años de este siglo en que disfrutamos de una relación beneficiosa con Venezuela. En ambos períodos, el monopolio estatal sobre las importaciones era prácticamente absoluto y la planificación, altamente centralizada, abarcaba prácticamente toda nuestra economía.

Otro aspecto que resulta interesante es el hecho de que en esos años en que nuestra integración al CAME modeló desde la industrialización hasta el comercio exterior en Cuba, la isla experimentó un desarrollo industrial poderoso, creando capacidades —mismas que hoy no tenemos— que, al menos teóricamente, permitían aquel propósito de sustituir importaciones y ganar independencia —no autarquía— económica.

Sin embargo, a pesar de tener financiamiento barato, precios justos y acceso relativamente privilegiado a mercados prácticamente cautivos, aquel propósito de sustituir importaciones no se alcanzó.

Adelante tres hipótesis muy elementales sobre el porqué.

Hipótesis 1:

El rol asignado a Cuba dentro de la división internacional socialista del trabajo no favorecía la estrategia de sustitución de importaciones.

Sin duda hubo sesgo hacia la especialización en bienes primarios, no obstante, si se revisan los convenios firmados por nuestro país es posible comprobar las oportunidades significativas que dicha relación brindó.

En 1976, Cuba y la URSS firmaron un nuevo convenio de colaboración económica y científico-técnica, que abarcó el período de 1976 a 1980. En dicho convenio se estableció la cooperación mutua en las ramas de la energética, la metalurgia no ferrosa, la refinación de petróleo, industria ligera, riego, drenaje y suelos, prospección geológica y otros rubros igualmente importantes. Se estableció, asimismo, el inicio de los trabajos de una planta siderúrgica y otra átomo-energética y además se fijó un precio de compra mínimo para el azúcar de 30,40 centavos por libra, cuyo precio se estableció sobre bases resbalantes, o sea, de acuerdo a los precios de las mercancías de la URSS, que debíamos comprar.

Hipótesis 2:

Las estrategias de sustitución de importaciones no alcanzaron sus objetivos porque faltó consistencia entre las políticas implementadas y los instrumentos utilizados.

Una revisión de la política arancelaria y la política cambiaria podría arrojar luz al respecto. Es cierto que una tasa de cambio sobrevaluada y el acceso “fácil” a productos elaborados hace difícil lograr una sustitución de importaciones efectiva.

Hipótesis 3: El bloqueo de EE. UU. constituyó un factor negativo en el propósito de lograr un proceso de eficiente de sustitución de importaciones.

Tener acceso limitado a determinados mercados y productos que pudieron haber contribuido con la sustitución de importaciones es una realidad difícil de cuantificar. Sin embargo, el mismo bloqueo impuesto por el mayor mercado del mundo, a solo 90 millas, sirvió de “barrera protectora” para el naciente sector productivo cubano. Esa oportunidad es también difícil de cuantificar.

En resumen, en aquella época tuvimos una relación comercial muy favorable para algunos de nuestros productos, créditos en condiciones inmejorables y protección respecto de las empresas más eficientes y productivas extranjeras, una aceptable capacidad productiva y energía barata, y aun así no logramos una sustitución de importaciones efectiva.

Es probable que una de las tareas más difíciles que de nuevo haya que asumir en algún momento sea la de diseñar una política de sustitución de importaciones que permita avanzar hacia un grado mayor de independencia económica. Esta vez, no tendremos una relación comercial favorable, ni créditos blandos con períodos de gracia que nos den un respiro, ni energía barata y estaremos dentro de un mundo muy competitivo, dominado por grandes compañías capitalistas transnacionales. Esta vez no tenemos esa capacidad de respuesta que un día nuestro sistema productivo alcanzó y aún estamos sumergidos en desequilibrios que hacen mas compleja esa arquitectura. Solo para poner un ejemplo, la debilidad de nuestro sistema productivo requiere de insumos casi masivos, la devaluación de la moneda nacional —la misma que favorece las exportaciones y beneficia a un grupo de empresas nacionales que exportan— encarece aquellos insumos necesarios para reactivar / relanzar/ modernizar nuestro sistema productivo. ¿Qué hacer?

Pero, si queremos avanzar, junto a la promoción eficiente de exportaciones y la sustitución de exportaciones, necesitaremos una política de sustitución de importaciones que aproveche aquellas fortalezas que aún nos quedan, que sume e incentive a todos los agentes / actores en el propósito, que genere y respete compromisos y produzca la confianza imprescindible. Por eso me aventuro a decir que la política de sustitución de importaciones solo tiene sentido si es parte esencial de una política de desarrollo productivo del país.

Presentacion del libro " Empresa Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación"

Por el Dr. Julio Carranza

Amigos:

En la mañana de hoy, hemos presentado en la sede de la ANEC el libro: “Empresas Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación”, coordinado por el Profesor Leandro Zipitria, de la Universidad de la República del Uruguay y la Profesora Ileana Díaz, del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.

Los autores de los diferentes capítulos son destacados profesores de ambas instituciones.

Cómo se me solicitó, me correspondió escribir el prólogo de este importante libro, un texto académicamente riguroso, útil y oportuno, puesto que se refiere a la reforma de la empresa estatal, una de las dimensiones fundamentales de la reforma integral que debe tener la economía y la sociedad nacional.

Debajo reproduzco el prólogo que escribí y a continuación el link directo para acceder al texto completo.

Julio Carranza

16 de Octubre 2024

Prólogo a libro Empresa Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación

Julio Carranza

El libro que se pone a consideración y debate del lector interesado es de una gran importancia para Cuba, dada la compleja situación y la prolongada crisis en la que se encuentra la economía del país. Sus autores, destacados economistas con diversas experiencias, coordinados por los profesores Leonardo Zipitria e Ilena Díaz, van desarrollando a través de sus nueve capítulos aspectos fundamentales sobre las empresas estatales y su funcionamiento, cuestión esencial en el proceso de transformaciones que ha de avanzar en la economía nacional.

Considero que es importante tener en cuenta, que aún cuando un texto trate de manera profunda sobre un tema determinado, es necesario siempre tener como referente el escenario más general del cual este tema forma parte. O sea, una discusión sobre la cuestión de la operación de empresas estatales en una economía, aunque tiene aspectos y conceptos de valor universal referidos a la cuestión empresarial, está también muy condicionada por las circunstancias, desafíos y objetivos específicos del lugar donde este es sometido a análisis, crítica y propuestas concretas, quiere decir que, sin una consideración del todo y del contexto (aunque no sea este objeto de tratamiento directo) no es posible valorar con acierto un tema específico que corresponda a esa realidad.

Este libro tiene la virtud de que asume las dos dimensiones, comienza con consideraciones más generales sobre el tema de la estructura, operaciones, etc de las empresas estatales en general, mismas que pudieran estar incluidas en un riguroso manual sobre este asunto y progresivamente sus capítulos y autores van avanzando en un análisis específico del tema en la realidad específica de Cuba y sus desafíos.

En las seis décadas correspondientes al proceso revolucionario cubano la economía ha pasado por varias etapas regidas por diferentes conceptos y sistemas de dirección y planificación. Sin dudas el periodo de crecimiento más estable es el que va de 1975 a 1985, coincidente con una mayor aplicación del cálculo económico y las relaciones mercantiles entre las empresa estatales, era una época en la cual la integración de los países socialista, a pesar de sus insuficiencias, funcionaba y compensaba con notables recursos las necesidades del país, ese contexto desapareció abruptamente con la crisis del socialismo soviético en Europa, posteriormente sobrevino un proceso de crisis sostenidas, con relativas recuperaciones intermitentes, que no ha sido superada hasta hoy. Desde principio de los 90s se hace evidente la necesidad de una reforma fundamental de la economía que tome en consideración la interacción de cada uno de los factores que la constituyen como sistema. Así lo hemos expresado y propuesto desde entonces y cada vez con mayor énfasis.

En los 90s se realizaron diversos cambios que contribuyeron a la recuperación relativa de los grandes desequilibrios macroeconómicos y a salir del peor momento de la crisis en un contexto internacional más favorable con los cambios políticos que se dan en América Latina en la primera década de los 2000s, sin embargo no se realizó la reforma estructural que la economía necesita, en nuestra opinión se perdió un tiempo precioso.

Para la segunda década de los 2000s se va conformando un mayor consenso sobre los transformaciones que la economía necesita, de hecho se aprobaron varios documentos fundamentales que establecen el espacio necesario para realizarlos, entre ellos el llamado Conceptualización del modelo económico cubano y la nueva Constitución aprobada en 2019, sin embargo, el avance de la reforma ha sido extremadamente lento, errático y sin la articulación necesaria, todo en medio de un escenario internacional muy hostil.

Probablemente uno de los problemas que han afectado la efectividad de los cambios que ciertamente se han implementado en la economía durante las últimas décadas, es precisamente que estos, en la práctica, no han tenido la suficiente profundidad e integralidad y menos el orden necesarios, quiere decir, la secuencia que garanticen su articulación sistémica.

El ejemplo reciente más evidente de este problema, no el único, es el llamado ordenamiento monetario que se decide realizar desde principios del año 2021

Es decir, dada las debilidades estructurales y un serio problema de secuencia, el Ordenamiento, contrariamente a lo que se había propuesto, tuvo un efecto inflacionario y no productivo. Ante una economía con bajo nivel de eficiencia empresarial y fuerte contracción de la oferta (producción e importaciones) las medidas del ordenamiento que incluían un abrupto crecimiento de los costos empresariales, contribuyeron a una notable inflación, compleja y riesgosa situación no solo económica, también social y política. Originalmente se expresó que el salario mínimo sería 1,3% mayor que la canasta básica, sin embargo, el resultado ha sido muy diferente, hoy día una parte considerable de la población recibe ingresos por debajo del costo real de la canasta básica.

Valga este ejemplo, se pudieran citar otros, para demostrar la importancia capital de una consideración integral de la reforma económica en Cuba, la economía es un sistema complejo y así se debe tratar.

Ahora bien, sin abandonar la imprescindible consideración sistémica, ni la urgencia de reducir los fuertes desequilibrios macroeconómicos, consideramos que la reforma tiene dos factores esenciales que deben ser tratados con la mayor rapidez y profundidad, estos son: la reforma de la empresa estatal y la reforma del subsistema de producción agropecuaria, estos serían, por así decirlo, los corazones del proceso. Este libro trata sobre uno de ellos, la reforma de la empresa estatal y como siempre hemos dicho, no para que deje de ser estatal (pública) sino para que deje de ser ineficiente.

Las aproximadamente 2900 empresas estatales que operan actualmente en la economía cubana se mueven entre la irrentabilidad y bajos niveles de rentabilidad e incluso muchas veces con rentabilidades más basadas en precios especulativos que en resultados productivos específicos. La existencia de excepciones, que las hay, no cambia la realidad general del sistema empresarial cubano en la actualidad.

Este hecho, además de lastrar el crecimiento e impedir su contribución a poner bajo control la inflación ya que no contribuye suficientemente a elevar la oferta de productos y servicios, impide las imprescindibles contribuciones financieras de las empresas estatales a un presupuesto que para este año 2024 asumió un muy notable déficit del 18.5%. De hecho el control de la inflación con un déficit presupuestario de esa magnitud, que se financia básicamente a través de emisión monetaria, hace muy difícil, casi imposible, controlar adecuadamente la inflación.

Estos dos componentes esenciales de la reforma: la transformación de la empresa estatal y del sub sistema de producción agropecuaria, son fundamentales para restablecer las condiciones que incentiven mayores niveles de producción (en el caso del sector agropecuario, que determina la oferta de alimentos, hay además serias implicaciones para la seguridad de la nación). Habría que añadir la necesidad de una política de inversiones concentrada en las principales prioridades del país, en primer lugar ese sector agropecuario, que hoy recibe menos del 3% de la inversión cuando otros como el turismo y las construcciones inmobiliarias reciben más del 30%, una desproporción que es imperioso modificar.

Siempre se debe decir, enfatizar y explicar en cualquier análisis, que las condiciones para el funcionamiento adecuado y normal de la economía cubana son particularmente difíciles debido a la política de agresión del gobierno norteamericano contra el país, ya no solo es el bloqueo económico, comercial y financiero que dura más de seis décadas y que se ha arreciado, es además la absolutamente injustificada inclusión de la isla en la llamada lista de países que auspician el terrorismo, lo que da lugar a dificultades enormes para operar en la economía mundial, pocas veces en la historia una nación tuvo que vivir por tan largo tiempo bajo un asedio de esa magnitud. Ahora bien, esa política no puede paralizar las transformaciones que el país necesita, la más urgente de ellas la reforma integral de la economía y dentro de esta, como hemos expresado, ocupa un lugar central la reforma de la empresa estatal y el sistema empresarial.

Otro punto necesario a entender, es que el país no ha renunciado, ni deberá renunciar, a mantener una economía de carácter socialista, donde la justicia social sea un objetivo central, pero para conseguir este propósito hay que despegarse de cualquier concepción ortodoxa o rígida del socialismo tal y como este se conoció y fracasó en la Europa Oriental, se necesita una visión práctica, sin “parálisis paradigmáticas”, apoyada en las lecciones de la historia, basada en la cultura universal y teniendo clara conciencia de las limitaciones de un país pequeño, con escasos recursos naturales, aislado y bloqueado y en una situación geopolítica muy difícil. Se puede?, sí, pero no de cualquier manera.

Por otra parte, sería absurdo pedirle a un país en esas condiciones que de respuesta a los problemas generales del socialismo como sistema, esas respuestas y en el largo plazo, las dará la historia a nivel global, no es un asunto que Cuba se pueda plantear sola. La situación requiere principios claros y un diseño específico, considerando sí, la experiencia teórica e histórica internacional, pero muy asentado en las condiciones y condicionantes del país, aquí y ahora. El eje articulador de todo el proceso económico y político en Cuba debe ser su proyecto nacional, cuyos componente esenciales son: la soberanía nacional, la justicia social y el desarrollo económico y democrático.

La reforma de la empresa estatal tiene que ser parte esencial de ese diseño.

En este tema hay involucrado dos aspectos fundamentales, por una parte la estructura interna de las empresas, por la otra, las relaciones interempresariales, quiere decir las relaciones de las empresas con el resto de la economía y de la sociedad, incluida, por supuesto, las relaciones con el gobierno a todos sus niveles.

En los diferentes capítulos del presente libro, se podrán encontrar análisis y propuestas a ambos niveles que son de la mayor importancia. El socialismo histórico sometió a las empresas a estructuras rígidas y a una planificación centralizada que más que responder a los intereses de toda la sociedad, adquirió un carácter burocrático y se convirtió en un anillo de hierro que ocluye los incentivos, frena la innovación e impide el dinamismo que el desarrollo necesita.

El problema en Cuba es particularmente complejo porque no se trata de una restauración del sistema empresarial propio de cualquier economía capitalista y menos de regresar a lo que existía en el país anterior a 1959, aunque de estas realidades también hay que extraer experiencias positivas, se trata de la articulación de un sistema económico y empresarial eficiente que empuje el crecimiento y el desarrollo, rompiendo las ataduras a las que ha estado sometido y a la vez sea coherente con el objetivo de la justicia social y la inclusión, en correspondencia y paralelamente a las políticas estatales que lo garanticen. Las empresas, con las muy justificadas y limitadas excepciones, deben producir con rentabilidad, utilizando todos sus recursos e incentivos y el estado, con políticas fiscales y otros instrumentos a su alcance, complementa la distribución para garantizar los derechos de toda la sociedad.

Hay muchos aspectos que deben ser objeto de transformación en las empresas estatales cubanas, mencionaré cuatro que el lector encontrará desarrollados en detalle en los diferentes capítulos del libro: 1) el cambio en el carácter de la planificación centralizada y burocrática que, como demuestra la evidencia, es una atadura que impide la iniciativa y el dinamismo de las empresas, por una planificación más estratégica, financiera e indicativa 2) la independencia operativa de la empresas sin ataduras a los Ministerios ramales u otras estructuras intermedias, que deberían jugar un papel más de rectoría, definiciones estratégicas, metodologías y apoyo al desarrollo y no al “micro management.” y a la imposición de decisiones 3) El establecimiento de restricciones financieras fuertes y no la política en curso que garantiza la supervivencia financiera de la empresa más allá de sus pérdidas e ineficiencia a partir de subsidios laxos, la mayor parte de las veces sin justificación ni económica ni social. Esto supone, como hemos afirmado y entre otros, aspectos legales, la existencia de una ley de bancarrota que se aplique con rigor, así como una adecuada política fiscal y de créditos, 4) La solución del complejo problema del principal-agente, fundamental en una economía de carácter socialista, o sea como garantizar que el legítimo dueño de las empresas estatales (el pueblo) mantenga control sobre el uso eficiente de los recursos que le son propios, sin que esto afecte la autonomía de gestión de la gerencia y el dinamismo empresarial, en este sentido son fundamentales el adecuado funcionamiento y constitución de las juntas de gobierno en cada empresa (con los incentivos correspondientes) y el funcionamiento de los órganos del poder popular en los diferentes niveles.

Por otra parte, es esencial la construcción de mercados que funcionen con suficiente articulación y transparencia de información, sometidos además a las regulaciones imprescindibles establecidas por el estado central, ni más ni menos regulaciones que aquellas que sean necesarias para mantener los equilibrios macroeconómicos y la protección del carácter social de la economía. Así mismo el establecimiento de las infraestructuras financieras, de servicios y físicas que garanticen un “medio ambiente” adecuado para el avance de las empresas y de la inversión, esto supone el funcionamiento eficiente de las comunicaciones, los bancos, los seguros, las carreteras, etc, todos hoy muy golpeados por la crisis.

Los mercados, con las regulaciones correspondientes, incluidos el mercado de medios producción y el mercado monetario, deben ser el espacio transparente y con información pública al cual concurran en igualdad de condiciones todos los actores económicos propios de una economia diversa (públicos, cooperativos y privados).

Debo decir que todos estos aspectos fueron parte de lo que expusimos en nuestro libro publicado en 1995 “Cuba la reestructuración de la economía, una propuesta para el debate” (J. Carranza, L. Gutierrez, P. Monreal. Edit Ciencias Sociales, La Habana 1995) incluido una amplia propuesta sobre el tema de las Juntas de Gobierno (en aquel texto las llamábamos Juntas de Administración) a las cual les concedíamos una importancia fundamental. Desde esa época apreciábamos la necesidad de una reforma estructural e integral de la economía, misma que, a pesar de los importantes cambios realizados, se encuentran aún pendiente y es hoy más urgente.

Cabe insistir en este prólogo en una cuestión que con frecuencia hemos expresado. A la empresa pública en Cuba oficialmente se le denomina empresa estatal socialista, lo cual en una economía con diversidad de propiedades como la de hoy en el país (empresas estatales, cooperativas y Mipymes privadas) podría conducir al criterio de que las estatales son las empresas socialistas y, por exclusión, las demás no lo son, lo cual las coloca por definición en una lógica anti sistémica con todas las implicaciones negativas que eso conlleva.

Las empresas son empresas, más allá del carácter de su propiedad y de sus diferencias por importante que estas sean, persiguen producir con eficiencia y rentabilidad, acompañadas, claro está, de la correspondiente responsabilidad social. Lo que es capitalista o socialista es el sistema que las integra a todas, en Cuba las empresas privadas son las empresas privadas de un sistema socialista, como las empresas públicas en un país capitalista son las empresas públicas de un sistema capitalista, esta definición no es una mera disquisición teórica, tiene implicaciones prácticas enormes, sobretodo en un contexto como el cubano, donde durante las última décadas el sector privado y los mercados no solo apenas han existido, sino que además han sido objeto de notables prejuicios, mismos que como parte de la reforma necesaria deben ser superados. El principio de que el sector público debe ejercer el liderazgo del sistema económico y controlar los medios fundamentales de producción no significa que el resto de los actores empresariales (cooperativos y privados) no tengan también un papel de gran importancia en la dinámica general del sistema.

La rentabilidad empresarial no puede ser una precondición garantizada por precios especulativos y el financiamiento fácil, mucho menos en las empresas públicas, sobre todo en aquella con la condición de monopolios, la ganancia debe ser un resultado de la producción y gestión de la empresa, en una competencia donde concurran todos los actores económicos. Obviamente, existen excepciones imprescindibles de empresas que por razones muy justificadas deben ser objeto de subsidios y control de precios. Igualmente, es muy importante definir bien la diferencia entre salario y reparto de ganancia entre los trabajadores. Desde el punto de vista conceptual no se deben mezclar ambos conceptos.

La base del precio debe estar en el juego de la oferta y la demanda y a partir de allí es que se debe regular de manera muy fundamentada lo que sea necesario. Hoy en muchas actividades económicas empresariales el costo de salario es muy alto, esto lastra a la empresa, o sea, se mantiene una fuerza de trabajo con bajos niveles de productividad. En nuestra opinión y así está incluido en el libro de 1995, es necesario una clasificación más precisa de las empresas por su actividad y escalas y a partir de esto definir con mayor precisión desde las formas de propiedad que le deben corresponder hasta las regulaciones a las que deben estar sometidas, todas las empresas tienen muchos factores en común, pero también importantes diferencias que no se pueden subestimar.

Como hemos expresado, los medios fundamentales y estratégicos de producción deben ser siempre públicos, pero hay que redefinir ese concepto (cuáles deben ser considerados en rigor medios fundamentales de producción), las escalas y las condiciones. Quiere decir, establecer de manera más precisa qué sectores y hasta qué nivel deben abrirse a la participación de empresas no estatales (incluyendo la inversión extranjera), sin que éstas pierdan el liderazgo dentro del sistema económico, que como hemos afirmado, es un principio del sistema cubano que no debe ser abandonado. El sistema debe tener garantías socialistas que se establecen desde la política, el estado popular y la legalidad, pero sin atentar contra la diversidad de formas de propiedad, la operación de los mercados, la iniciativa y la dinámica general de la economía.

Las empresas existen para cumplir determinadas funciones y condiciones; producir con eficiencia y eficacia, innovar, generar empleo; estos indicadores deben ser objeto de medición constante, sobre todo en las empresas públicas. Además, funcionar en un régimen de restricciones financieras fuertes que compulsen a la eficiencia. Como hemos expresado y bien se detalla en las páginas de este libro, las empresas públicas han sido entregadas por sus dueños (el pueblo) al estado y a los ejecutivos para que las administre y las gestione bien y debe haber un claro sistema de rendición de cuentas sobre los resultados obtenidos, este es un concepto fundamental.

En el proceso de reforma de la empresa hay cuestiones esenciales; ¿cómo garantizar la rentabilidad? ¿cuál es el límite adecuado y compatible con el socialismo que debe ser para la privatización de activos? ¿cómo generar empleo para los que están sobre empleados en el sector estatal? ¿Cómo abrir la inserción internacional directa de las empresas, sin estructuras empresariales intermedias, solo la necesaria asesoría del ministerio de Comercio Exterior?, ¿Como incentivar mayores niveles de inversión extranjera?, ¿Cómo hacer que las empresas públicas respondan a los intereses de sus legítimos dueños (funcionamiento de la Junta de Gobierno)?.

Es imprescindible y urgente la aprobación de una Ley de Empresas que ofrezca definiciones y regulaciones legales claras y bien fundamentadas a todos estos aspectos y que no establezca nuevas estructuras burocráticas que atenten contra la autonomía de gestión de las empresas en los diferentes sectores que integran hoy el sistema.

Como se refiere en varios momentos del presente libro, es de la mayor importancia evaluar de la manera más rigurosa otras experiencias de reformas socialistas exitosas como son las de Vietnam y China, allí el crédito y la banca, que están bajo propiedad y control estatal, son (junto a otros instrumentos de política económica) mecanismos fundamentales para la regulación de la economía en general y de las empresas en particular así como en la conducción de la estrategia de desarrollo económico del país.

Lo más avanzado de la experiencia socialista europea fue la llamada reforma LIBERMAN-KOSIGUIN, al final por diferentes razones esta no fue exitosa, tampoco la autogestión Yugoslava. Son procesos históricos que hay que evaluar de manera crítica y rigurosa a la luz de los desafíos y las condiciones de hoy en Cuba para avanzar mucho más allá de los horizontes y limitaciones que aquellos establecieron.

Sin la asistencia de las empresas públicas a los mercados internos, incluidos el mercado monetario y de medios de producción, estos no podrían funcionar bien, las empresas tampoco, habida cuenta que estos mercados deben ser transparentes en su funcionamiento e información.

Otro tema fundamental es la mayor articulación del sector no estatal de la economía (PYMES, privadas y cooperativas) en la dinámica general de la economía y en el funcionamiento de los mercados con la autonomía y las garantías legales y no legales necesarias, así como, de las regulaciones que garanticen el funcionamiento integral del sistema socialista. Es fundamental tener presente el concepto en el que hemos insistido frecuentemente de que el socialismo no es la supresión del mercado, ni la supresión total de la propiedad privada. El socialismo es la supresión de la hegemonía del capital, misma que debe garantizar el Estado en manos de un poder popular que se pueda ejercer de manera democrática.

La sociedad y economía socialistas, que tiene diferencias esenciales con el capitalismo, es también una sociedad y economía de carácter mercantil, donde los mercados han de jugar un papel de importancia en su dinámica general, aunque no determinan todas las relaciones sociales como si lo hacen en el capitalismo, sobre todo en su versión neoliberal, la regulación adecuada de los mercados y el establecimientos de los límites necesarios es imprescindible, pero negar su importancia y necesidad es además de absurdo muy peligroso, subestimar esta realidad tiene consecuencias muy negativas como ha demostrado la evidencia histórica.

La dinámica mercantil de la economía sin dudas genera determinadas diferencias sociales, aún en una economía de carácter socialista, estas deben ser asumidas sin prejuicios, pero esas diferencias no deben alcanzar niveles éticamente inaceptables y deben estar determinadas por la capacidad y el trabajo de sus ciudadanos, nunca por procesos espurios, privilegios, tráfico de influencias y corruptelas. Corresponde además al estado garantizar una vida digna a todos sus ciudadanos, sin exclusiones de ninguna naturaleza y mantener en sectores sociales claves como la salud y la educación una distribución esencialmente por fuera del mercado.

En la economía a la que debe dar lugar la reforma en Cuba, donde operan diversos actores, la empresa estatal debe ser el sector dominante y líder de la economía, esto es parte esencial de la reproducción de un sistema que asume como objetivo la justicia social y la supresión de la hegemonía del capital, pero ese liderazgo ha de ejercerse no por decreto, sino por la eficiencia, el dinamismo y la transparencia de su funcionamiento. Esto puede ser solo el resultado de una construcción consciente que además se necesita con mucha urgencia y este libro ofrece y pone a debate importantes y fundamentadas pistas para realizarlo.

Marzo 2024

El Ministro de Agricultura en CUBADEBATE

Por Joaquín Benavides Rodríguez*

En su comparecencia en el programa CUBADEBATE el pasado 9 de octubre, el Ministro de la Agricultura, abordo varios temas, algunos con espíritu autocritico, pero en mi opinión no se refirió, ni insinuó siquiera, al que considero el principal problema que tendrá que resolver la agricultura cubana para salir de la crisis de producción en que se encuentra. No es la Contratación la solución, es el Mercado. Sin la introducción del mercado en la producción agropecuaria no será posible salir de la crisis. Insistir nuevamente en asegurar el cumplimiento de los planes mediante contratos al margen del mercado, o sea sin considerar los precios de lo que están contratando las dos partes, el productor y el comprador, es la fórmula segura para un nuevo fracaso. Tampoco planteo la cuestión del crédito bancario. Contratos sin considerar precios y sin crédito bancario, reminiscencias aun no superadas de los tiempos del CAME, son contratos impuestos por la burocracia. No se debería considerar que aseguren ningún Plan.

A su vez el Ministro abordo un tema muy controvertido, el de la propiedad de la tierra. La tierra es del Estado cubano y no del Ministerio de la Agricultura y tampoco de las empresas estatales como sugirió Randy Alonso. La tierra que entrega el Estado en usufructo a productores no puede ser considerado por el Ministerio de la agricultura como entregadas en una especie de aparcería. La aparcería en el campo cubano fue definitivamente erradicada con la Ley de Reforma Agraria.

No debería ser el Ministerio de la agricultura quien rescinda un contrato de usufructo, y decida que el productor abandone su modo de vida, sin que sea un Tribunal quien lo decida. El Usufructo debería ser legalizado mediante un contrato suscrito ante notario, o ante una autoridad ajena al Ministerio de la agricultura. Hay miles de usufructuarios esperando por una certificación administrativa que les permita operar legalmente, incluso ante su banco. Y no tienen una autoridad estatal real que los respalde. En su intervención el Ministro se pronunció no como la autoridad estatal que protege a los productores frente a la burocracia, sino como un dueño de la tierra denunciando a los productores usufructuarios porque han construido ¨bienhechurías en la propiedad del Estado. Así como las reglas para los trabajadores no estatales han sido establecidas por Decretos aprobados por el Consejo de Estado, las que establezcan las reglas para conceder tierras del Estado en usufructo, y también para retirárselas, deberían ser aprobadas mediante decretos avalados por la máxima institución del Estado cubano, previo debate por todo el campesinado a través de la ANAP.


16/10/2024

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.