29 de junio de 2018
Hace unos pocos días, la prensa oficial de
Cuba ofreció nuevos datos parciales acerca del importantísimo tema del empleo
en el país. Se informó que “hoy están
ocupados en la economía 4 474 800 personas, entre ellos poco más de tres
millones en el sector estatal y alrededor de 1 300 000 en el no estatal”.
Adicionalmente se informó que “a causa del proceso de reordenamiento
laboral emprendido en Cuba desde el año 2009 se han reducido las plantillas
infladas, tanto en el sistema presupuestado como en el empresarial. Mientras,
se ha incrementado la ocupación en el sector no estatal”. (1)
El nivel actual de empleo en el sector
estatal (3 174 800 trabajadores) representaría 1 003 300
empleados estatales menos en relación con el año 2010. Es decir, la reducción
de las plantillas estatales habría sido aproximadamente de 1 millón de
trabajadores, con lo cual el proceso se acercaría a la reducción proyectada en
2010, cuando la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) emitió una resolución en
la que se afirmaba que “es conocido que
el exceso de plazas sobrepasa el millón de personas en los sectores
presupuestado y empresarial”. (2)
En aquel momento esperaba alcanzarse una
reducción de plantillas estatales de 500 mil trabajadores en un solo año (2011)
pero, aunque la contracción real fue menor (305 100 empleados), la
resultante acumulada del proceso de plantillas estatales alcanzaba aproximadamente
1 millón de personas en 2018. (3)
Son buenas noticias, pero quizás conviene tratar
de poner las cifras en una perspectiva amplia para poder entender mejor sus
posibles implicaciones para el actual proceso de reforma económica.
La primera cuestión
que debe ser retenida es que el proceso de reducción de plantillas estatales se
produce en un contexto macroeconómico general en el que se ha contraído
significativamente el nivel de empleo total del país, el cual disminuyó en 509
700 trabajadores en relación con el año 2010. Desde esa fecha se ha producido
una notable baja de la “tasa de actividad económica” (relación existente entre
la población económicamente activa y la población en edad laboral), la cual se
redujo de 76,1% en 2010 a 65,2% en 2016. (4)
La segunda cuestión
que habría que entender es que la función de creación de empleo neto en la
economía cubana dejó de recaer, desde 2010, en el sector estatal y ha sido
asumida por el sector “no estatal”. El empleo neto en el sector “no estatal”
aumentó en 493 600 trabajadores en relación con el nivel del año 2010.
La tercera cuestión
importante se refiere a que es en realidad el sector privado (campesinos
privados, los usufructuarios de la tierra, las Cooperativas de Créditos y
Servicios, empresas mixtas y los trabajadores por cuenta propia) el que funciona
como el único creador de empleo neto de la economía cubana, con una adición
neta de 549 800 empleos entre 2010 y 2016 (no hay datos publicados para
2017).
De hecho, en ese periodo, el sector
privado no solamente fue capaz de crear un nivel de empleo neto superior a la
destrucción de empleo neto estatal, sino que ese mayor nivel de empleo neto
privado pudo también ayudar a compensar la reducción de empleo neto en el
sector cooperativo, el cual se ha reducido desde 2014.
Las implicaciones prácticas de lo anterior pudieran ser las siguientes:
-
Siendo
una noticia importante, la reducción de las plantillas estatales –en
aproximadamente 1 millón de trabajadores- debería ser entendida
fundamentalmente como un punto de partida más favorable para continuar
reformando el sector estatal, el cual –de incrementarse la productividad- posiblemente
requiera reducciones adicionales de trabajadores. Por tanto, la noticia no
debería ser tomada como un indicador que pudiera sugerir que es factible “aflojar
la presión” respecto a las reformas para lograr empresas estatales rentables y
entidades presupuestadas eficientes, algo de lo cual todavía queda mucho por
hacer. Esta es "una cara" de la moneda.
-
La
"otra cara" es la capacidad demostrada por el sector “no estatal” –especialmente
su segmento privado- para crear empleo neto a pesar de haber tenido que
funcionar en un contexto no precisamente muy favorable, representa un potencial
para el desarrollo nacional que todavía se encuentra muy débilmente aprovechado.
Ello requiere el cambio desde un enfoque estatal que prioriza la adopción de
intricados procesos de licencias y que hace énfasis en las tareas de inspección,
hacia otro enfoque distinto que desarrolle las capacidades estatales para
regular, cooperar y facilitar la actividad de los emprendedores privados,
partiendo de la base de que “los actores
económicos de carácter privado deben aportar a la identificación y
aprovechamiento de potencialidades productivas y al bienestar, para el
desarrollo socioeconómico del país”. (5)
Notas
1 Leticia
Martínez Hernández, “Examina Presidente cubano programas de empleo y de
inversiones en el país”, Granma, 26 de junio de 2018 http://www.granma.cu/cuba/2018-06-26/examina-presidente-cubano-programas-de-empleo-y-de-inversiones-en-el-pais-26-06-2018-21-06-29
2 “Reducirá Cuba
medio millón de plazas en el sector estatal”, Cubadebate, 13 de septiembre de
2010, http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/09/13/reducira-cuba-medio-millon-de-plazas-en-el-sector-estatal/#.WzYV-mO-laQ
3 ONEI. Anuario
Estadístico de Cuba 2016. Tabla 7.2 - Ocupados en la economía según situación
del empleo. http://www.one.cu/aec2016/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf , Anuario Estadístico de Cuba 2015 http://www.one.cu/aec2015/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf, y Anuario Estadístico de Cuba 2011 http://www.one.cu/aec2011/datos/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf
4 ONEI. Anuario
Estadístico de Cuba 2016. Tabla 7.2 - Ocupados en la economía según situación
del empleo
5 “Conceptualización
del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”, julio de 2017, http://www.granma.cu/file/pdf/gaceta/Conceptualizaci%C3%B3n%20del%20modelo%20economico%20social%20Version%20Final.pdf
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