Por Juan Carlos Palacios Cívico.
Profesor en el Departamento de Historia Económica, Instituciones, Economía Mundial y Política de la Universidad de Barcelona (España). Correo electrónico: jcpalacios@ub.edu.
Revista de la CEPAL N° 127 • abril de 201
Resumen
La presente investigación se plantea con el doble propósito de contrastar la restricción externa de la economía cubana y de identificar las principales oportunidades y amenazas que esta enfrenta en el actual contexto de incertidumbre. Para ello, se estima un modelo de crecimiento restringido por la balanza de pagos en el que, por primera vez, se hace una estimación del efecto de los diferentes flujos de divisas en el crecimiento de corto y largo plazo de la economía caribeña.
I.
Introducción
La historia reciente de Cuba
muestra la imagen de una economía altamente vulnerable a los cambios ocurridos
en su entorno. Acontecimientos como la inserción en el Consejo de Ayuda Mutua
Económica (CAME), la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) o la integración a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) han de ser necesariamente considerados en el análisis
del crecimiento económico del país caribeño en las últimas décadas. De igual
modo, ese contexto de dependencia externa ayuda a entender la relevancia que
pueden tener determinados choques externos, como la crisis política y económica
por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela o el nuevo marco de
relaciones con los Estados Unidos, en la determinación de las condiciones
materiales de la población cubana durante los próximos años.
Con la
presente investigación se persigue, por una parte, contrastar empíricamente la
restricción externa que podría estar limitando el crecimiento económico cubano,
y, por la otra, estimar de forma desagregada el efecto que pueden tener los
principales flujos de divisas (exportaciones, inversión extranjera directa
(IED), remesas y créditos con el exterior) en el crecimiento del PIB cubano,
con el objeto último de identificar las principales oportunidades y amenazas
que se presentan en la actual coyuntura. La metodología propuesta se basa en la
estimación econométrica de un modelo de crecimiento restringido por la balanza
de pagos y, más concretamente, en el modelo teórico descrito en Thirlwall y
Hussain (1982), en el que la renta de un país se expresa en función del
crecimiento de las exportaciones, los términos de intercambio y el
financiamiento externo. A su vez, las fluctuaciones en el corto plazo respecto
del equilibrio se estiman a partir de un mecanismo de corrección de errores. El
período objeto de estudio es el comprendido entre 1975 y 2013. La información
estadística disponible para las diferentes variables incluidas en el modelo
justifica su elección.
El artículo
se estructura de la siguiente forma: en la sección II se describen el marco
teórico y los principales trabajos empíricos sobre modelos de crecimiento
restringido por la balanza de pagos, tanto a nivel general como para el caso de
Cuba. En la sección III se evalúa la correlación existente entre el PIB cubano
y los flujos de comercio exterior, y se analizan los principales escenarios y
políticas que pueden incidir, favorable o desfavorablemente, en el equilibrio
de la balanza de pagos de Cuba y en su crecimiento económico. En la sección IV
se estima un modelo de crecimiento restringido por la balanza de pagos para
Cuba y se confirma la importancia que han tenido el acceso a capitales
extranjeros y la firma de acuerdos preferenciales en el aligeramiento de la
restricción externa cubana. Por último, en la sección V se presentan las conclusiones
y recomendaciones de política económica.
II. Marco teórico y evidencia
empírica anterior
La identificación de los
determinantes del crecimiento económico y de las diferencias de renta entre los
países ha sido uno de los temas más recurrentes en la literatura económica
desde los orígenes de la economía como ciencia. Autores clásicos como Adam
Smith, Thomas Malthus, John Stuart Mill, David Ricardo o Karl Marx plasmaron en
sus trabajos la preocupación por el crecimiento de la economía.
A partir de
los resultados sobre el equilibrio estático de John Maynard Keynes, los
economistas R. Harrod y D. Domar situaron en el largo plazo el análisis sobre
la inestabilidad del capitalismo e inspiraron posteriores estudios sobre
crecimiento equilibrado con pleno empleo, que darían forma a las teorías
modernas de crecimiento económico.
Más tarde,
algunos economistas cuestionaron el carácter exógeno de los factores
productivos y recuperaron el papel de la demanda en la explicación del
crecimiento económico. Entre los argumentos utilizados se encontraban la
flexibilidad del factor trabajo para adaptarse a los ciclos económicos, la naturaleza de bien producido
del factor capital o el crecimiento sostenido de ambos factores a lo largo de
la historia. Esta línea de pensamiento, cuyo origen y fundamento teórico puede
encontrarse en los trabajos de Kaldor y Thirlwall, explicaba el crecimiento a
partir de la expansión de la demanda agregada y, más concretamente, por ser el
único componente autónomo de esta, de las exportaciones.
Thirlwall
(1979) parte del multiplicador del comercio exterior de Harrod para acabar
concluyendo que, en el largo plazo, las tasas de crecimiento de las economías
se encuentran restringidas por la disponibilidad de divisas, determinadas, a su
vez, por las exportaciones y la elasticidad renta de la demanda de
importaciones. La idea básica es que ningún país puede crecer más rápido que la
tasa consistente con el equilibrio de su balanza de pagos, al no poder mantener
déficits sostenidos en el tiempo.
Entre los
aspectos más cuestionados de los modelos de crecimiento restringido por la
balanza de pagos estuvieron el supuesto de estabilidad de precios o el hecho de
no haber considerado el efecto del financiamiento externo en la determinación
de la tasa de crecimiento de largo plazo (un flujo de divisas de especial
relevancia para el caso de los países menos desarrollados). En respuesta a esta
segunda crítica, Thirlwall y Hussain (1982) añadieron el financiamiento externo
como variable explicativa del crecimiento en el largo plazo.
La evidencia
empírica sobre modelos de crecimiento restringido por la balanza de pagos
ofrece un elevado consenso sobre el cumplimiento de la Ley de Thirlwall. Su
contraste para economías desarrolladas puede encontrarse, entre otros, en
trabajos como los de McCombie y Thirlwall (1994), Atesoglu (1997) o Hieke
(1997). Por su parte, los de Moreno-Brid (1998), Moreno-Brid y Pérez (1999),
López y Cruz (2000), Holland, Vilela y Canuto (2002), Yongbok (2006) o Arevilca
y Risso (2007) han sido algunos de los estudios en los que se ha contrastado la
restricción externa al crecimiento de economías en desarrollo.
En los
estudios empíricos de Mendoza y Robert (2000), Moreno-Brid (2000), Cribeiro y
Triana (2005), Alonso y Sánchez (2005), Vidal y Fundora (2008) y Fugarolas,
Matesans y Mañalich (2009) se ha abordado esta cuestión y se ha confirmado la
validez de los modelos de crecimiento restringido por la balanza de pagos para
el caso de Cuba. La elasticidad ingreso de la demanda de importaciones estimada
en la literatura permite inferir que, en el largo plazo, el crecimiento de un
1% del PIB de Cuba ha requerido un crecimiento de sus exportaciones en torno al
2%. Otras conclusiones compartidas por la mayoría de los estudios son el signo
negativo de la elasticidad precio de las importaciones y los problemas de
estabilidad de los parámetros estimados.
III. La restricción externa de la economía cubana:
oportunidades y amenazas para el crecimiento en el corto y mediano plazo
La consideración del
equilibrio de la balanza de pagos como una restricción al crecimiento económico
parece una hipótesis plausible para el caso de una economía abierta y en
desarrollo como la cubana. La escasez de reservas de divisas y las dificultades
a las que ha tenido que hacer frente el país para acceder a financiamiento
internacional en las últimas décadas (como consecuencia del bloqueo económico y
de la suspensión de pagos en 1986) se presentan como posibles causas de la gran
sensibilidad que las importaciones cubanas han mostrado históricamente respecto
del comportamiento de las exportaciones. En el gráfico 1 se muestra la
evolución paralela que ambas series han mantenido durante el período 1975-2013,
así como la fuerte correlación de ambas con la serie del PIB1.
1 El coeficiente de correlación con el producto es de 0,85 para la serie
de importaciones y de 0,96 para la serie de exportaciones.
Si bien es
cierto que correlación no siempre implica causalidad, el análisis de las series
y de sus diferentes puntos de inflexión muestra una evidente sensibilidad del
PIB cubano a los cambios en las condiciones del sector externo, lo que sugiere
la causalidad en ese sentido.
De ese modo,
la primera etapa de crecimiento sostenido coincide con el ingreso de Cuba al
CAME, mediante lo cual se garantizaba un trato preferencial para sus
exportaciones e importaciones2. Un segundo punto de inflexión en la serie del
PIB se corresponde con la desintegración de la URSS en 1990 y el fin de las
ventajosas relaciones comerciales mantenidas con el bloque socialista. Como
respuesta, a principios de los años noventa el Gobierno cubano implementó un
programa de reformas que permitió la rápida reinserción del país en la economía
internacional y la recuperación del PIB a partir de 1994. Esta recuperación se
aceleraría a partir de 2004 como consecuencia, nuevamente, de cambios
vinculados al sector externo: por una parte, el aumento de los precios
internacionales de productos de gran importancia para el país, como el níquel o
el tabaco (Chuairey, 2008, pág. 77), y, por la otra, los acuerdos comerciales
firmados en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA). En virtud de dicho acuerdo, Cuba exportaría servicios
profesionales e importaría petróleo venezolano en condiciones preferenciales.
El deterioro de los términos de intercambio3, la propagación de la crisis
económica internacional, la amortización de deuda cubana y la crisis de la
República Bolivariana de Venezuela han vuelto a contraer las importaciones
cubanas entre 2010 y 2014, reduciendo el crecimiento promedio de ese período a
un exiguo 0,81% anual4.
2
Los términos de intercambio
mejoraron un 90% entre 1973 y 1975 (ONEI, varios años).
3 Los términos de intercambio empeoraron un 38% en
2008 (ONEI, varios años).
4 Según la Asamblea Nacional del Poder Popular
cubana, en 2016 se planificó pagar alrededor de 5.299 millones de dólares en
concepto de deuda externa. Véase [en línea]
http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/01/18/la-economia-cubana-2016-2017-valoracion-preliminar-ii/#.WTBBN8YlHIU.
La aparente
sensibilidad del PIB cubano a la evolución de la balanza de pagos invita a
revisar los factores que, en el actual contexto de incertidumbre, pueden
alterar los flujos de divisas recibidos por la economía cubana durante los
próximos años.
1. Acuerdos y medidas aprobadas por
el Gobierno de Obama y no revertidas por Donald Trump
La llegada del presidente
Barack Obama a la Casa Blanca supuso la flexibilización de algunos aspectos del
bloqueo a Cuba y desde abril de 2009 se relajaron las restricciones para viajar
y enviar remesas al país vecino5. El 17 de diciembre de 2014, durante su segundo
mandato, el diferendo cubano-estadounidense viviría un día histórico: los
presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaban al mundo el inicio de un
proceso con el que se pretendía normalizar las relaciones entre ambos países.
En el ámbito político, se acordó el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, la reapertura de las respectivas embajadas, la retirada de Cuba
de la lista de países patrocinadores del terrorismo, la liberación de presos de
uno y otro lado, y la eliminación de la política migratoria especial para los
cubanos que lleguen a territorio estadounidense (comúnmente conocida como
política de “pies secos, pies mojados”). En la esfera económica, el Gobierno de
Obama impulsó medidas como la flexibilización de las condiciones para viajar a
Cuba6 y para enviar remesas desde los Estados Unidos7,
la aprobación de nuevas regulaciones comerciales y la autorización a los
viajeros estadounidenses para abrir y mantener cuentas en Cuba, a las
aerolíneas y compañías de transporte marítimo estadounidenses para viajar a
Cuba sin autorización específica de la Oficina de Control de Activos
Extranjeros y a las empresas estadounidenses para establecer y mantener
oficinas, almacenes y otras instalaciones en Cuba en sectores como el
periodístico, el agrícola, la construcción, las telecomunicaciones o las
empresas de viajes8.
A continuación,
se evalúa el potencial de las anteriores medidas para incrementar el volumen de
divisas disponibles en Cuba. Teniendo en cuenta que los productos incluidos en
los acuerdos representan un porcentaje muy pequeño del total de exportaciones
cubanas de bienes, el potencial impacto del comercio de bienes es muy limitado9.
Un segundo factor que limita considerablemente el potencial impacto de los
acuerdos sobre el conjunto de exportaciones cubanas de bienes deriva del
monopolio estatal del comercio exterior y de la condición de limitarlas al
sector no estatal y de no favorecer al entramado empresarial del Ejército.
Muy
diferente puede ser, sin embargo, el impacto de las nuevas regulaciones en los
ingresos por exportaciones de servicios y, más concretamente, en los ingresos
del sector turístico. A pesar de las restricciones que limitan los motivos de
viaje y de los nuevos cambios anunciados por el presidente Trump (según los
cuales se prohíben los viajes educativos individuales “pueblo a pueblo”),
5 Con ello se eliminaban todas las restricciones,
tanto para viajar como para enviar remesas, a los residentes en los Estados
Unidos con familiares cercanos en Cuba y se flexibilizaban las condiciones para
el resto de los residentes en los Estados Unidos, a quienes se les permitía, a
partir de ese momento, enviar dinero a Cuba (con un tope de 500 dólares por
trimestre) y algunas modalidades de viaje (por motivos educativos, religiosos o
“pueblo a pueblo”).
6 Se autorizaron 12 motivos por los que los
ciudadanos estadounidenses sin lazos familiares en la isla podrían viajar a
Cuba y gastar sin límite alguno durante su estancia.
7 En septiembre de 2015 se eliminaron los límites
a las remesas enviadas a Cuba en concepto de donativo o que llevaran consigo
los viajeros autorizados.
8 Con el objeto de fomentar la actividad privada,
el Gobierno de Obama autorizó las exportaciones a Cuba de materiales de
construcción, herramientas, equipos agrícolas y productos tecnológicos
vinculados a las telecomunicaciones. Asimismo, el sector no estatal cubano
pasaría a poder exportar café, productos textiles y aplicaciones para móviles a
empresas estadounidenses que, a su vez, podrían contratar a trabajadores
cubanos.
9 En 2015, las exportaciones de café, té, cacao,
especias y sus preparados apenas representaron el 0,25% del total de
exportaciones de mercancías cubanas. Las de hilados, tejidos y artículos
confeccionados con fibras textiles, en tanto, solo alcanzaron el 0,01% (ONEI,
2016).
las nuevas regulaciones abren
la posibilidad de viajar a Cuba al conjunto de estadounidenses, lo que aumenta
significativamente el mercado potencial del sector turístico cubano. La
relevancia de las nuevas regulaciones sobre viajes a Cuba se explica sobre la
base de tres factores: la importancia del sector turístico para la economía
cubana, la cercanía y el tamaño (demográfico y económico) del mercado
estadounidense, y el interés que despierta viajar a un destino prohibido
durante más de 55 años y con un sistema político y económico diferente10.
En algunas de las proyecciones realizadas antes del cambio de Gobierno, como la
de la consultora Boston Consulting Group, se estimó que el número de turistas
estadounidenses que habrían visitado Cuba para 2015 superaría los dos millones
anuales; un potencial que parecía avalado por el ritmo de crecimiento de los
últimos años, pero que puede verse, en parte, limitado por las regulaciones del
nuevo Gobierno estadounidense11.
Uno de los
ámbitos en los que las nuevas regulaciones han generado resultados más visibles
es, sin duda, el de las remesas. Los cambios regulatorios introducidos en 2009
por el Gobierno de Obama han permitido que las remesas a Cuba experimentaran el
mayor crecimiento de toda América Latina entre 2008 y 2015, al pasar de 1.447
millones de dólares en 2008 a 3.355 millones de dólares en 2015 (Morales,
2016). La nueva flexibilización acordada en septiembre de 2015, y que no ha
sido modificada por el Gobierno de Trump, hace prever que dicho crecimiento
continuará en los próximos años, sobre todo si se tiene en cuenta que el
volumen total de remesas recibido por Cuba sigue siendo inferior al que llega a
otros países de la región con características similares.
2.
Vuelta a los
mercados internacionales de capitales
El acercamiento impulsado por
Obama generó nuevas oportunidades en una esfera de especial relevancia para el
crecimiento y desarrollo de un país, como el financiamiento de mediano y largo
plazo a un costo razonable. El acceso de Cuba a los mercados de capitales se ha
visto enormemente limitado en las últimas décadas por dos factores: el bloqueo
estadounidense y el impago de la deuda en 1986. Si bien los acuerdos entre Cuba
y los Estados Unidos no incluyeron el fin de las sanciones a entidades
financieras, han permitido a Cuba financiar las importaciones no agrícolas y
mejorar sus expectativas de crecimiento en el mediano y largo plazo (y, con
ello, la confianza de los mercados) y el nivel de apoyo de la comunidad
internacional al proceso de reformas ratificado en el VI y el VII Congreso del
Partido Comunista de Cuba (PCC)12.
Un segundo
factor clave en la mejora de la confianza de los mercados ha sido la prioridad
otorgada por el Gobierno cubano al cumplimiento de los compromisos de pago
acordados en el proceso de reestructuración de deuda de los últimos años. En
virtud de dicha reestructuración, 14 de los 20 miembros del Club de París
condonaron cerca del 80% de la deuda cubana y extendieron el vencimiento de los
pagos hasta los 18 años13. Como resultado, la deuda externa cubana se ha
reducido considerablemente en los últimos años al pasar de 35.000 millones de
dólares en 2001 a 15.000 millones de dólares en 2016. Con ello, el Gobierno de
Cuba ha comenzado a sentar las bases de la reinserción de la economía en los
circuitos financieros internacionales. Si bien los resultados de la nueva
estrategia serán lentos y graduales, la mejora de la confianza en Cuba ya ha
ofrecido los primeros resultados, como queda de manifiesto en la revisión al
alza de la calificación crediticia del país por parte de la agencia Moody’s en
2015, en los importantes acuerdos financieros firmados en
10Con unos ingresos de 2.800 millones de dólares
en 2015, el turismo representa la segunda fuente de divisas para Cuba, solo por
detrás de la exportación de servicios profesionales (ONEI, 2016).
11El número de turistas estadounidenses que
visitaron Cuba en 2016 triplicó la cifra registrada en 2014 (Fitzgerald, 2017).
12Según informaba la agencia EFE en enero de 2017,
entre diciembre de 2014 y enero de 2016, “la administración Obama ha multado a
11 entidades (7 estadounidenses y 4 extranjeras) por valor de unos 2.843
millones de dólares” (véase [en línea] https://www.efe.com/efe/espana/mundo/cuba-denuncia-multas-de-eeuu-a-ong-y-banco-canadiense-por-violar-el-embargo
/10001-3150572).
13El importe condonado ascendió a 8.500 millones
de dólares, de un total de 11.000 millones de dólares.
los últimos años con Arabia Saudita, China y la
Federación de Rusia o en el ingreso como socio al Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE) en abril de 201714.
3.
Expansión de la
inversión extranjera
Si bien en la literatura en
que se ha abordado el efecto de la IED en el crecimiento se ofrecen
conclusiones dispares, en el caso de Cuba parece existir un consenso
generalizado acerca del efecto positivo que esta inversión ha tenido en la
economía desde su autorización en 1994 (Pérez, 1999).
Además de
constituir una importante vía para acceder a nuevos capitales, la IED recibida
por Cuba ha permitido el acceso a nuevas tecnologías y a mercados
internacionales en sectores clave de su economía (como el turismo, la minería,
la energía o las telecomunicaciones). El Gobierno cubano también parece
compartir este balance positivo al identificar la promoción de la IED como un
elemento fundamental del proceso de actualización del modelo, aprobar una nueva
ley de IED en marzo de 2014 (mediante la cual se autorizaba la inversión
extranjera en todos los sectores menos en educación, salud y defensa, y se
ofrecían mayores beneficios fiscales y protección al capital foráneo) o
publicar anualmente, desde 2014, una cartera de oportunidades de inversión de
más de 300 proyectos con los que se busca atraer capitales extranjeros15.
El vicepresidente Marino Murillo cifraba en mayo de 2014 un objetivo de entre
2.000 millones de dólares y 2.500 millones de dólares anuales de IED, muy por
encima de las cantidades recibidas por Cuba desde la autorización de la IED en
1994, y que adelanta el notable crecimiento que es muy probable que esta
partida experimente en los próximos años16.
A los
atractivos naturales de la isla se añaden otras fortalezas, como el elevado
nivel de seguridad, la estabilidad política y social, y una población altamente
cualificada, que sitúan la capacidad de absorción de inversión extranjera lejos
de los niveles actuales.
Sin duda,
los esfuerzos para atraer capital extranjero han encontrado en las nuevas
relaciones con los Estados Unidos y en los acuerdos de reestructuración de
deuda dos magníficos aliados. Respecto de las inversiones procedentes de los
Estados Unidos, y aunque siguen vigentes grandes limitaciones, las nuevas
regulaciones han comenzado a dar sus frutos, como muestran las inversiones
(autorizadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos) anunciadas
por Cleber LLC o Starwood Hotels and Resorts Worldwide, o el inicio de la
actividad de American Express o MasterCard en Cuba. Otra muestra del interés
que ha despertado el nuevo escenario en las empresas estadounidenses puede
encontrarse en las cerca de 500 autorizaciones para invertir en Cuba (por un
importe global de 4.300 millones de dólares), emitidas en 2015 por el
Departamento de Comercio de los Estados Unidos17.
No obstante, el mayor potencial de crecimiento de la IED en el país se
encuentra fuera de las fronteras estadounidenses por el mayor interés hacia
Cuba que el proceso de normalización ha despertado en gran parte de la
comunidad internacional tras el acercamiento de los Estados Unidos y la mejora
en las expectativas de negocios —vinculadas principalmente al sector turístico—
que se han abierto con el nuevo escenario18.
14En su informe de evaluación del riesgo de
diciembre de 2015, la agencia Moody’s elevaba las expectativas sobre Cuba de
estables a positivas.
15La identificación de la promoción de la IED como
un elemento fundamental del proceso de actualización del modelo queda recogida
en los lineamientos 78 y 79 aprobados en el VII Congreso del PCC.
16Entre 1994 y 2013 se estima un flujo anual de
IED de 328 millones de dólares.
17 Véase [en línea]
https://noticias.infocif.es/noticia/cuba-la-espera-de-la-inversion-estadounidense.
18 El interés que ha despertado el proceso de
normalización queda demostrado en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación
entre Cuba y la Unión Europea, firmado el 12 de diciembre de 2016, y mediante
el cual se ponía fin a la posición común.
4.
Relanzamiento
del proceso de reformas
Otra importante oportunidad
para dinamizar el crecimiento económico cubano y mejorar el equilibrio de la
balanza de pagos podría venir del impulso al proceso de reformas. El
crecimiento de las desigualdades y el incumplimiento de las expectativas
generadas han causado un creciente malestar en parte de la población, que ha
aumentado las resistencias internas dentro del partido y prácticamente ha
detenido el proceso de implementación. A pesar de ello, el programa de reformas
ratificado en el VII Congreso del PCC sigue presentando un notable potencial
para aumentar los niveles de eficiencia de la economía cubana.
A tenor de
los resultados cosechados hasta el momento, se antoja necesario diseñar un
programa integral de reformas, compatible con un sistema socialista, que
plantee en forma simultánea las medidas que sean complementarias y las
secuencie en función de las condiciones necesarias para su eficaz
implementación y de los resultados esperados. Entre las principales reformas
aprobadas en el VI Congreso del PCC, que seis años más tarde aún siguen
pendientes de aplicación, se encuentra la unificación monetaria y cambiaria.
Esta es una medida central que, sin embargo, ha sido postergada principalmente
por dos motivos: el impacto negativo que podría tener en los precios y en el
poder adquisitivo de los salarios, y el elevado porcentaje de empresas
estatales que registrarían pérdidas como consecuencia del encarecimiento de las
importaciones. Una posible opción para limitar las presiones inflacionarias y
conceder un mayor margen para la reestructuración empresarial y laboral podría
ser una devaluación secuencial, en la que cada una de las múltiples
devaluaciones parciales fuera precedida de mejoras en la productividad. Esto
permitiría visibilizar el nivel de eficiencia real de las empresas y mejorar la
competitividad de las exportaciones cubanas y el equilibrio en la balanza de
pagos.
Entre las
principales amenazas a las que se enfrenta el crecimiento económico cubano en los
próximos años destacan las siguientes:
a) El endurecimiento del bloqueo por parte del
Gobierno de Donald Trump
A pesar de
que hasta el momento los cambios anunciados no afectan a la mayoría de los
acuerdos impulsados por el Gobierno de Obama, es evidente que la actitud de
Trump hacia Cuba ha enfriado las expectativas generadas por el proceso de
acercamiento. Por lo tanto, en la nueva coyuntura no se descartaría un mayor
endurecimiento de las condiciones que rigen las relaciones entre ambos países.
El sustento principal de dicha hipótesis es que el nuevo presidente está
haciendo de la reversión de las políticas de Obama su principal política. Este
escenario se haría aún más factible en el caso de que el fin del chavismo en la
República Bolivariana de Venezuela provocara una fuerte crisis económica en
Cuba, que pudiera verse como una oportunidad para desestabilizar política y
socialmente al país vecino.
No obstante,
existen múltiples razones para pensar que el camino señalado por Obama en
diciembre de 2014 no será desandado por completo. Entre las más relevantes cabe
subrayar la valoración positiva del acercamiento a Cuba por parte de la mayoría
de los votantes, tanto de Florida como del conjunto de los Estados Unidos19,
los importantes intereses de empresas estadounidenses en juego (como los de los
sectores agropecuario, turístico o de las telecomunicaciones), las continuas visitas a Cuba de gobernadores y legisladores del Partido Republicano, la firma de importantes acuerdos portuarios o la demostrada ineficacia del bloqueo20
20Los puertos de Lake Charles, Luisiana, Nueva Orleans, Alabama y Virginia han firmado acuerdos con Cuba, incluso durante la actual legislatura.
b) El cambio de Gobierno en la República
Bolivariana de Venezuela
Las
relaciones de Cuba con la República Bolivariana de Venezuela han ido
estrechándose desde 2000 hasta hacer de esta última el principal inversionista
extranjero y socio comercial de la mayor de las Antillas21.
Este nivel de dependencia se ha hecho aún más evidente con la grave crisis
política y económica por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela
y ha supuesto una reducción del 51% en el intercambio comercial entre ambos
países entre 2012 y 2015 (ONEI, 2017), el recorte en el suministro de petróleo
venezolano (de 105.000 barriles diarios exportados hasta septiembre de 2014 a
55.000 barriles diarios suministrados desde entonces), la contracción de las
importaciones de servicios médicos cubanos y la ausencia de inversiones
venezolanas en Cuba (Mesa-Lago, 2015, pág. 3). Como resultado, en 2016 el PIB
cubano se alejaba del crecimiento planificado del 2% para retroceder un 0,9%,
en la que ha sido la primera contracción del producto desde 1993.
IV. Estimación de un modelo de crecimiento
restringido por la balanza de pagos para el caso cubano
La idea principal en la que
se basa el modelo propuesto por Thirlwall (1979) es que los desequilibrios en
la cuenta corriente no pueden mantenerse indefinidamente en el tiempo, por lo
que es necesario que en el largo plazo el crecimiento de los países sea
compatible con el equilibrio de su balanza de pagos. En su análisis, el autor
sitúa las exportaciones y la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones
como las variables fundamentales en la determinación del crecimiento económico
de largo plazo.
Una
derivación lógica del modelo es el hecho de que todas las economías del mundo
no pueden estar restringidas por la balanza de pagos al mismo tiempo, si bien
bastaría con que un país o un grupo de países no estuviesen restringidos para
que el resto sí lo estuviese.
El análisis parte
de la identidad que define el equilibrio de la balanza de pagos:
P td X t + E t Ft = P tf Mt
|
(1)
|
Donde XT representa las exportaciones reales, Ptd
el precio de las exportaciones en moneda nacional, FT el flujo de capital medido en moneda
extranjera, MT
las importaciones reales, PTF
el precio de las importaciones en moneda extranjera y ET el tipo de cambio nominal expresado en unidades
de moneda nacional por cada unidad de moneda extranjera.
En el modelo
planteado, la economía tiene dos fuentes de divisas: las exportaciones y el financiamiento
externo. La participación relativa de las primeras en el volumen total de
divisas viene dada por la siguiente expresión:
21Entre 2010 y 2015, el 40% del total de los
intercambios comerciales de Cuba fueron con la República Bolivariana de
Venezuela (ONEI, 2017), país que satisfizo más de la mitad de las necesidades
cubanas de combustible e importó la mayoría de sus servicios médicos (Quiñones
y Mañalich, 2010, pág. 11).
Los datos utilizados
en el análisis econométrico son series anuales a nivel agregado para el período
1975-2013.
La serie del
PIB se incluye a precios constantes de mercado (con base en 1997) y se obtiene
a partir de ONEI (varios años). El cambio metodológico en la medición del PIB
cubano hace recomendable la corrección de la serie original para el período
2007-2013. Los servicios sociales y personales que, hasta ese momento, habían
sido valorados en virtud de sus costos, pasaron a calcularse a precios
estimados de mercado. Como resultado, el producto de este sector creció en 2004
más de un 84% (pasó de representar el 11,6% del PIB en 2003 al 31,3% del PIB en
2004) y desde entonces infló las tasas de crecimiento a nivel agregado22.
A partir de ese año, el producto se recalcula aplicando la tasa de crecimiento
de la esfera productiva (no afectada por el cambio de metodología) al dato del
año anterior23.
Los datos de
exportaciones de bienes y servicios se obtienen a partir del detalle de la
balanza de pagos incluido en los anuarios estadísticos de Cuba y de información
facilitada por el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE).
En gran
parte de la literatura sobre crecimiento restringido por la balanza de pagos,
la variable de financiamiento externo es aproximada mediante el déficit en
cuenta corriente. El interés por captar el efecto que las remesas y la IED han
podido tener en la economía cubana justifica que en la aproximación del
financiamiento externo que se plantea se diferencie entre los principales
flujos externos de esta economía: créditos procedentes del exterior, remesas e
IED. Los créditos externos se aproximan mediante la diferencia entre el déficit
comercial (ONEI, varios años) y los flujos de IED y de remesas. Esto al
considerar que en una economía sin reservas de divisas, como la cubana, la
mayor parte del déficit no financiado mediante IED ni remesas deberá
financiarse por medio de créditos externos24.
Dado que los
anuarios estadísticos solo cuentan con datos oficiales sobre el flujo de IED de
Cuba para el período 1994-2001, se hace necesario completar la serie a partir
de las estimaciones de la Economist Intelligence Unit (s/f).
Del mismo
modo, los datos oficiales de remesas se encuentran disponibles únicamente para
el período comprendido entre 1994 y 2004 (ONEI, varios años), por lo que es
necesario completar la serie a partir de los datos del Havana Consulting Group
para el período 2005-2013. Ambas series se expresan en precios corrientes. Para
los términos de intercambio se utilizan los datos facilitados por la ONEI y el
INIE.
En el gráfico 2
se presenta la evolución de las series incluidas en el análisis.
22Para 2004, 2005, 2007 y 2008, las tasas de
crecimiento del conjunto de la economía eran más del doble que las observadas
en la esfera productiva (ONEI, varios años).
23Se asumen las tasas de crecimiento y la
definición de sector productivo propuesta por la ONEI, que incluye al sector
agropecuario, industria, minería y energía, turismo, construcción y transporte
y comunicaciones.
24Siguiendo a Vidal y Fundora (2008), a toda la
serie se suma dos veces el valor mínimo en valor absoluto para no tener datos
negativos en los años en que el déficit en cuenta corriente fue inferior al
volumen de IED, con el objeto de expresar las variables en logaritmos y obtener
sus elasticidades.
Cuadro 1
Prueba de estacionariedad de las series,
1975-2013a
(Resultados estadísticos con el logaritmo de los
datos)
Estadístico-t
|
Constante y tendencia
|
Rezagos
|
|
Y
|
-1,846
|
Sí
|
1
|
XBS
|
0,962
|
No
|
1
|
REM
|
0,403
|
No
|
0
|
IED
|
-1,723
|
Constante
|
0
|
TIT
|
-1,933
|
Constante
|
0
|
CRE
|
-1,702
|
No
|
0
|
6Y
|
-2,927*
|
No
|
0
|
6XBS
|
-3,561*
|
No
|
0
|
6REM
|
-5,673*
|
No
|
0
|
6IED
|
-7,790*
|
No
|
0
|
6TIT
|
-5,527*
|
No
|
1
|
6CRE
|
-6,718*
|
Constante
|
0
|
Residb
|
-6,672**
|
No
|
0
|
FUENTE: Elaboración propia.
NOTA: Y: PIB; XBS: exportaciones de bienes y servicios; REM: remesas; IED:
inversión extranjera directa; TIT: términos de
intercambio; CRE:
financiamiento externo vía créditos.
a
Prueba de
Dickey-Fuller aumentada.
b
Residuos
estimados de la ecuación 12.
*
Estacionaria
al 1%.
** Los valores calculados del estadístico t (tau)
se comparan con los valores críticos tabulados en Engle y Yoo (1987), dado que,
en este caso, los valores críticos de Dickey-Fuller o de MacKinnon (1996) no
derivan de la realización directa de un proceso estocástico subyacente.
Los
resultados de las pruebas de Dickey-Fuller aumentadas muestran que todas las
series utilizadas en el análisis econométrico son no estacionarias con orden de
integración 1, I(1), lo que permite analizar la posible relación de
cointegración existente entre ellas.
Para eso se
estima alternativamente la transformación logarítmica de las ecuaciones (8) y
(10), con el objeto de identificar cuál de las dos especificaciones aproxima
mejor el crecimiento económico cubano de las últimas décadas. Además, se
incluye en el modelo una variable ficticia que adopta el valor 1 para los años
en que Cuba ha mantenido acuerdos comerciales preferentes y el valor 0 para el
resto, con el propósito de captar los beneficios derivados de dichos acuerdos,
no recogidos en las estadísticas oficiales25.
log Yt = A 1 + A2logXBS t + et
|
(11)
|
log Yt = B 0 + B 1 log XBS t + B 2 log IED t + B 3 log REM t + B 4 log TITt + B5logCRE t + APt + et (12)
Donde ET es el término de error aleatorio ruido blanco y
los parámetros representan las elasticidades de largo plazo de las respectivas
variables explicativas.
Los
resultados de la estimación por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) de las
ecuaciones (11) y (12) se presentan en el cuadro 2.
25Cuba mantuvo acuerdos comerciales preferentes
entre 1975 y 1989 con la URSS y entre 2001 y 2013 con la República Bolivariana
de Venezuela.
Cuadro 2
Cuba: estimación por mínimos cuadrados
ordinarios (MCO) de las ecuaciones (11) y (12)a
(Resultados estadísticos con el logaritmo de los
datos)
PIBT
|
Ecuación (11)
|
Ecuación (12)
|
||||
Coeficiente
|
t-estadístico
|
Coeficiente
|
t-estadístico
|
|||
Constante
|
5,920b
|
19,737
|
3,419b
|
5,893
|
||
XBS
|
0,501b
|
14,993
|
0,496b
|
29,279
|
||
IED
|
–
|
–
|
0,025b
|
3,274
|
||
CRE
|
–
|
–
|
0,239b
|
4,938
|
||
REM
|
–
|
–
|
-0,007c
|
-2,425
|
||
TIT
|
-0,324b
|
-7,186
|
||||
AP
|
0,114b
|
4,374
|
||||
R2 ajustado
|
0,865
|
0,980
|
||||
Akaike
(Schwarz)
|
-1,598
|
(-1,513)
|
-3,424
|
(-3,126)
|
||
Durbin-Watson
|
0,322
|
2,020
|
||||
FUENTE: Elaboración propia.
NOTA: XBS: exportaciones de bienes y servicios; IED: inversión extranjera
directa; CRE: financiamiento externo vía créditos;
REM: remesas;
TIT: términos de intercambio.
a
Errores
estándares corregidos por heterocedasticidad (Huber-White).
b
Significativo
al 1%.
c
Significativo
al 5%.
La mayor
capacidad explicativa mostrada por el R2 ajustado y la mejoría en los valores de Akaike
y Schwarz y en el estadístico Durbin-Watson confirman la conveniencia de
utilizar, para el caso cubano, modelos de crecimiento restringido por la
balanza de pagos en los que también se consideren los términos de intercambio y
otros flujos de divisas diferentes a las exportaciones (como la IED, los
créditos procedentes del exterior o las remesas). Ambos modelos cumplen con los
supuestos de homocedasticidad y normalidad de los residuos y de ausencia de
cambio estructural. Los problemas de autocorrelación detectados en los residuos
estimados en la ecuación (11) desaparecen con la inclusión en la ecuación (12)
del resto de flujos de divisas, los términos de intercambio y la variable
ficticia (véase el anexo).
La cointegración
entre las variables se analiza a partir de la metodología desarrollada en Engle
y Granger (1987), según la cual puede encontrarse un vector de cointegración
que cuando las variables del modelo sean integradas del mismo orden permita una
combinación de estas de orden menor26. En nuestro caso, los resultados de la prueba
de Dickey-Fuller aumentada incluidos en el cuadro 1 muestran que los residuos
estimados son estacionarios, lo que confirma la relación de cointegración entre
las variables del modelo27. El hecho de descartar que la correlación entre
las variables se deba a una posible relación espuria permite interpretar los
parámetros del modelo en logaritmos como las elasticidades a largo plazo. Todos
los parámetros resultan significativos con un nivel de confianza del 95%.
La
elasticidad renta de las exportaciones estimada (2,02), calculada en los
modelos de crecimiento restringido por la balanza de pagos como la inversa del
parámetro asociado a las exportaciones (1/ 2), resulta significativa, positiva
y muy próxima a los valores estimados en trabajos anteriores en los que se han
aplicado modelos de crecimiento restringido por la balanza de pagos al caso
cubano. Respecto de la IED, su elasticidad confirma el efecto positivo en el
crecimiento de
26En el presente trabajo se opta por la
metodología de cointegración desarrollada en Engle y Granger, puesto que el
test de Johansen registra algunos problemas en el caso de muestras pequeñas, al
generar en ese caso matrices casi singulares (Matesanz, Fugarolas y Candaudap,
2007, pág. 36).
27Para el contraste de cointegración, los valores
calculados del estadístico t (tau) se comparan con los valores críticos
tabulados en Engle y Yoo (1987), dado que, en este caso, los valores críticos
de Dickey-Fuller o de MacKinnon (1996) no derivan de una realización directa de
un proceso estocástico subyacente, sino que son el resultado de una serie
construida después de estimar los parámetros del modelo.
la economía cubana. De igual
modo, el signo positivo del parámetro asociado a la variable CRED, conforme a
lo esperado, sugiere que la rentabilidad de las inversiones cubanas financiadas
con créditos externos ha sido mayor que los altos intereses cobrados por dichos
préstamos. Por otra parte, la elasticidad precio negativa recogida en el signo
del parámetro asociado a los términos de intercambio coincide con el obtenido
en anteriores estudios del caso cubano y podría explicarse por la menor
relevancia de la variable precio en los intercambios comerciales entre Cuba y
el área del CAME, y por la estructura de las importaciones cubanas, con un
elevado porcentaje destinado a bienes básicos y, por lo tanto, con una demanda
menos sensible a la evolución de los precios. El único parámetro para el que se
obtiene un resultado contrario a lo esperado es el asociado a las remesas. Si bien
es cierto que la falta de información pública y homogénea sobre las remesas que
recibe la isla obliga a ser cauto en la valoración de los resultados, su signo
negativo podría deberse al restrictivo marco regulatorio cubano en materia de
inversión, que limita enormemente la inversión productiva de las remesas y
obliga a destinarlas, en su totalidad, a mejorar la cesta de consumo de sus
beneficiarios o a actividades de muy bajo valor añadido y alta informalidad.
Tras la
estimación de largo plazo, el cumplimiento del teorema de representación de
Granger —según el cual si un vector de variables es CI (1,1) existe un
mecanismo de corrección de errores (MCE) válido para representar el proceso
generador de datos (Intriligator, Bodkin y Hsiao, 1996)— permite aplicar en
nuestro análisis un modelo MCE. Al combinar variables en niveles con variables
en primeras diferencias, dicho modelo permite vincular el análisis de
equilibrio de largo plazo con la dinámica de ajuste de corto plazo y estimar la
velocidad con que se corrigen los posibles desajustes respecto del equilibrio
de largo plazo.
Para ello,
se sigue la metodología en dos etapas de Engle y Granger, consistente en
incluir en el modelo MCE los residuos estimados retardados un período.
D log Yt
|
= B 0 + B 1 D log XBS t
|
+ B 2 D log IED t
|
+ B 3 D log CRE t
|
+ B4DlogREMt
|
(13)
|
|
+ B 5 DlogTITt + B 6 APt + B7errorLPt − 1 + et
Los
resultados de la estimación de la ecuación (13) se muestran en el cuadro 3,
donde también se incluyen los resultados obtenidos después de eliminar las
variables con parámetros no significativos en la primera regresión.
Con un nivel
de confianza del 95%, el modelo cumple con los supuestos de homocedasticidad,
no autocorrelación y normalidad de los residuos (véase el anexo). Por su parte,
la relación de cointegración se ve confirmada con la significancia del término
de corrección de errores. El parámetro de velocidad del ajuste estimado es de
0,706, lo que muestra que las desviaciones temporales del equilibrio de largo
plazo se ajustan por completo en menos de dos años. Las elasticidades estimadas
en el corto plazo mantienen el signo para todas las variables, si bien en el
corto plazo solamente las exportaciones, los términos de intercambio y la
variable ficticia son significativas. Esto sugiere que los créditos, la
inversión extranjera y las remesas requieren de períodos más largos para
concretar su efecto en el PIB.
Mecanismo de corrección de erroresa
(Resultados estadísticos con el logaritmo de los
datos)
PIBT
|
Ecuación (13)
|
Ecuación (13)b
|
||||
Coeficiente
|
t-estadístico
|
Coeficiente
|
t-estadístico
|
|||
Constante
|
-0,006
|
-0,689
|
–
|
–
|
||
6XBS
|
0,351c
|
6,552
|
0,337c
|
5,424
|
||
6lED
|
0,007
|
1,937
|
–
|
–
|
||
6CRE
|
0,183
|
1,551
|
–
|
–
|
||
6REM
|
-0,001
|
-0,150
|
–
|
–
|
||
6TIT
|
-0,204c
|
-2,722
|
-0,176c
|
-2,738
|
||
AP
|
0,024c
|
2,304
|
0,016d
|
2,121
|
||
errorLP(-1)
|
-0,722c
|
-2,883
|
-0,706c
|
-3,069
|
||
R2 ajustado
|
0,682
|
0,666
|
||||
Akaike
(Schwarz)
|
-3,817
|
(-3,473)
|
-3,852
|
(-3,680)
|
||
Durbin-Watson
|
1,886
|
1,931
|
||||
FUENTE: Elaboración propia.
NOTA: XBS: exportaciones de bienes y servicios; IED: inversión extranjera
directa; CRE: financiamiento externo vía créditos;
REM: remesas;
TIT: términos de intercambio.
a
Errores
estándares corregidos por heterocedasticidad (Huber-White).
b
Estimación de
la ecuación (13), excluidas las variables no significativas al 5%.
c
Significativo
al 1%.
d
Significativo
al 5%.
V. Conclusiones y recomendaciones de política
económica
La condición de pequeña
economía abierta, sin reservas de divisas y con un escaso y oneroso acceso a
los mercados internacionales de capitales explica la alta sensibilidad que muestra
el crecimiento económico cubano respecto del comportamiento de su sector
exterior.
El análisis
de cointegración propuesto confirma dicha hipótesis y permite concluir que, si
bien el impacto de los flujos de remesas en el PIB no ha sido el esperado
durante el período de estudio, la IED, los créditos exteriores y los acuerdos
preferenciales han tenido un efecto significativo y positivo en la
determinación de las tasas de crecimiento de largo plazo de la economía cubana.
En
consecuencia, el desarrollo de políticas industriales y comerciales dirigidas a
reducir la dependencia importadora representa uno de los principales retos de
la economía de la isla para el largo plazo. También debe tenerse muy en cuenta
la restricción externa a la hora de diseñar una política económica capaz de
afrontar las principales amenazas y oportunidades a las que se enfrenta el país
en los próximos años. El cambio de Gobierno en la República Bolivariana de
Venezuela o el endurecimiento del bloqueo por parte del Gobierno de Trump
socavarían notablemente el volumen de divisas disponibles en Cuba y es muy
probable que conduzcan al país a una nueva crisis económica, en un momento de
mayor incertidumbre política, luego de la llegada al poder de Miguel
Díaz-Canel, como sucesor de Raúl Castro. Ante ese posible escenario, parece
razonable que el Gobierno cubano aproveche las oportunidades que le brinda el
nuevo marco de relaciones con los Estados Unidos y reimpulse el proceso de
reformas internas.
Muy
probablemente, flexibilizar la restricción externa cubana también requerirá
estimular la IED, continuar con el proceso de vuelta a los mercados de
capitales e introducir cambios en la regulación que permitan la inversión
productiva de las remesas. Para ello, las inversiones en el sector no estatal
deberían abrirse a profesiones y actividades de mayor productividad,
permitiendo aprovechar el enorme capital humano del que dispone Cuba
(actualmente subempleado en actividades que apenas requieren formación). El
potencial y la sostenibilidad del nuevo marco dependerán, a su vez, de la
capacidad del Gobierno cubano para compatibilizar la mejora de la eficiencia y
la expansión de las capacidades productivas con el respeto por los principios
socialistas, priorizando formas de propiedad cooperativas e implementando una
política tributaria que limite las desigualdades y permita mejorar el salario
real del conjunto de la población.
Bibliografía
Alonso, J.
A. y J. M. Sánchez (2005), “La competitividad desde una perspectiva macro: la
restricción externa al crecimiento”, Tecnología, competitividad y capacidad
exportadora de la economía cubana: el desafío de los mercados globales, La
Habana.
Arevilca, B.
J. y A. W. Risso (2007), “Balance of payments constrained growth model:
evidence for Bolivia 1953-2002”, MPRA Paper, N° 5645 [en línea]
https://mpra.ub.uni-muenchen.de/5645/1/MPRA_paper_ 5645.pdf.
Atesoglu, H.
S. (1997), “Balance-of-payments-constrained growth model and its implications
for the United States”, Journal of Post Keynesian Economics, vol. 19, N° 3,
Taylor & Francis.
Chuairey, A.
(2008), “La sustitución de importaciones en Cuba: un enfoque de elasticidades”,
tesis, La Habana, Universidad de la Habana.
Cribeiro, Y.
y L. Triana (2005), “Las elasticidades en el comercio exterior cubano: dinámica
de corto y largo plazo”, tesis, La Habana, Facultad de Economía, Universidad de
La Habana.
Economist
Intelligence Unit (s/f), “Country Report Cuba” [en línea]
https://store.eiu.com/product/country-report/cuba.
Engle, R. F.
y C. Granger (1987), “Co-integration and error correction: representation. Estimation
and testing”, Econometrica, vol. 55, N° 2, Nueva York, The Econometric Society.
Engle, R. F.
y B. S. Yoo (1987), “Forecasting and testing in co-integrated systems”, Journal
of Econometrics, vol. 35, N° 1, Amsterdam, Elsevier.
Fitzgerald,
M. (2017), “Taking the long view on Cuba’s tourism opportunity” [en línea]
https://www.bcg.com/
publications/2017/transportation-travel-tourism-winning-emerging-markets-taking-long-view-cubas-tourism-opportunity.aspx.
Fugarolas,
A. U., D. Matesans e I. Mañalich (2009), “Empirical evidence of the balance of
payments constrained growth in Cuba. The effects of commercial regimes since
1960”, Versus Acadêmica, vol. 3.
Hieke, H. (1997),
“Balance-of-payments-constrained growth: a reconsideration of the evidence for the
U.S.
economy”, Journal
of Post Keynesian Economics, vol. 19, N° 3, Taylor & Francis.
Holland, M.,
F. V. Vilela y O. Canuto (2002), “Economic Growth and the Balance of Payments
Constraint in Latin America”, documento presentado en el VII Encuentro Nacional
de Economía Política [en línea]
http://www.sep.org.br/eventos.asp?evento=s_sete.
Intriligator,
M., R. Bodkin y C. Hsiao (1996), Econometric Models, Techniques and
Applications, New Jersey, Prentice Hall.
López, J. y
A. Cruz (2000), “Thirlwall’s law and beyond: the Latin American experience”,
Journal of Post Keynesian Economics, vol. 22, N° 3, Taylor & Francis.
MacKinnon, J.
(1996), “Numerical distribution functions for unit root and cointegration
tests”, Journal of Applied Econometrics, vol. 11, N° 6, Wiley.
Matesanz,
D., G. Fugarolas y E. Candaudap (2007), “Balanza de pagos y crecimiento
económico restringido. Una comparación entre la economía argentina y la
mexicana”, Revista de Economía Mundial, N° 107, Huelva, Sociedad de Economía
Mundial.
McCombie, J.
S. L. y A. P. Thirlwall (1994), Economic Growth and the Balance-of-Payments
Constraint, Nueva York, Palgrave Macmillan.
Mendoza, Y.
y L. Robert (2000), “El crecimiento económico y las restricciones en el sector
externo. Una aplicación al caso cubano”, Cuba: Investigación Económica, año 6,
N° 3, La Habana, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE).
Morales, E.
(2016), “Cuba: the fastest growing remittances market in Latin America”, The
Havana Consulting Group and TECH [en línea]
http://www.thehavanaconsultinggroup.com/en-/Articles/Article/20.
Moreno-Brid,
J. C. (2000), “Crecimiento económico y escasez de divisas”, La economía cubana.
Reformas estructurales y desempeño en los noventa (LC/G.2020/Rev.1), Ciudad de
México, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)/Fondo de
Cultura Económica.
(1998), “On capital flows and the
balance-of-payments constrained growth model”, Journal of Post Keynesian Economics,
vol. 21, N° 2, Taylor & Francis.
Moreno-Brid,
J. C. y E. Pérez (1999), “Balanza de pagos y crecimiento en América Central,
1950-1996”, Comercio Exterior, vol. 50, N° 1, Ciudad de México, Banco Nacional
de Comercio Exterior (BANCOMEXT).
ONEI (Oficina
Nacional de Estadísticas e Información) (2017), Anuario Estadístico de Cuba,
2016, La Habana.
(2016), Anuario
Estadístico de Cuba, 2015, La Habana.
(varios años),
Anuario Estadístico de Cuba, La Habana.
Pérez, O. E.
(1999), “La inversión extranjera directa en Cuba. Peculiaridades”, Centro de
Estudios de la Economía Cubana (CEEC) [en línea]
https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/villanueva2_300602.htm.
Quiñones, N.
e I. Mañalich (2010), “El sector externo cubano y sus retos estructurales”, La
Habana, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE).
Thirlwall, A.
(1979), “The balance of payments constraint as an explanation of international
growth rate differences”, BNL Quarterly Review, vol. 32, N° 128, Banca
Nazionale del Lavoro.
Thirlwall,
A. P. y M. N. Hussain (1982), “The balance of payments constraint, capital
flows and growth rate differences between developing countries”, Oxford
Economic Papers, vol. 34, N° 3, Oxford, Oxford University Press.
Vidal, P. y
A. Fundora (2008), “Relación comercio-crecimiento en Cuba: estimación con el
filtro de Kalman”, Revista de la CEPAL, N° 94 (LC/G.2357-P), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Yongbok, J.
(2006), “Balance-of-payment-constrained growth: the case of China, 1979-2002”,
Documento de Trabajo, N° 6, Salt Lake City, Utah, Universidad de Utah.
Anexo A1
Cuadro A1.1
Test estadísticos.
Estimación por mínimos cuadrados ordinarios
(MCO)
Ecuación
|
BPa
|
BPGb
|
Jarque Bera
|
(1)
|
1,010
|
1,379
|
4,451
|
(2)
|
22,855
|
14,481
|
0,858
|
(3)c
|
0,741
|
0,641
|
2,655
|
FUENTE: Elaboración propia.
a
Test de
autocorrelación de Breusch-Pagan.
b
Test de
heterocedasticidad de Breusch-Pagan-Godfrey.
c
Estimación de
la ecuación (13) después de eliminar las variables redundantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario