En el año 2011 el sostuve un Diálogo con el periodista Manuel David Orrio (1) en el cual, entre otras cosas abordamos el tema de la doble moneda y la doble tasa de cambio (Otra vez sobre la doble moneda y la doble tasa de cambio).
En ese “intercambio”, en sus respuestas (2) el entrevistado mencionó algunos puntos importantes:
1.- “….. el hoy ex — presidente del Banco Central de Cuba, Francisco Soberón, abogó desde el 2000 por las unificaciones monetaria y cambiaria, sin dejar de alertar sobre la complejidad de su realización (Manuel David Orrio: Desdolarización de Cuba: más vale tarde que nunca, dice Shangó).”
2.- “Roberto G. Peralo, de La Joven Cuba, reseñó un artículo de ¡1997!, en el cual un economista revolucionario de la talla de Alfredo González “proponía la creación de un mercado cambiario empresarial, permitiendo que las diferentes entidades tuvieran la misma posibilidad de las personas de intercambiar las monedas. Estaba a favor de una tasa de cambio facilitadora de que los pequeños productores, necesitados de divisa, pudieran comprarla a empresas que necesitan moneda nacional para su consumo interno. Llegado a este punto, se regularía por la oferta y la demanda” (El cambio de moneda, ya es noticia)”.
3.- “….. el Lineamiento №55 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobado por el VI Congreso del PCC plantea: “Se avanzará hacia la unificación monetaria, teniendo en cuenta la productividad del trabajo y la efectividad de los mecanismos distributivos y redistributivos. Por su complejidad, este proceso exigirá una rigurosa preparación y ejecución, tanto en el plano objetivo como subjetivo”. Sin embargo, economistas como Juan Triana Cordoví opinan como yo acerca de ese Lineamiento. Triana “considera conveniente no hacer depender el arreglo cambiario de mejoras en productividad y eficiencia, en tanto las propias distorsiones cambiarias son parte de las causas, no sólo de las causas de la baja productividad y eficiencia sino también, de las fallas en su medición” (Peralo, en El cambio de moneda, ya es noticia)”.
4.- “A mi juicio, al menos para las personas naturales, es posible, DESDE YA, decretar la realización en pesos no convertibles (CUP) de TODAS sus transacciones, excepto aquellas en las cuales se involucren DIVISAS REALES. Por ejemplo, tener una cuenta bancaria en esas monedas. No es necesario pasar del 5to. capítulo del primer tomo de El Capital para comprender las funciones del dinero y de cómo ambos signos de valor (CUC-CUP) pueden convertirse en uno sin tocar la magnitud de ese valor, real o impuesta, expresada en los precios establecidos de bienes y servicios, sean éstos los que sean. Actuar en esa dirección puede implicar la emisión de más billetes de la mayor denominación (50–100), o de valor superior a los circulantes, como el de 1000. Asimismo, se puede generalizar el uso de tarjetas de débito o de crédito, justo para disminuir el impacto inflacionario que pudiera tener esa mayor masa monetaria. Se debe y se puede convertir los saldos de los ahorristas en pesos convertibles (CUC) a CUP, a la TASA ACTUAL. Hacer lo contrario sería ROBARLES.”
5.- “De paso, la memoria ayuda a comprender cuán posible es un aserto: “si hay voluntad política, lo demás es pura técnica”. Basta recordar con cuánta eficacia el Banco Central condujo en el 2004 la llamada desdolarización de Cuba, mediante la cual se eliminó el curso del dólar y se sustituyó por el actual CUC (Manuel David Orrio: “Desdolarización” de Cuba: más vale tarde que nunca, dice Shangó).
En el magnífico Blog (Cuba y la Economía) del economista cubano Humberto Herrera Carles a finales del año 2017 apareció el artículo “Moneda difícil”, del periodista Ariel Terrero, que sentenciaba: “Mientras el sistema monetario y cambiario, y por extensión la contabilidad de todas las entidades económicas, continúe infectado con dos monedas y múltiples tasas de cambio, carentes además de fundamento económico, será imposible medir en su justa dimensión los beneficios y riesgos de cualquier negocio o inversión”.
En la reciente visita de trabajo de campo a Cuba, el Presidente de TESORO Roberto Domínguez Lima, tuvo la oportunidad de conversar con diferentes “actores” en el complejo escenario que presenta la “Economía popular”; visitó comercios, utilizó los servicios bancarios; viajó en transporte de varios tipos; caminó ….. mucho. (3).
En un artículo de la periodista Gabriela M. Fernández, titulado ¿Cuáles son los cambios tecnológicos más esperados en Cuba?, se mencionan algunos servicios que sin dudas pudieran mejorar sensiblemente las actividades de la población en materia de “Economía popular”. Sin embargo, mucho me temo que tales “cambios” todavía están en un estado por debajo del nivel de “incipiente”. Entre tales “cambios” señala:
-el pago “on line”.
-Actualización de la infraestructura tecnológica de algunos servicios.
Nosotros pensamos que hay varias “acciones” que pudieran también emprenderse para mejorar los servicios bancarios a la población y evitar lo que tan acertadamente la periodista aborda en su artículo; por ejemplo, la “domiciliación bancaria” de las actividades económicas de empresas de servicio tales como telefonía, agua, electricidad, etc; lo cual evitaría además el flujo de grandes masas monetarias entre la población y las empresas de servicios, así como un extraordinario ahorro de tiempo y recursos de los usuarios.
Aunque no parezca tener relación con el tema, somos de la opinión de que la creación de un “Servicio de urgencias” centralizado ayudaría enormemente a la Economía popular en muchos aspectos. No resulta de fácil respuesta explicar los motivos por los que en Cuba no exista ese servicio, mundialmente utilizado en todas las capitales y grandes ciudades. (4)
Casi todas las personas con las que Domínguez se entrevistó o intercambió (donde fue abordado el tema de la Economía popular), coincidieron en un punto común: la necesidad de resolver el problema de la doble moneda; los más conocedores del tema también se refirieron a la necesidad de solucionar “lo de la doble tasa de cambio”.
También algunos interlocutores se refirieron a la necesidad de una “redistribución de la riqueza”, mientras que otros se centraron en la imposibilidad de dar respuesta con sus modestos ingresos al incremento del costo de la vida y la cuestión de recibir ingresos en CUP mientras que tanto la canasta familiar como otros gastos se deben hacer en CUC.
La casi totalidad calificó de “injusta” la situación derivada del mayor ingreso que obtienen las personas con acceso al CUC o las remesas familiares en divisas convertibles.
En este último aspecto, quisiéramos recomendar la lectura -con el mayor detenimiento posible-, del último artículo publicado por el Blog Cuba y Economía, bajo el título Reforma monetaria acompañada del aumento de salarios y pensiones. Reflexiones y sugerencias (de Humberto Pérez González)
(1) Manuel David Orrio del Rosario, periodista y economista cubano residente en Cuba.
(2) Realmente mi recomendación es la lectura completa de la entrevista.
(3) Algunas experiencias:
-En la dulcería Sylvain (Zanja esquina a Belascoaín) no aceptan la moneda nacional.
-En el remozado Centro Comercial “la Mía” (Belacoain ente Zanja y San Miguel), algunos productos no tenían el precio fijado en ninguna de las monedas. A petición, una amable dependienta tomó uno de esos productos y los llevó a la caja para poder decir el precio.
-En el mismo centro comercial, a una hora pico, al intentar adquirir un producto hubo de desistir porque la empleada a cargo cerró para “ir a almorzar” (sic)
-Una experiencia esperanzadora: un viaje en un taxi con aire acondicionado y un chófer con un comportamiento excelente, desde Belascoaín y Neptuno, hasta 23 y D, al mismo precio que un “almendrón tradicional”.
-En varias oportunidades, cajeros automáticos rotos o sin dinero para operar.
(4)
911 (fonéticamente expresado como «nine-one-one») es el número de teléfono de emergencia para el Plan de Numeración Norteamericano (North American Numbering Plan en inglés; NANP). Es uno de ocho códigos N11. Este número fue creado en 1963 y su uso está exclusivamente reservado para verdaderas emergencias; los bulos pueden constituir un delito. El número es usado por varios países como Argentina, Canadá, Costa Rica, El Salvador , Honduras, Ecuador, Estados Unidos, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y a partir de 2017, México.
En los Estados Unidos, algunas empresas telefónicas, como AT&T, conectan automáticamente el número 112 al 9–1–1. 119 es también el número de emergencia usado en ciertos países de Asia.
El número de teléfono 112 está establecido como un número único de asistencia a la ciudadanía ante cualquier tipo de emergencia (sanitaria, de extinción de incendios y salvamento o seguridad ciudadana) en la Unión Europea, Suiza, Colombia, y otros muchos países. La Ciudad de Guayaquil en Ecuador también lo ha adoptado
No hay comentarios:
Publicar un comentario