José Martí
Con el advenimiento del año 2020 cumplo 60 años desde que inicié mis avatares con la organización del trabajo y los salarios, y 40 que obtuve el título de Doctor en Ciencias Económicas, por lo que creo tener el derecho de realizar un análisis crítico de la situación actual en esta esfera del conocimiento.
En primer lugar, quiero subrayar que el principio de que el salario depende de la calidad y cantidad de trabajo —a igual trabajo igual salario— no se cumple en la actualidad, ni en la calidad del trabajo —que no es sinónimo de la calidad del producto de trabajo— ni en la cantidad del mismo. Este principio, no obstante los criterios que se puedan tener, es burgués, rige en todos los países capitalistas según demostraron Carlos Marx en la Crítica del Programa de Gotha, y V. I. Lenin en El Estado y la Revolución. Una pregunta: ¿Es propio que revisemos esos criterios en un país socialista donde hemos manifestado la aceptación de las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin o es que tenemos un genio oculto que discrepa de ellos?
Pensando en Cuba, trato de hacer un balance sobre esa materia en los tres lustros transcurridos desde 2005 hasta el presente. La característica principal de este período estriba en las respuestas infundadas y ausentes de toda ciencia dadas a este tema tan complejo, lo que ha motivado, entre otras cuestiones, el insuficiente incremento de la productividad del trabajo, la recuperación de la disciplina laboral, el aumento de la fluctuación, el débil incremento del salario en el sector estatal en contraposición con los existentes en el no estatal.
En este período pueden destacarse los siguientes aspectos:
- La ausencia de jerarquización por los niveles superiores del país.
- No existe un programa de organización y normación del trabajo a escala de todo el país.
- El 99% de los cuadros y especialistas que ocupan cargos en esta esfera carecen de los conocimientos adecuados.
- En general, no se tuvieron en cuenta los criterios discrepantes.
- No existieron estudios científicos que demostraran la validez de las decisiones.
- No se efectuó la preparación de técnicos de nivel medio y universitario en la esfera de la organización del trabajo y los salarios.
- La participación de los trabajadores en las decisiones fue generalmente nula.
Los elementos del sistema salarial establecidos en el Reglamento del Código del Trabajo constituyen un error garrafal.
Partiendo del principio de que el salario depende de la cantidad y calidad del trabajo —entiéndase por calidad el conjunto de cualidades, características o particularidades estructurales de una forma integral y específica, que le son inherentes a un trabajo concreto, y por las cuales se distingue esencialmente de otro—. Sus elementos son la escala de complejidad, la de factores extracalicatorios, las tarifas de ambas escalas, los calificadores y listados de aquellas profesiones o formas en que se realiza el trabajo con factores extracalificatorios. La cantidad de trabajo se mide por las formas de pago y los sistemas de primas. Las formas de pago pueden ser a tiempo o a destajo.
En la actualidad, las principales deficiencias del sistema salarial son:
- Si bien el salario nominal ha crecido, el real tiene un notable decremento, tanto el mínimo como el promedio, debido fundamentalmente a la elevación de los precios de los productos y servicios, lo cual hace que el trabajador se vea impedido de satisfacer la totalidad de sus necesidades a cuenta del mismo.
- Existen salarios mínimos de diversas cuantías: el sector empresarial, el presupuestado, la Zona de Desarrollo del Mariel, los cuentapropistas, etc.
- El diapasón de la escala de complejidad se ha reducido de 1,59 a 2,89 en el sector empresarial.
- Los factores extracalificatorios no han recibido aumento alguno.
- La diferenciación de las tarifas entre grupos es mínima y ridícula. En la escala de complejidad de las empresas oscila en los primeros grupos de cinco a 15 CUP, y en la del sector presupuestado varía de 20 a 50 CUP.
- La escala del sector presupuestado comprende 32 grupos. ¿Qué investigación científica soporta esto?
- Generalmente, el contenido de los puestos de trabajo no está en línea con los requisitos, lo que produce una severa fluctuación y está determinado por la metodología empleada para fijar la complejidad del trabajo la cual carece sustentación científica.
- El hecho de aspirar a que las empresas tengan determinada autonomía no significa en modo alguno que estas tengan la facultad de emitir la metodología de evaluación de la complejidad en los nuevos puestos.
- La promulgación de los nuevos salarios para el sector presupuestado implica que determinados puestos de igual complejidad no devenguen el mismo salario en el sector empresarial.
- El pago por los resultados establece el cumplimiento de determinados indicadores directivos dentro de los cuales no está la productividad del trabajo. al no participar los trabajadores en la elaboración del plan y reducirse su salario frente a determinados incumplimientos no es el sistema de pago más adecuado a los momentos que vivimos.
- La organización y normación del trabajo no se ha considerado como una etapa previa a la implantación del sistema salarial, por lo que la cantidad de trabajo se ve afectada por este hecho, la organización del trabajo es deficiente, las normas están caducas y, por lo tanto, las plantillas están sobredimensionadas.
NOTA SOBRE EL AUTOR:
Lázaro González Rodríguez. Doctor en Ciencias Económicas y Profesor Titular Adjunto de la Universidad de La Habana. Miembro de Honor de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC). Desde 1961 hasta 1981 laboró en el Ministerio del Trabajo en la esfera de la organización del trabajo y los salarios, ocupando, entre otros cargos, los de Director de Salarios, Viceministro y Director fundador del Instituto Nacional para la Investigación Científica del Trabajo. En 1981 y hasta el año 2003 labora en el Ministerio de Industria Básica ocupando los cargos de Director Económico en la Unión de la Goma (1981-1984), Director de la Empresa de la Goma “Conrado Piña” (1985-2000) entidad laboratorio del MTSS y primera en aplicar el perfeccionamiento empresarial en el país. A partir de 2001 y hasta 2003 realiza actividades de asesoramiento en la esfera de la organización del trabajo y los salarios en el organismo central. Actualmente labora como consultor. Es presidente fundador de la Sociedad de Estudios del Trabajo de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC). Desde su fundación hasta 2009 fue miembro del Tribunal de Grado Científico de Economía Aplicada. Autor de varios de los libros más sobresalientes publicados en Cuba sobre cuestiones relativas a la organización científica del trabajo, los salarios, la productividad, y los estímulos materiales y morales.
Muy cierto, sólo la ciencia y la preparación para aplicarla nos puede llevar a un desarrollo sostenido.
ResponderEliminarHoy en las empresas de forma general el tema de salario solo se limita a aplicar resoluciones. No existe estudio de normas y condiciones de trabajo.
Rogelio Castro