´´Se impone rescatar la gran novela de la historia, con las contradiccione
s y conflictos atravesados por la compleja riqueza humana de los protagonistas que contribuyeron a conformarla.´´
(Graziella Pogolotti : La gran novela de la
historia; Juventud Rebelde; 13 de junio de 2021; p.6)
Por Jorge Rodríguez Hernández
El título de esta reseña lo tomé de una
intervención realizada en abril de 2016 en la Sociedad Económica Amigos del
País (SEAP), a propósito de una alianza conjunta establecida entre la Filial de
la Unión Nacional de Historiadores de Cuba y el Consejo Ejecutivo Provincial de
la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba en La Habana, para
impulsar las investigaciones en este importantísimo campo.
Se dijo entonces que ´´desde hace un cuarto
de siglo esta subdisciplina de la ciencia histórica languidece, más allá de los
aportes realizados por un grupo de especialistas del más alto nivel.
´´La realidad arriba descrita resulta
dolorosa si se tiene en cuenta la sólida tradición que en torno a la historia
económica existe en la Isla´´, dentro de la cual ´´se insertan figuras como
Ramiro Guerra y Fernando Ortiz, cuyas reflexiones sobre el devenir de las
estructuras económicas cubanas constituyen aún referencia obligada.´´
Renglón a parte merece Julio Le Riverend ,
quien a mediados del siglo XX irrumpió ´´en el campo historiográfico con sus
trabajos´´ , los cuales quedaron ´´condensados en una Historia económica de
Cuba´´, la que ´´aún no´´ está ´´superada en más de un sentido´´, según la
intervención de marras en la SEAP.
Manuel Moreno Fraginals, Juan Pérez de la
Riva, Oscar Pino Santos, Gloria García, María del Carmen Barcia, Fe Iglesias,
Oscar Zanetti, Alejandro García y otros ´´sentaron pautas en diversas aristas
investigativas´´, tras el triunfo de la Revolución, con trabajos ´´acerca de la
evolución de las estructuras económicas insulares.´´
Otros que ´´han honrado esta ilustre
tradición desde sus estudios en torno a la burguesía no azucarera, el universo
preplantador y las élites republicanas´´, son María Antonia Marqués, Mercedes
García, Graciela Chailloux y Guillermo Jiménez.
De forma paralela, ´´economistas como José
Luis Rodríguez, Orlando Borrego, Juan Triana e Hiram Marquetti han aportado claves
para entender la evolución económica de Cuba en estas décadas de Revolución.´´
´´La historia económica generada desde Cuba
ha tenido una singularidad que la distingue: no ha abandonado el universo de lo
social´´. A propósito Oscar Zanetti considera que ´´debemos hablar en el caso
cubano de una historia socioeconómica que nunca ha entendido a la economía como
esfera autónoma dentro de la realidad social.´´
De acuerdo a la referida intervención en la
SEAP, ´´la crisis de los paradigmas le ha pasado factura en el ámbito nacional
a la historia económica´´; de ahí que ´´los nuevos investigadores deciden
apostar por otras problemáticas de mayor recepción en el mercado´´, lo que
unido a ´´la escasa formación económica
de muchos historiadores y la poca voluntad de buena parte de los economistas de
mirar concienzudamente al pasado, contribuyen al estado de la subdisciplina´´.
Como bien se expresó hace más de cinco años,
´´no es tiempo de lamentos sino de acción´´, sino de hacer todo lo humana y
profesionalmente posible para que la historia económica esté de moda, a fin de
rescatar la ´´producción histórica vital para comprender el devenir de la
Patria.´´
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