Dr. Armando Nova González
Economista.
El sector agropecuario es muy complejo y en él se combinan las leyes económicas y las biológicas. Es un sector primario, donde se generan productos alimenticios de origen vegetal y animal, materias primas para la industria, fondos exportables y energía renovable. Por ello resulta imprescindible para el desarrollo económico. Téngase en cuenta que en él se crean mercancías destinadas al consumo y, a la vez, una parte importante de los medios de producción demandados por la agricultura y la ganadería.(1)
Entre sus peculiaridades se encuentran: la existencia de tres formas de propiedad (cooperativa, estatal, privada), la interrelación de los procesos económico y natural de la reproducción, el hecho de que la tierra, los cultivos y los animales son medios de producción; formas organizativas propias del proceso agrícola productivo y la incidencia en este de factores como los ciclos temporales y climáticos.
La razón fundamental por la cual el sector agropecuario resulta estratégico, radica en su efecto multiplicador. Participa directa e indirectamente en la conformación del PIB, al que tributan la agroindustria cañera y sus derivados, la alimentaria, la tabacalera, la fabricación de bebidas y licores, y otras industrias como la del cuero, la de sogas y cordeles, la maderera; de igual modo, la producción de energía y la transportación y comercialización de productos agrícolas, beneficiados o no.
Se estima que alrededor de una quinta parte del PIB de Cuba depende de la actividad agropecuaria. Además, ese sector aporta alrededor de 40% de las calorías y 37% de las proteínas que se consumen en la Isla por día (el resto proviene de productos importados); y emplea de modo directo cerca de la quinta parte de la población económicamente activa. De lo anterior se puede deducir que la economía familiar de unos cuatro millones de personas depende directamente del desempeño de la esfera agropecuaria. Esta se encadena con diversas ramas de la economía nacional, como la industria mecánica, la ligera, la química, la eléctrica. El sistema agroindustrial cañero contribuye (a través del efecto bosque de las plantaciones) a balancear la emisión y absorción de CO2; también genera energía renovable y no contaminante a partir de la biomasa de la caña de azúcar, por ejemplo, biocombustible y biogás, lo cual da lugar a importantes ventajas económicas, sociales, territoriales y ambientales. De igual forma, con los subproductos y derivados de la caña se obtienen múltiples producciones con alto valor agregado.
Actualmente, la humanidad enfrenta tres grandes problemas que comprometen su futuro: millones de seres humanos viven en condiciones de hambruna, hay déficit energético y urge preservar el medioambiente. El sector agropecuario debe contribuir a la solución de estos.
Problemas actuales de la agricultura y la ganadería
La insuficiente producción nacional de alimentos constituye un problema sostenido de la economía cubana. (2) En los últimos cincuenta años ha motivado una gran dependencia de mercados foráneos y elevadas erogaciones de divisas para la importación de comestibles (aunque la mayoría de ellos se pueden producir en la Isla bajo condiciones de competitividad). Se estima que, al cierre de 2012, el monto de lo invertido por ese concepto haya superado los dos mil millones de dólares norteamericanos.(3)
La problemática actual del sector agropecuario se puede resumir así: desciende la producción agrícola y ganadera, se registran extensiones importantes de tierras ociosas (más de dos millones de hectáreas), crecen los volúmenes de importación de alimentos. Es evidente que las fuerzas productivas aún se encuentran detenidas y la necesidad de transformar las relaciones de producción de forma sistémica; para ello resulta imprescindible analizar cómo está resuelto el problema de la propiedad y cuáles son las transformaciones necesarias para lograr la realización de esta.(4)
Ante tales hechos, resulta paradójico obviar los resultados obtenidos en las diversas instituciones científicas existentes en el país, que disponen de una base material (aunque descapitalizada en gran medida por años de crisis económica), y de capital humano importantes.
El hecho de que la alimentación constituya un problema no resuelto se debe no solo a la insuficiente producción nacional, sino también a las posibilidades de la población de acceder a los alimentos (relación ingreso-precio), en lo cual inciden los mercados segmentados, la dualidad monetaria (ausencia de una tasa única de cambio para el sector empresarial y la economía en su conjunto) y otros factores.
Desde el año 2007 hasta el presente se han implementado medidas encaminadas a reactivar este importante sector, que conduzcan a aumentar la producción, la sustitución de importaciones de alimentos y la generación de excedentes para ampliar las exportaciones de bienes. Entre ellas se encuentran: incremento, para los productores, del precio de la leche, la carne bovina y productos agrícolas; proceso descentralizador de funciones dentro de la actividad agrícola —el municipio es considerado el espacio clave para la toma de decisiones—; simplificación de estructuras y atribuciones ministeriales relacionadas con las actividades generadoras de la producción primaria y el procesamiento de alimentos.(5) Recientemente se han dado pasos en cuanto a la libre contratación de fuerza laboral, la ampliación del microcrédito agrícola, la descentralización paulatina de la comercialización de los productos agrícolas (a la entrega al mercado minorista se suma la venta directa a hoteles y establecimientos gastronómicos del turismo, como opción adicional al sistema aún vigente que incluye a la Empresa Estatal de Acopio y a la de Frutas Selectas). También se emitió el nuevo Reglamento General de las UBPC.(6)
Sin embargo, la medida más importante ha sido la entrega de tierras agrícolas sin cultivar bajo condiciones de usufructo a personas naturales.(7) El Decreto Ley 259 y el 282 establecían el pago de un impuesto sobre el uso de la tierra (pudiera interpretarse como un arriendo), por un período, renovable, de diez años.(8) El Decreto Ley 300,(9) que deroga los antes citados, no menciona el cobro de ese impuesto ni se refiere a la Ley Tributaria.(10)
Hacia un nuevo modelo agrícola y de gestión económica
Durante cerca de cuatrocientos años y hasta principios del siglo xx, la agricultura cubana se caracterizó por el predominio de la pequeña y mediana propiedad.
Tras el establecimiento de la República en Cuba, el capital norteamericano irrumpió con fuerza y propició el surgimiento del latifundio, que acentúo las desigualdades, separó al productor agrícola de la tierra, desarrolló un modelo sustentado en el monocultivo y la monoexportación.(12) Esto perduró hasta la promulgación de la primera Ley de Reforma Agraria, en mayo de 1959. De igual forma, condujo la economía cubana a una mayor dependencia de las importaciones de alimentos.
Cambios institucionales: 1959-2012
Entre 1959 y 1990, la forma de propiedad predominante en el modelo agrícola fue estatal, con elevada concentración de la propiedad y uso de la tierra en manos del Estado; es decir, empresas sobredimensionadas, caracterizadas por el gigantismo. En menor medida existieron formas cooperativas: la de Producción Agropecuaria (CPA) y las de Créditos y Servicios (CCS), así como un reducido grupo de propietarios privados individuales.
En 1993, en el momento más agudo de la crisis económica (el llamado Período especial), se crean las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), a partir de la desintegración de la sobredimensionada empresa estatal. Dichas entidades, unidas a las CPA y las CCS, hicieron que el cooperativismo fuera el modelo agrícola predominante en el período 1993-2010, la base fundamental sobre la cual se ha erigido el sistema económico empresarial agrícola cubano. Las UBPC han tenido el mayor peso dentro de las formas cooperativas existentes; sin embargo, han trabajado desde su creación bajo restricciones adicionales que han limitado su desempeño y potencialidades. Como consecuencia, se les considera una forma transfigurada de la empresa estatal.
La actual distribución de tierras ociosas conduce hacia un nuevo escenario y modelo agrícola, que establece y consolida el predominio de las formas no estatales, particularmente las CCS y el productor privado (incluye al nuevo usufructuario). Estos suelen obtener los mejores resultados.(13)
El modelo que se avizora se proyecta hacia la diversidad de actores económicos: las CCS, el sector privado (comprende a los usufructuarios), las CPA, las UBPC y las entidades estatales. No obstante el predominio de la pequeña y mediana empresa no estatal, tanto en la tenencia como en la propiedad de la tierra, el movimiento es en espiral y encierra cambios cualitativos, pues no significa retornar exactamente a la situación registrada a finales del siglo xix, sino a una modalidad que si bien tiene sus raíces en las formas predominantes en aquel contexto, se ve fortalecida por el cooperativismo. Este modelo agrícola requiere el desarrollo de relaciones horizontales de colaboración económica entre los productores asentados en cada territorio, en busca, en primera instancia, de soluciones a problemas locales. Para ello es útil crear asociaciones de productores con objetivos e intereses comunes, integradas por representantes de las entidades implicadas y conducidas por un presidente y un secretario; dichos cargos deben ser elegibles por la mayoría y rotativos.
Mientras más distribuida se encuentre la riqueza menores serán las desigualdades y el modelo agrícola y socioeconómico será más justo. José Martí escribió: «Es rica una nación que cuenta muchos pequeños propietarios».(15) En ese sentido, resulta imprescindible que las cooperativas obtengan resultados económicos satisfactorios.
Existen al menos tres aspectos por los cuales se requiere transitar, y resolver, para que la gestión económica consolide el nuevo modelo del agro cubano:(16 )
• Lograr la realización de la propiedad (aunque se han dado pasos en este sentido, aún es insuficiente). El modelo de gestión económica vigente en el ciclo producción-distribución-cambio-consumo no facilita tal realización; se requiere un nuevo modelo.
• El reconocimiento de la existencia real y objetiva del mercado, en función complementaria de la planificación. Implica alcanzar el equilibrio necesario entre ambos.
• Aplicación del enfoque sistémico en el ciclo producción-distribución-cambio-consumo, costo-sistema de precio y la necesaria interrelación de este con la macro y la microeconomía.
Para establecer este modelo de gestión económica se requiere la implementación de medidas como:
• Consolidación de un mercado de insumos y bienes de producción, donde el productor pueda —de acuerdo con la capacidad de compra generada por sus resultados productivos— adquirir lo que necesite, en el momento oportuno y a precios que se correspondan con los dividendos obtenidos por su trabajo.
• Que el productor pueda decidir, de acuerdo con el comportamiento del mercado y los requerimientos sociales, lo que va producir, y a quién y dónde vender.
• Diversificar las formas de comercialización:
■■Crear diversas cooperativas comercializadoras de segundo grado.(17) Su campo de acción debe extenderse hasta los mercados concentradores, las ventas directas a centros turísticos, restaurantes e industrias procesadoras, la exportación y la entrega al mercado minorista. Todo ello como parte de la cadena productiva y de valor (producción-distribución-cambio-consumo). Los valores obtenidos a lo largo del ciclo deben emplearse en incentivar a los productores. A la vez, se requiere transformar el modelo económico en su conjunto para que los creadores de la riqueza puedan satisfacer tanto las necesidades productivas como las personales y familiares.
■■Propiciar la comercialización a título individual, de acuerdo con la logística y las formas organizativas que se establezcan.
■■Ampliar los puntos de venta minorista.
■■Garantizar la multiplicidad de participantes; además de las cooperativas comercializadoras y los vendedores individuales, debe actuar la Empresa Estatal de Acopio.
• Que el productor pueda contratar libremente la fuerza laboral que necesite.
• Quienes se inician en la producción agropecuaria deben contar con el financiamiento necesario y asistencia técnica periódica.
Estas medidas permitirían la realización de la propiedad —así el productor se sentiría dueño de sus decisiones y resultados—, y la adecuada utilización del mercado como herramienta para lograr una mejor distribución y buscar la eficiencia, velando por el comportamiento adecuado de este. Todo lo anterior favorecería el cierre exitoso del ciclo productivo, bajo un enfoque sistémico, y por lo tanto, serían de esperar incrementos notables en la producción de alimentos.
Resulta importante destacar, que el proceso de cooperativización extensivo a todos los sectores económicos del país, posibilidad incluida de forma explícita en los Lineamientos de la Política Económica y Social,(18) se encauza hacia lo planteado por los fundadores del marxismo:
"[L]a producción cooperativa [...] ha de sustituir el sistema capitalista […] las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista".(19)
De igual forma, en el contexto de la implementación de la Nueva Política Económica (NEP), Vladimir I. Lenin manifestó algo que sus sucesores en la URSS no consideraron: «el régimen de los cooperativistas cultos es el socialismo».(20)
Teniendo en cuenta los Lineamientos…, es imprescindible dejar bien claro lo referido al arriendo o relación de alquiler (21) y a las diferencias y vínculos entre la propiedad jurídica (la tierra es propiedad del Estado) y la económica (recae sobre el productor beneficiado por la entrega de tierras ociosas). Al no mencionar el cobro de un impuesto sobre el uso de la tierra, el Decreto Ley 300 no prepara un escenario adecuado para la definición y separación de ambos tipos de propiedad, para la delimitación de derechos. El arriendo y la renta diferencial del suelo, constituyen aspectos que requieren ser analizados con profundidad al definir el modelo agrícola cubano.
Otro tema importante es la planificación y su vínculo con el mercado.(22) La función de la primera surgió cuando Marx buscó una solución a las crisis de superproducción y comerciales de su época. Él la concibió como una vía para enfrentar la producción y la competencia anárquicas, pero no contrapuesta al mercado.
Si bien es cierto que la planificación es una herramienta necesaria y que en los últimos cincuenta años la economía cubana no ha manifestado ninguna crisis de superproducción, esto no se debe a esa práctica, sino más bien a limitaciones económicas. La planificación aplicada en Cuba hasta el presente ha tenido como base la restricción y no la demanda.
Además, ¿de qué planificación se habla? ¿De la dedicada a los más mínimos detalles, sin margen de maniobrabilidad ante las realidades de la vida práctica, desprovista del enfoque sistémico, o de la planificación flexible, dirigida de forma sistémica hacia los aspectos macroeconómicos, que actúa en complementariedad con el mercado y busca la racionalidad, la eficiencia, el desarrollo equilibrado, territorial y en armonía con el medioambiente?
El mercado será una realidad objetiva mientras existan las relaciones monetario-mercantiles y el dinero. Al Estado le corresponde promover la eficiencia, lograr la equidad social y la estabilidad, pero los mecanismos del mercado ayudan a determinar los precios, la distribución, a elevar la productividad. Además, el Estado observa y regula el mercado de forma indirecta, a través de programas de impuestos, intereses bancarios y otras regulaciones. Los mecanismos del mercado son necesarios para enfrentar las limitaciones del sector agropecuario cubano. Sin embargo, llama la atención que en los Lineamientos… se expresa, de forma categórica: «Primará la planificación y no el mercado». Más adelante, dice: «La planificación tendrá en cuenta el mercado, influyendo sobre él y considerando sus características».(23) Es decir, este continúa siendo un elemento no comprendido, ni aprovechado.
El nuevo Decreto Ley 300 y el modelo agrícola
Este Decreto ofrece solución a dos de los cuatro aspectos no resueltos en los decretos leyes 259 y 282: el derecho a la vivienda y el factor hereditario.(24) No obstante, el hecho de que por lo general las viviendas se construyen para que duren tres décadas o más, y el usufructo de la tierra debe renovarse, o finalizar, cada diez años, genera cierto grado de incertidumbre para el trabajador agrícola —algo contradictorio, pues se pretende lograr estabilidad en el asentamiento de los productores y sus familias, es decir, repoblar el campo cubano.
Entre los aspectos del Decreto que atentan contra la autonomía del productor y dificultan la instauración del nuevo modelo agrícola se encuentran, además:
• Establece que las personas naturales vinculadas con granjas estatales, UBPC, CPA y CCS, solo podrán adquirir insumos agropecuarios, recibir servicios y comercializar sus producciones, a través de dicha entidades. (Prácticas más flexibles se encuentran en fase de experimentación, pero no han sido aprobadas por completo para todo el país.)
• Mantiene una limitante de los decretos derogados: si el productor incumple las obligaciones suscritas en cuanto a comercializar los productos, pierde el usufructo.
• Los vinculados a las CCS no pueden aspirar a tener hasta 67,1 ha, aunque esas cooperativas son las más eficientes.
El nuevo reglamento de las UBPC también incide negativamente, pues muchos de sus artículos restan autonomía a esas entidades.(25) Por ejemplo:
• No son reconocidas como empresa, sino como «organización económica y social cooperativa» (Art. 1).
• Para constituir una UBPC, es imprescindible el «dictamen sobre factibilidad económica y legal de la solicitud, elaborado por la empresa a partir de la cual surge la UBPC» (Art. 4) y es el ministro de la Agricultura quien la autoriza (Art. 6).
• El objeto social es evaluado y aprobado por el delegado o director de la Agricultura en el municipio, «oído el parecer de la empresa a cuyo sistema de producción la UBPC se vincula» (Art. 8.1). Esa empresa, además, «controla el cumplimiento de las normas técnicas que rigen el proceso productivo y la contratación» (Art. 17) y participa en la elaboración de la propuesta del programa de desarrollo (Art. 19).
• Se establece que los «abastecimientos y servicios que requieran las UBPC [...] se obtendrán directamente de las personas naturales o jurídicas legalmente facultadas mediante contrato escrito» (Art. 21.1), pero no se especifica cuáles son ni se puede interpretar que ello compete a las empresas a las cuales están vinculadas. Si es así resulta una manifestación más de la falta de autonomía (La Empresa, el intermediario que le resta autonomía).
• «El proceso de revocación [de quienes administran] pueden promoverlo excepcionalmente el delegado o director de la Agricultura en el municipio, el secretario del Sindicato a esta instancia, quienes podrán incluso convocar a la Junta de administración y a la Asamblea General» (Art. 29). ¿Por qué el Sindicato si sus integrantes son dueños y cooperativistas?
Mantener en el nuevo Reglamento la presencia, como agente intermediario, de la empresa a la cual se vincula la UBPC no favorece el modelo de gestión económica que se requiere para lograr el cierre exitoso del ciclo productivo. Las CCS y las CPA nunca han tenido esa limitación y la mayoría funciona de forma eficiente, aunque sí dependen de algunas autorizaciones y decisiones de la empresa estatal municipal. ¿Cuál es la razón económica y de gestión para insistir en mantener estos intermediarios?
Evolución del sector agrícola cubano entre 2009 y 2012
Durante los años transcurridos desde las primeras medidas adoptadas (a partir de 2007), los resultados no han sido los esperados:(26)
2009: La producción agrícola y ganadera, en conjunto, cerró con un nivel de 100,5%, en relación con el año anterior; mientras los alimentos de origen vegetal crecieron en 5,6%, la carne descendió en 4,6%.
2010: El sector decreció 2,8%. La producción agrícola y ganadera disminuyó en doce renglones fundamentales: arroz, carne de cerdo y de ave, huevos,hortalizas, frijoles, tubérculos (papa, malanga), cítricos, entre otros.
2011: La producción agropecuaria creció 8,7% (la agricultura, 11,5 y la ganadería, 6%), según lo reportado por la ONE. No obstante, disminuyó la oferta de alimentos, lo cual favoreció el incremento de los precios para la población.
Ese año, los mayores crecimientos se registraron en: plátano (17,2% —en especial el plátano vianda creció en 98 000 toneladas), arroz con cáscara húmedo (43,7% —que representa 139 800 toneladas, y una vez listo para el consumo, 70 000 toneladas más), y frijol (66,1% —significa un aumento de 29 000 toneladas). Los tubérculos y raíces decrecieron 2,5% (equivalente a 28 600 toneladas menos). La papa y el boniato registraron el descenso más significativo. También disminuyeron el ajo (13%) y los cítricos (24%). En cuanto a la producción de azúcar, en la zafra 2009-2010 había disminuido hasta niveles extremadamente bajos, las de 2010-2011 y 2011-2012 mostraron una ligera recuperación.
Aumentó la producción de carne vacuna (4,4%), para una ganancia aproximada de 600 toneladas. También la porcina, cuyo incremento fue de 4 900 toneladas. No obstante, la masa ganadera porcina mantuvo la tendencia decreciente iniciada en 2009. En ambos casos, se debió a una mayor cantidad de animales sacrificados y a un ligero incremento en su peso promedio. Si bien aumentó la producción de huevos, descendió la de carne de ave.
Asimismo, disminuyó la producción de leche en 51 millones de litros y se redujeron las entregas directas a la población (21,3 millones de litros menos) y a la industria (27,3 millones de litros menos). Ese decrecimiento pudiera haber representado para la economía cubana erogaciones en divisas adicionales de alrededor de 21,9 millones de dólares.(27)
Ante la importante reducción de las ofertas, durante 2011 se registró un incremento del precio promedio de todos los productos agrícolas y cárnicos. El de los primeros ascendió 24,1% y los cárnicos, 8,7%. Ello resulta contradictorio, teniendo en cuenta el aumento reportado de la producción agrícola y ganadera en ese año.
2012: La producción agropecuaria disminuyó 1,3%: la agricultura creció 1,7%, pero decreció la ganadería a 4,3%.
Dentro del primer grupo crecieron las producciones de viandas (2,5%), maíz (1,8%) y arroz con cáscara húmedo (11,9%). El plátano aumentó 9,3% y logró atenuar los decrecimientos de otros alimentos. Descendieron las de tubérculos y raíces: papa (21,8%), yuca (4,1%) y otros tubérculos (14,8%) y también las de hortalizas —tomate, cebolla, ajo, melón, col y otras— (4,0%), y frijol (4,4%).
La producción de carne vacuna creció solo 0,8 y la de leche 1,8% (9,2 millones de litros), por lo que se realizaron importaciones por un valor entre 180 y 200 millones de dólares. Durante el año, la producción de carne porcina disminuyó 7,8%, aunque la existencia de ganado creció 0,6%. La cantidad de huevos decreció 4,1% (83,9 millones menos), así como la de carne de ave (0,8%).
Factores desfavorables
En ocasiones se atribuye a la sequía las afectaciones a la producción agrícola y animal. Sin dudas, contribuye y es necesario prepararse de antemano para enfrentar sus efectos. Ello requiere: crear reservas de alimentos durante la primavera o período de lluvia, producir granos (maíz, soya, girasol) durante todo el año, rescatar la producción de caña de azúcar y destinarla no solo a la alimentación humana sino también a la del ganado (incluidos productos colaterales, como mieles finales, levaduras, bagacillo).
Elemento determinante durante el período analizado ha sido la dilación en la implementación de las medidas plasmadas en los Lineamientos económicos y sociales…, aprobados en el VI Congreso del PCC:
• Se ha retrasado la entrega de tierras en usufructo, debido a razones burocráticas fundamentalmente.(28)
• Persiste un mercado de insumos y medios de trabajo insuficiente, con elevados precios (recientemente se han tomado medidas orientadas a su reducción), y no ajustado a la demanda, requerimientos y especificidades de los productores y regiones.
• No implementación amplia de acciones encaminadas a la descentralización de la comercialización y a la eliminación del monopolio del sistema de acopio estatal.
• Tardía entrega de créditos y de asistencia técnica.
• Los precios requieren de un particular análisis y valoración sistémica. Los pagados a los productores no resultan suficientemente estimulantes, en particular los de productos que sustituyen importaciones (pero sí se destina un monto elevado a los importados). Al comparar los precios oficiales de Acopio (29) con los precios de importación (30) de dos productos básicos como frijol y arroz, y también de la leche y el azúcar, y el maíz (31) se aprecia el desbalance.
Consideraciones finales
Los resultados en la producción agropecuaria, inferiores a los esperados, obedecen a que aún no se han resuelto tres problemas fundamentales:
• El modelo de gestión económica vigente no garantiza la realización de la propiedad.
• No hay un reconocimiento objetivo de la existencia del mercado y su función complementaria de la planificación.
• Falta de enfoque sistémico en la concepción e implementación de las medidas iniciadas en 2007.
La insuficiente producción de alimentos, a pesar de las potencialidades existentes y las medidas aplicadas, conduce a la insatisfacción de las necesidades alimentarias y a una elevada dependencia del mercado externo. Se requiere eliminar los obstáculos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas y para ello se propone:
• Resolver los tres problemas mencionados, los cuales interactúan entre sí.
• Continuar y profundizar las trasformaciones de las relaciones de producción, de la forma más acelerada posible.
• Creación de un nuevo modelo de gestión económica que consolide el modelo agrícola que se avizora.
Notas
1. Véase el análisis realizado por Carlos Marx acerca del proceso de reproducción: «El producto social global, y por tanto la producción total de la sociedad, se divide en dos grandes sectores: I. Medio de producción, mercancías cuya forma les obliga a entrar en el consumo productivo […] Medios de Consumo, mercancías cuya forma las destina a entrar en el consumo individual de la clase capitalista y de la clase obrera». El Capital, t. II, Fondo de Cultura Económica, México, DF, 1946, p. 426.
2. Véase Armando Nova González, «La agricultura cubana: medidas implementadas para lograr incrementos en la producción de alimentos. Análisis y valoración», CD-ROM Seminario Científico del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Universidad de La Habana, junio de 2010.
3. Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), Anuario Estadístico de Cuba, ONE, La Habana, 2009, 2010, 2011 y 2012.
4. La realización de la propiedad implica el derecho del productor a decidir qué debe producir, a quién vender lo producido, a qué precio, y poder acudir a un mercado de insumos para comprar los medios necesarios y en el momento oportuno.
5. Véase Armando Nova González, ob. cit.
6. Véase «Reglamento General de las UBPC», Gaceta Oficial de de la República de Cuba, n. 037 Extraordinaria, La Habana, 11 de septiembre de 2012.
7. En un inicio se consideró que las ociosas ascendían a 1 868 210 hectáreas, luego se han detectado unas quinientas mil más.
8. Véanse Decreto Ley 259 «Sobre las entregas de tierras ociosas en usufructo», Gaceta Oficial de Cuba, n. 024 Extraordinaria, La Habana, julio de 2008; y Decreto Ley 282 «Reglamento para la implementación de las entregas de tierras ociosas en usufructo», Gaceta Oficial de Cuba, Extraordinaria, La Habana, 29 de agosto de 2008.
9. Véase Decreto Ley 300 «Sobre las entregas de tierras ociosas en usufructo», Gaceta Oficial de la República de Cuba, n. 45 Ordinaria, La Habana, 22 de octubre de 2012.
10. En la Ley Tributaria se hace referencia al cobro del impuesto sobre el uso de la tierra, elemento que debió ser recogido y ampliado en el Decreto Ley 300. Véase Ley 113 «Del sistema tributario», Gaceta Oficial de la República de Cuba, n. 53, La Habana, 21 de noviembre de 2012.
11. Julio Le Riverend, Historia económica de Cuba, Instituto del Libro, La Habana, 1974, pp. 171, 189, 467, 491 y 498. La disminución de ingenios, haciendas y otras propiedades, entre 1862 y 1890, se debió a los efectos de la Guerra de los diez años (1868-1878).
12. «El latifundio es un proceso que funde miles de parcelas en grandes unidades agrarias, desarraiga al cultivador del suelo, destruye la clase de propietarios rurales y agricultores independientes, columna vertebral de la nación, y finalmente acaba con la autonomía económica nacional, para convertir la comunidad en una mera dependencia, en un simple satélite, en un taller de trabajo al servicio de una metrópolis exterior». Ramiro Guerra, Azúcar y población en las Antillas, Editorial Cultural S. A., La Habana, 1927, p. 76.
13. Las CCS y el sector privado producen 57% del total de alimentos del país, con solo 24,4 % de la tierra cultivable, así como 63% de la leche (las entidades estatales aportan 13%), y disponen de más de 64% de la vacas en ordeño y más de 57% del ganado vacuno y porcino.
14. Tabla elaborada por el autor a partir del Anuario estadístico de Cuba, publicados por la ONE entre 2007 y 2011.
15. José Martí, citado en Rafael Almanza, En torno al pensamiento económico de José Martí, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1990, p. 274.
16. Armando Nova González, «La propiedad en la economía cubana», Cuba hacia una estrategia de desarrollo para los inicios del siglo xxi, Editorial Javeriana, Bogotá, 2012.
17. Varias cooperativas productoras se ponen de acuerdo para organizar una de segundo grado que comercialice sus producciones. Otras cooperativas de este tipo pudieran ser las destinadas al beneficio de los productos agrícolas frescos, a la transformación de estos mediante un proceso industrial, a la prestación de servicios técnicos o de los relacionados con la preparación de la tierra, siembra, cosecha y transportación.
18. El proceso de cooperativización es mencionado en los Lineamientos 25 al 29. Véase Partido Comunista de Cuba (PCC), Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución (Resolución aprobada en el VI Congreso del PCC, junio de 2011), disponible en www.congresopcc.cip.cu.
19. Carlos Marx y Federico Engels, «La guerra civil en Francia», Obras escogidas, t. 1, Editorial Progreso, Moscú, 1973, pp. 301-2.
20. Vladimir I. Lenin, «Sobre las cooperativas», Obras completas, t. 45, Editorial Progreso, Moscú, 1987, p. 389.
21. Sobre la factibilidad de ambas prácticas se pronunció Federico Engels, «Engels a Otto Von Boeningk», en Carlos Marx y Federico Engels, Obras escogidas, t. 1, Editorial Progreso, Moscú, 1973, p. 716, y «Contribución al problema de la vivienda», Obras escogidas, t. 2, ob. cit., p. 391.
22. Este tema polémico ha carecido de suficiente debate. Puede haber contribuido el hecho de que en ocasiones se ha establecido cierta identidad entre mercado y capitalismo. Véase Armando Nova González, «El mercado y el Estado, dos partes que forman un todo», disponible en www.nodo50.org/cubasigloXXI, Instituto de Filosofía, CITMA, 2011.
23. PCC, Lineamientos…, ob. cit.
24. Faltan por definir el tiempo de duración del usufructo y la entrega de productos al Estado a través de Acopio. Véase Armando Nova González, «Pasos adelante, aspectos pendientes e imprecisiones en el Decreto Ley 300», Boletín del CEEC, diciembre de 2012.
25. «Reglamento General de las UBPC», ob. cit.
26. Las cifras manejadas a continuación provienen de Armando Nova González, «Impacto de los Lineamientos de la política económica y social en la producción nacional de alimentos», Seminario Anual del CEEC, La Habana, 2012 y ONE, ob. cit.
27. Banco Central de Cuba, Información Económica, a. 6, n. 171, La Habana, 7 de febrero de 2012.
28. El fondo de tierras ociosas declaradas ascendía a 2,3 millones de hectáreas. De ellas, se han entregado 1 422 900 ha (a personas naturales 1 369 000 ha), lo cual ha beneficiado a 172 000 personas naturales y 2 554 jurídicas. En uso se reporta 78,1%, aunque aquí se incluyen aquellas que aún están en labores de acondicionamiento del terreno. Datos ofrecidos al autor por la Dirección del balance de tierras del Ministerio de la Agricultura.
29. Ministerio de Finanzas y Precios, Resolución 353/2010 «Precios máximos de acopio con destino a los mercados agropecuarios estatales, consumo social, mercados internos en divisas y exportación», Gaceta Oficial de la República de Cuba, n. 017, Extraordinaria especial, La Habana, 30 de diciembre de 2010.
30. Banco Central de Cuba, Información Económica, a. 6, n. 208, La Habana, 30 de marzo de 2012.
31. Los precios del maíz pueden encontrarse en Ministerio de Finanzas y Precios, Resolución 298/2012, Gaceta Oficial de la República de Cuba, La Habana, agosto de 2012, y Banco Central de Cuba, Información Económica, n. 204, La Habana, 2 de abril de 2013.
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