El desarrollo científico y tecnológico es parte consustancial del programa social inaugurado en Cuba en 1959. Los resultados actuales son fruto de un largo proceso y se apoyan en una estrategia cuyas expresiones prácticas –muy creativas y participativas– se observaron desde inicios de los años 60, sobre todo en la esfera de la educación y la salud, así como del desarrollo tecnológico e industrial.
ALGUNOS HITOS DE LOS 60
- 1961: Se creó el Ministerio de Industrias.
- 1962: Cuando el país ya sufría las consecuencias del bloqueo de Estados Unidos y asistía al éxodo constante de muchos de sus técnicos más calificados, el Che creó la revista Nuestra Industria Tecnológica, en la que definió las etapas del desarrollo tecnológico cubano. Se fundó la Academia de Ciencias de Cuba, cuyas raíces se remontaban al siglo XIX, con nuevos y más amplios objetivos; y se creó el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón.
- 1963: Al orientar las tareas fundamentales del Viceministerio para el Desarrollo Técnico, el Che definió los objetivos de una serie de institutos de investigación, entre ellos el Instituto Cubano de Investigaciones Tecnológicas, el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar y el Instituto Cubano para el Desarrollo de Maquinaria, el cual centraría su acción en el desarrollo de piezas de repuesto. Se crearon los 13 institutos científicos nacionales del Ministerio de Salud Pública.
- 1964: Se construyó la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría.
En los años 60 surgieron también aquellos centros que debían impulsar el desarrollo del sector agropecuario: el Instituto de Ciencia Animal, el Centro de Salud Animal y Vegetal, el Instituto de Ciencias Agrícolas, y la Estación de Pastos y Forrajes Indio Hatuey.
- Fidel impulsó el Jardín Botánico Nacional en La Habana, anexo a la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
- Se empezó a trabajar en la nueva ciencia de la computación, mediante el Centro de Investigación Digital, en el cual se construyó la primera computadora cubana en 1969.
BIOCIENCIAS: UNA ISLA QUE MIRÓ AL FUTURO
A inicios de la propia década de los 60, bajo la dirección personal de Fidel, comenzó a impulsarse la creación de una institución científica del más alto nivel, orientada a la investigación en ciencias básicas y aplicadas, formación de especialistas e investigadores, que se fundó en 1965: el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (Cenic), del cual surgieron otras instituciones fundamentales de la Biotecnología.
El estudio y desarrollo de las biociencias, sus aportes y creación acelerada como rama priorizada y fundamental de la ciencia y la tecnología del país, con la decisiva conducción del Cenic, recibió un impulso fundamental a partir de 1980.
En 1981, Fidel creó el «Frente Biológico» para fortalecer y coordinar el trabajo y la investigación de diferentes instituciones en la biotecnología; en ese mismo año se dedicó un primer grupo de seis médicos a la obtención de la tecnología para la producción de Interferón, un novedoso resultado de la ciencia en Finlandia, objetivo que se logró en solo 42 días. Posteriormente, se creó el Centro de Investigaciones Biológicas.
En 1986, se inauguró el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, con instalaciones y equipamiento de última generación y sobre todo con un grupo de jóvenes científicos capacitados y altamente motivados.
Desde mediados de los años 80 hasta mediados de los 90 se asistió a un crecimiento acelerado en el campo de la biotecnología, la ingeniería genética, la industria farmacéutica y los equipos médicos. Esto correspondía a la evolución de la ciencia mundial, pero también a la base preexistente en Cuba en estas ramas. Había una larga tradición en la Medicina y una sólida formación en las ciencias biológicas y químicas.
Además del potencial humano calificado para la investigación-desarrollo, existía un ámbito de aplicación de estas tecnologías, dado por la amplitud de los servicios de salud y la elevación del nivel técnico de la agricultura, la ganadería y la industria alimentaria.
El impacto en el sistema de salud pública cubano, del desarrollo, producción y aplicación de los resultados de la investigación en la esfera de la biotecnología y de la ingeniería genética puede resumirse en:
- Disponibilidad de vacunas: se producen en Cuba vacunas a partir de procesos recombinantes, que aseguran la plena cobertura de toda la población. Otras vacunas se importan, para completar el esquema de vacunación contra 13 enfermedades.
- Programas de diagnósticos prenatales y neonatales, que incluyen la detección temprana de defectos del tubo neural, síndrome de Down y enfermedades heredo-metabólicas.
- Disponibilidad de nuevos medicamentos.
En un breve periodo, Cuba ya ha desarrollado más de 50 productos biotecnológicos que representan un potencial económico por su alto valor agregado, además de cubrir necesidades nacionales en diagnósticos, análisis, determinadas vacunas y algunos productos de alta tecnología.
LAS ORIENTACIONES ESTRATÉGICAS Y MISIONES INDICADAS POR LA MÁXIMA DIRECCIÓN DEL PAÍS HAN SIDO:
- Darle el mayor alcance y jerarquía al desarrollo de las ciencias, la tecnología de avanzada, la investigación y la obtención de nuevos medicamentos, vacunas y productos industriales y crear la base tecnológica y productiva con sistemas de calidad y control más avanzados.
- Integración entre las instituciones.
- Sistema «a ciclo completo»: centros de investigación-producción-comercialización.
- Selección política y técnica del personal y consagración al trabajo.
- Impacto en la Salud.
- Impacto en la Producción de Alimentos.
- Gestión exportadora directa, logrando los recursos financieros necesarios para sus propios gastos y el aporte creciente a la Economía.
UNIVERSIDAD-POLO CIENTÍFICO: ALIANZA IMPRESCINDIBLE
La vinculación con las universidades está en la esencia misma del Polo Científico –centros que se interrelacionan y se potencian en el ámbito de polos científico-productivos, según la concepción expresada por Fidel en 1990, quien indicó que debían convertirse en «instrumentos de cooperación y apoyo mutuo»– y es parte de la estrategia concebida para la formación de los recursos humanos.
El Polo agrupa un conjunto heterogéneo de instituciones científicas pertenecientes a diferentes organismos del Estado. Tienen en común precisamente su carácter científico, o sea, son instituciones dedicadas a la producción de nuevos conocimientos, al desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías, a la elaboración de productos novedosos bajo condiciones estrictas de producción y de control de la calidad.
Trabajan en función de la satisfacción de necesidades nacionales y de la exportación a países en los cuales hay que competir con grandes transnacionales que, a diferencia de la realidad de los países subdesarrollados, están en condiciones de dedicar cuantiosos recursos a la investigación científica, a la producción y a la comercialización.
En varias provincias, las universidades constituyen el eje de la actividad científica y dirigen los principales centros de investigación. Esto se observa claramente en el caso de la biotecnología, de forma destacada en Villa Clara, con dos importantes instituciones: el Centro de Biotecnología de las Plantas y el Centro de Bioactivos Químicos; Ciego de Ávila y Santiago de Cuba. Camagüey también cuenta con un importante centro vinculado al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la capital, siempre con una constante interrelación con la universidad.
EN CONTEXTO
- Cuba ha llevado a cabo la política de dar prioridad a la inversión en la educación, la ciencia y la tecnología, así como la aplicación de los resultados de la investigación científica en el proceso productivo e incluso en el propio proceso educativo.
- Ha potenciado al máximo de sus posibilidades la formación de ciudadanos conscientes y profesionalmente preparados.
- El país invierte actualmente el 10 % de su PIB en la esfera de la educación y más del 1 % en la investigación-desarrollo.
- Tiene más de 40 centros de educación superior y más de 200 centros de investigación científica a lo largo de toda la Isla.
- La promoción de su desarrollo científico-tecnológico se relaciona no solo con necesidades económicas, sino que parte también de la voluntad de defender la independencia y la soberanía nacionales, del esfuerzo por potenciar la identidad cultural, además de basarse en profundos principios humanistas.
FUENTE: FIDEL Y LA CIENCIA: LA HISTORIA DE LA BIOTECNOLOGÍA EN CUBA, CORTESÍA DE LOS DOCTORES JOSÉ MIYAR BARRUECOS Y EULOGIO PIMENTEL
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