La crisis por la que atraviesa la economía cubana y el déficit de ofertas han desatado una espiral inflacionaria que afecta el poder adquisitivo de la población. Desde el inicio de la Tarea Ordenamiento salieron a flote errores de diseño y en la implementación, así como la tendencia a solapar la ineficiencia empresarial con el incremento desmedido del valor de producciones y servicios. Ante las quejas de la ciudadanía, sigue latiendo la voluntad política de corregirlos siempre que sea posible. Sobre esos candentes asuntos BOHEMIA dialoga en exclusiva con Meisi Bolaños Weiss, titular del Ministerio de Finanzas y Precios
Por DELIA REYES GARCÍA
Fotos: YASSET LLERENA ALFONSO
Infografía: REI
Caricatura: OSVAL
Si bien en Cuba, mucho antes de anunciar el inicio del ordenamiento monetario y cambiario, ya los precios traían una escalada que aguijoneaba el bolsillo de la población, a partir del primero de enero –sencillamente- se desorbitaron. Cinco meses después, la marea sigue subiendo.
La población se debate en cómo hacer las cuentas a fin de mes, aunque los precios de los productos normados y las tarifas de servicios básicos mantienen sus valores al estar regulados por el Estado, lo que permite el acceso a los mismos por igual, sean trabajadores, jubilados o beneficiarios de la asistencia social.
Limitadas ofertas, desabastecimiento en mercados agropecuarios e industriales, colas extenuantes marcan el día a día de los cubanos. Mientras tanto, pululan coleros y acaparadores en un mercado informal donde el dólar desborda los pronósticos. Debajo del tapete, el cartón de huevos ya anda por los 300 pesos, una libra de carne de cerdo cuesta más de 100 … un grupo de productos -aun de factura nacional- tiene precios por las nubes. Ni las flores escapan al jolgorio especulativo.
Para atraer a los clientes, en la Plaza Vieja de la capital las pizarras de los restaurantes anuncian la cola de langosta a 200 pesos, el pollo al carbón en 45, un vasito de caldosa a 20. La pescadería del Mercado Cerro oferta la libra de tiburón en más de 300 pesos.
Meisi Bolaños Weiss, titular del MFP, reconoce la urgencia de producir cada vez más bienes y servicios para que los precios no se desorbiten.
¿Cómo saldrá de ese atolladero la economía nacional? ¿Qué hacer para evitar la inflación? ¿Cuáles son los resultados previsibles que dejará la Tarea Ordenamiento (TO)? Para responder estas y otras interrogantes, dialogamos en exclusiva con Meisi Bolaños Weiss, titular del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP).
Saldar una vieja deuda
Una de las debilidades estructurales que arrastraba la economía cubana era la desconexión entre precios y salarios. Con la implementación del ordenamiento monetario y cambiario, la transformación de los ingresos (salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social) y la eliminación progresiva de gratuidades indebidas y subsidios excesivos, comenzó un proceso de reformas para precisamente superar esa ruptura. Sin embargo, los resultados aún no son los esperados.
“Lo que está previsto es que el salario se convierta en una motivación al empleo, y sea la principal fuente de ingresos para satisfacer las necesidades del trabajador y de su familia. Por eso se previó una canasta de bienes y servicios de referencia que no solo incluye los productos normados de la libreta, sino también servicios básicos.
“Aunque es un diseño adecuado, ha sido necesario realizar determinados ajustes y correcciones porque la población empezó a sentir insatisfacciones con algunas tarifas y precios de bienes o servicios esenciales que deterioraban la economía familiar. Entre estos, la electricidad, el gas, los medicamentos.
“Pero a partir de la difícil situación que enfrenta la economía cubana, en medio de la actual crisis mundial asociada a la covid-19 y el feroz bloqueo del gobierno estadounidense, existe un déficit de oferta y se ha desatado lo que llamamos una inflación reprimida, no deseada, encareciéndose los precios de un grupo de productos liberados como los agropecuarios.
“Al principio de la implementación de la TO, la formación de precios descentralizados, incluso de la gastronomía, no estuvo exenta de errores. Los ejemplos más elocuentes fueron los de los comedores obreros y del transporte de los trabajadores. Y esto no fue un problema de diseño, sino de implementación. En muchos lugares no se tuvo la sensibilidad suficiente para comprender que no se podía de manera mecánica calcular el valor de esos servicios por 24 pesos, la nueva tasa de cambio.
“Esa fue una de las distorsiones que reveló el ordenamiento. En algunos casos se aplicaron precios ‘al barrer’ en el sistema empresarial, sin tener en cuenta la capacidad de compra de los trabajadores y, sobre todo, que en la reforma general de ingresos el salario no creció 24 veces”.
Según el diseño previsto, los precios minoristas de los bienes y servicios que ofertan las formas de gestión no estatal, aun cuando responden a la oferta y la demanda, no debían haber crecido más de tres veces, ni los productos agropecuarios más de dos.
Nada escapa a la estrepitosa especulación.
“Pero eso no se ha cumplido en muchos lugares. La inflación prevista como efecto de la devaluación debía manifestarse gradualmente en el transcurso del año, no de manera tan acelerada desde la aplicación del ordenamiento. Existieron problemas en la implementación, en la interpretación adecuada de los principios y las normativas para la formación de los precios descentralizados.
“En tal sentido, hemos realizado ajustes y correcciones necesarias, sin desconocer los efectos de una devaluación del 2 300 por ciento. Por tanto, la economía tiene que irse adaptando a los nuevos precios y costos; sin dejar de considerar los vínculos entre estos y los ingresos de la población.
“Muchas personas tienen la percepción de que perdieron su capacidad de compra porque no son suficientes las rebajas a las tarifas de la electricidad o la balita del gas, si en su vida diaria cada vez que van al agro o le compran al carretillero, esos precios subieron más que sus ingresos”.
Aunque las tarifas eléctricas, inicialmente diseñadas en la TO fueron corregidas, el llamado es al ahorro.
Y la población no solo cuestiona estos precios liberados, muchos preguntan por qué la subida tan drástica de los productos normados.
“La canasta de referencia pautó 1 528 pesos per cápita de gastos para el nuevo escenario y dentro de esa están los productos y servicios con precios centralizados. Hay que tener en cuenta que antes estos eran subsidiados por el Estado. Mas aún ahora, la electricidad, un grupo de medicamentos, los productos alimenticios para los niños menores de siete años, se mantienen bajo este concepto.
“Es cierto que se produjo un incremento importante de los precios normados, pero están calculados dentro de la canasta de bienes y servicios de referencia. Ahora, estas tarifas estimulan al ahorro, cuando miras los resultados hay una disminución del consumo. El combustible y el resto de los alimentos en el mercado externo mantienen una tendencia alcista y la estrategia del Gobierno no es recargar esos incrementos sobre la población, ni deteriorar su calidad de vida. Hoy, por ejemplo, hay que subsidiar la tarifa eléctrica con unos 17 000 millones de pesos.
“No obstante, tenemos que seguir corrigiendo todo lo que haya que corregir. Este no es un proceso terminado, lleva evaluaciones y ver realmente los impactos. Tenemos el deber de observar constantemente qué pasa con la relación precio-ingreso, evaluar, ajustar, tomar las mejores decisiones, para evitar esa inflación no deseada y desinflar los precios. En este sentido es vital producir más, generar mayores volúmenes de bienes y servicios, que diversifiquen las ofertas a la población y contribuyan a estabilizar los precios”.
El primer secretario del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, insiste en escuchar los criterios de la Academia. Investigadores del Centro de Estudios de la Economía Cubana y del Centro de Estudios de la Economía Internacional de la Universidad de La Habana coinciden en la necesidad de indexar al salario el crecimiento de los precios; es decir que, cuando los últimos suban, también lo haga el primero, para estimular realmente la productividad del trabajo.
“El escenario es muy complejo y la solución no es adoptar medidas de parcheo, sino producir más de manera extensiva e intensiva, incrementar los valores de la circulación mercantil minorista, mayor volumen de bienes y servicios a la población, superar la crisis de oferta para una mayor satisfacción de las demandas de la población y consecuentemente incidir en la reducción de los precios.
El ordenamiento no ha logrado solucionar la desconexión entre precios y salarios, debilidad estructural de la economía cubana.
“Para indexar al salario el crecimiento de los precios habría que generar esos bienes y servicios porque de lo contrario sería una serpiente mordiéndose la cola; es decir, el incremento del salario tendría efecto inflacionario.
“En determinados sectores y actividades las personas sí están generando un nivel de salario que permite satisfacer importantes necesidades. Hay muchas experiencias positivas de empresas exportadoras que les está yendo muy bien”.
Sin terapias de choque
La escasez de divisas en la economía también provoca que suban los precios de las formas de gestión no estatal. En el mercado informal ya se está comprando el dólar a más de 60 pesos. “Un importante elemento formador de precios es la tasa de cambio. Eso no solo sucede en Cuba, es en el mundo entero. Y hay que tener en cuenta el incremento de los precios en el mercado internacional.
“Las tensiones de liquidez, la falta de divisas afecta el abastecimiento de la red minorista, incluidos los productos de demanda básica como aceite, puré de tomate y otros bienes. Ahora, pongo un ejemplo, una botella de aceite en Granma, según el monitoreo de precios que estamos realizando, cuesta 400 pesos, pero si hubiera ese producto, esto no sucedía. ¿Por qué la carne de cerdo cuesta 130 pesos la libra? Porque sencillamente no hay carne en el mercado. La causa no es solo a cuánto está el dólar, sino el déficit de oferta.
Los mercados que eran en CUC sí mantuvieron el cambio de uno por 24.
“Hicimos una devaluación en condiciones muy difíciles. ¿Qué hace cualquier país del mundo? Primero, racionalizar plazas y lanzar a la calle a gran número de personas. ¿Cuántos empleos se han perdido en América Latina? Aquí no sucede así y se han mantenido las garantías salariales. Solo en 2021, hasta el mes de marzo, se han pagado por gastos del covid-19 más de 1 800 millones de pesos del presupuesto del Estado.
“Aquí se hizo un ordenamiento, fue devaluada la moneda y no se subió la carga impositiva de ningún sector, ni a ninguna persona. Se adoptó un conjunto de medidas para nivelar los impuestos entre los distintos actores económicos. Y eso tiene que venir acompañado de la necesaria disciplina tributaria porque el país necesita esos ingresos para financiar los gastos sociales. En Cuba a nadie se le cobra un centavo al vacunarse contra la pandemia”.
La también licenciada en Derecho esclarece que los precios de un grupo de productos de las tiendas en CUC se mantuvieron tal cual estaban desde mayo de 2016, cuando se adoptaron medidas para incrementar la capacidad de compra de la población.
Con vistas a estimular la producción agropecuaria, en fecha reciente, fueron aprobadas 63 medidas, algunas de implementación inmediata, las cuales disminuyen tarifas y precios de servicios al sector.
A su juicio, “el ordenamiento nos está dejando ver las principales distorsiones presentes en la economía. Y lo que nos queda es resolverlas”.
Atajar la impunidad
Ante la ausencia de un mercado legal de divisas, prolifera la venta ilícita, a precios abusivos.
Los mecanismos de control existentes para evitar el acaparamiento, la especulación, la venta de divisas y demás actitudes ilícitas son insuficientes, reconoce Bolaños Weiss. “El momento es de enfrentamiento y exigencia a las autoridades locales, encargadas directamente de ejercer esa batalla. Hay impunidad en algunos territorios. Las estructuras administrativas están obligadas a dar respuestas a la población cuando enfrenta estos procederes ilícitos para que siga confiando en la denuncia. Mientras la gente sienta que le están vendiendo a precios abusivos, no estaremos satisfechos”.
Según el informe valorativo del MFP, al cierre de abril, disminuyeron las acciones de control realizadas a los precios minoristas y mayoristas. Es evidente la tendencia a incrementar las inspecciones en entidades estatales, en detrimento del enfrentamiento a personas naturales que mantienen precios abusivos y especulativos. Solo en el 60 por ciento del total de acciones fueron detectadas violaciones.
La mitad de las provincias disminuyeron la imposición de multas en ambos sectores y la venta de productos agropecuarios ha sido la menos inspeccionada. “A pesar de los chequeos sistemáticos que se realizan centralmente por el MFP a esta actividad, las alertas oportunas, y fundamentalmente las quejas de la población, no se logra en los municipios y provincias una reacción al incremento en el enfrentamiento a los precios abusivos y especulativos, y los análisis se caracterizan por ser formales, situación que urge revertir”
Infografía: Rei
Madeja enredada
Cambiar modos de hacer, planificar sin reservas de eficiencia y velar por equilibrios macroeconómicos son algunos desafíos del Ministerio de Finanzas y Precios
Hay que poner un PARE enorme a la tendencia de solapar la ineficiencia empresarial detrás de los precios.
Pocos días habían transcurrido de implementación, cuando la Empresa Agroindustrial Ceballos, insignia dentro del sector agropecuario, comenzó a tambalearse. Cada tonelada de pulpa de frutas que exportaba generaba pérdidas considerables, contrario a todos los pronósticos de la Tarea Ordenamiento (TO), en los que las entidades exportadoras saldrían siempre mejor paradas en el nuevo escenario. En esta ocasión, se trabó el paraguas.
La titular del Ministerio de Finanzas y Precios advierte: “En Ceballos se dieron varias cosas que se han ido corrigiendo, como la disminución en los precios de acopio al productor agropecuario en algunas frutas esenciales para esa industria. Pero lo principal de esta, y cualquier otra empresa, es buscar mayor eficiencia dentro de sus procesos productivos. Eliminar gastos superfluos.
“Los principales cambios hay que hacerlos en la mentalidad de los empresarios, buscar más innovación y creatividad. Como ha insistido el primer secretario del Partido, salir de la actual crisis, llevar a término la TO y desarrollarnos, depende de nuestros propios esfuerzos”.
Al cierre de marzo, aproximadamente medio millar de empresas cayó en pérdidas, con algo más de dos mil millones de pesos, concentradas en el sector del transporte fundamentalmente. En el reverso de la moneda, las que han tenido éxito, generaron utilidades por más de 41 mil millones de pesos. “De manera eficaz han utilizado las medidas aprobadas para el perfeccionamiento de la empresa estatal y la estrategia económico social trazada para enfrentar la crisis mundial asociada a la pandemia. Los distintos actores económicos están y deben seguir encadenándose y articulando con integralidad”.
Rompiendo límites
Las ventas en moneda libremente convertible son una ventana de salida a la crisis económica que azota a la Isla antillana.
Una de las medidas de mayor furor dentro del universo empresarial es la de eliminar el límite para la distribución de utilidades a los trabajadores. Sin embargo, al establecer la Resolución 124 de 2021, del MFP, una cuantía máxima trimestral de hasta 30 por ciento, se suscitan polémicas y confusiones.
“Cuando hablamos de romper los límites del salario significa poder distribuir tanto dinero como utilidades se generen, después de cumplir las obligaciones tributarias con el Estado. Esta es una regulación más flexible. Antes los trabajadores tenían que esperar al cierre contable anual de la entidad para hacer la distribución entre los meses de febrero y marzo del año entrante. Eso cambió.
“La resolución permite pagar por adelantado esos montos, en las cantidades que aprueben los consejos de dirección. No puede ser por encima del 30 por ciento porque se correría el riesgo de anticipar una utilidad que luego no se pueda generar, por ejemplo, si caen los precios en el mercado externo. Al cerrar el año fiscal, si no hay contratiempos, puede distribuirse el restante 70 por ciento.
“Ahora bien, sucede que algunas empresas elaboran planes fáciles y ya al cierre del primer trimestre tienen cumplida la utilidad del año. Así no puede ser, resulta inconsistente. Eso lleva un análisis empresarial y la depuración de responsabilidades. El sistema empresarial está llamado a realizar planes rigurosos -y cumplibles-, que estimulen la eficiencia”.
Bolaños Weiss insiste en la necesidad de hacer correctos análisis de costos para establecer precios competitivos tanto en el mercado externo como en el interno. Recuerda, además, que en la Resolución 124 fue aprobada la creación de reservas voluntarias para diferentes destinos como incrementar el capital de trabajo, desarrollo e investigaciones, la capacitación; la adquisición, reparación y construcción de viviendas; la estimulación a colectivos y trabajadores, entre otras.
A la par, se flexibilizó la gestión de la moneda libremente convertible. Las empresas pueden venderle a la Zona Especial de Desarrollo Mariel o emplear el mercado electrónico; encadenarse con las formas de gestión no estatal y salir competitivamente con un producto exportable. “La empresa estatal socialista es el principal resorte del desarrollo económico del país, sin demeritar a los otros actores. El sentido es inclusivo y todos pueden aportar”.
Retos
Los equilibrios macroeconómicos dependen en buena lid de la estabilidad en la microeconomía empresarial y familiar.
A propósito de las medidas que perfeccionan la gestión empresarial, esta publicación realizó en diciembre pasado una Mesa Redonda con directivos de diferentes sectores de la economía. Algunos de los invitados manifestaron cierto recelo con la facultad para descentralizar los precios, en tanto debían hacer excesivas consultas, mediante trámites burocráticos.
“Algunos sectores, hicieron colapsar a sus clientes al aplicar incorrectamente la norma. El hecho de establecer un máximo para calcular los precios significa un elemento de contención a la inflación y nadie está autorizado a violarlo. Por otra parte, es insostenible que una entidad tenga pérdidas y gaste en cosas superfluas que no tributen a favor de la reproducción propia, ni a minimizar los costos del proceso productivo o de servicios.
“Pero puedo asegurar que para establecer un precio descentralizado no hay que consultar al MFP. Si el cliente plantea discrepancias, después de muchas negociaciones, entonces sí se apela al ministerio para revisar técnicamente el asunto.
“El diseño de la TO implica una descentralización fuerte, importante, y con control de las facultades para la formación de precios. Como advertía anteriormente, en esto han salido distorsiones, altos costos de producciones importadas, aun teniendo la posibilidad de hacerlas en el país. Esa mentalidad importadora hay que desterrarla definitivamente.
“En el sector presupuestado también hay reservas para el ahorro. Cada cual debe cuidar su pedacito, pero hay que pensar y actuar como país. No es un slogan”.
Para la titular del MFP, la economía cubana tiene por delante muchos retos “en función de objetivos muy concretos que son la generación de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la población. En tal sentido, corresponde a los trabajadores de la administración financiera del Estado lograr la implementación de una política de precios ajustada a las condiciones actuales, que sea inclusiva y asegure la igualdad para los diversos actores económicos.
“Que el precio como categoría económico-financiera exprese con objetividad el valor de la producción de bienes y servicios, y coadyuve a obtener los equilibrios macroeconómicos. Esto unido a otras tareas de envergadura como la sostenibilidad fiscal, el mejoramiento en la ejecución y administración del presupuesto.
“Mientras mayores sean los déficits fiscales, crece el endeudamiento interno y puede convertirse en algo insostenible. Por eso hay que adoptar medidas de corrección para evitarlo. El Gobierno realiza los ajustes con integralidad, velando por no deteriorar el déficit fiscal aprobado hasta donde las condiciones lo permitan”.
Bolaños Weiss asegura que las medidas de ajustes adoptadas dentro de la TO han conllevado erogaciones presupuestarias adicionales. “Para eso el Estado previó una reserva de apoyo al sistema empresarial, con un importe de alrededor de 18 mil millones de pesos. Desde ahí han sido asumidas las correcciones a las tarifas de la electricidad, el agua, los medicamentos, incluso el financiamiento temporal a las empresas con pérdidas”.
En la agenda de esta reportera quedan otros temas por tratar, como los márgenes de ganancia permitidos a las empresas comercializadoras y a las productoras; los presupuestos destinados a las inversiones priorizadas o el impacto de las adecuaciones tributarias… Mas, el tiempo va de prisa y la ministra tiene muchos otros asuntos pendientes. Sobre su buró, un hermoso ramo de flores revela que, este 27 de mayo, es su cumpleaños.
¿Pondrán las gallinas huevos de oro?
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