Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 21 de agosto de 2022

El azúcar perdió el tren

 SINE DIE 2022 

TERCERA  SERIE   # 36 

 

AGOSTO 21 De 2022

Juan M Ferran Oliva


En junio 22 de 2021 SINE DIE[1] se refirió a la producción azucarera cubana con el título  De locomotora a vagón. Alegaba la conveniencia de lograr una zafra de 2.5 millones de toneladas. Con un consumo interno restringido  a unas 500.000 quedarían disponibles 2 millones para la exportación. El trabajo terminaba con la siguiente afirmación:

La industria azucarera cubana, antes locomotora de la economía, se convirtió en vagón, pero aún forma parte del tren.

Tal situación ha cambiado para mal.

Final del formulario

El Grupo Empresarial AzCuba se propuso un plan de  911.000 toneladas en la zafras 2021-2022. Los 35 centrales activos sólo lograron 470.000 toneladas,  más o menos la mitad de la meta. La cifra apenas cubre la demanda nacional y representa un consumo interno per cápita de  41 kg. Ya con anterioridad fue necesario importar azúcar ¿habrá que repetir? Quizás ahora no se cuente con divisas para ello. La producción de azúcar salió del tren de la economía.

La tendencia mundial debido a razones médicas y la competencia de otros edulcorantes ha reducido los per cápita de consumo. Ello implica menos caries y reducción de la obesidad. En países desarrollados se registran índices de alrededor de 30 kg por habitante. En tiempos azucareros la población cubana tenia un alto nivel de consumo del dulce producto. Rondaba los  60 kg por habitante, elevada ingesta inducida por la  relativa abundancia del producto que por entonces constituía la locomotora de la economía.

La prensa ha dado poca o ninguna divulgación a la concluida zafra, con la excepción de visitas locales  y exhortaciones. Pero han fallado los suministros y ello es causa de los pobres resultados.  Se trata de combustibles, herbicidas, fertilizantes, oxigeno, repuestos, materiales, etc., todos  comprometidos por la adversa situación económica.  La afectación clave  es la de la caña que no llegó en cantidades suficientes. Sus rendimientos fueron inferiores a las 30 toneladas por hectárea, indicador muy por debajo del promedio mundial de unas 65  tm/ha.

Entre los años 1981 y 2000, el país dedicó 1.268 millones de hectáreas al cultivo de la caña. De 2002 a 2010 se vieron reducidas a una tercera parte. Con anterioridad a esta hecatombe se obtenían rendimientos de 52 Tm/ha. En la tabla adjunta se comparan los resultados en distintas zonas cañeras mundiales.

Desde siempre los rendimientos agrícolas cañeros cubanos han sido inferiores al promedio mundial de los grandes productores. Como elemento positivo se cuenta el contenido de sacarosa de la caña, uno de los más elevados del mundo, pero vulnerable a las demoras entre el corte y la molida. 

Los rendimientos agrícolas cubanos decayeron desde las pobres 45.5 Tm/Ha. anteriores, a las paupérrimas 32.4 Tm/Ha obtenidas de 2002 a 2010 y el ínfimo resultado actual. Este indicador  refleja el aprovechamiento del recurso tierra. Pero no es el único a considerar. En definitiva se producen costos de producción en los que juegan un papel determinante los rendimientos cañeros. Influyen también fenómenos exógenos como la lluvia, la calidad de los suelos y la temperatura. Los hay también institucionales como el modelo de dirección y la programación del corte.

Se insiste en la perpetuación  de un sector estatal que supuestamente afirma la condición socialista del país. La realidad muestra lo contrario.  La condición que asumen casi todos los países que directa o implícitamente siguen dicha corriente no se basa en la propiedad sino en la soberanía política, en colocar al ser humano como objetivo y en no utilizar al mercado como fin sino como herramienta. Y, en general, oponerse al neoliberalismo.

Los resultados obtenidos inscriben a la menguada  industria azucarera  como simple aportadora al sector alimentario del país. Y nada más. Es algo que duele a la historia.

Es hora de abandonar el sofisma de que la propiedad estatal es sinónimo de socialismo.  Quizás sea conveniente adoptar una liberalización semejante a la  recientemente otorgada al comercio mayorista y minorista y abrir las puertas a la inversión extranjera para los centrales y sus tierras cañeras.  La propiedad no implica socialismo.

Fin



[1] SINE DIE núm. 35 de la segunda serie

[2] Datos tomados de FAO, ONEI y otras fuentes. Corresponden aproximadamente al entorno del año 2015.

1 comentario:

  1. Además, de acuerdo a las cifras de la ONEI, los rendimientos cañeros del sector privado, siempre han sido sido superiores al estatal.

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