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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 1 de septiembre de 2020

Españoles en la Cuba republicana

SINE DIE 141
SD2
Juan F Ferran Oliva Agosto 27 de 2020


El llamado desastre colonial de 1898 no tuvo el efecto negativo previsto. Fue doloroso para la clase dirigente española y los chovinistas trasnochados. Resultaron beneficiados quienes suministraban la tropa[1]. Las clases humildes también, pero en otro sentido: ya no tuvieron que enviar sus hijos a pelear por el Rey en ultramar. Quedó como asignatura pendiente el Norte de África donde el caduco imperio jugó su última carta colonial.

Durante las tres primeras décadas del siglo XX tuvo lugar el mayor de los trasvases humanos de España hacia América[2]. Quienes llegaron a Cuba encontraron un país diferente. Estados Unidos lo retuvo hasta  1902, cuando le concedió una soberanía con limitaciones[3]. Sin embargo las condiciones sanitarias y sociales mejoraron y se realizaron importantes inversiones. La situación contrastaba con el pobre desempeño colonial español. Fueron incentivos para la inmigración.

Todo fue relativamente bien hasta que en 1921 se produjo un grave crac bancario y el capital norteamericano se apropió de capitales cubanos y españoles. Ya no era fácil deslindarlos debido a las sucesiones de padres hispanos a sus hijos nativos. Con posterioridad se produjo la gran crisis mundial. Cuba que hasta el 1928 proveía el 50% del azúcar consumido por Estados Unidos, en 1933 sólo le suministró la mitad. Se impuso en lo adelante el comprometedor sistema de cuotas.

 El desequilibrio universal puso fin a la  prosperidad disfrutada al socaire de la penetración norteamericana. Cesó la inmigración. El crecimiento demográfico se tornó vegetativo. Algunos españoles retornaron, otros habían echado raíces. La Guerra Civil española atrajo unos pocos, pero la legislación vigente entonces impidió las llegadas masivas.

En 1925  los españoles nativos en Cuba constituían el 10.6 % de la población total. Antes la proporción fue algo inferior. El número de habitantes  tiene un tope determinado por factores económicos y sociales[4]. Se estima que su techo, en las condiciones coloniales rondaría el millón y medio de habitantes. En la nueva situación tras la escamoteada independencia  se acercaría a los  6 millones. Actualmente parece andar por 11 millones y sin inmigración.

A mediados del siglo XX la cantidad de españoles nativos, algo envejecidos, aún era ostensible. En el comercio detallista de víveres abundaban los gallegos y asturianos. Los ferreteros mayoristas y minoristas eran vascos. Canarios los campesinos y muchos de ellos  tabaqueros. En general, españoles de diversas procedencias se dedicaban al comercio en todos sus niveles y actividades. No faltaban los industriales,  financieros y unos pocos profesionales. Algunas tabernas y establecimientos lúdicos recreaban los ambientes dejados atrás[5]. Abundaban las sociedades regionales. Son prueba de ello los ex palacios del Centro Gallego y del Centro Asturiano que engalanaban el centro de La Habana junto al capitolio. Continúan existiendo pero con otros cometidos y nombres. Cuando bebas agua, no olvides a quien abrió el manantial, reza un proverbio antiguo.

Pero la cifra de hispanos nativos continuaba descendiendo por falta de reemplazo. En 1960 representaban sólo el 1.8% de la población cubana total. En el año 2000  apenas llegaban al 0.4%. Actualmente la cifra tiende a cero.

En contraste unos 150.000 de sus descendientes nacidos en Cuba han reclamado la ciudadanía española. Si se amplía la posibilidad a nietos y biznietos, la cifra puede desbordar los 260.000. La motivación de muchos es facilitar su movimiento entre países, sobre todo a Estados Unidos.



Con el cese de la inmigración española se ralentizó la transportación  trasatlántica, por entonces exclusivamente marítima. Las embarcaciones dedicadas a tal servicio ya no transportaban una masa de aspirantes a indianos. Se limitaban al pasaje normal y a quienes podían realizar viajes de ida y vuelta al terruño.

Las generaciones que vivieron en la década de 1940 a 1950 deben recordar lo familiar que entonces resultaban los nombres de Magallanes y Marqués de Comillas. Se trata de dos vapores que cubrían la ruta con España. La aviación comercial aún balbuceaba.

Ambos tuvieron su botadura en 1928 y cubrieron durante muchos años la línea de Cuba. Eran gemelos[6]. Su velocidad era de 16 nudos (30 Km)  y cada uno desplazaba 14.000 Tm con una eslora (largo) de 145 m  Su capacidad de pasaje era de 150 en primera, 53 en segunda y unos 240 en tercera. Disponían además de más de 700 literas para emigrantes en los sollados. Transportaban también carga general. El precio de un pasaje en primera clase a La Habana desde España era de 1.500 pesetas; en segunda de 1.000 y en tercera de 700. Por lo general eran montos considerables para las personas de bajos ingresos.

Durante la Segunda Guerra Mundial ambos llevaban pintada una gran bandera rojigualda a babor y otra  a estribor para identificar su procedencia y guardarse del ataque de los submarinos alemanes… y quizás de otros.

Alrededor de 1947 sus nombres eran muy populares. Mantenían el contacto con la Península. Ya entonces había cesado el flujo de inmigrantes, pero quienes podían los utilizaban en sus viajes de recreo o de regreso a España. La ruta era vía Nueva York y los puertos de Lisboa, Cádiz, Coruña, Vigo, Gijón y Bilbao.

El Comillas sufrió un incendio en 1961 que lo destruyó por completo. Por entonces también había sido desguazado el Magallanes.

Por lo general todos los españoles eran calificados como gallegos. Los judíos como polacos, los árabes como moros, los asiáticos como chinos y los antillanos como jamaiquinos.

            Muchos cubanos destacados fueron descendientes directos de españoles[7]. Usualmente la población  los consideraba parte del paisaje étnico del país. Hoy son vistos como extranjeros. Pero hay otro cambio notable. Los que llegan en estos días son  empresarios o turistas. Nada tienen que ver con los inmigrantes de antaño.
Fin


[1] Uniformes, calzado, arreos, alimentos, armas, municiones, medicamentos, mantas, muebles ,servicios,  etc..
[2] Guanche, Jesús. Prólogo  a Fernando Ortiz y España a cien años de 1898. Fundación Fernando Ortiz. Ciudad de La Habana 1998. Pág. 8
[3] La más notoria fue la Enmienda Platt que establecía el derecho a la intervención militar en Cuba cuando el Establishment  lo considerase conveniente. No fue la única.
[4] Julián Alienes Urosa realizó estudios al respecto aplicando funciones matemáticas. Halló el potencial señalado y las cifras censales ratifican el estimado. Era el año 1950 cuando publicó estos resultados, siendo Jefe del Departamento de Estudios Económicos del Banco Nacional de Cuba. Alienes Urosa, Julián. Características fundamentales de la economía cubana. 1950  Ed. Banco Nacional de Cuba. Pág. 50 y 52
[5] Son ejemplo de ello, en La Habana, la Taberna San Román, La Panera, el Bar Galicia, el Centro Vasco, el Colmao, el Castillo de Farnés, El Baturro. El Chiqui Jai, el Frontón Jai Alai y otros. La mayoría desaparecidos. Incluso la Bodeguita del Medio y el Floridita fueron fundadas una familia de Lloret de Mar. En esta última destacó el famoso barman Constanti Ribalaigua. Junto con Hemingway consagró el Daiquiri. Uno de los socios fundadores se retiró en 1922 y creó en Barcelona el antológico Boada Coctail Bar.
[6] Fueron tres. pero el Juan Sebastián Elcano no participó de la ruta a Cuba
[7] Piénsese, simplemente, en Martí y en Fidel.


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