Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 30 de abril de 2020

Informe: política y pandemia en el Caribe


La llegada de la pandemia al Caribe ha mostrado tanto la rápida reacción de la Caricom como acentuado las debilidades políticas, sociales y económicas de varios países de la región


30 ABRIL, 2020

Caricom en tiempos de Covid-19

La Comunidad del Caribe (Caricom) ha estado muy activa en la emergencia sanitaria provocada por el brote de Covid-19.[1]

Durante el mes de febrero se llevó a cabo la reunión número 31 de los jefes de Gobierno de la Caricom en Barbados; para esa ocasión la emergencia sanitaria formaba parte de la agenda.[2] En términos generales, durante esa reunión, Mia Mottley -primera ministra de Barbados y presidenta del ente regional- dijo que los estados caribeños estaban poniéndose al día en cuanto a reunir las condiciones necesarias para enfrentar la emergencia sanitaria.

Tras la declaración del Covid-19 como pandemia, la Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA)[3] declaró el riesgo de infección del Caribe como muy alto.[4] En ese mismo mes, marzo, se registró el primer caso de Covid-19 en el Caribe.

Entre los esfuerzos de la CARPHA se encuentran: i) activó del Equipo de Gestión de Incidentes (IMT) para la coordinación de la preparación y respuesta regional; ii) puso a disposición el Laboratorio de Microbiología Médica a la realización de pruebas de Covid-19;[5] iii) emite informes de situación (SITREPS) a los estados miembros de la CARPHA y otras partes interesadas en la región; iv) desarrolló pautas para personas viajeras; v) estableció y difundió directrices sobre el transporte aéreo y marítimo; vi) elaboró y difundió comunicados de prensa y; vii) activó un grupo de seguridad para el seguimiento de pasajeros a China a través de la Agencia de Implementación de CARICOM para el Crimen y la Seguridad (IMPACS, por sus siglas en inglés).[6] Asimismo, resulta importante mencionar que los esfuerzos de la CARPHA datan desde enero, mes en el que inicia la búsqueda de los implementos sanitarios necesarios para la detención del Covid-19.

A inicios del mes de abril, la Caricom inició negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, emitió la carta a Kistalina Giorgieva y David Malpas (mandatarios del FMI y el BM, respectivamente) para solicitar apoyo económico en razón de la emergencia sanitaria; dichas negociaciones deberán llevarse a cabo bajo “condiciones favorables”. Esa carta, también, exhorta a ambas entidades a aliviar las deudas a través de una suspensión de pagos en vista de la crisis económica que trae aparejada la pandemia. Dicha crisis, en el caso de los estados caribeños, se suma a la temporada de huracanes.[7]

Mia Mottley convocó para el 15 de abril una cumbre especial para dirigir esfuerzos regionales hacia el combate a la pandemia. En ese sentido, el horizonte es la profundización de la integración para “ampliar el número de personas que se pueden sostener entre sí”.[8] Para ello, se intercambiarían experiencias sobre el impacto mortal del virus con el objetivo de generar un “protocolo común de salud pública y una política fronteriza común”.[9]

Los resultados de la cumbre especial no han sido revelados en su totalidad. Sin embargo, tras la reunión, la Caricom pidió el levantamiento de sanciones de Estados Unidos contra Cuba y Venezuela en el contexto de la pandemia. Además, el organismo implementó varias iniciativas para evitar la propagación del virus: bloqueo de fronteras, toques de queda y distanciamiento social.[10]

Para el 24 de abril, según el SITREPS publicado por CARPHA, existen 9.891 casos de Covid-19 en la región caribeña. De esos, 1.174 (el 72%) corresponden a los estados miembros de CARPHA y el riesgo continúa calificado como “muy alto”. Asimismo, del total de casos, el 35% corresponde a contagios comunitarios y/o locales, mientras que los casos importados corresponden al 39% y el 23% se encuentra aún en investigación.[11]

Covid-19 y democracia en el Caribe

República Dominicana

Las elecciones municipales estaban previstas para el 16 de febrero de 2020 pero, producto de múltiples problemas técnicos con el voto automatizado implementado parcialmente en 18 municipios -y las consecuentes manifestaciones espontáneas que denunciaban el supuesto fraude por parte del Partido de la Liberación Dominicana (oficialismo)-, las elecciones volvieron a celebrarse el 15 marzo. En aquella oportunidad, el segundo intento electoral coincidió con la crisis mundial por la propagación del Covid-19.

Luego de dos experiencias electorales poco legítimas, las primarias del 6 de octubre de 2019 y las fallidas municipales del 16 de febrero, los resultados le otorgaron la victoria a la oposición del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Al habitual temor de fraude se le sumó la desconfianza de la población en el órgano electoral y en el propio Gobierno. Además, comenzaron a circular en las redes sociales teorías que alegaban una nueva suspensión de elecciones. Frente a este escenario, los niveles de abstención se ubicaron entre 40 y 50%.

Luego de 6.135 casos positivos y 278 fallecidos[12], la emergencia sanitaria ha llevado a que la Junta Electoral decida posponer hasta el 5 de julio de 2020 las elecciones para presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

La campaña no sólo ha sido trastocada por las medidas de reclusión, sino que los candidatos de los partidos mayoritarios, Gonzalo Castillo (PLD) y Luis Abinader (PRM), compiten en torno a cuál de ellos resulta el más productivo donante de equipos, insumos y alimentos dirigidos a combatir la pandemia, convirtiendo las medidas básicas de salud en un acto de campaña en el país con más afectados del Caribe.

Haití

Haití atraviesa la pandemia en una situación de grave crisis política, social y económica, luego de un proceso de fuertes movilizaciones contra el Gobierno de Jovenel Moïse (Tèt Kale) en mayo de 2019. La tónica de su gestión son la falta de legitimidad, su estilo autoritario y el hecho de que no contemple la legalidad constitucional (gobierna sin Congreso desde enero, ya que no se pudieron celebrar las elecciones legislativas), y el reciente nombramiento de su quinto primer ministro[13].

Moïse, asumió la Presidencia luego de un caótico proceso electoral que duró casi dos años y con una participación del 20% del electorado, y ha utilizado la pandemia como una forma desmovilizar –sin éxito- las protestas. Aunque sus medidas son muy similares a las de los países desarrollados, no tiene en cuenta las especificidades de la realidad social haitiana, donde la economía urbana concentra el 92% de las actividades en el sector informal, el 60% de la población se encuentra en la pobreza y no sólo no cuenta con equipos de protección sanitarios sino de otros aún más básicos, como alimentos o el agua potable. Según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA), la crisis del Covid-19 ha agravado la previa emergencia alimentaria. A pesar de que el presidente declaró el estado de emergencia alimentaria, los precios de algunos productos de la canasta básica han subido en el mercado nacional, producto del cierre de puertos y aeropuertos y la depreciación del gourde[14].

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística de Haití, el país tiene sólo 911 médicos y 130 camas para cuidados intensivos. Esta situación lleva a prever que la pandemia podría convertirse en una nueva catástrofe humanitaria[15] aún más cuando, del otro lado de la frontera, República Dominicana es el país que registra el mayor número de casos en la región[16]. De acuerdo a los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sólo el 31 % de la población tiene acceso a atención médica en el país.

Por último, tal como ya había ocurrido en el mes de febrero, volvieron a registrarse manifestaciones de las fuerzas de seguridad en reclamo de mejoras salariales y bonos económicos durante la pandemia. A esto se le agregan las protestas populares ante el principal temor: la hambruna[17].

Guyana

Las elecciones generales de Guyana para elegir gobernantes por los próximos 5 años, una nueva Asamblea Nacional compuesta por 65 miembros y cuyo líder se convertirá en presidente del país, se llevaron a cabo el pasado lunes 2 de marzo y aún no hay resultados.

Las elecciones se inscribieron en un contexto de crisis política y electoral iniciada en diciembre de 2018, cuando el actual presidente, David Granger, líder de la Coalición de los partidos Asociación para la Unidad Nacional (APNU) y Alianza para el Cambio (AFC), perdiera una moción de censura por un margen de 33 votos a favor y 32 votos en contra. El desenlace se produjo luego de que un parlamentario propio, Charrandas Persaud (AFC), votó junto con la oposición sin respetar la disciplina partidaria. Desde el voto de censura, Guyana entró en un bloqueo político en el que se debían convocar elecciones antes del 18 de septiembre de 2019, sin embargo, esto se dilató hasta que el Tribunal de Justicia del Caribe (TJC) falló en favor de repetir los comicios.

De acuerdo a los datos del Centro para la Estrategia y los Estudios Internacionales (CSIS)[18], en 2020, el PIB de Guyana crecerá un 86% gracias a la actividad petrolera. La producción en los campos petroleros en alta mar, que se estima que contienen al menos ocho mil millones de barriles, comenzó el año pasado. Según las estimaciones del FMI, el crecimiento guayanés sería el mayor en todo el mundo. La producción de petróleo es actualmente de alrededor de 52.000 barriles por día, pero se espera que crezca a 750.000 para 2025.

En medio de la tensión social, producto del brote de Covid19[19], las denuncias de la contratación de lobistas norteamericanos[20] y la caída del precio internacional del petróleo, solo la Caricom ha llamado al conteo de cada uno de los votos y el respeto a la voluntad popular. Además, ha realizado llamados a la protección de la vida de los y las guyanesas, y se propone como mediador en el conflicto[21].

Cuba, la excepción

Al 26 de abril, en Cuba existen 1.389 casos confirmados de Covid-19, 3.546 personas ingresadas, 56 personas fallecidas y 525 personas recuperadas.[22]

En términos generales, las medidas implementadas por el Gobierno cubano son muy similares al resto del mundo: cierre de fronteras -a partir del 23 de marzo-, distanciamiento social, cancelación de eventos masivos, limitar el trabajo de restaurantes a envío de comida a domicilio, además de la suspensión del pago de servicios como el agua, electricidad y gas (salvo que se puedan realizar vía internet).

La importante experiencia cubana en materia de salud ha quedado más que expuesta mediáticamente. Para el 21 de marzo, Cuba había enviado profesionales de salud a 37 países distintos, entre los cuales se encuentran gobiernos reacios al reconocimiento político de Cuba y a la lucha contra el bloqueo estadounidense. Históricamente, alrededor de 400.000 médicos (as) han trabajado en el extranjero, principalmente en países pobres.

De acuerdo a los principios de la Revolución Cubana, el Gobierno permitió la entrada de un crucero de más de 600 pasajeros, entre los que se encontraban infectados por el Covid-19, que había quedado a la deriva tras el rechazo de Estados Unidos y países vecinos. Cuba atendió a las personas enfermas y ayudó a trasladarles a sus casas.

Además, a lo interno Cuba ha priorizado la prevención sobre la cura. Dispuso a personal de atención médica a realizar control de salud puerta a puerta: realizan pruebas, dan seguimiento de contactos y establece un registro de aquellas personas infectadas y que tienen otras afectaciones en su salud que puedan requerir diferentes tratamientos. Esta atención es posible debido a la fortaleza de la atención primaria a nivel local.

El Gobierno estableció una campaña de educación pública y actualizaciones diarias a través de una nueva aplicación covid-19-InfoCu en Infomed (plataforma de internet de salud pública).[23]

A estos esfuerzos se suma la investigación, la experiencia cubana en biotecnología data décadas tras la creación del Frente Biológico. Actualmente, el 70% de los medicamentos que se utilizan en Cuba se producen internamente. Las investigaciones en Cuba para el tratamiento del Covid-19 van desde Interferón Alfa 2B (un antiviral cubano producido en China desde 2003 por la empresa mixta chino-cubana ChangHeber) hasta el desarrollo del antirretroviral Kaletra por parte de la empresa Laboratorios MedSol, un medicamento que ha mostrado su efectividad a nivel mundial en la cura de casos de Covid-19.[24] Además, en la provincia de Holguín se está trabajando en un plasma hiperinmune que se extrae de pacientes recuperados del Covid-19.[25]

Citas

[1]La Comunidad del Caribe (Caricom) está conformada por: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Monserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago. Además, los siguientes Estados son miembros asociados: Anguila, Bermudas, Islas Caimán, Islas Turcas y Caicos e Islas Vírgenes Británicas.


[3]La Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA) fue creada por el Caricom con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de Salud (OMS) en 2013. Esta agencia une las operaciones de cinco instituciones de salud regionales: Centro de Eplidemología del Caribe (CAREC), Instituto de Alimentación y Nutrición del Caribe (CFNI), Consejo para la Investigación en Salud del Caribe (CHRC), Instituto de Salud Ambiental del Caribe (CEHI) y el Laboratorio Regional de Pruebas de Medicamentos del Caribe (CRDTL). Su se sede está en Puerto España en Trinidad y Tobago. CARPHA alberga más Estados (24) que el propio Caricom: https://www.carpha.org/Who-We-Are/Member-States

























Licenciada en Sociología (UBA) (Argentina)


Licenciada en Relaciones Internacionales con énfasis en Política Exterior y Diplomacia por la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA). (Costa Rica)

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