Desde el pasado mes de marzo y hasta agosto, la Isla está inmersa en la campaña de siembra de primavera. El buen aprovechamiento de la tierra en esta etapa se torna imprescindible para el cumplimiento de los volúmenes per cápitas mensuales de viandas, estipuladas en el programa de autoabastecimiento municipal.
De acuerdo con Carlos Martell Hernández, subdirector de la Dirección de Agricultura del Minag, este año la sequía ha hecho mella en varios cultivos, fundamentalmente porque muchos de ellos se planifican en áreas que no cuentan con sistema de riego, por lo que se trabaja con mayor ahínco en la preparación de las parcelas. «Con la llegada de los primeros aguaceros, la campaña adoptará un ritmo más acelerado, ya que actualmente hay grandes extensiones de tierra surcada», dijo.
Martell Hernández destacó que para la campaña de primavera se dio prioridad a la siembra de 868,5 hectáreas (ha) de frijol caupí, con el objetivo de obtener semillas.
Esta acción –dijo– responde a las intenciones del Ministerio de sembrar 15 000 ha de esa leguminosa a partir de junio, en un esfuerzo por recuperar las pérdidas en la producción de frijoles que sufrió el país el pasado año.
Además, refirió que otra tarea de impacto que ejecuta la nación, dentro de la campaña de primavera, es la siembra de 80 000 ha de maíz para el consumo animal, de las cuales, ya están en el surco unas 11 783 ha.
Ante la extendida y pronunciada sequía que vive Cuba, el Minag concentra parte de sus fuerzas en la preparación de tierras para la siembra de cultivos varios. En estos momentos, de acuerdo con la fuente, se encuentran en roturación –tierras aradas una vez– cerca de 35 000 ha, en preparación, con labores de alistamiento agregadas, se encuentran otras 35 000, y ya están listas para sembrar más de 24 000 ha.
Por más viandas en el surco y en las mesas cubanas
Como aporte al programa de autoabastecimiento municipal, se impulsan los sistemas locales de producción de alimentos, a fin de lograr que, a nivel territorial, se puedan integrar la producción y la comercialización de productos del agro de manera que permitan satisfacer las necesidades propias de abastecimiento, y se haga con calidad.
Desde el surco se pretende, entonces, asegurar los volúmenes necesarios de los cuatro productos fundamentales: la yuca, el plátano, el boniato y la malanga.
Sobre la situación actual del plátano, Martell Hernández puntualizó que para lograr las 13,42 ha por cada mil habitantes, se necesitan tener en físico 150 593 ha, de las cuales hoy se mantienen produciendo 93 282. «En la campaña (de primavera) planificamos sembrar 34 642 ha; si a esta cifra le sumamos los volúmenes físicos que tenemos, llegamos a 127 924 este año, para un cumplimiento aproximado del 85 %», concluyó.
En el caso de la yuca –dijo–, hoy tenemos 54 000 ha, que representan un 36% de la demanda correspondiente al programa de autoabastecimiento municipal (150 593 ha), y tenemos planificado sembrar otras 50 200 ha del tubérculo en el año. «Al terminar la campaña se llegaría a un 70 % de lo requerido para cumplimentar la cuota del programa», refirió.
«Con el boniato no hay problema. Para las 1,2 ha de boniato por cada mil habitantes estipuladas, se nos piden 13 489 ha en total, y nosotros contamos actualmente con 13 600 ha, además de una planificación de siembra de otras 27 000 ha. Lo que ocurre con este producto es que se recoge cada cuatro o cinco meses, por lo que hay que cosechar y sembrar al mismo tiempo. Con la siembra que tenemos en planes mantendríamos la cantidad establecida de hectáreas», afirmó.
Otro de los tubérculos priorizados por el sector agrícola del país es la malanga. Este producto, de acuerdo con Martell Hernández, es uno de los que más dificultades presenta en la actual campaña de primavera, ya que de las 22 489 ha que se precisan, existen solamente 7 367, para un 33 % del total. Incluso con la planificación de las 9 152 ha a sembrar en este ciclo, precisó que la cifra se aleja de las 2 ha por cada mil habitantes, que requiere el programa.
De acuerdo con el directivo, siguen priorizando la siembra de productos de ciclo corto, e insisten en extender la práctica de cultivos intercalados en la producción agrícola del país.
Hasta la fecha se han sembrado las cantidades siguientes de viandas y hortalizas a nivel nacional:
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