Ricardo Torres Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos, American University, Washington D.C.
Situación económica y sistema productivo |
Inserción internacional |
•
La recuperación económica se ha estancado. •
Tanto la
producción agropecuaria como la manufactura exhiben muy pobres desempeños. El aprovechamiento de la
capacidad industrial es de solo el 35 por ciento. •
Las inversiones mantienen su expansión, aunque muy concentradas la
construcción de hoteles, en medio
de un turismo internacional que no remonta. |
•
El comercio exterior de bienes, y las
importaciones totales sostuvieron nuevas caídas de dos dígitos
en el primer semestre, lo que sugiere que se ampliará el déficit externo. •
El turismo internacional mantiene una lenta
recuperación que se estima
que alcance solo el 55 por ciento de los niveles de 2019 a fines de 2023. |
Política fiscal |
Política monetaria |
•
Se pronostica un déficit de 11%-13% en
2023, alto y fuera de una senda
de sostenibilidad de las cuentas fiscales. • Se mantiene la monetización como fuente de financiamiento del déficit fiscal. |
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Aunque aún alta, la inflación se desacelera en el segundo semestre de 2023. •
Se pronostica una inflación anual de 26-29
por ciento. |
Perspectivas económicas |
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No se espera una mejoría de la situación económica en lo inmediato, salvo una modificación positiva brusca del entorno
externo, lo que resulta
improbable. |
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A corto plazo, una aceleración
de la recuperación económica depende
medidas de estructurales y de estabilización que no se están
acometiendo. |
Diagnóstico Económico
Situación económica y sistema
productivo
No existen datos completos para describir la
situación económica global de la Isla, pero las cifras disponibles y las tendencias principales que emergen de su
contrastación permiten afirmar que el desempeño económico en 2023
queda por debajo de las previsiones de las autoridades, que solo esperaban
un incremento del PIB de alrededor de 2 por ciento. Ello se basaba en
estimaciones sobre el dinamismo de los sectores
fundamentales que no se ha cumplido hasta septiembre u octubre.
En ese
sentido, conviene replantearse si la
economía se mantiene todavía en una senda de
recuperación sostenida. Lo que sí es claro es que la
recuperación se ha estancado, y se aprecian enormes
diferencias entre sectores. Por ejemplo, el turismo internacional sí crece, al
igual que las inversiones totales,
pero la agricultura y la manufactura mantienen su retroceso.
La producción de productos agropecuarios esenciales muestra una caída de casi el 80% respecto
a 2019 en productos tales como arroz, frijoles y carne de cerdo, componentes claves en la dieta diaria de los ciudadanos. En el caso del huevo la reducción
es del 50 por ciento. En gran medida, esto refleja la profundidad de la
crisis, el colapso del modelo agrícola y la escasez de insumos importados. La fabricación de azúcar de caña reportó la menos zafra en más de un siglo, sin llegar a las 400 mil toneladas (Cuba llegó a producir más de 8 millones
a fines de los 80s).
La manufactura en general continúa el retroceso,
afectada por la situación energética, la escasez de piezas de repuestos e insumos, y los bajos niveles de
inversión. Según las propias autoridades, se estima que las capacidades
se aprovechan solamente en un 35 por ciento. La insuficiente oferta de energía es un factor transversal que afecta tanto la producción
como la calidad de vida de las familias. Una parte del problema radica en los bajos niveles de importación, ante
los problemas financieros externos.
Los
envíos de Venezuela han fluctuado, pero el gobierno cubano reconoció en
septiembre que la escasez de combustible es
un problema mayor que en 2022. Hasta abril el promedio de
importaciones desde Venezuela fue
de 50 mil bdp, desde unos 80 mil en 2020. No obstante, ha habido una pequeña compensación a partir de
un incremento en la extracción de gas natural. La planta operada por la canadiense Sherritt ha
aumentado la generación eléctrica un 27 por ciento hasta septiembre. Además es responsable de la fabricación de la mayor
parte del níquel cubano, reporta reducciones de 6 y
12 por ciento respectivamente para el níquel y el cobalto, durante
los primeros nueve meses de 2023.
El volumen de inversiones mantiene el dinamismo que exhibe desde 2015 al expandirse un 27 por ciento, y que se sostenido incluso durante la aguda crisis económica actual, en contraste con periodos anteriores cuando exhibió un comportamiento procíclico. Eso sí, su estructura contiene los mismos desbalances que la han caracterizado en períodos recientes. Por un lado, el 60 por ciento de estas se concentran en la capital de la Isla, La Habana, que solo alberga hasta una cuarta parte de la población. Mientras que, a nivel sectorial, la tercera parte se destina únicamente al complejo hotelero. Esto es un país apenas recibe la mitad de los visitantes de 2019, y que exhibe niveles de ocupación que determina niveles de rentabilidad notablemente bajos, incluso negativos. En contraposición, a pesar de que se ha reconocido que el déficit de mantenimiento y la falta de inversión son uno de los problemas que afectan al sector energético, este solo recibió un 10 por ciento (incluye agua y gas) de las inversiones en el mismo período. Insuficientes recursos también se dirigen hacia la agricultura o la industria. Una estrategia de recuperación tendría que atender la escasez de recursos, pero también su asignación en las condiciones actuales.
Inserción internacional
Cuba experimenta presiones
financieras externas incrementadas, por lo menos desde 2019, y esos problemas solo se han incrementado a lo largo de estos seis años. Nada
sugiere que esa situación ha mejorado
durante 2023, sino que, a juzgar por los escasos números disponibles, el
contexto es incluso peor. Según estimaciones de la
CEPAL, tanto las exportaciones de bienes (-10.7 por ciento), como las importaciones (-30.8 por ciento) mantuvieron desempeños muy negativos. Para
una economía tan pequeña y abierta como la
cubana, la contracción de las compras
externas tiene un efecto amplificado en
el resto de la economía, tanto en la producción como en el consumo, y en la
estabilidad de los precios internos. Estos números, en sí mismo,
desalentadores, se alcanzan sobre niveles que ya eran muy deprimidos, lo que denota la gravedad
de la situación actual.
En el caso del turismo, el
número de visitantes aumenta un 65 por ciento hasta octubre, pero eso solo representa el 55 por ciento de los
niveles de 2019. En los primeros nueve meses del
año, otros indicadores muestran
mejores resultados como los ingresos (se multiplican por seis), las
pernoctaciones (+80%), y la tasa de
ocupación (llega a un 25 por ciento), pero que se mantienen alejados de los
máximos históricos. Más preocupante aun es que el arribo de visitantes se ha desacelerado en la segunda
mitad del año. A pesar de
ello, algunas cadenas hoteleras internacionales siguen apostando por Cuba, como Meliá Hoteles y Blue Diamonds.
Canadá representa casi el 38 por ciento de los turistas, y América del Norte suma más de la mitad, aunque Rusia está creciendo
rápidamente en 2023 luego del progresivo restablecimiento de los vuelos.
No obstante, queda mucho terreno por cubrir en Europa Occidental y América Latina,
donde el destino
Cuba pierde espacios
respecto a otros competidores en el Caribe.
Ya se había mencionado que
los volúmenes de producción de níquel y cobalto han mostrado ligeras reducciones hasta septiembre, a
lo que se añade que las cotizaciones tampoco han mejorado, siendo el cobalto muy afectado por una caída de más del 50 por ciento.
No obstante, tanto los
planes de ampliación de la producción (en alrededor del 20 por ciento de la
capacidad máxima) como las
perspectivas de la demanda derivadas del mercado de baterías para vehículos
eléctricos suponen un colchón para
sostener precios en el mediano
y largo plazos.
En noviembre se celebró la Feria Internacional de La Habana, una bolsa comercial de asomo al mercado cubano para las empresas extranjeras. A pesar de las autoridades han mantenido que el capital foráneo es parte esencial de la estrategia económica, en 2023 se concretaron 30 acuerdos con inversores, y se acumulan unas 335 empresas con capital extranjero. Pero a pesar de las declaraciones, los niveles de inversión que efectivamente llegan están muy por debajo de las aspiraciones y las necesidades. A pesar de iniciativas como la Zona Especial de Desarrollo en Mariel, en 11 años solo ha logrado comprometer unos 3 500 millones de dólares, de los que se ha invertido una cifra muy inferior, con un efecto reducido en creación de empleo, producción y exportaciones. Por ejemplo, en 2020, la Terminal de Contenedores de la Zona solo se aprovechaba al 39 por ciento, y un problema clave era que los barcos partían con muy poca mercancía cubana. Tampoco ha mejorado la situación de la deuda externa, cuyos niveles han aumentado sostenidamente desde que se restructuraron los montos con varios países miembros del Club de Paris en 2015.
Política fiscal
La reducción del déficit continúa en el
centro del debate fiscal actual. Prevemos que el déficit se mantendrá alto en 2023, en
el entorno de 11-13 por ciento del PIB, un resultado que se separaría del objetivo marcado por el gobierno de irlo reduciendo
progresivamente en el tiempo.
El diseño de la estrategia gubernamental para abordar el problema presupuestario se basa más en la generación de ingresos que en la disminución de gastos. La propuesta, aun en niveles
bajos de implementación, sería incrementar la recaudación por cuatro canales
fundamentales.1 Primero, a través de la recuperación de la economía, segundo,
mediante la disminución
de la evasión tributaria, fundamentalmente de empresas privadas;
tercero, a través del incremento de la contribución de las empresas
estatales al presupuesto, y por último,
a partir de aumentar
el precio regulado de ciertos bienes y servicios de amplio consumo.
El primer canal es -en los hechos- un canal cerrado. El crecimiento económico en 2023 se prevé bajo entre otras causas por la inexistente
implementación de políticas estructurales a lo largo del año. El segundo canal podría generar ingresos adicionales, pero difícilmente lo
suficiente como para reducir el déficit de forma significativa en el corto
plazo. El tercer y cuarto canal son fuentes seguras pero controvertidas
por sus consecuencias redistributivas. Estimamos que el tercer canal podría
significarle al presupuesto unos
ingresos adicionales de aproximadamente 5000 millones de pesos (7 por ciento
del saldo deficitario aprobado por la Ley a inicios del
año). Sin embargo, incrementar la contribución de empresas
estatales implicaría -entre otros- distribuir menos utilidades entre
trabajadores, una importante fuente de remuneración laboral que se ha
convertido en esencial para muchas familias, más en un contexto
inflacionario como el actual. El último canal es igual de controvertido porque
de forma similar al anterior
incide negativamente sobre los salarios
reales.
La
reducción de gastos presupuestarios está limitada por la aceleración de la
inflación a lo largo del año.2 La
severa restricción de la oferta estatal, y la creciente interacción entre el
sector público (hospitales, escuelas, administración, etc.) y las
empresas privadas -que toma lugar a mayores precios debido a la inflación interanual-; tensiona el presupuesto planificado forzando una ejecución mayor que la aprobada, o al reajuste de partidas a
lo interno del presupuesto (por ejemplo, de aquellas relacionadas con las transferencias de capital).
Por último, a pesar de que la Ley del Presupuesto indica que el déficit se financiará con deuda pública al 2.5 por ciento, la evidencia sugiere que en la práctica su financiamiento lo monetizará el Banco Central.3 Entre otros motivos, el diferencial entre el rendimiento de los bonos y las tasas activas y pasivas del sector financiero ha hecho inviable la compra de deuda pública por parte de la banca comercial. La monetización del déficit ha sido una de las causas del actual proceso de inflación desde 2017.
Política monetaria
La inflación se desacelera
durante el segundo semestre de 2023. En su última lectura, octubre de 2023, la Oficina de Estadísticas reportó una variación interanual
del IPC de 34.1 por ciento (ONEI, 2023), un valor alto en términos absolutos, sin embargo, el registro más bajo en
lo que va de año. Desde julio de 2023, la inflación mensual ha exhibido valores inferiores a 2 por ciento,
valores no observados desde abril
de 2022. Pronosticamos que –bajo un buen escenario- la inflación anual a diciembre
de 2023 será de 26 por ciento; o de 29 por ciento bajo un mal escenario.4 Aún bajo este último, la
inflación interanual estaría 10 puntos porcentuales por debajo del
registro de 2022. Insistimos, es un valor aún alto; pero en una dinámica decreciente.
El enlentecimiento de la
inflación ha abierto un debate sobre sus causas y, consecuentemente, a varias hipótesis.5 Una posibilidad es que este comportamiento sea el reflejo
de la caída de la inflación internacional. La economía
cubana es una economía
abierta que depende
altamente de las importaciones de bienes de consumo
intermedios y finales. Es probable que este canal explique en gran parte el porqué de la desaceleración. Evidencia a favor de esta hipótesis
está en el hecho de que la segunda ola inflacionaria (post Ordenamiento
Monetario) inicia en Cuba en marzo-abril de 2022, justo después del inicio de la invasión
rusa a Ucrania.
Una segunda hipótesis es que la desaceleración de la inflación sea de naturaleza transitoria, y que en los próximos meses se entre en un
nuevo proceso expansivo. Esta
es una hipótesis no descartable porque –tal y como hemos
mencionado en reportes CESLA previos– el proceso inflacionario cubano
actual es de naturaleza multifactorial. Hay fuentes de inflación aún activas que podrían alentar
un nuevo ciclo, por ejemplo, el deficiente
manejo en términos fiscales y monetarios que es causa del incremento sostenido de la liquidez en el tiempo
y, por lo tanto, de inflación. Hasta el momento
no ha habido cambios
en los fundamentos macroeconómicos internos que lleven a pensar que la
inflación se mantendrá a la baja (por ejemplo,
reducción del déficit fiscal). Evidencia
a favor de esta hipótesis
es que a pesar de estar desacelerándose, la inflación en Cuba es considerablemente mayor que la inflación internacional y no converge
a ésta última a la misma velocidad.
Una tercera hipótesis es
que existan factores internos que estén ayudando a la estabilización, por ejemplo, más competencia privada en el
comercio minorista y mayorista, o mejoras en la entrada de divisas vía turismo y/o remesas que incidan positivamente
sobre la oferta agregada de bienes. Aunque este factor puede jugar a favor de desacelerar la
inflación, la duda que genera es cuánto realmente importan sobre el efecto total, porque como se
explica en la sección I del presente reporte, la recuperación de la economía sigue siendo débil en 2023, con énfasis en el sector estatal.
La cuarta y última hipótesis tiene que ver con el agotamiento de los efectos del Ordenamiento Monetario de 2021 y el posible arribo a un nuevo estado estacionario. La idea con esta hipótesis es que los fuertes desequilibrios generados por el Ordenamiento se ajustaron (ya por completo) a un mayor valor nominal del tipo de cambio informal, mayores precios, pérdida del poder de compra del salario y pensiones (respecto 2021), etc; y por lo tanto la economía da inicio a una nueva etapa donde la futura dinámica de precios dependerá de los nuevos (des)equilibrios internos y externos.
Perspectivas económicas
Notas
1 A partir de la entrevista a Vladimir Regueiro, Ministro de Finanzas y Precios, el 10 de Noviembre de 2023; y otras fuentes oficiales consultadas.
2 La inflación debería aumentar la recaudación, sin embargo, en Cuba esta última no crece a la misma velocidad que lo que lo hacen los gastos presupuestarios porque los precios mayoristas y minoristas de empresas estatales -que representan la mayor parte de los ingresos del presupuesto- están altamente regulados y no se ajustan a los ritmos de la inflación. Por otra parte, los precios no regulados, fundamentalmente de las empresas privadas no solo representan una menor parte de la contribución total, sino que, además, están sujetos a mayor subdeclaración y evasión tributaria.
3 Ver Cruz, 2021, “Desafíos del sistema financiero cubano. Un análisis Institucional” Tesis, pp.74-75
4 En base a datos de Octubre de 2023.
5 No consideramos la hipótesis de que la dinámica actual sea resultado de errores de medición, porque a pesar de las justas críticas que puedan realizarse, la Oficina de Estadísticas no ha cambiado la metodología empleada para la medición del IPC.
Deben actualizar ....no habrá crecimiento del PIB, habrá una contracción entre 1 y 2 p.p.
ResponderEliminarQue contradicción, estos expertos fueron asesores de Murillo Par el ordenamiento monetario
ResponderEliminarTe consta eso?... y??
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