Por Oscar Ugarteche, OBELA 08/03/2022
La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto que el viejo orden mundial unipolar liderado por Estados Unidos ha muerto, y que se gesta uno nuevo. Kissinger dijo: "Con demasiada frecuencia la cuestión ucraniana se plantea como un enfrentamiento: si Ucrania se une al Este o al Oeste. Pero para que Ucrania sobreviva y prospere, no debe ser el puesto de avanzada de ninguno de los dos bandos contra el otro, sino que debe funcionar como un puente entre ellos". Hay tres formas de entender la guerra de Ucrania. Una es la recuperación de Ucrania por parte de Rusia tras treinta años de independencia, para evitar que la OTAN y Estados Unidos intervengan. La segunda, es una lucha por una mayor tajada del mercado energético europeo, repartida entre Rusia, Estados Unidos y Oriente Medio. La tercera es una redefinición del multilateralismo, de unipolar a bipolar.
Rusia tiene un socio fuerte en China, con una importante relación comercial y el principal mercado de exportación, una enorme frontera de 4.209,3 kilómetros y es miembro cofundador de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), una alianza política, económica y de seguridad de países asiáticos creada en 2001. La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) fue proclamada el 15 de junio de 2001 en Shanghai (China) por la República de Kazajstán, la República Popular China, la República Kirguisa, la Federación Rusa, la República de Tayikistán y la República de Uzbekistán. Incluye a India y Pakistán; cuatro países observadores -Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia- y seis países asociados al diálogo -Azerbaiyán, Armenia, Camboya, Nepal, Turquía y Sri Lanka-. Según la OCS, el Comité Ejecutivo de la Estructura Regional Antiterrorista (EAR) es el órgano permanente de la OCS con sede en Tashkent, la capital de Uzbekistán. Funciona según la Carta de la OCS, la Convención de Shanghai sobre la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo, y el Acuerdo entre los Estados miembros de la OCS sobre la Estructura Regional Antiterrorista. (http://eng.sectsco.org/docs/about/faq.html) Los países miembros de la OCS representan una parte de Oriente en el nuevo mundo bipolar multilateral liderado por China. Occidente podría definirse en parte como los países miembros de la OTAN liderados por EEUU. (https://www.nato.int/cps/en/natohq/nato_countries.htm).
Los países de Europa del Este han comenzado a integrarse en la OTAN y a adoptar una postura pro occidental y tienen fronteras con Rusia. Moscú se opone a esto, y la guerra de Ucrania es una reacción extrema. Anteriormente, un conflicto en Georgia en 2008 acabó con su deseo de ingresar en la OTAN en pocos días.
Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Ucrania, respaldada por Estados Unidos el 25 de febrero de 2022, para vetar la intervención rusa fracasó porque la Federación Rusa la rechazó. China, India y los Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron. Esencialmente, Oriente votó en contra de una resolución occidental liderada por Estados Unidos. El fracaso de la resolución puede entenderse desde el punto de vista Este-Oeste.
Otros componentes Este-Oeste son la Iniciativa del Cinturón y la Ruta con la ayuda del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, que financia proyectos de infraestructuras y sustituye a los recursos occidentales en este campo. El nuevo patrón comercial emergente con China como nuevo socio comercial principal de muchos países de América del Sur, África y Europa y su nuevo papel como proveedores de tecnología. China ocupa la presidencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU cuando los proyectos 5G de Huawei se venden en todo el mundo. Es mucho el resentimiento y el desprestigio de los Estados Unidos por haber perdido el juego de la tecnología 5G al no llegar las empresas estadounidenses al mercado a tiempo en 2018 para competir. Mientras China a través de los proyectos de Huawei vende la tecnología 5G en todo el mundo, EEUU reacciona e intenta bloquear su uso sin el apoyo de la UIT. América Latina es el espacio que está en juego, y EEUU no está ganando la partida.
Ya en 2020, EE.UU. quería retirarse de la OTAN y hacer valer una política mundial unilateral. (Ver Negrete, “¿Multilateralismo post-pandémico? o Estados Unidos solo", OBELA, 17 de septiembre de 2020) El entonces presidente de EEUU ignoró las instituciones multilaterales económicas y financieras hechas para apoyar la Pax Americana y saboteó la OMC. Retiró a EE.UU. de la OMS, 2020, de la UNESCO, 2018, del Acuerdo de París, 2020 y de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, 2018, para luego regresar en algunos casos. EE.UU. es la principal fuente de financiación de la ONU y no paga sus cuotas a tiempo, y es sustituido cada vez más por China, con una contribución menor pero pagada puntualmente. EE.UU. quiere ir por la libre sin Política Exterior de Estado, y deja el futuro de Ucrania incierto. Estados Unidos intentará imponer su agenda en el orden multilateral (OTAN) y seguirá enfrentándose a la resistencia del bloque oriental. El lado opuesto tiene los medios para resistir, con el apoyo de China, los países de la OCS y otras naciones asiáticas. La fallida resolución de la ONU es un ejemplo.
Henry Kissinger escribió en 2014 en el Washington Post: "Occidente debe entender que... la historia de Rusia comenzó en lo que se llamó Kievan-Rus... En el plano internacional, [Ucrania] debería seguir una postura comparable a la de Finlandia. Esa nación no deja dudas sobre su feroz independencia y coopera con Occidente en la mayoría de los campos, pero evita cuidadosamente la hostilidad institucional hacia Rusia". Eso debería zanjar la división Este-Oeste. Sin embargo, no será pronto.
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